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LA IDENTIDAD PERSONAL EN UN
MUNDO ANONIMO
Cuando veo a un hombre en estado de ansiedad...
no puedo afirmar que no sea un ejecutante de lira,
pero si puedo decir otra cosa... Y ante todo, lo
Uamo forastero y digo: Este hombre no sabe
donde esta.
EpicTETo (60-120 d.C.), De la ansiedad
Hemos advertido algunos de los problemas que surgen de la pérdida de
significacién individual ante el poder y la vastedad de las tendencias colec-
tivistas que caracterizan el panorama contemporéneo. Esta pérdida nos obli-
ga a todos a hacer frente a Ja lucha para encontrar y preservar nuestra iden-
tidad personal en este mundo anénimo, pero la situacidn se agrava en el caso
de los estudiantes, pues les impone una carga particularmente dolorosa. E]
“dolor” al que me refiero -y en realidad el denominador comin, ya que todos
lo experimentamos en estos dilemas- es la ansiedad. Se trata, de manera mds
precisa, de la ansiedad que se experimenta ante la amenaza de una posible
disminucién o pérdida de la identidad personal. En este capitulo me pro-
pongo examinar este tema, en su relacién con el mundo de la educacién,
pero eso es sdlo una expresién del problema més extenso referido a la iden-
tidad personal en nuestra civilizacién occidental,
Soy un psicélogo y siempre me ha gustado empezar por donde aprieta
el zapato, por donde aprieta el tema. Considero que Ia mejor manera de
hacerlo es analizar la naturaleza y las causas de la ansiedad y pasar después
a la cuestién de la educacién y la identidad personal.
Planteemos primero esta pregunta: {Qué es la ansiedad? Si alguien en
una habitacién grita: “jFuego!” de inmediato levanto la vista, se acelera mi
50 www.FreeLibros.meritmo cardfaco, aumenta mi presién sanguinea a fin de que mis musculos
puedan trabajar con mayor eficacia, y mis sentidos se agudizan de tal forma
que puedo percibir mejor las llamas y elegir una buena via de escape. Esta
es la ansiedad normal.
Pero si, al dirigirme hacia la puerta, me doy cuenta de que estd obstrui-
da y de que no hay otra forma de salir -una situacién “sin salida”- mi esta-
do emocional cambia de inmediato. Mis musculos se paralizan, mis sentidos
se nublan repentinamente y mi percepcién se oscurece. No me puedo orien-
tar, me siento como en una pesadilla; experimento panico. Esta es la ansie-
dad neurética.
La primera es positiva y nos ayuda a hacer frente a las situaciones ame-
nazantes. La segunda, la ansiedad neur6tica, es destructiva. Consiste en el
replegamiento de la conciencia, el bloqueo de los sentidos y, cuando se pro-
longa, conduce a una sensacidn de despersonalizacién y apatia. La ansie-
dad es la pérdida del sentido de uno mismo en relacién con el mundo obje-
tivo. El hecho de que, en ese momento, no se perciba claramente la diferen-
cia entre la subjetividad y la objetividad constituye un aspecto de nuestra
experiencia de hallarnos inmovilizados, paralizados, mientras dura la ansie-
dad. La ansiedad es perder el mundo propio, y ya que el “yo” y el “mundo”
estén siempre correlacionados, esto significa también perder el propio yo.
En mayor o menor grado esta ansiedad negativa es el estado de quienes
han perdido, o nunca han logrado, la experiencia de su propia identidad en
el mundo, Ya hemos visto que esto se debe en parte a los enormes cataclis-
mos de caracter econdmico, politico, moral y cientifico que sacuden a nues-
tra época. No podria darse un ejemplo mas grafico de una situacién “sin sali-
da” para muchos jévenes que la situacién que experimentaron en relacién
con la guerra de Vietnam. Enfrentaban la perspectiva de ser reclutados para
una guerra que nadie querfa, para luchar por objetivos que nadie conocia, en
un terreno en el que nadie crefa realmente que se pudiera ganar, y sin embar-
go era una guerra de la que no podfamos retirarnos. La confusién de objeti-
vos en nuestras relaciones internacionales fue en sf generadora de la incer-
tidumbre que promueve la pardlisis de la ansiedad.
