Está en la página 1de 50

TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA ACADEMICA DE DERECHO

MONOGRAFÍA

Introducción, Función Y Definición Técnica

De La Teoría Del Delito

AUTORAS:

RAMOS ORRILLO, Whitney Yalu


TANGOA BAUTISTA, Ketny Delfith

ASESOR:

Peláez Vega Edwin

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

Derecho Penal

CACATACHI- TARAPOTO

2012

1
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Dedicatoria:

*Este trabajo está dedicado en primer lugar con mucho


amor a nuestros padres, quienes siempre están ahí, para
apoyarnos y orientarnos hacia el buen camino.

*A toda la comunidad estudiantil, ya que nosotros somos


el futuro del país.

*Este trabajo también se encuentra dedicado a los


futuros abogados penalistas, ya que este tema es de vital
importancia para empezar con el aprendizaje de los
delitos, materia fundamental en este campo

* A nuestro docente, el Dr. Edwin Peláez Vega,


pues él forma parte de nuestra formación
académica y personal en esta Universidad.

*Finalmente a Dios por brindarnos la oportunidad de


superarnos cada día más.

2
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Agradecimiento:

A nuestros padres que día a día velan por nuestro bienestar y que en el
desarrollo del presente trabajo, nos brindaron su apoyo incondicional tanto en el
plano económico como emocional.

A nuestro docente, Edwin Peláez Vega por sus orientaciones, ya que con su
ayuda se logro realizar de la mejor manera posible este trabajo.

También a nuestros familiares que siempre nos están apoyando para salir
adelante, y haber invertido un poco de su tiempo en ayudarnos a elaborar el
siguiente trabajo.

3
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

INTRODUCCIÓN:

Mediante este trabajo, deseamos enseñar a todos quienes se encuentren


interesados en el tema, que está a nuestro cargo, el cual es una recopilación de
diversos libros y autores que hablan sobre la Teoría del Delito.

La Teoría Del Delito es un sistema categorial clasificatorio y secuencial, en el que,


peldaño a peldaño, se va elaborando a partir del concepto básico de la acción, los
diferentes elementos esenciales comunes a todas las formas de aparición del
delito.

También tenemos la función y definición técnica de la teoría del delito, tema de


gran importancia ya que su base para futuros temas que se enfocan en lo
referente al derecho penal.

El penalista BACIGALLPO: anota que la teoría del delito es un instrumento


conceptual que tiene por finalidad permitir una aplicación racional de la ley a un
caso: como tal, pretende establecer básicamente un orden para el planteamiento y
la resolución de los problemas que implica la aplicación de la ley penal, valiéndose
para ello de un método analítico, es decir, que procura separar los distintos
problemas en diversos niveles o categorías.

Es decir, existe una mediación entre la ley y los hechos descritos objetos de
valoración, pues cada una de las categorías del delito hacen referencia a
determinados aspectos del hecho que constituyen el material objetivo al que se
debe aplicar la ley.

A lo largo de la evolución del estudio doctrinal que se han realizado sobre la


teoría del Delito, nunca se ha negado la existencia de dos aspectos básicos:
Objetivo, subjetivo conforme fue avanzada el desarrollo epistemológico del
derecho penal fueron apareciendo nuevas categorías que provienen de una
selección y generalización de los elementos que se repiten en la aplicación de
cada tipo legal que prescribe un delito.

Mediante, este trabajo nos enfocamos en estos tres puntos, en ello se basa toda la
monografía, es una fuente de información para futuros trabajos basados en el
mismo tema.

4
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Indicé:

Dedicatoria………………………………………………………………….….pág. 2

Agradecimiento………………………………………………………….……pág. 3

Introducción……………………………………………………………….…..pág. 4

Indicé……………………………………………………….………….…….….pág. 5

CAPITULO I

1.1 Introducción…………………………………………..……………..….. pag.8

1.2 Teoría del Delito…..………………………………………………..……..pag.8

1.3 Concepto De Delito ………………………………………………….……pag.11

1.4 Conducta calificada como delito……………………………….…… pag.14

CAPITULO II

2.1 función Objetiva O Formal...………………………………….……… pág. 17

2.2 Función De La Teoría Del Delito……………………………………...pág. 17

3.1 Significación De La Teoría Del Delito………………………………pág. 22

3.2 Derecho De Penar (Ius Punendi)...………………………………....pág. 22

3.4 Disciplina Científica………………………………………………….. pág. 23

3.5 Política Criminal………………………………………………………. pág. 24

3.6 La Teoría General Del Delito……………………………………….. pág. 25

3.7 Principio De Culpabilidad……………………………………………. pág. 30

3.8 Principio De Responsabilidad Penal………………………………. pág. 31

3.9 Principio De Mínima Intervención…………………………………… pág. 32

5
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

3.10 Las Escuelas Del Saber Jurídico-Penal…………………………. pág. 33

3.11 Derecho Penal Del Hecho…………………………………………… pág. 38

3.12 Delito…………………………………………………………………….. pág. 39

Conclusiones……………………………………………………….……...… pág. 43

Bibliografía………………………………………………………….………… pág. 44

Anexos……………………………………………………………………….... pág., 45

6
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Introducción, Función Y
Definición Técnica
De La Teoría Del Delito

7
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

CAPITULO I:
Introducción a la Teoría del
Delito

8
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

1.1 Introducción:
El derecho penal es el medio de control social más efectivo con el que cuenta el
ordenamiento jurídico; ello obedece a que cuenta con las sanciones coercitivas
más drásticas con las que se puede sancionar a un individuo; que se traduce en
una pena a los sujetos con capacidad de responder penalmente y con una medida
de seguridad a todos aquellos, que por detentar determinadas cualidades
psicofísicas individuales, no son capaces de responder penalmente, por ende para
el derecho Positivo son inimputables. Apreciado científicamente es el conjunto
sistemático de principios relativos al delito, a la persona del delincuente y las
diversas reacciones que dichos elementos producen en la sociedad. Desde un
punto de vista funcional funcional y desde el prisma de un Estado Social de
Derecho, el Derecho Penal tiene como tarea fundamental la protección de bienes
jurídicos por medio de la prevención de delitos, en la necesidad de proteger a la
sociedad ante los ataques más disvaliosas que lesionen sus intereses jurídicos
penalmente tutelados.

El delito es de naturaleza normativa y social; normativa, porque únicamente se


pueden criminalizar conductas a través de dispositivos legales, función política que
le corresponde en exclusividad al legislador y social, debido a que los fenómenos
delictuales aparecen como producto de las diversas formas de interacción social
que se manifiestan entre los individuos.

1.2 Teoría del Delito


La teoría del delito es, en primer lugar, el medio técnico jurídico para establecer a
quién se debe imputar ciertos hechos y quien debe responder por ellos
personalmente. Este punto de vista no es nuevo, pero ha sido desarrollado en
diversas formas que es conveniente aclarar.

"La Teoría Del Delito es un sistema categorial clasificatorio y secuencial, en el que,


peldaño a peldaño, se va elaborando a partir del concepto básico de la acción, los
diferentes elementos esenciales comunes a todas las formas de aparición del
delito."i

El principio de legalidad es uno de los principios más importantes es que legitima


la intervención del Derecho Penal en un Estado Constitucional de Derecho. Dicho
principio prescribe que solo son punibles las conductas humanas que al momento
de cometerse, se encontraban previstas como delitos y faltas en una norma penal,
así como la sanción jurídica a imponer para dichas conductas. Esta es una
función principal que extrae de la policitación de la norma, a los ciudadanos solo
se les puede determinar a realizar una determinada acción u omisión, cuando se

9
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

ha realizado la relación normativa y cuando esta se refiere a hechos. En


consecuencia, es una garantía, tanto jurídica como política que los ciudadanos
estén debidamente informados de que conductas se encuentran previamente
criminalizadas y cuál es la medida coercitiva a imponer, que se expresa en marcos
penales mínimos y máximos. Lamentablemente, el principio de legalidad no abre
el espectro necesario para poder definir racionalmente el delito.

El Código Penal de 1924, adscrito a una conceptualización psicológica de la


culpabilidad señalaba “La infracción es intencional cuando se comete por acción o
por omisión consciente voluntaria”, contraria a una concepción normativa de la
culpabilidad, acepción imperante en el Código Penal de 1991 y en la mayoría de
codificaciones penales modernas.

En todo texto descrito en la Parte General se plasma la adopción del Principio de


Culpabilidad, es decir, se exige la concurrencia de dolo o culpa en la esfera
cognoscitiva del agente y se proscribe toda forma de responsabilidad objetiva,
logro indiscutible de la teoría Finalista, que desplazo el dolo y la culpa de la
Culpabilidad a la Tipicidad (Art VII Titulo Preliminar).

La Función de la Teoría del Delito se orienta a averiguar en la reacción punitiva


estatal la concurrencia de criterios racionales y legítimos; a decir del penalista
alemán WELZEL, el Sistema de la Teoría del Delito adquiere legitimidad por su
indudable racionalidad. La valoración debe partir entonces, desde acepciones
jurídicas apoyadas en datos sociales y culturales, mas no desde matices y
vertientes moralistas, que colisionan con un principio fundamental del Derecho
Penal que es, el proteger bienes jurídicos y no meras valoraciones éticas
acuñadas en determinados grupos sociales.

Todo delito presupone la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos tutelados


por la ley (Art. IV del Tit. Prel) Al producirse una confusión entre derecho y moral,
se vulneran, las garantías mínimas de intervención de un Derecho Penal mínimo
como expresión palmaria de un Estado de Derecho KELSEN, representante de la
Teoría Pura del Derecho, concebía que los enunciados del deber eran propios de
la Ciencia Jurídica, contrario sensu, la Ciencia Natural describe los hechos por
medio de los enunciados del ser. La diferencia entre normas jurídicas y morales,
consiste, en que las primeras ordenan o establecen un cierto comportamiento,
derivándose también sanciones a su incumplimiento pero sin detentar un carácter
coercitivo.

El orden moral es normativo, pero no coercitivo. Las sanciones que se derivan de


un ordenamiento jurídico son de validez general y de estricto cumplimiento, porque
emanan de una autoridad legitimada, reconocido por todos los miembros de una
10
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

determinada comunidad social. El valor moral tiene un carácter relativo, en cambio


la validez del orden jurídico no depende de su correspondencia a un orden moral.

WELZEL, señalaba que la función del derecho Penal era la de proteger los valores
ético-sociales mínimos de la sociedad. Fue el Positivismo Jurídico que demando la
separación entre Derecho y Moral, exigencia de un estado de derecho y principal
victoria de un Derecho Penal Liberal.

Es por ello, que la doctrina dominante, con el afán de separar el Derecho con la
Moral, se remite a bienes jurídicos. LUIGE FERRAJOLI desde su construcción
teórica del “Garantismo Penal”, escribe que la separación entre Derecho y Moral,
obligan a considerar injustificada toda prohibición de la que previsiblemente no se
derive de la eficacia intimidante buscada a causa de motivos sociales,
individuales, económicos y políticos.

Su prohibición se torna en inútil en la medida que se demuestre que no está


abocada a surtir efecto. La introducción o la permanencia de su prohibición penal
no responde a una finalidad de tutelar bienes que más aun resultan ulteriormente
atacados por la clandestinación de su lesión, sino a una mera afirmación simbólica
de los valores morales, opuesta a la función protectora del Derecho Penal. La
lesión de a jurídicos seria el contenido esencial de la infracción del ordenamiento
jurídico.

La teoría del bien jurídico cumple una función dogmatica en la interpretación de la


ley- y otra critica cuando se trata de identificar el objeto de lesión constitucional del
delito.

