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Análisis y perspectiva…

Análisis y prospectiva crítica de la política agraria


del gobierno de Vicente Fox Quesada 1
Dr. Carlos Humberto Durand Alcántara 2

Resumen:

En este trabajo se establece un recuento de la vertiente desarrollada por el Presidente


Vicente Fox Quesada, en términos de su política agraria, coyuntura durante la cual
se habrían creado importantes expectativas en virtud de la transición política, que
puso fin al monopolio gubernamental del Partido Revolucionario Institucional, que
mantuvo el control del Estado prácticamente durante todo el siglo XX.

Contrario sensu a los cánones desde los cuales originalmente se diagnosticó la


problemática rural del país, en cuyo contexto se avizoraba la profundización de una
crisis, la política foxista se caracterizó por la sustentación de planes y programas ru-
rales, que en los hechos se tornaron hacia los dictados del capital financiero, en cuyo
caso adquirió mayor significado la presencia de los Oligopolios y consecuentemente
del esquema neoliberal.

Palabras clave: Política agraria, transición política, derecho agrario, neoliberalismo,


crisis agraria.

Summary:

In this work is established a recount about the tendency developed by President


Vicente Fox Quesada in regard to the agrarian politic, in which had been created
1
Recibido 02-02-09. Aprobado 13-04-09
2
Profesor Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, uamdhm@yahoo.com.mx

análisis del medio rural latinoamericano 43


Políticas públicas y economía

very important expectative, about the political transition, which could finish to the
monopoly governmental of the Party Revolutionary Institutional, who support the
State control during XX century.

Contrario sensu to the canons in which those originally was diagnose the rural
problematic aspect, in whose context could watch the crisis deeping, the Fox´s politics
was characterize for the planes support and rural programmers, but in their acts went
dictated for financial sum and got more importance the presence of the oligopolies
and consequently the neoliberal outline.

Key words: Agrarian politics, politics transition, law agrarian, neoliberalism, crisis
agrarian.

Introducción

Mientras que algunos analistas (Aguilar Camín:2000, 23) consideraron trascendente el


relevo partidista en la estructura del Estado mexicano, a través del ascenso a la presi-
dencia de la República del Partido Acción Nacional, aspecto que se da en un escenario
de desgaste y anquilosamiento del PRI, habría que identificar parte de las circunstancias
que permitieron este relevo, en realidad los intereses económicos que orientaron a
dichas fuerzas políticas (en una relativa alianza) son las que posibilitaron el cambio y
éste es y ha sido a su vez, en coadyuvancia con el modelo socioeconómico imperante.
En los hechos, estas estructuras partidistas se han aliado en una visión estratégica, que
los vincula con los principales organismos financieros internacionales.

Sin embargo, la necesidad respecto de una reedificación de la política nacional


que pudo ser encausada por el Presidente Fox, es incuestionable, sobre todo dadas
las contradicciones que en todos sus ámbitos denotaba el agro mexicano. A más de
ocho años los hechos hablan por sí mismos y el campo se encuentra viviendo la crisis
más profunda, en más de cuarenta años. Finalmente la derecha mexicana, o por lo
menos su expresión parlamentaria, y ejecutiva, no supo o no mostró voluntad polí-
tica, por transformar la miseria y rezago de millones de mexicanos que deambulan
en la miseria rural.

Una vez establecida la asunción de la nueva administración se identificaban los


siguientes problemas:

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Análisis y perspectiva…

• “La actividad agropecuaria representa un riesgo para el 80% de productores del


campo.
• Los insumos para la producción son insuficientes, caros e inoportunos.
• El crédito es escaso y poco competitivo.
• La infraestructura de almacenaje es insuficiente y obsoleta.
• La comercialización es deficiente y favorece la intermediación.
• Los sistemas de normalización oficiales no se cumplen íntegramente.
• Existe incertidumbre en el campo por falta de seguridad jurídica.
• Los niveles de deforestación, erosión y salinización del suelo son alarmantes.
• Grave deterioro de los distritos de riego y desperdicio de 70 a 76% del agua para riego.
• El intercambio comercial agroalimentario es deficitario para el país.
• El gobierno no tiene una estrategia integral para el sector rural.
• Los proyectos y programas para el campo han tenido un limitado impacto so-
cial.
• La edad promedio de los ejidatarios es de 52 años.
• Existen altos niveles de analfabetismo y analfabetismo funcional; la escolaridad
promedio es de 3.1 años de primaria.
• Se han venido feminizando las actividades productivas.
• Los indicadores de salud, nutrición y pobreza favorecen una mayor margina-
ción.
• Prevalecen organizaciones corporativas clientelares.
• Subsiste el paternalismo y corporativismo estatal.
• La inversión pública federal para el campo ha decrecido.
• En 1998, 81% de la población rural se encontraba debajo de la línea de pobreza.
• En el periodo 1990-2000 el sector agropecuario creció a un ritmo de 1.6% anual,
mientras que la población creció a 1.8% anual.
• México destina una mayor cantidad de recursos per capita al medio rural, en
comparación con cualquier otro país latinoamericano y ocupa el décimo octavo
lugar en materia de ingreso rural en América Latina”3.

3
Equipo de transición de Vicente Fox Quesada, Presidente de la República, Desarrollo Rural y Agroalimentario, 2001-
2006.

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Políticas públicas y economía

Si bien es cierto que la agudización de las contradicciones en el agro mexicano, en


que se enmarcaba el foxismo, constituyó uno de los legados del “antiguo régimen”,
también fue cierto el compromiso adquirido por el denominado “gobierno de tran-
sición” respecto de transformar el agro hacia derroteros más justos y democráticos.
Bajo esta óptica, las interrogantes fundamentales serían: ¿En qué medida los Estados
latinoamericanos podrían desvincularse de las políticas neoliberales?, y en el caso
específico de México ¿Establecería el nuevo régimen una política social tendiente
a revertir la crisis en el campo, en sus aspectos estructurales?

I. Las adaptaciones agrarias y agrícolas del Foxismo.

Ante dichos retos el gobierno federal se comprometería a dar solución a los problemas
de referencia, sin embargo, a ocho años de la identificación de estos, las circunstancias
que los motivaron no tan sólo se han atemperado, sino incluso exacerbado. En este
ámbito, podríamos reconocer que los movimientos sociales indígenas y campesinos
de los últimos ocho años presididos por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN), el Consejo Nacional Indígena y el movimiento de masas desarrollado por
múltiples organizaciones , conocido como: “Sin maíz no hay País” y el “Campo no
aguanta más”, en el que convergieron la mayoría de organizaciones sociales del campo,
y cuyas expresiones no significan sino el agravamiento de estas contradicciones.

Observemos algunos ejemplos del ejercicio de ésta política, mientras que el Es-
tado presumía en su discurso “la seguridad y la certeza jurídica” en la tenencia de
la tierra, se arremetía en contra del régimen de propiedad ejidal. Ya fuera de manera
pacífica o violenta, el gobierno impone sus planes y programas o incluso reprime a
pobladores inermes, en el primer caso, por ejemplo, el Estado y la juridicidad que se
planteó para aplicar el PROCEDE, Programa de Certificación de Derechos Ejidales
y Solares Urbanos, el cual se presentó como una prerrogativa, es decir que era de
carácter “voluntario”, y que serían las asambleas generales ejidales las que definirían
su posible aplicación, en los hechos, el gobierno del Presidente Fox llegó a condicio-
nar los apoyos de otros programas a quien no hubiera participado en el PROCEDE,
es decir se convirtió en una conditio sine quanon para que el Estado legitimara otras
actividades de los ejidos y de los ejidatarios.

En otro contexto observamos que recién iniciado su gobierno el Ejecutivo intenta


expropiar a diversos ejidos, aledaños la gran mayoría a la zona del vaso del ex Lago

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Análisis y perspectiva…

de Texcoco. El argumento se fundaba en las “bondades” que traería la construcción


de un nuevo aeropuerto internacional, fenómeno que evidentemente se ubicaba en
el contexto del modelo neoliberal.

La pregunta salta a la vista: ¿En que medida se podría justificar como una causa de
utilidad pública, una mayor centralización de plusvalía, interés, renta y ganancia de
capital a favor de los oligopolios nacionales y extranjeros, ello frente al pago inicuo
(valor catastral de la propiedad) que la Comisión de Avalúos pretendió realizar a los
ejidatarios presumiblemente afectados.

Desde luego que los afanes sociales consignados en el artículo 27 constitucional,


en este caso el acto jurídico administrativo de la expropiación y reglamentado en
la otrora Ley General de Expropiación del año de 1938, decretada por Don Lázaro
Cárdenas del Río quedaron ensombrecidos.

De ninguna manera constituiría un acto de justicia social afectar el patrimonio


agrario, de ejidos y núcleos humanos que han logrado hacer de sus tierras un me-
dio digno y eficiente de reproducción socioeconómica, como así aconteció en el
caso de San Mateo Atenco y el Frente por la Defensa de las Tierras del Oriente
del Estado de México, que resistieron hasta el último momento los embates del
capital. Esta ha sido la tónica en que se ha desenvuelto la política rural del actual
Estado mexicano.