Pero el problema tiene un origen mds profundo que estas crisis socio-
légicas y politicas. La ansiedad acontece a causa de una amenaza a los
valores que una persona identifica con su existencia como persona en si
misma. En mi ejemplo anterior, el “fuego” es una amenaza al valor de la
vida fisica. Pero la mayor parte de la ansiedad proviene de amenazas a los
valores sociales, emocionales y morales que la persona identifica consigo
misma. Y aqui encontramos que una de las principales causas de ansiedad,
especialmente entre la generacién més joven, es que no dispone de valores
viables en la cultura que le sirvan de base para poder relacionarse con su
www.FreeLibros.me 51mundo. La ansiedad, inevitable en una época en la que los valores atravie-
san una transici6n tan radical, es el motivo principal de la apatfa, como lo
he expresado antes, una ansiedad tan prolongada tiende a convertirse en una
carencia de sentimiento y en una sensacién de despersonalizacién.
Un drea en la que se revela la ansiedad es la que abarca la sexualidad y
la eleccién de pareja. En la actualidad-con mucha frecuencia el sexo sirve
para dar seguridad: es la manera més expeditiva de superar la propia apatia
y el aislamiento. La excitacién de la pareja no s6lo sirve para descargar ten-
siones nerviosas sino que demuestra también la significacién propia; si un
hombre puede despertar tales sensaciones en su pareja, demuestra que él
mismo esta vivo. El “noviazgo formal” (o la “monogamia prematura” como
se lo ha llamado) y la tendencia a contraer enlace muy jévenes que se
advierte entre muchos estudianes tienen también con frecuencia esta misma
finalidad de superar la ansiedad -la “unién” ofrece al menos una seguridad
provisoria y una sensaci6n de significado. Pero la unidn se vuelve facilmen-
te vacua y aburrida, sobre todo cuando se inicia tan precozmente que los
j6venes no se han dado a si mismos la oportunidad de desarrollar sus apti-
tudes para llegar a ser personas interesantes. El sexo es algo a lo que pode-
mos recurrir cuando se nos han agotado los temas de conversacién . En con-
secuencia, el noviazgo formal tiende hacia la insensatez de la promiscuidad,
que significa reemplazar la relacién personal por la intimidad corporal. Se
le pide al “cuerpo” que Ilene el hueco que queda cuando la “persona” abdi-
ca. Y el matrimonio precoz, que es la segunda consecuencia de usar el sexo
para sentir seguridad, tiende al vacio igualmente frustrante de un compro-
miso prematuro con la posibilidad obsesionante de un futuro conyugal abu-
rrido. Los dos constituyen formas del “replegamiento de la conciencia” a
una edad en la que -hablando desde el punto de vista del desarrollo psicofi-
sico - el joven deberfa estar explorando y ampliando su capacidad de cono-
cer a distintas personas del sexo opuesto, para poder finalmente elegir a°
quien tenga alguna posibilidad de ser una pareja permanente y plena de sig-
nificado.
Resulta comprensible que este empleo del sexo a los fines de la seguri-
dad lo convierta en algo cada vez mas impersonal. En realidad, el elemento
impersonal uno debe demostrar que puede tener una relacién sexual sin
verse envueito en ella, sin compromisos- es el elemento que mis interesa a
los investigadores y a quienes escriben sobre el tema. El impersonalismo
tiene como consecuencia premiar a la sensacidn sin sensibilidad, a la rela-
cién sexual sin intimidad, y de una forma extraiia y perversa convierte a la
negacién del sentimiento en un objetivo deseable. Es exactamente esta pér-
dida de la sensacién de ser uno mismo en relacién con el mundo interperso-
nal de uno lo que constituye la ansiedad destructiva.
52 www.FreeLibros.meCuando estaba disertando sobre el tema del sexo y el amor en un esta-
blecimiento terciario de California, los estudiantes me informaron que la
noche anterior habfan celebrado un “baile con la computadora”. Se me pre-
sent6 a la vista una visién extravagante de estudiantes bailando con compu-
tadoras. Pero ellos prosiguieron la explicaci6n y me aseguraron que se tra-
taba de algo muy diferente de mi fantasja: los estudiantes habian contestado
a un cuestionario y posteriormente la computadora habfa asignado a cada
estudiante tres miembros del sexo opuesto como parejas. Durante la fiesta
todos estuvieron dando vueltas consultando sus tarjetas IBM; sin duda como
los estudiantes de mi época -mucho menos ilustrados- lo hacfamos con nues-
tros programas de baile, Segiin comentaron la reunién fue un verdadero
éxito ya que todos se sintieron liberados de su timidez.
