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CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL SIDA

La anamnesis persigue los siguientes objetivos: a) identificar la fecha aproximada de la infección (transfusión, cuadro
clínico de seroconversión), ya que la progresión del sida es lenta en los primeros 2-4 años y aumenta de forma importante
a partir de los 5 años; b) conocer la conducta de riesgo del paciente (p. ej., drogadicción, homosexualidad), para
identificar precozmente los procesos específicos asociados (p. ej., enfermedades de transmisión sexual o infección por
virus de la hepatitis); c) si se conoce a la persona que ha causado la infección (p. ej., pinchazo con una aguja del personal
sanitario), debe investigarse si recibía tratamiento antirretrovírico, ya que puede haberse infectado por una cepa de HIV
resistente y ello puede cambiar el enfoque terapéutico; d) conocer el país de origen en los inmigrantes, las residencias
previas y los viajes que ha efectuado, su profesión, sus aficiones y el tipo de alimentación y si tiene animales domésticos,
con el fin de tener en cuenta los patógenos a que puede haber estado expuesto (p. ej., Histoplasma, Strongyloides,
Salmonella, T. gondii, etc.) y de darle recomendaciones para evitarlos; e) conocer las vacunaciones que ha recibido e
infecciones que ha tenido el paciente desde su infancia, ya que permitirá identificar procesos (p. ej., TBC, toxoplasmosis,
virus herpéticos) que pueden reactivarse en la infección por HIV-1 y, además, requerir profilaxis primaria; f) efectuar una
anamnesis detallada con el fin de saber si el paciente ha tenido o tiene infecciones relacionadas con el HIV-1 (p. ej.,
muguet) o diagnósticas de sida (p. ej., efectuar tests neuropsicológicos para el diagnóstico precoz de la demencia), con el
fin de efectuar un diagnóstico precoz y conocer el estadio clínico, y g) saber si existen antecedentes de alergia a fármacos
(p. ej., sulfamidas) que se utilizan con frecuencia.
LABORATORIOS:

Las pruebas de laboratorio para el diagnóstico de la infección por VIH deben siempre confirmarse.
Para el diagnóstico se recurre generalmente a dos pruebas; inicialmente se hace una prueba de
tamización inicial mediante una técnica de ELISA para detectar anticuerpos contra el virus, y si ésta da
positiva, se debe repetir. Si nuevamente da positiva, se procede a hacer una prueba confirmatoria, que
en nuestro medio usualmente consiste en un Western blot. La muestra que se utiliza para el diagnóstico
es casi siempre plasma o suero, pues a pesar de que como se mencionó antes, el VIH se puede detectar
en numerosas secreciones o fluidos corporales, en la sangre es donde se encuentra una mayor
concentración de componentes virales.
Recuento de poblaciones de linfocitos T

El recuento de las poblaciones de linfocitos se determina usualmente por citometría de flujo. Un recuento
de linfocitos CD4 menor de 500 células por μL, una relación CD4:CD8 menor de 1 y un recuento total de
linfocitos menor de 1.500 células por μL indica un pronóstico pobre para el paciente. El valor normal para
los linfocitos CD4 es entre 500 y 1.500 células por μL. Si se observan valores por debajo de 200 células
por μL en personas VIH-positivas asintomáticas, se recomienda comenzar terapia antirretroviral
preventiva. Sin embargo, se debe tener también en cuenta que el recuento de linfocitos CD4 puede
mostrar variabilidad en el mismo individuo, por ejemplo se sabe que hay variaciones diurnas de más de
100 células por μL y que hay factores que también inducen cambios en el recuento como son el ejercicio,
el consumo de licor, cafeína y el cigarrillo.
La PCR cuantitativa, también conocida como la prueba de carga viral, se considera altamente confiable para
quienes puedan haber estado expuestos al virus recientemente, particularmente en una situación de alto
riesgo. Si el virus estuviera presente, la PCR cuantitativa revelará la cantidad de virus en la sangre de una
persona (la carga viral). En la mayoría de los casos, la PCR cuantitativa es altamente precisa dentro de las 48
a 72 horas.

TRATAMIENTO:

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