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contrera, Laura ‘Cuerpos sin patrones: resistencias desde las geosrafias desmesuradas de la carne / Laura Contrera; Nicolas Cuello; Comipilado por Nicolas Cuello; Laura Contrera, - ta ed Snoma de Buenos Aires: Madreselva, 2016, ISBN 978-987-3864-05-5 1. Sexvatidad. 2. Derechos de Grupos Especiales. |, Cueto, Nicolas Il Cueto, Nicolas, comp. Ml. Contrera, Laura, comp. Wy, Titulo. 00 306.76 Cuerpos sin patrones Resistencias desde los geogrofias desmesuradas de (a carne Editorial Madreselva, fienos Aire, invierno 2016 wve.editorialmadreselva.com.ar info@editorialmadreselva.com.ar Diseno de portada: Jacl Caiero sabriela A. Gonzalez Mendoza @OO Esta edici6n se eeatiza bajo una licencia Creative ‘Commons Atribucién-No comercial 2.5 Argentina. Por to tanto, {a repreduccién del cantenido de este libro, total o parcial, por tos medias que la imaginactén y ta técnica permitan sin fines de tucra y mencionando la fuente estd alentada por los editores. Hecho el depésite que marca la ey 11.723 Impreso en Argentina - Printed in Argentina CUERPOS SIN PATRONES Resistencias desde las geografias desmesuradas de la carne Laura Contrera y Nicolés Cuello Compiladores Cuerpo sn patrones Prélogo Pocas veces en la vida he sentido la misma expectativa, ta misma ansiedad, et mismo jabilo que al terminar de leer ‘el manuscrito de este libro, sabiendo que iba a prologario, lo que es decir: que después de haber tenido et privilegio de su lectura pretiminar podria tener el placer de invitar a otras personas a leerto, afvera, en el mundo, y también aqui mismo, entre sus tapas, y desde el principio. Al recorrer la memoria afectiva de aquetlas otras cexperiencias de lectura gozosa me encontré con algo mas ‘que et piacer anticipado al pasar un libro, y también con algo que va mis alla de las comunidades, concretas imaginarias, que entretejen los libros en su pasar de mano fen mano. Algo mas, relampagueando en ese lugar donde el gozo se confunde irremisiblemente con ta necesidad: la necesidad de que esas palabras que van a terse hayan sido, antes que nada y a pasar de todo, puiestas par fin en el mundo, y puestas por escrito, ox ‘Alo largo de los dltimos veinte afios he tenido ta oportunidad de poe-poli-tizar algunas de las marcas que ha dejado en mi carne su encuentro con el Genero -sobre todo, aquellas que la medicina suturé como una promesa ‘incumplida € incumplible- de diferencia sexual, de identidad. Sin embargo el registro poético-politico de la gordura ocupé un lugar marginal en mi vida hasta et encuentro con Laura primero y con Nico después. Fue asi como la interpelaciones epistemolégicas, éticas, eréticas, épticas y politicas que plantea el activismo gordo -las mismas que, en sus diversas formulaciones, atraviesan este tibro- me permitieron (re)conocer el 9 trazado de la historia personal de mi gordura y explorar la configuracién de su actuatidad en proceso. ‘Soy uno de los sobrevivientes de una familia diezmada -primero por la muerte y, después, por una tormenta de violencia doméstica que duré més de una década. ¥ digo bien, doméstica, porque la falta de comida y ta condicionatidad del acceso a la, comida en un hogar, por lo demés, sin necesidades econémicas, fueron tat vez las formas mas persistentes y mas ocultas de esa violencia Un verano en la playa, hace ya treinta aios, recibi un reproche del que nunca pude olvidarme por parte de quien controlaba el acceso a la alimentacién en mi casa: le decis a la gente que no te doy de comer pero estas hecha una vaca. Esas palabras me datieron como el golpe inesperado de un latigo de varias puntas. Se trataba, por supuesto, de ta generizacién viotenta y sexualizada ‘ahi donde mis ubres desmentian mi masculinidad en la arena y en la vida. Se trataba también, to comprenderia después, de la advertencfa habitual que reciben todas {as victimas: no importa que hables, no importa qué cuentes nia quién se to cuentes, tus palabras siempre me seran entregadas. Se trataba, finalmente lo supe, det cuerpo devuelto como escarnio y como locus inescapable de ta injusticia: el exceso evidente de la carne como falta ridicula de evidencia. Sin importar to que dijera, al estaria la redondez de hembra mugiente para constituir mi voz en falso testimonio -y ahi quedaria entonces cualquier posibitidad de salvacién, bien enterrada y ‘escondida en la profundidad de tos pliegues de la carne. ‘Muchos aos después -ahora mismo, mientras escribo- ‘i cuerpo lidia cotidianamente con su capacidad limitada para metabolizar las grasas. Cada anilisis de sangre revela el estado de situacion de ese proceso, programado en los genes de mi familia a lo largo de tas generaciones y actualizado dia a dia por las condiciones mismas de mi vida a mediados de los cuarenta. Por lo general, basta que ‘en una conversacion rompa la ilusién de salud y hable det ‘asunto para que aparezca ta reconvencién incrédula que (se) repite: pero si no ests TAN gordo! Evidentemente, lo que tengo de enfermo es lo que tengo de gordo, eso ‘que no es tanto pero tampoco tan poco: lo suficiente, que ‘Cuerpos sin patrones es siempre de mas. A décadas de distancia, sobreviviendo en el exilio de otra ciudad, bajo otro nombre, en otro sexo legal y otro género gramatical, ahi esta, intocada, la asociacién inmediata entre gordura y traicién. Traicién a la salud, al deber det peso justo y de la vida sin stress; traicion a la seguridad, a la responsabilidad, al deber-ser y también al deber-parecer; traicion a la esperanza y a la Justicia; traicién ala verdad, lo que es decir: traicién a uno mismo, Antes y ahora, la gordura ha aparecido y aparece ‘en mi vida como un oximoron, como la afirmacién de una negacién, como un llamado urgente a dejar de ser para ser algo que no he sido, ni seré. A los ojos de xs demas aparezco, una y otra vez, como un malestar encarnado y, dios mio, con cusnta abundancia, Estoy profundamente en deuda con el activismo gordo argentina -con su capacidad increible de abrir et espacio a las afinidades y amorosidades miittiples, con su Yoluntad de ponerte el cuerpo a (os contra-saberes ya sus fricciones criticas, con su empecinamiento por sacarle el cuerpo a ta “pulsién por el empoderamiento forzoso”, a la politica de identidades, al orguilo facil y a las alianzas por conveniencia, Admiro -y comparto- su pasidn por la traduccion y puesta en comin de textos de todas las geografias, asi rama su resistencia sulevada a cualquier intento de colonizacidn europeista o angléfono 0, simplemente, periodistica. Aprendo -y me sumo- a su lucha contra miltiples dispositivos de captura: ta biomedicina y sus articutaciones legates, la publicidad y la eugenesia de su mundo feliz, ta erdtica y sus cierres normativos, la disidencia y sus tentaciones poticiacas, 2 la despolitizacién biotecnotégica de tas pasiones, la academia y su apropiacién despreciativa de cuantos saberes politicos no domina, el optimismo cruel det adelgazamiento como complejo industrial det capitatismo furloso, la necropolitica y su promesa de perseguirnos hasta el exterminfo, Voy al encuentro -por que cémo no encontrarnos- en su llamado colectivo a “conectar y posicionar saberes gordos en una genealogia mas amplia: la historia politica de los cuerpos sin patrones’ Para quienes -como tantxs otrxs y como yo- hemos atravesado