El gobierno foxista mantuvo el marco de reformas del salinato y sus concomitantes


leyes reglamentarias (algunas de ellas promulgadas durante el gobierno de Ernesto
Zedillo) siendo consecuente con el marco neoliberal que les inspiró. Además, en
virtud de sus características secuenciadas de carácter transsexenal se mantiene el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), del cual, el presidente
Fox refirió: “las ventajas que resultan para México el libre mercado y la inversión
de capital, lo cual ha tenido un resultado exitoso”.4

4
Ita de Ana, citado en “TLCAN o Política agrícola”, La Jornada, Diario, 20 de julio de 2004.

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Políticas públicas y economía

I.1 El TLCAN y la cuestión agraria durante la coyuntura foxista, algunos aspectos


fundamentales.

El TLCAN5 representa desde nuestra perspectiva uno de los elementos principales


en el contexto de la definición y continuidad de las políticas agrícolas y agrarias del
foxismo y aún incluso del actual gobierno de Felipe Calderón y en consecuencia del
neoliberalismo.

Las inequidades en que nos colocó el TLCAN resultan por demás evidentes,
los pésimos resultados del sector agropecuario de México durante el tiempo que se
viene aplicando dicho tratado y las dos décadas de ajuste estructural -con su apertura
comercial unilateral y abrupta, y su severa reducción de la participación del Estado
en el fomento económico sectorial- están desde luego asociados a las profundas
asimetrías en tecnología, productividad, recursos naturales y políticas agrícolas que
existen entre México y los EUA ( Sánchez Albarrán:2006:17).

Sin embargo, resultaría interesante situar, más allá de ciertos intereses regionales
de algunos latifundistas y terratenientes mexicanos, por ejemplo los que se ubican en
el norte de Sinaloa y el sur de Sonora (Valle del Yaqui), a quienes de alguna manera
sí les benefició el TLCAN, la gravedad respecto de la aplicación por casi tres lustros
de dicho tratado, en este ámbito encontramos que los sempiternos afectados por este
tipo de políticas son los más pobres, los desempleados rurales, los campesinos pobres,
los aparceros y medieros, los indígenas, los jornaleros, en fin aquellos que funcionan
marginalmente en el neoliberalismo y cuyas condiciones de vida se explican por el
esquema impuesto, a partir del denominado Protocolo de Washington. Valga precisar
que desde el año de 1994 Manuel Gutiérrez Vidal estableció algunos parámetros en
la comprensión regional del TLCAN.6

Dicho autor presenta “un análisis comparativo de los factores competitivos regio-
nales (ante el TLCAN) que incluye cuestiones tales como urbanización, migración,
alfabetismo, escolaridad, participación económica, relaciones laborales, empleo
5
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN, conocido también como TLC o NAFTA, por sus siglas en
inglés North American Free Trade Agreement, es un bloque comercial entre Canadá (indirectamente con la Gran Bretaña),
Estados Unidos y México que establece una zona de libre comercio. Entró en vigor el 1 de enero de 1994. A diferencia de
tratados o convenios similares (Como el de la Unión Europea) no establece organismos centrales de coordinación política o
social. Existe una sola secretaría para administrar y ejecutar las resoluciones y mandatos que se derivan del Tratado.
6
Manuel Gutiérrez Vidal. “América del Norte: las regiones de México ante el TLC, en Comercio Exterior, 44, 1994, pp.
1008 – 1014.

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Análisis y perspectiva…

industrial, empleo fabril especializado, dimensión de las fábricas, costos laborales,


productividad, demanda internacional intensidad tecnológica y exportaciones. Este
análisis indica que México septentrional está más adelantado que México central,
y mucho más adelantado que México centro meridional, en virtualmente todos los
asuntos mencionados. La fuerza del norte se deriva de la estructura industrial y de
la especialización manufacturera, al igual que de otros factores asociados con las
tendencias urbano demográficas, a lo cual tenemos que añadir la disponibilidad y
capacitación de la fuerza de trabajo.”7

En este perfil se ubicó, entre otros programas, la continuidad foxista del PRO-
CEDE, a efecto del aseguramiento o legitimación de las propiedades ejidales y
comunales, es decir, brindarle certeza jurídica a los bienes agrarios con el objeto de
colocarlos, cuando así correspondiera, en los márgenes del libre comercio. Pero ade-
más el gobierno de Vicente Fox desarrolló programas propios, de carácter clientelar
(electoral) a la más vieja usanza del Partido Revolucionario Institucional, los que
de igual manera no obstante su visión populista (de derecha), refuerzan los fines del
paradigma neoliberal y de manera específica al TLCAN, nos referimos:

• Programa Joven Emprendedor y Fondo de Tierras.


• Programa de la Mujer en el Sector Agrario (PROMUSAG).

Así como también recuperó los otrora proyectados por el PRI, desde finales de la
década de los años noventa del siglo pasado, a saber:

• Programa de Apoyos Directos al Campo (PROCAMPO).


• Programa Oportunidades.
• Abasto Social de Leche Liconsa y;
• Piso Firme.

“Diciembre de 2002 representó un parte aguas más para muchos de los produc-
tores rurales que habían sobrevivido a la crisis de rentabilidad y financiera de los
años noventa. A casi diez años de firmado el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte se eliminarían todas las barreras comerciales para la casi totalidad de pro-

7
Saxe Fernández John. Et al 2001. Globalización, Imperialismo y Clase Social. Lumen, Buenos Aires. P. 313.

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ductos agropecuarios, dejando desprotegidos a la mayoría de productores que como


contraparte no contarían con subsidios equiparables a los de los grandes productores
norteamericanos que de acuerdo con la nueva Ley de Seguridad e Inversión Rural
estadounidense de 2002 recibirían 248.6 millones de dólares.”8

Por otra parte, maíz, frijol y lácteos deberían tener protección arancelaria hasta
el 2008, sin embargo dicho acuerdo no se respeta. En los años 1995, 1996, y 2001,
durante el gobierno de Ernesto Zedillo, se importaron excedentes de maíz por más
de tres millones de toneladas. Para 1995 y 1996 se importaron más de tres millones
de toneladas no autorizadas. En 2001 con el gobierno de Fox se importaron cinco
millones 654 mil 721 toneladas, cuando solamente se habían autorizado tres millo-
nes, 166 mil, 922 toneladas. En 2002 se importaron 4 millones 500 mil toneladas
con un excedente de tres millones, 261 mil 930 toneladas. Como consecuencia de
las importaciones de maíz y frijol el país ha tenido una pérdida fiscal de dos mil 887
millones de dólares (Sánchez Albarrán: 2006, 41).

En el fondo el TLCAN, ha representado una perdida fundamental en la sobera-


nía alimentaria, toda vez que para el Estado mexicano en la actual coyuntura y, por
supuesto, con sus antecesores priístas, estableció una economía agrícola basada en
el intercambio desigual, en la cual aparentemente se compraban diversos productos
agrícolas en el exterior más baratos, impulsando de manera muy importante la agro
importación. En los hechos nuestros productores rurales han dejado en múltiples casos
de producir alimentos y materias primas fundamentales para el desarrollo nacional
y se ha fomentado la dependencia alimentaria9.

Finalmente habría que precisar que en los márgenes en que se desenvuelve la he-
gemonía mundial se ciernen aún presagios más funestos para las economías, no sólo
para México, sino para toda la región latinoamericana, en este ámbito se encuentra el
otrora proyecto preconizado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mun-
8
Concheiro Luciano et al, Una perspectiva campesina del mercado de tierras ejidales, siete estudios de caso. Juan Pablos.
México.2004.p.43. Cf. En este tenor: Mittal Anuradha et al, “Perdiendo nuestra tierra: La Ley Agrícola de 2002”, en Bartra
Armando, Cosechas de Ira. Economía Política de la contrarreforma agraria, 2003, p. 112.
9
Para 2004, 70 por ciento del arroz, 57 por ciento del trigo, 57.3 por ciento del algodón y 96.4 por ciento de la soya eran
de procedencia extranjera: desde 1980, de los 10 cultivos básicos, granos y oleaginosas, se cosecha un promedio de treinta
toneladas; los rendimientos unitarios están estancados, entre 1995 y 2005 los rendimientos pasaron de 2.66 a 2.8 toneladas
por hectárea; baja pronunciada en la producción de alimentos básicos: en 1985 el déficit era de 4.1 millones de toneladas y
en 2007 de 12 millones de toneladas; en el caso del maíz, los 22 millones de toneladas nacional (2006) son insuficientes para
cubrir la demanda interna. Cf. Fernández Vega Carlos, “México SA. Fracaso estrepitoso de la política agraria del gobierno
federal”. En La Jornada,.23 de Diciembre de 2008.

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Análisis y perspectiva…

dial, este se describe como la posibilidad de extender el TLCAN a todo el continente


el cual se denomina como Área de Libre Comercio para las Américas.

Evidentemente que el problema del mercado y del llamado libre comercio, no se


ubica sino a partir de las fórmulas dispares y asimétricas como así sucede en el caso
hoy sometido a los designios de los grandes oligopolios norteamericanos, de manera
que la urgencia de establecer una nueva relación de mercado en el caso del TLCAN es
indispensable dadas las desigualdades existentes entre Canadá y EUA frente a México,
aspecto al que por cierto, con todo lo que ello significa, ha negado rotundamente rene-
gociar Felipe Calderón10, al respecto habría que establecer cuales son sus razones.

Por otro lado, es indudable que México y sus productores rurales, podrían adecuar un
futuro comercio internacional, con el conjunto de países latinoamericanos, digamos con
sus pares, y por supuesto por fuera de la influencia que ejerce el “Norte”. En ésta tesitura
resultan interesantes las experiencias sudamericanas, como el llamado “Pacto Andino”,
el MERCOSUR e inclusive el CARICOM que se vienen aplicando en Centroamérica.

