Está en la página 1de 6

VÍCTOR M.

TOLEDO LA IMPORTANCIA ECOLÓGICA DE

NARCISO BARRERA-BASSOLS LAS SABIDURÍAS TRADICIONALES

LA MEMORIA BIOCULTURAL

La memoria permite a los individuos recordar los eventos del pasado. Como los individuos, las
sociedades poseen también una memoria colectiva, una memoria social. En ambos casos, esta
capacidad de recordar resulta crucial porque ayuda a comprender el presente y, en consecuencia
da elementos para la planeación del porvenir y sirve para remontar eventos similares ocurridos
anteriormente, y aún sucesos inesperados. Como los individuos y los pueblos, la especie humana
también tiene memoria, y ésta permite develar las relaciones que la humanidad ha establecido con
la naturaleza, soporte y referente de su existencia, a lo largo de la historia. Aunque todas las especies
tienen en teoría una memoria que les permite mantenerse y sobrevivir en el cambiante concierto
de la historia natural, la especie humana es la única que puede hacer conciente, revelarse a sí misma,
los recuerdos que integran su propia historia con la naturaleza. La memoria de la especie humana
es, por lo menos, triple: genética, lingüística y cognitiva, y se expresa en la variedad o diversidad de
genes, lenguas y conocimientos o sabidurías. Las dos primeras expresiones de heterogeneidad de lo
humano, que han sido lo sufi cientemente documentadas mediante la investigación genética y
lingüística, permiten trazar la historia de la humanidad ubicándola en sus diferentes contextos
espaciales, ecológicos y geográfi cos (Shreeve, 2006; Maffi , 2005). La tercera, mucho menos
explorada, sintetiza y explica esa historia al revelar las maneras como los diferentes segmentos de
la población humana se fueron adaptando a la amplia gama de condiciones (especiales, concretas,
específi cas, dinámicas y únicas) de la Tierra. Las dos primeras dimensiones certifi can una historia
entre la humanidad y la naturaleza, y la tercera ofrece todos los elementos para Biocultura.indd 13
23/10/2009, 12:40:14 14 comprender, evaluar y valorar esa experiencia histórica. En conjunto
testimonian un abanico de recuerdos, es decir, conforman un archivo histórico o, en fi n, una
memoria. La búsqueda de esta memoria de especie por todos los rincones del mundo, termina por
reconocer que, en la actualidad, esa se encuentra alojada en las llamadas sociedades tradicionales
y, más específi camente, en los pueblos indígenas del mundo. Como sucede con muchos otros
aspectos de la realidad, la memoria de la especie que resulta del encuentro entre lo biológico y lo
cultural, se encuentra seriamente amenazada por los fenómenos de la modernidad: pri ncipalmente
procesos técnicos y económicos, pero también informáticos, sociales y políticos. Este libro está
dedicado a desentrañar la esencia, estructura y diná- mica de la memoria (biocultural) de la especie
humana, a ponderar sus fortalezas y debilidades, a revelar su importancia o trascendencia para el
futuro del género humano, y a identifi car las distintas amenazas que se ciernen sobre ella. Este
análisis se realiza teniendo como referente la perspectiva agroecológica, que demanda un cambio
radical en la manera como los seres humanos se apropian los bienes y servicios de la naturaleza, y
que postula modos alternativos de producir, circular, transformar y consumir los alimentos y otras
materias primas requeridos por la sociedad. Intentando remontar la amnesia de los sistemas
agroindustriales, la agroecología reconoce en esos lenguajes de larga historia que todavía
sobreviven en las mentes y en las manos de los miembros de las culturas rurales, un arsenal
nemotécnico de un valor inconmensurable. En última instancia es en esas sabidurías milenarias,
largamente ignoradas, desvalorizadas o mal interpretadas, donde se encuentran las claves para
remontar la actual crisis ecológica y social desencadenada por la revolución industrial, la obsesión
mercantil y el pensamiento racionalista. Frente a la crisis ecológica y social del mundo
contemporáneo, el identifi car y reconocer esta memoria biocultural de la especie humana resulta
esencial, pues ello permite adquirir una perspectiva histórica de largo trazo, develar los límites y
sesgos epistemológicos, técnicos y económicos de la modernidad, y visualizar soluciones de escala
civilizatoria a los problemas actuales.
MIGUEL ANGEL ALTIERI, PH. D. BIODIVERSIDAD