Mientras estaba en la ciudad universitaria, un night-club de California
instituy6 también el plan de la computadora. Una noche la maquina extrajo
la tarjeta de una morena que no estaba demasiado bien proporcionada.
Mientras ella esperaba, la maquina sacé la tarjeta de su pareja. Pero él, pen-
sando acaso que el ideal de la maquina seria inferior al suyo, no aparecié. Y
la pobre chica se qued6 esperdndolo, no ante el altar pero si, al menos, en
medio del salén de baile. Pensamos, entonces, que ese night-club merecia
ser bautizado corno la casa de la mala computadora.
Las preguntas que les planteé a los estudiantes fueron: ,En realidad
conviene ser “apareado” con tres personas como uno? A la edad de ustedes
ino es el momento de encontrar y conocer la mayor cantidad posible de
tipos diferentes de personas del sexo opuesto, de manera que aquellos gus-
tos, intereses y sensibilidades que ustedes ignoraban que tenfan pudieran
nacer y salir al exterior?
Aceptando que la timidez suele ser bastante dolorosa (por cierto hay que
superar la timidez neurética) y que todos sin duda se sienten muy timidos,
{resulta, sin embargo, positivamente ventajoso suprimir por completo la
timidez normal? ¢La timidez no es el margen en crecimiento de las nuevas
relaciones? Y la timidez, {no posee la funcién normal constructiva, proba-
blemente dolorosa por una parte pero placentera y estimulante por fa otra,
de abrir nuevas reas de experiencia? De hecho, {la timidez en su grado nor-
mal no es acaso la més personal de todas las emociones? Yo por mi parte
tendrfa mis dudas respecto del placer de pasar varias veladas en citculos
donde nadie tuviese un momento de timidez. También les pregunté a los
estudiantes: ,no deberfa despertar cierto recelo el hecho de dejar que una
computadora, con su epidermis de grueso aluminio, elija todas las opciones
y los compromisos por uno?
www.FreeLibros.me 8VOLVIENDO AHORA a las “causas” mas especificas de la ansiedad en la
educacion, la mas evidente es la gran presién para obtener altas calificacio-
nes que permitan acceder a los estudios terciarios, y la presién continéa
luego en la lucha para lograr altas calificaciones que permiten ingresar en
cursos universitarios de posgrado. Los padres regafian y halagan a los estu-
diantes para que obtengan los sobresalientes necesarios, y en estos dias hasta
la eleccién de las actividades extracurriculares en el ciclo elemental se rea-
liza teniendo en cuenta su efecto posterior en una solicitud de ingreso. Por
lo tanto, el primer afio de la universidad representa para el estudiante una
frustracién y un desengaiio: gpara esto ha dedicado tanto tiempo de su vida
durante doce afios completos? Y, ;puede sorprender que los estudiantes
admitidos en una escuela para graduados demuestren con frecuencia un
franco cinismo respecto de la educacién y las metas de la vida?
Arthur Jensen , decano de Dartmouth, expresa esto en una elocuente carta:
“Cada afio puedo ver cémo comienza a aumentar la presién de las exigencias
para ingresar en la escuela de graduados. El muchacho brillante que se confor-
ma con obtener una buena nota en los cursos formales para poder darse el gusto
de ir a la biblioteca, pasear y contemplar las estrellas e invitar a su alma”, el
chico que tiene el “coraje de ser” de Tillich, al parecer se diferencia tanto de
sus compafieros en sus valores que termina por ser considerado un excéntrico”.
Lo que intento demostrar no es simplemente que esta presién provoca
ansiedad, todos en todas las etapas de la vida tienen que enfrentar presiones.