En el marco del delito como producto social, podemos citar a Montagu, quien
explicita que: "Los crímenes y los criminales son producto de la sociedad, y a la
vez, instrumentos y víctimas de la misma sociedad. La sociedad criminal y
delincuente culpa de sus crímenes y delitos a los criminales y a los delincuentes
y luego los castiga por los daños que, en la mayoría de los casos, la misma
sociedad los indujo a cometer. Un crimen es lo que la sociedad escoge definir
como tal. Algo que puede ser considerado como un crimen en una sociedad
puede no serlo en otra. Pero sea lo que sea, lo que una sociedad pueda o no
considerar como un crimen, todas las sociedades definen al crimen como un acto
cometido en violación de una ley prohibitiva o un acto omitido en violación de una
ley prescriptiva. De aquí que la sociedad sea la que define al criminal y no
el criminal quien se define a sí mismo. Y sugiero aquí que casi invariablemente la
sociedad es la que hace al criminal porque los criminales, en realidad, se
vuelven tales, no nacen así”

11
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

1.3 CONCEPTO DE DELITO


El concepto de delito, es el inicio de la teoría general del delito, para ello
debemos partir del derecho penal positivo, ya que todo intento de definir el
delito al margen del Derecho Penal vigente es simplemente hacer filosofía.
El concepto del delito como una conducta castigada por la ley con una pena, es
sólo un concepto formal. Debe tratarse de una acción u omisión, debe ser
doloso o culposo y penado por la ley.

El "concepto del delito responde a una doble perspectiva: por un lado, es un


juicio de desvalor que se hace sobre el autor de ese hecho. Al primer juicio de
desvalor se le llama injusto o antijuridicidad es pues, la desaprobación del acto;
culpabilidad la atribución de dicho acto a su autor para hacerle responsable del
mismo" (Muñoz Conde, 1991).

En base a ellas: a la antijuridicidad habla de la acción u omisión, los medios y


formas en que se realiza, sus objetos y sujetos, la relación causal y psicológica
y sus resultados. Y es posible expresar un concepto jurídico de Delito como una
acción típica, antijurídica y culpable.

Según Villamor (2000), los elementos principales del delito son: la acción, la
tipicidad, la antijuridicidad y la culpabilidad y punibilidad.

Según Javier Villa Stein “es un conjunto de proporciones sistemáticas


organizadas que pretenden explicar la naturaleza jurídica del hecho punible”, es
entonces, un constructo epistémico que facilita la definición conceptual y el
análisis secuencial del delito como conducta humana compleja e inaceptable
transgresora de la norma estatal prohibitiva o imperativa.

Desde luego, su carácter abstracto persigue, como toda teoría que se precie de
tal, una finalidad practica consistente en facilitar la determinación precisa del
universo de conductas que son ciertas e inconfundiblemente contrarias al orden
jurídico-social, cuantificar la intensidad de la contrariedad y aplicar con enérgica
prudencia la contingencia sancionadora que el Estado liberal y democrático de
Derecho, tribunales de justicia mediante, considere oportuno y necesario conforme
determinada racionalidad político-criminal.

12
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

En este orden de ideas “la teoría general del delito se ocupa de las características
comunes que debe tener cualquier hecho para ser considerado delito” [2]

Las peculiaridades de cada evento criminal son materia de estudio de la parte


especial del Derecho Penal, llamado catalogo de delitos y penas. Sin embargo,
todos estos eventos tienen propiedades comunes, siendo las primeras y mas
evidentes de estas propiedades, ser conductas humanas y estar anticipadas en el
aludió catalogo.

De estas propiedades comunes da cuenta pues, como bien dice Muñoz Conde, la
teoría del delito, cuerpo organizado y sistemático de conocimiento que se
comprende en la parte general del derecho penal, y sirve de instrumento a la
interpretación y racionalidad jurídica.[3]

En términos de Cobo del Rosal y Vives Antón, “nace la teoría jurídica del delito
como sede en la que se han formular las proposiciones generales que pretenden y
deberían tener virtualidad para todas las hipótesis delictivas. Su naturaleza es, en
consecuencia, abstracta y generalizadora” [4]

[2]MUÑOZ CONDE, Francisco, Teoría General del delito, Temis, Bogotá, 1990, p.1
[3]COING, Helmut, Fundamentos de la Filosofía del Derecho, Ariel, Barcelona,
1961 p.266
[4] COBO DEL ROSAL/ VIVES ANTON, Derecho Penal. Parte General, cip., P. 192

La teoría del delito se ocupa de los presupuestos jurídicos genéricos de la


punibilidad de una acción. Alcanza tanto a los delitos codificados como a la
legislación penal extra del código e involucra toda acción punible.

Los presupuestos de punibilidad se referencian en la parte especial del código


penal, libro segundo, de los tipos penales: homicidio, hurto, lesiones, delitos
contra las libertades, contra el patrimonio, contra el estado.

La teoría del delito o de la conducta punible, como también se le conoce, no se


encarga de estudiar los elementos de cada uno de los tipos de delito, estudia es
los componentes del concepto jurídico genérico, como son la Tipicidad y la anti
juridicidad respecto de la acción como fenómeno material, esto es el hecho
imputable a un sujeto y estudia la culpabilidad o responsabilidad referida al sujeto
dueño de esa acción imputable. Estos tres elementos se dividen en numerosos
subconceptos como son los elementos objetivos y subjetivos, presupuestos
13
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

objetivos y subjetivos, causas de justificación o eximentes de responsabilidad,


elementos positivos y negativos de la culpabilidad. Todo lo anterior gira en
derredor de las condiciones en las cuales se puede imputar el hecho a un sujeto
como autor.

Los presupuestos de la punibilidad no se agotan en los elementos propios de cada


tipo penal en particular, ciertos factores esenciales del concepto no se hallan
contenidos en las descripciones típicas de la parte especial, sino antepuesta a ella
en la parte general, tal es el caso de los conceptos de dolo culpa y
preterintencional, de acción y omisión, del contenido del artículo 32 o causas
justificantes de la acción punible y no podríamos entender el tipo sin referencia a
estos conceptos. Son normas integradoras que permiten entender en su
verdadera dimensión el tipo penal conductual.

La distinción entre el concepto de delito, tipicidad, anti juridicidad, culpabilidad y


distinciones justificantes y ex culpantes; tales como estado de necesidad, legítima
defensa, entre otras, permiten la solución jurídica del caso en concreto
investigado. De no existir la solución sería jurídica y socialmente insegura y lo más
grave a abandonada a las consideraciones sentimentales de quien aplica la
norma.

La teoría del delito posibilita una jurisprudencia racional, objetiva e igualitaria que
garantiza la seguridad jurídica, no se puede teorizar y abandonar la práctica, hay
que aplicar la teoría a casos concretos. No cabe, sin embargo, desconocer el
peligro que encierra una dogmática jurídico penal excesivamente anclado en
formulas abstractas: como cuando el juez se abandona al automatismo de los
conceptos teóricos, desatendiendo así las particularidades del caso concreto. La
solución siempre ha de venir en cuestión de derecho, valorando en términos de la
política criminal, la sistemática, la claridad, el basamento legal y la aplicación
inteligente y argumentada de la norma da lugar a la aplicación de un derecho que
vaya tras la verdad verdadera y nunca la aparente.

La teoría general del delito debe deducirse de la ley. Los términos, hechos, hechos
antijurídicos, hechos punibles, solo pueden entenderse si se relacionan con los
tipos de la parte especial. Se procede penalmente por el hecho concreto
antijurídico que constituye el hecho punible y no por el simple hecho antisocial o
conducta parasitaria, por ello es de vital importancia fundar la teoría del delito en la
acción (o la omisión), derecho penal de acto, por la responsabilidad del acto y no
por la personalidad del autor, derecho penal de autor.

Terminológicamente, HECHO es un acaecer, o un suceso, una acción, es una


situación fáctica, es una mutación del mundo fenomenológico perceptible por los
sentidos, no necesariamente dañosa, porque no se habla del hecho dañoso, sino
del hecho en general. Ahora bien, HECHO ANTIJURÍDICO esta referido
indefectiblemente a la acción encausada a producir un daño a un bien jurídico
14
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

protegido o tutelado radicado en un sujeto de derecho. Y HECHO PUNIBLE es


toda acción penalmente relevante, es el mismo hecho antijurídico pero sometido a
la consecuencia de ser alfado con una pena, todo HECHO PUNIBLE es un
HECHO CULPABLE, pero no todo HECHO ANTIJURÍDICO es un HECHO
PUNIBLE Y CULPABLE, pues puede estar amparado en una causal de
justificación. La virtud de las causales de justificación es que hacen de las normas
prohibitivas normas permisivas.

Si la acción es dañosa, es lesiva o pone en peligro bienes jurídicos es antijurídica.

La teoría del delito elabora el concepto de delito. Dicho concepto debe contener y
concordar el FIN y los MEDIOS del derecho pena

1.4 Conducta calificada como delito


La teoría general del delito se ocupa de las características que debe reunir
cualquier conducta para ser calificada como delito. Existen pues, características
comunes a todos los delitos como características que solo se dan en algunos de
ellos.

Muños Conde: ``la teoría general del delito se ocupa de las características que
debe tener cualquier hecho para hacer considerado delito, sea este en el caso
concreto una estafa, un homicidio, o malversación de fondos; (…) el estudio de las
concretas figuras delictivas, de las partes especificas, del hurto, de la violación, de
la estafa, etc., a la parte especial ‘‘

Al analizar un delito, se sigue el orden descrito anteriormente, es decir, primero se


analiza la conducta, segundo la tipicidad, tercero, la antijuricidad y cuarto la
culpabilidad. En ningún caso se puede obviar uno de ellos porque, cada uno es un
pre-requisito del siguiente. Pero, esto es el aspecto externo del delito, conviene
recordar las palabras de Ihering. “ El delito y comprendemos bajo esta
denominación general los delitos grave, menos graves y faltas), (…) es un acto
contrario a la ley penal y amenazado con una pena pública. La definición es
exacta, da el criterio exterior por el cual se reconoce el delito; pero no se refiere
más que a la forma. Nos lleva hasta calificar las acciones del hombre con arreglo
a un derecho positivo determinado y reconoce si constituyen o no infracciones
penales. Pero es muda acerca del punto capital; saber lo que es la infracción y
porque la ley castiga con una pena; es una palabra, nos enseña el rasgo distintivo
exterior de la infracción y nos deja en la ignorancia de su esencia interna”.

En este sentido los profesores Muñoz Conde y García Aran: “Desde el punto
jurídico, delito es toda conducta que el legislador sanciona con una pena. Esto es

15
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

una consecuencia del principio nullum crimen sine lege que rige el moderno
derecho penal (…) y que impide considerar delito toda conducta que no caiga en
los marcos de la ley penal. El concepto de delito como conducta castigada por la
ley con una pena es, sin embargo, un concepto puramente formal que nada dice
sobre los elementos que debe tener esa conducta para ser castigada por la ley
con una pena”.

Conforme con lo señalado, el profesor Bacigalupo nos dice. “La definición del
delito de un derecho podría encararse, en principio desde dos puntos de vista. Si
lo que interesa es saber lo que el derecho positivo considera delito (problema
característico del juez), La definición podría lograrse recurriendo a la consecuencia
jurídica del hecho concreto; en este sentido, será delito todo comportamiento cuya
realización tiene prevista una pena en la ley. Por el contrario, si lo que interesa es
saber si determinado hecho debe prohibirse bajo la amenaza de una pena
(problema característico del legislador) esa definición no servirá, pues no podrá
referirse a la pena, sino al contenido de la conducta. Dicho de otra manera: la
definición del delito dependerá, en principio, de si lo que quiere caracterizarse son
los comportamientos punibles o los merecedores de pena. El primer concepto dio
lugar a un llamado concepto “formal” del delito, mientras el segundo fue designado
como concepto “material” del mismo (…) Sin embargo, en la medida en que se
impuso el método teleológico, la línea divisoria deja de tener la significación
atribuida y las cuestiones del comportamiento punible y del merecedor de pena se
relacionaron estrechamente en el campo de la dogmatica jurídica (o sea en el
momento de la aplicación de la ley).

