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DIEGO NOVAK GOMEZ

QUINTO SEMESTRE
S5901-3

INVESTIGACION

¿Por qué existen la bebida gaseosa?

En relación a su consulta nos gustaría comentarle que el gas, en forma de dióxido de carbono, se
incorpora al agua dando lugar al agua carbonatada, que ha sido consumida de forma natural
durante siglos. El agua carbonatada refuerza el atractivo de muchas bebidas y aumenta la
sensación placentera de saciedad tanto de las bebidas refrescantes como de las aguas minerales
(aguas con gas, aguas con gas carbónico añadido, cerveza, cava, vino de aguja…).

Las bebidas con gas refrescan y si contienen más de un 80% de agua ayudan a mantener una
adecuada hidratación. Recuerda que hay bebidas con calorías y bajas en o sin calorías.

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¿Cómo se crearon las bebidas gaseosas?

A través de toda la historia, ya se conocía la existencia de aguas carbonatadas naturales


provenientes de fuentes volcánicas, las cuales eran muy apreciadas por sus propiedades
terapéuticas únicas. Su carácter efervescente o burbujeante, hacía que además de atractivas fueran
consideradas como tónicos naturales. Gracias a sus efectos relajantes para el estómago, se la solía
prescribir como tratamiento contra la indigestión o dispepsia, ya que además, no presentaba efectos
secundarios como otros medicamentos. El único problema era que su extracción y transporte desde
los manantiales de origen eran muy costosos.

Ya en el siglo XVII (años 1600s), se comercializaban bebidas refrescantes no carbonatadas, que


principalmente se trataban de mezclas de aguas con jugos cítricos como el limón y que eran
endulzadas con miel. En 1676 la Compañía de Limonadas de París obtuvo una licencia que le
permitió monopolizar el mercado de bebidas refrescantes a base de limón. Los vendedores solían
cargar tanques con esta limonada en sus espaldas y repartirla por las calles de París a transeúntes
sedientos.

Pero aún no existían las bebidas refrescantes carbonatadas y fue recién en 1767 que el británico
Joseph Priestley descubrió un método para infusionar agua con dióxido de carbono (CO2), cuando
colocó un recipiente con agua destilada por encima de otro con cerveza en fermentación en una
cervecería de la ciudad de Leeds. El dióxido de carbono desprendido de la levadura, se disolvía en
el agua destilada que se encontraba por encima. El resultado obtenido era un agua levemente
carbonatada, pero aún así fue suficiente como para saber que era posible carbonatar agua. En la
esquina superior izquierda de la imagen se muestra un ejemplo del experimento realizado por

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Priestley. Su invento del agua carbonatada, es el principal componente distintivo de las bebidas
refrescantes gaseosas. En 1772 publicó un libro titulado Impregnando agua con aire fijo,

El británico John Mervin Nooth perfeccionó la técnica de Priestley, al desarrollar un aparato que
gasificaba al agua, el cual fue vendido a farmacias para usos comerciales. En la misma década de
los años 1770s, el farmacéutico oriundo de la ciudad de Manchester, Thomas Henry, fue el primero
en vender esta agua carbonatada con fines medicinales.

En 1783, el alemán Johann Jacob Schweppe, desarrolló un proceso similar al de Prestley para
fabricar agua artificialmente carbonatada y fundó la Compañía Schweppes en Ginebra, Suiza. En
1792 se mudó a Londres pero su bebida no tuvo demasiada aceptación y terminó vendiendo su
empresa en 1799, aunque mantuvo su nombre, con el que esta bebida carbonatada es aún
conocida hoy. Luego, a partir de principios del siglo XIX (años 1800s), la bebida Schweppes fue
adquiriendo gradualmente una gran popularidad y hacia 1843 comercializaba agua mineral
proveniente del manantial de Malvern Hills (Sierras de Malvern ubicadas en la región británica de
los Midlands) y se convirtió en el proveedor oficial de agua mineral de la Familia Real Británica.

Pronto, hacia principios del siglo XIX (años 1800s), comenzaron a saborizarse las aguas
carbonatadas al ser mezcladas con jugos naturales y especias. La primera referencia sobre cerveza
de jengibre carbonatada es del año 1809.

En 1813, el británico Charles Plinth inventó una especie de envase sifón que permitía servir al agua
carbonatada o soda como también se la conocía, de una manera más fácil. En 1829 dos joyeros
parisinos, llamados Deleuze y Dutillet inventaron un sifón algo más avanzado, el cual permitía salir
al líquido mediante la presión interna del envase que era superior a la del entorno exterior. El sifón
moderno utilizado para aguas carbonatadas, como lo conocemos en la actualidad, recién fue
desarrollado en el año 1837 por el francés Antoine Perpigna.

En 1832 el inventor británico, John Mathews, creó un aparato que permitía carbonatar
artificialmente grandes cantidades de agua, suficiente como para poder ser vendida masivamente
en farmacias u otros comercios. Se trataba de la fuente de sodas y consistía en una cámara con
plomo, ácido sulfúrico y mármol pulverizado (carbonato de calcio) que al estar mezclados producían
dióxido de carbono (CO2) gaseoso. El gas era enviado a un tanque de agua fría donde se lo agitaba
por unos treinta minutos para disolver el gas. El líquido viajaba a través de un tubo y salía por un
grifo. Esta máquina de fuentes de soda catapultó las ventas de bebidas carbonatadas o gaseosas.
Hacia el año 1836, solamente en la ciudad de Nueva York habían unas 680 fuentes de soda.

