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foja: 760
CUIJ: 13-03888269-9()
*103935508*
VISTO:
CONSIDERANDO:
I.- Que a fs. 738/744 el representante legal de la parte actora interpone recurso de
reposición contra los autos de fs. 728 y 729 a fin de que, por contrario imperio, se deje sin
efecto la convocatoria de Tribunal Plenario para decidir sobre la acción intentada y, en
consecuencia, se redacte la sentencia en base a los votos de los Drs. Omar Palermo y Mario
Adaro depositados en el expediente, según constancia de fs. 723, y del Dr. José Valerio cuyo
voto venció el 21/11/2017.
En subsidio, plantea incidente de nulidad contra dichas resoluciones por entender que
las mismas violan el debido proceso y el derecho de defensa.
Funda su recurso alegando que las resoluciones impugnadas son contrarias a las
disposiciones del Código Procesal Civil, siendo ésta una norma de orden público que no puede
ser modificada por los Sres. Jueces bajo ningún aspecto.
Así, señala que la norma por la que se decide convocar a Tribunal Plenario en ambas
resoluciones es el art. 7° de la Ley n° 4.969 y que en realidad, solo se ha tomado en cuenta la
última parte de la norma, omitiendo lisa y llanamente el momento procesal oportuno para
hacerlo, cual es el decreto de fs. 696 de fecha 17/04/2017; y, posteriormente, a fs. 722 se realizó
el sorteo de la causa, siendo publicado en lista el día 01/09/2017.
Destaca que los citados actos procesales fueron consentidos por todas las partes, por lo
cual el llamamiento a resolver por Tribunal Plenario resulta absolutamente extemporáneo y
viola el derecho al juez natural determinado por la ley para resolver la causa.
Manifiesta que en estos obrados se han llevado a cabo numerosos actos procesales,
consentidos por todas las partes, tales como la constitución de litis, la sustanciación de la
misma, el dictamen del Sr. Procurador que nada dice sobre la necesidad de llamar a Plenario, el
llamamiento al Acuerdo de fs. 696 y el sorteo de los votos de los Sres. Jueces. Dice que todos
estos actos procesales fueron etapas cerradas sobre las cuales no se puede volver, encontrándose
precluídas.
Agrega que, de conformidad con los arts. 222, 140 y 141 del C.P.C., el plazo para
dictar sentencia venció el día 15/12/2017 o, como máximo, el día 20/12/2017 si se toma el plazo
dispuesto por el decreto de fs. 723. Por lo tanto, considera que la forma irregular, arbitraria y
nula en la que se resolvió la decisión impugnada, no contempló que dicho plazo es
improrrogable.
Explica que la justificación procesal y lógica de que el último plazo para llamar a
Tribunal Plenario sea con el pase al Acuerdo para dictar Sentencia, radica en que desde ese
momento se divide el plazo de sesenta días entre los siete jueces, correspondiéndole ocho días a
cada uno de ellos, aproximadamente. En consecuencia, sostiene que es materialmente imposible
llamar a tribunal plenario a esta altura de la causa, porque el plazo, o se encuentra extinto
(15/12/2017) o se hubiera extinguido el día 20/12/2017, y no podrían los Dres. Llorente,
Gómez, Pérez Hualde y Nanclares emitir su voto ni en ocho días cada uno ni en veinte.
Invoca la existencia de una grave nulidad cuando otorga a los jueces veinte días a cada
uno para emitir su voto, con lo cual se tendría un plazo de 140 días hábiles para dictar sentencia,
en contraposición a la norma de orden público que establece un plazo de 60 días a tal fin. Por
tanto, considera que la resolución impugnada viola la garantía constitucional del debido proceso
legal al crear por vía jurisprudencial un plazo ilegal y sustituir el C.P.C., por uno que genera en
sí mismo un daño a las partes por la demora sobre la resolución, afectando un derecho
alimentario como es el salario y otros derechos fundamentales alegados en la causa.
También opone que, al no haberse dado traslado de la petición presentada a fs. 725 y
726, se ha obviado un principio fundamental del derecho procesal, como el el de contradicción,
violando su derecho de defensa. Considera que no se debió incorporar el escrito hasta dictada la
sentencia y que, de no ser así, al menos debió haberse dado vista del mismo o fijar una
audiencia para poder expresar su opinión.
Señala que si lo que se pretendió fue convocar a plenario, se debió generar una
pregunta con un cuestionamiento en concreto y no un planteo abstracto y genérico. Por otra
parte, indica que si lo que se quiso fue establecer que la causa fuera sustanciada por tribunal en
pleno, ello debió plantearse en la primera presentación en la causa o antes de la primera
providencia de la Sala II. Si cuatro ministros van a votar sobre un tema abstracto y genérico, se
pregunta sobre qué punto habrán ya votado los tres Ministros que integran la Sala II, ¿sobre los
nuevos o sobre otro?
