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Psicoanálisis Escuela Inglesa

Universidad de Bs. As Facultad de psicología

Análisis monográfico: “Leolo”

“El final es donde partí…”

Apellido y nombre del alumno: Röder Jessica Amelín

Libreta universitaria: 369394390

D.N.I: 36.939.439

E-mail: Ame_roder_@hotmail.com

Profesora: Noelia Díaz

Comisión: 3

Fecha de entrega: 3/11/2016

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INTRODUCCIÓN

La familia es aquella institución la cual nos socializa de manera primaria, es


aquella que junto a las primeras vivencias en el mundo exterior nos atraviesa
subjetivamente, es decir, la subjetividad humana no es sin estos primeros otros
que forman parte de nuestro paso por el mundo. La familia por lo tanto deja
“marca”, hace “huella” en el psiquismo, contemplando la singularidad de cada
quién. Como bien Sartre lo decía “somos lo que hacemos con lo que hicieron de
nosotros”.
Dicha monografía pretende ahondar en la particularidad de una familia, donde
uno de sus integrantes intenta todo el tiempo desimplicarse de la misma. Debido
a que según éste la mayoría de sus miembros están destinados a la locura, de
la cual él quiere escapar.
¿Logra este sujeto a partir de su ser singular revelarse y posicionarse de manera
diferente frente a las creencias familiares que enmarcan su realidad? ¿Puede
armar algo diferente con aquello que lo ha determinado?
Ante estas cuestiones nos dirá… “Porque sueño yo no lo estoy” “Porque sueño
yo no estoy loco.”

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DESARROLLO

La película Canadiense, relata la historia de un niño llegado a la edad de 12


años, llamado Leo. Dicha familia estaba compuesta por su madre, su padre, su
abuelo, sus dos hermanas y su hermano, los tres mayores que éste. La mayoría
de sus integrantes con graves problemas mentales.

En esta organización familiar donde las condiciones de vida eran muy precarias
y sus creencias extravagantes (ya que creían que “la salud florece al cagar”, y
por ello en forma de ritual todos los viernes el padre les daba de tomar laxantes
a sus miembros) Leo parecía no encajar, no solo armándose de tácticas para no
cumplir con las creencias familiares sino también adoptando recursos
sublimatorios, para no sentirse aplastado subjetivamente.

Los albores del pensamiento

Bíon cree que empezamos a pensar a expensas del pensamiento materno, es


decir ante el llanto emergido por el niño, (función beta, pura descarga) este
evacua emocionalidad pura, vía identificación proyectiva. La madre o quién se
encargue de los cuidados del niño es quién codifica al llanto, al grito, a esa
primera emoción vaciada de sentido, y la significa, (función alfa) le da una
experiencia emocional vía identificación introyectiva, desintoxicándola de todo
sadismo. Por lo tanto simboliza dicha emoción, le da un nombre. Esto sucede si
como diría Winnicott todo va bien; es decir si hay otro ahí que funciona de
continente para el niño. A esta capacidad de alojamiento, dicho autor la llama
capacidad de Revêre. De este proceso, se obtiene como resultado, lo que Bion
da a conocer como barrera de contacto, una membrana semipermeable que
separa los fenómenos mentales como: el sueño de la vigilia, lo consiente de lo
inconsciente, la realidad de la fantasía, el yo del no yo, el adentro del afuera.

Podríamos pensar que este mecanismo en Leo, no advino sin sus fallas. Y lo
que posibilita empezar a pensar esto es una de las escenas en la cual su madre

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se encuentra defecando y junto a ella en el mismo espacio se encuentra el niño,
en su pelela llorando de una manera incesante, esperando ser significado por su
madre. Ella tomada por la creencia familiar de que defecar hace florecer la salud,
no contiene el llanto del pequeño, sino que lo deja llorar intentando que éste la
imitara en su acto, por lo tanto queda indefenso expulsando emocionalidad pura
sin poder ésta ser significada, ya sea con tomarlo en brazos, hamacarlo, darle el
pecho, hablarlo mientras se lo acaricia tratando de aplacar su llanto etc.
Entonces todo ese sadismo que el niño proyecta (entendido como agresividad,
hostilidad) le es vuelto así mismo, traducido en pura destructividad sin
significación (esto se puede ver en la progresividad del film en las escenas que
destroza sin sentido alguno cada papel en el que escribe) Entonces en vez de
dar lugar a la barrera de contacto (resultado de la simbolización maternante) se
da lugar a la pantalla beta, en donde los estados mentales no se diferencian, es
simplemente evacuativo y confusional.

