Está en la página 1de 20
Cristianismo y Helenismo en la Filosofia Tardo-Antigua y Medieval Silvana Filippi (ed) Juan Carlos Alby Maria Raquel Fischer Marta Alesso ea arse i Giannina Burlando fe ee Viviana Hack de Smith Claudio Calabrese Olga L Larre de Gonzalez Roberto Casazza ty bo . Celina A. Lértora Mendoza Julio A. Castello Dubra a Silvia Magnavacea Patricie Ciner - ea . - Mauro Martini Domingo Cosenza A José Maria Nieva Gerald Cresta : : Rubén Pereté Rivas Rafael Cimsulo emer As Ouloree Claudia D'Amico Ruth Ramasco de Monzén Flavia Dezzutto i ss Adolfo 5, Rengel Ricardo 0. Diez wcrde : 2 Graciela Ritacco de Gayoso Gloria Silvana Elias ras Natalia Strok Carolina Julieta Femindez cla Femi Cristian Alexis Tavitian Victor Antonio Fernandez eee Silvana Filippi a Facultad de Humanidades y Artes - Universidad Nacional de Rosario Instituto Superior Don Bosco 2009 Fuerzas concurrentes en el pensamiento tardoantiguo: interaccién dindmica de estratos culturales heterogéneos en el libro VII de las Confesiones de Agustin de Hipona Roberto Casazza UNR- UBA ‘Cuatro nombres de la divinidad dominan la euenca mediterranea en tiempos de violencia y de un ruevo orden, Dos de ellos, desbordantes de sol y de vida, disputan el escenario helénico en una descomunal guerra que s6lo coneibe el triunfo absoluto, la expuleién del enemigo, Ia aniquilacién del opuiesto, Otros dos, que segin el escorzo desde el que se los indague se rovelan uno a offo como alteridad o identidad, pujan por el dominio de una compleja tradicién oprimica, ftumillaca tltimamente por saqueadores de templos, por huestes oceidentales, que determinan, ya en griego, ys en latin, Ja disposicidn del futuro entre hombres y mujeres consiituidos eminentemente de pasado, de tradicién. Apolo y Dionisos, como emergidos del fundamento fintimo dei ser griego, reducen a los demas dioses a sus propios principios. Yahvé y Cristo, nodos uiltimos del perseverante espiritu hebreo, plegados sobre sus propias configuraciones, prefigurandose y posfiguréndose uno al otro, se reclaman muiuamente aquello que a cada uno falta y al otto sobra, para pacter finalmente un empate perfecto, en el que uno cede el pasado y la historia, y el otto el futuro y Ja promese, compensindose ast. igualindose, lideniificdndose. Cuatro nombres y cuatro fuerzas se conjugan tan intrincadamente en la tama de la cultura imperial mediterrénea al punto que resulta casi imposible distinguir sus huellas, sus vestigios. Pero al igual que los astronomes con un muy simple instcumento el prismam han logredo dar cuenta de eomplejos procesas que acontecen en la vida de les estrellas, iguelmente, cierta metAfora dinamica puede ofrecernas, como un ptisma que refracte en angulos divergentes los rayos que en él ingresaron como haz de indistincién, Ie Jongitud de onda de los estratos culturales que la consiituyen, presenténdase si las principales fuerzas etho-theo-historicas tardoantiguas como independientes, brillando cada una en sut hipotética y pristina identidad antes de la fusion peculiar que atraviesa integramente la cultura mediterranea posterior al encuentro. Llamemes pues “Iejana luz blanca” a le cultura en que desermolla Agustin de Hipona su obra, llamemos “nuestro prisma” a la Roberto Cosnzza ntigua y Medieval metéiora aqui ofrecide de las. fuercas histéricas concurrentes, Jlamemos “fuerza légico-epolinea, fuerza hybrico-dionisiaca, fuerza nimico-yahveica y fuerza agapo-ctistica” a las cuatro principales franjas de “longitud de onda” emergentes de la soccién posterior de nucstto prisma las que imeginariamente habrén de manifestarse como colores diferentes, y Taneémonos ya, pues, a su caracterizacién y a la indagacién en torno al modo fen que ellas confluyen en el libro VII de las Confésiones de Agustin de Hipona. En una obra tan profunda cemo bella, Et origen de te tragedie, Nictsche presentd al pacto entre Apolo y Dionisos como el corazon del espiritu de la ‘agedia, al tiempo que maldico recurrenternente el triunfo de Apolo y anatcia {a segura venganza del dios del florecimiento vernal, quien tarde o temprano restaurar4 el orden perdido. En esoncia, Apolo representa el triunfo del ptinciplo de individuacién, que ~citando Nietzsche a Schopenhauer puede ser imaginado como “un pescador en un esquife, tranquilo y tleno de confianza en a frégil embarcacién, en medio de an mar desencadenado, que sin limites y sin Obsticulos eleva y abate, mugiendo, montafas de olas espumesas. [..] Del mismo modo, el hombre individual, en medio de un nmanco de dolores, permancee impasible y sereno apoyade con confianza en el principiu ‘ndiotduationis,"* Podrla decitse, sigue Nietzsche, que “Ia inqaebrantable confianza en este principio y la tranquila seguridad de aquel que est perctrado de é) han encontrado en Apolo su expresién mas sublime” (IMAGEN 1). Apolo es pues “la imagen divina y espléndida del principio de individuacién, oh cuyoo gestos y miradas nos habla toda ta alegria de ‘la apariencia’, al mismo tiempo que su belleza”. Fl principio apolineo, a pactir de su familiaridad con al Kimite, con la medica, con el orden y con el nombre, y de su ductilidad para le penetracidn en las férteas mallas cel espacio y del tiempo, procutard tras ou. eeplendorosa isrupcién helénica~ su expansién légice, tendiestte a la hhomogeneizacién, 2 la denominacién y al conocimiento-dominio de Ia alteridad. La fuerza Wigico-apclines, con el limite por escudo y el miedo a lo extemno por lanza, verd consolidado su predominio evadiendo la amenazante cbriedad de su: competidar Dionises. Bien conocida es, por otta parte, Ia metéfora de la embriaguez, también propuesta por Nietzsche para caracterizar al estado dionistaco: “Mozeed al poder del bretaje narcético que tedes los hombres y todos los pueblos primitives han cantado en sus himnos, o bien por la fuerza del | F, Nietzsche, Ef origen de ls tmgedia, trac. E. Ovejero y Maury, Siglo XX, Buenos Aires, pp. Aad 140 Fuerzas concurrentes en el pensamiento tardeantiguo rebrote primaverol, que penetia gozosemente Ja natursleza errs, 2 despierta esta exaltacién dionisfaca, que arrastra en su impetu a todo individuo