Actualmente, la tendencia del Derecho Penal es no estudiar la conducta separada


sino como un elemento más de la tipicidad, por eso se dice que el delito es
tripartido (en el esquema se ha separado la conducta de la tipicidad solo para fines
didácticos)

Conducta: Es el comportamiento del sujeto- tanto por acción como por omisión.

Tipicidad: Es la adecuación del comportamiento real al tipo penal abstracto.

Antijuricidad: Es analizar si el comportamiento típico está en contra del


ordenamiento jurídico en general- antijuricidad formal y material.

Culpabilidad: Nuestro Código Penal habla hoy de responsabilidad, es el derecho


que se le hace al sujeto por haber realizado ese comportamiento.

Todos están de acuerdo en que los elementos antes mencionados forman la


estructura del delito, la discusión está en el cual es el contenido de cada uno de

16
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

estos elementos. Esta es una discusión ya superada en otros países per que
sobrevive en el Perú.

CAPITULO II
Función de la Teoría del Delito

17
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

2.1 Función objetiva o formal

Se expresa a través de la elaboración de normas penales, en las cuales se


prescribe un determinado modelo de conducta, por medio de una Normas
Primaria, que prevé dos tipos de conducta: prohibiciones (acción)-se le conmina al
ciudadano a no realizar una determinada acción- y Mandatos (omisión)-se
prescribe al ciudadano la obligación de realizar una determinada prestación
positiva dirigida a evitar la afectación de un bien jurídico. En la norma secundaria
se prevé la consecuencia jurídica a aplicar, que en este caso es una pena o
medida de seguridad, que se graduará en marcos penales, con mínimo y máximo.
Es su carácter obligatorio el que lo otorga naturaleza prescriptiva a la norma penal.
En las normas se fijan modelos de comportamiento, se compara el modelo con el
comportamiento real y se comprueba su vigencia; si ello se demuestra se habrá
afirmado la infracción de la norma penal.

2.2 Función de la Teoría del Delito.-El jurista Español Basigalupo acota “que la
teoría del delito es un instrumento conceptual que tiene por finalidad permitir una
aplicación racional de la ley a un caso; como tal, pretende establecer un orden
para el planteamiento y la resolución de los problemas que implica la aplicación de
la ley penal, valiéndose para ello de un método analítico, es decir, que procura
separar los distintos problemas en diversos niveles y categorías”. Es decir, existe
una mediación entre la ley y los hecho descritos objeto de valoración, pues cada
una de las categorías del delito hacen referencia determinados aspectos del hecho
que constituyen el material objetivo al que se debe aplicar la ley. A lo largo de la
evolución del estudio doctrinal que se ha realizado sobre la Teoría del Delito,
nunca se ha negado la existencia de dos aspectos básicos: el objetivo y el
subjetivo; conforme fue avanzando el desarrollo epistemológico del Derecho Penal
fueron apareciendo nuevas categorías que provienen de una selección y
generalización de los elementos que se repiten en la aplicación de cada tipo legal
que prescribe un delito.

El sistema de la teoría del delito es un instrumento conceptual que tiene la


finalidad de permitir una aplicación racional de la ley a un caso. En este sentido,
es posible afirmar que la teoría del delito es una teoría de la aplicación de la ley
penal.

18
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Como tal pretende establecer básicamente un orden para el planteamiento y la


resolución de los problemas que implica la aplicación de la ley pena, valiéndose
para ello de un método analítico, es decir, que procura separar los distintos
problemas en diversos niveles o categorías.

Desde este punto de vista, la teoría del delito cumple con una doble función
mediadora. Por un lado media entre la ley y la solución del caso concreto, es
decir, entre la norma general, que expresa la valoración del legislador, y la
concreción de este en una norma particular que decide sobre el caso concreto.

Por otro lado, existe también una mediación entre la ley y los hechos objeto del
juicio, pues cada una de las categorías de la teoría del delito hacen referencia a
determinados aspectos del hecho que constituyen el material objetivo al que se
debe aplicar la ley.

El ejemplo más elemental en este sentido, es el que se refiere a los elementos


objetivos o a los elementos subjetivos del hecho que deben ser considerados para
la decisión de un aspecto determinado de un problema – por ejemplo, el comienzo
de ejecución de la tentativa se debe fijar atendiendo a elementos objetivos del
hecho o a aspectos subjetivos del autor, o a ambos y, en este caso en qué medida
se debe considerar cada uno-.

Los distintos conceptos o categorías que componen la teoría del delito provienen
de una selección y generalización de los elementos que se repiten en la aplicación
de cada disposición legal que establece un delito. En todo caso es preciso
comprobar que alguien se comporto de la manera prevista en la ley, que este
comportamiento no estaba autorizado en la circunstancias en las que tuvo lugar y
que su autor tenia las condiciones personales requerida para responsabilizarlo por
la conducta ejecutada.

De esa tripartición problemática de la aplicación del la ley penal surgieron las


conocidas categorías de la teoría del delito de origen alemán que hoy designamos
como acción, tipicidad, antijuricidad y culpabilidad.

El penalista BACIGALLPO: anota que la teoría del delito es un instrumento


conceptual que tiene por finalidad permitir una aplicación racional de la ley a un
caso: como tal, pretende establecer básicamente un orden para el planteamiento y
la resolución de los problemas que implica la aplicación de la ley penal, valiéndose
para ello de un método analítico, es decir, que procura separar los distintos
problemas en diversos niveles o categorías. Es decir, existe una mediación entre
la ley y los hechos descritos objetos de valoración, pues cada una de las
categorías del delito hacen referencia a determinados aspectos del hecho que

19
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

constituyen el material objetivo al que se debe aplicar la ley. A lo largo de la


evolución del estudio doctrinal que se han realizado sobre la teoría del Delito,
nunca se ha negado la existencia de dos aspectos básicos: Objetivo, subjetivo
conforme fue avanzada el desarrollo epistemológico del derecho penal fueron
apareciendo nuevas categorías que provienen de una selección y generalización
de los elementos que se repiten en la aplicación de cada tipo legal que prescribe
un delito.

La teoría del delito cumple un rol fundamental: primero, como criterio interpretativo
de la norma jurídico-penal, a fin de fijar la relevancia jurídico-penal del
comportamiento conforme a los alcances normativos del tipo penal y, segundo
como método lógico –deductivo dirigido a resolver un determinado grupo de
casos, como interdicción a la arbitrariedad judicial y como mecanismo garantizador
del principio de igualdad. Así también la dogmatica jurídico-penal cumple una
destacada labor a fin de reforzar la seguridad jurídica en la administración de
justicia, asegurando la confiabilidad y predictibilidad de las resoluciones
jurisdiccionales. En última instancia diremos que el método dogmatico permite la
relacionalidad de la respuesta judicial, como característica esencial del
pensamiento sistematice.

Siguiendo a MUÑOZ CONDE, habrá que señalar que la dogmatica jurídico pena
cumple una de las más importantes funciones que tiene encomendada la actividad
jurídica en general en un Estado de Derecho, la de garantizar los derechos
fundamentales del individuo frente al poder arbitrario del Estado que, aunque se
encuentre dentro de unos límites, necesita control y de la seguridad de esos
límites. La Dogmatica jurídico penal se presenta así como una consecuencia del
principio de intervensible del poder punitivo estatal e igualmente como una
conquista irreversible pensamiento democrático. La teoría del delito cumple una
función de primera línea en un orden democrático de derecho servir de soporte
interpretativo en la función aplicativa de la norma jurídico-penal y como ideologías
contenedora de la violencia punitiva, en cuanto orden de valores de raigambre ius
humanista.

Es un instrumento conceptual útil para realizar una aplicación racional de la ley


penal al caso concreto (Bacigalupo). Se le atribuye una doble función: por un lado,
mediar entre la ley penal y el caso concreto. Por otro lado, mediar entre la ley
penal y los hechos materiales que son objeto de juicio.

Para Bacigalupo se trata de una teoría de la aplicación de la ley penal, ya que


primero debemos verificar que una conducta humana (acción) se adecua a la
descripción realizada por el tipo (tipicidad), luego que la misma no esté autorizada
ni que goce de un permiso por el ordenamiento jurídico (antijuricidad). Y por
20
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

último, comprobar que el autor posee las condiciones personales para imputarle
dicha conducta (culpabilidad).

Esta es una construcción doctrinal, surgida a fines del siglo XIX. Comienza en
Alemania (con los planteamientos de Von Lizt, quien adopta este sistema para
poder enseñar Derecho penal a sus alumnos) y luego se difunde por toda Europa
en países tales como Italia, España, Portugal, Grecia.

Luego es acogida en América Latina por la influencia española, pero países como
Corea y Japón no adoptan este sistema.

La teoría del delito tiene como objetivo teórico fundamental el conocimiento de


los principios básicos y su articulación sistemática conforme a las características
generales con las que el derecho positivo los regula. No se trata de una
propuesta sobre lo que el delito debería ser sino el marco que el derecho penal
positivo elabora como límite para la ciencia jurídico-penal.

Sin embargo, esto no impide un margen de libertad cognitiva, por cuanto que
los principios que la informan dependen de valoraciones de orden filosófico y
político no precisamente impuestos por los preceptos del derecho positivo, por
consiguiente no sería exacto entender que la teoría del delito ofrezca una serie
de conceptos que obedezcan solamente a exigencias sistemáticas con
prescindencia de esos ingredientes valorativos.

En efecto, ya no es de la esencia de la metodología jurídico- penal ni el


abstraccionismo puro que en algún momento de su evolución lo caracterizó, ni el
aislacionismo que lo conduzca a posiciones inhumanas y autoritarias como
consecuencia de un rancio racionalismo lógico, por cuanto que ha de estar al
servicio de valores humanos elementales que la liberen del positivismo puro
cuando se integra en un orden social en el que se le garantiza al hombre su
dignidad y la plena realización de su individualidad y potencialidad.

21
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Capítulo III
Definición Técnica De La Teoría Del
Delito

22
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

3.1 Significación de la teoría del delito:


Esquemáticamente el Derecho penal se divide en Parte General y Parte Especial.
Mientras la parte especial se ocupa del estudio de los delitos. La Teoría General
del Delito se centra en la parte general, por tanto, ve las características comunes
de los delitos para así poder interpretar cualquier delito de la parte especial.

La Teoría del delito proporciona seguridad jurídica al sujeto, dado que,


proporción los lineamientos validos de análisis de cada una de las figuras
contenidas en la parte especial, en este sentido el profesor Luzón Peña: `` (…)
un concepto general del delito bien estructurado y sistema tizado favorece no solo
la seguridad jurídica – y consiguiente libertad ciudadana -, sino también una mayor
justicia en la respuesta penal al delito.

