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Ahora bien, hoy por hoy se difiere qué capacidades exactas son las más importantes
para la vida humana y cómo se podría hacer una lista de ellas. Martha Nussbaum, en
particular, ha propuesto un índice de capacidades humanas centrales que, según ella, son
comunes a todos los seres humanos en todas las culturas (Nussbaum, p. X). Así, uno podría
asumir que existe algo así como un núcleo central de la vida humana definido por cierto
nivel de capacidades mínimas por debajo del cual nadie debería encontrarse ya que —entre
otras razones— implicaría la ausencia de una vida “auténticamente humana” (Nussbaum,
Fronteras. p. 87-89). Por lo anterior, es evidente que estas capacidades nos darían a su
vez ciertas luces para identificar aquellos casos que sería acertado describir como casos
de vulnerabilidad. A continuación, presento la lista (incompleta y no fija) de capacidades
humanas básicas de Nussbaum:
1. Salud física: entendida como “poder mantener una buena salud, incluida la salud
reproductiva; recibir una alimentación adecuada; disponer de un lugar adecuado
para vivir”.
2. Emociones: “Poder mantener relaciones afectivas con personas y objetos distintos
de nosotros mismos; poder amar a aquellos que nos aman y se preocupan por
nosotros.”
3. Razón práctica: “Poder formarse una concepción del bien y reflexionar críticamente
sobre los propios planes de la vida”, lo que implica la “protección de la libertad de
conciencia y de la observancia religiosa.”
4. Afiliación: “Poder vivir con y para los otros, reconocer y mostrar preocupación por
otros humanos, participar en diversas formas de interacción social” y “que se den
las bases sociales del autor respeto y la no humillación; [ser] tratado como un dotado
1Para conocer en detalle el origen de este debate y los respectivos argumentos, véase Sen;
Anderson; Dworkin, Arnerson.
de dignidad e igual valor que los demás. Eso implica introducir disposiciones
contrarias a la discriminación por razón de raza, sexo, orientación sexual, etnia,
casta, religión y origen nacional.”
5. Control sobre el propio entorno: en términos políticos “tener derecho a la
participación política y a la protección de la libertad de expresión y de asociación” y
en términos materiales “poder disponer de propiedades (…) y ostentar los derechos
de propiedad, (…) tener derecho a buscar trabajo en un plano de igualdad con los
demás; no sufrir persecuciones y detenciones sin garantías.”
6. Otras Capacidades Más: tales como la integridad física; los sentidos, la imaginación
y el pensamiento; relación con otras especies y el juego.
Veamos cómo podemos identificar vulnerabilidades relacionadas a estas capacidades.
Ejemplos
Por esta razón, tales capacidades deben ser protegidas, tanto mediante los
derechos de primera generación (libertades políticas y civiles) como mediante los derechos
de segunda generación (los derechos económicos y sociales).
Estas capacidades deberían ser entendidas como mínimos bajos los cuales la
dignidad humana no sería respetada, por lo tanto, conseguir que las personas alcancen al
menos este umbral es de especial importancia para el punto de vista de la justicia
(Suficiencia. p. X). Lo interesante de este enfoque es que nos sirve para imaginar formas
posibles de vulnerabilidad que son resultado de la ausencia de [estos] mínimos sociales
[centrales para la vida humana]. Ejemplos: Si creemos que X es un mínimo, las personas
que no tienen X son vulnerables a todas aquellas cosas asociadas a la ausencia de ese
mínimo, tales como Y. En general, los teóricos de las capacidades suscriben, al menos
implícitamente, a una tesis de mínimos sociales en tanto requisitos para una vida digna.
Frente a lo anterior, uno podría preguntarse si acaso la atención por los mínimos
sociales deja de lado una preocupación por la desigualdad: ¿Acaso no tiene relevancia para
la vulnerabilidad también el hecho de que algunos tengan más que otros? Fernando Atria.
De este modo, si creemos que existe una diversidad de capacidades, y que todas son igual
de importantes2, entonces deberíamos ser sensibles a las diferentes lógicas distributivas
requeridas para asegurar los distintos tipos de capacidades centrales (Axelsen & Nielsen).
Capacidades relacionadas con necesidades biológicas y físicas (nutrición, aire limpio,
refugio, etc.) requieren asegurar un nivel mínimo adecuado, independiente del nivel que
tengan otros. Capacidades relacionadas con nuestra dimensión social, es decir, aquellas
necesarias para perseguir fines valiosos dentro de una comunidad o para relacionarse con
otras personas de manera apropiada (libertades políticas, libertad de asociación, no
dominación opresión, disfrutar de un estatus social lo suficientemente alto como para no
ser dominado por otros, etc.) requieren que todos disfruten de una parte más o menos igual
de estas capacidades porque su suficiencia depende de las capacidades de otras personas
o, al menos, de condiciones sociales externas (Axelsen & Nielsen).
2…most important aspects of a human life are “not commensurable in terms of any single
quantative standard” (Nussbaum 2006, 166). This means that one cannot make simple trade-offs,
and make up for a lack in one central capability by giving someone a larger amount of another
(Nussbaum 2006, 167).