subjetiva, hasta sumerginse enum completo olvido de sf mismo. -] Bajo ol soplo de este poder nareético, las muchedumbres mis @ menos ‘umerosas cantaban y danzaban de plaza en plaza; en estes darzas del dia de San Juan y San Guy teconocemas 1os coros héqnicos de los griegos, cuye otigen se remonts, 2 través del Asia Menor, hasta Babilonia, y las ongias sécias. [..] El carro de Dioniscs desaparece bajo las flores y las carones, titado por tigres y panteras. Entonces, por el evangelic de la armonia universal, cada uno se sionts ac silo reunido, reconciliado y fundido, sine Uno, como si hublera desgarrado el velo de Maia, y sus pedazos revoloteasen ante La misteriosa ‘Unidad primordial’. (.] El hombre por fin se siente dios, cuando el poder estétice do [a naturalcaa entera, por la més alta beatitud y la més roble satisfaccién de la unidad primordial, se revela aqui bajo el estremecimienta de la embriaguer.” El exceso, la exuberancig, la pujante voluntad de aniquiler y disolver cuanto se Falle atado al principio de individuacién, florea an el seno de la fuerza hybrico-dionisiaca, que se convertiré, agezapada, en el contrapeso sombrio de la triunfante y luminose fuerza Wégico-apolinea, campeona cn la inmensa mayoria de las configuraciones helénicas. Entretanto, trabajosamenta, los hijos de Abraham plasman a su medida un mundo proplo. Fatigados contra la tiema yerma, heridos por steesives yugos, confiados en su cies, fieles, fuertes al fin, se retinen en torno, de la ley y del tito, que deberd atenerse al orden establecido por el Padre, quien sélo ha pedido a cambio de sa promesa de proteccién eterna y de Liberacién, la obediencia 2 la ley, a ou ley, bajo la forma de ciertos tmandamientos, esclerosados, en ocasiones, por la engordada pseudopiedad farisaica. Yahvé es dios viviente, que se manifiesta en su bella creacién, y se dirige al hombre, criatura predilecta, mediante su palabra; dios que atiende providentemente al acontocer histérico y cdemico, es juez de la conducta humana y fin del inescrutable movimiento de Jo real. El mensaje del dios, expresado en las vicisitudes histéricas como profécit, en la vide del pucblo como térai, es decir, comio ensenianza-instruccionley, y en la otientacién dela accién come sebiduria, aleanza plena identidad y verdad sélo en cl mateo dela tradicion. La religion yahvelca resultante, aglutinada en tomo al libro, Jeido e interpretado en la sinagoga, propenders con frecuencia a la endogamia y la austere, aunque el dominio extranjero la obligaré al didlogo, inadvertidamente, a la dispersién (diéspora), hecho sociopolitics fundamental pare la comprensiGn de le revolucién eristiana, Pero, ;qué podria ofrecer al escenario mediterrineo imperial esta fuerza némiico-yahveica ante el aplastante despliegue de Apolo? Nada, © muy poco al parecer; silo que el avance del Méyes debia vivir un timido despertar bajo timicas religiosas, y entonces si, el fntimo bastién de Yahvé y de! pueblo hebreo pugnaria por 141 maven op299y Roberto Casszza Cristianismo y Helenismo en la Filosofia Tardo-Antigua y Medieval ‘ccupar un espacio central en Je nueva configuracién historica, Antes que los otros, y con mas conviccién que sus competidores egipcios, babilonios y xiegos, el pueblo hebreo expurgé a los ‘doles de su seno, convirtiendo asi a ‘Yahvé en dios tinico, en ef dios®. En esta expurgaciéa mostré el pueblo hebreo una madurez y racionalidad superior a las de los puebles circundantes, y secretamente crecié -bajo ropaje religioso— en una forma de simplificacién y logicidad que resulteria, en los siglos poscristicos, afin y fundamental para la monoteizacién de la ofrora politeista fuerza légico-apolinea, retrasada en su religiosidad respecto de sus exigenciaa de recionalidad. Pero la fuerza némico-yahveica, curtida en dolor y embebida en el temor del vecino, quiso guardar para s{ su tecoro, reservar al dios de Abraham, de Isaac y de Jaco sélo para los hijos de Abraham, de Isaac y de Jacob. ¥ eceogié para ello preservar la Iey como niicleo de su identidad, y esclarecer su historia como el perseverante e incondicional testimonio del amor del padse por su vastago dilecto, el pueblo de Israel, que podria caminar seguro hasta el fin de Los tiempos mientras no se epartara de 1a costumbre, mientras no alabara a otros dioses y mienttas no cejara en transmitir a sus descendientes el compromise implicado en el ser judo. Poco podia durar tal porfia y reserva. El 1éyoq, arrastrado en carro triunfal por el gército de Alejandro el Grande y estableciéndose a si mismo ‘como configuracién histstica bajo la totalizants forma del imperio, impuso su violencia sobre Jerusalén, que debié soportar -tras una-serie de saqueos permeados de profunda logicidad- la blasfema imagen de Zeus en reemplazo del arca de la alianza durante el dominio seléucida (175-164 a. C.), tal como atestiguan en deialle los das libros de los Macabeos’. En el marco * Conviene tener presente que la sintesis, aqui propusta, del dios de los hebreos como Yahvé implica un exagerado recorte identitario, slo aceptable a los efectos del propénito buscado en la presente indagacion. Las nocones de ‘E! Qi veces en AT), ‘Elohim (2.600 veces en AT), Yhuct (6890 veoes en AT), Abbé (1.180 en el AT), ast como Kyrios (frecuente en el NT), conviven en la caracterizacién del dios de los hebreos, cexprecindove en ellas maticas diversos on Is comprencion y alusién ala éivinidad. Cfr F. Rossand, G,Ravasi y A Girlanda (dls), Nuew diccionario de teologin bios, Ediciones Paulinas, Madrid, 1990, sv. "Dics", pp. 445-6. Durante ol reinado de Antioca IV Epifanes (215-163 a, C.) rey de Siria durante ls dinastis seleucida desde ca, 175-164 a.C,, 1a imagen de Zeus fue colocada en el Templo de Salomén para sa adoracién, Un episodio de violacién del Templo esta referido en 1 Mocsbeos, 21-24: “Entré [Antioeo Epifance] con incoloncia en el eantuario y se Levé el altar de oro, el candelabro de ia uz con todos sus eocesorios, la mesa de la propesicién, Jos vasos de las libaciones, las copas, Jos incensarios de oro, la cortina, las coronas, ¥ arrancé todo el docorado de oro que recubzia la fachada del