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ELABORACIÓN DE OBJETIVOS EN INVESTIGACIÓN

Preparado para efectos académicos


Por: Oscar Darío Bohórquez Marín
Coor. de prácticas Facultad de Educación
FUNLAM
2008

Para algunos autores las metas de una investigación pueden plantearse como
objetivos o como hipótesis, según sea el tipo la naturaleza del estudio de que se
trate.

Los objetivos son puntos de referencia que orientan la investigación y promueven


que los investigadores dirijan todos los esfuerzos en una dirección determinada

Antes de plantear un objetivo es necesario tener claridad acerca de qué se


pretende lograr mediante el estudio

Es importante hacer notar que los objetivos deben ser congruentes con la
justificación del estudio y con los elementos que conforman la problemática que se
investiga.

Los objetivos son una parte esencial del planteamiento del problema y su
diseño tiene como propósito:

 Orientar el proceso de investigación como un todo


 Dar la pauta de qué se debe investigar
 Evitar confusiones
 Favorecer el establecimiento de criterios que luego permitan hacer
evaluación
 Dar sentido a las actividades por realizar
 Determinar los medios de apoyo que se requerirán
 Señalar las metas por alcanzar
 Facilitar el estudio

La ambigüedad es un riesgo muy grande que se debe evitar a toda costa. La


enunciación de los objetivos debe ser lo suficientemente precisa para que no
admitan interpretaciones más allá de las que el investigador quiso dar. En los
términos de Barrantes, “el objetivo es una frase que transmite una meta exacta
que el investigador desea alcanzar y por lo que se le ha propuesto realizar la
investigación”

Consideraciones de orden formal, establecen que los objetivos deben


constar de varias partes:
 Una acción descrita por un infinitivo verbal
 Un producto que se desea alcanzar
 Un resultado final

Al presentar el verbo en infinitivo (ejemplo: “identificar las características de


consumo de drogas en determinado grupo poblacional”), se busca un
producto y un resultado final. La selección del infinitivo verbal debe analizarse con
cuidado puesto que hay infinitivos que podrían dar lugar a diversas
interpretaciones (conocer, comprender, desear, estudiar) y obviamente no
deberían utilizarse. Por otra parte, verbos como distinguir, comparar, analizar,
identificar, son verbos que se prestan a menos interpretaciones y tendrían un
significado más concreto, plausible y con factibilidad de que sus resultados
puedan ser evaluados.

Además de la importancia del verbo en la redacción de los objetivos, debe tenerse


clara también la meta que se pretende lograr. Existen tres aspectos que pueden
dar cuenta de la relevancia de redactar adecuadamente los objetivos.

 Hay que tener metas claramente establecidas y conocer a plenitud hacia


donde se quiere ir

 Los objetivos enunciados en forma clara tendrán que ver con la capacidad
de determinar si esos se logran al finalizar el proceso.

 Un objetivo bien establecido posibilita evaluar el progreso y así organizar el


esfuerzo en actividades relacionadas con el mismo.

Los objetivos son generales y específicos


La diferencia fundamental se refiere al alcance de las metas propuestas.

Diferencias entre los objetivos generales y los específicos

Los generales:

 Buscan metas más amplias

 La formulación supone que debe redactarse buscando que denote amplitud.

Los específicos:

 Son de un alcance menor y básicamente se refieren a sub-problemas o a


partes del objetivo general.
 Su correcta formulación dependerá de la claridad con la cual se haya
planteado el problema de investigación.

 El entrecruzamiento de los objetivos específicos da como resultado el


objetivos general.

 Dando cuenta de las sub-metas que se pretende alcanzar mediante el


estudio.

 Dan lugar al logro del objetivo general.

 Diversos autores enfatizan que los objetivos específicos deben ser


concretos, lógicos, realizables y medibles.

El infinitivo verbal es menos abarcador en el caso de los específicos. Caben aquí


verbos como listar, identificar, enunciar, y otros. Si en un objetivo general
enunciamos analizar una determinada cuestión, es posible en el específico
indiquemos identificar, determinar. Veamos un ejemplo:

Objetivo general :

 Analizar las características del consumo de drogas en población infanto


juvenil para influir sobre la toma de decisiones en materia de prevención.

Objetivos específicos:

 Identificar a los consumidores de drogas con edades entre 10 y 15 años.

 Determinar el tipo de drogas que consumen los individuos entre 10 y 15


año.

 Establecer la edad de inicio de los consumidores de drogas con edades


entre 10 y 15 años.

Como se aprecia, el verbo analizar es mucho más amplio y abarcador que


identificar, determinar y establecer. El alcance también es diferente para uno y
otro. Los dos últimos verbos citados son algo más puntuales que analizar.

La forma verbal, no obstante, no es el único criterio para diferenciar entre un


objetivo general y uno específico; lo más importante tiene que ver con el logro que
se desea alcanzar.

Algunos errores al plantear un objetivo

 Omitir los logros por alcanzar (lo cual puede desorientar, al no dar pautas
para su realización)
 Confundir objetivo y actividad.
 Utilización de palabras que tienen poca o ninguna utilidad.

Durante el desarrollo de una investigación, según lo plantean Hernández,


Fernández y Baptista, pueden surgir objetivos adicionales y modificarse o
sustituirse los originalmente elaborados, según la dirección que tome el estudio.

Número ideal de objetivos en un estudio


No existe número fijo, Sierra Bravo insiste en la necesidad de reducir
prudentemente los objetivos de la investigación. Habrá que concentrarse en las
cuestiones de más interés, lo más significativo y lo más congruente con la
formación y recursos del investigador. Así, el objetivo de la investigación y el
problema por estudiar quedarán establecidos adecuadamente.

Formulemos, ahora si, los objetivos del trabajo

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:

 Barrantes, R. Investigación: un camino al conocimiento. Un enfoque


cualitativo y cuantitativo. San José: EUNED. Primera reimpresión corregida,
1999.
 Hernández, R., Fernández, C y Baptista, P. Metodología de la Investigación,
México, MX: Mc.Graw Hill, 1998.
 Sierra Bravo, R. Técnicas de investigación social. Teoría y ejercicios. 4ta
Edición. Madrid: Paraninfo, S.A., 1985

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