I.2 La mujer y los jóvenes en el medio rural.

El gobierno de Vicente Fox, bajo recomendaciones de los organismos internacionales, in-


cluyendo los de orden financiero, sostuvo como primigenios dos programas alternativos
para enfrentar los graves problemas que confrontan las mujeres rurales y los jóvenes en
edad de trabajar11, estos fueron; el Programa de la Mujer en el Sector Agrario (PROMU-

10
El presidente Felipe Calderón aseguró que tratar de renegociar el Tratado del Libre Comercio de América del Norte sería
una “muy mala idea” y confió en que el próximo mandatario estadounidense, Barack Obama, no cometerá ese error y tendrá
el suficiente “talento y sentido común” para enfrentar ese problema. Al participar en la 16 Cumbre de Líderes del Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), Calderón aseguró que de renegociarse el TLCAN algunos asuntos, como
la migración ilegal hacia Estados Unidos, se verían agravados. “El día que se cierre el acceso de productos mexicanos a
EU, esos migrantes van a brincar el río, la barda, o lo que pongan, eso es un hecho”. Ante empresarios de los países que
forman parte de la APEC, Calderón dijo que Estados Unidos, México y Canadá sólo podrán lograr ser más competitivos
si se logra integrar las tres economías complementarias. Venegas Daniel. “Calderón afirma que renegociar el TLC sería un
error.”Milenio Diario 22 de Noviembre de 2008.
11
Si bien desde otras configuraciones el Estado mexicano ha optado por diversas vías de establecer alternativas para estos
sujetos agrarios, recordemos al respecto durante el gobierno de Luis Echeverría, el impulso a las denominadas Unidades
Agrícolas e Industriales para la Mujer, (UAIM) que consistieron de igual manera en la creación, vía créditos bancarios, de
proyectos productivos, el que fue organizado por las propias mujeres ejidatarias y en algunos casos comuneras al interior
de sus unidades de producción.
Al igual que José López Portillo estableció además de la Unidad recreativa para la juventud en algunos ejidos y comunidades
del México rural, determinado por diversos proyectos productivos de apoyo a la juventud, sin negar que en algunos casos
dichos proyectos tuviesen resultados favorables, habría que identificar en que medida permitieron el arraigo y desarrollo
de los sujetos agrarios a su territorialidad.

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Políticas públicas y economía

SAG) y el Programa de Fondo de Tierras e Instalación del Joven Emprendedor Rural


(FTJER), como veremos estos instrumentos de la administración pública pretendieron
y pretenden en el caso de la mujer rural, establecer una especie de reasignación de su
papel en las economías campesinas y de mercado, brindar la posibilidad de incorporar
mayores ingresos, en virtud del abandono por parte de los paterfamilias, o a partir del
problema de la migración , fenómenos que integralmente a partir de las condiciones
de existencia de las mujeres, se manifiestan en pobreza estructural.

Al tratarse el PROMUSAG, de un programa que eminentemente avala la posibili-


dad de apoyar proyectos productivos, concebimos que no trata, de ninguna manera, el
problema medular que es el inherente a la propiedad agraria y a los derechos agrarios
lo que en un proyecto de largo plazo permitiría garantizar condiciones de vida dignas
para las mujeres campesinas.

En este tenor se coloca también el programa correspondiente a los jóvenes en el


agro mexicano, que como explicaremos sólamente se torna, bajo una visión coyun-
tural a partir de posibles asignaciones económicas. De esta manera consideramos que
ambos programas se constituyen en paliativos eventuales que no tocan el problema
estructural en que se ciñen los sujetos agrarios de referencia.

Conforme a datos elaborados por la Procuraduría Agraria12 encontramos que


los dos programas fueron creados en el año de 2002 y cuyas metas señaladas por
el Estado, tuvieron como “objetivo promover la participación de las mujeres de
las zonas indígenas y de los jóvenes campesinos de las zonas rurales, mediante
el financiamiento de proyectos productivos que generaran bienes y servicios, que
contribuyeran al mejoramiento de las condiciones de vida de sus familias y de su
comunidad.El programa inició operaciones en enero del 2002. Desde entonces y
hasta el 15 de noviembre de 2005, recibió 1,207 solicitudes de financiamiento por
un monto de $99, 725,379.00.

Se autorizaron un total de 1,070 proyectos por un monto de $81, 517,363.00,


en el periodo que se indica. Asimismo, del total de solicitudes autorizadas, 590 co-
rrespondieron al programa de Mujeres Indígenas Campesinas por un monto de $48,
780,670.00 y 480 corresponden al programa de Jóvenes Campesinos por un monto
de 32, 736,693.00 pesos.

12
Procuraduría Agraria Nacional. Estadísticas Agrarias. 2005, México.

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Análisis y perspectiva…

Los proyectos autorizados a mujeres indígenas campesinas han generado 3,702


empleos, beneficiando a su vez a 20,095 integrantes de su familia. Respecto a jóve-
nes campesinos, han creado 2,896 empleos en beneficio de 17,964 miembros de sus
hogares. Los $81, 517,363.00 autorizados se han destinado para la inversión en las
siguientes ramas económicas: pecuaria, comercial, de servicios, industrial, artesanal,
agrícola, acuícola, agroindustrial, textil, turística y forestal”.13

Sin lugar a dudas que dichos programas intentaron recoger dos de los aspectos de
mayor complejidad en que se debate el problema agrario actual del país (2008), en
este tenor se encuentra la llamada feminización de las actividades agrícolas y como
veremos más adelante el abandono de las actividades rurales por parte de vastos
sectores de población rural joven que migra fundamentalmente a los EUA.

Ambos problemas se sitúan en un mismo horizonte el de la migración campesina.


En el caso de las mujeres como un proceso de separación del paterfamilias de su
región o inclusive como un fenómeno de abandono rural, con lo cual la mujer asume
la plena responsabilidad del patrimonio ejidal o comunal, pero las circunstancias
en que se ubican las mujeres en el campo mexicano y latinoamericano son aún más
complejas.

Al referirse al caso de la mujer campesina-indígena mexicana Gijón (2006: 4) señala:

“Así la mujer es madre, administra las remesas que recibe del esposo, mantiene
funcionando la unidad de producción familiar, es campesina, es artesana, jefa de
familia y representa al esposo ante el sistema de cargos (sistema de gobierno local
indígena). Como madre es además responsable de la reproducción de la cultura
(tradiciones y leyendas, idioma indígena, religión, fiestas patronales); como hija es
fuerza de trabajo doméstica y productiva; como mujer joven tiene dos opciones o
migra o reproduce su cultura e identidad en los lugares de destino, o permanece en
su comunidad, es responsable de conservar la identidad comunitaria.”

En un entorno tradicionalmente patriarcal, su jornada de trabajo es de más de doce


horas, dentro y fuera del hogar, para proporcionar alimentación y subsistencia a sus
familias, dedicadas a las labores del hogar, al cuidado y protección de los hijos – en
muchos casos, sin el apoyo de su pareja – elevada fecundidad en intervalos cortos y

13
Ibidem.

análisis del medio rural latinoamericano 53


Políticas públicas y economía

reproducción en edad avanzada son los patrones que prevalecen en el medio rural.
Estos perfiles reproductivos se asocian con mayores riesgos de morbi mortalidad para
madres e hijos, situación determinante para que las mujeres se incorporen o no, a
labores productivas (empleos remunerados) y condiciones que las vulneran todavía
más a las circunstancias de por sí adversas particularmente acentuadas en zonas donde
prevalece la pobreza. (Venosa: 2007: 81-82).

En contraste con este panorama de desventaja que viven las mujeres rurales
existe un importante movimiento de género femenino, del cual inclusive dan cuenta
los organismos internacionales, para el caso mexicano encontramos importantes
experiencias de lideresas comunitarias y de la ejecución de proyectos que refrendan
la labor comunitaria, así encontramos desde la oficialidad, que la Secretaría de la
Reforma Agraria, ha informado de resultados satisfactorios en el advenimiento del
llamado PROMUSAG.

Esta vindicación de los derechos de la mujer campesina e indígena trascienden aún


incluso en los propios referentes culturales de los pueblos , en cuyo caso, en el futuro
el problema relativo a determinados sistemas costumbristas indígenas o campesinos,
que limitan, ó marginan a las mujeres, bajo ciertos “patrones culturales” deberán de
ser reelaborados, ya que en algunos casos de la vida cotidiana indígena se traducen
estas circunstancias, como una microfísica del poder, hegemonizada por el hombre,
existiendo para la mujer una doble expoliación, la que compete a su condición social,
campesina-indígena, y aquella que controla el varón.

Según datos elaborados por el INEGI, (2005) encontramos que la población


femenina rural es de 12.3 millones de mexicanas, siendo uno de los sujetos agrarios
más pobres, excluidos y marginados de la sociedad mexicana, en lo concerniente al
analfabetismo es de aproximadamente del 7.7 % el cual es superior al que se presenta
en los hombres.

Finalmente distinguimos un problema primigenio para la mujer rural que es el


que corresponde a su posible condición de propietaria rural, ejidataria, o comu-
nera o pequeña propietaria, en este tenor la ley mexicana, y toda la estructura que
subyace en el modelo de derecho agrario le ha colocado, bajo la tónica patriarcal
que mencionábamos, en una gran desventaja frente a los derechos agrarios del
varón rural, si bien estas adecuaciones se podrían explicar desde la economía, la
sociología, la etnología, o la antropología, identificando a que patrones culturales,

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Análisis y perspectiva…

sociales e históricos corresponde la dependencia de la mujer y, sobre todo, el que


jurídicamente las féminas hayan sido marginadas o por lo menos, colocadas no de
manera primigenia en la posibilidad de constituirse en propietarias jurídicas de los
medios de producción.

