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09/09/2013
ELABORACIÓN DEL DIAGNÓSTICO DE LAS CONDICIONES TÉCNICAS MINERO AMBIENTALES MEDIANTE LAS CUALES SE ADELANTA LA EXPLOTACIÓN
DE MATERIALES PÉTREOS EN LECHO DE RÍO EN COLOMBIA Y LA FORMULACIÓN DE RECOMENDACIONES TÉCNICAS Y DE NECESIDADES
NORMATIVAS ASOCIADAS QUE PERMITAN ADELANTAR ESTA ACTIVIDAD DE MANERA AMBIENTALMENTE RESPONSABLE
TABLA DE CONTENIDO
1. INTRODUCCIÓN 4
5. BIBLIOGRAFIA 46
INDICE DE FIGURAS
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1. Estudios consultados sobre Explotaciones de Materiales de Arrastre en Lecho de río a nivel
Internacional. 13
Tabla 2. Diferencias entre las explotaciones de agregados en países desarrollados y en desarrollo. 16
Tabla 3. Estudios consultados sobre Explotaciones de Materiales de Arrastre en Colombia. 17
Tabla 4. Impactos y características de la explotación de materiales de arrastre en el río Coello, río
Sumapaz y río Guayuriba. 22
Tabla 5. Elementos a involucrar en los Términos de Referencia para extracción de material de
arrastre. 31
Tabla 6. Causas, efectos, recomendaciones y responsabilidades de las autoridades ambientales y
minera sobre las temáticas evaluadas en la extracción de material de arrastre. 31
1. INTRODUCCIÓN
El presente trabajo buscó que las recomendaciones de la consultoría respondieran a la realidad del sector y
que en el futuro puedan ser aplicables al sector minero – ambiental, y que los aportes puedan propiciar el
mejoramiento de los procesos y técnicas utilizadas para la extracción de materiales de arrastre, y a su vez
mitigar los impactos causados sobre a los recursos naturales. Para esto el desarrollo de consultoría siguió la
ruta de acción trazada desde su inició, la cual se basó en las siguientes acciones y estrategias:
Es importante transcribir lo anotado por el consultor referente a las conclusiones del documento de
caracterización nacional, en donde se hace énfasis en el déficit de información cartográfica, climatológica e
hidrológica (balance de oferta de sedimentos, estabilidad de los cauces, perfiles longitudinales y
transversales, análisis morfodinámicos) al momento de otorgar títulos mineros y licencias ambientales, y la
deficiencia en las acciones de vigilancia y control por parte de la autoridad ambiental correspondiente impiden
la identificación de impactos ambientales no visibles. Cabe anotar que esta falta de información está
soportada por la falencia de equipos y herramientas de medición de parámetros técnicos en las cuencas
intervenidas por parte de las instituciones.
Asimismo, expresa que la caracterización del manejo técnico y ambiental de las explotaciones de material de
arrastre permite concluir que la actividad minera conjuga una multiplicidad de actores que intervienen en los
procesos de extracción (mineros ilegales, legales, industrializados, comunidades indígenas, autoridades
ambientales, mineras) por lo que el reto en la etapa posterior radica que las recomendaciones formuladas
deben involucrar estas particularidades, los impactos ambientales relacionados de acuerdo a la información
secundaria y primaria, el déficit de información técnica, los vacíos jurídicos que se complementan con
desconocimiento o falta de claridad sobre datos relevantes como la relación tasa de recarga vs. volúmenes de
explotación, la periodicidad de la recarga, la falta de estandarización de los requerimientos y exigencias de la
autoridad minera y autoridades ambientales, la incidencia de los explotadores tradicionales, etc.
Y por último anota que es importante resaltar que esta falta de información sobre el comportamiento y
características de una cuenca y sus ecosistemas inherentes, los volúmenes reales de explotación que sobre
ella se extraen por agentes legales y mineros tradicionales, la identificación y cuantificación de los impactos
visibles e invisibles que esta explotación genera, etc.; hacen que el conocimiento que se tiene sobre la
actividad, su espacio, entorno y sus efectos sea incipiente.
En la Figura 1, se presenta una síntesis de la normatividad evaluada, y su trazabilidad a través de los años,
enfatizando en normas particulares que fueron relacionadas en este documento y que de ellas se dedujeron
apreciaciones que vienen a lugar para el proyecto en cuestión.
A partir de la investigación y repaso de normas, se evidenció cuatro aspectos que tienen trascendencia en la
trazabilidad de las reglamentaciones, y que demuestran la falta de claridad en los conceptos técnicos que
sirvieron en su momento de soporte al legislador.
Constitución Política de Colombia 1991. El Artículo 58 expresa de manera implícita que la minería se declara de utilidad pública e interés social.
Ley 99 de 1993 - Crea el Ministerio de Ambiente y se reordena el sector público encargado de la gestión y conservación del medio ambiente.
Decreto 2191 de 2003 - Glosario Decreto 1729 de 2002 .Principios y CC Sentencia C-221 de 1997 -
Técnico Minero. directrices de la ordenación de las Recursos Naturales No
Acuerdo 029 de 2008 – Se cuencas y medidas de protección. Renovables.
dictan normas para la
Ley 1382 de 2010 - Decreto 1640 de 2012 se
explotación de material de reglamentan los instrumentos Sentencia del 11 de junio de
Por el cual se modifica el Código
de Minas.
arrastre en la jurisdicción de la para la planificación, ordenación y 1998 - Competencia –
Corporación Autónoma Regional manejo de las cuencas CORTOLIMA.
de Cundinamarca CAR. hidrográficas, entre otros.
Decreto 4134 de 2011 – Crea la CC Sentencia C-891/2002 –
Agencia Nacional Minera, la Res. 1197 de 2004 – Se Derecho de consulta y
cual debe administrar establecen zonas compatibles participación de los pueblos
integralmente los recursos con la minería de mat. de indígenas.
mineros. construcción y de arcillas en la
Sabana de Bogotá. Sentencia C-366/2011 –
Decreto 933 de 2013 - Inexequibilidad de la Ley
Decreto 934 de 2013 - 1382/2010.
Formalización minería Reglamenta el Art. 37 Ley
tradicional. 685/2001
Decreto 2820 de 2010 - Reglamenta el Título VIII Ley 99/1993 sobre licencias ambientales.
C-221 de 1997, en donde se les brinda el carácter de recurso natural no renovable; basado en su origen
limitado, y a que estos materiales no hacen parte de un ciclo litológico en la escala de tiempo humana.
El hecho de que la Corte Constitucional haya intervenido podría evidenciar desconocimiento por parte del
legislador acerca del origen de estos materiales, o probablemente, que la ley al no especificar este tema,
daba por hecho que es tácito el concepto sobre la naturaleza de estos materiales.
2. Competencia: Es importante, anotar que el INDERENA antes del Decreto 2655/1988, ejercía como
autoridad sobre el derecho a explotar los materiales de arrastre en el lecho de los ríos, facultad que fue
permeada, asumida y/o tergiversada en su autoridad por algunas corporaciones; tanto que existen sentencias
de los años 1995 y 1998; en donde algunas corporaciones, verbigracia CORPONOR y CORTOLIMA,
otorgaron permisos para la explotación de este material, sin estar facultadas legalmente, o desconociendo la
norma y la autoridad minera vigente en ese entonces.
Desde el Decreto 2655 de 1988, es la autoridad minera (Ministerio de Minas y Energía) quien se encarga de
titular las licencias y concesiones del recurso minero, incluyendo los materiales de arrastre, y desde la Ley 99
de 1993, la autoridad ambiental (Ministerio de Ambiente y/o Corporaciones) de dar viabilidad a los proyectos
mineros mediante la licencia ambiental, en donde también se incluyen los materiales de arrastre. (Ver Figura
2).
COMPETENCIA Y TRAZABILIDAD INSTITUCIONAL SOBRE LA EXPLOTACIÓN DE MATERIAL DE ARRASTRE
R ECURSOS N ATURALES
R ECURSOS N ATURALES N O R ENOVABLES
R ENOVABLES
A UTORIDAD
MI NERA MINISTERIO DE MINAS Y
ENERGÍA M INISTERIO DE AGENCIA NACIONAL
(DECRETO 2655 DE 1988) M INAS Y ENERGÍA DE M INERÍA
(LEY 685 DE 2001) (DECRETO 4134 DE 2011)
A UTORIDAD
AMBIENTAL INDERENA
Evaluación, c ontrol y seguimiento
(DECRETO 2462 DE 1989)
ambiental de las actividades de
exploración, explotación, beneficio,
transporte, uso y depósito de los
recursos naturales no renovables.
