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APUNTES PROCESALES DE CONCILIACIÓN

PRINCIPIOS DE PROCEDIMIENTO QUE DESARROLLA LA CONCILIACIÓN


Entre los principios que desarrolla la doctrina relacionada con los Métodos
Alternos a la Resolución de Conflictos se encuentran enunciados los
siguientes:

DESARROLLO DEL PRINCIPIO DE PRECLUSIVIDAD


La Preclusividad es un término que deviene del término “preclusión”. El
concepto de este término, según Manuel Ossorio, se orienta hacia establecer
que ésta es la “extinción, clausura, caducidad; acción y efecto de extinguirse el
derecho a realizar un acto procesal, ya sea por prohibición de la ley, por
haberse dejado pasar la oportunidad de verificarlo o por haber realizado otro
incompatible con aquel”. El autor sigue profundizando en este concepto cuando
asevera que es “un principio procesal según el cual el juicio se divide en
etapas, cada una de las cuales supone la clausura de la anterior, sin posibilidad
de renovarla”.

Dentro de nuestra legislación existen dos formas de comprender la presencia


procesal de la Conciliación. En primer término, consideramos una regulación
dentro de la cual no se aplica el Principio de Preclusividad, y en segundo lugar
una aplicación preclusiva de la Conciliación.

Para profundizar un poco más respecto a las anteriores afirmaciones es


necesario contemplar la normativa procesal correspondiente. Al analizar la
regulación dentro de la cual no se aplica el Principio de Preclusividad debemos
citar el artículo 97, primer párrafo del Código Procesal Civil y Mercantil
(Decreto-Ley 107): “Los tribunales podrán, de oficio o a instancia de parte, citar
a conciliación a las partes, en cualquier estado del proceso.” Cuando
analizamos el concepto de preclusión pudimos establecer que “es un principio
procesal según el cual el juicio se divide en etapas, cada una de las cuales
supone la clausura de la anterior, sin posibilidad de renovarla”. La norma
establecida dentro del artículo citado del proceso. Desde nuestro punto de
vista, en el artículo 97 la Conciliación no se regula como un procedimiento que
forma parte de una de las etapas predeterminadas en la ley procesal, sino un
mecanismo orientado hacia la solución de la controversia, que podrá ser
aplicado en “cualquier estado del proceso”. De lo anterior, entonces, inferimos
que, en el caso de los Juicios Ordinarios, la Conciliación no tiene carácter
preclusivo dentro del proceso judicial.
Respecto al Juicio regulado dentro del mismo cuerpo legal, los efectos de la
Conciliación como principio de preclusión son los mismos que en el Juicio
Ordinario.

En relación con el Juicio Oral, tanto en materia Civil como de Familia, el


principio de preclusividad se manifiesta en forma distinta. Para los efectos es
necesario citar la normativa respectiva. Respecto al Juicio Oral en materia
Procesal Civil, el artículo 203, en su primer párrafo, establece: “En la primera
audiencia, al iniciarse la diligencia, el juez procurará evenir a las partes,
proponiéndoles fórmulas ecuánimes de conciliación y aprobará cualquier forma
de arreglo en que convinieren, siempre que no contraríe las leyes”. De
conformidad con la norma citada podemos darnos cuenta que la Conciliación
debe llevarse a cabo “en la primera audiencia, al iniciarse la diligencia”. Ello
indica que, dentro de esta normativa, es aplicable el principio de preclusividad;
ya que una vez agotada la etapa de la primera audiencia, supone que su
clausura así como la imposibilidad de llevar a cabo la Conciliación.

Respecto al Juicio Oral en materia de Familia, se manifiesta el mismo efecto


del análisis anterior, ello es porque el artículo 11 de la Ley de Tribunales de
Familia (Decreto-Ley 206) determina que “la diligencia de conciliación de las
partes previstas en el artículo 203 del Código Procesal Civil y Mercantil, no
podrá dejar de celebrarse en los juicios de familia (…)”

Derivado del análisis anterior podemos concluir que:


En juicio Ordinario y en Juicio Sumario no es aplicable el Principio de
Preclusividad porque la Conciliación puede ser abordada en cualquier etapa del
proceso judicial.
En Juicio Oral en materia Civil y de Familia, la Conciliación debe ser aplicada
en la primera audiencia, una vez clausurada la misma, el Principio de
Preclusividad es manifiesto.