CLARA INÉS NICHOLLS, PH. D. Y MANEJO DE PLAGAS

EN AGROECOSISTEMAS

La agricultura implica la simplificación de la biodiversidad natural y alcanza su forma más extrema


en los monocultivos. El resultado final es la producción de un ecosistema artificial que requiere una
constante intervención humana. En muchos de los casos, esta intervención consiste en la
introducción de productos agroquímicos que, además de elevar temporalmente l as producciones,
dan lugar a numerosos costes ambientales y sociales indeseables (Altieri, 1987). Conforme progresa
la modernización agrícola, los principios ecológicos son continuamente ignorados o desestimados.
En consecuencia, los agroecosistemas modernos son inestables. Los desequilibrios se manifiestan
como brotes recurrentes de plagas y enfermedades en numerosos cultivos y en la salinización,
erosión del suelo, contaminación de aguas, etc. El empeoramiento de los problemas de plagas y
enfermedades se ha relacionado experimentalmente con la expansión de los monocultivos a
expensas de la diversidad vegetal, la cual es un componente esencial del paisaje que proporciona
servicios ecológicos claves para asegurar la protección de cultivos (Altieri y Letourne au, 1992). El
91% de los 1,5 billones de hectáreas de tierras cultivadas en el mundo están ocupadas por cultivos
anuales, principalmente por monocultivos de trigo, arroz, maíz, algodón y soja. Uno de los
principales problemas que derivan de la homogeneización de los sistemas agrícolas es un aumento
de la vulnerabilidad de los cultivos a las plagas y enfermedades, que pueden ser devastadoras si
afectan a un cultivo uniforme, especialmente en grandes extensiones. Para proteger estas cosechas
en todo el mundo, se aplicaron en 1995 cerca de 4,7 millones de libras de pesticidas (1,2 millones
de libras en Estados Unidos); cantidades que ha aumentado en los últimos diez años. En Estado
Unidos, los costes sociales y amBiodiversidad.indd 9 25/03/2009, 10:13 10 bientales asociados a
estos niveles de pesticidas, se han estimado en 8 billones de dólares por año (Pimentel et al., 1980).
Actualmente tales costes permanecen vigentes. Las pérdidas de las cosechas debido a las plagas y
enfermedades siguen manteniéndose en un 30%, sin diferencia con respecto a hace treinta o
cuarenta años. En California el uso de pesticidas aumentó de 161 a 212 millones de libras de
ingrediente activo, a pesar de que se mantuvo constante el área de cultivo y que la investigación en
Manejo Integrado de Plagas (MIP) está bastante avanzada (Liebman, 1997). Éstos son claros signos
de que la estrategia del control de plagas y enfermedades basado en la utilización de pesticidas ha
llegado a su límite. Es necesaria una estrategia alternativa basada en el uso de los principios
ecológicos para aprovechar al máximo los beneficios de la biodiversidad en la agricultura. Este libro
analiza las bases ecológicas para el mantenimiento de la biodiversidad en la agricultura y el papel
que ésta puede desempeñar en el restablecimiento del equilibrio ecológico de los agroecosistemas
para poder conseguir una producción sostenible. La biodiversidad realiza una variedad de procesos
renovables y de servicios ecológicos en los agroecosistemas; cuando éstos se pierden, los costes
pueden ser significativos (Altieri, 1991b). El libro se centra en las formas en que la biodiversidad
puede contribuir al diseño de agroecosistemas estables. Se discuten los efectos de cultivos
intercalados, cubierta vegetal, manejo de malezas y manipulación de la vegetación en los márgenes
del cultivo. Se presta una considerable atención en conocer los efectos de estos sistemas,
botánicamente diversos, sobre la densidad poblacional de las plagas y los mecanismos que subyacen
en la reducción de las plagas en los policultivos. Esto es esencial para que el manejo de la vegetación
pueda ser usado eficazmente como táctica de manejo de plagas con base ecológica (EBPM) en una
agricultura sostenible. Aunque las comunidades de insectos en los agroecosistemas s e pueden
estabilizar construyendo arquitecturas que den apoyo a los enemigos naturales o directamente
inhiban el desarrollo de las plagas, este libro pone énfasis en el hecho de que cada situación debe
ser examinada por separado, dado que las estrategias de manejo de vegetación a largo plazo son
específicas del lugar y deben ser desarrolladas en función de los factores ambientes locales y
regionales, así como los socioeconómicos y culturales. De este modo, las mezclas de cultivos pueden
servir para resolver las más amplias necesidades y preferencias de los agricultores locales y, al
mismo tiempo, favorecer la calidad medioambiental. Biodiversidad.indd 10 25/03/2009, 10:13 11
Este libro se basa en información proveniente de la primera edición en ingles y nuev as publicaciones