Además, de acuerdo al profesor Bacigalupo: `` la ciencia del derecho penal es una


ciencia práctica y la teoría del delito tiene también una finalidad práctica. Su objeto
es, en este sentido, establecer un orden racional y, por lo tano fundamentado, de
los problemas y soluciones que se presenten en la aplicación de la ley penal en
un caso dado. La teoría jurídica del delito es , en consecuencia una propuesta
apoyada en un método científicamente aceptado, de cómo fundamentar la
resolución de los tribunales en materia de aplicación de la ley penal ‘‘

Todas las personas realizan conductas por acción u omisión. Sin embargo, el
Derecho Penal, solo sanciona aquellas que lesionan o ponen en peligro los bienes
jurídicos de mayor valor, los que han sido establecidos en forma taxativa en el
Código Penal, conforme al art. IV del Título Preliminar del Código Penal. En otras
palabras, el centro de análisis de la teoría General del Delito esta en los
comportamientos concretos del agente, los cuales se han realizado en un
determinado tiempo y espacio, a esto se denomina derecho penal del acto, a
diferencia de lo que sucedía en la antigüedad que consideraba como su centro al
derecho penal del autor.

3.2 DERECHO DE PENAR (IUS PUNENDI)


Tanto en Roma (Derecho Romano) como en las civilizaciones antiguas, la
aplicación del Derecho Penal estaba en manos de los ciudadanos, es decir, era
una justicia privatizada, que premunía al agraviado a realizar la justicia de propia
mano que inclusive permitía la persecución de los familiares del agente infractor,
lo que se denomina justicia del Cadí o el IusTalionis, la medida de sanción era
proporcional al grado de afectación producido-justicia compensatoria-. La
aparición de las grandes ciudades y la creación de los Estados Republicanos,
como obra de los grandes pensadores de la Ilustración como Rousseau, Bentham
23
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

o Montesquieu, produjo el derrocamiento de las Monarquías Absolutas y de los


Estados Despóticos, coligiéndose de ello la irrupción de un Estado Liberal,
inspirado en los principios de igualdad, libertad y solidaridad. El Derecho, mas aun
el Derecho Penal, no podía ser ajeno a dicha realidad. El contrato social exigía
que la potestad de penar sólo pudiera ser detentada por un ente jurídico y
políticamente organizado, que sería el Estado, produciéndose así una delegación
a este ente abstracto, la Facultad de perseguir, de juzgar y de sancionar, como
fruto de la evolución de la civilidad en la utilización racional del Derecho Penal
acorde con los principios legitimadores que emanan de una institución monopólica
de la represión penal. Como dice Mir Puing, al mismo tiempo se reconoce con ello
el carácter primordialmente publico de los intereses afectados por el delito, la pena
y las medidas de seguridad.

El fundamento político de la delegación punitiva, reposa en el hecho de que las


leyes son el resultado de la ansiada y audaz propuesta de los ciudadanos de
asociarse bajo determinadas reglas, a pesar de que aquello signifique perder una
porción de libertad, pues este cometido político-jurídico, permite ganar seguridad y
protección, presupuestos que únicamente puede emanar de una institución
soberana política y jurídicamente organizada, que es el Estado, por ende,
depositan su confianza en el y someten sus intereses individuales en aras de
fundamentar un interés colectivo: el bien común. Lo preceptuado encuentra su
retórica con la máxima Kantiana, según la cual la única tarea del Derecho es la de
hacer compatibles entre sí las libertades de cada uno. Esta orientación axiológica
se encarga con la definición del moderno Estado de Derecho.

3.4 DISCIPLINA CIENTÍFICA


Ostenta su propio método de estudio, que es el Exegético y el Dogmático Jurídico.
La variedad de circunstancias en que se comete el delito y en razón de las
condiciones especiales que puede presentar el agente infractor, convierte en
inoperante la pretensión de realizar una interpretación literal del tipo penal.

Siendo que la pena es un medio coercitivo que afecta a un bien jurídico tan
importante en un Estado de Derecho, como lo es la libertad personal y sus
derechos conexos; en sus aplicación, por tanto, deberá ceñirse a determinados
presupuestos que no solo se encuentran en los diversos tipos legales que
comprenden los diversos delitos, sino también pos razones político-criminales.
Empero, la subsunción de una conducta humana en un tipo penal no es una mera
adecuación lógico-jurídica, tanto en sus aspectos objetivos, sino de un análisis
racional que sólo se puede extraer de un método científico, que en el caso del
Derecho Penal cuenta con dos partes visiblemente marcadas:

24
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Parte General.- En la cual se extraen los principios jurídicos de carácter filosóficos


que legitiman la intervención del Derecho Penal en una comunidad social, así
como la concreción de las reglas a aplicar en los diversos delitos comprendidos en
la parte Especial; y,

Parte Especial.- Donde se encuentran tipificadas las diversas figuras delictuales,


estructuradas y ordenadas en base a la sistematización del bien jurídico protegido.
La estrecha relación e interdependencia de ambas esferas, se expresa en la
obligatoriedad del intérprete de tener que acudir a las reglas que se subyacen en
la Parte General para poder resolver las diferentes variables conductuales que se
pueden presentar en un hecho punible. La Parte Especial de nuestro Código penal
se encuentra estructurado sistemáticamente sobre la visión del bien jurídico
protegido, es decir, sobre todos aquellos presupuestos vitales y orden fundamental
que el individuo necesita para poder desarrollar su personalidad como sujeto
integrante de un determinado sistema social. Bajo otras palabras, para garantizar
la participación del individuo en los diversos procesos de interacción social. La
Parte Especial esquematizada bajo el concepto del bien jurídico permite delimitar
el ámbito del Injusto típico y la clasificación ordenada de los delitos según el objeto
de tutela.

3.5 Política criminal


La política Criminal busca y pone en práctica los medios y formas más adecuados
para hacer eficaz de los fines del Derecho Penal (prevenir la comisión de delitos y
proteger bienes jurídicos), indicando las metas a que éste debe aspirar y los
limites que no puede traspasar en su aplicación y formulación; la política criminal
es la estrategia penal, es decir, el programa criminal que impulsa y patentiza un
Estado en las normas penales. Se acepta unánimemente por la doctrina que la
política criminal marca los límites del sistema penal (Hassemer, Roxin); es por ello
que se puede señalar sin temor a equivocarme que el método dogmático se
encuentra subordinado a las valoraciones políticos- criminales de los hechos
penales.

La actual “dogmática crítica” postula la unidad sistemática entre Política Criminal y


Derecho Penal, y configuran las categorías centrales del sistema penal como
concreciones de exigencias político-criminales. Se aboga pues por una
funcionalización óptima del sistema penal, donde la política criminal deja de ser un
factor extrínseco al sistema jurídico-penal, para convertirse en un criterio
determinante de un Estado Social de Derecho, no puede pretender combatir la
criminalidad a cualquier precio, sino la lucha contra el delito bajo el marco de la
legalidad. Teniendo como base el Derecho Penal; la protección de los Derechos

25
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Fundamentales, la integración de estos derechos en el sistema mismo es pues


una tarea político-criminal ineludible y de exigencia máxima en la cual coyuntura
histórica. En consecuencia, la política criminal se convierte en una fuente
inagotable de crítica y de interpretación de las normas penales.

3.6 La Teoría General del Delito


El principio de legalidad es uno de los principios más importantes que legitima la
intervención del Derecho Penal en un Estado Constitucional de Derecho. Dicho
principio prescribe que solo son punibles las conductas humanas que al momento
de cometerse, se encontraban previstos como delito y faltas en una norma penal,
así como la sanción jurídica a imponer para dichas conductas. Esta es una función
principal que se extrae de la policitación de la norma, a los ciudadanos solo se les
puede determinar a realizar una determinada acción u omisión, cuando se ha
realizado la relación normativa y cuando esta se refiere a hechos. En
consecuencia, es una garantía, tanto jurídica como política que los ciudadanos
estén debidamente informados de que conductas se encuentran previamente
criminalizadas y cuál es la medida coercitiva a imponer, que se expresa en marcos
penales mínimos y máximos. Lamentablemente, el principio de legalidad no abre
el espectro necesario para poder conceptualizar racionalmente el delito.

El código penal de 1924, adscrito a una conceptualización psicológico de la


culpabilidad señalada “la infracción es intencional cuando se comete por acción o
por omisión consiente voluntaria”, contraria a una concepción normativa de la
culpabilidad, aceptación imperante en el código penal de 1991 y en la mayoría de
codificaciones penales modernas. En todo el texto descrito en la Parte General se
plasma la adopción del principio de Culpabilidad, es decir, se exige la concurrencia
de dolo o culpa en la esfera cognoscitiva del agente y se proscribe toda forma de
responsabilidad objetiva, logro indiscutible de la teoría finalista, que desplazó el
dolo y la culpa de la culpabilidad a la tipicidad (Art. VII del Tít. Prel.)

La función de la Teoría del Delito se orienta a averiguar en la reacción punitiva


estatal la concurrencia, de criterios racionales y legítimos; a decir del penalista
Alemán Welzel, el sistema de la Teoría del Delito adquiere legitimidad por su
indudable racionalidad. La valoración debe partir entonces, desde acepciones
jurídicas apoyadas en datos sociales y culturales, mas no desde, matices y
vertientes moralistas, que colisionan con un principio fundamental del Derecho
penal que es, el proteger bienes jurídicos y no meras valoraciones éticas
acuñadas en determinados grupos sociales. Todo delito presupone la lesión o
puesta en peligro de bienes jurídicos tutelados por la ley (art. IV del Tít. Prel). Al
producirse una confusión entre Derecho. Kelsen, precursor de la “Teoría Pura del

26
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Derecho” concebida que los enunciados del deber ser eran propios de la ciencia
jurídica; contrario sensu, la ciencia natural describe los hechos por medio de los
enunciados del ser. La diferencia entre normas jurídicas y morales, consiste, en
que las primeras ordenan o establecen un cierto comportamiento al atribuir o
imputar una conducta contraria, un acto coercitivo como sanción, en tanto que las
normas morales estatuyen un determinado comportamiento, derivándose también
sanciones a su incumplimiento pero sin detentar un carácter coercitivo. El orden
moral es normativo, pero no coercitivo. Las sanciones que se derivan de un
ordenamiento jurídico son de validez general y de estricto cumplimiento, porque
emanan de una autoridad legitimada, reconocida por los miembros de una
determinada comunidad social. El valor moral tiene un carácter relativo, en cambio
la validez del orden jurídico no depende de su correspondencia a una orden moral.

Welzel señalaba que la función del Derecho Penal era la de proteger los valores
ético-sociales mínimos de la sociedad. Fue el positivismo jurídico que demando la
separación entre Derecho y Moral, exigencia de un estado de derecho y principal
victoria de un Derecho Penal Liberal. Es por ello, que la doctrina dominante, con el
afán de separar el derecho con la moral, se remite a bienes jurídicos. Luigi
Ferrajoli desde su construcción teórica del “garantismo penal”, escribe que la
separación entre derecho y moral, obligan a considerar injustificada toda
prohibición de la que previsiblemente no se derive de la eficacia intimidante
buscada a causa de motivos sociales, individuales, económicos y políticos. Su
prohibición se torna en inútil en la medida que se demuestre que no está abocada
a surtir efecto. La introducción o la permanencia de su prohibición penal no
corresponden a una finalidad de tutelar bienes que más aun resultan ulterior
mente atacados por la clandestinización de su lesión, sino a una mera afirmación
simbólica de los valores morales, opuesta a la función protectora de Derecho
Penal. La lesión de bienes jurídicos seria el contenido esencial de la infracción del
ordenamiento jurídico.