Permiso u Otorgamient o de Licencia Ambiental
Concesiones para la Explotación
Específicamente, el término terrenos aluviales que se presenta en el artículo 11 de la Ley 685 de 2001, es
muy amplio e involucra terrazas aluviales, llanuras, etc.
Esta variedad de definiciones puede crear confusiones tanto para el titular o la institucionalidad, crea
conflictos de intereses e interpretaciones particulares de parte del titular o tiene repercusiones en la
discrecionalidad del funcionario.
En este estudio, se propone modificar (en negrilla) la definición de materiales de construcción (materiales de
arrastre) que se presenta en el Artículo 11 de la Ley 685 de 2001, así:
Para todos los efectos legales se consideran materiales de construcción, los productos pétreos explotados en
minas y canteras usados, generalmente, en la industria de la construcción como agregados en la fabricación
de piezas de concreto, morteros, pavimentos, obras de tierra y otros productos similares. También, para los
mismos efectos son, materiales de construcción, los materiales de arrastre, tales como arenas, gravas
y los clastos yacentes en el cauce mayor de una corriente fluvial. Los materiales antes mencionados se
denominan materiales de construcción, aunque, una vez explotados, no se destinen a esta industria.
El cauce mayor puede identificarse geomorfológicamente como el cauce reciente que está inmerso
dentro de los límites de divagación extremos definidos a partir de fotografías aéreas o sensores
remotos para los últimos 50 años.
La definición de clasto y cauce mayor se toma del Decreto 2191 de 2003 – Glosario Técnico Minero.
La segunda, es la autorización temporal, circunscrita a las entidades territoriales o a sus contratistas. Antes de
que existiesen las autorizaciones temporales definidas en el Artículo 116 de la Ley 685 de 2001, la única
norma que se refería explícitamente a la explotación de materiales para obras públicas era el Decreto 2811 de
1974, en su Artículo 99, inciso 2, se lee: Así mismo, necesita autorización la extracción de materiales de
cauces, corrientes o depósitos de agua para obras públicas que ejecuten entidades oficiales.
Para acceder a una autorización temporal, la entidad o contratista interesado debe presentar a la autoridad
minera su solicitud, soportada por el contrato de obra o una certificación, en donde se especifique la duración
de la obra, y la cantidad de material a explotar, con un plano de localización del polígono en donde se van a
efectuar las actividades.
En la Ley 1382 de 2012, el Artículo 10 sobre autorizaciones temporales, brinda un tiempo de tres años
prorrogables, plazo que termina siendo una explotación a corto-mediano plazo, cuya afectación ambiental
puede ser no mitigada, convirtiéndose este tipo de permisos en potenciales pasivos ambientales.
Asimismo, este artículo potencializa conflictos entre titulares de contratos de concesión e interesados en la
autorización temporal en caso de no llegar a acuerdos en la explotación del mineral, y en donde la
intervención de un árbitro que otorgue zonas al interesado, puede traer consecuencias en la responsabilidad y
cumplimiento de los trabajos mineros cuyos aspectos técnicos no son concretos en un PTO; y en el
acatamiento de las normas ambientales vigentes.
Otra figura que se incluyó en la Ley 1382, en el Artículo 12, invitaba a los mineros tradicionales, los cuales
definía, y mediante la demostración de unos requerimientos de tipo técnico y legal podían acceder a legalizar
sus explotaciones.
Los programas de legalización, fueron una política institucional llevada a cabo en las últimas décadas, cuya
filosofía se cubre en el llamamiento que hace la ley a explotadores sin título, para que se legalicen a partir del
cumplimiento de unos requisitos previamente establecidos. En las últimas dos décadas han habido tres
programas de legalización de la minería, bajo el sustento de las siguientes leyes; Ley 141 de 1994, Ley 685
de 2001 y Ley 1382 de 20101, mencionada en el párrafo anterior.
Según Alfonso et al, 20112; “El Estado otorga un “salvoconducto o licencia minero ambiental temporal”, debido
a que cuando el minero radicaba su solicitud de legalización ante la autoridad competente podía continuar su
explotación sin ningún condicionamiento de tipo legal o prevención a que se le apliquen medidas o acciones
penales… …hasta que la autoridad minera resolviera su solicitud, tiempo que podría estimarse desde 6
meses hasta 7 años, según respuestas de autoridades mineras a derechos de petición….
Por lo anteriormente anotado; en la actualidad un explotador de materiales de arrastre debe tener uno de los
títulos anteriormente descritos (contrato de concesión o autorización temporal) o está amparado por un
proceso de legalización. En la
Figura 3, se presenta la comparación de los títulos mineros que han tenido vigencia desde las diferentes
normas, para acceder a la explotación de materiales de construcción (material de arrastre).
1 Alfonso M. Programas de legalización, sus efectos y realidades en el territorio del Sur de Bolívar. Documento preliminar. Tesis Maestría Gerencia
Ambiental. Universidad de los Andes. Bogotá. 2011.
2 Ibíd.
LICENCIA A MBIENTAL SI SI SI SI SI
F ISCALIZACIÓN
LEY 685/2001 ARTÍCULO 318 SI SI SI SI SI
LEY 1530/2012 ARTÍCULO 15
Colombia tiene una normatividad más completa e integral que los países de la región aunque persisten
algunas particularidades que actúan como común denominador y otras que hacen la diferencia. En la Figura
4 se presenta la síntesis de las consideraciones comunes y no comunes encontradas en la normatividad e
institucionalidad latinoamericana.
CONSULTA PREVIA
Ecuador: planes, programas, proyectos relativos a la prospección, exploración y
explotación de recursos no renovables o para la construcción de infraestructura.
La minería de arrastre se desarrolla en muchas partes del mundo para la obtención de materiales de
construcción y se ha convertido en algunos países en el motor importante de desarrollo económico de la
región, no obstante por los impactos ocasionados en los procesos de extracción, gran parte de la población
mundial está a favor de la prohibición de la minería en lecho de río, está tendencia ha generado que como
medida preventiva algunos países desarrollados han optado la restricción total de la minería aluvial, pero en
muchos de los países en desarrollo no es posible por razones económicas o la falta de fuentes de alternativas
de agregados3.
En busca de dar una solución a la problemática ambiental de la minería aluvial, Colombia, ha dirigido sus
esfuerzos para lograr a futuro una actividad minera, ambiental y socialmente responsable a lo largo de todo su
territorio, para esto es necesario como primera instancia identificar las necesidades de ajuste normativo y los
ajustes a los requerimientos técnicos que actualmente se exigen a los empresarios, apoyados inicialmente en
las experiencias internacionales que se han efectuado y en los avances que han logrado en la mitigación de
impactos ambientales causados por la extracción de materiales pétreos gracias a la implementación de
eficientes técnicas de explotación alrededor del mundo.
Cabe anotar que como lo anota Cárdenas M. et al., 2004., se parte de la premisa que esta industria satisface
una necesidad ética de los países cual es la de garantizar la satisfacción de las necesidades (sic) básicas
mediante la prestación de servicios públicos y una infraestructura de obras civiles que permitan la atención de
la población.
Sin embargo, como medida preventiva algunos países desarrollados han optado por la prohibición total de la
minería aluvial, pero en varios países en desarrollo esto no ha sido posible por razones de índole económico
o falta de opciones alternativas para el suministros de materiales de construcción.
En la Tabla 1 se presenta la relación de los estudios recopilados y que soportan la caracterización técnica y
ambiental a nivel Internacional:
Tabla 1. Estudios consultados sobre Explotaciones de Materiales de Arrastre en Lecho de río a nivel
Internacional.
Titulo Tipo de Documento Autor Año
Aguilera & Ulloa. Instituto
Incidencia Ambiental de la Extracción
Artículo Superior Minero 2003
de Arena del río Nibujón.
Metalúrgico.
A Geomorphologist’s Criticism of the
Engineering Approach to
Channelization of Gravel-Bed Rivers: Artículo Bartłomiej Wyz˙ Ga. 2001
Case Study of the Raba River, Polish
Carpathians.
Industria Minera de los Materiales de
Construcción. Su sustentabilidad en 2004
Artículo Cárdenas & Chaparro.
América del Sur. Serie Recursos
Naturales e Infraestructura. CEPAL.
Sistematización de Antecedentes
Comisión Nacional de
Técnicos y Ambientales. s.
Artículo Árido. Industria del Árido en 2001
Corporación de Desarrollo
Chile
Tecnológico.
Impact Analysis of River Aggregate Artículo Chul, Kim. 2005
En los anteriores estudios se esbozan métodos de explotación, características e impactos ambientales de las
explotaciones, los cuales al revisarlos no hacen diferencia con lo que se tiene como experiencia a nivel
nacional.
