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Cédigos legales de tradicién babilénica Edicién y traduccién de Joaquin Sanmartin TROTTA EDICIONS DE LA UNIVERSITAT DE BARCELONA TEXTO Prdlogo Col. I 1-267 Cuando Anum, el Altisimo, Rey de los Anunnakus, (y) el divino Enlil, seiior de cielos y tierra, que prescribe los des- tinos del Pais**, le otorgaron al divino Marduk, al hijo pri- mogénito del dios Ea, la categoria de Enlil?’ de todo el pueblo, (y) lo magnificaron entre los [gigns*”s {cuando) le impusieron a Babilonia*! su sublime nom- bre (y) la hicieron la mas poderosa de los Cuatro Cua- drantes*?; (cuando) en su seno le aseguraron a Marduk un reino sempiterno cuyos cimientos son tan sélidos como los del cielo y la tierra— 127 —en aquellos diass—, 128-49 —Anumz y el divino Enlil también a mi, a Hammurapi*, el principe devoto (y) respetuoso de los dioses, a fin de que yo mostrase la Equidad?s al Pais, a fin de que yo destruyese al malvado y al inicuo, a fin de que el prepotente no oprimiese al débil, 97 a fin de que yo, como el divino Samaé, apareciera so- bre los «Cabezas Negras»>* e iluminara la tierra, a fin de que promoviese el bienestar de la gente, me impusieron el nombre: TSO-1E1 Yo soy Hammurapi: £l Pastor Elegido del divino Enlil, el acumulador de la abundancia y de la opulencia, el que ha Ilevado a buen término todo lo de la ciudad Nippur-Duranki (y es) devoto cuidador del Ekur*’; el Rey Eficiente que ha restaurado Eridu en su lugar (y) ha purificado el ritual del E’abzu; U 2-12 el Huracan de los Cuatro Cuadrantes**; el Engrandecedor del nombre de Babilonia, el agrado del corazon de Marduk, su sefior, el que se presenta a diario al servicio del Esagil; T13-27 la Semilla Regia producida por el divino Sin, el enriquece- dor de la ciudad de Ur, el humilde, el fervoroso, el que aporté la abundancia al Ekisnugal; Hf 22-31 el Rey Prudente, obediente al divino Samaé, el poderoso que ha consolidado los cimientos de Sippar, el que ha re- vestido de frondosidad la capilla superior de Aya, el que ha hecho del Ebabbar un templo excelso, semejante a la morada de los cielos; 11 32-36 el Guerrero Compasivo con Larsa, el renovador del Ebab- bar para el divino Samas, su aliado; 98 II 37-47 el Sefior Revitalizador de Uruk, el suministrador de aguas de la abundancia a su pueblo, el que ha levantado la ctis- pide del E’anna, el que ha acumulado abundancia para Anum y la divina [star; I 48-54 el Protector del Pais, el que ha reunido a las gentes disper- sas de Isin, el que ha colmado de abundancia el templo de Egalmab; HT SS-67 el Dragon de los Reyes, el hermano predilecto del divino Zababa, el consolidador de los cimientos de Kis, el que ha rodeado con un aura resplandeciente el Emete’ursag, el ce- lebrante fiel de los solemnes oficios de [Star, el administra- dor del templo Hursagkalamma; IL 68-11T 6 la Malla Capturadora de enemigos, a quien Erra, su com- paiiero, le concedié la consecucién de sus deseos; el en- grandecedor de la ciudad de Kuta, el que ha acrecentado inmensamente todo !o del Meslant; i 7-15 el Bafalo Feroz que cornea a los enemigos, el predilecto de Tutu, la alegria de Borsippa, el devoto que no abandona sus deberes para con el Ezida; II 16-23 el Dios de los Reyes“, cl sabio perspicaz, el ampliador de los cultivos de Dilbad, el que apilé los silos para el divino Uraé, el audaz; HE 24-35 el Seftor Merecedor del cetro y la corona a quien hizo per- 99 fecto la sabia diosa Mama; el disefiador de los planos de Ke; el suministrador de los alimentos puros de la divina Nintu; IIE 36-46 el Prudente, el Perfecto, el que adjudicé los pastos y los abrevaderos a Lagas y a Girgu, el que suministrd*! las magnas ofrendas al Eninnu; HL 47-S4 el Capturador de Enemigos, el predilecto de Telitum que cumple los ordculos de Sugal, que alegra el coraz6n de star; III 55-64 el Principe Puro cuyas oraciones acepta el divino Adad; el que, en la ciudad de Karkara, aplaca el coraz6n del divino Adad, el guerrero; el proveedor continuo de lo que es de- bido en el E’udgalgal; HI 65-69 el Rey Vivificador de Adab, el organizador del templo Emab; HI 70-IV 6 el Principe de los Reyes, irresistible en la guerra; el que dono la vida a la ciudad de Maskan-Sdpir, el que hart6 de agua