Templo. Se apropié también de la plata, oro, objetos de valor y de cuantos tesores ocultes pudo encontrar. ‘Toméndolo todo, partié para su tierra después de derramar mucha sangre y de hablar con gtan insolencia. En todo el pafs hubo gran duslo por Israel”. Otro episodio, 142 Fuerzas concurrentes en ol pensansiento tardoonliguo. de este proceso, mientras algunas capas de judaismo se manifestaban tiblamente embebidas de la conciencia de Ia imposibilidad de presecvar en exchisividad el tesoro del dios verdadero y timico, en un contexto de disconformidades sociopoliticas y religlosas que se expreseban — Paralelamente- en les cuitas de esenios y zelotes sobre el fondo menos. agitade del ideario saduceo y fariseo, un verdadero hombre, Jestis, nazareno, carpintero y santo, proclama que el dios de Israel no pertenece ya sélo a los juslios, sino a todos los hombres que cumplan la ley, no la redundante guia del proceder sabatico, sino Ia ley del amor inscripta en el corazén. La ley nueva disuelve Ia vieja, la fuerza agapo-cristica se presenta como mediadoia entre la divinidad yahveica y Ja totalidad de los hombres, y también como mediedora entre el celoso pueblo judio y las huestes de gentiles, desencantadas tanto de las divinidades astrales, cuya regularidad no parece involucrarse con el mundo, como de los diosesillos privados de lares y agos, menos fecundos que Ja tierra en que s¢ inmolan pichones, y menos promisorioe que él dios “nico de los judios, el mismo que desde hace largea siglos protege a su pueblo, y que ahora regala en el Cristo la salvacién a todos los hombres. Asi, Ia fuerza agapo-cristica, con su Unico mandamiento del amor irrestricto y universal al projimo, abre les puertas dal ordculo de Yahvé 2 las vastee legiones romanas, a los campesinos y a los leiados, al hombce del futuro finalmente, que abrazard le buena nueva atraide por la pregnancia de la mediacién. Mediacién que desde los patriarcas y los profetas, pasando naturalmente por al Cristo, héroe mayor de la comunidad recogido en Ul Macabeos 6 19, es atin més insensomente clocuente: “Poco tiempo despues, el rey [Antioco] envi6 al atenvense Geronia para obligar a los judios a que desertaran de las leyes de sus padres y a que dejaran de vivie segiin las leyes de sa Dios y axtemse para contamina el Temple de Jerasaléry dedicindalo 9 Zeus Olimpics, yelde Gantzim, » Zeus Hospitalario, como lo habian pedido los habitantes del jugar. Este recrudecimiento de! mal era para todos penoso @ insoportable. EI Templo estaba leno de desdedenes ¥y orgias por parte de los pagance que holgsban con meretsices ¥ ‘que en los’ atrios sagrados andaban con-mujeres, ¥ hasta introducian alli cosas prohibidas. Hl altar estaba repleto de victimasilicitas. prohibidas por las leyes. No se podia ni celebrar el sdbado, ni guardar las fcsteo patrice, ni siquiera confesarve judto: antes bien eran obligados con amarga violenca a la celebracién mensual del nacimiento del rey con un banquete sacrificial y. cuando llegaba Ia fiesta de Dicnisos. ‘eran forzados a formar parte de su cortejo, coronadoa de hieden. Por inetigaciée de les hrabirantes de Tolemaica saliG un decreto [..] com orden de degollar a los que no adoptaran el cembio de les costumbres grieges.” Un edisto real castigaba incluso la ‘itcuncisiin de nifos con Ja muerte de Ia macir, las quale: habrian de perecer con sts propias criaturas colgadas al cuelo, y Ia penta se extendia a familiares y demés participes en ef acto de la circuncisin, (I Macabeos 2, 60461), Por lo demés, uno de les relieves del arco de triumfo de Tito en el fore romano (IMAGEN 2), ofrece la imagen de ‘un muevo saqueo de! Templo de Salomén. 143 mmrsn3 012909 Robwrfo Casazen Cristi@nismo y Helenismo en ta Filosofia Tardo-Antigua y Medieval y encarnacion igfea del mismnisimno dios, y sus sabios apéstoles, Legard hasta a guia segura de la fértil éxxinoio. Ia que ensefiando en comarcas ¥ ciudades bajo le eutoridad de eremitas y obispoy, enlazard les limitados corazones tecrenales con el ilimitado amor de fe divinidad. El 260s, hecho espisitu, devenide comunidad, mediado por su propia accion, se encamina hacia Ia asintética realizaciém del amor en la tietta, con la consecuente terrenalizacién del dios como espirite fraternal E] libro VII de las Confesiores resulta un magnifico escenario para nuestro experimentef, Pleno de matices, rico on hibridacién, fructifero en descendencia como pocos libros del ideario cristiano tardoantiguo, este capitulo del atribulado itinerario agustiniano en su deseoperada bitsqueda de la verdad nos ofrece un campo inmnejorable de indagacién en tomo @ las fucr2as propuestas, Recordemes, pues, sucintamente, les principales ideas del bro antes de intentar verificar la presencis ¢ imbricacion de las mismas en el acotado campo eidético del libro VIL En eus traz0s gruesos, que homos aqui recogido en siete momentos, el libro puede sintetizarse como sigue: Momento [ (Confesiowes, VIL i 1-2) Agustin comionza ol libro reconocendo al dies (deus) como incorruptible, inviolable e inmutable (incorruptititon, trvtolatilem et inconnmtsbiler), ciexto ademis de que lo incorruptible es mejor que lo corruptible. Lo concibe como sumo, tnico y verdadero. dios (suramutm, soltan et verun dem), aun cuando encuentra todavia dificultades para representérselo. Convencido de que no puede concebirse nada mayor que el dios (neque ent sla anima potuit poteritee cogitare aliquid quod sit te melius, qui summa et “ Sigo en cate sentido lo propucsto por Hegel en Le otamenclgia del copivite, al concebir al Espiritu Santo como le realizaciin del amor divino como comunidad fraternal smenifestacién objetiva del Espiritu bajo Ja forma de le raligién- (véase la seeciSn "La zeligion revelada”, y la comprensién del nuevo mandamiento cistiano como tarea 0 ser plasmada en el zeino {futuro} del amor en le tierra, También son ideas de cute hegeliano las reducciones, aqui retomadas, de Ia ‘radicién hebrea @ la fey ¥ de la iadisién crisiana el anor, ideas ambas desarzolladas (passin) en Bl eqpirit del ristianismo y su destino Judrez, Buenos Aires, 971. * Para la preparacisn del presente