Denuncia violación del art. 18 de la C.N. al haber creado una comisión especial para
resolver la presente causa, sacándola del ámbito de sus jueces naturales.
Indica que el interés jurídico en el recurso incoado radica en el hecho de que alargar el
proceso 80 días hábiles más significa un daño y una afectación grave a derechos fundamentales.
Sostiene que el razonamiento efectuado por la contraria resulta equivocado por cuanto
trasunta una evidente confusión entre el llamamiento al acuerdo para dictar sentencia (decreto
de fs. 696) y la celebración del acuerdo para dictar sentencia, siendo ésta la oportunidad
procesal en que puede resolverse la convocatoria a tribunal plenario. En consecuencia, la
convocatoria a plenario fue efectuada en tiempo y forma legales.
En relación al argumento relativo al plazo para dictar sentencia, señala que también el
recurrente parte de un razonamiento equivocado, puesto que si la convocatoria a tribunal
plenario puede realizarse al celebrarse el acuerdo para dictar sentencia definitiva,
necesariamente dicho momento procesal acaece una vez fenecido el plazo de estudio individual
y acuerdo previsto por los arts. 140/141 del código de rito.
Considera que el llamado a plenario, más allá de lo que puedan peticionar la partes, es
una facultad privativa los Presidentes de Sala y del Presidente de la Suprema Corte, por lo que
no se advierte afectación del principio de contradicción que pueda derivarse del ejercicio del
control de constitucionalidad de las normas locales por parte de la totalidad de los miembros
que componen el máximo tribunal de la organización judicial provincial.
Entiende que tampoco se encuentra afectado el principio del juez natural consagrado
en el art. 18 de la C.N., por cuanto el juez natural es la Suprema Corte de Justicia, más allá de su
división en salas por razones de organización judicial. Asimismo, destaca que la convocatoria a
tribunal plenario está expresamente prevista en el art. 7° de la Ley 4.969, la cual es anterior al
hecho de la causa.
III.- A fs. 755/57 Fiscalía de Estado contesta solicitando el rechazo de los planteos
efectuados. A tal fin, adhiere en todas sus partes a la contestación de la demanda directa. Agrega
que el tema en discusión involucra a todos los docentes públicos de la provincia, debiendo el
fallo brindar la más absoluta seguridad jurídica, alejada de toda parcialidad, emitiendo doctrina
obligatoria, lo cual justamente se obtendrá con el voto de todos los miembros del máximo
tribunal mediante fallo plenario.
a.- El art. 222 del derogado C.P.C. prescribía que contra las resoluciones dictadas en
los procesos en instancia única ante tribunal colegiado, aplicable a una acción de
inconstitucionalidad como la de marras, procedía el recurso de reposición que se mencionaba en
el art. 221, conforme el cual, la sustanciación de estos procesos debía ser dirigida por el
presidente o el miembro del tribunal especialmente designado por el cuerpo, siendo sus
resoluciones susceptibles de reposición ante el tribunal.
El citado art. 222 establecía que era también aplicable lo dispuesto por el art. 149
sobre uniformidad y obligatoriedad de la jurisprudencia.
El nuevo art. 225 del C.P.C.C.y T. ordena que las resoluciones que dicte el miembro
del Tribunal que dirija el proceso (en instancia única ante la Suprema Corte de Justicia) sólo son
susceptibles de los recursos de aclaratoria y reposición. Nada dice acerca del modo de sustanciar
tales recursos puesto que, ahora, el art. 131 del C.P.C. C. y T., en su apartado II establece que en
el caso de Tribunales colegiados, el recurso debe ser resuelto por el presidente del cuerpo, con la
sola salvedad de que se tratare de autos del Tribunal, en cuyo caso se debe pronunciar éste.
Así también, el actual apartado VI del referido art. 131 del C.P.C.C. y T. prevé que el
recurso de reposición comprende la nulidad que afecte a las resoluciones recurribles por tal vía.
No se trata de resoluciones que hayan sido dictadas por un tribunal colegiado, tal
como las Salas de la Corte, o el mismo tribunal en el pleno.
Ante tales circunstancias, como autoriza el citado apartado VI del art. 131 del código
de rito vigente, y por que existen razones de economía y celeridad procesales que validen esa
solución, corresponde dejar aclarado que serán tratados y resueltos de manera conjunta todos los
agravios, tanto in iudicando como in procedendo, que se achacan a las resoluciones antes
individualizadas.
V.- Antecedentes.
De las constancias de la causa se desprende que:
El art. 7 de la Ley n° 4969 establece como límite temporal para convocar a Tribunal
pleno el momento de celebrarse el acuerdo para dictar sentencia definitiva, lo que comprende
todo el lapso de tiempo durante el cual los miembros del Tribunal se encuentran en deliberación
para resolver; y no, como lo interpreta el recurrente, sólo el instante en el que se efectúa por
Secretaría el llamado al acuerdo para dictar sentencia.