Al respecto no dejan de guardar importancia los sistemas consuetudinarios de que


nos dotó el México prehispánico, en cuyo caso al subsistir una división natural del
trabajo, a la mujer le fueron asignadas actividades de la economía doméstica, mientras
que el varón, conjuntamente con los hijos se abocó a las labores agrícolas.

Regresando al régimen de propiedad relativo a las mujeres rurales, encontramos


que según datos del Registro Agrario Nacional, para el año 2007, existen 477,559
ejidatarias, lo que constituye un 19.8% del universo ejidal del país, por otro lado
tenemos 134,764 comuneras, 155,298 posesionarias y 345,491 avecindadas y según
la fuente citada encontramos que el espacio geográfico que ocupan se desglosa de
la siguiente manera:

Ejidatarias: 9, 770,197 hectáreas.


Comuneras: 896, 575 hectáreas.
Posesionarias: 689,061 hectáreas.

Cualitativamente ubicamos que la mayoría de estas superficies agrarias corres-


ponden a tierras de mala calidad, que son las de uso común, situándose en un 62%,
mientras que la tierra parcelada apenas es aproximadamente el 37%, finalmente
tenemos que el total de mujeres que hasta 2007 contaba con un certificado o título
parcelario que avalara su propiedad es de 767.621 mujeres.14

Mas allá de la vertiente histórica y sociológica que colocó a la mujer rural bajo
una condición de dependencia en el marco de las economías campesinas y capita-
listas, las contradicciones actuales en que se ubican dichos sujetos agrarios están
demandando cambios profundos no sólo en la estructura agraria y agrícola del país,
es decir no tan sólo como un factor de economía, sino que se trata de un problema
integral de las nuevas acepciones que a nivel regional e inclusive latinoamericano
se le brinden a la mujer rural.

Procuraduría Agraria. Dirección General de Estudios y publicaciones, a partir de la base de datos del Registro Agrario
14

Nacional (RAN), Mayo de 2007.

análisis del medio rural latinoamericano 55


Políticas públicas y economía

Pero además entendemos el problema en cuestión, como un fenómeno de empo-


deramiento al constituirse – la mujer - en “sujeto de su propia historia”, de ahí que los
programas diseñados por el gobierno en turno, en ocasiones de carácter coyuntural,
obedeciendo más a procesos socio políticos (elecciones), que a factores de carácter
estructural, deben de trascender en políticas integrales de carácter nacional, que
establezcan, entre otros aspectos, el devenir de la mujer campesina, al respecto los
organismos internacionales han considerado de igual manera la complejidad de este
problema15, contexto en el cual las mujeres rurales tendrán su propia definición.

Por su parte, el otro programa diseñado por el Foxismo denominado, Fondo de


Tierras e Instalación del Joven Emprendedor Rural, (FTJER) correspondió al pro-
blema del crecimiento demográfico con sus consecuentes secuelas para los jóvenes
en edad de trabajar que no cuentan con alternativas socioeconómicas y como refe-
ríamos determina en buena medida la pauperización rural y en su caso intensifica el
problema migratorio.

El supuesto del que parte el Estado es el de promover aparentemente el relevo


generacional en el campo, en virtud de que como se sabe, existe un importante en-
vejecimiento de la población rural.

“La edad promedio de los ejidatarios es de 57.4 años. Al desagregar la informa-


ción por grupos de edad tenemos que 65.9% supera los 50 años y 34.5% tiene más
de 65 años.

Si desagregamos la información por género, vemos que hay una proporción


mayor de mujeres de edad avanzada, pues 73.9% rebasa los 50 años y 43.8% tiene
más de 65; para los hombres los porcentajes son 63.9 y 32.2%, respectivamente. Ya
que una parte importante de los ejidatarios se encuentra cerca de la fase final de su

15
Entre otros la FAO en sus proyecciones 2006-2012 señala: “Aumento de la capacidad para integrar las cuestiones de
género en el programa de trabajo ordinario y los proyectos de la FAO y para su supervisión y evaluación. Esto comprende
la elaboración y difusión de mecanismos adecuados, como indicadores, instrumentos, metodología, directrices, datos y
análisis desglosados por géneros y sistemas de información en los que se tengan en cuenta los aspectos de género; mejora
de la difusión de datos e información, en particular una página Web actualizada e interactiva; y elaboración de productos
con una perspectiva de género basados en la colaboración entre las dependencias de la FAO, relativos a aspectos como:
las mujeres y sus organizaciones en la ordenación sostenible de los recursos naturales, vegetales y animales; mejora de los
medios de subsistencia y las oportunidades de ingresos de los pequeños agricultores; fomento de las tecnologías que reducen
la necesidad de mano de obra; transferencia de conocimientos y tecnología; marcos reglamentarios y asesoramiento sobre
políticas orientados al género, incluidos los documentos de estrategia de lucha contra la pobreza (DELP); gestión de los
conocimientos prácticos y preparación de productos financieros rurales”. Cf. http://www.fao.org/corp/topics/en/, consulta
23 de Diciembre de 2008. 20:05 hrs.

56 textual
Análisis y perspectiva…

actividad productiva y probablemente muchos de ellos no han definido la sucesión


de sus derechos, a corto plazo se podrían suscitar controversias para determinar a
quién le asiste la facultad para heredar los derechos agrarios.

Los posesionarios y avecindados son más jóvenes. Los primeros cuentan con una
edad promedio de 48.9 años y los segundos de 47.8 años, 8 y 10 años más jóvenes
que los ejidatarios, respectivamente. Estos dos grupos tienen vínculos familiares con
los ejidatarios de edad avanzada.16

Sin embargo ¿de que manera puede darse en el marco del régimen de propiedad
agraria dicho relevo generacional?, en el tenor de que el programa de referencia
corresponde en esencia a fomentar los proyectos productivos a corto y mediano
plazo y no a brindar – claramente - derechos agrarios a los jóvenes que en el campo
están demandado contar con medios de subsistencia, de manera tal, que no es viable
esgrimir el supuesto de la renovación generacional en el campo, cuando en los he-
chos el gobierno foxista y el actual, de Felipe Calderón, no tienen contemplado de
ninguna manera ceñirse a una política de reforma agraria a favor de estos núcleos
demandantes de tierras.

Con las contradicciones o limitaciones que ello representa el gobierno de Vicente


Fox a través del Fideicomiso del Fondo Nacional de Fomento Ejidal (FIFONAFE)17,
cuya forma relativizada de acceder a la tierra por parte de los jóvenes es vía la com-

16
Dirección General de Estudios y Publicaciones de la Procuraduría Agraria, con información del Registro Agrario Nacional,
y del 31 de mayo de 2007, México”.
17
Con antecedentes que datan del año de 1959, que fue creado el Fondo de Fomento Ejidal. “El Fideicomiso Fondo Nacional de
Fomento Ejidal (FIFONAFE) es un fideicomiso público auxiliar del Ejecutivo Federal, agrupado dentro de la Administración
Pública Paraestatal, sectorizado en la Secretaría de la Reforma Agraria y que cuenta con autonomía financiera. Algunas de
sus principales atribuciones son la captación y administración—hasta su entrega y comprobación—, de los Fondos comunes.
Éstos son recursos depositados en favor de los núcleos agrarios y/o de ejidatarios o comuneros, derivados de los pagos de
indemnizaciones por expropiaciones de sus tierras u ocupaciones previas, así como los generados por el aprovechamiento
de los recursos naturales de los núcleos u otros recursos que libremente hayan decidido depositar en el Fideicomiso. Por
otro lado, el FIFONAFE es la única institución del Gobierno Federal que lleva a cabo, por ley, la supervisión de los decretos
expropiatorios realizados sobre tierras de propiedad social (de ejidos y comunidades), para verificar que se cumpla con la
causa de utilidad pública invocada como objeto de la afectación. De lo anterior se desprende la acción de reversión, que es
la acción jurídica que se tramita ante los Tribunales Unitarios Agrarios, cuando las tierras expropiadas a los núcleos agrarios
son destinadas a un fin distinto al señalado en el decreto expropiatorio, o si transcurrido un plazo de cinco años contados a
partir de la publicación de dicho decreto en el Diario Oficial de la Federación, los beneficiarios de la expropiación no dan
cumplimiento a la causa de utilidad pública. La acción de reversión tiene el efecto de regresar las tierras afectadas al núcleo
agrario o incorporarlas al patrimonio del Fideicomiso, según sea el caso.
Tanto la supervisión de la causa de utilidad pública como el ejercicio de la acción de reversión, constituyen dos de las respon-
sabilidades fundamentales conferidas al Fideicomiso”. Cf. Luis Bernardo Nava. “FIFONAFE: historia, retos y perspectivas”,
en Estudios agrarios. Procuraduría Agraria Nacional. No 30. Septiembre – Diciembre de 2005.

análisis del medio rural latinoamericano 57


Políticas públicas y economía

praventa de parcelas o en su caso el arrendamiento, aspectos que contravienen el


otrora sentido social del derecho agrario, en el ámbito reivindicatorio de tierras.