los afios al amparo de bibliotecas salvadoras, este libro actualiza el estado de ta deuda. Fscribir sobre gordura, compartir esos saberes criticas que ponen continuamente en jaque el imperio de ta norma, interrumpir el juicio y desmentir la impasibitidad de la condena, es arremeter contra un mundo que busca eliminarnos sin dejar rastros. La potitizacion escritural de los cuerpos gordos desatia asi el estado “natural” de las cosas, alli donde las tinicas marcas posibles parecieran ser el registro vigilante de las calorfas consumidas entre el desayuna y la ultima colacién a ta noche o la anotactén del peso diario en una bitacora de nutricionista, El agradecimiento y la deuda son, en estas paginas, variantes de la amistad, y también del compromiso, El perlédico argentino Pégina1? publicd hace dos afios atrds una ilustracion en su tapa’, Dibujada por Rep, ta escena se situaba en un supermercado, Tres personas fempujaban carritos cargados de mercaderia. Las tres lucfan amplias remeras en las que se leian frases tates como: quiero que me afanes, robume que me encanta y soy un cliente descuidado. Las tres eran gordas. En un contexto de fuerte malestar social por la inflactén y el Wamado det gobierno « vigilar et cumplinniento de los precios cuidados, la vifieta de Rep anudaba, de manera tan precisa como predecible, et conjunto habituat de sentidos que estigmatizan las gordura: el descuido, el goce masoquista, el consumismo burgués, la complicidad con ta propia Tuina, lo que es decir, con la ruina colectiva: todo lo gordo es enemigo det pueblo. En su respuesta -privada- a la interpetacién critica de quien escribe, et dibujante justificé et tamaiio corporal de los personajes dibujados por ta necesidad de inscribir visiblemente los términos del repucio a la falta de conducta morat y civica, Esa me parecié entonces, y me sigue pareciendo, una respuesta ituminadora: en tos cuerpos gordos del imaginario normativo se inscriben, de J" Htps Fem paginar?.com.arfdalo principal index 2014-02-26 hunt Cuerpos sn patrones manera hipervisible, los supuestos, mandatos y amenazas que configuran la posibitidad o imposibitidad de ta vida Algo similar ocurrié hace algunos meses, cuando Laura, Nico y Lux expusieron un trabajo cotectivo en el contexto’ de un encuentro académico organizado por la carrera de ‘Comunicacion de ta Universidad de Buenos Aires. Laprimera pregunta -la pregunta que, seguidamente, articuld todas tas demas y el debate que les siguid- fue la pregunta por los cuerpos otros, los cuerpos “no expandidos” (sic), los cuerpos del hambre. La identificacién de la gordura con tuna sobre-presencia, capaz de volver ausente el hambre encarnado, se conjugd, también en este caso, con la {dentificacian imaginaria entre cuerpos gordos y privitegios abultados. A pesar de que en nuestros dias la delgadez “saludable” funciona material y simbsticamente como tuna commodity, y de que numerosos estudios vinculan ‘causalmente pobreza y obesidad, el analisis convencional ontiniia equiparando acritica y normativamente cuerpo gordo y superavit. En la sustituctin retérica de la gordura por ta expansién corporal opera una mueca de correccién politica que, al borrar la gordura como ofensa, borra también el registro de su politizacién, de su subjetivacién, de su ocurrencia, lo que es decir: la borra, nos borra. Este tibro se publica en los inicios de un nuevo gobierno, cen un tiempo caracterizado por el agravamiento sibito de la precariedad instituclonal, social y econdmica. El proceso de adelgazamiento estatal emprendide por el gerenciamiento macrista recurrié de manera ejemplar, a Combate simbélico-materiat contra ta gordura. No varios @ dejar grasa militante, afirmé et ministro de economia Prat Gay!, haciendo pablica la deseabitidad un régimen politico marcadamente hipoideol6gico. El relato de estas tres anécdotas no solo pretende introducir una gencalogia minima de nuestro presente; también busca exponer el campo de fuerzas en el que el activismo gordo se organiza y milita, tee y escribe, interpela y resiste -alli donde hasta el progresismo de la alteridad habla inadvertidamente la lengua del patrén y donde el estado mide su eficiencia en unidades de militancia tipidas.. ‘Tap Forma pagina. com.ar/dariepais/1-290493-2016-01-17.hmk, 1 Hoy, como nunca, et encuentro en la vulnerabitidad det Cuerpo individual y colectivo se convierte en imperative urgente de supervivencia, Uno de tos stefios de mi infancia era acceder, at menos Por un dfa oun rato, al famoso Libro Gordo de Petete. En Sus paginas, pensaba yo, debian estar todas las respuestas Para todas las preguntas. No es el caso de este otro libre gordo -que retine, antes que preguntas y respuestas, indttiples reflexiones y continuos reenvios, Por suerte: nada mas peligroso que et viejo lema(o advertencia) de aque tibraco devenido enciclopedia: una sétida cultural es la herencia mds segura. En abierta disputa con ta solider de la gordofobia culturat coms herencia, ninguna certeza indiscutible Clausura una sola de las paginas de este libro -y en el alivio de esa apertura a ta inseguridad de los tiempos late la oportunidad cierta, tangible y gorda para ta Fevuelta de la carne. La Boca, enero de 2016 ‘Mauro Cabral 1 CCverpos sin patrones Introduccién Este libro abre su camino funcionando como una compilacién urgente, que no pretende ser una cartografia exhaustiva ni totalizadora, sino que ha sido concebida como una declaracién geopoliticamente situada de un momento inaugurat del activismo de la gordura tocal, Hemos decidido, entonces, pronunciar esta emergencia pulsante desde la necesidad politica de volver mas visibles ‘alin nuestras ideas, inspiraciones y los primeros esfuerzos colectivos en la produccién de una practica politica que tenga como centralidad la discusién de nuestros cuerpos ‘gordos. Es por esto que entendemos este libro como una herramienta teérico-potitica, una méquina ensamblada que replica el funcionamiento'de un fanzine: una permanente yuxtaposicién de tramas politicas, textures afectivas, grietas inaugurales, imagenes sensibles, subjetivarinn=s politicas, multitudes gordas en contacto diagramatico. Para nosotrxs es importante establecer con claridad la siguiente diferenciacién: este libro._no compita textos que expresen saberes sobre la gordura, sino que los esfuerzos volcados en esta oportunidad, en este agenciamiento, buscan conectar y posicionar saberes gordos en una genealogia mas amplia: la historia politica de los cuerpos sin patrones. Cuando habtamos de saberes gordos no pretendemos convertir la gordura en una adjetivacién posiblemente capturable por (as industrias del conocimiento ni el mercado académico ni en una nueva retérica de la disidencia post identitaria, tampoco queremos que se constituya en la nueva promesa de la diferencia liberadora. Estamos tomando una postura puntual y especifica en relacién a una historia de 15 sistematica violencia epistemolégica con ta que se han silenciado nuestras voces, con la que se han estudiade nuestros cuerpos y con la que continian patotogizande rnuestras existencias. Lo que aqui se encuentra escrito son huestras experiencias como personas gordas, politizadas de manera tal que sea posible construir una voz colectiva, luna maquina inestable de sabetes encarnados y sin forma donde queden representados