Debido a que las arenas y gravas son agregados pétreos que se utilizan a nivel mundial como materiales en
muchos proyectos como construcción de vías, puentes, edificios y viviendas la demanda de estos materiales
creció conforme las ciudades empezaron a expandirse, a urbanizarse y a industrializarse; el fácil acceso y los
bajos costos de explotar materiales de arrastre tanto en el cauce del río como en las llanuras de inundación,
conllevó a un aumento de la presión sobre el recurso y a una progresiva desestimación del grave impacto que
tenían las actividades de explotación sobre los ecosistemas acuáticos y terrestres.
La minería de materiales de arrastre tuvo su auge en regiones desarrolladas como el continente europeo
entre los años 1930 y 1960, del desarrollo de tales actividades se evidenciaron impactos negativos sobre el
medio natural lo que condujo a una prohibición total de la minería dentro del cauce en países como Reino
Unido, Alemania, Francia; en las regiones en vía de desarrollo como el Caribe y Sur América la demanda de
material de arrastre ha aumentado geométricamente en las últimas décadas; sin embargo en ninguna de
éstas se ha prohibido la minería de materiales de arrastre, debido a razones económicas y la falta de fuentes
alternativas de oferta agregada.
En América del sur, la minería informal en áreas denunciadas y la minería artesanal en áreas libres, tienen las
características de usar tecnología muy rudimentaria y depende casi de la mano de obra humana. Dada casi la
nula inversión en capital y al mínimo gasto en insumos industriales, este tipo de minería hace rentable
operaciones que de otra manera no serían atractivas para un inversionista formal. La tecnología rudimentaria
que utilizan los mineros artesanales y su condición informal determinan que su manejo sea sumamente
ineficiente.
Los principales impactos ambientales asociados con la minería de arrastre realizada a nivel global y general
dentro del cauce de un río se manifiestan cuando la tasa de extracción de arenas, gravas y otros materiales
supera la tasa a la que de manera natural se generan estos materiales ocasionando la incisión del río aguas
arriba y el deterioro del lecho del río como principales consecuencias. La minería en las llanuras de
inundación tiene como principal impacto la remoción de la cobertura vegetal y la consecuente pérdida de los
ecosistemas terrestres asociados.
Los métodos de explotación más utilizados en el continente asiático y africano dentro del cauce es la
excavación de pozos muy profundos en la parte activa del río, por debajo del nivel del agua; para realizar la
explotación de arenas en las llanuras de inundación se prefiere la excavación de pozos secos ó húmedos. En
cuanto al continente americano a lo largo de su territorio es comúnmente ver los dos métodos de explotación
en minería en lecho de río y en la llanura de inundación.
De la información recopilada de las diferentes regiones del mundo se estableció la existencia de grandes
diferencias entre las explotaciones de agregados de los países desarrollados y los países en desarrollo, en la
tabla se presentan los hallazgos encontrados sobre el tema. (Ver Tabla 2).
En Colombia la explotación de materiales de arrastre se lleva a cabo en la mayor parte del territorio con el fin
de obtener agregados para la construcción de viviendas e infraestructura, convirtiéndose en un pilar del
desarrollo y bienestar económico del país; la minería de material de arrastre tiene connotaciones ambientales
de relevancia debido a la intervención y a la presión que se ejerce sobre los recursos naturales de acuerdo
con el manejo técnico con el que se realiza4.
Los estudios y documentos analizados para caracterizar la extracción de material de arrastre en Colombia, se
presentan en la Tabla 3.
4Ramírez Rojas María Isabel, 2008. Sostenibilidad de La Explotación de Materiales de Construcción en el Valle de Aburra. Universidad Nacional de
Colombia, Sede Medellín.
Para caracterizar los tipos de extracción en los departamentos del Quindío, Valle del Cauca y Risaralda, en el
año 2003, la empresa Minería, Geología y Medio Ambiente MGM Ltda., definió tres maneras de realizar la
explotación de material de arrastre:
a- Manual: se realiza mediante el uso de fuerza humana, con la utilización de herramientas como la
pala, azadón, manga, cachos y zarandas; como medio de ¨transporte interno¨ utilizan canoas, con
capacidad para cargar un volumen máximo de material de 2 m3. Un ejemplo de esto, es la actividad
de los conocidos “areneros”, utilizando como el método de explotación el arranque del material con el
uso de los baldes y los matachos5.
b- Semi-mecanizado: se da una conjunción de procedimientos y herramientas manuales y
procedimientos mecanizados. Un ejemplo de este son las mini dragas debido a que combinan la
fuerza humana con medios mecánicos de extracción6.
c- Mecanizado: en el cual los procesos de extracción se realizan con maquinaria autopropulsada
generalmente retroexcavadora, buldózer y/o cargadores.
5 Minería, Geología y Medio Ambiente MGM Ltda. 2003. Estudio para la Evaluación Integral Legalización, Organización, Fortalecimiento Empresarial y
Manejo Ambiental de Explotación de Material de Arrastre del Rio La Vieja en los Municipios de Zarzal, Obando, Alcalá y Cartago.
6 Ibíd.
Como complemento a estos métodos caracterizados por MGM Ltda, Quatum Ltda, 2002 describió que los
sistemas de extracción utilizados dependen o puedes llegar a describirse de acuerdo a las características
propias del material, y de su uso, de la siguiente manera:
a) Arena y Balastro: este proceso consiste en ubicarse en el lecho de la fuente de agua, mediante unos
cachos y palas se remueve el material depositado en el fondo del cauce. Los mineros instalan
trinchos o empalizadas para retener la arena. Posteriormente el material es cargado en cajones
especiales adaptados al lomo de los equinos o en su defecto en baldes. El material es depositado en
las orillas del río donde cada extractor tiene un sitio asignado, el cual es respetado por todos los
mineros y donde se procede a comercializar el producto7.
b) Gravas: su extracción es manual y consiste en seleccionar piedras de diámetros grandes,
posteriormente el extractor (minero), procede a partirla hasta dejarla o reducirla en diámetros
relativamente pequeños. Este proceso es el más difícil de acuerdo a información suministrada por los
mineros, los cuales por lo general no acumulan este material, sino que lo producen de acuerdo a los
pedidos del comercio de materiales de construcción local8.
c) Piedra: la extracción es manual construyendo trinchos para retener el material, posteriormente este
es removido con la ayuda de picas y seleccionado o clasificado de acuerdo con los requerimientos
del comprador o consumidor final. Una vez este ha sido seleccionado es cargado directamente al
vehículo en los sitios donde existe la posibilidad de que las volquetas penetren.9
En los ríos Mapa y Risaralda se observa explotaciones de material de arrastre de tipo industrial, realizada con
maquinaria pesada y que involucra grandes excavaciones en el lecho por lo que “a priori” se puede decir que
la explotación industrial es ambientalmente más destructiva y debe ser más controlada por las agencias
ambientales para que no excedan sus permisos, ya que durante las tomas de muestra de sedimento en las
barras del río se observó excavación profunda con maquinaria pesada por parte de la empresa “El Cairo”11.
En cuanto a la explotación manual, que se efectúa por mineros desde sus lanchas, tradicionalmente se ha
entendido que hacen uso de la carga sólida promedio, ya que no involucran grandes excavaciones y su
impacto no ha sido cuantificado de forma que se dice que no tienen gran efecto sobre el cauce. Sin embargo,
7 Ibíd.
8 Ibíd.
9 Ibíd.
10 Ibíd.
11 Instituto de Estudios Ambientales IDEA. 2008. Estudio de Exploración de los Sedimentos en el Río Risaralda con Fines de Aprovechamiento
Sostenible; Fase1. Recopilación y Análisis de Información. Informe Final. Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales, Corporación Autónoma
Regional del Caldas, CORPOCALDAS.
se ha notado que en las zonas de explotación manual también se han detectado problemas de migración de
cauce y deslizamiento de las márgenes asociado a esta actividad.
En cuanto a la caracterización de impactos ambientales, el estudio realizado por MGM Ltda (2003) también
evidenció los impactos ambientales que ocasiona la extracción de material de arrastre a los ecosistemas
acuáticos, clasificando las corrientes de agua de acuerdo con la magnitud de los impactos ambientales que
ocasiona este tipo de extracción sobre los ríos, de la siguiente manera12:
a. Corrientes Altamente Degradadas: dentro de esta categoría se ubican los drenajes que presentan
mayor presión sobre el recurso material de arrastre y mayor deterioro ambiental. Sobre estas
corrientes se observa socavación en márgenes, sobre excavación generada por explotaciones
puntuales, descenso del nivel base del lecho y cambios en el régimen de flujo.
b. Corrientes Medianamente Degradadas: en esta categoría se enmarcan las fuentes que aunque
exhiben buen potencial del recurso, requieren condicionamientos en cuanto a ritmos de extracción,
sectorización para albergar explotadores manuales y mecanizados, que presentan condiciones
particulares de recarga (aporte local de drenajes aferentes), agotamiento sectorizado de carga
sólida, problemas de inestabilidad y cambios en la dinámica fluvial por características intrínsecas de
la cuenca; por lo tanto, son corrientes susceptibles de explotación mediante la aplicación de
directrices y lineamientos de manejo técnico y ambiental.