¿O es que acaso el Estado mexicano ignora que más de 10 millones de ciudadanos


rurales no cuentan con ningún tipo de ingreso y que casi 9 millones no reciben ni
siquiera un salario mínimo?18 ¿De que manera esta “nueva generación de empren-
dedores rurales” podrá comprar dichas unidades de producción rural, o en su caso,
arrendarlas?

Al decir del gobierno foxista: “El acceso a la tierra (a través de la adquisición


o arrendamiento de derechos parcelarios), se inicia a finales del año 2004, la SRA
otorgó un mandato para que el Fideicomiso (FIFONAFE) opere el componente Fon-
do de Tierras del Programa denominado Fondo de Tierras e Instalación del Joven
Emprendedor Rural. Este programa otorga capacitación a los jóvenes campesinos
para que cuenten con los conocimientos necesarios para desarrollar y emprender
una actividad productiva. Esta capacitación se imparte bajo el modelo de aprender
haciendo (learning by doing, en inglés), en el cual los jóvenes son capacitados a la
vez que realizan el proyecto con sus propias manos. Esta fase de capacitación la lle-
va a cabo la Secretaría de la Reforma Agraria y corresponde al Joven Emprendedor
Rural. Los jóvenes que hayan acreditado satisfactoriamente el curso de capacitación,
podrán presentar una solicitud de financiamiento para:

• Proyecto productivo.
• Asistencia técnica”.19

Una gran proporción de dichos financiamientos deberán pagarla o reintegrarla


los jóvenes al FIFONAFE, con una tasa de interés muy baja y a largo plazo, para
que con estas recuperaciones se puedan seguir apoyando a otros jóvenes en el futuro
y el programa pueda tener una mayor permanencia.

Sin embargo, el problema es aún más profundo, en la ejecución de este programa


encontramos que el Fondo de tierras procede de aquellas superficies que se recuperan

18
Informe. Facultad de Economía UNAM. Situación del campo en México; pobreza marginación, explotación y exclusión,
UNAM. México 2006.
19
Procuraduría Agraria Nacional.Dirección General de Estudios y publicaciones, a partir de la base de datos del Registro
Agrario Nacional (RAN), Mayo de 2007.

58 textual
Análisis y perspectiva…

vía proceso expropiatorio de diversos ejidos y de su concomitante regularización y


cuyos pagos se incorporan al fondo económico del FIFONAFE. Y, por otro lado, a
partir de la figura jurídica de la reversión que conforme a la Ley de la materia esta-
blece que aquellos bienes agrarios que habiendo sido expropiados no cumplan en
un término de cinco años con el objeto, motivo o fin, por el cual fue ejecutada dicha
expropiación, siendo reincorporados dichos bienes agrarios al peculio del FIFONAFE
para que se apliquen los objetivos y metas trazadas.

¿De qué manera se puede justificar que los bienes ejidales que han formado parte
de los procesos expropiatorios agrarios, deberán de ser vendidos o rentados ahora, a
los jóvenes hijos y nietos, en muchos casos de los propios ejidatarios?

Dadas las evidentes contradicciones en que se sitúa este programa, así como el
FIFONAFE, observamos su cada vez, más deteriorada aplicación, valga señalar que
de los más de 31,000 ejidos existentes sólamente formaban parte para el año 2006,
alrededor de 3 000 ejidos.

II. Mercado de tierras, el PROCEDE, PROCECOM y PISO.

El mercado de tierras20 en el esquema neoliberal, se define a partir de las reformas


salinistas del año 1992 al artículo 27 constitucional, cuyo énfasis fue el de incorporar a
determinadas áreas del ejido a su posible venta. El problema que guarda este prototipo
de mercado es el de inducir o provocar la venta, bajo una lógica de pauperización,
es decir, dadas las expectativas de los ejidatarios que viven en la marginalidad y
pobreza se esperaba “casi de manera automática y masiva”, la venta de parcelas y
lotes en las otrora zonas urbanas de los ejidos. Curiosamente los factores culturales
y socioeconómicos imperantes, determinaron que los resultados que esperaban las
transnacionales y el Estado no emergieran. Al respecto diversos investigadores han

20
En el contexto del capitalismo mexicano, el fenómeno se ha encontrado omnipresente, prácticamente durante todo el siglo
XX y lo que va del siglo actual, guardando coyunturas de auge, como así aconteció en los periodos del presidente Miguel
Alemán, Carlos Salinas y los dos gobiernos panistas de la actualidad. Si bien el mercado de tierras, no tan sólo se ha mani-
festado a través de las políticas del Estado, su concreción ha sido aplicada fundamentalmente en relación a su devenir.
En ocasiones la importante influencia de los Oligopolios, o los factores que influyen a nivel internacional han jugado un
papel importante para inducir dicho mercado, ya sea de manera abierta o “indirecta”, las transnacionales le han favorecido.
Pero también el fenómeno se ha reproducido en el marco de las economías campesinas, aún incluso cuando la otrora Ley
de Reforma Agraria y el Artículo 27 constitucional, establecían a la naturaleza jurídica del ejido y la comunidad como
inalienable. Por ejemplo, hasta antes de la reforma al artículo de referencia era conocida la transmisión de derechos ejidales
sobre todo en tierras de riego.

análisis del medio rural latinoamericano 59


Políticas públicas y economía

documentado la expresión limitada que ha guardado dicha política del gobierno


(Robles: 2000; Concheiro: 2001; Harvey; 2004).

“En México los mercados de tierras por sí solos tienden a ser altamente imper-
fectos, en términos de la economía neoclásica, pero también porque reflejan una
profunda desigualdad e ineficiente distribución de la riqueza, los recursos y las
oportunidades. No puede existir un pleno desarrollo de estos mercados sin regular y
vigilar que los mecanismos de las transacciones de tierra tengan un carácter social
redistributivo.”21.

Más allá de los afanes neoliberales, encontramos que la nueva etapa de “lega-
lización” de la propiedad, vía programas oficiales en materia de reordenamiento y
certificación de la propiedad, aunado al problema del crecimiento demográfico rural,
con la consabida presión que ha determinado para el patrimonio ejidal y comunal,
y por otro lado, los patrones de reproducción cultural indígena, en donde conforme
ciertos usos y costumbres reconocidos para los pueblos indígenas de México, fa-
vorecieron un relativo impulso, digamos interno o endógeno al mercado de tierras,
tanto ejidal, como comunal.

De ahí que, como indica Concheiro (2001; 18), bajo el estudio de caso de diversos
ejidos del país se ha dado una parcelación de las unidades de producción campesina
en extremo.

Conforme a una muestra aleatoria que desarrolló Robles: (2000:32), encontramos


que el mercado de tierras inducido fue mínimo, ya que se calcula que del total de ventas
subsistentes en ejidos y comunidades sólo el 5%, se verificó a partir de las reformas
y sus consecuentes adecuaciones reglamentarias al artículo 27 constitucional.

Volviendo a la continuidad de los programas que han permitido – relativamente - la


realización del mercadeo de tierras y de los cuales les dio continuidad el gobierno de
Fox estos fueron: El Programa de Certificación de Derechos Ejidales, (PROCEDE),
su similar en los Bienes comunales, denominado de Certificación de Bienes Comu-
nales (PROCECOM) y el Programa de Incorporación de Suelo Social al Desarrollo

21
Con el objeto de identificar las complejidades en que se enmarcan los mercados de tierras es interesante consultar el
estudio de Roberto Diego, et al. “Reflexiones sobre una propuesta de política pública para el desarrollo rural: el mercado
campesino de tierras”. En Concheiro Luciano Una perspectiva campesina del mercado de tierras. UAM Xochimilco, 2001,
pp., 333-334.

60 textual
Análisis y perspectiva…

Urbano, (PISO) si bien de cuño neoliberal, fueron heredados por el foxismo en virtud
de la política promovida por el Banco Mundial en toda América Latina, teniendo
como epicentro la regularización de la tenencia de la tierra, aspecto que permitirá
impulsar el mercado de tierras. En este contexto el Plan Nacional de Desarrollo del
presidente Fox mantuvo a los multicitados programas, aspecto al que habría que
agregar el fuerte impulso a las expropiaciones agrarias, como una vía más directa y
“sin simulaciones”, (que como veremos tendrá como justificación aparentes causas
de utilidad pública, pero que en los hechos se manifiesta como la utilización de este
recurso administrativo de manera indiscriminada) para incorporar bienes agrarios
ejidales y comunales al crecimiento capitalista.

Mientras que el gobierno de Carlos Salinas auguró desde el inicio del PROCEDE,
una expedita y pronta regularización de la tenencia de la tierra, encontramos que
después de más de tres lustros que se han intentado ordenar las demarcaciones de los
pueblos y comunidades y aún no se ha concluido. Inclusive en algunas regiones los
problemas, que ha suscitado el “citado ordenamiento” ha derivado en el agravamiento
de los derechos agrarios de ciertas comunidades o ejidos. Las contradicciones deriva-
das de estos programas reclaman su ajuste en cuyo caso debe prevalecer la voluntad
de quienes guían los planes y programas de gobierno en la prospectiva de pueblos
y comunidades que requieren de un cambio estructural y en el que, por supuesto, su
opinión debe ser tomada en consideración. Fundamentalmente nos referimos a los
centenares de ejidos y comunidades que han manifestado su rotunda oposición a que
sean ejecutadas este tipo de políticas.