Para el ejercicio de esta atribución no corresponde ordenar ningún tipo de vista previa
a las partes, porque nunca se llega a poner en juego el principio de contradicción o bilateralidad.
La convocatoria a Tribunal en pleno no implica que se oiga sólo a una de las partes, sino tan
sólo que se van a incrementar los puntos de vista a fin de intensificar el estudio de una causa
que se avizora como de importancia y trascendencia para la política educativa provincial.
Atinente al agravio por el que se cuestiona el no haberse formulado cuál sería la duda
jurídico-interpretativa sobre la cual se fijaría jurisprudencia (más allá de la cuestión
terminológica conforme la cual habría un supuesto distingo substancial entre la convocatoria a
resolver “en pleno” del llamado a “plenario”), va de suyo que al no haberse consignado una
pregunta objetiva -sobre la cual uniformar la jurisprudencia-, es claro que la convocatoria se
hizo al efecto de resolver “en definitiva” la presente causa, esto es, para sentenciar sobre la
procedencia o no de la acción de inconstitucionalidad que tramita en autos, interviniendo en tal
decisión todos los integrantes de este Supremo Tribunal.
Esto no es novedoso pues así se procedió, por ejemplo, también por razones de
conveniencia para la mejor interpretación del dispositivo legal entonces cuestionado, cuando se
convocó a tribunal plenario y luego se llamó al acuerdo para sentencia definitiva en la causa
n° 69.351 caratulada: "Obras Sanitarias Mendoza S.A. c/ Gobierno de la Provincia de Mendoza
s/ Acción de inconstitucionalidad", en cuyo estudio y tratamiento pudieron intervenir todos los
Ministros de la Suprema Corte (precedente registrado en LS: 329-1).
Por último, resta analizar el agravio vinculado con el plazo fijado para dictar la
sentencia en pleno. El recurrente plantea que la resolución comete una grave irregularidad
cuando otorga a los jueces veinte días a cada uno para emitir su voto, con lo cual se llega a
ciento cuarenta días hábiles para que se dicte sentencia, implicando ello la creación de un plazo
en contraposición a una ley de orden público como lo es el C.P.C. (arts. 222, 140 y 86), que
establece dicho lapso en sesenta días.
La cuestión del plazo para dictar una sentencia en pleno, así como el orden de
votación de los ministros no presenta total uniformidad de criterios en los antecedentes del
Tribunal (ver: sorteo practicado a fs. 127, el 1-3-2006, en el expte. Nº 75.861, carat.: “Nuevo
Banco del Suquía S.A. c/Gobierno de la Provincia de Mendoza s/Acción de
Inconstitucionalidad"; o el efectuado a fs. 38, el 29-8-2005, del expte. Nº 75.859 carat.:
“Ronchietto, Mario E. c/ Gob. De la Pcia. de Mza. s/ Acc. Inc.”, frente al modo como se
procedió en “Cañas, Patricia y ots”, “Diario Los Andes”, “Minera del Oeste SRL” citados en
los autos recurridos, a los que puede agregarse “Citibank N.A.”)
Ante ello, corresponde, en primer término, dejar sin efecto el pase al acuerdo para
sentencia decretado a fs. 696, así como el sorteo de fs. 722, puesto que si el plazo para resolver
sigue computándose desde tales constancias, sin solución de continuidad y sin ser interrumpido,
resulta materialmente imposible que el resto de los Ministros de la Corte puedan emitir
válidamente su voto dentro de los plazos que fijan las leyes procesales vigentes.
La fijación del plazo para dictar la sentencia definitiva debe tanto cuidar de que no se
alteren las disposiciones procesales como contemplar un término mínimo suficiente para el
estudio y presentación de los votos correspondientes a un Tribunal Pleno.
En este punto, es dable señalar que el derogado artículo 86 ap. IV del C.P.C. establecía
un plazo de sesenta (60) días para dictar sentencia, el cual se distribuía entre los Ministros, en
caso de plenario, otorgando ocho (8) días a cada uno para elaborar y presentar su voto. El nuevo
artículo 86 ap. IV del C.P.C.C.yT. establece un plazo de treinta (30) días para dictar sentencia,
por lo que la sentencia en pleno deberá ser dictada dentro de tal límite temporal, asignando a
cada Ministro cuatro (4) días al tal efecto.
Atento al modo en que se resuelve el presente recurso, corresponde que las costas sean
impuestas en el orden causado.
R E S U E L V E N:
“2°) Dejar sin efecto el pase al acuerdo para sentencia decretado a fs. 696, así como
el sorteo efectuado a fs. 722.”.
II- Habiendo quedado firme la convocatoria a Tribunal Pleno dispuesta a fs. 728/729,
resolutivo 1°), pasen los autos al acuerdo para dictar sentencia.
Regístrese, NOTIFIQUESE.
gwc
Ministro Ministro