Siempre habrá una predominancia de una por sobre la otra, pero la barrera de
contacto y la pantalla beta coexisten en el psiquismo. Esto hace que el ambiente
y lo singular se pongan en juego. Si bien la función Alfa de la que nos habla Bion
se lleva acabo aquí de manera deficitaria, algo del orden de dicha función se
registró. Tal es así que si bien a lo largo de la vida del niño se puede observar
este no alojamiento preponderante ( ya que nunca se lo escucha, no importa
cuán absurdo le parezca a él defecar obligatoriamente todos los días para
responder a una ideología familiar, no se lo alienta por sus curiosidades en la
vida de la lectura y su atracción a la escritura entre otras tantas cosas que dan
cuenta de la no contención familiar) el mismo valora los momentos en que su
madre lo abraza transmitiéndole tranquilidad, oliendo su sudor para él tan
característico y peculiar, los cuidados básicos, como la alimentación, darle un
hogar y pequeñas contenciones que de no ser así, de no haber algo de la función
alfa, no podría vivir. A su vez momentos compartidos con su hermana cuando
comparten la fascinación por los insectos que Leo colecciona, los momentos en
que este acompaña a su hermano cuando entrena su musculatura etc, es decir
momentos en los que se siente visible.

Entonces es por ello que podemos pensar este déficit en la capacidad de Revêre
en la madre de Leo, no obstante ésta, siendo afectuosa dentro de sus

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posibilidades con el mismo. Ahora bien ¿Cómo repercute esto en el niño? Leo
comienza a sentir que su familia no lo sostiene, no lo contiene, él trata de ser
diferente a ellos, porque ve que todos los integrantes de la misma tienen
desórdenes mentales. Él dice, que parecieran estar destinados a la locura, y se
siente aplastado en su singularidad por ellos, cuando el hermano le dice que no
se haga el fino, que vienen del mismo “agujero”, que “caga y apesta” igual que
él. Cuando no importa lo que él tenga para decir, cuando les resulta indiferente,
cuando no es comprendido entre otras cosas. Por lo tanto, y en consecuencia
una de las vertientes de todo esto es la sublimación como defensa y la otra es
la destructividad latente que se puede observar en Leo. La sublimación es la
manera en la que escapa de su realidad hacia la fantasía, a tal punto en el que
cree, con convicción eso mismo que fantasea, (este es un ejemplo claro de cómo
falla la barrera de contacto, no distingue fielmente la realidad de sus
ensoñaciones) cree que es italiano y pondera la idea de un padre sin rostro que
en un acto de masturbación eyacula sobre tomates, y uno de ellos por accidente
va a parar a la vagina materna produciéndose así la fecundación. Desde allí el
exige modificar su nombre (así también su identidad) y que se lo llame Leolo
Lozone. En sus fantasías también hallaba a su amor Bianca, su vecina siciliana
de la cual estaba perdidamente enamorado y contribuía a esta fascinación por
Italia, y todo lo concerniente a ella.

Relata lo que vive, lo que ve y lo que siente, todo esto teñido de sus propias
fantasías. Estas son aquellas que junto a la escritura, le resultan placenteras,
tranquilizadoras y capaces de aislarlo de ese mundo real tan hostil y nada
esperanzador en el cual se halla inmerso. Es un tipo de defensa maníaca,
huidiza, evitativa, para no aceptar aquello que le toca vivir, utiliza la idealización,
cuando fantasea a Bianca, su gran y único amor, ella para el representa la luz,
la omnipotencia, lo que le da vida, lo que le produce alegría y sentimiento de
seguridad, pareciera en principio ser un objeto parcial para él, donde ubica todo
lo bueno en ella, sin ningún defecto posible, (característico de la posición esquizo
paranoide, escisión como defensa) cosa que va tomando otro gradiente cuando
se la piensa como buena y mala a la vez, en las escenas donde el niño la ve con
su abuelo, en situación erótica. Frente a esto Leo expresa “Estoy siempre entre
las ganas de vomitar y hacerme una paja, entre las ganas de odiar a esa chica

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o matar a mi abuelo” Aquí se la piensa como objeto total, la ama y la odia
simultáneamente, (objeto total, característico de la posición depresiva, las
defensas maníacas quedan del lado de esta posición mental). Idealiza a Italia,
lugar de donde proviene Bianca, a tal punto de creerse y crearse una identidad
diferente. Además utiliza otro tipo de defensa, frente a estas ansiedades que se
le presentan, ansiedades que le provocan temor por un lado a desintegrarse y
por el otro a perder aquellos objetos de amor y odio que representa su vecina y
los integrantes de su familia (aquellos objetos que ataca en su fantasía, son los
mismos objetos de amor, de ahí el temor a perderlos). Es entonces cuando actúa
la negación. “Porque sueño yo no lo estoy” “Porque sueño, yo no estoy loco”.