Como forma de minimizar el impacto que ocasiona la extracción sobre los ecosistemas acuáticos, Ramírez. et
al. (2009), proponen una metodología para estimar los volúmenes máximos de explotación anuales basados
en el transporte anual de sedimentos en el río, esto es, en la capacidad de la corriente para reponer los
materiales extraídos13.
El estudio permite concluir que el volumen máximo de explotación de materiales de un río debe estimarse con
base en las reservas dinámicas, es decir, en la capacidad de corriente para rellenar la excavación realizada;
estas reservas dinámicas son función del transporte de sedimentos del río. De esta forma se pueden
minimizar los efectos negativos sobre el río originado por la explotación intensiva y que con frecuencia se
realiza – de manera equivocada – a partir del concepto tradicional de volumen de reserva, esto es, el volumen
de sedimentos depositados en el cauce por encima de un determinado nivel14.
Es así que la explotación de materiales de arrastre debe limitarse solamente a los sectores de agradación
identificados, considerados potencialmente explotados, pero el volumen y frecuencia de extracción dependerá
de las condiciones del cauce y del régimen hidrológico estimado para el siguiente periodo. Se debe adelantar
un estricto monitoreo de los cambios de la morfología del cauce mediante el levantamiento topográfico y
12 Quantum Ingeniería Ltda. 2002. Evaluación Integral y Formulación de Propuesta Para la Legalización, Organización, Fortalecimiento Empresarial y
Manejo Ambiental de Explotaciones de Material de Arrastre del Río Guadalajara en el Municipio de Buga, Departamento del Valle del Cauca. Contrato
CVC 0122. Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca CVC.
13 Ramírez & Bocanegra & Santa cruz & Quintero & Sandoval. 2009. Metodología para estimar los volúmenes máximos de explotación de materiales de
batimétrico, al menos semestralmente, de secciones transversales del cauce de coordenadas fijas y niveles
amarrados a la misma red geodésica15.
Con base en las experiencias nacionales descritas, en las visitas a las Corporaciones de las cuencas piloto, y
de las observaciones a varias de las extracciones mineras que sobre ellas intervienen, en las siguientes
tablas se hizo una síntesis de las temáticas más importantes sobre las que se debe realizar una evaluación
para estructurar unas recomendaciones a futuro; que se extractan de comentarios, sugerencias, y
percepciones de funcionarios y del consultor.
15 Ibíd.
Fuente: Consultor basado en los datos suministrados por las Corporaciones, mayo 2013.
Dentro de las características observadas en las explotaciones visitadas, podemos agrupar como común
denominador las siguientes:
La extracción en las playas y barras, de las arenas y gravillas, depende de la demanda de material y
la época en que se encuentre con respecto a los niveles del río. Aunque tiende a ser semi-
permanente. Cabe anotar que en temporada invernal, el nivel de los ríos no permite realizar
operaciones extractivas en los lechos o en sus riberas.
En general se desarrollan labores de extracción mecanizadas por parte de empresas medianas,
contrastando con labores extractivas que se realizan de manera artesanal, por parte de explotadores
tradicionales, con herramientas manuales, y donde predomina la fuerza humana.
La extracción de la arena en el lecho del río, generalmente se realiza en épocas de caudales bajos, y
se transporta por medios mecanizados para industrias de gran/mediana minería. Y en canoa y mulas
en la minería tradicional hasta el lugar donde la recogen las volquetas.
La granulometría del material cargado está dentro del rango de las gravas y arenas para las
industrias de gran/mediana minería; y arenas para los mineros tradicionales.
No existen datos concretos de volúmenes de explotación.
No se evidenció una técnica que interrelacione aspectos intrínsecos como volumen de explotación de
acuerdo a la recarga anual, planeamiento de los trabajos de extracción y prevención del impacto
ambiental.
Para industrias de gran/mediana minería se transporta el material extraído al sitio de acopio para
acceder al beneficio.
Los mineros tradicionales no hacen ningún tipo de beneficio ni transformación, y sus materiales son
cargados y comercializados tal cual se encuentran y por lo mismo no se producen estériles.
En general la industria minera, la cual incluye la extracción de material de arrastre en lecho de río ha sido una
actividad que ha contribuido durante muchos años al crecimiento económico de diversos países del mundo,
debido que ha sido un abastecedor permanente y natural de materia prima para el desarrollo de vivienda,
infraestructura y servicios básicos que han facilitado el progreso de las naciones y por ende han mejorado la
calidad de vida de la población; sin embargo, no hay que olvidar los fuertes impactos ambientales y sociales
ocasionados por las inadecuadas prácticas con que se ha venido realizando en su mayoría de veces la
minería tradicional (definida en la Resol. 933/2013), la cual labora sin involucrar parámetros técnicos, ni bajo
seguimiento por parte de las autoridades respectivas; apoyados también por la minería ilegal que hace sus
labores al destajo, muchas veces con maquinaria y sin compromiso alguno técnico ambiental; y asimismo la
mediana y gran minería tiene sus aportes, ya que en pro de satisfacer la relación oferta-demanda del mercado
de materiales y obras de construcción, aumentan sus capacidades de producción, sin medir consecuencias
en ecosistemas naturales.
Las temáticas sobre la actividad extractiva de materiales aluviales que trata el presente documento de
recomendaciones, son: definición de material de arrastre, concepto de renovabilidad de los materiales
aluviales, la figura de las autorizaciones temporales y sus desventajas en las explotaciones aluviales,
recuperación y compensación ambiental para explotaciones de material de arrastre, comparación de
requerimientos en los términos de referencia suministrados por las diferentes instituciones, relación tasas de
recarga vs. volúmenes de extracción, conveniencia y coherencia técnica de los métodos de explotación
utilizados, elementos exigidos por las autoridades ambientales, influencia del cambio climático; y recomendar
las acciones de corto, mediano y largo plazo para lograr la sostenibilidad de la actividad (Ver Figura 6).
Algunas de las justificaciones para soportar la selección de las temáticas basadas en las conclusiones de los
informes de diagnóstico legal, la caracterización internacional y nacional se relacionan a continuación:
Algunos ríos del país vienen siendo explotados intensivamente con tasas de extracción de materiales
superiores a los aportes de sedimentos o material de arrastre.
La intervención desmedida de las corrientes fluviales en desarrollo de actividades de extracción
intensiva de material de arrastre, provoca efectos locales y regionales, a nivel de toda la cuenca; que
pueden ser irreversibles a futuro para el ambiente y las comunidades que se benefician del río.
Toda excavación o extracción de material del lecho de un cauce, genera una interrupción de la
continuidad del transporte de sedimentos del río, ante lo cual se produce una respuesta del sistema
fluvial hacia un nuevo estado de equilibrio que se manifiesta en el desencadenamiento de procesos
erosivos aguas arriba y aguas abajo del sitio de extracción, los cuales a su vez generan entre otros
los siguientes efectos: degradación generalizada del cauce y cambios en su morfología, inestabilidad
de orillas, descenso en el nivel freático, afectación de la flora y la fauna acuática, riesgo e
inestabilidad de obras y estructuras, afectación de asentamientos ribereños y cultivos.
Los títulos mineros para la explotación de material de arrastre en corrientes fluviales emitidos por la
Autoridad Minera, generalmente son otorgadas para periodos extensos de tiempo (10 o más años),
en las cuales los volúmenes de explotación de material se estiman únicamente considerando los
materiales que existen en el cauce por encima de un determinado nivel (Ramírez, et. Al., 2.009); tal
situación permite inferir dos cosas: (i) Que en la generalidad de los casos no se llevan a cabo
análisis para estimar volúmenes óptimos de explotación que no incidan drásticamente en la
degradación del cauce; es decir, que no se estima la capacidad de la corriente para reponer los
materiales extraídos sobre la base del transporte de sedimentos fundamentalmente como carga de
fondo y (ii) Que no se hacen evaluaciones periódicas (anuales y/o mensuales) de los volúmenes
potencialmente explotables tomando en consideración las variaciones observadas en la morfología
fluvial, en el régimen de caudales y consecuentemente en el transporte de sedimentos.