Sefialo mds bien que los valores de los estudiantes se han desplazado de
manera inevitable hacia los signos externos. Su validacion depende del pun-
taje: el estudiante se valoriza a si mismo tomando como marco de referen-
cia una serie de calificaciones en un escala técnica. Este desplazamiento de
la validaci6n hacia el exterior repliega su conciencia y destruye insidiosa-
mente su experiencia de si mismo. Y de nuevo el problema no radica en que
los criterios sean externos (todos debemos vivir, en cualquier etapa de nues-
tra vida, mediante muchos criterios externos) sino en que los criterios no
dependen de la eleccidn de la propia persona sino que los aplican otros, en
este caso los padres y las autoridades escolares.
Una manera de que el estudiante haga frente a esta ansiedad es, por
supuesto, adoptar é1 mismo los valores externos con una sana pizca de cinis-
mo y decirse: “Est4 bien, les seguiré el juego”. Se adapta, por una parte, al
sistema educa - cional y esperanzadamente preserva su propia alma y huma-
nidad, por la otra. Esta actitud resulta de cierta utilidad, pero se paga al pre-
cio de un cinismo que hay que superar luego mediante el desarrollo de valo-
Tes propios para no terminar en la apatia.
Los sistemas de ingreso en los establecimientos terciarios y universitarios
desempefian un rol critico, y temo que a veces definitivamente destructivo. Si
54 www.FreeLibros.me1a computadora IBM es el miembro principal de la comisién de ingreso, el
estable- cimiento educacional no puede evitar tender a seleccionar aquellos
estudiantes que mejor se adaptan a la maquina, y esto inevitablemente se con-
vierte en una parte de la presién que la educacién ejerce para modelar al estu-
diante segtin la imagen de la maquina.
Aqui tenemos la causa mds grave de la ansiedad estudiantil, 0 sea, cier-
tas tendencias dentro del propio proceso educativo. El aprendizaje tiende a
perderse cada vez més detrds de la exteriorizacién de la adquisicién de
datos. Nuestras universidades padecen de la ilusién de que la sabiduria con-
siste simplemente en la mera acumulacién de hechos; el estudiante coloca
al Pelién sobre el Ossa en un frenético intento de obtener nuevos datos.
Pero con la “explosién de conocimiento” de nuestro tiempo -con Ios micro-
filmes, los restimenes, las interminables referencias cruzadas, las nuevas
investigaciones, todo aumentando en proporcién geométrica dia tras dia- el
estudiante no alcanza nunca a abarcar todo el conjunto, no importa cuanto
corra. En realidad, cada dfa advierte que se va quedando mas y mds atrds.
En consecuencia, el candidato que esté preparando su tesis doctoral tiene
que acelerar frenéticamente su trabajo de investigacién, porque nunca se
sabe si en una majiana de sol, al recoger el New York Times de la puerta se
va a a encontrar con que un nuevo descubrimiento realizado por el Dr. X,
en esta o aquella parte del globo, invalida todo su enfoque y desvanece todo
su trabajo.
Dwight Macdonald ha expresado este problema de manera incisiva: Nuestra cultura de
masas -y gran parte de la cultura superior tambign- est dominada por la insistencia en
los datos y, como contrapartida, una falta de interés en la teorfa; existe una franca admi-
racién hacia los hechos y un desprecio inquietante hacia la imaginacién, la sensibilidad
y la meditacién, Estamos obsesionados con la técnica, agobiados por los Hechos, ena-
morados de Ia informacién. Nuestros novelistas populares tienen que contamos todo
respecto de los antecedentes hist6ricos y profesionales de sus marionetas; nuestros
sefores de la prensa ganan millones déndonos hoy los Hechos nuestros de cada dia;
nuestros sabios -0, para ser més precisos, nuestros admi
erigen pirdmides de datos para cubrir los despojos de una idea malograda... '
stradores de investigacién-
Trato de demostrar que la circunstancia de que la educaci6n se exterio-
rice en esta insistencia en apilar hecho sobre hecho debilita paulatinamente
la experiencia de identidad del estudiante, y es la causa primordial de la
ansiedad. ,D6nde queda aqui la aventura de pensar, el gozo de ampliar las
fronteras de la mente? De hecho, el impulso del estudiante a explorar se
‘ Dwight Macdonald, Agatirst the American Grain, Random House, Nueva York, 1962,
pagina 393 ”
www.FreeLibros.me 5spierde bajo la compulsién de adquirir. El propio acento que se pone sobre la
adquisicién en si misma estimula a que el estudiante no advierta de qué
modo est4 relacionado con los hechos. Una preocupaci6n de este tipo no
s6lo absorbe demasiado tiempo, sino que coloca al hecho en un contexto
nuevo, lo hace en parte personal y, ,quién ha de decir (jel que clasifica gene-
ralmente trata de hacerlo!) que esto no influye en el hecho puro? Lo mejor
es entonces mantener separados sus hechos y sus sentimientos, de otro modo
intervendra demasiado, se detendra a meditar y sus “hechos” se tefiiran de
subjetividad.