al Emeslam; IV 7-22 el Sabio, el Buen Ecénomo; el que alcanz6 las profundi- dades de la sabiduria; el que acogié a los habitantes de Malgiim en la catastrofe, el cimentador de sus casas*; el que, en la abundancia, decret6 para el divino Ea y la divi- na Damgalnunna —magnificadores de su reino— ofren- das sempiternamente puras; 100 IV 23-31 el Primero de entre los Reyes, el sometedor de los pueblos del Eufrates por orden del divino Dagan, creador suyo; el que se apiadé de los habitantes de Mari y de Tuttul. IV 32-44 el Principe Piadoso que hizo brillar el rostro del divino TiSpak, el que preparé banquetes puros al divino Ninazu; el salvador de su pueblo cn momentos de apuro, el que consolidé sus cimientos en medio de Babilonia, en paz; IV 45-52 el Pastor de la Gente, cuyas obras son del agrado de IStar*; el que aseguré la presencia de Istar en el E’ulmas, en medio de la ciudad de Akkad; IV $3-58 el Proclamador de lo juridicamente inmutable*, el caudi- Ilo de los pueblos, el reconductor de su Virtud Protectora*s a la ciudad de Asur; 1V 59-63 el Silenciador de Rebeldes; el rey que, en el Emesmes de Ninive, proclamé los titulos de la divina [Star; IV 64-V 13 el Piadoso Orante ante los Grandes Dioses*; el descen- diente de Sumula’el, cl poderoso heredero de Sinmruballit, la semilla eterna de la realeza; el rey poderoso, Sol de Ba- bilonia*? que hace amanecer la luz sobre el Pais de Sumer y Akkad*8, rey sometedor de los Cuatro Cuadrantes*, el protegido de Istar. V 14-24 Cuando Marduk® me mando a gobernar el pueblo, a en- sefiarle al Pais el buen camino, yo hice de la Verdad y la 101 Equidad* el asunto mas importante: me ocupé del bienes- tar del pueblo—. V25 —En aquellos diass*=—: Leyes V 26-32 Si un hombre®? acusa a otro hombre y le imputa un asesi- nato pero no puede probarselo™, su acusador sera ejecu- tado. V 33-56 Si un hombre le imputa a otro hombre actos de brujeria* pero no puede probarselo, el que ha sido acusado de ma- gia tendra que acudir al divino Rio y echarse al divino Rio y, si el divino Rio se lo lleva%, al acusador le sera licito quedarse con su patrimonio. Pero si el divino Rio lo decla- ra puro y sigue sano y salvo, quien le acus6 de magia sera ejecutado. El que se eché al divino Rio se quedara con el patrimonio de su acusador. V S7-67 Si un hombre acude ante un tribunal para hacer un falso testimonio y luego no prueba su declaraci6n’”, si se trata de un caso con pena de muerte, ese hombre sera ejecu- tado. V 68-VIS Si acude a testimoniar en un proceso sobre cebada o dine- ro°8, pagar la pena correspondiente de ese proceso’. VI 6-30 Si un juez instruye un caso, dicta sentencia y extiende un veredicto sellado, pero luego modifica su sentencia, a tal 102 Epilogo XLVI (rev. XXIV) 1-8 (Estas son) las Sentencias de Equidad*”* que establecié Ham- murapi, rey potente, y que le hizo aceptar al Pais*”> como conducta segura y direcci6n correcta. XLVI 9-39 Yo soy Hammurapi, el rey perfecto. Respecto a los «Cabezas Negras»‘*”* que me regalé En- lil y cuyo pastoreo me confié Marduk, no fui nada negli- gente, no me crucé de brazos. Les fui buscando lugares tranquilos, resolvi las dificultades mas duras, les hice salir la luz. Con el arma poderosa que me habjan prestado el divi- no Zababa y la divina [star, con la agudeza que me desti- né el divino Ea, con la fuerza que me doné el divino Mar- duk, aniquilé a los enemigos arriba y abajo*”’, extinguf la resistencia, y volvi placentera la vida del Pais. Asenté a la gente aglomerada en regadios, y no dejé pasar a nadie que los pudiera inquietar. XLVI 40-58 Los Grandes Dioses me Vlamaron: yo soy el Gnico‘”’ Pastor Salvifico, de recto cayado, mi buena sombra*”’ se extiende por mi capital, llevé en mi regazo a la gente de Sumer y Akkad, han prosperado por la Virtud mia**°, los he conducido en paz, los he resguardado con mi perspicacia. XLVII 59-78 Para que el fuerte no oprima al débil, para garantizar los derechos del huérfano y la viuda, 149 —en Babilonia, la capital cuya cabeza exaltaron Anum y el divino Enlil, en el Esagil, el templo**! cuyos cimientos son tan séli- dos como los cielos y la tierra— para decretar el derecho del Pais, para dictar las sentencias del Pais, para garantizar los derechos del oprimido, he