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GRUPO 1

No te distancias del ganado sino por el intelecto: no quieras gloriarte de otra cosa.
¿Presumes de tus fuerzas? Las bestias te vencen. ¿Presumes de tu velocidad? Las
moscas te vencen. ¿Presumes de tu belleza? ¿Cuánta belleza hay en el plumaje de un
pavo? ¿Por qué eres mejor? Por ser imagen de Dios. ¿Dónde reside esa imagen? En la
mente, en el intelecto. Por lo tanto, si eres mejor que el ganado, ya que tienes una mente
por la cual entender lo que el ganado no puede, de ahí entonces que el hombre sea mejor
que el ganado. La luz de los hombres es la luz de las mentes. La luz de las mentes está
sobre ellas, y las excede a todas. Tal era aquella vida por la cual han sido hechas todas
las cosas. Comentario al Evangelio de San Juan I tr.3 n.4

¿Pues quién no se da cuenta de que el pensar es anterior al creer? Por cierto nadie cree
en algo a menos que previamente haya inferido que se debe creer. Aunque ciertos
pensamientos preceden súbitamente y con toda prontitud a la voluntad de creer, y la
voluntad los sigue tan inmediatamente que casi parece que se trata de una acción
simultánea, es necesario no obstante que todo cuanto se cree lo sea en virtud de una
consideración previa. El mismo creer no es otra cosa que pensar con asentimiento. […]
Piensa todo el que cree; y creyendo, piensa; y pensando, cree. Así, en lo que atañe a la
religión y a la piedad […] no somos idóneos para creer algo como de nuestra cosecha, y
no podemos creer sin pensar, sino que nuestra suficiencia, por la que empezamos a
creer, viene de Dios […]. Porque la fe, si antes no se piensa, será nula, y por otra parte
nosotros solos no somos idóneos para pensar cosa alguna, sino que nuestra suficiencia
viene de Dios. Sobre la predestinación de los santos II, 5

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