Los estudiantes que estén dvidos de aprender, de seguir sus impulsos
originales, experimentan después ansiedad ante la traicién a si mismos. El
estudiante no slo se encuentra en una especie de linea de montaje y enfren-
ta, como lo sefialé antes, una asombrosa cantidad de datos que tarde o tem-
prano terminardén por derrotarlo; lo que es mas importante, tiende a perder
contacto con el sentido y la significacidn internos de lo que esta estudiando.
La relacién de los datos con el mismo como persona, con su conciencia de
la vida, se pierde.
De hecho hay una inclinacién a negar la originalidad y el ingenio de los
estudiantes porque carecen de utilidad pragmiatica; y la imaginacién suele
ser pasada por alto. Pero es a través de mi imaginacién que puedo ver mi
mundo, relacionarme con él y crearlo. Y es gracias a mi originalidad, a mi
experiencia de mi mismo como esta pauta singular de sensibilidades que en
este instante est4 experimentando una relacién especial con los demas y con
el mundo que me rodea, que me conozco como una identidad. Con seguri-
dad, todos tenemos mucho en comin; a la mayoria nos agrada el sabor de la
carne asada y en otros momentos experimentamos un estremecimiento espi-
ritual y estético ante la lectura de un dfstico de Yeats o la contemplacién de
un dibujo en un vaso griego. Todo esto lo compartimos. Pero lo importante
es que soy “yo” quien experimenta este sabor 0 este gozo en la poesfa 0 en
la pintura griega. Y si este “yo” experimento se pierde -se pierde bajo la pre-
sién de mi tentativa de recordar qué es lo que dijo mi profesor sobre el
poema- pronto progresivamente iré perdiendo también mi sensibilidad espi-
ritual y estética. Por lo tanto, la educacién favorece directamente la ansiedad
neurdtica de los estudiantes y Ia incrementa.
Una experiencia que me acontecié hace poco mientras ensefiaba en una
universidad puede ejemplificar este punto. Cuando hice ofr la grabacién de
una entrevista psicoterapéutica a un gran auditorio de alumnos de segundo
y tercer afio, los estudiantes pudieron reconocer con bastante prontitud que
en determinado momento el paciente estaba enojado, en otro triste, etcétera.
Pero cuando pasé la misma grabacién ante mi pequefio seminario de gra-
duados, compuesto de est diantes con capacitacién profesional, sorprenden-
56 www.FreeLibros.metemente se mostraron menos capaces de ofr y discernir los sentimientos del
paciente. Los alumnos de segundo y tercer afio, sujetos ingenuos atin, pudie-
ron ofr la comunicacién del paciente y percibir lo que estaba sucediendo; los
graduados experimentados, que conocfan toda la dindémica y la mecanica de
las reacciones humanas, me de volvieron lo que hablan lefdo en los libros,
formulaciones de tal 0 cual dindmica: su conocimiento respecto de la con-
ducta humana como un hecho externo distinto se interpuso obstaculizando
el acto de ofr y entender a Ja persona de la grabacién. Este hecho en reali-
dad hizo que sus reacciones fueran, desde un punto de vista empirico, menos
precisas. Existfa, por supuesto, un factor de competencia que los ponia
ansiosos; los estudiantes universitarios en una clase de ciento cincuenta no
temen ser individualizados y recibir una mala calificacién, pero algunos de
Jos estudiantes de posgrado necesitaban de mi recomendaci6n para seguir en
el proximo programa para graduados. Sin embargo, nuestro punto principal
sigue en pie; en el perpetuo apilamiento de hecho sobre hecho, el estudian-
te pierde su relacin inmediata con el tema en estudio; la maquinaria de fér-
mulas y tests se interpone entre el estudiante y los seres humanos que
supuestamente procura entender. Por esta razén, la distancia entre nuestros
sentidos y nuestros datos es cada vez mds grande.