Los volúmenes de explotación de material de arrastre determinados con base en el volumen de
sedimentos depositados en el cauce por encima de un determinado nivel en un instante dado, según
Alvarado – Villalón et al., 2003 y Kondolf et al., 2002 citados por Ramírez, 2009, resultan ser muy
altos y usualmente son explotados a tasas muy superiores a la tasa de transporte de sedimentos del
río, y por ende, a la capacidad de la corrientes para rellenar la zanja excavada (reservas dinámicas).
PAUTAS PARA LA LOS ESTUDIOS Y EXPERIENCIAS ANALIZADAS PRESENTAN UNA RELACIÓN DE IMPACTOS
DEFINICIÓN DE LAS ACTIVIDADES
AMBIENTALES QUE SON RECURRENTES Y SE CONVIERTEN EN ESTANDARES AL EVALUAR
RECUPERACION UNA Y OTRA EXPERIENCIA NACIONAL O INTERNACIONAL, PERO SE DESCONOCEN ESENCIALES DE MITIGACIÓN DE
IMPACTOS AMBIENTALES
AMBIENTAL DETERMINANTES O EJERCICIOS DE RECUPERACION O COMPENSACIÓN AMBIENTAL.
RELACIONADOS CON LA EROSIÓN
DE RETROCESO, EL EQUILIBRIO
DEL RÉGIMEN HIDRÁULICO, LAS
IDENTIFICAR LOS ELEMENTOS O PARÁMETROS (VARIABLES DE MEDICIÓN) QUE DEBEN
ELEMENTOS O TENER EN CUENTA LAS AUTORIDADES AMBIENTALES PARA HACER SEGUIMIENTO EN LA
AFECTACIONES EN LA CUENCA
ENTRE OTROS.
PARÁMETROS DE ETAPA DE EXPLOTACIÓN, Y VERIFICAR LA PERTINENCIA DE LOS MISMOS; POR EJEMPLO,
LOS REGIMENES DE LLUVIA, O LA TENENCIA DE UN REGISTRO HISTÓRICO DE DATOS
MEDICIÓN HIDROMETEOROLÓGICOS, Y DE RECARGA DE UNA CUENCA, O DE LAS VARIACIONES EN
LOS TAMAÑOS DE LOS SEDIMENTOS.
Para involucrarnos en el tema de renovabilidad hay que establecer lo descrito en el diagnóstico legal de esta
investigación en donde se describía y explicaba que era o es el Código de Recursos Naturales Renovables
(Decreto 2811 de 1974), la norma que incluía o incluye implícitamente a los materiales de construcción
(materiales de arrastre), otorgándoles el calificativo de recursos renovables.
Lo anterior fue corregido y/o aclarado por la Corte Constitucional mediante la Sentencia C-221 de 1997, en
donde se les brinda el carácter de recurso natural no renovable; basado en su origen limitado, y a que estos
materiales no hacen parte de un ciclo de renovación o sustitución natural litológica en la escala de tiempo
humana.
Esto podría evidenciar desconocimiento por parte del legislador acerca del origen de estos materiales, o
probablemente, que la ley al no especificar este tema, daba por hecho que es tácito el concepto sobre la
naturaleza de estos materiales.
En la Sentencia C-221 de 1997 de la Corte Constitucional, aclara la definición y clasificación de los recursos
naturales renovables y no renovables, citando: “El concepto de "recursos naturales no renovables" es de
naturaleza técnica y proviene de la ecología y de la economía. Se pueden definir los recursos naturales como
aquellos elementos de la naturaleza y del medio ambiente, esto es, no producidos directamente por los seres
humanos, que son utilizados en distintos procesos productivos. A su vez, los recursos naturales se clasifican
usualmente en renovables y no renovables. Los primeros, son aquellos que la propia naturaleza repone
periódicamente mediante procesos biológicos o de otro tipo, esto es, que se renuevan por sí mismos. Por el
contrario, los recursos no renovables se caracterizan por cuanto existen en cantidades limitadas y no están
sujetos a una renovación periódica por procesos naturales”.
En claro que los materiales de arrastre explotados en lecho de río son y deben considerarse como recursos
naturales no renovables, y por ende su administración y manejo deberá responder a la naturaleza de los
mismos. Es decir que tal como lo define la Ley 685 de 2001 en su artículo 317, la única autoridad encargada
de administrar este tipo de recursos es el Ministerio de Minas y Energía, que además tiene a su cargo las
funciones otro tipo de funciones como la administración del recaudo y distribución de las contraprestaciones
económicas señaladas en este Código, con el fin de desarrollar las funciones de titulación, registro, asistencia
técnica, fomento, fiscalización y vigilancia de las obligaciones emanadas de los títulos y solicitudes de áreas
mineras16.
Bajo el anterior panorama y las confusiones que se puedan generar sobre la administración y manejo de este
tipo de recursos, es imperativo que dentro del ajuste normativo minero, se incluya en la definición de material
de construcción la clasificación del tipo de recursos (recurso natural no renovable), para dejar establecido de
forma clara y explícita la entidad encargada de administrar los materiales de arrastre en lecho de río y por
ende el manejo de las contraprestaciones económicas (regalías, no compensaciones) de dicha actividad.
La recomendación que se presenta tiene ver, con que se defina y presente jurídicamente el concepto de no
renovabilidad del material de arrastre en la reforma al Código de Minas soportado en jurisprudencia
(Sentencia C-221/1997), y con base en este se fijen y delimiten competencias hacia la actividad de extracción
de material de arrastre por parte de las corporaciones autónomas regionales.
La variedad de definiciones crea confusiones tanto para el titular o la institucionalidad, origina conflictos de
intereses e interpretaciones particulares de parte del titular o tiene repercusiones en la discrecionalidad del
funcionario.
Como una recomendación sobre el tema de la definición se propone modificar y/o complementar (en negrilla)
la definición de materiales de construcción (materiales de arrastre) que se presenta en el Artículo 11 de la Ley
685 de 2001, así:
Para todos los efectos legales se consideran materiales de construcción, los productos pétreos
explotados en minas y canteras usados, generalmente, en la industria de la construcción como
agregados en la fabricación de piezas de concreto, morteros, pavimentos, obras de tierra y otros
productos similares. También, para los mismos efectos son, materiales de construcción, los
materiales de arrastre, tales como arenas, gravas y los clastos yacentes en el cauce mayor de una
corriente fluvial. Los materiales antes mencionados se denominan materiales de construcción,
aunque, una vez explotados, no se destinen a esta industria.
El cauce mayor puede identificarse geomorfológicamente como el cauce reciente que está inmerso
dentro de los límites de divagación extremos definidos a partir del análisis multitemporal de
fotografías aéreas o sensores remotos para los últimos 50 años.
La definición de clasto y cauce mayor se toma del Decreto 2191 de 2003 – Glosario Técnico Minero.
Las ventajas que tiene ajustar una definición clara y concreta técnicamente, se exponen a continuación:
Se elimina de la definición actual del término “otros terrenos aluviales”, que involucra algunas terrazas
cuyo comportamiento debe tratarse técnica y ambientalmente como un yacimiento tipo cantera de roca
o similares.
Los segmentos o sectores de explotación en sistemas de ríos trenzados deben caer preferiblemente
dentro del área de la migración lateral del río (zona de divagación), ello mejora la viabilidad de
reposición de los sedimentos.
Para el sector de la minería se cuenta con términos de referencia de estudios de impacto ambiental para las
explotaciones de material de construcción, los cuales siguen la estructura general definidos por la
Metodología General para la Presentación de Estudios Ambientales, expedidos por el Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial, en el caso de la Corporación Autónoma Regional del Tolima Cortolima, estos
son los Términos utilizados para los Estudios de Impacto Ambiental para materiales de arrastre en su
jurisdicción.
Uno de los falencias que se evidenciaron en la revisión de los Términos de Referencia que existen en la
actualidad las explotaciones de material de arrastre, es que la mayoría presentan un carácter genérico y en
consecuencia no tienen en cuenta magnitud y otras particularidades de la extracción de material en lecho de
río, ni tampoco las características ambientales en donde se pretende desarrollar. Esto puede llegar a
ocasionar que no se identifiquen de forma clara algunos de los impactos ambientales importantes que
involucran este tipo de minería en particular.
Tal como lo indica la CVC en su Guía Minero Ambiental para la Explotación de Agregados Pétreos en
Depósitos de Canal Activo, Terrazas Aluviales y Llanuras de Inundación (2006), más allá de la importancia
que tiene el aprovechamiento de los recursos mineros del país para su desarrollo socio económico, la
extracción de los depósitos conformados por los ríos constituye una intervención negativa sobre un recurso
estratégico para la supervivencia de la humanidad como lo es el agua.
