Representa el despertar de Oko (la tierra) por Olódùmarè y es el lugar
donde descendieron todas las deidades, representa el soporte de todos los Òrìşà especialmente Ọbàtálá y Òrúnmìlà. En esto podemos hablar sobre el soporte para la suerte que se puede obtener propiciando la deidad en el Odù de Òsá Ìrẹtè;
Dice Ifá; El Òrìşà Oke (la montaña) fue en un viaje de adivinación la
ciudad de Oyan. El cual las personas lloraban por toda la suerte y le dijeron que sacrificaran aves, pescados y jutia para que la deidad no se vaya y siguiera soportándolos con su bendición para obtener la suerte.