tos actuales modos de resistencia frente a la policia de tos cuerpos y las tecnologias eugenésicas de normativizacin de los cuerpos movilizadas por los saberes cientificos dominantes. Si bfen lo gordo esta relacionado con la presencia de grasa 0 tefido adiposo en el cuerpo, quién es gordx es Un asunto mas complejo, como dice Charlotte Cooper en el texto que aqui presentamos, puesto que “no hay una ‘medida universal o marca que constituya (0 que es y lo que No es gordo; lo gordo existe en un contexto y experiencia; la gente gorda sabe lo que es, y es reconocida como gorda por (xs otrxs”, Partimos desde esta nocién relacional de gordura porque abraza una complejidad critica en relacién a (a estigmatizacién de la gordura, porque se vuelve un cauce de politizacién que no se ahoga en tas demandas de la hiper-produccién identitaria del presente y porque, fundamentaimente, abre lugares postbies de movitidad politica que nos parecen desafiantes para el trazado de tuna politica gorda. Reconociendo que no intervenimos desde un lugar eutro ni desde un punto cero en la historia de la resistencia de los cuerpos es que centramos este libro en el trabajo activista local. Tomando como interlocutores aquellos enunciados provenientes de otros contextos y ‘otras épocas del activismo de la gordura, en su compleja polifonia, para inspirar miradas criticas, para pulsar sentides cuestionadores, incluso de esas narrativas ya constituidas desde este aqui y ahora que habitamos en la regién, Esta compitacién se enuncia como el efecto de un circulacién torcida y subterrénea de traducciones y Fe-traducciones culturales, que simulténeamente 3 cooper, Carel: Fo acm: A Queer Autoetngrphy. Pi thes, 2012, Pag?18. eee 6 (Cuorpes sin patrones indaga sobre politicas de traduccién y tratico posibles y deseables para la formacién de un entramado complejo de resistencia critica a los encuadres patologizantes que marcan y persiguen nuestros cuerpos, desde diversas miradas. Las traducciones aqui compiladas entonces son pensadas como herramientas disponibles para ser apropiadas, reapropiadas, ya que seftalan los trayectos que hasta el momento, entre el deseo y el accidente, hemos atravesado, Porque sabemos que at reivindicar y localizarnos en esta tradicién también hacemos nuestras traducciones traidoras y perversas como sudakas, latinxs, migrantes, fugadxs, expulsadxs, no-blancxs. La ausencia que hemos experimentado en términos de dispontbitidad la entendemos como un problema politico, que ha cristatizado como necesarias algunas voces en detrimento de otras, establecienda y reproduciendo la estabilidad de agendas politicas que cémodamente impiden la renuncia y el cuestfonamiento a la hegemonta de ciertas voces, miradas, y cuerpos posibles en la produccién de potiticas desde los cuerpos. Estamos aqui, hemos estado siempre aqui, y es ast como nos abrimos paso. Reconocemos ese activismo de la gordura que nos precede y que definitivamente nos interpela, Pero como latinoamericanxs, como sudakas, como cuerpos que habitamos la gordura en estas coordenadas socioeconémicas especificas, diferimos en muchos de los presupuestos de‘cierto activismo gordo internacional {que no puede ver més alla de sus fronteras, escondiendo los privilegios de sus voces, y que ha puesto a circular tuna retérica liberal de si mismo donde la conformidad y el orgullo vienen a redimimnos a todxs txs gordxs del mundo. No. Realmente creemos, al igual que muchos activistas que aqui ven sus voces reunidas, que et activismo de la gordura tiene el potencial para mejorar las actitudes sociales no sélo en torno a la gordurra, sino también con otras areas de la experiencia corporal, tas normas sociales de produccién corporal geolocalizadas, {as violencias envueltas en la productividad del género y la sexualidad, en interseccién con tas complejidades {ue implican la diversidad funcional, tas diferencias de clase, raza, edad, etc. ” Pero del mismo mado que observamos la tiberalizacién problematica de cierta parte del activismo de la gordura también reconocemos en esa genealogla heterogénea voces que disparan a modo de interrupetén criticas que onen en jaque la propia neoliberalizacién del activismo gordo como un movimiento. Fr muchos casos estas interrupciones se despliegan como estrategias para la reanudactén del calor y la urgencia de ta muttitud, una multitud gorda que ocupa, toma y apronia, ya no soto la injuria, sino todo espacio que pretende estabilizar una historia de insubordinacién de nuestra carne. Justamente, son tos estudios académicos sobre gordura quienes mayoritariamente tiendien a eludir a los activismos, silenciando esfuerzos, instrumentalizando experiencias y objetuatizando de manera violenta nuestros cuerpos como estudios de caso. O incluso asuimen que hay un nico activisino valido y resefiable (el que actualmente se ha instituido como hegemdnico: el activismo norteamericano, que bien vale ta pena decir que se enuncia desde su condicién de bianco, hetero-cisexual de clase media, no anti-capitalista, y no consciente de su etnocentrismo, sobre todo). Asi es como nos ubicamos en una red fragmentaria, dispersa y migrante de activismos gordos no angio: parlantes que infiltran viralmente criticas desde tos fuerpos que discuten con los discursos hegeménicos regionates, sin pretensién de masividad, pera con la energia dispuesta en la produccién de atianzas, encuentros, debates, y multiplicaciin de estrategias poéticas y politicas. Desde Valparaiso, Chile, et trabajo de Missogina que ya hia tomado forma en ta publicacién de su libro Lacerda punk y que continéta agiténdose en cada una de sus performances; en México, las producciones artisticas de La Bala Rodrigue y de Lucfa Robles junto a lxs compafierxs de la Revista Histerya quienes han producido tuno de los primeros dossiers dedicado a los cuerpos gordos, llamado Carnitas; a to largo det Estado Espariot desde las actividades producidas en et Octubre Trans en Barcetona y las alianzas mutantes que se montaron desde alli_en 2013, pasando por Diana Pomoterrorista, Lu Egaita, y la Muestra Marrana, como también Masa Crénica 8 Cuorpossin patrones y el trabajo particular de Lucrecia Masson; también en Peri, Paraguay, Colombia, Brasil y otros lugares hemos tencontrados aliadxs que sin prisa ni pausa comienzan a agrietar los discursos gordofébicos regionales, como ta Colectiva Feminista Gordas sin Chaqueta en Cotombia, en Brasil el trabajo performatico de Tamiris Spinelli en colaboracién con Ricardo Nolasco que reftexiona sobre et ‘cuerpo trans gordo o el de Fernanda Magalhaes; asimismo, ‘espacios de ciberactivismo como Stop Gordofobia, Orgullo Gordo, Gorda! Zine, y muchos ms; y recientemente encuentros activistas que hemos podido gestionar, como el realizado a finales det afio 2014 que hemos dado en lamar Asamblea Transfronteriza de Gordxs Sudakas JInsumisys, Desde comfenzos del 2015, quienes suscribimos esta Introduccién, venimos coordinando en Buenos Aires cl Taller Hacer la vista gorda: un espacio autogestionado y horizontal que reéne una multipticidad de experiencias vivenciales y formas de articulacién y reflexién politica en torno a éstas desde la gordura. Quienes aqui nos encontramos compitando diagramando interconexiones, en esta suerte de asamblea de voces, pensamos nuestro propia préctica y este libro como