Según los estándares básicos de competencias en matemáticas, la modelación es un sistema

figurativo que representa la realidad en forma esquemática para hacerla más comprensible, por lo

que puede hacerse de diferentes formas, relacionando diferentes variables según su grado de

relevancia, lo que permite tener modelos matemáticos en diferentes niveles de complejidad.

(MEN, 2006)

Es así como la modelación establece una relación con la didáctica de las matemáticas, toda vez

que cuando en esta última se “matematiza” una situación problema, lo que se busca es tomar una

situación real para reducirla a una situación matemática conocida y por este camino optimizarla.

Por lo tanto, es aceptable la sinonimia entre “modelación” y “matematización.”

Los planteamientos del ministerio sobre la modelación esbozan su postura encaminada a

direccionar el trabajo en el aula por medio de este proceso, pero dejan en el aire ciertos aspectos

sobre los conceptos de modelación y “matematización” que es pertinente dilucidar, con el fin de

focalizar mejor el quehacer del profesor y su trabajo en el aula.

Surgen pues interrogantes como ¿en qué puntos son convergentes estos dos conceptos y en qué

otros son divergentes?, ¿siempre serán sinónimos?, ¿cuándo pasar de la primera forma de

entender la modelación a la segunda?, ¿cuándo es modelación y cuándo es matematización?