recientes de científicos que se dedican al manejo del hábitat para favorecer el control biológico de
insectos (Barbosa, 1998; Pickett y Bugg, 1998; Landis et al., 2000; Smith y McSorley, 2000).
Transgénicos
¿Qué se gana? ¿Qué se pierde?
Textos para un debate en Cuba
compilados por Fernando R. Funes-Monzote y Eduardo F. Freyre Roach
El debate sobre los cultivos transgénicos es uno de los temas más actuales y controvertidos en el
mundo, agudizado con el recrudecimiento de las crisis alimentarias, climáticas, energéticas y
ambientales. Paradójicamente, las empresas transnacionales de agronegocios presentan ahora los
transgénicos como una «salida frente a las crisis». No es extraño que las transnacionales promuevan
esta idea, porque además de ser un gran negocio, les permite argumentar que no hay necesidad de
revisar las causas de las crisis que ellas han contribuido a provocar. Tampoco tienen realmente
interés en «salir» de las crisis porque con ellas han lucrado más que nunca. Por ejemplo, desde las
semilleras hasta las que distribuyen cereales o fabrican maquinaria agrícola, obtuvieron ganancias
enormes desde que en 2007 se reveló con más claridad la crisis alimentaria mundial. Si bien Cuba
se diferencia en muchos aspectos del resto del mundo, también aquí es urgente y necesario debatir
el tema de la producción alimentaria, porque el país debe responder a muchos aspectos de estas
crisis que ineludiblemente impactan en el pueblo cubano —a pesar de haber sido provocadas por
el sistema capitalista industrial, que devasta la gente y el ambiente — y que se suman a los efectos
del bloqueo económico a que ha sido sometido durante casi cincuenta años. Aunque en la última
década Cuba ha sido el ejemplo más contundente de que frente a la crisis alimentaria la producción
agroecológica es posible, viable y capaz de proveer alimentos a poblaciones en ciudades tan grandes
como La Habana, también hay científicos de instituciones públicas que consideran que los cultivos
transgénicos Prólogo. Luces y sombras de los transgénicos en cuba Silvia Ribeiro Dra. Investigadora
del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración, México. 14 Silvia Ribeiro podrían
ser un aporte a la producción alimentaria nacional, fuera de la égida de lucro de las empresas
transnacionales. Sin embargo, para otros, los transgénicos representan una amenaza no solo a los
logros ya obtenidos en otras formas de producción alimentaria, sino también a la salud y al
medioambiente; incluso afirman que los transgénicos, aun sin transnacionales, constituyen un
paradigma opuesto a formas de desarrollo social, ambiental y económicamente sostenibles. Es
entonces imprescindible un debate social sobre el tema. Un debate abierto, transparente y
comprometido, de amplia participación popular, que marque una clara diferencia con la
introducción de estos cultivos en el resto del mundo, donde casi sin excepción han sido una
imposición de las empresas transnacionales que los controlan, mediada por la corrupción, el férreo
control del mercado alimentario sobre los agricultores, la propaganda falsa y las presiones o
complicidades con las cúpulas gubernamentales. Prueba de ello es que, aunque las transnacionales
y las organizaciones que ellas financian quieren vender la idea de que los transgénicos ya se hallan
en todas partes, a trece años de su comercialización apenas ocupan cerca del 2% de la tierra
cultivada en el planeta y solo una docena de países realizan siembras comerciales a gran escala. El
98% de la producción de transgénicos, que según las transnacionales «están en todo el mundo», se
realiza solo en ocho países1 y más de ciento setenta no los han autorizado comercialmente. Las
encuestas de «percepción pública» sobre los transgénicos en diferentes naciones, muestran que
más del 95% de los consumidores prefieren no comerlos. Sin embargo, la elección no está realmente
en sus manos, porque pese a que las transnacionales aseguran que «no hay pruebas de que causen
daños», han conducido una violenta campaña para impedir que se etiqueten. Este libro se plantea
entonces como una contribución a un debate nacional, muy disti nto a esos métodos impositivos
que han caracterizado a los transgénicos en todo el mundo. Debate que sin duda será seguido con
atención por ser un tema crucial de lucha y oposición de los movimientos populares del planeta,
para quienes los transgénicos representan una herramienta fundamental de dominación de las
transnacionales para impedir la soberanía alimentaria, al tiempo que conllevan impactos en la salud,
el ambiente y en las propias semillas que, al decir de La Vía Campesina, son un «patrimonio de los
pueblos al servicio de la humanidad».

Transgenicos_2009-11-04.pdfwww.socla.co
10:19
https://www.socla.co/publicaciones/#Transgenicos_y_Agrocombustibleswww.socla.co
10:19
Publicaciones – SOCLAwww.socla.co

También podría gustarte