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Impacto del acuerdo de la habana en los campesinos y las tierras

Reforma rural integral

Son medidas que buscan lograr la transformación estructural del campo,


entendida como “la transformación de la realidad rural con equidad, igualdad y
democracia”. El acuerdo articula una aproximación a futuros cambios reales y
completos en el campo colombiano. Reconociendo a la economía campesina
como medio para superar la pobreza, lograr el bienestar en el campo y asegurar
la producción teniendo en cuenta que Colombia importa buena parte de sus
alimentos.

Para transformar el campo, se establecieron tres partes: (1) Acceso y uso, (2)
Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial - PDET y (3) Planes Nacionales
de Desarrollo para la Reforma Rural Integral.

Las medidas de acceso y uso están orientadas a lograr que los campesinos
accedan a tierra suficiente, de un lado, y puedan explotarla de manera adecuada,
de otro. Teniendo como referente adjudicar y restituir tierras rurales. Para esto
se crea un Fondo de Tierras para la Reforma Rural Integral. Además, el Gobierno
se comprometió a otorgar subsidios y créditos especiales para compras de
tierras. El Gobierno establecerá y realizará un plan de zonificación ambiental, en
un plazo de 2 años, para delimitar la frontera agrícola y proteger áreas de interés
ambiental.

Para apoyar el desarrollo económico del país, los gobiernos formularán Planes
Nacionales que contendrán medidas relativas a infraestructura y adecuación de
tierras, estímulos a la producción agropecuaria y a la economía solidaria y
cooperativa

Víctimas y justicia

El acuerdo sobre las víctimas se ha consolidado en un Sistema Integral de


Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición, cuyo núcleo es el compromiso con
la satisfacción de los derechos de las víctimas. El reconocimiento de estas no
solo tiene un tratamiento jurídico, sino que han desencadenado ciertas
polaridades en foros, representados por las diferentes delegaciones que
asistieron a La Habana (con representación de diferentes grupos poblacionales
de campesinos, indígenas y afrodescendientes).

El gran fondo de tierras

Para que exista un correcto acceso y uso de la tierra, el acuerdo entre Gobierno
y Farc tiene estipulado habilitar un fondo de distribución de tierras gratuita.
Durante los próximos diez años, ese fondo dispondrá de tres millones de
hectáreas y se nutrirá por medio de seis mecanismos; 1) La extinción judicial de
dominio de predios ilegales. 2) Se dispondrá de los terrenos baldíos recuperados
en procesos agrarios; 3) Delimitación y actualización de las reservas forestales
y de las que no están siendo explotadas.
A estas últimas se les aplicará la extinción administrativa de dominio por no
cumplir la función social y ecológica de la propiedad. 4) Mediante compra o
expropiación de tierras por motivos de interés social o de utilidad pública. En
todos los casos se pagará una indemnización a sus propietarios. 6) Tierras
donadas, subsidios y créditos especiales de largo plazo a la población
campesina, para la compra de terrenos. En el acuerdo se estipula el perfil de los
campesinos que accederán a la distribución gratuita de tierras, los subsidios y
estímulos: “Trabajadores con vocación agraria sin tierra o con tierra insuficiente”.

Aquí se advierte que se les dará prioridad a las mujeres cabeza de familia y a la
población que ha sido desplazada como consecuencia del conflicto armado.
Entre los beneficiarios también pueden estar trabajadores de asociaciones,
siempre y cuando tengan vocación agraria y demuestren que no tienen tierra o
esta resulta insuficiente.

Campesinos de informales a propietarios

El Gobierno se comprometió a realizar las reformas normativas y operativas para


formalizar siete millones de hectáreas de mediana y pequeña propiedad rural,
algunas en disputas judiciales.

En caso de que un predio formalizado sea menor a una Unidad Agrícola Familiar
(área de terreno suficiente para que una familia obtenga para su sustento, lo
equivalente a tres salarios mínimos mensuales), el propietario tendrá derecho a
subsidios y a beneficiarse del acceso al Fondo de Tierras.

Además, los terrenos que se compren con subsidios o que se adjudiquen como
baldíos tendrán un blindaje por siete años: serán inembargables e inalienables.
Únicamente serán devueltas si se comprueba que están siendo inexplotadas.
Las víctimas del conflicto tendrán derecho a la restitución de los derechos sobre
la tierra y se les garantizará que puedan regresar a los predios de los que fueron
despojados.

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