trabajo result de grandisitno provecho a lecrura de las Confisiones de Agustin de Hipona en la reciente versién espatiola de Silvia Magnavacca, asi como también de su p:6logo y notas complementarias (Losada, Buenos Aires, 2005). Los concaptas inscriptos alo largo del trabajo entre paréniesis en, latin corresponden en su totalidad al libro VIL De algunos de ellos, por ser demasiado generales,ro se ha referido el rasaje con precisiGn debido a su recurrencia en el texto agustiriano y para evitar obstaculizar la lectura de sentido conceptual qne anima ciertas secciones de la presente exporicion, 144 Fuerzas cancurrentes en ef pensamicnto tardoantign optimum honunt es) procura ditigir su mirada al sumo bien (swam et optinnn borvaa), no corcuptible, pero topa una y otra vez con su amor por Io inferior. (Momento J; El dios infinite e inviolable es espiritu, verdad y sumo bien) Momento I (Corsfesiones, VOL v, 7 y vii, 11) En medio de ese proceso, todavia incompleto, mientras buses le luz de [a inteleccién en las cosas externas, advierte Agustin que la presencia de la bur, reside on ef interior del alma {{lua] sntus erat). La salvacién se le aparece ahora como tarea realizable, silo es necesario perseverer a imagen del dios, sirviendo al dios que permanece en la etemidad (in setermon manens) y dominando al cuerpo. El dios es misericordioso (mmserains ¢8), y da su gracia (gratia) alos hamildes; su encarnacién es el signo mayor de su humildad. Entretanto, una certeza nueva se consolida en si intimidad: la fe en la iglesia universal (ecclesia catholica) de Cristo, el sefior y salvador (domsimus et seloator), fe (fides) que habla en les santas escritaras (scripturis sanctis) difundidas por la iglesia, autoridad tltima (auctoritas) en un camino de salvaciéin (sels) (Momento I: 2] dios moraen el interior del alma. Numindndola, devela una verdad universalmente inteligible, e involucrindose en la historia, ayuda al hombre a conocerla) Momento IIT (Confesiones, VIL, ix, 13-15) Entonces, sorprendentemente, Agustin alude a “certos libros de los platénicos” en los que dice haber leido las mismas verdades que las escrituras Le cxtica no ha podido Sdentifiear con precision Tos libres ni los pasales aludides por ‘Agustin Resulta mis bien aceptado que las ideas conocidas mediante el acceso a tales libros (habitualmente atzibuidos a Plotino, aunque se le reconccen también Jecturas dle Porfirio y, posteriores a su conversién, ce Jémblioo y Apuleyo) resultan afines a la visiGn neocristiana de Agustin y sélo en un sentido general (aunque profundo) avalan el texto neotestamentario. A. Sotignac, en Les confissiones, Oewaves de Sein! Augustin, vol. 13, Desdlée de Brouwer, Bruges, 1962, pp. 682-685, procura identificar Tos pases de las Enéais de Flotiro que habrian sido conocidos por Agustin emporenténdolos con las ideas propuestas por el hiponense en VII, ix 13-14. Dichos pasajes sor V, 1,6 39-54: V, 1,7, 14,3, 16, 1619, vinculables con “en el principio era el verbo"; |, 1, 7, 26-32: V2, 145 vrznsra oneanoy Roberto Casazen Cristianismo y Helerismo en Ia Filosofia Tardo-Antigua y Medienal santas transmiten, a eaber: Que en el principio era el verbo, y que el verbo estaba con al dios y que el verbo era ol dios. Que todee las cosas fueron hechas, por él y que sin é: nada fue hecho. Que lo que ha side hecho es vida on él, y que la vida es Ia huz de los hombres’. Comprende tarrbién, iluminade por le Jectura de Plotino, que las almas para set felices requicren participar de le sabicuria (sqpientia) que en él reside, Sin embargo, se queja Agustin, no ‘mencionan los Ibros de Tos platénicos que el alma humana, cun cuando da testimonio de la Inz, no os Ia haz misma (pussto que ésta en sentido pleno es sélo el verbo del dios), nl que la luz vino al mando y que el mundo no fa reconocié, ni que a tados los que recibieron Ia luz les dio poder de ser hijos del dios, Y al ingresar en el interior del alma (ania), Agustin ve con el ofo del alma, sobre la mente, aquella hz inmutable (iucens mcoxsnutabiten. Esta luz 10 es una Tu fisica, reyplandeciente, sino una luz que se presenta como creadora del alma, y que permite conocer la verdad (veritas). A esa hz se la conaee, y he aqui gran potencia sintdtica de helenismo y cristienismo, mediante la sartdad {caritas novit eam). (Momento IE El Cristo, que es el dios, e9 iyo: y s6lo el amor conace al 25402) Momento 1¥ (Confesiones, VIL, x, 18) Pero alin Agustin no alcanza a veria en sentido pleno, y sufre todavia Porque se encuentra lejos de Ia luz, en la regin de la desemejenza (regio dissimilitudinis). Sin embargo, al dios se presenta como un alimento tel que, 1.,con “toda las ons fuexon hechas por £V";V, 2, 2, 27-28; V, 3, 16, 263, con “y an él estaba la vida’; V, 1,7, 41-88, con "y la vida era fa uz de los hombres"; V, 1,6, 1890; V, 7,14: V4, 21-25, con las alusiores jednieas.a I filacém divina del hijoy a m1 elevacisn pot sobre los tiempos y lee enves ereedos;V, 1,10, 10-13; 1 6, 6, 13-31, vineulables com la lea de a felicidad por partcipacionen le divinided 7 Evangelio segiin Sen Tuan, Prologo. 1. 15: Bv dui fv 6 Reyes, al. 8 6yag i mpd hv sy, eh Bode Hy & Rbves. Burog fy ev py apbs wbv Bedv.nves b \"xinob Eyévew nak “xopls aivod dyévewo olbe Bv Ov yeyover BY lO Goh Fy Ket fh Lok AV 10 ge Tar evepionan cel 2 His ev 1H oxorig oaives, ea H oxorie ebb ob KerEhafev.La versién latina de San Jerdnimo (Vulgata),ctada par Agustin, es la siguiente: “in prineipio erat ‘erbum ct verbam erat apud deuia et deus erat verbura, hoc erat in principio epud. den. orania per ipsum facta suntet sine ipso factum est nihil quod factum est. in ipso vita erat et vita erat [sc hominum. et hux in tenebris kicet et trebrae eam non comprchendensnt” 146 Fuerzas concurrentes en el pensamiento tardoantigue. una ver. ingerido, el hombre muta en dios, deviene dios ~podtia decirse-. Entonces, asistido por el dios, Agustin despierta on el dios (jn deo), y advierte 1 dios como infinito Gafinitwn), y tecuerds Agustin el eco de las confirmatories palabras del Exodo: “Yo soy el que soy” ("Ege sunt qui sunt”) {Ex3, 14). (Momento IV: El hombre, participando