inscrito mis eximias palabras en la estela mia‘**?, y las he alzado delante de mi estatua de «Rey de la Equidad»483, XLVI 79-XLVHI (rev. XXV) 2 Yo soy el rey que sobresale de entre los reyes. Mis palabras son exquisitas, mi potencia no tiene igual. Que, por orden de Samaé, el gran juez de cielos y tie- rra, brille mi Equidad en el Pais; que, por la palabra de Marduk, mi sefior, mis signos y designios*™* no tengan que enfrentarse a quien las aniquile; que, en el Esagil, que tanto amo, sea mi nombre pro- nunciado con gratitud por siempre. XLVIII 3-58 Que el oprimido a quien llevan a juicio pueda acudir ante mi estatua de «Rey de la Equidad», que lea y relea*#’ mi estela inscrita*%* y oiga mis exquisitas palabras, que mi estela le aclare el caso, él mismo comprenda su sentencia, y su coraz6n respire diciendo: «Hammurapi —el Sefior que se manifiesta como padre carnal de la gente— ha vibrado ante las palabras del divino Marduk, su se- for, y ha hecho realidad los deseos de victoria de Marduk arriba y abajo*8’; 150 ha regocijado el corazén de Marduk, su seftor, y convertido el bienestar en el destino sempiterno de la gente, e impuesto su derecho en el Pais». Que recite todo esto, y que me bendiga de todo cora- z6n ante el divino Marduk, mi sefior, y la divina Zarpani- tum, mi duefia; que el Genio, la Virtud**, los dioses del acceso al Esa- gil’ y la fabrica enladrillada del Esagil#%, encomienden mi fama diartamente ante el divino Marduk, mi sefior, yla divina Zarpanitum, mi duefia. XLVUI 59-94 Que, en dias venideros —sea cuando fuere—, el rey que surja en el Pais guarde las palabras de Equidad que he gra- bado en mi estela*?!; que no falsee la legislacion que le he impuesto al Pais, ni las sentencias que le he dictado al Pafs#92; que no aniquile mis signos y designios*?. Si el hombre ese tiene sentido comin, y es capaz de poner orden en su pais: que atienda a las palabras que he grabado en mi este- ia45, y que, el camino, la conducta, la legislacién que le he impuesto al Pais, las sentencias que he dictado respecto al Pais, se los ensefie esta estela, y que dirija bien a sus «Cabezas Negras»‘, que les imponga una legislacién y que tome decisiones respecto a ellos: que erradique de su pais al malvado y al inicuo y pro- cure el bicnestar de su gente. XLVI 9S-XLIX (rev. XXVI) 1 Yo soy Hammurapi, el Rey de la Equidad#”, a quien el divino Sama le otorgé la Verdad#*; 151 mis palabras son exquisitas, mis obras no tienen igual; s6lo para un imbécil son algo vacio, para el agudo, estan destinadas a la gloria. XLIX 2-17 Si el hombre ese‘? atiende a las palabras que he grabado en mi estela5, no desecha la legislacién, no les da un sentido torcido a mis palabras _ni altera mis signos y designios*!, que al hombre ese, igual que a mi —el «Rey de la Equi- dad»—, el divino Samaé le alargue el cetro y que él pas- toree a su gente en la Equidad. XLIX 18-44 Pero si ese hombre no atiende a las palabras que he graba- do en mi estela, desprecia mis maldiciones y no se arredra ni ante las maldiciones de los dioses, y aniquila la legislacién que yo he impuesto, les da un sentido torcido a mis palabras, altera mis signos y designios, raspa mi nombre inscrito y luego graba el suyo o —debido a estas maldiciones— instiga a otro a que lo haga él— a ese hombre, sea un rey, un sefior, un gobernador u otro sujeto, llamese como se Ilame%3— XLIX 45-52 Que el gran Anum, el Padre de los Dioses —el que me lla- m6 a mi reinadoS\_, le quite la gloria de la realeza; que él le parta el cetro, y que maldiga su destino— 152 XLIX 53-80 Que el divino Enlil, el Seiior —el fijador de destinos, cuyas érdenes son inmutables, el magnificador de mi realeza—, le extienda por doquier®”’ revoluciones inaplastables, un desespero que le Ileve a su ruina en su misma sede; que éf le dé por destino un reinado lamentable, escasos dias*, afios de hambruna, tinieblas sin amanecer, muerte de la mirada”; que él decrete —con su boca solemne— la ruina de su capital, la dispersion de su gente, el cambio de dinastia, la extinci6n de su nombre y su memoria en el pais— XLIX 81-97 Que la divina Ninlil, la Gran Madre —cuyas ordenes tan- to pesan en el Ekur, la patrona encargada de mejorar de mi fama—, empeore su caso en la sala del