Bajo esta premisa es necesario que el instrumento mediante el cual se busca prevenir, mitigar, compensar,
corregir o eliminar los impactos ambientales de un proyecto minero ha causado, el cual son los Estudios de
Impacto Ambiental, sean lo más completos y acertados posibles, por lo que el mejoramiento de los Términos
de Referencia que los rigen debe ser una prioridad para las autoridades ambientales.
En los TR de proyectos de explotación de material de arrastre en ríos, se deberá requerir y determinar los
impactos que en materia de procesos erosivos potencialmente se desencadenarían aguas arriba y aguas
abajo del sitio de explotación como producto de la extracción de material de arrastre. De igual manera en
el PMA se deberán establecer las acciones que se llevarían a cabo para mitigar, minimizar o evitar las
afectaciones potenciales que se puedan generar.
Para proyectos de minería tradicional se deben seguir los Términos de Referencia adaptados a las
condiciones socioeconómicas, técnicas y ambientales según Artículo 17, del Decreto 933 de 2013.
Estructurar Términos de Referencia de Estudios de Impacto Ambiental para Explotaciones de Material de
Arrastre específicos para el tipo de actividad e independientes del grupo de materiales de construcción,
para lo cual es necesario que sean involucrados algunos de los aportes actuales que realizan los TR
analizados. (Ver Tabla 5).
Tabla 5. Elementos a involucrar en los Términos de Referencia para extracción de material de arrastre.
1. De los Aspectos Generales del Proyecto
1.1. Objetivos
2. Descripción del Proyecto Minero
2.1 Caracterización del Sitio de explotación
Geología de Yacimiento
2.3. Métodos y Sistemas de Explotación
2.4. Áreas de explotación
2.5 Diseño de la Explotación
2.6. Diseño de Obras Hidráulicas
2.7. Levantamiento topográfico y batimétrico sobre la llanura de inundación del río
3. Caracterización del área de Influencia del proyecto
3.2 Componente Físico
3.2.1. Geología
3.2.2. Geomorfología
3.2.3. Hidrología e Hidráulica
3.2.3.1. Estudio Hidráulica y sedimentológico
3.2.3. Cantidad de Agua
3.3.1. Ecosistemas fluviales
4. Identificación y evaluación de impactos ambientales
4.1. Indicadores ambientales
4.1.1. Escenario ambiental proyectado con la implementación del nuevo sistema de explotación.
5. Plan de Manejo Ambiental
5.1. Medio abiótico
5.2. Medio biótico
5.6. Sistemas Gerencial de Gestión Ambiental:
6. Del programa de Seguimiento y Monitoreo
6.1. Medio abiótico
7. Del Plan de Cierre Minero
Las autorizaciones temporales son una figura de títulos mineros vigente y regulada bajo el Artículo 116 de la
Ley 685 de 2001; por la cual los entes administrativos pertenecientes al Estado solicitan el permiso o título
minero parta extraer material de construcción para el mantenimiento, construcción, y/o reparación de vías
públicas en los territorios de su jurisdicción.
Comparando las autorizaciones temporales con otras figuras normativas (ver Figura 7), se evidencia una gran
diferencia y es que sobre estas no recae el requerimiento de presentar el Programa de Trabajos y Obras PTO
(artículo 84 Ley 685 de 2001).
LICENCIA A MBIENTAL SI SI SI SI SI
F ISCALIZACIÓN
LEY 685/2001 ARTÍCULO 318 SI SI SI SI SI
LEY 1530/2012 ARTÍCULO 15
Lo ordenado por la Ley 685 de 2001, en su artículo 78, como es el presentar estudios sobre la existencia
y ubicación del mineral, geometría de los depósitos, definición de la cantidad de material
económicamente explotable, demostrar viabilidad técnica, y relacionar los impactos al ambiente y al
entorno social que cause la actividad.
Lo ordenado por la Ley 685 de 2001, en su artículo 80, como es el establecer y calcular técnicamente
las reservas de material, la ubicación y características de los yacimientos, elaborar de manera detallada
el plan minero por ejecutarse, establecer los medios y métodos de explotación, y la escala y duración
factibles de la producción esperada.
Básicamente, la recomendación con respecto a las autorizaciones temporales que involucren material de
arrastre tiene que ver con seguir lo ordenado en la norma (Ley 685 de 2001), respecto a los requerimientos
inmersos en los artículos 78, 80 y 84, cuya síntesis se expone y relaciona en la Figura 8.
La minería tradicional se caracteriza por utilizar métodos manuales, a través de la excavación a pico y pala en
pocetas naturales o artificiales en las corrientes con lecho de grava en las zonas de piedemonte 18, no
obstante, desde un tiempo para acá muchos de los mineros tradicionales han llegado a mecanizar esta
actividad, esto sumado a su clandestinidad y el escaso control de las autoridades han generado
consecuencias negativas para los ecosistemas intervenidos, con un agravio especial para los recursos
hídricos, más aún si se tiene en cuenta que en estudios19 efectuados en el país, se evidencio que la mayor
territorio nacional a través de los reportes de las autoridades ambientales y de las alcaldías municipales. Estos datos pertenecen a unidades de
explotación minera de hecho que han operado en los últimos dos años.
Se aclaró que la tendencia actual es la de aceptar como una realidad económica la existencia de estas formas
de producción y que es necesario, para los países y la comunidad minera, detenerse y replantear el
tratamiento que en la última década se ha dado a este renglón de la actividad. El apoyo y fortalecimiento
institucional en la formación ciudadana de las personas que se relacionan con la minera puede transformarse
en una herramienta sumamente eficaz. La formación ciudadana junto a otras como la distribución del ingreso,
la inversión social y la disciplina fiscal pueden llegar a afianzar procesos de desarrollo y paz en las zonas en
donde se desarrollan actividades extractivas que generalmente dañan el ambiente, reproducen el círculo de la
pobreza, incuban peligros y generan violentos conflictos sociales alrededor de la tenencia, explotación y
usufructo de las minas (CHAPARRO ÁVILA. Op. cit.).
En la Figura 9 se presenta las características de los tipos de extracción de material de arrastre, de acuerdo a
la información recolectada en las visitas a las explotaciones existentes a lo largo de los ríos Guayuriba, Coello
y Sumapaz.
Por parte de las autoridades ambientales realizar un censo, inventario y diagnóstico técnico, jurídico,
socioeconómico y ambiental de los mineros tradicionales en cada una de sus cuencas.
Realizar estudios específicos de geomorfología, hidrología y recarga de sedimentos para acordar periodos
y volúmenes de explotación anuales.
Por parte de las autoridades mineras implementar una guía minero ambiental para la extracción de
material de arrastre por parte de pequeños mineros no mecanizados.
Delimitación y sectorización del tramo explotado por los mineros tradicionales, y servir de mediador con
los titulares mineros, si es del caso; para trabajar mancomunadamente (Resol. 933 de 2013).
Para los mineros tradicionales que se acogieron al artículo 12 del Decreto Ley 1382 de 2010, se deben
seguir las directrices de la Resolución 933 de 2013 del Ministerio de Minas y Energía.
Los efectos que puede producir la extracción de material de una corriente son variados y dependen de la
metodología empleada para tal fin. De manera general, estas prácticas producen una disminución en la
velocidad de flujo de las corrientes y energías de flujo más bajas, lo que causa que los sedimentos, que se
mueven corriente abajo, se depositen en el sitio minado. Como el flujo de la corriente se mueve más allá del
sitio y el flujo de energía se incrementa en respuesta a la forma normal del canal corriente abajo, la cantidad
de sedimento transportado es menor que la capacidad de transporte de la corriente.20
La institucionalidad ambiental entra a jugar una porción muy importante en el conocimiento real de los
impactos ambientales que genera la explotación de material de arrastre, y por las falencias de información,
equipos, e instrumentación para tener la trazabilidad o registro de datos históricos de la mayor parte de las
cuencas en el territorio colombiano.
Para asegurar una recuperación ambiental real de los ecosistemas afectados por las explotaciones de
material de arrastre, se recomienda:
La excavación para procesos de minería no debe realizarse en la corriente viva, es decir, en el canal
húmedo donde el agua se mueve libremente.
La explotación continúa de material de arrastre en un determinado segmento del río inducirá
afectaciones localizadas que intensificarán la actividad erosiva dentro del cauce; ello generará efectos
erosivos adversos no solamente en el área de explotación minera, sino que también aguas arriba y
aguas abajo del sitio de explotación (erosión remontante y erosión progresiva); tales efectos negativos
20 Ibíd.
deben ser evaluados en los estudios técnicos para acceder a la licencia ambiental, y deben tener
seguimiento periódicamente después de haber iniciado la explotación.
Es fundamental que las autoridades ambientales tengan identificadas las corrientes fluviales y los sitios
en los cuales potencialmente se pueden llevar a cabo actividades extractivas de material de arrastre
como parte de los instrumentos de planificación y ordenamiento de cuencas.
