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Afrontar el problema de nuestro contexto actual con la responsabilidad del conocimiento

como arquitectos y artífices sociales HAY QUE CUESTIONAR LOS LIMITES DE La ARQUITECTURA
como menciona Bernardo Tschumi, que debe tener siempre una motivación humana basada
en el análisis, pero esa motivación se ha de materializar en la construcción, la cual es
probablemente el resultado de circunstancias extrañas. Refiriéndonos a Heidegger, quien
señala que ódos, el camino, no es el méthodos; que existe una senda que no se puede reducir
a la definición de método. El camino como método interpretado por Heidegger, que oculta el
«ser camino» del camino, que indica la infinitud del pensamiento: el pensamiento es siempre
un camino. Que Por tanto Según Jaques Derrida, si el pensamiento no se eleva sobre el camino
o si el lenguaje del pensamiento o el sistema lingüístico pensante no se entienden como un
metalenguaje sobre el camino, ello significa que el lenguaje es un camino y que, por lo tanto,
siempre ha tenido una cierta conexión con la habitabilidad y con la arquitectura que necesita
crear espacios diferentes, entre lo mítico y lo real del espacio en el que vivimos, según
Foucault la heterotopía, mediante la interpretación de los deseos como la clave, la
comunicación clara y fácil como camino y con la empatía y las herramientas de comunicación
de las ideas que juegan el papel principal en la encrucijada de interpretar y proponer. En un
estado de ferocidad, explorando los límites y anulándolos, navegando en todas las direcciones
con la posibilidad de volver, cruzando las escaleras, anticipándolo, definiendo el espacio
abierto, separando el proyecto en progresos, permaneciendo como el guardián del proyecto.

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