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NOTAS SOBRE EL CANON

Martín Kohan

Kohan reconoce dos tipos de criterios bastante opuestos a partir de los cuales se define el
cánon. Uno de los criterios es aquél que ve en los escritores su talento artístico personal, y
considera al mérito objetivo de sus obras.
A diferencia de éste, el otro criterio postula un conjunto de mediaciones institucionales que
está más allá de los méritos y alcance de los propios escritores para que sus obras puedan
imponerse por sí mismas.
En defensa del ​primer criterio​ para la definición del cánon se inscribe ​Harold
Bloom​, para quien debe definirse mediante valores específicamente literarios, y considera
que la historia de la literatura debe verse como una historia de las relaciones entre
escritores. Bajo este pensamiento, considera que un poeta escribe contra otros poetas
precedentes, y que luchan para encontrar su propia palabra y lugar en la literatura, pasa así
superarlos. Por lo tanto, podría decirse, que el canon se compone de las mejores obras y
autores, los cuales llegan a este lugar de prestigio por haberse hecho un lugar en la
literatura, aún bajo la sombra de sus precursores y también marcando otra barrera a
superar para los autores venideros.
Esta corriente es fuertemente criticada por otras que consideran que, aparte de los
méritos literarios del autor, confluyen en su consagración la incidencia de la ​institución
literaria​ que, lejos de simplemente reconocer cierta valoración en las obras que eligen,
también fundan los criterios de selección del canon, y por entonces, un parámetro de
inclusión y exclusión. En cambio, para Bloom, los integrantes de la Institución literaria no
cumplen otra función que la de reconocer y ratificar un orden de valores que detectan, pero
no fundan. Sin embargo, esta institución (la crítica universitaria, periodística, la enseñanza
formal de la literatura, los premios literarios, las políticas de traducción, la provisión de
bibliotecas, el diseño de los planes nacionales de literatura ,etc.) no sólo se limitan a
reconocer un orden y valor ya dado, sino que ​disponen de ese orden y lo legitima​. “La
escuela no sólo imparte el canon; la escuela, además, canoniza.”
Habla de cómo el cánon nació en Argentina de la mano de la formación de una identidad
nacional y a disposición de la política. Sin embargo, con la creación de la institución literaria,
y al darse entre integrantes del campo literario, un campo bastante específico, ésta
institución logra ya de por sí, cierta autonomización del ciclo histórico de la política, ya que
su influencia deja de ser tan directa por tener sus propios profesionales (además de la
fundación de una cátedra de literatura argentina en la Facultad de Filosofía y Letras, la
publicación de la historia de la lit. argentina).
Cómo definir un canon argentino en el presente:​ después de la muerte de Borges, el
presente de la literatura argentina parece haberse aliviado de la angustia de su influencia, y
la literatura no será “post-Borges”, sino lo que viene después de Borges. Hoy por hoy se
está leyendo a “los olvidados del canon”, la crítica le está prestando importancia a la figura
de los no leídos, los relegados, o los ilegibles.
La lógica del canon literario es nítida cuando se trata del pasado, ya que tiene una historia
que la enmarque, en cambio, el día de hoy presenta dificultades por estar sucediendo
todavía, sin que exista esa distancia histórica. Por lo tanto, en el presente literario, aparte de
un campo de observación, es también un campo de intervención que producir y en el que
hay que definir los criterios de lectura y valor.

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