una invitacién a la articulacién con activismos de la diversidad corporal y sexo-genérica, y con todas aquellas tuchas comunes que puedan desde la afinidad Ge la accion, volver a este presente, una plataforma de disputa multifocal que disefe potiticas que interrumpan la cugenesia neoliberal de las industrias de ta ciencia. Nos reconocemos como activistas de estilos corporates desdichados: impraductivos en tantono reproducen normas morfotégicas (jugando con Butler y Austin pero también con Dorlin} 0 como “identidades descatificadas” (segin ta bella expresién de Heather Love), porque no creemos que todys podamos amar nuestros cuerpos por decreto y nos resistimos de igual manera al imperativo del bienestar que se pronuncia como un impedimento para experimentar y expresar las complejidades y ambigiledades de nuestros modos de encarar cuerpos impropios, no normativos y disidentes. No queremos promover ta produccién de imagenes espectacularizantes y exitosas que darian por finalizada ta complejidad de portar un cuerpo gordo con » ta sola consigna de ta autocomplacencia y la aceptacién, Creemos que ta desestabilizacién de un orden social, econéiico, sexual y afectivo opresor para la gordura tiene {ue ver con una politica mayoritaria que escapa ala simple auto-confirmaciin de la voluntad personal. Por e30 en esta compilacion pretendemos habitar una polifonia de voces {ue no se enuncien como una promesa emancipatoria pre- codificada que siencie la dificultad de sostenernos con vida en un mundo que salvajemente programa nuestra esaparicién, ya que nos resulta prioritaria la politizacién de todas las pasiones en las que se ven envuettos nuestros ‘cuerpos en et proceso de su enunciacién politica, incluso en aquellas afectaciones que emergen desde lo imposibie, ya que alti es desde donde practicamos una imaginacién politica que nos conecta, nos abraza y nos incendia de rebeldia. Escrito en los intersticios de viajes mentales y materiales entre La Plata, Buenos Aires y La Matanza, febrero 2015. Laura Contrera-Nicolds Cuello MULTITUDES GORDAS SUDAKAS EN CONTACTO DIAGRAMATICO (Cuorpos sin patrones CUERPOS SIN PATRONES, CARNE INDISCIPLINADA APUNTES PARA UNA REYUELTA GORDA CONTRA LA POLICIA DE LA NORMALIDAD CORPORAL Laura Contrera 1. Algunas chicas somos mas grandes que otras Habla de to que sabes, Alejandra Pizarnilc Hay una carta de Engels (el otro’padre del marxismo) al yerno de Marx, Lafargue, donde -ademis de quejarse por el abuso ue la palabra “autoritario” por parte de tos anarquistas- se rofiere socarronamente a Bakunin y su “beso cuerpo”. El viejo recurso de la atusién personal descalificadora en todo su esplendor y una muestra de autoritarismo, qué duda cabe. La carta en cuestién es de 1871 y, mas alla de las distancias, reverbera en mi muy claramente. Hace un tiempo, una pretendida activista me amd en las redes sociales "gorda pelotuda””. A pesar de tanto feminismo, teorfa queer, punk, anarquismo y post- 1 Con uns aia Hicimos una verelrecuento dela njurias que nos habian ‘espotado alo larga de nuestras vidas. “Gorda” era et inslto que mss hhabia marcado mi experiencia corporal. Paco despuls, esa persona usb la palabra para descalificarme politicamente. Per, como dijo Butler: “tas Palabras mismas que traton de herr pueden guatmente errr su bloneo Y producic un efecto contrero al deseado". (Butler, udith: Lenguaje, poder identidad. Ed. Sintesis, Macrid, pig. 148}. Prechamente eso sucedl6 con el insult, ue devine texto, activismnay ahora tro. 2s estructuratismo, me quedé virtualmente sin respuesta. fl insulto facil y retrogrado habia surtido su efecto hiriente y paraizante, “Gorda” es LA palabra. EL insulto. Lé herida. Y nos deja sin palabras ta mayoria de las veces. El insulto es una manera de estigmatizar y humillar, esc es sabido, La operatoria reiterada de la ofensa hiriente ‘os ata a una historia que nos precede y que no elegimos del todo, puesto que la injuria es el sedimento de las intrincadas elaboraciones del sexismo, racismo, cisexismo yla fobia a las corporalidades disidentes, gordura incluida. Dice Butler que estos nombres injuriosos no deben mantenerse en el dominio de to indecible: asi preservan su potencial hiriente?, Sacartos del silencio tal vez nos ermita usarlos para otras cosas impensadas, Como salir del lugar de ta herida que habitamos, por ejemplo. Porque ose trata de cuestiones menores o anecdéticas: desandar el camino de la injuria tiene que ver directamente con los cuerpos que importamos y si contamos como tales para ‘otrxs, en cuales condiciones y circunstancias. Pero volviendo at insuito, sé muy bien que lo que dijo esa persona es redundante: gordx no alude solamente al peso corporal que porte alguion sino que implica encarnar muchas otras cosas negativas. Asi, ser gordx es también ser fex, indeseable, poco saludable, flojx, amorfx, lentx, algo sin gracia, Sé que no soy gorda en todos eaus sentidos y sé también que algunxs de ustedes buscardn en internet fotos que atestigiien esto que digo. Pero si soy gorda, No sélo segiin discutibles esténdares e idealizaciones normativas occidentates o en la opinién de clertos personajes conceptuales micro-fascistas. Pero voy a expticarme mejor. Soy gorda porque etijo nombrarme asi y con rara rabia alegre salgo del closet de las tallas y de ta tirania del cuerpo-patrén, ese cuerpo inobjetable que sélo Portarian algunxs pocxs: lxs que se ejercitan, ixs que comen “bien”, bxs que “se cuidan”, ixs que se mesuran y mensuran al resto. Soy gorda asi, en tiempo presente, porque no se nace gordx, sino ‘que hay un devenit Constante, que no se corresponde dnicamente con una Ti ppc Cuerpos sin patrones patologia o desorden somatico/psiquico o una relacion desequilibrada con la comida y la posibilidad de hiper- consumo en estas sociedades hetero-capitalistas. Ser gordx puede ser mas que todo eso, como veremos, Pero antes debemos dar un rodeo por el panorama que en relacién a ta gordura nos ofrece la sociedad actual. 2. Dietas, control y régimen corporal obligatorio Cuando se habla de gordura hay por lo menos tres preguntas principales que circulan en el discurso: cde qué estd hecho un gordo?, ede qué son acusados los gordos?, ede qué estén hechos los cuerpos bien hechos? Georges Vigaretlo Mas alla de ta “operactén bikini” propia det verano o del arrepentimiento masivo tras la comitona por las Fiestas, la obsesién por ta delgadez y el consiguiente rechazo de la gordura son cosa diaria en los medios y en la calle, En este sistema’hetero-capitalista se vive a régimen, se quiera 0 no. Porque quien se descuida se Pierde en su propia falta de voluntad. Ya no se gestiona adecuadamente, es un mat patrén desi mismoy, ala vez, ‘unmal producto. Como otrora et renuente al trabajo duro y digno, quien no sigue fetizmente el paso acompasado del cuidado de sf es vagx, perezosx y perniciosx para el resto de la sociedad. El sujeto consumidor de estas sociedades vive a régimen del misino modo que vive en un estado de deuda permanente, El alma ya no es fuente de preocupaciones: segin Foucault, por lo menos desde el pasado siglo, las redes del poder pasan por el cuerpo y la salud, En estas sociedades de control (Deleuze) © seguridad (Foucault) hay un imperative de ta vida saludable que obliga a cuidarse, mejorarse y ejercitarse para encajar (eso significa el fitness). Todo en pos de tna presencia digna de ser vista, elogiada y apreciada cen términos det mercado, 5 Si bien no resulta histéricamente novedoso el menosprecio social de los cuerpos gordos -con sus marcas de género, edad, clase, raza, condicién social, capacidad, etc.