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Reseña Gobernanza sistémica y desarrollo en América Latina

El artículo fue publicado en la revista de la Comisión Económica de las Naciones Unidas


para América Latina y el Caribe (Cepal) en 2005. El autor es Christian von Haldenwang
quien es asesor principal de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ) en la
Cepal, en Santiago de Chile. Además, es colaborador con permiso temporal del Instituto
Alemán de Desarrollo. Su correo electrónico es christian.haldenwang@gtz.de.

El artículo analiza las características generales de la gobernanza en países de América


Latina. Para esto, Haldenwang señala que la capacidad que tienen los regímenes
políticos para diseñar y llevar a cabo las políticas que respondan al interés común es un
elemento esencial para el desarrollo. Sin embargo, con frecuencia las instituciones
públicas en América Latina no están orientadas a lograr el bien común, esta es una de
los principales problemas identificados por el autor. Ejemplo de lo anterior es que la
prestación de los bienes públicos como la seguridad y el estado de derecho, y los bienes
y servicios básicos como educación, salud y el acceso al agua potable, no se ofrecen en
las cantidades y las calidades requeridas. Estos son retos que se deben enfrentar
adecuadamente para ser superados si se quiere lograr el interés común.

En el texto se proponen dos enfoques para estudiar la relación entre las instituciones y
el desarrollo. El primero se relaciona con la buena gestión de los asuntos públicos o
buena gobernanza y el segundo con la competitividad sistémica. Tomando en cuenta los
anteriores enfoques, el documento plantea un marco conceptual para evaluar las
tendencias de los sistemas políticos para bloquear o proponer las reformas. Además, el
autor presenta lo que denomina gobernanza sistémica, que es la capacidad de tomar y
aplicar decisiones en función del interés común, en todos los niveles del sistema político.
Por lo anterior, indica que para promover reformas de segunda generación es preciso
tener en cuenta el carácter sistémico de la gobernanza.

La gobernanza sistémica supone que el correcto funcionamiento de un sistema político,


es decir, la capacidad de formular y de aplicar políticas que respondan al interés común,
descansa en la capacidad política en sus diferentes niveles. Por esto es importante
analizarlo por separado, pero sin perder de vista que es un todo integrado. Por lo tanto,
tiene vigencia hasta el día de hoy preguntarse qué leyes rigen la adecuada interacción y
coordinación de los diferentes actores y niveles, ya que esto es indispensable para que
se puedan dar buenos resultados en los procesos y ejercicios de gobernanza.

Se comparte la posición del autor al identificar en los primeros años del siglo que los
países de América Latina parecían estar mal preparados para enfrentar la transformación
estructural de economías basadas en la extracción de recursos a economía basadas en
el desarrollo de conocimiento, pues es un reto por superar que se mantiene en la
actualidad a pesar del tiempo transcurrido. Cabe señalar también que el modelo de la
democratización junto con la liberalización de los mercados no ha mostrado el resultado
tan anhelado del desarrollo. Más grave aún si se tiene en cuenta que pese al crecimiento
económico registrado en la primera década del presente siglo, este no ha logrado
contribuir a la reducción de la concentración del ingreso. Tanto así que en Latinoamérica
hay países que se encuentran dentro de los más desiguales en todo el mundo, por
ejemplo, este es el caso Haití y Colombia que no han logrado mejorar la redistribución
de la riqueza1.

El texto resalta que instituciones como el Banco Mundial han insistido que para que haya
buena gobernanza las instituciones y los agentes políticos deben estar orientados al
interés común. Por eso cuestiona que, pese a que ha promovido la gobernanza, solo ha
tenido en cuenta aspectos cubiertos por su mandato, pero ha dejado de lado elementos
como la reforma de instituciones políticas importantes tales como los parlamentos o los
regímenes electorales. En la actualidad sus actividades se relacionan con la reforma
judicial y administrativa, la regulación y fomento de la competencia, la descentralización,
las medidas anticorrupción y la reforma fiscal.

Así mismo, indica que el PNUD ha identificado cuatro dimensiones de la gobernanza:


política, económica, administrativa y sistémica. Por un lado, las tres primeras componen
la estructura formal y organizativa de la toma de decisiones en el Estado moderno. Por
otro, la cuarta pone de manifiesto que el Estado va más allá del orden social.

Se comparte la posición del autor al señalar que no se debe fortalecer únicamente al


Estado o al mercado, sino que se debe trabajar de tal manera que ambos puedan estar
articulados para combinar las fortalezas y superar las debilidades, ya que así se puede
lograr la satisfacción del interés común. En este sentido es posible ver que con antelación
se esperaba el fortalecimiento de las asociaciones entre el sector público y sector privado
en la creación y desarrollo de proyectos de gran envergadura.

De manera breve, el texto identifica en la competitividad sistémica cuatro niveles de


interacción: el nivel meta relacionado con valores orientados al desarrollo; el nivel macro
referido a un marco macroeconómico y macropolítico estable y a modelos normativos
generales que permitan el correcto funcionamiento de los mercados de factores; el nivel
meso que tiene que ver con las instituciones sectoriales o de servicios específicos para
la actividad económica; y el nivel micro que se ocupa de la gestión empresarial para
fomentar la eficiencia y la innovación. Por eso cuando se integran los cuatro niveles de
interacción, el enfoque tiende a lograr un nuevo equilibrio de poderes entre el Estado y
el mercado, pues el Estado adquiere nuevas competencias en campos específicos y
debe desregular otros, así el mercado puede operar adecuadamente.

Considerar que los sistemas políticos pueden aumentar su legitimidad a través de la


orientación hacia el interés común y con un mejor desempeño en cualquiera de los cuatro
niveles para que de esa manera puedan liberar recursos para ser empleados en el
fortalecimiento del sistema es parcialmente cierto. Pues solo sería así en la medida que
los recursos liberados se focalizaran en la satisfacción de las necesidades del interés
común. Sin embargo, esto no es propiamente lo que caracteriza a los sistemas políticos,
particularmente en el caso colombiano. En este sentido todavía hay barreras por superar
en busca de la transformación institucional requerida para América Latina.

1
Informe del Banco mundial 2018.
Por último, queda por ver si los instrumentos y conceptos considerados en el documento
pueden dar o no espacio para el cambio de enfoque con relación a los asuntos más
importantes que tienen que ver con la gobernanza.

Referencias bibliográficas

Haldenwang, C. (2005). Gobernanza sistémica y desarrollo en América Latina. Revista


de la Cepal No. 85. P. 35-52. Recuperado de
http://repositorio.cepal.org/handle/11362/10997

Banco Mundial. (2018). The Changing Wealth of Nations 2018. Building a Sustainable
Future. Recuperado de
https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/29001/9781464810466.p
df?sequence=4&isAllowed=y

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