La certificación de las tierras y los ejidos y comunidades vía PROCEDE y su va-


riante PROCECOM, constituye una privatización, al decir de Isaías Rivera, Procurador
Agrario foxista: “Con la reforma al artículo 27 constitucional, la expedición de la
Ley agraria y la instrumentación del PROCEDE, las tierras ejidales y comunales se
incorporaron al mercado de tierras mediante diversos mecanismos, será a través de la
celebración de contratos, de enajenación de derechos ejidales (cesión, compraventa,
donación) o mediante la aportación de tierras de uso común que realizan los ejidos,
comunidades a sociedades civiles o mercantiles”. Ante este escenario el Segundo
Encuentro Nacional por la defensa de la tierra y el Territorio celebrado entre el 14
y el 16 de Julio de 2006, en la comunidad autónoma de Zirahuén, Michoacán, se
pronunció tajante contra los programas PROCEDE y PROCECOM, y remarcó que
obedecen a la política neoliberal para el campo pretendiendo la privatización de la
propiedad social indígena y campesina, para ello el gobierno mexicano ha incurrido en

análisis del medio rural latinoamericano 61


Políticas públicas y economía

actos ilegales, engaños, presiones, amenazas represión e incluso asesinatos, además de


condicionar obras, servicios y otros programas gubernamentales (Vera; 2006: 7).

Desde la óptica institucional los Programas PROCEDE y PROCECOM, se enmar-


can en una gran complejidad que vinculó a diversas instancias tanto financieras a nivel
internacional, como el FMI y el Banco Mundial, que en parte brindaron importantes
recursos para su procesamiento, en tanto que de México intervinieron la Secretaría de la
Reforma Agraria, el Registro Agrario Nacional, la Procuraduría Agraria y el organismo
que cumplió las actividades más complicadas de dichos programas lo cual correspondió
al Instituto Nacional de Geografía Estadística e Informática (INEGI), por cuanto que
ejecutó el trabajo técnico de delimitación de las áreas geográficas, sus colindancias, así
como las superficies agrarias que vienen ocupando los ejidos y comunidades.

Mientras que la ley y su reglamentación advertían el carácter voluntario, gratuito


y de aceptación previa, de las asambleas generales, de los ejidos y comunidades, de
dichos programas, en muchos casos el Estado no cumplió estos cometidos, violen-
tando su aplicación.

Quizás ahora para el INEGI, le queda claro que más allá de establecer aspectos
técnicos, de medición y delimitación del régimen de propiedad agrario de México,
existen aspectos muy complejos que están determinando la estructura agraria del país.
En este ámbito encontramos que aún sin haber concluido, Vicente Fox Quezada de-
cretó en el año 2006 el cierre de dichos programas.22 (PROCEDE, PROCECOM)

Otro de los programas que diera continuidad el foxismo fue el relativo a la incor-
poración de tierras ejidales y comunales al desarrollo urbano, por sus siglas dicho
programa fue conocido como PISO.

Este programa que data de la última fase del gobierno de Ernesto Zedillo, fue creado
conforme a decreto del 26 de marzo de 1999, su énfasis es contrario a los afanes de la
FAO, que contrario sensu al despoblamiento rural ha planteado fomentar el arraigo de
las familias campesinas y de la población del campo, a través de establecer políticas

22
“Finalmente, el efecto más relevante del propio proceso del PROCEDE ha sido el incremento del número de ejidatarios…
con la consiguiente agudización del microfundismo. Este efecto de la certificación se ha dado fundamentalmente por dos
procesos: el interés de los ejidatarios por regularizar ventas y cesiones parciales de tierra, básicamente a favor de parientes,
hijos de ejidatarios y avecindados y, por otra parte, como una forma de legitimar despojos de tierras por parte de funcionarios
y actores externos, integrantes del poder económico y político regional y nacional”. Concheiro, op. Cit., p.8.

62 textual
Análisis y perspectiva…

integrales de desarrollo rural. El Estado mexicano adopta este plan a partir de – insistimos
– la óptica neoliberal, que persevera en el diseño de políticas que están intensificando
el despoblamiento rural latinoamericano y consecuentemente el de nuestro país. Si bien
el caso mexicano es sui generis, habría que identificar en el marco de este programa
en qué medida las políticas del capitalismo salvaje que entre otros factores favorecen
el avance de mega urbes, con sus concomitantes resultados de avasallamiento de las
zonas rurales, como así acontece con ejidos que son “absorbidos” por el “desarrollo
urbano”, comunidades que han quedado demarcadas en el ámbito urbano, o simple-
mente de ejidos y comunidades que han sido expropiados de su patrimonio agrario,
para incorporarlo al “desarrollo urbano”, circunstancias que denotan el abandono del
campo y de su sometimiento a las políticas del devenir neoliberal.

El programa de incorporación de suelo social al desarrollo urbano (PISO), fue


concebido desde el Estado como: “Una estrategia de política pública diseñada por
las Secretarías de Desarrollo Social y Reforma Agraria para aplicarse a partir de un
esfuerzo de coordinación con gobiernos estatales y municipales. Su finalidad medular
consistió en inducir provisoriamente la incorporación ágil y concertada de suelo apto
de origen ejidal y comunal al desarrollo urbano mediante la constitución de bolsas
de suelo que permitió ofertarlo legalmente y en condiciones de justo beneficio para
núcleos y sujetos agrarios a instituciones públicas, privadas y sociales que desarrollan
proyectos de vivienda, desarrollo inmobiliario y equipamiento urbano”23

El contexto más amplio de PISO, se enmarcó en el Programa Nacional de De-


sarrollo de Vicente Fox, en materia de Ordenamiento del Territorio, por sus siglas,
PNDU, entre otros aspectos y como así lo auguraban los organismos de Estado dicho
instrumento de política pública dimensionaba que entre los años de 2001 – 2006,
el crecimiento poblacional estaría demandando cerca de 95 000 hectáreas de suelo
para vivienda y desarrollo que equivale a 1.3 veces la superficie que corresponde
a la Ciudad de México. Valga precisar que según las estadísticas gubernamentales
se calculaba que en el país existían hacia 2003, 1191 núcleos agrarios que se con-
sideraban de carácter urbano y 6194 que habían sido invadidos por asentamientos
irregulares y dos terceras partes de las tierras que circundan los polígonos urbanos
son de propiedad social. (Ramírez: 2007: 10).24
23
Cf. Ramírez Jesús. “Asentamientos irregulares en propiedad social. Revisión de alternativas para su prevención y solución”.
En Estudios Agrarios. No 36. Procuraduría Agraria Nacional, México, septiembre – diciembre de 2007, p., 21.
En términos más amplios, encontramos que las metas programadas para el PISO, derivaron de la proyección de requeri-
24

mientos de suelo prevista en el PNDU. De conformidad con este instrumento de planeación, el país requirió incorporar al

análisis del medio rural latinoamericano 63


Políticas públicas y economía

Bajo estos supuestos se colocó el advenimiento de PISO, en cuya dimensión


habrá que precisar que fue vía el recurso de expropiación que fueron afectados di-
versos ejidos y comunidades, cuyas superficies fueron regularizadas e incorporadas
al mercado, ya sea vía empresas inmobiliarias o el propio sector público. Aspecto
que favoreció otra de las dimensiones del mercado de tierras ejidal y comunal, val-
ga incluso precisar que este fenómeno dio al calce con la formación de Sociedades
ejidales inmobiliarias hoy ya desaparecidas (año 2008).

Finalmente es importante señalar que el mercado de tierras está teniendo auge


también en otros ámbitos como lo son el que corresponde al régimen de las Colonias
y de los llamados terrenos nacionales.

III. Plan Puebla Panamá, (algunos aspectos).

En el marco de las políticas generales e internacionales sustentadas por el gobierno


de Vicente Fox y que tuvieron manifestaciones en la estructura agraria encontramos
al Plan Puebla Panamá, cuyo énfasis establece la viabilidad de desarrollo y creci-
miento, digamos en los cánones del esquema neoliberal, del área centroamericana,
por parte de aquellos países y regiones que en su caso fueron parte de dicho Plan,
(Belice, Colombia. Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y
Panamá; y también, los estados del Sur-Sureste de México: Campeche, Chiapas,
Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán). Si bien dicho
instrumento de política pública guarda diversas vertientes, la más importante es la
que corresponde en la reducción del proceso migratorio hacia los EUA, a través de
la generación de inversiones, en cuyo caso el FMI, está brindando apoyos financieros
de envergadura, por supuesto que para los fines aquí desarrollados nos interesa de
manera particular dimensionar algunos aspectos que se relacionan con la estructura
agraria y el problema agrario nacional.25
año 2000, tan sólo en las cuatro zonas metropolitanas y las 116 localidades medias, incluidas en el Programa 100 ciudades,
aproximadamente 150 mil hectáreas de suelo libre para satisfacer sus necesidades de vivienda, equipamiento urbano y desa-
rrollo regional, de los cuales dos terceras partes correspondieron, en promedio, a suelo propiedad de ejidos y comunidades
contiguo a los centros de población. Cf. Ibídem, p.22.
25 En este ámbito Aguilera nos da una perspectiva del problema en cuestión: “El Presidente ha dicho de manera general que el
plan contempla el desarrollo de una zona económica que incluye desde la ciudad de Puebla hasta la de Panamá, el eje central estará
sostenido en el desarrollo del Istmo de Tehuantepec, que unirá por carretera y vía férrea a Coatzacoalcos y Salina Cruz, ¿Por que
hacer esta vía de comunicación?, debemos considerar que los EEUU perdieron el dominio del canal de Panamá y dadas las pre-
carias condiciones económicas de ese país y el TLC de América del norte, hace no solo viable sino estratégicamente imperioso la
comunicación Golfo – Pacifico. Puebla-Panamá viene a ser el reflotamiento del proyecto “canal seco” para la zona de Tehuantepec.