en el ser infinito del dios tinico, Le, “logicizandose”, puede divinizarse y ser plenamente feliz) Momento V (Conjesiones, V1, vi 11 y xi, 19) Seguro ahora, y montado sobre la nueva certeza metafisica como sobre una atalaya, indaga Agustin el problema del mal enteriormente esbozade. Las cosas que se corrompen son buenas, pcro no som sumamente buenas, pues en tal caso no podrian corromperse. Todo lo que se comompe pierde algiin bien Al mismo tiempo, si fueran privedas de todo bien, no existirian en absoluto, pues citalqutier cosa que existe es buena. El mal, entonees, no es una sustencia, pues si lo fuera sera un bien. Dios es el autor de todos los bier, Todes las cosas son buenas, y juntas son muy buenas. Asf expresado, el problema det mal se disuelve, Para Dios, que es inmulable, no hay mal alguno. Tampoce hay mal para el conjunto integro de la creacién, pues neda en tanto conjunto, puede afectarlo. El mal aparece, entonces, en lay partes 0 ert las relaciones existentes entre las cosas creadas, ya que al no convenit unas con otras 6 veces se juzgan ciertos sticatos 0 acciones como males. Por fin, ante la pregunta por la iniquidad (quid esset iniquites), y tras nto haber hallaco como respuesta posible a ninguna sustancia (substantia), recumird Agustin a la deficienda 0 perversidad dela voluntad (perversitas volumttatis). Esta, apartandose del dios al que estd llamado y en cuyo seno hallarie su dicha, se toma hacia las cosas més bajas, arrojando fuera de si lo més imtimo (intime sua) del alma, chamuscindose de este modo sélo por fuera. (Momento V: El mal sélo consiste en 1a perversidad de la voluntad, i.e. ena “deslogicizacién” de! alma) * Gn os capitulos finales del De deata vila angumenta Agustin de modo similar: le felicidad Gestitudo) en el raodus humano sélo es posible por participacién en el Stammus Modes. 147 ero ouemong TwAcEw 24 ¥ 28: Relieve decorativo del sco de Tito (foro romano), cuya consiruccién fuera iriciada en el 81d, C. Los reliever ofrecon representacionoe delaenteeds tiuntl del @rcto de To en Roma con Jos tesoros del Templo de Saloméin. Fn la imagen agud ofreida se advierte le gran menor (coneelabre), Jas trompetas de plata y, acaso, el arca de In alianza siende treapertados por soldedos romanos, Nite ademés en es misma imagen, el sometimicnto, desde el punto de vista artitico, de la sultura judia a Tes apolineas formas visuales recomomanae. IMAGEN 1: Apolo del Belvedere, copia romana en matmol (s. II dC) de un cotiginal atribuide @ Leocares que habla sido realizndo hacts el 01a, C, 224 em. de altura, actuslmente en el Masco Vaticano. INAGEN 8: Maiectes Dont, lomado del Eeargdliaro a Enrique el Lain, ca. 1188, Herzog August Bibliotvek Woltierbitel, £1724 Cristo figurado.como centro dela creacién y de Ia historia y elevado por sobre tedo “lo creado. El conjanto representa Ja visidnproféticn de Apocaipsis capitilos 4 y 5. Al centro, sentado en el trono, el Cordero 0 Cristo, revestide de jaspe y corralins, con cl libro sobre su rodila y rodeado por un arcotis. Lo alaban os cuatro vivientes, que figuran a los custo evangelists (Hombre = Mateo, Lain = Marecs, Novilo = Lacas, Aguila = Juan). Las seis pequeios rosatones decoradee aluden a los sels dias de la creackin y 2 las seis exiades de Ia historia. Completan Ia serie, en lao eaquinas, Moisés, Salosxéa, David y Bowe. IMacen 44 ¥ 48 Miguel Angel Buonarrotti, Devéf, escultura en mérmol, 410 can, de altura, realizado entre 1501 y 1504, actualmente en la Galeria de In Academia, Florencia. Roberto Casazza Cristionismo y Helenisma en la Filosofia Tarde Momento Vi (Confesiones, VIL, xvii, 3; xix, 25 y xx, 26) Ya despojada la angustis, y elevado por Ia presencia del dios, aunque atin incompleta, safte Agustin porque no logra todavia gozar de su dios (frui deo mec) plenamente, Arrebatado hecia su dios por la belleza diving, el propio peso {pondus) de La costumbre carmel (ccnsuetudo carnelis) lo dirige nuevamente hacia las cosas inferiores. Pero convocado auevamente por la belleza ce lo creado Agustin aspira a inteligir la verdad invisible que reside en Dios (Rom; 1 20). La inmutable y verdadera eternidad de la verdad que mora en Dios, dispueste sobre Ia mutable inteligencia de Agustin, permite el juicio sobre las cosas mutables. Y en ese ascenso, llega finalmente el alma 2 To que es, y asi descubre cémo se vuelve visible mediante Ia creacién lo invisible que hay en Dios (Rom I, 20). Consciente de! ebismo que lo separa de la divinidad, Agustin vuelve ahora su mirada hacia el mediador (mediaior), Jesucristo, que es hombre y dios, y cuya encamaciéa permitié camalizar a la divinidad para volverla accesible a Ta limitacién humana, Bl 26y0s, Jesucristo, se halla en la cima de la creacién (IMAGEN 3). Este hombre-dios es camino, verdad y vida (Jn 14, 6). El haber encarnado velvié débil a la divinidad eon el fin de presentarla a si misma come ejemplo a los soberbios. La cacnalidad del A6y0s (verbumm caro Jacturt) implica ta manifestacién del dios como persona fisiea, como un hombre que come, bebe, se entristece, conversa, hecho que permite una comprersién especificamente humana de la improporcionable verdad eterna, Superadas asi la tinieblas (terebras) comprende ademés que Dios es verdaderamente, y que todas las coses derivan de Dios {er te ease oven). Consciente entonces de haber Megado racionalmente a la verdad, pero henchido todavia ce orgullo por el conceimiento, crece en conciencia respecte de que le faltabe exin la caridad (carilas). La caridad sélo puede edificarse, reconoce ahora el converso Agustin, sobre el fiundamento de la humildad (fendementum humditatis). La verdad cristiana, oftecida en los escrituras del dios (scripta tua) es el camino (vier) que conduce la patria de Jn felicidad (beatifice patria), y permite al mismo tiempo tanto conocerla como habitarla (certenda et habitanda) (Momento VI: El A5yo¢-dios se camaliz6, hecho que posibilita la logiczzacién-divinizacién del hombre) 150 Fuerzas concurrenttes en el pensamicata tardoantigu. Momento Vit (Confesiones, VIL, xxi, 27) Finalmente recuerda Agustin los textos del apéstol Pablo (apostolus Paulus), y