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George Pierre presenta la forma en que la geografía moderna propone que se lleve a cabo
estudios regionales, y menciona cinco elementos que se deben de considerar como objeto
de estudio, los cuales son: población, recursos, consumo, relaciones con el exterior y
estructura geográfica. Se muestra también, como la demografía, la sociología y la
economía, contribuyen al conocimiento de las regiones, a su vez concluye que no existen
regiones homogéneas, sino disparidad regional que obedecen a la influencia de factores de
diversa índole. Finaliza con un pequeño apartado de lo que se ha denominado
“subdesarrollo regional”.
La reflexión del profesor alumno sobre los problemas de métodos que representa el estudio
de la región se enriquece con los elementos que aporta Eric Van Young, en su artículo
“Hacienda histórica regional: consideraciones metodológicas y teóricas” que han
influenciado los estudios históricos regionales en México y lo que esto ha representado para
su desarrollo.
El Estudio regional
Rama de Participantes
estudio Geógrafo Demógrafo Sociólogo Economista
Población Localización Fecundidad Clases
Movilidad Estructura Actitudes
en edad Niveles
Perspectiva socioculturales
de mano de obra
Recursos Inventario Capitales
Equipo Producción
Equipo
Consumo Repartición Costumbres y Niveles
aptitudes para el Equipos y
cambio rentas
individuales
Intercambios Migraciones Transporte de
exteriores mercancías
Estructura Zonas Población activa Zonas
geográfica homogéneas de las ciudades homogéneas
Transporte
Red urbana
El geógrafo analiza en el marco del estudio, una región dada la población, refleja:
Los factores pasivos, son el medio natural y humano, la estructura social los legados de la
historia, la causa esencial de las desigualdades, residen en los niveles de la productividad
del espacio, productividad de los hombres que lo habitan.
Estos procesos afectan a los fenómenos migratorios, el drenaje de los capitales locales la
ruina de las empresas sujetas a competencia, y la insuficiencia de los servicios públicos,
sociales y culturales.
Disparidades regionales
Las razones metodológicas hacen difícil el establecimiento de los datos necesarios para el
conocimiento objetivos de las disparidades regionales, las primeras de ellas se aplican al
concepto mismo de región, según la definición que se adopte y la delimitación que ella
derive, cifras o los índices confeccionados.
Este capítulo hace referencia a las concepciones teóricas y metodológicas que han
influenciado los estudios histórico-regionales en el país y lo mucho que ha sido de
significación para su desarrollo Se formaliza una preocupación fomentada en la relación
que se establece entre el espacio geográfico y la estructura social en los dichos estudios
de México.
Para van Young la región en el estudio histórico es una hipótesis por demostrar, un recurso
para pensar la realidad social, que requiere ser definido para saber el espacio que la integra.
La falta de una definición suficientemente rigurosa de las regiones (o, mejor dicho, de una
serie definida de cuestiones) puede haber conducido a una cierta confusión entre
regionalidad y regionalismo, la identificación consciente, cultural, política y sentimental, que
grandes grupos de personas desarrollan en ciertos espacios a través del tiempo.
¿Por qué las regiones son buenas para pensar, considerando particularmente a México?
Creo que pueden aducirse muchas razones, pero dos en especial lo sugieren fuertemente
por sí mismas: una de naturaleza empírico-histórica y, la otra, teórica. En el caso histórico,
en cierta forma las regiones
parecen corresponder a horizontes naturales, a categorías empíricas naturales, para
ubicarnos en un espacio que probablemente no ha cambiado mucho desde los tiempos
preindustriales; es decir, el espacio real en sí mismo, su tamaño, puede haberse alterado,
pero posiblemente la idea no se implanta hipotéticamente algunos puntos a demostrar
sobre la realidad social, del cual se requiere ser definido para saber que variables son
consideradas de profundo análisis y que es necesario informar. Ofrece filosóficamente la
oportunidad de ubicar las diferencias entre la generalización y la particularización, lo que
alimenta una idea más clara sobre la organización y modificaciones históricas de la región,
llegando al hecho de mostrar la articulación, diferencias entre los diferentes papeles entre
los involucrados, y así mismo sus relaciones.
El país entornado a su modelo espacial vigente se forja a partir de 1940, detonando que la
regionalización de México se forjó en las características naturales de sus regiones y
posteriormente, se fueron incluyendo como criterio de la delimitación de cada una de ellas
para las actividades propias de la nación.
Para hacer organización regional se pueden manejar algunos términos como los
geográficos, políticos y los sociales.
Una de las peculiaridades del desarrollo histórico de México, según creo, es que –aparte
de la presencia perenne de las exportaciones de la industria extractiva, básicamente en la
forma de plata o petróleo- el país no se han encontrado nunca en las garras de los ciclos
exportadores de monocultivos a los que uno suele asociar con la mayor parte de América
latina. El azúcar y el café en Brasil serían ejemplos de estos ciclos de auge/decadencia, el
guano y el azúcar en Perú, el vacuno, el ovino y el trigo en argentina, etc.
En la cita anterior, se toma en cuenta los recursos naturales, estos, predominaran el aspecto
económico, tanto exterior como interior, lo que, en algunos casos, a lo largo del tiempo
algunas estructuras sociales (comercialmente hablando), se disuelven y crean un nuevo
tipo de sociedad.
Así, el análisis histórico que el autor nos presenta es un seguimiento cronológico de estas
actividades económicas a lo largo de un tiempo, puntualizando los avances en ciertas
actividades económicas. Como ejemplo se presentará un fragmento del análisis de la
industria del henequén en Yucatán en los años de 1850.
Esta es una buena manera de tomar el estudio de región por medio de un análisis de
actividades económicas a lo largo de los estados de la república, haciendo un repaso de la
geografía general en una clase de primaria, aunque en este ejemplo, realmente no se tocó
un hecho histórico como la revolución mexicana, o aspectos más destacados de la época
colonial española, es fácil imaginar una forma de integrar estos temas en un análisis como
este.
En los primeros, la región es un marco de referencia que surge irremediablemente al hablar
de fenómenos locales pero que varía a través del tiempo, cuyos componentes
“estadígrafos” son las oleadas de poblamiento, los sistemas de propiedad territorial y su
concreción en patrimonio y heredades, los sistemas de producción agraria y de
organización del trabajo, la movilidad de la mano de obra, las formas de dominación
administrativa e ideológica y sus dimensiones espaciales, las configuraciones simbólicas
(lenguaje, arte, ritual), la conciencia de un espacio propio… los segundos cuestionan
radicalmente la correspondencia entre estado y nación: niegan que el hecho nacional pueda
subordinarse a factores de continuidad política. No es licito entonces hablar de la “España
una, entera, gloriosa, tal como salió del crisol romano, cal como nuestro imperio del siglo
XVI volvió a integrarla.
Aquí podemos apreciar una visión más amplia sobre un contexto histórico, es notorio el
enfoque a la antropología social, ya que de ella parten cuestiones importantes como la
cultura y la política en ese momento histórico. También es importante mencionar que el
autor señala que es importante un estudio multidisciplinario para una completa comprensión
del análisis regional histórico.
Finalmente, ¿cuáles son las implicancias de una estructura regional semejante para la
sociedad en su conjunto? Primero y lo más obvio ésta indica una integración horizontal o
espacial débil y, de alguna forma, se orienta a explicar las notables tendencias centrífugas
mexicanas durante el período colonial y aún después de la independencia. Segundo, la
debilidad de la articulación horizontal se relacionaría directamente con la debilidad de la
vertical o articulación sociopolítica dado que probablemente indicaría una división social del
trabajo relativamente baja.