Considero que existe un error fundamental en este enfoque de la edu-
cacion. El Dr. René J. Dubos del Rockefeller Institute informé que habia
hecho una re- sefia de todos los descubrimientos cientfficos trascendentes
producidos en los dos tltimos siglos -como por ejemplo los de Darwin,
Freud, Einstein- y ninguno de ellos se habia logrado apilando hecho sobre
hecho. Por el contrario, los des-. cubrimientos fueron el fruto de la percep-
cién del cientifico respecto de la significacidn de las relaciones, la pauta
significativa entre los hechos.
Las manzanas han cafdo sobre las cabezas de los hombres desde que el
primer ser humano se mantuvo erecto sobre sus piernas y comenzé a pasar
por debajo de los manzanos, Pero Isaac Newton fue quien percibié la signi-
ficacién de este hecho. Y s6lo fue necesario que una manzana cayera sobre
la cabeza de Isaac. Nuestro estudiante contempordneo en su trabajo de pos-
grado recibe en la cabeza el golpe de tantas manzanas académicas y termi-
na tan atontado que su sensibilidad y su percepcién se adormecen y cada vez
tiene menos oportunidad de percibir el significado de lo que esta ocurrien-
do. De modo tal que todo lo que le queda por hacer es resignarse a contar
cudntas manzanas caen y elaborar una linda férmula como por ejemplo la
proporcién de veces que Jo golpean en Ja cabeza. Segin lo que dicen los
estudiantes, radica aqui, en las cabezas magulladas por las manzanas, un
comentario deprimente sobre gran parte de la educacién de posgrado en
nuestra €poca.
www.FreeLibros.me 37Este proceso ineludiblemente despersonalizante, por desgracia, se adecua
a mucho de lo que hemos estado ensefiando durante, afios. Les hemos estado
diciendo a los estudiantes que eran sdlo un reflejo de las necesidades y las
fuerzas sociales, y no resulta sorprendente que hayan Ilegado a creerlo, Les
hemos estado diciendo que son simples manojos de reflejos condicionados,
que la libertad y la opcién son ilusiones, y ahora han terminado por creerlo.
No debe sorprendernos entonces que se sientan despersonalizados e inmovili-
zados y en consecuencia experimenten ansiedad. No quiero decir, me apresuro
a aclararlo, que algunas teorias psicolégicas 0 sociolégicas en particular sean
responsables por nuestra dificil situacién hist6rica. Las teorias y las formas de
la educacion son reflejos de nuestra situacién cultural, y no s6lo causas: y
todos, sean cuales fueren nuestros puntos de vista, compartimos la responsa-
bilidad de tos problemas que estoy exponiendo. Por el contrario, hago hin-
capié en el hecho de que, como mucha de la ansiedad estudiantil esta relacio-
nada con ciertas tendencias de nuestra cultura que se han infiltrado hasta en la
propia educaci6n, no es necesario buscar lejos para comprenderla.
CUANDO ME INVITARON a pronunciar una conferencia sobre este tema
ante el presidente y los funcionarios de los New England Colleges and
Secondary Schools comet la descortesfa de sefialarles que la manera en la
que habjan redactado el tema que me dieron reflejaba las tendencias hacia la
despersonalizacién de nuestra cultura. El tema propuesto era: “;Qué pueden
hacer los establecimientos secundarios y terciarios para reducir Ja ansiedad
y aumentar la productividad durante los afios de aprendizaje?” Tomemos,
por ejemplo, la frase “para reducir la ansiedad”. En el ejemplo que di del
“fuego” a comienzos de este capitulo, evidentemente hubiera resultado muy
negativo para reducir la ansiedad administrarle a la persona un tranquilizan-
te bajo cuya influencia pudiera quemarse sin sentir dolor. La aniquilacion de
la conciencia que hemos visto producirse en la ansiedad neurética tiene
exactamente el efecto de perpetuar la ansiedad evadiendo su causa, y pien-
so que la disposicién tranquilizante de toda nuestra cultura tiene una causa
y un efecto similares.