los halla compatibles con el testimonio de la ley y de los profetas (testinonium legis et prophetarwn), Todo lo testimoniado por la tradicién judia se presenta ahtora con el apoyo de la gracia de Dios (commendatione gratiae tte), El safior, que 2s justo (justus es), perdona a los pecadores (ns peccotiness) gracias al mediador entre el hombre y la divinidad, el sertor Jesuctisto (per Tesuon Christur dominum nostrum), que fue engendraco costernamente al padre (genuisti coviernum). Solo mediante él es posible mantenerse en el camino que conduce a esa patria celosamente defendida por el emperador celestial (cue caclestis iraperetoris), donde no pueden acceder aquellos que desertaron del ejército celestial (deseruerunt caelestem militiom), y a la que evitan aquellos, como si en acercarse a ella cesidiera un tormento (suppliciurs). Todo esto, culmina Agustin, fue revelado pot Pablo (Paulus), el més pequefto (paulus) de los apdstoles, quien confirma con su testimonio cuil es el verdadero camino a la verdad y a la salvacién®. (Momento Vil: El camino al dios es la iglesia, i.e. Abyoghecho comunidad enella se “logiciza’ 1a vieja ley, vuelta ahora universal, i.e, ley del amor) Siguiendo con et ¢jercicio arunciado, cabe ahora despojar de entre Las ideas fundidas en el texto agustiniano las respectivas fuerzas etho-theo- hhistoricas anteriormente aludidas. Reptesentémonos, pues, ai nodo eidético légico-apolineo, en sus trazos minimos, como el afin de fundamentacién de * Se cfrecen 2 continuacién los principales pasajos biblices citados 0 sludides por ‘Agustin a lo largo del libro VL ce las Confess. Antiguo Testamento: Sal 37, 9 (VIL, vii, 11, el corazin gimiente implora a Yahvé; Job 15, 26 (Vik vi, 11}, arrogancia del que se enfrente a Yahvé: Sol. 38, 12 (VII, x, 16), exaltacién dle In humilead Ex.3, 14 (VI, x, 16), Yahvé es identiticado oon el ser; Sab. 7, 27 (WIT, xi, 17), pretiguradicn vvoterotestamentoria del verbo encamado: Sal. 147 (148) (VIL xii, 19), himno al todopoderoso:aleluys: Sab. 9, 15 (VIL, xvi, 23), el euerpo como lastre del alma, Nuvo ‘estamento: [. 1, 1-18 (VIL 1x, 14), Dios como verbo encomado; Fi. 2, 611 (Vil, ix 14, Ihimne a la divinisad; Hoh. 17, 28 (Vil, ix, 14), discurso de Pablo en el Aredpago; Rom. 1, 25 WIL x, 16), célera diva contra los gentile; Rom 1, 29 (WIL, xii, 23), Dios se manifesta en sus obras (1. en su creaci6n); Jn. 14 6 (VE, xvii, 28), Cristo mediador ‘camino, verdad y vida; 1Cor. 11, 19 (VIl, xix 25); conveniencia del disenso para el surgimiento dela verdad. 151 maven cyaqoy, Roberto Cesazza Cristianismo y Helenismo en fa Filosofia Tardo-Antigua y Medicon! todo acontese humane en una instancla divina, espiritual e inteligible, que tiene al alma -espitina que anima tn cuerpo- como puente entre el limite y la divinided, y dentro del elma, al 2670s humano como su principio de elevacion al AOTOE divine, Veames asimismo en a idea del dias justo, que nombra, cela Y caotiga, y en su obra creada ex nAtilo, en el pecado humano, en la culpa y en la promesa de una tierra segura y fértil, los simbolos conceptuales de Yahvé, y con él imaginemos a la fucrza némico-yehveica actuande afancsemente en el anundo. Persemos por otra parte en el amor, entendido como caridad, como “dydmn, en la verdad histéricamente patente de la necesidad de cfena ‘mediacion humano-divina universalizable. y en su vastago conceptual, la g7acia, como cotandartes de Cristo y como nicleos de la fuerza agapo-ciistica, ¥ contemplemos finalmente la infinitud rebosante de vida y la idee de la patria como similitud disolutiva de identidades como metdloras del poder de Dionisos, es decir, como niicleo del polo dinainico hybrico-dionistaco. Queda pues dar cuenta de la presencia de estas cuatro fuerzas en el texto de Agustin y procurar manifestar los rasgos principales de su hibridacion en of plano del acontecer y de su separabilidad en el plano del concepto. Comencemos por la fuerza logico-apolinea. Si aceptemos, como a mnenudo ha eido propuesto, que con el espicitu grlego calmina el esfuerzo mediterraneo y cercano-oriental de dominio del operar racional del Aombre, y que con la autoclarificacién defiritiva de las eyes de la razén por Aristiteles comienza el camino seguro de la ciencia, no puede resultamos extrafio que en el curiose constructo de Ia helenizacién del judeo-cristianismo, iniciada por lo demés militarmente por el discipulo’ del Fil6sofo, le logicidad patente de lo real (tal como aparece a la visién helénica) mute en logicidad de la creadén hestea, creadén que remitiri, ‘wansitivamente, a la intima logicidad del creador, Ia cual sin embargo sera manifestada contundertemente silo a partir de la Fevolucién l6gico-cristiana, El Adyac griego, entusiasta organizador del mundo, debia —sl mtcnos por ef momento, y en el marco de una consolidada matriz aitiolégica que teria a poner del lado del principio a Io divino, a lo espiritual y a lo simple ‘ronsformar al dios hebreo en Avo para explicar a pattir de éste la logicidad de lo real, Pero ese proceso no poilria tealizarse sin uma funciéa bivalente, sor sierto profundaments Iégico-apclinea, que pudiera reunir la individuadén son la totalidad, el ente con Ia serie completa del acontecer, la sustancia — aparentemente subsistente por si con el principio. Esa fundiéa bivelente 7 maravillosa ¢s el alma, que tiene en al 2.6yos su micleo més intimo y potente, si capacidad de recortar los bordes de lo individual, y que opera con apasicnado vigor mediante la yuxtaposicién, el anzlisis, la distincién. Fl creador ha creado, cogin Aguatin, todo éptimamente, racionalmente, y lo ha hedho usando semillas perfectas (semen) que garantizan el orden de su. producto, ofrediéndonos con ello, en scercta clave, un camino de reterno a su incorpérea 152 Fuierzas concurrentes en el pensamiento tardoantiguo, verdad. La verdad, sélo visible para el 24yoc, devendird patente en la medida que puede ser advertica Ie inteligibilidad de lo creado (Rom 1, 20). La disolucién de las tinieblas, la distincién de contomos y formas bajo la luz, implicaré la participecion gradual del alma en la sabiduria (sapientia), que