- et volumen corporal es percibido hey como exceso (de carne 0 grasa) y falta (de cuidado 0 voluntad). La misma caracterizacién te cabe al sistema econdmico actual. En palabras de Sibilia, el capitalismo iertamente es, al mismo tiempo, una fabulosa maquina de produccién de exceso y falta que permite que et fantasma del hambre y el fantasma de la gordura horroricen a los sujetos contemporéneos, aunque “de modos bastante difcrentes ¢ inclusive contradictorios (y, tal vez, probablemente complementarios)" La gordura -hoy definida como una epidemia de alcance mundial- es un punto nodal del cruce entre et imperativo de salud y las técnicas de perfeccionamiento del cuerpo o cuidado de si (eJercicio, dieta, tratamientos estéticos, cosméticos y quirérgicos, entre otras formas de modelacién corporal). Pero ta gordura no es como cualquier otra enfermedad: se ia asocia al consumo excesiyo de alimentos tanto como al deficiente (una cuestién de clases y de pobreza) pero también al modo de vida nocivo de seres sin voluntad que etigen, por defecto, el sedentarismo y ta mata catidad alimentaria Asimisino, la presencia o ausencia de grasa habilita e. pase al equipo de os cuerpos patolégicos/indeseabies ¢ normates/deseables', cosa que no.es un dato menor. En os discursos dominantes, fa gordura es una tare del cuerpo y un indice de falta de autocontrol (un valor del mercado como la eficiencia, la competitividad o te “buena presencia”), por eso se la asocia al fracaso social. Otro discurso propio det dispositive de corporalidad 3 ”Sbila, Paula: "Pureza y sacrtici. Nuves ascetismos por ot “cuerpo perfecto". artefacto 6 [Pensamientos sobre la ténica], Buenos Ales, 2007. Pig.4t. 4 En estas sociedaces de control/seguridad la opvestin no opera simplemente a través de acts abiertos de prohibieié, sno que to hace Subrepticlamente, coma agante encubierteproductr de “sujetorvables e Inviables” (Butles, Judith: Imitacin e irsubordinacién de género en ‘Allouch, Jean y otros: Gafias de Eros. Historla, género e identidades ‘sexuales. Edeip, Buenos Aires, 2000. Pe. 97). 26 Cverpos sin patrones actual es el de ta obesidad: el poder/saber médico fha patologizado la gordura del misma modo que lo hha hecho con otras diversidades corporates. Asi, se considera todo tipo de gordura como un riesgo médico fen si mismo cuando hay evidencfa cientifica de que no es tan simple la ecuacién’ y ha timitado la discusion a Una cuestion de exceso de comida y falta de ejercicio, olvidando estratégicamente los _riesgos _inherentes tn los tratamientos de adelgazamiento con los que se enriquecen las corporaciones farmacéuticas, médicas y estéticas. Tratamientos que siempre fracasan, en et mediano y largo plazo, hay que decirlo. En el cruce entre fitness/cuidado de si ¢ industria de la dieta vernos cémo ta salud -y la apariencia saludable- son deseo individual y lucro empresarial a ta vez. Y la salud es una mercancia mas que podemos adguirir, como nota Murray” : Eldispositivo de la corporatidad se vuelve tocuaza través del imperativo de la satud, la apariencia o el bienestar. Y lo que se produce no seran ya los cuerpos dociles de la era industrial sino cuerpos siempre disponibles, regimentados, en un estado permanente de alerta, ansiedad y avidez Si bien no hay un cuerpo “normat” como modeto Ideal homogéneo (la exigencia de la normatidad es una demanda imposible), bajo este régimen si hay variables que nos acercan 0 alejan del objetivo de encajar en los patrones corporates: ta gordura es, indudablemente, una variable fp ajustar (individual) y una variable de ajuste (social). 3 Taegan Tao de Costa, lens pa en Foucault er Css, 2s tlospstio finesse amd Demecrrietten, fat in time, crenes defeated covago. (En ea) pone eh Mibu Tuamtabareria cepa, evena/ en. levee pt gordi emis mend un stoma queunacausa de acnfermedas fete apo Sara rat Pts Ceca wring, 201. En ta ee Spe dss bray.oseet ase /2123/9021/27 Fever pa) 7 eneste po, uray sve a Foucault. Mura, Samah vathaogiang tenes: Wedlal Authority and Poplar Cute” en Sochlon ol Sport Jour 008 38.17 a er cata, Flavia toarguer, Po Esteban: "La via cero tromscen el cverpe como seal ce apt’ os eslicertos de titer er eintes dem ashermentls neta en Lem, See Sah Fouca Helberalio y bopaltice. Eelconts 2 En este diagrama, ta discriminacién naturalizada de las bersonas gordas, que se vuelve legitima, refuerza el ideal Social de pureza, de resonancias racistay- ‘demas de un hecho social, comer es un hecho politic, indudablemente. Asi como hay una forma de. pobress originada por la exclusion del acceso a la comida? también hay una forma de pobreza caracterizada. por el acceso a determinados alimentos. La industiia de fe alimentacién es también la industria de ta diets, que duda cabe. Lo insalubre y lo saludable tienen tos mismos atrones. Pero nf txs subalimentadss del mundo ni los henchidxs de comida dan una idea acabada de esto que Nos sucede en Occidente, como vimos lineas arriba, My ig alimentacién ateanza a explicar toda diversidad corporal Pero es0 es algo que ta corporacién médica se nleya 4 admitir, por sus intereses econémicos, claro, 3. Revueltas, no dietas (punk will never diet) Cada vez que la sociedad lee mi cuerpo gordo me deja saber que soy defectuosa, La sociedad "concce” mi Cuerpo como un sitio de carne indiscistinada y deseos inmanejables. Samanthe Murtay Bajo las rigidas condiciones actuales los cuerpos gordos fo cuentan como tales sino como objeto de injura estigmatizacién © transformacién. Los cuerpos gordon Universidad Diogo Portales, Santiago de Chie, 2010, a 9 _Mumerose auras han taajado sobre i fo ado sobre a fobla a a gorda acta an um pata encbriora dea eno apabrenas Sa ata miedo al cuerpo gorco ture de canta esd eonectane a ene los mass fura de contol Wer Ry Lar “Leh te an Kon Lara: Gourd and Gener Poe athe Peta oy tas in Americ. Duka ners frets 103) fa Cake tea ce ecole dl yo "cots, giana cas, farmacolégicas” que permiten una mayor competitividad en lor mrcades “xacerba qe a ferencsseclocandne iferencias fisicas, estéticas” (Costa, Flavia, op cit). Z aa (Cusrpes sin patrones importan soto si estan en camino hacia la normatidad/ deseabitidad, que serd delgada 0 no sera. Como se vive a dieta o “culdindose”, se presume que las personas gordas estan (0 deberian estar) en trénsito hacia un Cuerpo delgado, esto es, hacia una vida mejor, mas saludable, feliz y plena en términos de mercado. La sociedad disciplina la diversidad corporal, no ta celebra Pero si Foucault y sus continuadores estan en lo cierto, el discurso médico-juridico disciptinario nos ha tegado un modelo de normatidad corporal dificilmente encarnable. En las sociedades de control/seguridad ta traza entre lo normal y to patolégico es tan voluble que, de alguna manera u otra, todos somos cuerpos impropios". Porque hay quienes no nos adecuamos al modeto imposible. Y hay quienes no acatamos el llamamiento al orden que implica et cuidado de si actual Este régimen neoliberal de produccién y control de cuerpos/subjetividades siempre exige su precio a las corporatidades impropias. Claro que no es {inico el tributo ni es igual el prejuicio y et odio contra los cuerpos inadecuados, sean queer, diversofuncionales, intersex, trans, racializados 0 gordos. Porque diferentes técnicas de produccién de cuerpos motivan diferentes moclos de resistir a la opresién. Pero las disimiles dominaciones cconvergen en un punto. Ya que cargar con una identidad ‘'descalificada” -segiin la luminosa expresién de Heather Love- entrelaza sobre todo a los anormales cuya inadecuacién corporal resulta evidente e inocultable 0 muy poco asimitable. Asi, la presencia de los indeseables del sistema ‘uestiona tas nocfones de salud, belleza y normatidad corporal. ¥ al discutir el régimen actual, la diversidad puede devenir una posicién politica, disputando cuerpa a cuerpo con el discurso hegeménico. Tal es el caso del activismo de la gordura, que ha conmovido ciertos aspectos del dispositive de corporalidad, poniendo en evidencia muchas de sus afirmaciones ‘naturalizadas. 