Si bien en algunos países existe una legislación acerca de la ingeniería genética.

Esto es
algo que con el pasar de los años, a mi consideración, ya no será cuestión de debate
debido a que la modificación genética en humanos podría ayudar de manera considerable
a personas con problemas en su ADN. Permitiéndoles perdurar su descendencia a lo largo
de las generaciones. Sin embargo, el gran problema de la libre modificación de los genes
serían los “niños a la carta” y la crítica moral/religiosa acerca de que la Iglesia acepta el
avance científico siempre y cuando no se ponga en peligro la naturaleza e identidad del
hombre; factores netamente sociológicos y acientíficos. No obstante, para que no
aparezcan aberraciones del hombre, debe existir una regulación acerca de ello.

“Lo que hoy en día se percibe como un descarrío, mañana será una rutina (tal y como lo
fue la fertilización IN VITRO en su momento)”.

Por otra parte, el ser clonado, según la definición de “ser humano” , no puede ser llamado
así debido a que se considera vital la característica predominante de ser único e
irrepetible. Además debe tener en su origen la concepción, es decir, la fecundación de un
óvulo por medio de un esperma, cosa que no ocurre con el ser llamado clon.