ser& fanto mayor cuanto més individuaciones puedan ser subsumidas en su egalidad légies, cuanto mas completa aparezca la serie causal, csonto mejor se advierta la mano del dios achusndo sobre el mundo, Pero el principio légico- apolineo no habria de subyugar fAcilmente bajo su drbita la totalidad del acontecer clrcundente. La tradicion hebrea, adelantada al Ayo en el plano religioso a partir de 1a simplificacién del principio divino, esistizia vigorosamente los embates del soberbio Apolo, dispuesta incluso a morir bajo el martirio con tal deno desobedecer las disposiciones del dios! a fuerza némico-yahveica pujard y Jograré conservar sus bastiones apenas permeables a la triunfante logicidad, los cuales serian heredados casi incélumes por la tardoantigiiedad. La tradicién de los tempranos escritores eclesidsticcs ya habia allanado suficientemente el terreno a Agustin on este punto, pues de lo contrario el hiponense habria hallado inmensas dificultades para cilminar de revestir a la peculiar idiosincrasia judia con los adomos propios del despliegue l5gico-cidético griego. Desde el punto de vista ontocosmoligico, la nocién de creacién (creeto, creata) y la detivacién de todas las cosas proponiends a Dios como agente (ex te esse onic) pero originéndolas ena nada, enfatiza sin duda la omnipotencia divina del dios judeo-cristiano, pero ello mismo corstituira un ineémodo resebio cuando se consolide en el escenario tardoantiguo la concepcién Iégico-apolinea de una realidad ordenads por las ideas platinicas (asimiladas como ideas divinas que atraviesan racionalmente todos los estratos de la creacién), abriéndose con esa transformacién un secular problema para el imaginario medieval”. Del ideatio némico-yahveico sobrevivizén sin embargo con fuerza asombrosa la insistente comprensién del hombre como un ser miserable frente a la divinidad (miseratus ¢3), os relatos fundantes de la creacién, el pecado (pecoatus), Ie culpa (culpa) y el castigo (poena), la personificacién del mal en af diablo (diabotas) — que tan mal se ha lievado hasta el presente con la racionalizacion teologica del mal como privactén-, y la concepeidn fe0-teleoldgica de la historia, expresada ensu verdad circunstancial como testimonio profético y como ley (testimonium legis et propheterum) y tendiente a la disolucién de las contredicciones con el trlunfo definitivo del emperador celestial (cura ooelestis imperatoris). La costumbre cesi nos prohibe advertir la profunda incomodidad con que el nodo 211 Macabeos 7, 1-42, oftece un conmovedor relato de In resistencia del pacblo judo frente alas impostciones seléucidas. » La tradicién hebrea habia fraguado un dios capaz de castigar y aniquilar en un acceso dle ira agus cristuras,en el que su omnipotencia aparece como rasgo sobresaliente. 153 2400 Roberto Casezen Cristienisme y Helenismo en ta Filosofia Tardo-Antigua y Medieval némico-yahveico debié acomodarse al nuevo escenario idgico-apolineo, al tiempo que su supervivencia, hoy naturalizade, nes obliga a sespechar come presentes en el scno del hebralsmo numerosos elementos de profunda racionalided. Algo de tal rasgo se advierte, efectivamente, en la caracterizacion del dios como “el que es” (Ego sum qui suri), y sobre todo en la persistencia con que el pueblo hebreo se afand en expurgar de su seno todo idolo (idolum) muiltiplicador (y con ello falseador) del principlo inleo. En el primar -mandamiento, a saber, 10 tendrds otros dinses delante de mi, esta el secreto dela supremacia religiose hebrea, que ~meiamorfoseada- pudo conguiscar (y reterer hasta nuestros dias), al igual que la racionalidad griega, vastisimas regiones de la ideatio euroatigntico. Pero Ia hibridacién profunda entre Yahvé y Apolo no seria posible sin una profunda reforma,-sin una adecuada apertura y adaptacion, He ahi la tarea del yprotés, el ungido para cargar bajo sus hombros el Peto infinito de adapiar In tradicida hebrea al A6yoq de transformarse 61 mismo, a pesar de ser hijo de Yahvé, en Aoyo¢ para lograr que los protologicizados hombres de aquel presente pudiesen comprender por fin a la divinicad, Fero la tarea implicaria algo aim mds profundo, la intima fransformacién del Abyos, otrora aséptico testigo del acontecer, otrora descubridor y espectador externo del limite de la alteridad, en Aoyoe-dvemn, es decit, en dascubridor y sl miemo tiempo penetradar de 10 opuesto, reconociendelo como Jo otro del Aéy0q, es decit, como projimo. Alli si la racionalidad griega podria sostener fundadamente sa supremecia, desacreditada por la unllateralidad de un 26y0¢ miope y temeroso, que se abre 2 Véaze Exode 29, 1-17; “Gntonces Dios pronunds estes palabras: Yo soy el Setar, ta Dies, que te hice salir de Bgipto, de un lugar de esclavitud, No tendtés otros dioses delante de mi, No te hards ninguna escaltura y ningrina imagen de lo que hay aesiba, ‘en al ilo, o abajo, en le tierra 0 debafo de Ja tierc, ent Ias aguas. No te postraés ave lla, niles rendirds calto; porque yo soy al Sefor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo a maldad dl los padres en los hijos, hasia la torcera y cuarta generacién, +i ellos me sborreceny y tengo miseciomrdia @ lo largo de mil generaclores, sl me amen y cumplon tals mandamientos, No promunciatés en vano el nombre del Sefior, tu Dios, porque él po dejard sin castigo al que Io pronuncie en vano. Acuérdate del séptimo dia para santifiearlo, Durante ces dios trabojoris y hards todas tus tareas; peroel sépiimo es dia de descanso en honor del Senor, tu Dios. En él no harén ningin trabajo, nit, ni tu hijo, ni ta hie, ni tu esclava, itu esclava, ni tus animales, nie! evtranjero que reside on tes ciudades. Porque en seis dias el Sefior hizo el cielo, fa ere, el mary todo lo que hay en ellos, pero ef séptimo dia descans6. Por 250 el Seftor bendijo al sibado y lo decand santo, Horna a tu padce y a t1 madre, para que tengae una larga vida on la tierra qua e] Sofor, tt Dios, te da, No matords, No cometeris adulteric. No rebarés. No dards fal60 ‘estimonio contra ti projima. No codiciards la casa de tu projimo: no codticiards Is ‘mujer de tu préfimo, ni su esclave, ni su eselava, ni su buey, ni su amo, ni ninguna ots coco que le perterezca!. 