La Teoría del bien jurídico cumple una función dogmática en la interpretación de


la ley y otra critica cuando se trata de identificar el objeto de lesión constitutiva de
delito.

a) Estado social y democrático de derecho.- La pretensión punitiva del


Estado en una sociedad democrática debe estar sujeta a determinados
presupuestos que emanan de la Teoría del Delito. La teoría del Delito
constituye la determinación de las fronteras mínimas de lo que puede ser
prohibido y penado por el Derecho Penal y ofrecer las respuestas, de qué

27
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

conductas y qué elementos deben concurrir, para que un hecho sea


jurídico-penalmente relevante y punible. Esta respuesta solo podrá
revisarse de la función que se le asigne al derecho penal. En un Estado
Social de Derecho, el Derecho penal tiene como misión fundamental,
proteger los intereses sociales, tanto individuales como colectivos, que son
considerados indispensables para asegurar una participación activa en la
vida política y jurídica de una sociedad organizada. Actúa también como un
medio de prevención, en el sentido de motivar a los ciudadanos mediante
la internalización de la norma de conducta para que se abstenga de
realizar conductas que afecten bienes jurídicos; para cumplir eficazmente
esta función se conmina con una pena la infracción de la norma de
conducta, creándose a sí el temor de una sanción, produciéndose un
efecto disuasorio de inhibición del animus delictivo.

b) Principios rectores de la Teoría del Delito:

1) Principio de legalidad (mullan crimen nulla poena sine lege


previae).- Urquizo Olaechea nos introduce al tema señalando que cuando se
invoca al Estado de Derecho y su relación con el Derecho Penal, surge
inmediatamente la idea de principio de legalidad. Los grandes pensadores de la
ilustración que simbolizaron sus ideas libertarias en la Revolución Francesa de
1784 (Voltaire, Bentham, Beccaria), así como en la declaración de los derechos
del hombre del 26/08/1789, depositaron en estas gestas libertarias la proclama
de una Estado Liberal protector de los derechos fundamentales básicos, sin los
cuales el Estado pierde la legitimidad con la que fe concebida, que es el
contrato social. La teoría ilustrada formulo este principio bajo un estado
organizado políticamente sobre las base de la división de poderes. Solo el
poder Legislativo pueden emanar las leyes, ya que ellos representan al pueblo
(democracia representativa), como expresión popular y garantía fundamental
del Estado de Derecho. Para Beccaria, ningún magistrado puede con justicia
decretar a su voluntad, penas contra otro individuo de la misma sociedad.

El principio de legalidad es, púes un medio racional de lograr la seguridad


jurídica que evita que el sistema punitivo se desborde creando formas e
instrumentos coercitivos que no expresan necesidades finales de los procesos de
organización de la persona, la sociedad o el Estado. El principio de legalidad es
entonces un muro infranqueable que se estatuyen, tanto para el legislador al
momento de formular las convenciones penales como el Juez al momento de
interpretar normativamente los tipos penales, es en definitiva el poder contenedor
ante un rebasamiento excesivo del poder punitivo del estado. Para Ferrajoli solo

28
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

si se adopta una noción exclusivamente formal del delito y si se abandona todo


moralismo o naturalismo jurídico es posible interpretar y criticar al sistema
sustancial de los delitos previstos en determinado ordenamiento.

El axioma nullum crimen, nullapoena sine lege previa, significa que en un


estado social y democrático de derecho, los ciudadanos tienen el legitimo derecho
de conocer con exactitud qué acciones y omisiones son catalogadas por el
legislador como delito o falta (norma primaria) y cuál es la pena prevista para
dicho delito (en base a un marco penal determinado por quantums mínimos y
máximos), como consecuencia jurídica (norma secundaria). La norma penal
cumple así una función comunicativa-referencial fundamental, en un sistema penal
informado por el principio de legalidad. El principio de legalidad es entonces no
solo una exigencia de seguridad jurídica sino una garantía política del ciudadano
frente al ejercicio abusivo del iuspunendi estatal por parte de los jueces; los
juzgadores como formularan Monstesquieu solo son la boca de la ley; en su
función jurisdiccional los juzgadores deberán someterse a este principio
neutralizador de la creación judicial del derecho. Este principio se encuentra
estrechamente vinculado al principio de derecho, como sometimiento de la
pretensión punitiva al imperio de la ley, confiere límites formales y materiales. Tal
limitación obliga a poner al derecho penal al servicio del ciudadano y n como otros
creen someter los derechos del ciudadano a los fines del estado, con ello se niega
su intersubjetividad, por lo tanto el ciudadano no puede ser objeto de un
determinado cometido del Estado, en este caso la lucha contra el delito; en la
programación de una determinada política criminal, el legislador debe procurar que
la legislación penal no avasalle esta intersubjetividad, fundamental para poder
sustentar la base del Derecho Penal.

2) Principio de exclusiva protección de bienes jurídicos, tal como lo


prescribe el Art. IV. Tít. Prel. Del código penal, para que un hecho sea merecedor
de pena debe necesariamente lesionar o poner en peligro, bienes jurídicos
tutelados por la norma penal, a menos que el ordenamiento jurídico-penal lo
convierta en permisible en salva guarda de un bien jurídico de mayor
transcendencia valorativa (causas de justificación que eliminan las antijuricidad
penal de la conducta típica). Para Roxin, el Derecho Penal desarrolla su finalidad
última de mantenimiento del sistema social a través de la tutela de los
presupuestos imprescindibles para una existencia en común que concreta una
serie de condiciones valiosas, los llamados bienes jurídicos. El bien jurídico se
concibe como el límite constructor de las leyes penales, su visión material
garantiza que solo en su nombre se conminen con pena, conductas disvaliosas.

29
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Desde el momento en que se aprecia el divorcio entre el derecho y la moral, el


derecho penal encuentra su refugio interventor sobre la base de protección de
bienes jurídicos. Estos bienes jurídicos debe permitir la participación del individuo
en los procesos sociales y también los procesos económicos. Por lo tanto, el bien
jurídico debe expresar la lesión de un derecho participativo de un individuo en los
procesos de interacción social (personalísimo), los derechos difusos del colectivo
por preservar estándares de vida de calidad (macro sociales) y el correcto
funcionamiento de los servicios públicos (institucionales).

Función del bien jurídico. El bien jurídico cumple dos funciones: una en los
procesos de criminalización primaria, concretizado en la vinculación del legislador
hacia la realidad social, solo podrá penalizar conductas que signifiquen una
lesividad social a los intereses jurídicos prevalentes. En esta función, el bien
jurídico se constituye en un límite constructor de la pretensión represora estatal. El
legislador se encuentra encadenado a solo extender la protección penal

El legislador se encuentra encadenado a sólo extender la protección penal a


aquellos valores indispensables para el desarrollo del individua en su fase
participativa en la comunidad que pertenece esta función criminalizadora se
cohesiona con el principio de subsidiariedad y de mínima intervención del Derecho
Penal. Posteriormente, el bien jurídico debe cumplir una doble dimensión:
exegética y sistemática, ya que da contenido a la antijuridicidad, de lo cual de
deriva su idoneidad como instrumento interpretativo. La antijuridicidad contiene
una desvaloración formal y una desvaloración material; la primera siempre es
absoluta, mientras que la segunda es graduable, es decir, la lesividad material o
social implica el grado de afectación del bien jurídico protegido, tal graduación
permitirá al juzgador determinar el quantum de pena, acorde con la lesión
evidencia en el interés del bien jurídico tutelado.

Observamos una tendencia actual de los sistemas codificativos punitivos, de


una proliferación cuantitativa de los intereses tutelado (inflacionismo penal), por
una parte se criminaliza conductas en base a prognosis de lesión (delitos de
peligro abstracto); y, por otro lado, se aumenta considerablemente los delitos
contravenciones (administrativisación del Derecho Penal) así como las meras
desobediencias. Este inflacionismo punitivo da la sensación de una huida al
Derecho penal, de aquellas conductas que antes eran reguladas por el Derecho
Administrativo sancionador; se acude al Derecho Punitivo en virtud de sus efectos
intimidantes-disuasorio, se cree encontrar en este medio de control social la
herramienta perfecta para controlar estas fenomenología disvaliosas o aveces
como mera función simbólica. Un programa de derecho penal mínimo debe

30
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

apuntar a una masiva deflación de los bienes penales y de las prohibiciones


legales, como condición de su legitimidad política y jurídica.

Ante la misión funcional del Derecho Penal como protector de bienes jurídicos,
se yergue otra posición funcionalista sistémica (Jakobs), que atribuye al Derecho
Penal la función de mantener la vigencia contra fáctica de la vigencia de la norma,
delegando una funcionalización del Derecho Punitivo al mantenimiento del
sistema, así como de los subsistemas sociales y solo subsidiariamente la
protección de bienes jurídicos. Esta tesis se deriva de la teoría sistémica de
Luhmann, así como una excesiva normativización, que implica una admisión de la
teoría de los imperativos. Esta construcción teórica formula muchas críticas, pues,
el Derecho Penal debe estar al servicio del individuo y no al mantenimiento del
sistema social, mas aun cuando son los hombres quienes la conforman y estos
muchas veces actúan desvaloradamente en virtud de déficit de su competencia
organizativa interna. Por lo tanto, la función de prevención general siempre estaría
latente y primaria sobre la prevención especial; un Estado Social de Derecho debe
poner el derecho al servicio del ciudadano y no sojuzgar sus derechos ante el
mantenimiento del sistema social. Es el bien jurídico el núcleo fundamentador, por
el cual se dinamiza el sistema penal; es este que le otorga legitimación y es en
definitiva el poder de contención que se alza ante una arbitraria pretensión punitiva
del estado. El programa de minimización punitiva solo encuentra sustento, acorde
con la teoría del bien jurídico.

3.7 Principio de culpabilidad, que exige que en dicho ataque lesivo, concurran
como elemento del tipo subjetivo, dolo o culpa y que el hecho pueda ser
objetivamente imputada al mismo. Esta es una garantía fundamental que impide
que se sancione al autor por resultados imprevisibles o por obra del destino. Lo
preceptuado se colige con la prohibición consagrada en el Art. VII del Tít. Prel.
Que proscribe toda forma de responsabilidad objetiva, por lo tanto, el resultado
lesivo producido debe ser abarcado por la esfera subjetiva del agente.
Lamentablemente, el legislador ha seguido a pelando a esta errónea técnica
legislativa (delito de lesiones), los delitos de responsabilidad objetiva por el
resultado son una construcción a teórica que data del derecho canónico como
vestigio del versari in re illicita.la doctrina dominante soluciona estos casos bajo la
modalidad del concurso real de delito, un delito inicial doloso y un delito culposo
que se concretiza en el resultado lesivo. Por ende, de la moderna teoría jurídica
del delito, se extrae que solo puede concurrir en la tipicidad subjetiva: dolo y culpa,
no se acepta pues, una tercera opción, sea la responsabilidad objetiva o el
resultado fortuito.

31
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

3.8 Principio de responsabilidad penal.- Consideramos apropiada esta


terminología a fin de no confundir este principio con el principio de culpabilidad
además de remitir un examen con una imputación individual-sin desmedro de
hacer referencia al termino culpabilidad-, juicio de reproche que recae sobre la
persona individual. La responsabilidad es el límite que debe tomar en cuenta el
juzgador al momento de la determinación de la pena a decir de Roxin la
responsabilidad penal no solo es un elemento categorial del delito, sino también,
un principio político criminal destinado a limitar el merecimiento de pena.