Leo trata de distinguirse de ese núcleo familiar, pero en ese accionar no logra
discriminar estos recursos que utiliza. Él no puede separar objetivamente que
fantasea como forma de escape, el pareciera no divisar lo real de lo imaginado,
es ese el punto que nos podría llevar a pensar entre tantos otros ya descriptos
que la posición depresiva no se llega a realizar, a superar. Quedando atrapado
así en estos mecanismos defensivos que cristalizan los estados esquizoides del
mismo. Un claro ejemplo de esto es esa escena donde estando en el manicomio
la doctora le pregunta ¿Leo por qué vos no querés empezar a hablar? Y el
responde, porque yo me llamo Leolo Lozone, creyéndose con certeza, la
identidad fantaseada por el mismo.

Entre Éros y Tánatos

Melanie Klein introduce en su teorización al instinto de vida y al instinto de


muerte, inherente a todo ser humano, estos instintos se expresan a nivel de
fantasía y a nivel de objetos. El instinto de vida está basado en las experiencias
benéficas, en la creatividad, en la integración. A diferencia del instinto de muerte
remitente a la agresividad, a la desintegración, lo destructivo.

El psiquismo justamente para Klein es dinámico, es pensado como un constante


movimiento de integración y desintegración. Existe un atravesamiento por las
posiciones, esquizo paranoide, y depresiva, que resultan ser estructurantes del

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aparato psíquico. Este pasaje de las posiciones va dejando características en el
sujeto, en su mundo interno, es decir en la totalidad de su vida psíquica.

El instinto de vida y de muerte se expresan en Leo de manera oscilante como


hasta ahora lo hemos ido marcando, son esos mismos aspectos creativos y
destructivos en términos de personalidad. Lo vital se ve caracterizado en él, por
ejemplo, cuándo se encuentra empujado a la escritura, con la posibilidad de
crear, de sublimar sus impulsos agresivos, de conocer, de elaborar todo aquello
que le sucede, de sentirse comprendido, dentro de una acción benéfica,
apaciguadora, terapéutica si se quiere. Es decir, el fin de esto es la inventiva, es
hacer algo bueno, que empuje a la vida, esto se torna problemático cuando sus
defensas se hacen permanentes, se cristalizan. En contraposición se ubica el
instinto de muerte, reflejado en destruir esto que escribe y que de un instante a
otro pierde todo empuje vital, toda validez, todo sentido y carga libidinal. Si bien
ambos instintos se encuentran presentes, el instinto de muerte parecerá por
momentos ganar terreno, esto se describe en una de las escenas de la película,
Leo escribe: “No quiero hacerme lugar en este cementerio de muertos vivientes,
pero resulta que mis dedos del pie me recuerdan que estoy aquí, salen de un
agujerito de mi manta cada día sin que yo me dé cuenta. Consigo asomar un
dedo más que el día anterior, mañana asomare mi pie entero y mi pierna, pronto
será mi cuerpo, siento que debo abandonar esta vida antes de estrangularme
con este agujero”

Lo mortífero aquí se hace presente en todas sus medidas, apunta a su


desintegración yoica, a su aniquilación. Tendencia de todo lo vivo al retorno a un
estado inerte, inorgánico. Este instinto de muerte se ve reflejado cuando intenta
matar a su abuelo, por celos que le provoca su acercamiento a Bianca y por
ubicarlo como responsable de todos los males que abundan en su familia,
adjudicándole la culpa de la locura de sus seres queridos, ya que este les habría
transmitido la locura.