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Hacia mediados del siglo XIX, los oficiales británicos establecidos en las colonias del sur de Asia,
para prevenir el contagio de malaria, consumían quinina, un polvo alcalino muy amargo y difícil de
tragar. Para hacer más fácil su consumo, comenzaron a mezclarlo con soda (agua carbonatada) y
azúcar, creando así, sin quererlo, agua tónica. En 1858 se empezó a producir agua tónica en forma
comercial.

En 1875 ya habían fuentes de soda expendedoras de gaseosas saborizadas en casi todas las
ciudades estadounidenses y hacia los años 1890s ya se estaban popularizando en vario países.
Las primeras ciudades europeas en adoptar el consumo de sodas saborizadas fueron Londres y
París y al poco tiempo ya tenían un gran éxito.

Rápidamente se fue generando una gran competencia, no solo entre farmacéuticos que vendían
estas bebidas gaseosas, sino que entre dueños de bares que buscaban crear la bebida gaseosa
más deliciosa y al mejor precio.

Pero en 1886 ocurriría algo que marcaría un antes y después en la historia, no solo de las bebidas
gaseosas sino que también de las bebidas en general, así como de los hábitos de consumo de las
personas a nivel mundial. Ese año, en la ciudad de Atlanta, Georgia, ubicada en la región sudeste
de Estados Unidos, un farmacéutico llamado John Pemberton logró crear un líquido de color
caramelo y sabor dulce que luego llevó hasta la farmacia Jacobs’, la cual se encontraba a unos
metros de su casa, donde se la combinó con agua carbonatada y se la dieron a probar a varios
clientes, quienes en gran parte encontraron algo distinto en esta nueva bebida gaseosa. Desde
entonces, esta bebida gaseosa comenzó a ser vendida en la ya mencionada farmacia Jacobs’ a un
precio de cinco centavos por vaso. El contador de Pemberton, Frank Robinson, le sugirió bautizar a
la bebida con el nombre de Coca Cola. Durante el primer año se vendían en promedio nueve vasos
de Coca Cola por día.

Entre 1888 y 1891 el empresario local, Asa Griggs Candler, obtuvo los derechos de
comercialización de Coca Cola por un valor de 2.300 dólares; fue él el encargado de popularizar
esta gaseosa mediante el uso de campañas publicitarias agresivas. Hacia 1895, Candler tenía
plantas de producción en Chicago, Dallas y Los Angeles.

En 1894, un comerciante de Mississippi, llamado Joseph A. Biedenharn, empezó a ofrecer la bebida


en botellas y viendo la gran aceptación que tuvo entre el público, le envió 12 muestras a Candler,
pero éste prefirió continuar con la metodología de venderla en vasos en fuentes de soda. Fue recién
en 1899 que comenzó a comercializarse masivamente en botellas rectas, similares a las de tónicos

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medicinales que se vendían en farmacias. Recién en 1916 su botella obtuvo la forma de silueta con
la que identificamos hoy a Coca Cola.

Durante los primeros años del siglo XX (años 1900s), se fue popularizando su consumo en distintas
partes del mundo, hacia 1900 habían dos embotelladoras de Coca Cola. En 1906 Canadá, Cuba y
Panamá se convirtieron en los primeros países fuera de Estados Unidos en embotellar esta bebida.
Para 1930 ya habían embotelladoras en 27 países del mundo y hacia 1959 se consumía en más de
100 países (cabe aclarar que tras la Revolución Cubana, Coca Cola quedó prohibida en la isla).

¿La Coca Cola contiene Na?


Las bebidas cola que se venden en el mercado nacional son perjudiciales para salud. Así de
categórica es la afirmación a la que llegó la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile
(Odecu) tras analizar 12 gaseosas cola regulares, lights y Zero consumidas por los chilenos.

Los resultados obtenidos, a través del estudio realizado por Laboratorio Analab Chile, revelaron que
todas las bebidas light y Zero evaluadas contienen más calorías de lo que rotulan, sobrepasando el
límite de 20% de tolerancia establecido por el Reglamento Sanitario de Alimentos (RSA). Lo mismo
ocurre con las marcas Máxima, Merkat y Serrano.

No son las únicas con alto contenido de calorías pues todas las marcas analizadas generan un
aporte calórico riesgoso a la dieta de las personas y, al sumarse el consumo de otros productos -
como el pan, las pastas, dulces y chocolates- se podría producir un aumento de peso
descontrolado.

Por otro lado, Tottus Regular y Líder Light contienen más sodio de lo expuesto en su rotulación,
superando el límite de 20% de tolerancia determinado por el RSA.

Respecto a esta sustancia, las cifras obtenidas revelan que existe una diferencia de más del 10%
en la cantidad de sodio contenido entre una bebida y otra. Mientras Coca Cola Regular posee 1,6
miligramos de sodio por cada 100 mililitros, Tottus regular contiene 16,5 mg.

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