Como bien apunta Jaén Vallejo, el derecho penal moderno es un derecho de


culpabilidad y de acto, no de autor, en que se determina la pena según la
culpabilidad de este en la comisión de un hecho, no en atención a la personalidad
del reo lo carácter del autor o a la conducta de su vida. El enfoque de reproche
culpabilista solo puede reflejar la vinculación del autor con el injusto cometido, es
decir, el enfoque solo puede circunscribirse al hecho en si desvalorado no ha
determinadas tendencias conductuales del autor: “no hay pena sin culpabilidad”.
Este juicio valorativo (imputación individual) a permitido a la remozada dogmática
jurídico- penal delimitar exitosamente la diferenciación entre injusto y culpabilidad.
Lesividad social externa por un lado y el lado interno por otro lado. Si bien nuestra
constitución política del estado no reconoce este principio garantizador, así como
el de proporcionalidad de las penas expressiverbis, este principio puede surgir en
base a una interpretación del Art. 139 Inc. 22 que consagra que el régimen
penitenciario tiene por finalidad la reeducación, rehabilitación y reincorporación del
penado a la sociedad, en conrdancia con el Art. 03 in fine, que dispone que los
derechos que la carta política reconoce se fundan en la dignidad del hombre. Ante
ello se afirma la constitucionalización del principio de responsabilidad penal y el de
proporcionalidad de las penas. la culpabilidad es un elemento normativo no del
autor, sino del delito, la que designa, más que una connotación psicológica, una
modalidad teontica; el deber de abstenerse de realizarlo en base a la posibilidad
material de su omisión o comisión. Para tal función valorativa, habrá que tomar
como referencia a las capacidades individuales conocimiento especial del autor,
así como remitirse a las circunstancias concomitantes, que puede suponer una
reacción de una notabilidad anormal (inexigibilidad). Es en tanto, una posibilidad
ex ante que tiene el sujeto de abstenerse de realizar el hecho anti jurídico, ante
múltiples obsiones y una de ellas es comportarse conforme a derecho.

3.9 principio de mínima intervención, significa que en un estado de derecho


el programa punitivo debe intervenir lo menos posible en la esfera de libertad de
los ciudadanos; una excesiva intervención del Derecho Penal, anuncia la negación
de su propia legitimidad y abre peligrosos espacios para la arbitrariedad y la

32
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

persecución. Cuando el Derecho Penal es instrumentalizado por el poder político


para el mantenimiento del establecimiento, nos ubicamos en un oscurantismo
punitivo, donde la inflación punitiva expresada en la proliferación de tipos penales
que no guardan relación con el griterío material del bien jurídico, desemboca
irremediablemente en un derecho penal incapaz de contener la pretensión punitiva
de un Estado Maximalista, únicamente orientado a sus fines políticos y político-
criminales.

El programa de minimización punitivo debe cohercionarse con los fines del


Derecho Penal, es decir, con la prevención general de delito y con la exclusiva
protección de bienes jurídicos. La intervención punitiva solo puede justificarse
social y políticamente, cuando es la misma sociedad que reclama su intervención
ante sus ataques más intolerables que significan una lesividad social intensa. Este
es el límite que debe respetar el legislador al momento de formular las
convenciones penales, el Derecho Penal aparecerá así, entre los elementos que
dispone el estado para garantizar la continuidad y desarrollo del sistema social,
como última ratio. Este medio de control social únicamente puede ser usado
subsidiariamente, ante la inoperancia de las demás insistencias de control
extrapenal siendo que esta esfera cuenta con los medios más aflictivos con los
que se puede grabar al ciudadano.

Ante lo esglosado diremos que el principio de mínima intervención se dirige aquí el


Derecho Penal sirva de elemento de contención ante una desmedida pretensión
punitiva del estado, esto es, de servir de tutela al ciudadano y de una
racionalización de respuesta al delito, esta es la única via por la cual podremos
garantizar un Derecho Penal Democrático y Humanista. No obstante lo esbozado,
la realidad nos muestra un panorama contrario, la tendencia se dirige a una
inflación del Derecho Penal, a través de la criminalización de nuevas conductas
alejadas a la visión material del bien jurídico, subsidiadas por una profusa
neucriminalización. Ante tal programa criminal describe Gimbernat “la reforma del
Derecho Penal significa introducir nuevos tipos, elevar penas, apretar todavía mas
la red de la represión política”, en otras palabras, la pretendida reforma del
Derecho Penal significa un alejamiento a las bases principistas que sustentan el
estado social de derecho.

En síntesis, son todos estos principios, dotados de valor científico y valorativo, los
que legitiman la intervención del Derecho Punitivo en un Estado Social y
Democrático de Derecho, como garantía de un derecho penal mínimo y de pleno
respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos.

3.10 Las escuelas del saber jurídico-penal

33
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Desde los inicios del estudio doctrinal del delito, tanto la acción, tipicidad,
antijuricidad como culpabilidad han sido consideradas las categorías básicas del
sistema. Dicha sistemática ha sido, sin duda alguna, objeto de numerosas
discusiones doctrinales, sin embargo, la doctrina ha sido conciliadora en lo
referente a la ordenación posicional que estas categorías ocupan. Lo que sí ha
sido objeto de divergencia en la valoración y sustrato odontológico que se le
otorga a cada una de dichas categorías al momento de situar el hecho concreto de
acuerdo a la ley. Ante este estado de cosas, plantearemos la polémica que se
sucitó entre causalistas y finalistas, en el sentido de que para imputar la
configuración de un hecho lesivo a su autor, era suficiente con acreditar un nexo
de causalidad entre la conducta entre el resultado producido y la conducta descrita
por su autor o debía tomarse en cuenta la finalidad desplegada en su conducta y
su conocimiento sobre la misma. Tanto causalistas como finalistas se limitaron a
otorgar una esencia ontológica a la acción humana, producto de valoraciones
científico-naturales y de estructura lógico-objetivo, fuera de toda consideración
normativa y de criterios políticos-criminales.

1. El causalismo: se fundamentaba en una identificación de la acción


humana con sus aspectos causales naturales- leyes provenientes de la
ciencia natural-, así, la acción era concebida de forma estrictamente causal,
como transformación física del mundo exterior, en donde lo relevante
estaba integrado por un movimiento corporal generador de un proceso
causal que desembocaba en un resultado, doctrina que se basaba en los
postulados provenientes del iuspunendi naturalismo.
Tanto los elementos de tipicidad y antijuridicidad eran concebidos de forma
objetiva (injusto objetivisado). La tipicidad era entendida como una mera
descripción objetiva de un determinado proceso causal que tenía su origen
en un impulso físico, que para poder ser desvalorado debía necesariamente
producir un resultado lesivo (valoración ex post). No era necesario que el
autor quiera o siquiera pueda prever el resultado, basta con el nexo causal
(responsabilidad objetiva por el resultado). Al igual que la tipicidad, la
antijuridicidad era convencida desde un plano objetivo, como mera
contradicción a la norma finalmente, la culpabilidad estaba integrada por el
componente subjetivo de la teoría del delito (dolo y culpa); la culpabilidad,
representaba así al nexo psicológico del hecho antijurídico con su autor. En
consecuencia, solo podía cometer actos antijurídicos, aquel con capacidad
de acción, dependiendo de sus capacidades individuales, por ende en base
a esta teoría no se aceptaba un injusto no culpable. Representantes: Von
Liszt y Beling. Las teorías que se incardinan en los postulados son la
“equivalencia de condiciones “y la “causación adecuada”

34
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

2. El finalismo: El concepto de acción vuelve a ser el núcleo central sobre el


que se orienta la teoría del delito, donde una perspectiva ontológica.
Máximo representante fue el penalista Alemán Hans Welze que dio lugar a
una renovación de la sistemática del delito.
El concepto de acción no se constituía jurídicamente, sino era una
estructura odontológica, es decir, que el derecho penal estaba vinculado al
plano de la realidad, por una estructura lógico-real. De este modo, la acción
entraba al tipo con su finalidad; dolo y culpa se desplazan de la culpabilidad
y han formado parte de la tipicidad en su vertiente subjetiva. Es así, que el
tipo objetivo abarcaba el resultado tanto en el tipo doloso como culposo.
Ello conduce a afirmar, que lo prohibido o mandado esta en relación con
una acción, y ésta revela una estructura final; el legislador o bien el
ordenamiento jurídico tiene que reconocer tal estructura lógico-objetivo,
ontológica, pues es caso contrario su sistema adolecería de contradicciones
y lagunas. Se considera a la acción humana en un contexto social, en que
la significación adquiere una especial relevancia; solo puede ser
responsable penalmente aquello que se ha querido. Es decir, al aspecto
voluntativo adquiere una inusitada relevancia, dotando así al tipo de un
contenido subjetivista contrario al injusto objetivisado concebido por los
causalistas.
El nuevo contenido con que se dotaba a la antijuridicidad permitía
establecer un concepto normativo puro de la culpabilidad despojándolo de
componentes psicológicos. Junto a ello, imprime Welzel la función del
derecho penal de proteger determinados deberes y valores de conciencia,
de acto o de sentido, pues son ellos los que le dan dirección a los actos del
sujeto; sólo en segundo término, en forma mediata se protegen los bienes
jurídicos. Como bien afirma Bustos Ramírez, con ello se afirma la
naturaleza ético-social de sus fundamentos, que serían la dignidad humana
y las estructuras lógico-objetivas. Sin duda, el Finalismo se aparta de una
concepción naturalista propia del causalismo, pero se adentra en la ciencia
del espíritu, en los valores internos de la persona en forma individual como
realidades absolutas, pero metafísicas al fin por su carácter indemostrable,
cayéndose en una profunda abstracción al subordinar los datos
sociológicos a los estrictamente ético-espirituales.
Gracias al aporte del concepto Bimensional del Delito estructurado por
Welzel es que pudo descomponer el Injusto Penal (teoría de lo Ilícito
personal): en el desvalor de la acción y desvalor resultado; en base a esta
descomposición es que se pudo fundamentar la punibilidad de la tentativa
en el desvalor de la acción, ello conduce a afirmar, que para que una
conducta tenga merecimiento de pena no es necesario que se produzca el
35
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

resultado final querido por su autor, sino basta que con su acción se haya
creado un riesgo no permitido por la norma penal. Si bien Welzel tenía
razón cuando atribuyó a la tipicidad la función de selección de lo jurídico
penalmente-relevante, se equivocó al estimar que toda la materia
prohibitiva quedaba comprendida en el tipo penal, pues también los
preceptos permisivos (causas de Justificación) condicionan la materia
prohibitiva.
3. Sistema funcional: Pasadas dos décadas del oscurantismo dogmático
profesado por la Escuela de Kiel durante el imperio del Nacionalsocialismo
en Alemania, la doctrina penal alemana de corte Funcionalista, reputa sus
avances dogmáticos gracias a la resonancia que en los años setenta,
encontró como base sociológica en la teoría de los Sistemas de Luhmann,
inspirada y llevada a todas sus consciencias en la teoría jurídica del delito
construida por Jakobs, sistema Jurídico cerrado a la critica valorativa en
virtud de la profunda abstracción por Roxin que abre los espacios
suficientes a una constante critica y revisión de los elementos categoriales
del Delito a través de valoraciones político-criminales.
El contenido de las categorías dogmáticas se selecciona en función del
sistema social. El sistema puede ser referido al sistema social general
(Prevención General Positiva) o a aspectos parciales del sistema o
subsistema, es decir, el individuo en el sentido de la teoría de la prevención
especial. En síntesis, funcional es todo aquello que sirve para el
mantenimiento del sistema y para preservar su normal funcionamiento. Es
así, que se apartan de los datos que le proporciona la ciencia natural o la
fenomenología, para fundar su teoría en datos sociológicos que se derivan
del sistema social.
1) Sistema funcionalista de la Unidad Sistemática entre Política
Criminal y Derecho Penal.- ( Roxin) Se trata de un sistema adecuado
al fin preventivo especial de la pena, al tratamiento individual del
delincuente con los fines terapéuticos, rehabilitadores y
resocializadores, evitando así la reincidencia. El principio de culpabilidad
no sólo es un elemento categorial del delito, sino también, tiene carácter
de principio de política criminal rector del tipo penal. Al otorgarle este
contenido valorativo, el merecimiento de pena puede verse limitado por
determinados criterios que fundamentan la exclusión de sanción. Las
necesidades de la prevención especial impregnan totalmente la
responsabilidad de que la culpabilidad es presupuesta, es decir, la
comisión de un injusto penal responsable no es suficiente presupuesto
para la imposición de una pena, se deberá recoger también valoraciones
político-criminales.
36
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