Las escenas en las que Leo se muestra fumando, bebiendo con sus amigos,
mientras que algunos de estos ejercen zoofilia con un gato, apuestan dinero y
consumen otras drogas, también nos muestran este instinto de muerte, que
conjugado a su problemática familiar, determinan el carácter destructivo de su
mundo interno.
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Aquí pareciera darse el clivaje característico de la posición esquizo paranoide en
donde queda bien separado el instinto de vida y de muerte. Efectuándose la
división binaria que permite diferenciar estos aspectos. Este clivaje así como cae
sobre el yo del niño, también recae sobre los objetos, de este modo se van
constituyendo en objetos parciales. Este clivaje posibilita creer al yo la posibilidad
de desembarazarse del instinto de muerte, depositando a este sobre el objeto.
(ej. Intento de matar a su abuelo, y la consumición de drogas, utilizando al propio
cuerpo como objeto).

Con el aporte de estos autores ya desarrollados, y siguiendo a Meltzer


podríamos pensar que el modo de organización psíquica de Leo queda resaltado
por la sexualidad infantil polimorfa, la cual si bien no tiene una finalidad maléfica,
se enmarca en el beneficio propio, en la autosatisfacción. Esto se observa en los
múltiples y ya descriptos intentos que realiza Leo para salirse de ese núcleo
familiar que lo afecta. Así como también en las escenas donde se evidencia la
masturbación. En este tipo de mentalidad priman los objetos parciales, hay una
constante búsqueda de satisfacción, saltando de objeto en objeto así como
también una búsqueda de identidad. Esta es una modalidad de pensamiento con
una intención buena, pero ególatra, aquí no importan los otros. Porque no le
importan los demás, sino el mismo, Leo insiste en que sueña y por ello no queda
capturado en la locura.

CONCLUSIÓN

Respecto del recorrido que hemos ido haciendo acerca del film de Leolo en dicha
monografía, podríamos arribar a la conclusión de que si bien este niño posee
mecanismos defensivos que responden a la posición mental depresiva, tendiente
a la unificación yoica, estas defensas de tipo maniacas (idealización, negación,
omnipotencia) quedan cristalizadas, fijas, actuando de manera permanente, con
lo cual esta posición depresiva no es superada. Esto deja en evidencia la
preponderancia de la posición esquizo paranoide que se pone en juego de una
forma más presente. Si bien el aparato psíquico es dinámico, y está justificado
en la teoría de las posiciones descriptas por Klein, en donde los procesos de

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integración y desintegración son constantes, en este sujeto se evidencian
estados de descomposición, desunión, división que gobiernan su escenario
mental. Pese a no querer enloquecer, y habiendo utilizado los recursos con los
cuales disponía, Leo no puedo cambiar su realidad y esto se expresa cuando en
su fantasía busca a Bianca y ésta ya no está. Sus gritos desesperantes la buscan
en esa Italia tan preciosa que imagina, pero ya nada lo tranquiliza, ya no hay
escape, ya no hay salida. Este es un claro ejemplo del agotamiento de las
defensas maniacas, que lo dejan preso de la locura.

En el afán de querer ser distinto, queda atrapado en aquello que hicieron de él,
sin poder arribar a otra realidad sentida de manera saludable, terminando en
estado catatónico, en el mismo manicomio que su familia, identificado a eso que
nunca quiso ser.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Bion, W. (1996). Diferenciación de las personalidades psicóticas y no


psicóticas (D. Wagner Trad.). En volviendo a pensar (pp.64-91). Buenos
Aires: Hormé. (Trabajo original publicado en 1957).

 Bion, W. (1996) Una teoría del pensamiento (D. Wagner Trad.). En


Volviendo a pensar (pp.159-164). Buenos Aires: Hormé. (Trabajo original
publicado en 1962).

 Klein, M. (1990). El duelo y su relación con los estados maniaco


depresivos (H. Ffriedenthal & A. Aberastury, Trads.).En Melanie Klein
Obras Completas (Vol.1, pp.346-371). Buenos Aires: Paidós.( Trabajo
original publicado en 1940)

 Klein, M. (1990). Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (V.S de


Campo, S. Dubscovsky, V. Fischman, H. Friedenthal, A. Koremblit, D.
Liberman, R. Malfe, N. Rosenblantt, N. Watson & S. Zysman, Trads.). En
Melanie Klein Obras Completas (vol.3, pp.10-33). Buenos Aires: Paidós.
(Trabajo original publicado en 1946)

 Meltzer, D. (1968). Sexualidad infantil polimorfa (L.Grinberg, A. Arbiser, S.


de Arbiser, J, Rodríguez Perez, J, Winocour & N. Yampey Trads.). En
Estados sexuales de la mente (pp.141-146). Buenos Aires: Kargieman.

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