10. Cir Preciado, Beatrix: Resumen del Seminario “Cuerpo imprepio. ‘Guia de modelos somatopoliticos y de sus pasibles uscs desviacos", {linea}. Disponible en htp://ayp-uni.es/index.phptoption=com_ cantenttaskoviewBid-703 ~ Porque si algo han dejado en claro el activismo gordo es que el peso 0 la talla de una persona poco dicen sobre su estado de salud, sus habitos alimentarios 0 su modo de vida, En palabras de la activista Marilyn Wann, “la nica cosa que alguien puede diagnosticar con algo de certeza al mirar a una persona gorda es su propio nivel de estereotipos y prejuicio en contra de la gente gorda”", Y, como dice Cooper, cuarenta afos de activismo gordo han demostrado que hay otras formas de promover la salud para las personas con alto peso corporal que poco y nada tienen que ver con regimenes hipocaléricos, cirugias exiremas'™ 0 practicas vergonzantes/culpabilizantes. ‘Anora bien, que todos seamos actual o potencialmente impropios no significa que ta diversidad corporal en si misma sea una posicién politica ni que toda politica corporal desestabilice per se ta categoria de normaticad. 0 que no se refuerce, inadvertidamente, el propio statu quo al intentar burlar la policia de tos cuerpos. Por ejemplo, ciertas estrategias de visibilizacién posttiva de la gordura llevadas a cabo en el contexto de socledades altamente desarrolladas pueden prestarse a ser leidas en términos equivocos. Pienso en el caso de las ingestas puiblicas de alimentos muy caléricos 0 comida chatarra como espectaculo, que estan dirigidas a visibilizar el hecho de que muchas personas, especialmente mujeres (porque si bien ta regulacién corporal nos sujeta a todss, la asignacién de género nunca_es una operacion indiferente}, pueden querer comer de manera gozosa algo que no sea diet, fight 0 “saludable” 7 Wr, tS rita to ert” en tans Ete Sey, or fo) The a Stade Reader. Ne Xunesty Bas Now rk 108 £2 coor, Crate There's no nee for thoes pr Iyer, The und, /02/209. 1a race aft de v8 tales et estas do pin de lcci ts ta te desea da fos Snaarr yam entender epoca chest por Evatt pote dates rs hetrometvory uh de aerated apo ado es bese, kin a feonece dhs aren dconnkte na and apoyo» ener gost che safen tw cctedy hunter concn. Untey Soren tie amin ut Rong ot Pte” Set Smt Sper 30 Cuerpos sin patrones De todos modos, mas atlé de la viabilidad de ta critica, las acusaciones de complicidad con el hiperconsumo capitalista_proveniente de ambientes radicales que yen en cada cuerpo gordo la encarnacién det imperio del mal, parecen poco fundadas y muy prejuiciosas. Asimismo, estas acusaciones refuerzan el ideal moral de lo saludable imperante precisamente en et punto fen el que se autodefinen contrario a éste. Es decir, asumen las categorfas normativas del dispositive, en vez de contribuir a su desmantelamfento 0 a su puesta fen cuestién, reproduciendo tas exigencias ascéticas del cuidado de si (culpando a la persona gorda por su falta de voluntad para resistir la oferta constante de alimentos hipercaléricos 0 por su pereza a la hora de ejercitarse, por ejemplo). Habria que poner el acento entonces en que la posibilidad de consumo de ciertos individuos no sélo se contrapone sino que comptementa la carencia de recursos de otras personas, pero que el imperative del no comer o comer sélo bajo ciertas condiciones/restricciones es algo que caracteriza a este dispositive de corporatidad actual, por mas que se intente desconocerlo o naturatizarlo, Es importante recordar que el cuerpo no es un dato estatico sino que, como bien lo han evidenciado ‘experiencias disidentes como las del activismo gordo, ta diversidad funcional, trans @ intersex, en su devenir puede exceder tas normas y categorizaciones propias del régimen dominante, tarea ‘ue alin debeinos plantearnos acabadamente. issue" Thinking Fat VOL, WP 2 Pag T0i72). a 4, Saliendo colectivamente del closet del peso y de las tallas No sélo la gente gorda deberia llamar ta atencién sobre {a intolerancia y (a fobia a ta gordura, {..] Todes estamos ‘mplicadxs si aceptames y toleramos ta discriminacién y et discurso contempordneo que posiciona a Ixs gordxs como seres sin voluntad, enfermxs e inferiores. Deborah Lupton Aunque en el mundo angloparlante existe un activism ‘consistente y una vasta produccién tedrica en torno a las corporalidades gordas (en términos de liberacién, aceptacién, reconocimientoy orgullo), todavia es bastante problematico plantear en ambitos activistas locales nuestra experiencia corporal de manera politica, Como si salir del closet de la gordura fuera algo de to que no se quiere saber. Quiz este anuncio perturba el statu quo, donde lxs que observan, juzgan, critican y dictaminan desde un afuera flaco- siempre saben algo més que un». ‘Aunque ese algo no sea més que sus propias fantastas y ansiedades sociales proyectadas sobre lo que se supone linds, deseable, saludable y normal. ‘Ahorabien, lasproyeccionesde fantasiaseidealizaciones normativas sobre los cuerpos son combatidas por muchxs d= osotrxs colectivamente, no como un problema individual. Por eso crea que la percepcién social de la gordura y 54 calificactin negativa no pueden quedar reducidas a un problema personal e intimo. Ser gordx y que eso nos avergiience de diferentes maneras no es una tara personel fa ser superada en soledad 0 con la tinfca compaitia de w par de libros de ferninistas de la segunda ola. Porque, nos guste 0 no, gordx no es un adjetivo calificativo mas. Estas Cinco letras resumen, en nuestras sociedades, toda un serie de suposiciones sobre la persona asi calificada (sobre su estado de salud, su voluntad, su frustracién, su auto- percepcion, sus apetencias, sus elecciones, etc.), Pienso ‘que el “acéptate” 0 “quiérete” que nos espetan en la ‘ara nuestros propixs afines son imperativos insuficientes. Condena a la esfera individual algo que tiene que ser un 2 CCuerpos sin patrones problema politico para un nosotrxs que se pretende amplio y diverse. Si todxs somos constantemente interpeladxs fen términos de género, capacidad 0 raza pero también morfol6gicos, jacaso hace falta que seamos actual 0 potencialmente gordxs para interesarnos en esta discusién? yAcaso necesitamos ser todxs trans, intersex, lesbianas 6 migrantes para implicarnos en politicas activas que se fopongan al odio y a la discriminacién? Mi salida de closet como gorda