juicio y de la condena®* que preside el divino Enlil; que ella ponga en boca del divino Ezlil, el Rey, la des- trucci6n de su pais, la pérdida de su gente, y el derrame de su aliento como agua— XLIX 98-L (rev. XXVH) 13 Que el divino Ea, el Principe Magno —cuyos designios van siempre por delante, el mas agudo de los dioses, el que mas sabe de todo, el encargado de prolongar los dias de mi vida—, le prive del juicio y del discernimiento, y lo suma en la confusi6n5°; que él le tapone sus rfos ya en la fuente, 153 y que, en sus tierras, no deje crecer la cebada: la vida de su gente. L 14-40 Que el divino Samas, el Juez Supremo de cielos y tierra —que yergue a los seres vivos‘!, el sefior, la confianza mia—, derribe su realeza, no se ocupe de sus derechos*!!, extravie su senda, haga resbalar los pies de sus tropas‘!?; que él le tenga preparado —en los presagios que le ata- fien— el augurio infausto de la erradicacion de los cimien- tos de su realeza y la ruina de su pais; que la palabra nefasta del divino Samas lo coja por sorpresa, que —arriba— lo arranque de entre los vivos, que —abajo— atormente a su alma de sed de agua en el averno5®, L 41-63 Que el divino Sin, Sefior de los Cielos —dios creador mio, cuya plaga es la mas patente de todas las de los dioses5'4— le quite 1a corona y cl trono de su realeza; que él le imponga una pena severa —su mayor casti- go*'— que no desaparezca de su cuerpo, de modo que termine los dias, los meses, los aiios de su reinado entre lamentos y lagrimas; que él le descubra la existencia de un rival de su rei- nado5!6, y le destine una vida de lo mas parecido a la muerte. L 64-80 Que el divino Adad, Sefor de la Abundancia nales de cielos y tierra’!”, mi auxiliador— le prive de lluvia de los cielos jefe de ca- 154 y del caudal de la fuente; que, a su pais, lo aniquile de miseria y hambruna; que, a su capital, Ja aturda a truenos)!8, y convierta a su pais en vestigio del Diluvio Universal5’, L891 Que el divino Zababa, el Gran Luchador —hijo primogé- nito del Ekwr, que avanza a mi derecha— le rompa el arma en el campo de batalla; que él le convierta el dia en noche, y haga que su contendiente se plante encima de él. L 92-LI frev. XXVIII} 23 Que la divina [Séav, Sefiora de la Guerra y la Batalla —la que desnuda mi espada*°, Virtud Protectora miaS”!, aman- te de mi reinado— maldiga de mal genio’, con rabia inmensa, su realeza; que ella convierta su fortuna en desgracias*3; que ella le rompa el arma en la guerra y el campo de batalla; que ella le tenga preparados desorden y revoluci6n; que ella prostre a sus guerreros, y, con su sangre, abreve la tierra; que ella deje montones de caddveres de sus tropas en campo abierto®+, que a su ejército no le permita obtener cuartel; por lo que a él toca, que ella lo entregue sin condicio- nes en manos de su enemigo™5, y se lo lleve encadenado a un pais enemistado con él. LI 24-39 Que el divino Nergal, el mas Fuerte de los dioses —irresis- tible en la batallas?*, el que me asegura el triunfo— con su enorme poder*’, queme a su gente como un in- cendio desatado en el cafiaveral, y, con su arma poderosa, lo haga azotar’?* ISS y desmenuce sus miembros como una figurilla de ba- rro. 1140-49 Que la divina Nénti, Princesa Excelsa de los paises —ma- dre, creadora mia— le quite el heredero y no le deje ni el nombre; que, en el seno de su gente, no cree semen humano. LI S0-69 Que la divina Ninkarrak, Hija de Anum: —que intercede por mi bien en el ERur— le haga salir, en sus miembros, una dolencia grave, un mal demoniaco”?, un bubén doloroso que no se calme, cuya naturaleza desconozca el médico, que no pueda aplacar con vendajes y que —como el mordisco de la muerte— no se lo pueda arrancar, para que, hasta que se le extinga la vida, no cese de llorar por su virilidad. LI 70-90 Que los Grandes Dioses de cielos y tierra, que los divinos Amunnaku en su totalidad, que el Genio del templo%, que la fabrica enladrillada del Ebabbar’?', lo maldigan con una maldicién nefasta a él, a su semi- lla532, a su pafs, a sus tropas: a su gente y a su ejército. Que, con estas maldiciones, el divino Enlil lo maldiga en virtud de su dictamen inalterable'*, y que le alcancen ya.

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