El tipo objetivo se reduce a la simple causalidad, proponiendo su


reemplazo por la producción de un riesgo no permitido por el ámbito
protector de la norma, sustituyéndose de esta manera, la categoría
científica, natural o lógica de la causalidad por conceptos puramente
normativos. La culpabilidad se convierte en una categoría de la
responsabilidad, tomando como referencia la necesidad preventiva
especial de la sanción penal, de tal forma de tal forma que necesidad
limita el merecimiento de pena.
Construye un concepto personal de acción y lo define como “la que se
produce por un hombre como centro de acción anímico-espiritual o mas
brevemente como exteriorización de la personalidad”, aceptando una
base pre jurídica penal. Sin embargo, sostiene un concepto personal
completamente neutral frente al tipo, en las omisiones. En la omisión
socialmente no esperada, no habría nada antes del Injusto, la que
parece contrariar tanto la experiencia común como los requerimientos
sistemáticos. Su construcción teórica no responde a sus premisas
constructoras al no abarcar toda la gama de posibilidades que pueden
producirse y ser consideradas como típicas, al ser limitado su axioma
“exteriorización de la personalidad”.
Para Roxin el Derecho penal debe estar penetrado en la política-
criminal, pues de que sirve una sintonía sistemática entre los elementos
categoriales del delito, si esta construcción jurídica se aparta de los fines
políticos-criminales del Estado. Por lo tanto, la sistematización jurídica
del delito debe ir orientada a valoraciones político-criminales, criterios
que sirven al legislador y al intérprete a llegar a soluciones correctas son
en tanto contradicciones internas. Sin duda, la sistematización de la
teoría jurídico del delito orientado a valoraciones político-criminal,
permitió a Roxin establecer una delimitación diferente entre injusto y
culpabilidad, pues lo externo (antijuricidad) es la solución social a los
conflictos, y para lo interno (culpabilidad) se determinará a los fines de la
pena. De esta forma se elabora un sistema abierto al sistema rígido
elaborado por la dogmática tradicional, imprimiendo un sistema abierto a
la realidad social, así como a las finalidades propias del sistema penal.
2) Modelos Fundamentalista de la Teoría de Sistemas (Jakobs).-su
punto de partita es la prevención general Positiva, esto es el
mantenimiento del sistema es la fidelidad hacia el ordenamiento jurídico
y las expectativas sociales de los ciudadanos. Estas expectativas son el
fundamento de los ciudadanos, o sea los modelos de conducta
orientadores del contacto social. Jakobs invierte la premisa de Welzel al
afirmar que ningún concepto jurídico-penal está a datos pre-jurídicos,
37
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

sino que todos se construyen en función de la tarea del Derecho Penal-


normativización de los conceptos penales.- Al asignarle una función
meramente preventiva general de la pena (aseguradora del sistema), su
concepto de cualidades dependerá exclusivamente de la demanda de
prevención general positiva y no tomando como dato las capacidades
individuales del sujeto del sujeto de haberse podido comportar de otro
modo, no contrario a la norma y de sus posibilidades de rehabilitación y
resocialización. La pena tiene como fin contradecir y desautorizar la
desobediencia de la norma, el Derecho penal, por lo tanto, protege la
validez de las normas y sólo subsidiariamente los bienes jurídicos.
Para Jakobs la acción es la objetivización de la falta de reconocimiento
de la vigencia de la norma, en consecuencia la culpabilidad condiciona
decisivamente la lesividad del hecho; constituye, pues, un concepto
jurídico-penal de la acción. Afirma que todo concepto de acción previa a
la culpabilidad es provisional, pues solo puede afirmarse que hay una
acción para el Derecho penal una vez afirmada la culpabilidad. La
acción como evitabilidad, separa la antijuricidad (imputación objetiva) de
la culpabilidad (imputación subjetiva); con la primera se juzga la
evitabilidad desde el parámetro de las expectativas conforme a roles;
con la segunda, como evitabilidad según las capacidades individuales.
Esta posición surgiera una escisión del dolo en elementos cognoscitivos
que pertenecen al Injusto, y volitivos que pertenecen a la culpabilidad.
Entonces, solo podrá afirmarse que la acción es relevante para el
Derecho Penal cuando se aprecia a un sujeto culpable-con capacidad
de responsabilidad penal-, por ende, no se acepta según este esquema
un Injusto no culpable. La culpabilidad para el autor aparece como
necesaria bajo aspectos generales preventivos y no como accesibilidad
normativa. Jakobs imputa la culpabilidad allí donde la sociedad cree ver
la necesidad de pena y con ello renuncia a una limitación de las
intromisiones estatales basadas en razones preventivo-general.
En síntesis, la elaboración sistemática funcionalista de Jakobs, propone
una subordinación de la funcionalidad protectora de-bienes jurídicos
hacia el reconocimiento de a vigencia fáctica de las normas, por lo tanto,
se esquematiza un bien jurídico de corte marco (mantenimiento del
sistema social) en desmedro de los bienes jurídicos individuales y
difusos. Es pues, un sistema teórico más orientado al programa social
que los derechos fundamentales de los individuos, por eso se dice que
es un sistema cerrado ante valoraciones que se ubican fuera de su
sistema.

38
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Amabas conceptualizaciones sistémicas funcionalistas, son posturas


diametrales opuestas a las ontologistas propias del causalismo,
presuponen pues una normativización del contenido de las categorías
dogmáticas, es decir, una funcionalización de las mismas, ya que ellas
cumplen una función política como paradigma del Estado de Derecho.
La dogmatica orientada por el método teleológico en la interpretación de
la ley, al seleccionar los hechos merecedores de pena, resulta un
presupuesto inevitable para la interpretación del derecho vigente, pues
la ley solo puede tener como finalidad, punir hechos merecedores de
pena. La visión funcionalista impregnada de una profusa normalización
favorece la labor del intérprete porque pone de relieve solo aquellas
conductas que deben interesar al Derecho Penal, aquellas que ingresan
a su sistema a través del ámbito mismo que se extraen de los diversos
tipos penales comprendidos en la parte Especial. Es así que nos
alejamos de construcciones teóricas que circunscriben el análisis de la
acción humana en un ámbito pre-jurídico, queriéndole dotar de un
contenido ontológico.

3.11 Derecho Penal del Hecho

Nuestro código penal de 1991 se encuentra irradiado bajo este principio básico,
como propuesta de un Derecho Penal Mínimo. Es contemplada en primer término
la lesión al orden jurídico o del orden social; el autor, es decir, sus características
personales, solo entran en consideración de manera secundaria. Ellos significa
que las características personales del autor, carecen de autonómica significancia
para fundamentar la aplicación de una pena; estas solo se toman en cuenta, al
momento de la individualización de la pena (Arts. 45 y 46 del Código Penal). Por lo
tanto, la del presupuesto de pena es la comisión del injusto, como acto
desvalorado que lesiona o pone en peligro bienes jurídicos penalmente tutelados,
acto que per se merece una sanción punitiva de acuerdo con sus fines
preventivos.

En síntesis, a un sujeto solo se le puede imponer una sanción por un hecho que
se encuentra desvalorado por la norma penal, no por meras tendencias, por forma
de vida, por prognosis de peligrosidad. Se prohíbe toda imposición punitiva
predictibles. El respeto al principio de estricta legalidad exige que las

39
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

convenciones penales sean formuladas en base a hechos disvaliosas, hechos que


por la intrusiva lesividad social que entrañan, son declarados intolerables por los
miembros de una sociedad democrática; la elaboración de leyes penales dirigidas
a criminalizar determinadas tendencias conductuales, subjetivismos etiquetados
(rufián, prosuda, vago, maleante, etc.), conductas que proviene del etiquetamiento
del interaccionismo simbólico, deben ser desterrados de un derecho penal que
tiene núcleo legitimados de la protección de viene jurídicos necesitados de tutela,
bajo la sistemática del programa minimización punitiva.

3.12 Delito

Se entiende como un hecho (acción u omisión) penalmente, antijurídico y


personalmente imputable. La antijurídica penal supone la tipicidad penal y la
ausencia de causas de justificación; y la imputación penal requiere que le hecho
penalmente antijurídico (injusto penal) sea imputable a una infracción personal de
la norma primaria a u sujeto penalmente responsable. En la categoría del injusto
penal se enjuicia la acción típica concreta, incluyendo todos los elementos
concurrentes en la situación concreta, conforme a los criterios de prohibición y de
permisión. Es decir, el injusto penal vendría a ser la conducta punible, en otras
palabras un comportamiento humano desvalorado que ha integrado al ámbito de
protección de la norma y que al no encontrarse en conflicto con otros intereses
jurídicos de orden superior se califica como merecedor de pena. Solo aquellas
conductas humanas típicas (nullum crimen sine lege) que no se encuentran
justificadas por el ordenamiento jurídico pueden ser pasibles de una pena o de
una medida de seguridades. El injusto contiene, pues, acción y tipo: solo las
acciones pueden ser típicas.

 Niveles de imputación: primer nivel la imputación como ilícita; segundo


nivel, la imputación del hecho como responsable. La diferenciación en dos niveles
de imputación, se deriva de las estructuración del sistema vicarial que ha tomado
el Código Penal, que prevé Medidas de Seguridad para los imputables, aquellos
que en base a sus características personales no están en la capacidad de

40
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

responder penalmente por sus actos, a pesar de cometer un hecho antijurídico


contrario a la norma penal y penas para los imputables, aquellos que si están en la
capacidad de responder penalmente.
1) Antijurídica penal (injusto Penal).- supone una doble exigencia:
a) La lesión o puesta en peligro de los intereses más vitales en la vida
comunitaria. El hecho debe entrañar una lesividad tal, que sea considerado
intolerable para la sociedad, vinculado a la exclusiva protección de bienes
jurídicos y;
b) Que el bien jurídico no entre en conflicto con intereses superiores que
justifiquen su ataque. El derecho penal constituye un conjunto de normas
dirigidas a motivar a los ciudadanos en contra del delito, lo intenta en primer
lugar a través de las prohibiciones y los mandatos contenidos en las
normas primarías; estas normas tratan de prevenir, las lesiones o puestas
en peligro de bienes jurídicos penales, previstos en os penales no
justificados. Estos proceso motivador requiere de la concurrencia de los
presupuestos básicos:
1. Que se produzca una verdadera relación normativa, es decir que la
norma llegue plenamente a conocimientos de los destinatarios, que son
los ciudadanos; y.
2. Que, el destinatario, en razón de sus condiciones personales y/o
situaciones normales, puede dirigir su conducta en base a dicha
comunicación normativa. Sin embargo, n ciertas situaciones, el sujeto no
puede advertir personalmente la peligrosidad objetiva del hecho, es
incapaz de advertirlo y cuando no puede saber su objetiva antijurídica.
2) Culpabilidad (sujeto responsable).- el autor debe tener capacidad
para cumplir el directivo normativo de conducta, además se exige que la
capacidad de cumplimiento de la norma existe en grado tal, que pueda
considerársela normal.
El autor es penalmente responsable cuando se encuentra en una situación
psíquica de normalidad o motivacional, es decir, no sufre de algún déficit
psicosomático que le impide actuar conforme al directivo de conducta.
41
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