cisexual por sf sola no me libera de las ataduras det dispositivo de corporatidad: los iscursos dominantes no se conmueven por un simple acto de concientizacién sino que deben ser resistidos de manera activa. Y aqui es donde cobra fuerza la idea de una resistencia colectiva al régimen politico, econémico e institucional de praduccién de los cuerpos gordos como {allidos. ¥ lo que deberia preocuparnos esta mas alla de la cantinela de la auto-aceptacién o incluso del orgullo de ser como somos, celebrando ta inimensa diversidad en la ‘que encarnamos lxs seres vivxs. Me interesa que podamos trabajar politicamente tanto el insulto descalificador que proviene det odio como et calificativo pretendidamente neutro, objetivo y descriptivo (gordx en ambos casos). Y, sobre todo, trabajar la vergienza como afecto patiticamente eficaz. De to contrario, quedaremos inermes ante la dictadura de tas patrones corporales y de las ficciones regulatorias de lo corporat, gordura incluida. Y ‘me pregunto: zqué rebeliones somaticas podemos intentar si aun no podemos plantear en todo st alcance la salida del closet de los cuerpos gordos? a 5. Concluyendo: Bakunin conoce a Bikini Kill <2Mi cuerpo seré siempre una fuente de dolor? No, no, nv. Bikini Kitt En las ditimas décadas del pasado siglo, algunas feministas y teéricas afines se han ocupado de la distorsién de la imagen corporal o los trastornos alimentarios, pero to han hecho afincadas en el privilegio de ciertas corporalidaces Femeninas (blancas, cisexuales, heterasexuales, capaces, de clase media), dejando de lado la especificidad de la ‘experiencia de discriminacién, injuria y fobia que sufren tas Personas con alto peso corporal y las intersecciones de tos istintos ejes de dominacién/opresién, Pero desde finales de los afios ‘60, activistas en el mundo angloparlante (muchxs de ellxs feministas, lesbianas radicales, trans y queer) han denunciado la estigmatizacién de las personas gordas y la complicidad de ta industria de la dieta y et saber/poder médico con ta difusién de la obesidad como un peligro social ber se. Asimismo, han recuperado la potencia de la palabra gordx para autonombrarse, mutanda cl insuito en resister {al como to han hecho otras minorias (las tortas y maricas, ies queer, cripple, etc.). Ysibien, coma dice Lee, el activisma de {a gordura no resuelve necesariamente ta compleja relariin ue Us individuxs tienen con sus cuerpos, ha contribuido: a crear una comunidad y una narrativa alternativa en una sociedad bombardeada con “la epidemia de la obesidad”™! En nuestra regién, bxs activistas de la gordura estamos Produciendo un incipiente movimiento, articulandonos con el feminismo/transteminismo, el activismo de la diversidad funcional, trans e intersex. Mas que una mera reivindicacién de las redondeces, la gordura o la grasa, CCuerpos sin patrones Se ha vuelto comin que cuando xs activistas que estamos pensando nuestra gordura hacemos circular en espacios locales de diversas lineas de accién politica la pregunta por la gordofobia como matriz de opresion que suma complejidad a la baterla de tecnologias que administran ta violencia de un sistema cultural de praduccién normada de cuerpos como en el que vivimos, nos encontramos con una Cantidad de reacciones que se vuelven sintoma de que visibitizar nuestras propias experiencias como corporalidades gordas abjetivanciolas como una problematica colectiva de orden potitico-piiblico supone, por el momento, reacciones extrafias de asombro yaalgunos silencios de quienes crefamos aliadxs, pero sobre todo lo que prima es ta pulsién por et empoderamniento forz0s0, por la retérica de la aceptacién y el orgullo, una modalidad particular y muy ansiosa de imponer soluciones programaticas y unilaterates que imposibilitan la apertura de la critica al ordenamiento de los privilegios corpo sexo genéficos, ni permiten preguntar por las dindmicas de poder en las que est organizada la mercadotecnia del deseo de los movimientos sociales. Es extensa la Cantidad de activistas politicos que consideran menor la discusién sobre la gordura, y sobre todo, consideran menor la pregunta por la experiencia sensible de la verglienza, el placer, y la belleza en aqueltos “otros” cuerpos que deberianis sania répido, con el conyuro det "me quiero, me acepto, soy fuerte”'o “puedo cambiar, y dejar de sentirme asi, silo deseo y tomo la decisién”, Noes casual, entonces, que la vergtienza ocupe el lugar que ocupa dentro de algunos de nuestros activism. Las ‘personas gordas experimentamos desde el primer momento fen que nuestro cuerpo excede lo visible permitido, desde ue transgrede aquelta porcién reducida y previamente Permitida de espacio, ta injuriay el recordatorio constante sobre ta transgresién cometida. Gordxs somos aquellxs ue somos nombrados en cada uno de tos espacios que transitamos, en todas las ciudades del mundo, en cada objeto de la vida cotidiana que nos rodea, nos recuerda ‘nuestra forma, y sobre todo nos dictamina la sentencia de la expulsion como condena social a nuestra desmesura Gordxs, injuria que sentencia el desborde de un limite que 4 Fn Te SrEeEY inteligentemente ha invisibitizado ta artifciatidad de su ‘aturaleza por medio dea ficcionallzacton de algo llamaoe, ‘I cuerpo normal” 0 “el peso indicada”. Gords, sel ee pombra la sociedad desde ese momento en el que esvinins ta Wraleén a las trincheras de la carne, avergonzacos her shysubuesta imposibitidad, su permanente falta, yoy abundante exceso, cuetpos silenciosos y_silentiofen Euclosy transpirados, motestosyasexuados, torpes ghar’ kimids, domados, trstes y aburridos, entre tantot ae, Adietivos afilados que constituyen ta grafica de te bere ¥ la impugnacién, Pero tos interlecutores del odio ne sos {20 adultos policias de tos cuerpos, sino tambign, tocne ‘uando parece no haber nadie. El imperativo de ta aceptacién, y et tamaco urgents {Re pulsa el orgullo como tnica'y primera patties ee losre vsibilizar que estamos aqui y que hemos dectakic no aguantar més ta violencia, se constriye ae ment cotaliterie como tien estratsia de resistencia polaeey ce Interpelacion critica a los discutson de la gordotuine ie importa poder preguntarle a este tipo de recéng Ge {2 sobrestimacién de uno mismo, de hiperviabiiney ae la fuerza y el desenfadio zqué es lo que podrion wate delando afuera? Qué ottosterttorios senibles rodrinn PfFecernos nuestros cuerpos como espacios posible dene [02 cuales dsparar gritos de rebeldia que se opongcas ta discriminacin @ injusticia permanente 2 toroeeen tnfrentamos? Fugar dela aceptacién como ince he ors besible en ruestras pricticas politics para dare lucene Gtrasestrategias que partan de reconacer el lini gus Syhone la inmediotez y el avo de ta integrons {esmanteten losmecanismos de fagocitacion politica decd, {28 cuales el capitalismo neoliberal toga insumsentainee {98 demandas sociales reterritorializando y aplanane ay 4 Cuerpos sin patrones potencialidad de resistencia a sus modos de produccién y ‘organizacién, por el encantamiento que supone el ritmo acelerado de transformacién del dolor en sanacién, de trauma a olvido. gAceptados por quién? gintegrados a qué sistema de organizacién social y cultural? A qué costo? Coder ante la urgencla de la aceptactén y et orgullo, para dar lugar a una accidentada intensidad que nos abrigue desde la