En lo que se refiere a la ayuda a Jos estudiantes, nuestro objetivo debe-
ria ser desplazar la ansiedad de la forma neurética a la constructiva, 0 sea,
cooperar con el estudiante para que identifique aquello a lo que genuina-
mente le teme -y a Jo que le deberfa temer- y de este modo ayudarlo a adop-
tar las medidas necesarias para superar la amenaza. Y esto vale también para
cada uno de nosotros en nuestra relacién con nuestra propia ansiedad. Seria
irracional que el estudiante, o cualquiera de nosotros, no estuviese ansioso
en la clase de mundo en el que vivimos. “La ansiedad es nuestra mejor
maestra”, escribié Kierkegaard. Y proseguia; “dirfa que aprender a conocer
58 www.FreeLibros.mela ansiedad es una aventura que cada hombre debe afrontar para no desem-
bocar en la perdicién ya sea por no haber conocido la ansiedad o por haber
sucumbido a ella. En consecuencia, quien ha aprendido de modo correcto a
ser ansioso ha aprendido lo mas importante”.
Adviertan también la otra frase del tema antes citado, “aumentar la pro-
ductividad”. He estado tratando de explicar que el exceso de importancia
concedida a la productividad en el campo de la educacién es precisamente
una de Jas causas de la ansiedad. Por mi parte, preferirfa que en nuestras uni-
versidades se cultive el coraje de estar solos y la posibilidad de aislamiento,
el redescubrimiento de la meditacién, el desenvolvimiento, de actitudes que
conduzcan a apreciar el sosiego y la oportunidad de que el estudiante refle-
xione y piense, en lugar de poner el acento en una productividad inagotable.
{No hay pruebas suficientes ya de que ni usted ni yo ni nuestros estudiantes
tenemos la menor posibilidad de mantener el mismo paso que la méquina en
Jo que a produccién se refiere, sobre todo ante el inminente surgimiento de
la cibernética? ;Quizé la propia maquina nos demuestre que no tenemos otra
opcién que ser humanos! Entonces comprenderemos y confio en que ayu-
daremos a nuestros estudiantes a comprender que el hombre hace algo
mucho més importante: puede percibir significados, puede descubrir senti-
dos. Y con su imaginacién, puede hacer lo que la m4quina jam4s podra: ela-
borar planes y elegir objetivos.
Por consiguiente, me parece que lo mds importante para ayudar a los
estudiantes y a cualquiera de nosotros a confrontar su ansiedad de manera
constructiva es reconsiderar el proceso y los fines de la educacién. En mi
opinion, la excesiva importancia concedida a Ja doctrina de Bacon del cono-
cimiento como poder, junto con el consiguiente interés en tener poder sobre
la naturaleza asf como sobre nosotros mismos en el sentido de tratarnos
como objetos manipulables y no como seres humanos cuya meta es expan-
dirse en una vida plena de significado, han dado como resultado la valida-
cién del yo mediante criterios externos, lo que en realidad significa la inva-
lidaci6n del yo. Esto tiende a replegar la conciencia del individuo, a blo-
quear sus sentidos, y facilitar asf la aparicién de la ansiedad negativa que ya
vimos. A mi modo de ver, el objetivo de Ja educacién es exactamente el
opuesto, es decir, la ampliacion y la profundizaci6n de la conciencia. En \a
medida en que la educacién pueda ayudar al estudiante a desarrollar su sen-
sibilidad, la profundidad de su percepcién y, sobre todo, la capacidad para
percibir formas significativas en lo que esta estudiando, estard perfeccio~
nando al mismo tiempo la capacidad del estudiante para hacer frente a la
ansiedad de manera positiva.
Hemos visto antes que la ansiedad negativa se impone en virtud del
replegamiento de la conciencia del individuo. Por lo tanto, la ampliacién de
www.FreeLibros.me 59la conciencia constituye en si misma la manera bdsica de hacer frente a la
ansiedad.
