Nuestro Señor Jesús nos enseña lo que nos hace bienaventurados, las
nuevas leyes que deben gobernar nuestra vida (un breve resumen sobre la
doctrina cristiana), como orar, nos enseña sobre el dinero y también nos
advierte de los falsos maestros y la hipocresía.
Nuestro carácter como ciudadanos del Reino. Debe ser nuestro anhelo
reflejar todas y cada una de estas actitudes.
Es algo que solo viene cuando el Espíritu Santo nos muestra nuestra
condición espiritual. El pobre en espíritu no confía en sus habilidades,
razonamiento etc. El pobre en espíritu reconoce con humildad su necesidad
absoluta de Dios. Reconoce que sin El nada puede.
Es una persona que puede decir “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
porque su confianza está depositada en Dios. Es una persona paciente que
refiere a una persona que voluntariamente se sujeta a Dios.
Son aquellos que no solo aman a Dios sino a toda la humanidad de modo
que hacen todo lo posible para que extender paz donde quiera que están
(Rom.14:19).
No son aquellos que procuran la paz a cualquier costo haciendo caso omiso
a cosas que están mal, porque saben que a larga es peor. Tampoco son
gente que acostumbra el chisme. Son aquellos que basados en los
principios de verdad y justicia de Dios buscan restaurar relaciones (Ef.2:14).
8. Padecen persecución – recompensa: El reino de los cielos
(galardón). Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la
justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (vs.10). Bienaventurados
sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de
mal contra vosotros, mintiendo (vs.11). Gozaos y alegraos, porque vuestro
galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que
refiere a una persona que voluntariamente se sujeta a Dios.
Aquellos que sufren por hablar la verdad de Dios. Aquellos que reconocen
que si nuestro Señor fue perseguido nosotros también lo seremos (Jn.15:20).
Son aquellos que anhelaban una mejor (patria) celestial; por lo cual Dios no
se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad
(He.11:16).