Por lo anterior, podemos distinguir entre vulnerabilidades producto de ausencia de
mínimos y vulnerabilidades producto de desigualdades existentes3. Por supuesto que en la
realidad ambas pueden estar vinculadas y que no son casos mutuamente excluyentes. El
punto central aquí es que, si nos preocupa la vulnerabilidad, nos debería preocupar también
todas las desigualdades que impliquen sufrir de algún mal al que ciertas personas o grupos
son vulnerables. ¿Cuáles son esas desigualdades? ¿Qué capacidades necesita de niveles
más o menos iguales de un bien para todos? Si la capacidad de perseguir fines comunitarios
(afiliación) o poder participar de la deliberación pública (control sobre el propio entorno) son
consideradas capacidades humanas valiosas, es razonable pensar que es necesario
garantizar un igual nivel de libertades políticas, religiosas y civiles para todos sin distinción.
Por el contrario, otorgar a algunos grupos derechos de voto desiguales, o una libertad
religiosa desigual, no sólo es no tratar a todos con igual dignidad, sino que es colocarlos en
una posición vulnerable a la marginalización e, incluso, a la subordinación.
Existen otro conjunto de capacidades cuyo valor es muchas veces simbólico, a tal
punto que permitir a un grupo disfrutar de un nivel superior de esas capacidades transmite
un mensaje de estatus superior frente a aquellos ubicados en posiciones inferiores. Y este
mensaje, además de ser irrespetuoso, puede en el tiempo afectar gravemente actitudes
importantes para la agencia tales como el auto respeto o la autoestima. Por ejemplo, en un
contexto de economía capitalista, donde el dinero es considerado un valioso símbolo de
estatus, serán los pobres quienes resultarán vulnerables al menosprecio clasista y si,
además el dinero es un símbolo de poder, quienes no tienen son vulnerables frente al poder
de los que sí tienen. Adicionalmente, uno podría consultar estudios que muestran cómo la
salud se ve afectada por las desiguales posiciones sociales de las personas. Michael
Marmot, por ejemplo, muestra que el nivel de salud de las personas está en un grado
significativo influenciado por sus oportunidades de participación social en comparación con
sus conciudadanos (Marmot 2004). Quizás en Chile podríamos decir lo mismo respecto a
la educación.
Distribución y Reconocimiento
3 Por su puesto, también es posible que la preocupación por los mínimos sea acompañada por una
preocupación por la desigualdad por motivos que no tienen que ver con la vulnerabilidad. [A veces]
simplemente te preocupa la vulnerabilidad y la desigualdad sin que de por medio existan razones
comunes que justifiquen tal preocupación.
4 Social Equality: On What It Means to Be Equals
Otra ventaja del enfoque de capacidades es que nos permite analizar tipos de
vulnerabilidad respecto a otros asuntos distintos de los recursos u otros bienes divisibles.
Las capacidades de una persona son una función no sólo de recursos, sino que también de
patrones sociales de representación, interpretación y comunicación (Fraser). Respecto al
primero, aquello a lo que se es vulnerable guarda relación con cuestiones materiales
(económicas y/o de acceso a bienes). Respecto al segundo, aquello a lo que se es
vulnerable guarda relación con el no reconocimiento de aspectos de la propia identidad y/o
con la pertenencia a determinado grupo —étnico o culturalmente definido5 (Page, p. X). Los
términos "redistribución" y "reconocimiento", son las categorías más típicas para referirse a
estas ideas que, a su vez, se enmarcan en un debate respecto a la relación entre ellos; lo
que Nancy Fraser denomina “el dilema redistribución-reconocimiento”.
5
En el mundo real, desde luego, las economías de lo cultural y lo político se encuentran
siempre entrelazadas y prácticamente todas las luchas contra la injusticia, bien entendidas, implican
exigencias de reconocimiento y de redistribución. No obstante, para efectos heurísticos, las
distinciones analíticas son indispensables.
que nos llevan a considerar a una persona o grupo como materialmente vulnerable son, en
realidad, debido a razones de reconocimiento (Honneth): las carencias y/o desigualdades
materiales serían —como ya hemos visto en los ejemplos de dominación— resultado de no
reconocer al otro como teniendo igual estatus moral ni como alguien “que es fuente legítima
de afirmaciones y pareceres sobre su propio destino” y, por tanto, como alguien que no
debe ser objeto de humillación ni menosprecio (Page. p. X). Otros argumentan que las
políticas de reconocimiento y las de redistribución están en mutua tensión por tener
objetivos contradictorios, lo que dificulta aquellos casos donde se necesitan de ambas
políticas (Fraser). Mientras que las primeras tienden a promover la diferenciación de los
grupos, las segundas tienden a socavarla. En cualquier caso, vemos que tanto la distinción
entre ambos términos —distribución y reconocimiento— como sus vínculos y tensiones son
importantes para abordar la vulnerabilidad.