Se debe considerar que las autoridades ambientales dentro de los planes de ordenamiento y manejo
de cuencas, deberán contar con estudios generales de las corrientes bajo su jurisdicción, a través de
los cuales se tengan identificadas las zonas susceptibles a procesos de agradación y degradación de
lechos.
No obstante lo anterior, quienes estén interesados en desarrollar actividades de explotación de
material de lecho, deberán llevar a cabo estudios específicos en los tramos de interés, aguas arriba y
aguas abajo de dichos tramos, a una distancia tal sobre el eje del río que permita evaluar su
morfometría y dinámica.
Es imprescindible que las autoridades ambientales formulen e implementen acciones fundamentadas
técnicamente, orientadas a planificar, racionalizar y/o restringir la extracción de materiales de arrastre
en corrientes fluviales; de forma tal que se controlen, mitiguen y eviten los procesos de degradación de
cauces y las consecuencias asociadas.
En relación con los aspectos ambientales relativos a la extracción de materiales de arrastre de lecho
de río se debe indicar claramente el tamaño (capacidad) y área de la mina, periodo de concesión o de
explotación temporal, plan de la mina y el plan de cierre de mina, estrategias de rehabilitación y
recuperación, la profundidad de explotación minera y el período de las operaciones mineras.
La extracción de material de lecho del río debe tomar en cuenta la ubicación de las bancas de canales
activos. La extracción de material deber efectuarse suficientemente lejos de las bancas,
preferiblemente a más de 3 m de distancia (hacia dentro) desde las márgenes del río con el objeto de
minimizar los efectos de erosión de bancas en el río y evitar la migración consiguiente del cauce.
Las corporaciones deben involucrar dentro de sus términos de referencia la situación y/o estado del
polígono a intervenir teniendo en cuenta la política de POMCAS, los determinantes del POMCA local, y
a la política y/o guías sobre rondas del Ministerio de Ambiente.
Se debe desarrollar por parte del IDEAM y las autoridades ambientales programas regulares de
medición de carga de sedimentos en aquellos ríos considerados de interés por su potencialidad como
fuentes de materiales y/o incluir en los programas de monitoreo y control de ríos la medición de la
carga de sedimentos, en sus tipologías (fondo y suspensión).
La extracción de material de lecho de río puede generar impactos negativos en la calidad de agua para
riego y para abastecimiento a comunidades aguas abajo del sitio de extracción de material; estos
atributos asociados fundamentalmente a los niveles de turbiedad y sólidos suspendidos deben ser
claramente evaluados preliminarmente al inicio de las operaciones de explotación y a lo largo de la
vida del proyecto; de igual manera se deben implementar las acciones que sean necesarias para
lograr el mejoramiento de las condiciones de calidad que hayan sido afectadas.
La regulación y el control efectivo de las tasas de extracción de material de arrastre en ríos, requiere
del monitoreo sistemático de las tendencias en los niveles del lecho, depósito de materiales y tasas de
extracción. Estos datos pueden ser utilizados para establecer y ajustar los niveles de extracción de
acuerdo con la capacidad de reposición de sedimentos de fondo del río.
Una de las grandes falencias que se tienen a la hora de elaborar estudios técnicos enfocados a datos sobre
recarga de sedimentos sobre una cuenca y otras variables es la inexistencia de equipos, y elementos
conllevando a extrapolar datos lejanos, o la toma de modelos alternos que no esbozan la realidad puntual de
sitios o problemas particulares.
Para subsanar los vacios que se tiene en el tema de elementos o parámetros de medición, se recomienda el
suministro, instalación, actualización y capacitación sobre el manejo y uso de equipos asociados a una red de
estaciones hidrometeorológicas. La instrumentación moderna y los desarrollos que se han logrado en
telecomunicaciones e informática permiten hoy el montaje de equipos, instrumentos y sistemas que
suministran información permanente, confiable, sistemática, en tiempo real, teletransmitida desde puntos
remotos (las cuencas). Tales equipos e instrumentos se agrupan en estaciones y éstas en una RED, las
cuales son requeridas hoy por empresas relacionadas con el sector del agua potable y la generación de
energía, así como corporaciones y otras instituciones relacionadas con el manejo de cuencas (en el marco de
los planes de ordenamiento territorial y del manejo medioambiental) y con la prevención y atención de
desastres, quienes necesitan monitorear el caudal, el nivel, la lluvia y otras variables hidroclimáticas en las
corrientes y en las cuencas de su jurisdicción.21
Para el caso de los depósitos de agregados pétreos asociados a sistemas fluviales, los métodos de
explotación de material de arrastre se clasifican de acuerdo con la posición de los frentes extractivos con
respecto al canal activo, y si ellos interfieren directamente con la lámina de agua. Una clasificación tal permite
la visualización inmediata de los tipos de efectos ambientales que cada configuración extractiva provoca.
Raspado de barras: El raspado de barras consiste en la extracción de los materiales de la parte superficial
de las barras laterales. Se recomienda extraer los materiales de la porción superficial de las barras de
acuerdo con los siguientes criterios técnicos:
Debe dejarse sin perturbar la parte anterior de la barra a un tercio de su cabecera, a fin de mantener el
control hidráulico aguas arriba proveído por los rápidos presentes en este sector de la barra. De esta
21 Ibíd.
forma se explotará únicamente desde aguas abajo hasta aproximadamente dos tercios de la longitud
máxima de la barra.
El material a extraer debe limitarse a aquel que se encuentra 0,60 metros por encima del nivel más bajo
del espejo de agua en los períodos de verano. A partir de esta ¨curva de nivel¨ y hasta el espejo de agua
se constituye una ¨zona amortiguadora de orillas¨ que no deberá explotarse para evitar el
desconfinamiento del río¨.
El límite inferior de explotación estará conformado por una línea imaginaria inclinada entre 2 a 3 por
ciento de gradiente, desde la ¨curva de nivel¨ demarcada con el criterio anterior (0,60 metros sobre el
nivel del espejo de agua), en dirección al límite exterior de la barra o borde del banco que limita la barra.
Deberá dejarse sin extraer el material presente en una zona amortiguadora de márgenes, conformada
por una línea imaginaria paralela al borde del banco situado a dos metros de su base. Se sugiere una
pendiente del talud final en el límite exterior de la barra de 45o.
La superficie de la barra deberá dejarse homogénea, libre de protuberancias, huecos poco profundos e
irregularidades que puedan formar trampas para los peces en épocas de crecida.
Minería a tajo abierto en el sector seco del canal: Este tipo de explotación se presenta cuando desarrolla
un tajo de explotación dentro del canal activo en lechos de corrientes efímeras o intermitentes mediante el uso
de tractores de oruga con cuchilla frontal o escrepa, y cargadores convencionales.
Una variante de este método se presenta cuando se trabaja en ríos con un régimen de flujo altamente
variable, donde el minado se practica a través de todo lo ancho del canal activo en estaciones secas, aún
dentro de la lámina de agua rebajando el nivel del lecho. Por sus fuertes impactos este método no es
ambientalmente viable.
Minería a tajo abierto dentro del espejo de agua: Consiste en la excavación de un tajo en el canal activo
bajo la superficie del agua o bajo el nivel freático, mediante el empleo de una pala grúa (dragalina), o de una
excavadora hidráulica (retroexcavadora) para extraer el material bajo el agua. Generalmente los tajos se
practican a manera de trincheras o tiras lineales a lo ancho del canal (dársenas) y largo del canal.
No extraer el material que se encuentra por debajo de una línea imaginaria ubicada un (1) metro por
encima de la línea o nivel thalweg.
Emplear equipos de largo alcance que no interfieran directamente con el flujo de la corriente y que no
permanezcan dentro de ella como sucede, por ejemplo, con las retroexcavadoras.
Seccionar el canal en una cuadrícula desde aguas arriba hacia aguas abajo y desarrollar la explotación
escalonada de las cuadrículas hacia aguas abajo, lo cual permitirá la recarga paulatina de las cuadrículas
explotadas aguas arriba.
Calibrar el alcance del equipo de extracción de tal forma que pueda controlarse la profundidad máxima de
excavación.
El uso de retroexcavadoras en este tipo de operaciones no permite un control apropiado de la
profundidad de excavación, dejando la sección del lecho completamente irregular.
Excavación de barras: Consiste en excavar un tajo dentro de la barra en su extremo aguas abajo
como fuente del material y como trampa a la vez. Como recomendaciones para este método se
tiene: dejar los márgenes de la barra sin explotar (5 m como mínimo en todos los bordes), conectar
el extremo aguas abajo del tajo con el canal para generar un hábitat específico, y excavar solamente
por encima del nivel del espejo de agua definido para períodos secos o de estiaje (caudales
mínimos).