No son penalmente responsables los individuos que cometen un hecho típico


penalmente antijurídico que padecen de anomalía psíquica, grave alteran de la
conciencia, que tiene alterada su percepción de la realidad o sufrir alguna clase de
minusvalía física, así como los menores de edad, cita causas eximentes de
responsabilidad penal (Art. 20 inc. 1 y 2 del CP).
Existen otras situaciones, que sin remitirse a las características personales
del autor, poseen circunstancias excepcionales en las cuales se producen una
amenaza de peligro eceptible a bienes jurídicos tan importantes como la vida y la
libertad, si bien es cierto que la antijuricidad penal del hecho no se altera, el
Estado renuncia a la pena por considerar que no se puede exigir en los
ciudadanos la realización de actos heroicos y los sacrificios, como el estado de
necesidad disculpante o el miedo insuperable. (Art. 20 inc. 5 y 7 in fine).
En resumen, la diferencia entre antijuricidad y culpabilidad se basa en que el
primero tiene como objeto rescatar todo lo que racionalmente puede ser
considerado un conflicto de relevancia penal y que se encuentra justificado por el
ordenamiento jurídico, en tanto que por segundo nivel tiene por finalidad descartar
toda pretensión punitiva cuando razonablemente no se le puede reprochar al
agente la producción de conflicto.
Actualmente, una parte de la doctrina (Roxin, Mir Puing), insertan a la
Teoría del delito un quinto elemento, la Punibilidad.- Categoría que agrupa las
condiciones obtenida del punibilidad y las Causas Personales de Exclusión de
pena (Excusas Absolutorias); en algunos tipos de penales, se exige pues la
concurrencia de ciertas circunstancias para el hecho sea merecedor de pena y
que se suman a la ante juridicidad penal y a la imputación personal.

Su ausencia no determina la exclusión de la antijuricidad ni la imputación personal,


sino solo la conveniencia político-criminal de la penan por otras razones ajenas a
la gravedad de la infracción y que nada tiene que ver con el grado de reproche
por razones políticas o político –jurídicas ajenas al derecho penal.

3) Condiciones Objetivas de Puntualidad.- afectan el carácter penal


de la antijuricidad del hecho y de ellas depende, pues, el injusto penal. Solo es
42
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

merecedor de pena un injusto penal típico y penalmente relevante. Este juicio


desvalorativo, se hace en base al grado o contenido del injusto del hecho, pero,
también a consideraciones político-criminales-de oportunidad o de convivencia
– y hasta independientes del hecho mismo, por ende, condicionan la objetiva
relevancia jurídico-penal del hecho. En suma, el tipo penal no solo contiene
elementos subjetivos que determinan la infracción de la norma primaria, sino
aquellas circunstancias ajenas a antijuricidad y a la imputación personal. Que
condicionan la objetiva relevancia jurídico-penal del hecho. En conclusión, su
fundamento radica en hacer prevalecer intereses extrapenales, como
manifestación de un enlace entre el Derecho penal y las necesidades del
conjunto de la sociedad, en aras de una funcionalización optima del Derecho
Penal.
4) Excusas absolutorias.- No afectan la relevancia objetiva 0penhal
del hecho, es decir, no impiden que subsista la antijuricidad objetiva penal
típica. En síntesis, no impiden la presencia de un delito, sino, solo
excepcionalmente el castigo del mismo0 que es cometido por una determinada
persona, que presenta una relación especial con el sujeto pasivo del delito; v.gr.
es el caso de los delitos patrimoniales, que por razo0nes de política familiar, se
incluye la puntualidad del hecho a ciertas personas que detectan un nexon
parental con el sujeto pasivo del delito (Art. 208 del C.P.). En consecuencias, la
selección de hechos penalmente típicos no depende solo de su donosidad
social, sino que aparezca como necesario y oportuno su merecimiento de pena
por razones político-criminales. Por ende, la exclusión del injusto penal puede
también obedecer al decaimiento de la suficiente necesidad de pena, como
óbice de principio de mínima intervención.

43
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Conclusiones:

1. La teoría del delito sirve de soporte interpretativo en la función aplicativa


de la norma jurídica penal y como ideología contenedora de la violencia
punitiva.

2. La Teoría del Delito constituye la determinación de las fronteras mínimas


de lo que puede ser prohibido y penado por el derecho penal y ofrecer las
respuestas de que conductas y que elementos deben concurrir para que
un derecho sea jurídico penalmente relevante y punible.

3. La teoría del delito es un sistema de hipótesis que exponen, a partir de


una determinada tendencia dogmática, cuáles son los elementos que
hacen posible o no la aplicación de una consecuencia jurídico penal, a
una acción humana.
4. Delito como fenómeno humano social y jurídico, al delincuente como ser
corporizo y no un mero ente conceptual y a la pena como una
consecuencia política y social del delito, aplicada según los fines que con
aquella se perciben.

5. Para cualquier sistema conceptual del delito, requieren satisfacer tres


condiciones básicas:

5.1 Debe servir de función practica a los casos, resolviendo entre la ley y
el saso concreto, facilitando la labor del órgano jurisdiccional (Dogmatica)

5.2 Debe ser valorativa, conforme a criterios precisos y de datos sociales


de relevancia jurídica marginando cualquier tipo de juicio moralista.
Debe constituirse en muro de contención ante una arbitraria
pretensión punitiva del estado.
5.3 Debe construirse teleológicamente, orientada a limitar el poder
punitivo del estado, anteponiendo para ello los derechos
fundamentales de las personas, construida hacia el reforzamiento de
estado Democrático y Social de Derecho.

44
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

Bibliografía:

PEÑA CABRERA, Freyre, Derecho penal Peruano/ Teria General del Delito

VILLA STEIN, Javier, Derecho Penal Parte General, Grijley, 2008, c .10

KELSEN, Hans. Introducción a la Teoría Pura del Derecho. 3era. Edición revisada.
Lima, 2001

MUÑOZ CONDE, Francisco; Introducción al Derecho Penal, Barcelona, 1975.

BACIGALUPO, Enrique. Derecho Penal Parte General, Perú, 2004.

MUÑOZ CONDE, Francisco, Derecho Penal Parte Especial, Perú

MUÑOZ CONDE, Francisco, Teoría General del delito, Temis, Bogotá, 1990.

COING, Helmut, Fundamentos de la Filosofía del Derecho, Ariel, Barcelona, 1961.

COBO DEL ROSAL/ VIVES ANTON, Derecho Penal. Parte General.

45
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

ANEXOS

46
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

47
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

48
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL


El Tribunal Constitucional al emitir sentencia en el Exp. N° 05922-2009-
PHC/TC desarrolla estos conceptos:

Prescripción de la acción penal

En lo que respecta a los extremos de la demanda que se refieren: a) A que el


delito por el cual el actor ha sido condenado es, de acuerdo al criterio esgrimido
por la Sala suprema demandada, de naturaleza permanente, a pesar de que,
según la dogmática penal, tendría más bien naturaleza instantánea; b) A que la
Sala suprema expidió la ejecutoria cuestionada cuando ya había vencido en
exceso el plazo de prescripción de la acción penal; debe manifestarse que,
conforme a lo señalado anteriormente por este Tribunal [Cfr. Exp. Nº 1805-2005-
HC/TC, Máximo Humberto Cáceda Pedemonte], la prescripción, desde un punto
de vista general, es la institución jurídica mediante la cual, por el transcurso del
tiempo, la persona adquiere derechos o se libera de obligaciones. Y, desde la
óptica penal, es una causa de extinción de la responsabilidad criminal fundada en
la acción del tiempo sobre los acontecimientos humanos o en la renuncia del
Estado al ius punendi, bajo el supuesto de que el tiempo transcurrido borra los
efectos de la infracción, existiendo apenas memoria social de ella. Dicho de otro
modo, en una Norma Fundamental inspirada en el principio pro hómine, la ley
penal material otorga a la acción penal una función preventiva y resocializadora,
en la cual el Estado autolimita su potestad punitiva; orientación que se funda en la
necesidad de que, pasado cierto tiempo, se elimine toda incertidumbre jurídica y
se abandone el castigo de quien lleva mucho tiempo viviendo honradamente,
consagrando de esta manera el principio de seguridad jurídica.

Así, la ley considera varias razones que permiten extinguir la acción penal, en
virtud de las cuales el Estado autolimita su potestad punitiva: causas naturales
(muerte del infractor), criterios de pacificación o solución de conflictos sociales que
tienen como base la seguridad jurídica (cosa juzgada o prescripción) o razones
sociopolíticas o de Estado (amnistía).

En este orden de ideas resulta lesivo al derecho al plazo razonable del proceso
que el representante del Ministerio Público, titular de la acción penal, sostenga una
imputación cuando ésta se ha extinguido, o que formule denuncia penal cuando la
potestad persecutoria del Estado, por el transcurso del tiempo, se encuentra
extinguida, y que el órgano jurisdiccional abra instrucción en tales supuestos.

El Código Penal reconoce la prescripción como uno de los supuestos de extinción


de la acción penal. Es decir, que mediante la prescripción se limita la potestad

49
TEORÍA DEL DELITO Y FUNCIÓN DE LA TEORÍA DEL DELITO 2012-II

punitiva del Estado, dado que se extingue la posibilidad de investigar un hecho


criminal y determinar la responsabilidad del supuesto autor o autores del mismo.

Prescripción de la acción penal y justicia constitucional

Conforme a lo expuesto, la prescripción de la acción penal tiene relevancia


constitucional, toda vez que se encuentra vinculada al contenido del derecho al
plazo razonable del proceso, el cual forma parte del derecho fundamental al
debido proceso. Es por ello que muchas de las demandas de hábeas corpus, en
las que se ha alegado prescripción de la acción penal, han merecido
pronunciamiento de fondo por parte de este Tribunal. (Cfr. STC Exp. N.° 2506-
2005-PHC/TC; Exp. N.° 4900-2006-PHC/TC; Exp. N.° 2466-2006-PHC/TC; Exp
N.° 331-2007-PHC/TC).

Sin embargo, es preciso indicar que, no obstante la relevancia constitucional de la


prescripción de la acción penal, el cálculo de dicho lapso requiere, en algunas
ocasiones, la dilucidación de aspectos que no corresponde a la justicia
constitucional. En efecto, conforme al artículo 82º del Código Penal el plazo de
prescripción se cuenta desde la fecha en que se consumó el delito (para el delito
instantáneo) o desde el momento en que cesó la actividad delictuosa (en los
demás casos). Como es de verse, determinar la prescripción de la acción penal
requerirá previamente establecer la fecha en que cesó la actividad delictiva o el
momento de la consumación, lo que es competencia de la justicia ordinaria.

En caso de que la justicia penal determine todos los elementos que permiten el
cómputo del plazo de prescripción, podrá cuestionarse ante la justicia
constitucional la prosecución de un proceso penal a pesar de que haya prescrito
la acción penal. En caso contrario, la pretensión deberá ser rechazada. Así, este
Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Exp. N.° 5890-2006-PHC/TC,
no obstante la relevancia constitucional que ostenta la prescripción de la acción
penal, no pudo estimar la pretensión incoada toda vez que la justicia ordinaria no
había establecido la fecha de consumación del ilícito, aspecto crucial para
determinar el plazo de prescripción de la acción penal, lo cual no puede ser
dilucidado por la justicia constitucional.

En tal sentido, siempre que la prescripción de la acción penal implique la


dilucidación de aspectos que concierna evaluar a la justicia ordinaria, la demanda
deberá ser rechazada.

Alan Emilio Matos Barzol

50

También podría gustarte