154 Fuerzas concurrentes en el pensamiento iardoantigu ahora a la posibilidad de alvanzar su verdadera logieidad en la medida en que logre refrenar su bajo amor por Ja individuacién expandigndose hacia 1a universalidad. FH AOTOE-AT ANH divin seri para Aguetin la guia segura del Agvocdyém humano. ¥ esa guia se manifests cerca, familiar, nuestra, Gula ‘que supe perpetuarse siguiendo el ejemplo de los primeros testigos. Ante el vacio dejado por el ascenso del cuerpo del AOFOE a la derecha del padre, el 2yoe-dyéamn comunitario habria de insiaurar la memoria permanente del viejo- nuevo dios, memoria que, el igual que lo que sostiene Agusiin para con Ja memoria humana, contended en sf -para siempre- la folalidad de las mediaciones pasadas y tolerard al mismo tiempo todas las formas de la expectacién futura en el mismuisimo e inasible presente. Uno bien pequefio, llamado Paulus, completaris la tarea de darle nueva forma carnal e hist5rice a la mediacion agapo-cristica, aticulando la fe (fides) en tomo a la gracia (gratia). Mediante 1a exaltacién de la humildad (findamentum hueniitatic), reconstruyendo concepiualmente los atributos del sefior y salvador (domirus et saloaion) que conduce a todos los hombres a la saludesalvacion (sclus), Pablo declareré, y para Agustin bestard su palabra y su ejemplo, que el Cristo es ahora dyin, y que ese amor se manifiesta como un santo espiritu (spiritus sictus) en la intima reunién de dos cualesquier que persigan la logicidad en Ia accién mutua, y que seri universal, as decir, ecclesia eatholica, cuando ese accionar colective disuelve Jas contradicclones producidas por Ja mesiva deslogicizacién del alma individual Ta alianza entre Cristo y Apolo parecia presentarse ye como sellada, pero la pujente fuerza hybrico-dionisiaca no se retiraria fécilmente del escenario en disputa. Escondida en las mas piadosas vonceptualizaciones del dics como infinita actividad (certus esse te ef infinitum esse) que permanece inalterable en la eternicad (in actemmum menens) y que os el verdadero fandamento del ser de io individuado (nec abient et venirent, nis fe operante ef amaneate), Agustin advierte desde el desgarro de la espaciotemporalidad que lo verdadera vida reside en Dios (in deo), en fundirse el alma humans con El, en abandonar por fin Ia ragién de Ia desemejanza (regio dissimiitudinia) alcanzando asi por fin la yerdadera patria (beatficr patria). Le ebriedad iomisiacs, disolutoria do toda forma apolinea del acontecer psiquico 0 histérico, transmutaré, en su versién cristiana, en la posibilidad de participacién plena en la sabiduria (participation sepientie, que reunirs finalmente al hombre sinfantcamente con Ia totalidad de fo real. 'Y juzgado Agustin como coartifice involuntario de Ia coagulacién de estas fuerzas supraindividuales en doctrina duradera, cabe atender a st especifidad. La racionalizacién de la religiosided # la mano buscaba tedavia su ® La xowovia con el dios Dionisos en el banquete sagrado también puede ser comparada, er.un sentido estructural, con la préctica cristiana de la eucatstia. 155 etd Roberta Casazaa Cristianismo y Helenismo en in Fitosofia Tardo-A.ntigua y Medicoal sistemeticidad, tarea a la que el hiponense dedicd su descomunal energia ¢ ingenio, La emprese todavia parcialmente penciente cr justamente la rettologicizadéa de la historia del pucblo hebreo, la fandamentacion de Ja ‘configuracién eidética de la creacién y la exposicién precisa de Ie verdadera forma det i6to¢ como caritas, El amor es, nos ensefia Agustin, la verdadera forma dela racionalidad!s, Amor que es, también, 18/05 entre dos cuclesquiera gue, atentes a la alteridad-identidad especular propuesta por el alter ego, proceren develar conjuntamente la verdad. Este Aéyos éydem cord act discurrir racional compartido que conduce a la verdad, seri, sencillamente, didlogo: didlogo filoséfico, como el intentado en Casiciaco; diélogo “pelitico”, como el que ocurre espiri:ualmente entie 12 diacrénica membresia de la ciudad del dios; didlogo consign mismo y didlogo con la divinidad, como revela intensamente Ia pluriforme confesién agustiniana. Por iiltimo, quisiera ofrecer 2 la experiencia visual un sencillo ejercicio de verificacién de la hibridacién de las fuerzas propuestas, solicitando al lector que imagine un instante, acaso entrecerrando sus ojos, del modo mas verositril posible y como efectivamente acaeclda, ante un trasfondo de pobreza material y técnica como hemos de imaginal al siglo XT a.C., Ta escena cen que al adolescenie pastor hebreo David enfrenta sobre el campo desnudo al gigante filisteo Geliat, recubierto éste con polainas y pesada coraza, y munido de jabalina y espade (I San 17), Conirastada esa representacion con le ofrecida en la IMAGEN 4, se nos aparece con méxima claridad cémo la historia cultural posterior al encuentro se ha encargado de completar la logicizaciénr apolinizacién del legado hebreo al punto que Miguel Angel Buonarrotti, artista profundamente cristiano, nos ofrece en su bellisima representacién de David, atento a las logicizadas formas del recientemente descubierto Gripe de Laocoonte y 31 hijee, y a la vetrologicizada teologizacién del acaece: biblico, la versicn logico-apolinea del pastorzuelo hebreo, que, como no podia ser de otra manera entre nosottos, plenamente logicizados habitartes del presente, se nos presenta ahora como natural, como si efectivamente David hubiese enfrentedo aqual choque singular, de un modo ten bellamente contenide, delimitado, preciso y racional. “4 Recientemente, er. las II fornads para la enschizn de la flosofie, organizadas por la ctedea de Didéctica Eepecial de Ja Filosofia de la Faculkad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires, ef Prof, Alejandro Renovsky desazmolld ampliamente la {dea del dislogo-amor como niicleo mismc de la actividad filosdfica. El acceso a dicha exposicin results significative para Ja comprensién de la idenvificacion agustiniana equi propueste- entre A5y06 y dyénn como medio Ineludbie en e] acceso a la verdad, 156

También podría gustarte