Trampas de grava dentro del canal: Son trampas de arena o de la carga de fondo que permiten capturar los
materiales de arrastre sin generar un impacto hidráulico significativo en el canal, mediante el establecimiento
Los impactos del minado se concentran en un sólo sitio, donde la grava atrapada puede extraerse
mediante equipo pesado sin generar impacto sobre la vegetación ribereña o sobre los rasgos naturales
del canal.
Durante los períodos de crecientes, la estructura restrictiva del flujo constituye su control hidráulico, por lo
cual no se presentan impactos aguas arriba de la trampa.
La concentración del flujo a la salida de la trampa labra una piscina corriente abajo inmediatamente
contigua a la estructura de contención. Ella puede constituir un hábitat importante en corrientes donde la
formación de piscinas naturales se ve limitada por el carácter agradacional del flujo.
Como variantes de esta técnica podrían ser consideradas la excavación bajo la lámina de agua empleando un
malacate accionado desde un mástil fijo en una de las márgenes de la corriente, y aquella que emplea un
malacate accionado desde un mástil montado en una barcaza.
Los métodos manuales se practican en los ríos principales y sus tributarios, y van desde la excavación a
pico y pala en pocetas naturales o artificiales en las corrientes con lecho de grava en las zonas de
piedemonte, hasta el dragado manual practicado por un buzo que se sumerge provisto de un recipiente (balde
metálico) y asciende hasta la superficie descargando en canoas las arenas recogidas durante su inmersión
Cualquier tasa de extracción de materiales por pequeña que esta sea interrumpirá la continuidad del
transporte de sedimentos en el cauce, ocasionando el efecto de “agua hambrienta” y generará la erosión del
cauce aguas abajo del sitio de extracción.
Es recomendable que los volúmenes máximos de explotación autorizados por la autoridad ambiental,
puedan estar sujetos a cambios o variaciones definidas a juicio de la misma autoridad, dentro de la
misma vigencia (año) de autorización de la explotación; dependiendo de las condiciones de riesgo, de la
magnitud de los efectos generados en el cauce, de las afectaciones potenciales o generadas y del
régimen de caudales y de transporte de sedimentos observado. De esta manera, se recomienda que el
volumen máximo de explotación autorizado en la licencia ambiental sea un referente inicial, por cuanto
los volúmenes autorizados de explotación podrán ser dinámicos incluso a nivel mensual en función del
comportamiento hidráulico, morfométrico y sedimentológico del río, así como de los resultados de los
ejercicios de monitoreo y pronóstico.
Para minimizar los efectos negativos que pueden originarse producto de la extracción de material de
arrastre, el volumen máximo de explotación debe corresponder solamente a una fracción pequeña de la
carga de sedimentos de fondo del río.
Los volúmenes máximos de explotación se deben definir a nivel mensual (preferiblemente) para un
periodo máximo de un año, teniendo en consideración la incertidumbre inherente a la estimación del
transporte de sedimentos en un cauce así como la variabilidad de las condiciones meteorológicas en la
cuenca y su incidencia en el régimen de caudales del río.
Los volúmenes potencialmente explotables teniendo en cuenta las variaciones observadas en la
morfología fluvial y el transporte de sedimentos se deberán determinan año a año. Estos deben ser
establecidos por la autoridad ambiental dentro de la vigencia de la licencia ambiental; es decir que los
volúmenes máximos de explotación del año siguiente, deberán ser definidos por la autoridad el año
anterior, incluso con la definición de volúmenes máximos de explotación a nivel mensual.
Los volúmenes máximos de explotación se pueden estimar a partir de la construcción y análisis de la
curva de duración de la carga de sedimentos de fondo anuales en el río o a partir de la construcción y
análisis de la curva de gastos de sedimentos.
Se hace necesario formular y establecer unos lineamientos metodológicos generales que permitan a las
autoridades ambientales planificar la extracción de material de arrastre en los cuerpos fluviales bajo su
jurisdicción y definir los volúmenes máximos de explotación permitidos.
Las corrientes de agua no pueden ni deben ser desviada para formar canales inactivos.
Adoptar mediante un instrumento normativo un procedimiento único, sistemático y estandarizado para
estimar los volúmenes máximos de explotación de materiales de arrastre en cauces activos, así como el
seguimiento y monitoreo de la actividad en cuanto al volumen de explotación.
los volúmenes máximos de explotación de éstos materiales se recomienda sean establecidos por la
autoridad ambiental año a año.
Un supuesto común en la minería aluvial, es que el material de arrastre de un río puede ser explotado sin
degradación del medio ambiente, siempre y cuando la tasa de extracción sea inferior o igual a la tasa de
reposición (renovabilidad) de material de la corriente aguas abajo del sector intervenido. Sin tomar en
consideración las dificultades de restauración de la geometría del cauce debido a la disminución de la
estabilidad del canal y el incremento de los efectos erosivos producto de la minería de material de arrastre en
la corriente, el concepto de la renovabilidad no puede estimar los impactos en los tramos del río localizados
aguas abajo del sitio de explotación (Melton, 2009). En un mundo perfecto, el influjo de arena, grava y
sedimentos finos desde aguas arriba reemplazaría el material removido en el sector de extracción; sin
embargo, aguas abajo del mismo, dado el desbalance generado, el río experimentaría un déficit de arena,
grava y sedimentos finos (agua hambrienta); el resultado, es un incremento de las circunstancias erosivas
aguas abajo junto con todos los efectos negativos producto del aumento de la erosión (Kondolf, 2002).
En principio, la tasa de depositación anual de arena y grava en una sección o tramo el río representaría la
tasa máxima de extracción anual posible en dicho tramo. No obstante, este enfoque ignora la continuidad del
transporte de sedimentos a lo largo del sistema del río, que determina al tramo minado como la fuente aguas
arriba de sedimentos para los tramos aguas abajo; de esta forma la extracción a la tasa de recarga produciría
una escasez de sedimentos aguas abajo del sitio minado.22
Dada la variabilidad de la tasa de recarga de sedimentos año tras año, es preferible usar la nueva recarga
cada año para propósitos de definición de la tasa anual de extracción en el tramo del título minero. Así el
procedimiento consiste en: 1. Mediante muestreos en diferentes secciones del tramo a explotar realizados en
diferentes épocas del año, estimar la capacidad de recarga del año en cuestión. 2. Comparar esta tasa de
recarga anual con la tasa promedio anual de los últimos diez años y seleccionar la menor de entre las dos. 3.
Realizar el planeamiento minero anual considerando como reservas extraíbles el 70% de la capacidad teórica
de recarga.23
Explotación de material de arrastre sobre grandes ríos cuya capacidad de reposición periódica de
sedimentos es mayor, en relación con la explotación sobre los arroyos y pequeñas corrientes.
Que el volumen de explotación anual sea un porcentaje estimado de acuerdo a estudios específicos del
volumen de recarga de material sobre la cuenca.
La minería en el lado cóncavo del canal de un río meándrico se debe evitar para prevenir erosión de las
bancas. Del mismo modo los tramos serpenteantes de un río deben ser seleccionados para el desarrollo
de la actividad minera, de tal manera que se evite la erosión de las bancas naturales y se promueva la
minería en las zonas de agradación definidas dentro del proceso de conformación natural de los
componentes del meandro; teniendo en cuenta que los sedimentos suelen depositarse en la parte
convexa del meandro, mientras que en la cóncava, debido a la fuerza centrífuga, predomina la erosión y el
retroceso de la orilla.
22 Ídem.
23 Ídem.
Tabla 10. Causas, efectos, recomendaciones y responsabilidades de las autoridades ambientales y minera
sobre las temáticas evaluadas en la extracción de material de arrastre.
-IMPACTOS INVISIBLES
CENSO, INVENTARIO Y DIAGNÓSTICO TÉCNICO, JURÍDICO, IMPLEMENTAR UNA GUÍA MINERO AMBIENTAL PARA LA
EXISTENCIA DE MINEROS ARTESANALES QUE UTLIZAN METODOS -VOLUMENES DE EXPLOTACIÓN DESCONOCIDOS
MINERIA TRADICIONAL SOCIOECONÓMICO Y AMBIENTAL DE LOS MINEROS INFORMALES EXTRACCIÓN DE MATERIAL DE ARRASTRE POR PARTE DE
DE EXTRACCIÓN MANUAL EN LOS RIOS -CONFLICTOS CON TITULARES MINEROS POR INVASIÓN DE
EN CADA UNA DE SUS CUENCAS PEQUEÑOS MINEROS NO MECANIZADOS Y/O ARTESANALES
PREDIOS
Figura 11. Requerimientos para ser incluidos en los instrumentos administrativos existentes.
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