Quisiera hacer una observacién final relacionada con la importancia de
los valores. Al empezar este capitulo sostuve que la ansiedad es una reac-
cién ante la amenaza a los valores que uno identifica con su existencia
como uno mismo. Y agrego ahora un corolario: una persona puede hacer
Frente ala ansiedad en la medida en que sus valores sean mds fuertes que
la amenaza. Esto une ahora varias deducciones expresadas a lo largo del
capitulo: el hecho fundamental de la preminencia de la ansiedad destructi-
va en nuestra época, tanto en las universidades como en el resto de nuestra
sociedad, radica en la desintegracién de los valores de nuestra cultura. La
experiencia interna de los valores que tiene el estudiante es la que propor-
ciona el nticleo alrededor del cual se conoce a si mismo como persona y
recibe también algo con lo que comprometerse. En mi época de estudiante
encontrdbamos ciertos valores en la religién con los que nos podiamos
comprometer, asf como valores econémicos en el nuevo socialismo, valo-
res en el pacifismo, valores en la politica, y valores en la causa del esclare-
cimiento en el arte, el sexo y la religién. Desafortunadamente, el estudian-
te de hoy parece contar sélo con dos areas que le plantean un desaffo en un
sentido esencial: las relaciones internacionales bajo la forma de los Cuerpos
de Paz, y las relaciones raciales.
{Qué podemos hacer para que el clima de nuestras universidades se
vuelva un terreno fértil para el surgimiento de nuevos valores? Por cierto, no
podemos retornar a los valores antiguos de una manera exterior. Pero pode-
mos colaborar con nuestros alumnos y con nosotros mismos en el redescu-
brimiento de los origenes de las opciones de valor en la sabiduria acumula-
da por el hombre a lo largo de su historia. Esto significa, por una parte, una
nueva valoracién de las humanidades. Cuando el decano Barzun de la uni-
versidad de Columbia predice la muerte del trabajo de posgrado en el campo
de Jas humanidades porque el propésito de este trabajo se ha convertido de
una manera tan abrumadora en un aprendizaje de cémo ganarse la vida, y las
humanidades han pasado a estar gobernadas por la tecnologia como el resto
de nuestra cultura, debemos tomarlo muy en serio; pero también podemos
adoptar las medidas necesarias para oponernos a esta tendencia. En mi opi-
ni6n, una interpretacién nueva de la importancia critica de la capacidad de
valoracién del ser humano ayudarfa a redescubrir las humanidades, no como
“pasatiempos” para los ratos libres de las ancianas indigentes, sino como la
sangre y la fibra de nuestras opciones de valor que puedan transformar estas
masas de hechos en una civilizacion.
Lo importante al abordar el tema de la ansiedad no es que los maestros
ofrezcan a los alumnos el contenido de los valores, sino que éstos aprendan
6 www.FreeLibros.meel acto de valorar. Adviertan que hago hincapié en “valorar” como verbo.
En una situacién de ansiedad, el que el estudiante sea capaz o no de utilizar
la experiencia e incrementarla depende de su propia capacidad interior para
elegir sus valores en ese momento.
Esto apunta, finalmente, al tema del compromiso. La ansiedad resulta
positiva cuando la persona se puede relacionar con la situacién, realizar su
valoracién y comprometerse luego en un curso de accién, en un modo de
vida. En las universidades de los Estados Unidos durante muchos afios, hasta
esta Ultima década, hemos estado comprometidos, segtin he observado, en
una politica de no compromiso, un cuestionamiento de todo por el mero
hecho de cuestionar. Creo que esto ha cambiado, y los estudiantes actual-
mente aspiran -en niveles bastante profundos cuando no sumergidos de su
personalidad- a ciertas actitudes, ciertos modos de vida en los cuales puedan
por fin interesarse y con los cuales puedan comprometerse. Sospecho que
nuestros estudiantes -si bien en niveles que tal vez con mucha frecuencia no
estén siquiera articulados- comprenden que los objetivos de adaptacién y
supervivencia que se dan generalmente por supuestos no bastan, y que
Aristételes tenia razén cuando decia: “lo que importa no es vivir sino vivir
bien”. Quizds estemos entrando a una época (y confio en que mi esperanza
no sea una mera ilusién) en la que los maestros, los artistas, los intelectuales
de todo tipo no deban pedir excusas por comprometerse; cuando, como
Sécrates, cuestionaremos con valor porque creeremos con mas valor,
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