DE LA ECONOMÍA PROCESAL
Examinada la orientación que motiva la creación de la figura de la Conciliación,
la filosofía finalista que contiene y la necesidad que tuvo el Estado para su
implementación, de su contexto general se comprende claramente, que con la
celebración de la Conciliación, estamos en presencia de un Principio de
Economía Procesal.

La Economía Procesal es un principio rector del procedimiento judicial, que


tiende a lograr el ahorro de gastos monetarios y de tiempo en la Administración
de Justicia. El impulso de oficio, la oralidad, la acumulación de acciones; son
medidas encaminadas a conseguir aquel fin. Desde la perspectiva de la
Conciliación en relación con la Economía Procesal podemos establecer que
aquella se celebra en audiencia, y, como tal, se procura el mayor numero de
actos procesales en un mismo momento, se procura evitar un litigio eventual, o
si lo hay, su terminación; se pretende, además, poner en manos de los mismos
que sufren la controversia, la solución, evitándoles gastos innecesarios que se
ocasionan en el transcurso de un proceso; tanto en relación con gasto de
tiempo y recursos monetarios.

DE LA ORALIDAD
Con la Conciliación se desarrolla el Principio de la Oralidad, toda vez que la
actuación se da dentro de una audiencia con la presencia directa de las partes,
quienes exponen sus posiciones e intereses en forma verbal; no existe la
posibilidad de exponer documentos previamente elaborados ni desarrollar una
audiencia previamente actuada.

El único documento que se emplea dentro de la audiencia de Conciliación es el


acta judicial dentro de la cual se redacta el acuerdo, misma que se emplea
como medio de prueba y como requisito esencia de la ocurrencia de la
Conciliación y de las estipulaciones que conforman el acuerdo. No podemos
olvidar que dentro de la audiencia de Conciliación hay debates y comentarios
que no necesariamente quedan insertos dentro del acta.

DE LA INMEDIACIÓN
Este principio es de carácter procesal, tal como lo afirma el autor Manuel
Ossorio, al aseverar que va “encaminado a la relación directa de los litigantes
con el juez, prescindiendo de la intervención de otras personas”. Ossorio
también apunta que “la inmediación se encuentra íntimamente ligada a la
oralidad del procedimiento (…)”

Este principio es fundamental dentro de la audiencia de Conciliación, ya que al


celebrarse la misma en presencia de un Oficial de un órgano Jurisdiccional en
materia Civil y de Familia, éste debe estar debidamente enterado de cuál es el
objeto del litigio, es decir, que debe tener conocimiento de las pretensiones de
las partes, de la contestación de la demanda, así como de los medios de
prueba aportadas por las partes.

DE LA PERSUACIÓN RACIONAL
Este principio lo establece el autor José Roberto Junco Vargas al apuntar que
“debe recordarse que en la Conciliación hay la intervención de un tercero en el
litigio como conciliador, quien enterado en debida forma del objeto de la
controversia, esto es, quien identifica el conflicto, procede a orientar la actitud
de las partes por un camino, determinado por la lógica, por la experiencia
personal, y de los demás sujetos. En el proceso conciliatorio, necesariamente
tiene que haber una actitud que proviene en primer lugar de los conflictuantes,
pero en especial del conciliador, quien es la persona llamada a darle un valor a
ellos, utilizar la sana crítica y los conocimientos que tenga en la materia y en la
profesión del Derecho. Consideramos que tan importante principio probatorio
no podrá estar alejado en el trámite conciliatorio y que por el contrario,
constituye pilar fundamental para el buen manejo y desarrollo de la audiencia y
del acuerdo al que se llegue”.

CARACTERÍSTICAS PROCESALES DE LA CONCILIACIÓN

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