64 textual
Análisis y perspectiva…

De igual manera , el denominado Plan Puebla Panamá, diseñado por el foxismo,


que entre otros aspectos ha plasmado un importante proceso de expropiaciones de
ejidos y comunidades campesinas e indígenas, aspecto que se reproduce, entre otros,
con la creación de diversas obras de infraestructura, como el otrora proyecto hidro-
eléctrico de Tetelcingo, que en su momento fuese cuestionado por el Consejo 500
Años de Resistencia Indígena, del Estado de Guerrero y en la actualidad el Proyecto de
construcción de la Presa la Parota, cuya viabilidad ha sido severamente cuestionada,
por diversas organizaciones, pueblos y comunidades. Resulta ilustrativo para quienes
pretenden ser afectados, casos como el de la denominada Presa el Gallo que se inició
en 1985 afectando a los Ejidos Hacienda los Cuajes, Amilpillas, La Playa y anexos,
Pungarancho, Arroyo Grande La Cañada, el Pinzán, el Tepehuaje, del Municipio de
Cutzamala de Pinzón, en el estado de Guerrero y que hasta hoy mantienen controversia
ante la Comisión Nacional del Agua, en virtud del incumplimiento del decreto de
afectación agraria. Es decir el gobierno no cumplió con sus compromisos.

En esta prospectiva el Plan de referencia no deja de ser de igual manera una forma
alternativa para la inversión extranjera cuyo fundamento radica en la apropiación
de recursos estratégicos, como lo son el agua, las selvas y los bosques, entre otros.
Si bien en la coyuntura del gobierno de Felipe Calderón, este Plan ha cambiado de
denominación, su perfil – neoliberal - se mantiene, como veremos más adelante con
ciertas adaptaciones, hoy se llama Plan Mesoamérica e integra a diez Estados.

IV. Programa focos rojos.

En el marco del rezago agrario mexicano Vicente Fox, aplicó el denominado.


Programa de Atención a Focos Rojos (PAFR). Este proceso de rezago debe de ser
comprendido como el aletargamiento de los casos agrarios (hoy algunos de ellos

Un segundo punto es el programa denominado Corredor Biológico Multinacional de Mesoamérica financiado por el Banco
Mundial Esto se interpreta como la accesibilidad que otorga esta institución a las empresas transnacionales (Dupont, Pulsar,
Monsanto, Novartis, Bayer, Diversa y otras en diferentes giros como Shell, Texaco...), las cuales están desde hace más de
diez años en disputa por la biodiversidad y el agua. El agua es un punto estratégico convertida en botín. Sigue la apropiación
del genoma de las selvas, como el caso de los Chimalapas, que es un objetivo a cubrir en el corto plazo en virtud del futuro
de la investigación biotecnológica, y que es convertida y patentada en alimentos y medicamentos. esto es ya un crimen a la
humanidad puesto que nadie es o debería ser dueño de los genomas. En el sureste mexicano y las selvas de Guatemala, el
petróleo, uranio, minerales, recursos genéticos de las selvas húmedas y el agua, son recursos naturales en territorios indígenas,
lo que hace surgir algunas interrogantes, ¿qué hacer con los indios? ¿qué hacer con la rebelión indígena? ¿Cómo juega su
“solución” en el Proyecto Puebla-Panamá?” Cf. Aguilera José. “El Plan Puebla Panamá, Mito económico” en Web: http://
www.geocities.com/investigaccion_rural/ppp/articulos/mitoppp.htm

análisis del medio rural latinoamericano 65


Políticas públicas y economía

como litigios, a través de los tribunales) no como un fenómeno atribuible, tan sólo,
a los sujetos agrarios, sino a quienes se les ha conferido cumplir con la función ju-
risdiccional agraria. ¿De que manera comprender que ciertos casos de los Estados
de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz o Puebla, entre otros, en los que no sólo
se han perdido cosechas y recursos naturales (y en los que han existido centenares
de enfrentamientos, incluso armados), sino inclusive centenares de vidas humanas,
el gobierno de la República, no haya brindado alternativas a más de seis décadas
de que se originaron? ¿Es que acaso la idea inconfesable de mantener en ocasiones
la confrontación entre los mismos pueblos, ejidos y comunidades pudiese ser una
estrategia razonada de quienes han detentado el poder? Ello no obstante de que
como se intuye, estos conflictos agrarios en ocasiones surgen de la confrontación de
terratenientes y latifundistas que han despojado sus bienes agrarios a los pueblos,
ejidos y comunidades.

Este Programa del gobierno foxista inició en el año 2003, la SRA con el objetivo
de resolver conflictos que tienen como causa principal la disputa por la posesión de
tierras. “Se caracterizan por su larga duración, en promedio 40 años; han derivado
en hechos violentos, afectan el medio ambiente, limitan el desarrollo y amenazan
el tejido social. Los Focos Rojos (FR) se originan generalmente en el proceso de
reparto agrario; en ocasiones se entregó la misma tierra a dos o más grupos; las im-
precisiones en los trabajos de medición y la corrupción contribuyeron al surgimiento
de controversias por la tierra”. (Salazar Adame, F. 2006:3).

Mientras que en diversas épocas el origen del problema de la conflictividad agraria


de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas se intentó explicar en virtud de
la carencia de medios técnicos para delimitar debidamente las superficies agrarias,
lo que también constituye una verdad relativa, existen evidencias acerca del carácter
predatorio, del advenimiento capitalista en los territorios indígenas y campesinos que
obligó a transformar los espacios geográficos de dichas poblaciones. De manera que
diversos “encimamientos territoriales” no obedecen sino al estilo de “desarrollo” y
crecimiento establecido, y respecto del cual el “Estado moderno” de ninguna manera
podría eximirse de su responsabilidad.

Cuando el Gobierno del Presidente Fox desarrolló la política agraria denominada


de Focos rojos cuyo fundamento radica en la creación de una política agraria ten-
diente a resolver, entre otros conflictos, los existentes entre pueblos y comunidades
indígenas, que provienen desde la conquista, o son de origen decimonónico, está

66 textual
Análisis y perspectiva…

considerando, más allá de su papel de interlocutor en el conflicto, la responsabilidad


y fundamentalmente el acto que con justicia debe de permear a contradicciones que
no siempre han sido producto del entorno indígena.

El fenómeno en cuestión da cuenta de la incapacidad y falta de voluntad de los


regímenes, fundamentalmente priístas, por resolver un problema social, en el que
indudablemente las propias autoridades tienen determinada responsabilidad. El pro-
blema en cuestión ha sido documentado por diversos autores, en donde los conflictos
agrarios se sitúan en ocasiones como controversias entre los pueblos, cuando en los
hechos las autoridades agrarias, fueron incapaces de afectar determinados latifundios,
los cuales se sabe no son sino resultado del mismo proceso, como fenómenos de
desconocimiento de los derechos agrarios, de los pueblos indígenas y campesinos.

La vía que adoptó el gobierno foxista fue el de la compra de tierras, generalmente a


particulares, con el objeto de resarcir los derechos a las poblaciones en disputa, o en su
defecto se dio el proceso inverso a partir de pagar sus propiedades ejidales o comunales
a los campesinos y ejidatarios, con el objeto de resolver dichos conflictos agrarios.

En el año 2003, se detectó que existían conflictos que tenían una antigüedad
promedio de 40 años y que ponían en serio riesgo la paz y la estabilidad social de
las regiones en los que se encontraban. Al respecto, el Presidente de la República
ordenó la instrumentación de un programa que atendiera y solucionara esos conflictos
de manera definitiva, dicha estrategia se denominó “Focos rojos”. Así, la detección
de estos conflictos dio margen a conocer respecto de catorce “Focos Rojos” que se
ubicaban en once entidades federativas y que, en total, involucraban 288 conflictos
individuales.

Al decir de la versión oficial encontramos que : “El resultado del trabajo y el


esfuerzo permanente en la conciliación en el lugar mismo del conflicto, permitió que
en el poco tiempo de operación de este programa, ya se hayan resuelto diez de los
focos rojos con la solución de trece conflictos y un Foco Rojo resuelto parcialmente
con la solución de dos conflictos, brindando seguridad Jurídica a 95,825 hectáreas
localizadas en nueve estados de la República, en la que habitan 43,404 comuneros
y ejidatarios” (Salazar Adame, F. 2006:4).

“El éxito de esta estrategia generó la aparición de otra que se enfocó a la atención
a conflictos que se caracterizan por tener una antigüedad de doce años en promedio y

análisis del medio rural latinoamericano 67


Políticas públicas y economía

que aunque no representan un riesgo tan alto como el de los Focos Rojos para la go-
bernabilidad de las regiones en que se localizan, es muy importante que sean atendidos
para evitar que, con el paso del tiempo, su complejidad aumente y puedan provocar
los mismos efectos perversos que aquellos. Estos conflictos se denominaron Focos
amarillos. Del diagnóstico realizado, se localizó la existencia de 364 Focos amarillos,
ubicados en 25 estados de la República, que afectaban una superficie de 450,000 hec-
táreas en el año 2004, empero, gracias a las acciones conciliatorias se ha logrado la
solución definitiva de 171 de ellos. Esto brindó seguridad jurídica a campesinos que
habitan una superficie de 102,279 hectáreas, lo que indudablemente coadyuvará en
la construcción de un campo mucho más justo y con mayores oportunidades para sus
habitantes, además de reducir el universo de este tipo de conflictividad a 193 conflictos
pendientes que afectan una superficie aproximada de 348,022 hectáreas.”26

Sin embargo se ha detectado, como así ocurre por ejemplo en el estado de Gue-
rrero27, que no obstante los convenios que se han llegado a signar por los pueblos
en disputa los conflictos agrarios se mantienen, aspecto que explica los profundos
significados históricos de los problemas en cuestión.

Conclusiones

En el espacio que compete a las relaciones de propiedad en el campo, el paradigma


globalizador no ha dejado de guiar su curso de saqueo y depredación de las econo-

26
Adame. Op.cit. p. 7.
27
En el municipio de Acatepec, en 1957 el otrora Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (DAAC), reconoció su
plano definitivo, sin embargo, han subsistido problemas con Zapotitlán Tablas, que se presume “invadieron” una porción de
835 hectáreas, correspondiente a Ixtlahuazaca. Resuelto conforme a decreto conciliatorio de diciembre de 2003 el cual no fue
cumplido. El gobierno foxista estableció en Julio de 2006 un aparente nuevo convenio, sin embargo, después de haber pagado
del Fideicomiso gubernamental (FIFONAFE) 18 millones de pesos es perceptible que aún subsiste la controversia.
Conflicto por límites y superficie, entre las comunidades del Capulín y Moyotepec, conflicto de 120 años.
Conflicto agrario de más de 130 años entre Tlacoapa y Ocoapa. En 1883 firmaron un convenio para definir como se medirían
las tierras. La superficie en conflicto siempre ha estado en manos de Tlacoapa. Está controversia es por límites y deriva de
la resolución presidencial de Ocoapa y su ejecución. La superficie en controversia es de 456 hectáreas.
Conflicto de límites entre la comunidad de Oapan y San Miguel Tecuiciapan, se menciona en el expediente agrario que
conforme a los trabajos técnicos informativos existe una diferencia entre ambas comunidades de aproximadamente 68
hectáreas, las cuales se ubican en el anexo denominado Analco que corresponde a Oapan.
Conflicto entre la Comunidad de San Pedro Cuitlapan del Municipio de Tlacoachistlahuaca confrontada con los ejidos el
Terrero Venado y San Jerónimo, del mismo municipio. Existe sobreposición de planos.
Conflicto de la comunidad de Ixcuinatoyac, del Municipio de Alcozauca de Guerrero (etnia mixteca), contraparte Petlacala,
del Municipio de San Martín Peras, del estado de Oaxaca. Existe sobre posición de planos. La SRA, aduce que el conflicto,
surge en relación con el uso de un manantial. Superficie en conflicto 500 hectáreas.

68 textual
Análisis y perspectiva…

mías campesinas e indígenas, en este tenor el gobierno presidido por Vicente Fox y
su versión actual a través de Felipe Calderón, han dado continuidad e impulso a la
orientación privatizadora de bienes que otrora correspondieron a los ejidos y comuni-
dades agrarias, aspectos que se ciñen a los afanes del financiamiento internacional.

Cuestión ineludible, en el marco de la crisis agraria, lo constituye el agravamiento


del impacto a los ecosistemas, de ahí que uno de los elementos significativos, no
tan sólo para su estudio y reflexión, sino como una fenomenología de emergencia
mundial, lo representa la cuestión ambiental, aspecto que para las nuevas genera-
ciones de abogados, y para todos aquellos que se ubican en el marco de las ciencias
sociales adquiere singular relevancia, no tan sólo como una dinámica de formación
profesionalizante, sino inclusive, como una toma de posición crítica y comprometida
con nuestra “aldea global”. Para nadie resultan desconocidos los impactos ecológicos
que han derivado, entre otras múltiples alteraciones, en los cambios climatológicos
derivados de la afectación a la capa de ozono que cubre a la tierra y de los cuales
potencias como los EUA, no han signado todos los convenios internacionales.

Así curiosamente, encontramos que los cánones que han matizado a la nueva
juridicidad agraria del actual periodo, se han trazado bajo la “moda neoliberal” de
bautizar como sustentable, a sus aplicaciones y proyecciones. Así las leyes son sus-
tentables, los proyectos son sustentables, toda la actividad depredadora en bosques,
selvas, mantos acuíferos, desarrollos mineros, turísticos y aún agro - industriales, son
sustentables. Se trata de inducir, desde los centros de poder, un discurso, ecologista
a ultranza, cuando en los hechos la catástrofe ambiental permean a todo el esquema
del crecimiento neoliberal. Al decir de Alejandro Toledo (2003), se trata de una
estrategia semiótica debidamente organizada y aplicada desde el poder, a través del
afianzamiento del control estructural, a partir de la lógica del discurso, que por un
lado, al aplicarse de manera fáctica, crea profundas e irreparables rupturas al medio
ambiente y por otro (con su juridicidad ambiental y sustentable) formaliza el supuesto
que “compensará los daños” de aquello que la naturaleza formó en miles de años; es
decir, explicarle (no obstante la debacle) las “bondades del desarrollo neoliberal” a
la sociedad civil, de ahí que todo este revestido de “sustentable”.

Esta simulación en materia ambiental se despliega también, en el diseño de las


políticas agrarias, en cuyo caso encontramos, los programas de “reordenamiento
territorial”, de los ejidos y comunidades (PROCEDE Y PROCECOM), heredados
por el foxismo, y hoy desaparecidos, los que simularon la “certificación agraria”,

análisis del medio rural latinoamericano 69


Políticas públicas y economía

a lo que el Estado denominó, “brindar la certeza jurídica a la propiedad agraria”,


lo que en los hechos se tradujo en la habilitación de un imperfecto mercado, en el
que también han sido incorporadas tierras de las otrora cooperativas, así como de
ciertos bienes nacionales, y de las colonias agrícolas, además de que se ha utilizado
indiscriminadamente a la expropiación para impulsar dicho mercado, digamos que
se trata de una versión postmoderna de la desamortización agraria, en el que los más
beneficiados son los grandes oligopolios. En esta óptica el Estado foxista, debió de
definir, sin ambages, que los decantados conceptos que aluden a la certificación y
certeza jurídica se fincaron en la política cuya piedra angular fue la del mercado
capitalista de tierras y que dadas las características históricas en que se desenvolvió
la propiedad rural de México no era factible su realización.

Mientras que durante otras coyunturas históricas la expropiación cumplió fines


sociales, quedando debidamente justificada la causa de utilidad pública, los gobier-
nos en turno utilizan este acto administrativo jurídico en detrimento de los derechos
agrarios de diversas comunidades y ejidos del país, aún incluso bajo la tesitura de
desarrollar - el Estado - supuestos proyectos inmobiliarios de desarrollo social, los
que a la larga han resultado en la constitución de flamantes fideicomisos turísticos,
en los que intervienen inclusive la banca extranjera y cuyos inmuebles se expenden
en millones de pesos, a través de la Secretaría de Turismo.

El problema de la feminización de las relaciones de producción rural, así como


el incremento de los jóvenes desempleados y sin tierras, constituyen dos de los más
importantes problemas analizados. Para el foxismo y el actual gobierno, en el marco
del problema agrario y hacia el cierre de la primer década del siglo XXI, los conflictos
de la mujer y de los jóvenes desempleados, son de “traza coyuntural”, para lo cual
existen tan sólo programas – eventuales – a los que calificamos de “clientelares” y cuyo
procesamiento se establece a la más vieja usanza priísta, con fines de corte electoral,
siendo que dichos programas no van al fondo del problema, por cuanto garantizar el
debido acceso a la tierra a dichos sujetos agrarios. En el fondo se trata de proyectos
productivos, cuyos créditos deberán de ser reincorporados al Estado.

Las contradicciones que representa el nuevo papel que se le está asignando a la


mujer rural, en ejidos, comunidades, colonias agrícolas, etcétera, advierten ciertos
problemas que van desde la pauperización, marginalidad, abandono de la familia, de-
terioro de la salud, etcétera, pero también, a “contra corriente” se ubica una importante
movilización y empoderamiento de género que busca reivindicar condiciones más

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Análisis y perspectiva…

dignas de ser vividas para ellas y su núcleo familiar. En diversos casos la condición
dignificada de la mujer nos ha mostrado que más que sentirse – cuando así ha acon-
tecido - como “abandonadas” por el varón, prefieren manifestarse como “viudas”,
como así constatamos, por ejemplo, en el Censo que levantamos en el Municipio de
Santa María Teopoxco (región náhuatl del estado de Oaxaca), evento que se ubica
principalmente con el hombre que migra a los EUA.

En el caso de los jóvenes rurales, mientras que el fenómeno migratorio se proyecta


como una variable determinante, dada la presión demográfica sobre sus lugares de
origen y su condición de desempleados, también se avizora, en el marco del desarrollo
endógeno, el imprescindible establecimiento de políticas distributivas en materia de
la propiedad agraria, con lo cual, ante los esquemas neoliberales de concentración
agraria, adquiere perfecta vigencia un nuevo impulso – integral – de la Reforma
Agraria, al tratarse de una política inacabada por parte del Estado y dada la imperiosa
necesidad de millones de mexicanos que requieren de un medio de sustento, advir-
tiendo en este tenor la importancia de las economías campesinas como una fórmula
de vindicación cultural y social y como una estructura alternativa en el desarrollo
rural de los pobres del campo.

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