productividad de la vergtienza, que nos entienda en el tiempo que duran nuestras caidas, y que nos envuelva el calor rabioso de una politica imaginativa radical, que empieza por creer al propio cuerpo como posible, produciendo una intermitencia al odio, el desprecio y la burla de las miradas, pero que no olvida ni silencia que tas temporatidades que exige cada cuerpo dependen de las potencias y los recursos con los que ontamos, y alli también se escribe la historia de nuestras diferencias. Porque nuestros cuerpos gordos no son todos ‘iguales, y porque tos grados de violencia a tos que hemos sido expuestos no pueden volverse homogéneos, como tampoco podemos dejar de lado las escrituras post- quirdirgicas de nuestros cuerpos sometidos a operaciones, las grietas en la sociabitidad que provocan nuestras Infancias en dieta, entre muchas otras experiencias en las cuales nas faltan tas palabras, y nos sobra tiempo en el silencio. Estas son texturas que no pueden ser pulverizadas por la sonrisa de la autocomplacencia y et enamoramiento individualista. Darnos lugar a procesos de empoderamiento, reformulacién y reflexién critica y politica de manera colectiva sobre nuestras corporalidades también es parte de nuestro activismo, porque implica hacer huelga a la temporalidad productiva que instala en nuestros cuerpos y en nuestras subjetividades el orden ‘mayoritario del capitalismo cognitivo, que nos obliga a dar Cuenta de nosotros mismos, y a disefiar proyectos de vida y lugares de enunciacidn lo més transparentes posibles Entonces nos queda pensar en qué practicas son posibles de llevar adelante para que sea cada vez més claro que estamos aqui y hemos abierto un tugar a la fuerza desde el cual inyolucrarnos en ta transformacién radical de los ‘modes en tos que se producen yadministran social, cultural, sexo-politica y econmicamente nuestras corporatidades, multiplicando espacios de experimentacién sensible en’ os que hacer posibles nuestros cuerpos a nuestro ritmo, con nuestras formas, y con los placeres que sepamos y podamos inventar desde nuestras diferencias. Hacer la vista gorda. Imaginando una politica visual de la desmesura Una de las modalidades a través de las cuales acciona la gordofobia es ta proliferacién ininterrumpida de imagenes, que cristatizan representaciones estigmatizantes de los cuerpos gordos. Esta circulacién paroxistica de imagenes se restringe a exhibir una experiencia condicionada, tendenciosa, y manipuladora de to que significa o de to que es posible experimentar siendo gordo. Por to generat las representaciones de nuestras corporatidades aparecen fragmentadas, focatizadas en aquellas geogratias de la piet que exceden las formas instituidas como “normales”, produciendo recortes, y sobre encuadres de los pliegues, estrias, piernas, abdémenes y toda parte de nuestros cuerpos que quitades de historias, y exhibidas como. carne cortada a cuchillo, intentan mostrar una reatidad unilateral incuestionable de vergtienza y horror desmesurado. Es asi como aparecemos representados sin historias, extraidos de marcos territoriales, y por to ‘general -no es un detalie menor- sobre locaciones que nos, impiden considerar a un cuerpo afectado 0 conectado con otros sujetos, Por lo general, y basta con una bisqueda rapida en bancos de imagenes de internet, este tipo de Tepresentaciones provienen 0 mayoritariamente estan vinculadas con mecanismos de ilustracién y representacion ‘que son funcionales a (as politicas gordofabicas de ciertas, practicas médicas y a las industrias de la dieta, que tratan @ nuestras corporatidades como carne sin vida en donde quedan anuladas otras experiencias afectivas que no sean el auto-desprecio, el desagrade, ta ridicutizacton 46 Cuerpes sin patrones y la urgencta por ta auto-extincién'. Propongo a quienes leon estas palabras, acceder y verdaderamente tomarse el tiempo para buscar imagenes de circulacién piblica y masiva en tomo a ta palabra “gordo”, “cuerpos gordos”, “gordura” por nombrar algunas entradas posibles. Eso resultados que alli pueden ver representan el estado actual det sentido comiin en relacién a nuestras vidas, y son, por el nivel de viotencia con el que estan producidos, mecanismos de tortura y de pulverizacién subjetiva a las ‘que nos enfrentamos las personas gordas constantemente. Frecuentemente este uso programado de cudles son las Imagenes que toman estado piblico sobre nuestros cuerpos, como dijimos antes, estin administrado por rnumerosos enclaves y complejas tramas de poder. Pero tuno de ellos, y el que nos importa aqui evidenciar, son las grandes marcas y empresas de reduccién de peso ‘que forman ta industria de la dieta que promocionan sus formulas excepcionales con campafias incisivas que tienen como ee fundamental la exhibicién visual de sus beneficios mediante publicidades, entrevistas, notas e imagenes que ttilizan testimontos, documentacién, y registros médicos para ensefiar su efectividad en la pérdida de peso y para transformar el cuerpo gordo. La estructura que toma lugar en estas politicas de visbilidad reproduce constantemente ‘un formato que llama ta atenctén: el Antes yel Después. Dos ‘cuerpos enfrentados, presuntamente de te mista persona, friccionan ta imagen del “antes”, donde el cuerpo gordo aparece como sintoma de lo socialmente odiado, y de to estéticamente monstruoso que urge desesperadamente hacer desaparecer y la imagen de un cuerpo “después” de las técnicas de normalizacin de algin dispositive médico (como el bypass gastrico) 0 de algin programa de reduccién de peso, en la que queda bien en claro, cuales son las formas correctas que fundan lo deseable. Ahi donde estas imagenes se juntan, en ta comparactén de esos dos relatos, esta condensada {a historia politica de cémo se insiste en borrar nuestros mods de vida, y la legitimidad de nuestras experiencias. De esa friccion ¥ Cooper, Charotte. (2007) HeaulessFattles'[Onlne. Leedon. Available ‘n://charlottecooper not/publishing/ dgtal/headkessfatios 01-07 ” se desprende una normativa violenta y extorsiva de cémo y cuales son los cuerpos vivibles, y cuales son lugares de encierro y recluston, castigados por la ausencia de deseo. Lo que tienen en comtin estas dos imagenes que suponen una distancia enorme es que ambos cuerpos son signos de explotacién econémica y de espectularizacién de sus formas. La efectividad que produce el encantamiento y la fantasia erotizante de la asimilacion y ta normalidad invisibitiza completamente la complejidad que supone la .¢ da por entendido que adelgazar implica que se acaba el dolor del/en/sobre el cuerpo, que se destierra para siempre cualquier atisbo incipiente de angustia, tristeza y rechazo, y pareciera que se constituye como un resultado directo la garantia de una vida digna en la que ro tendrfan lugar ninguna de las opresiones que se suman a la realidad del cuerpo, como la precarizacién laboral © el desempleo, la homolesbotransfobia, las demandas normativas de la mercadotecnia del deseo y et racismo. Es asi como estas imagenes logran productivizar el anineto y la pulsién analgésica de la “felicidad” y el éxito sociat ‘como dispositivos de complicidad para el exterminio de lo distinto y ta produccién de cuerpos no-gords. Es por esto que me parece necesario pensar serfamente en las intrincadas maneras en las que actin (as imégenes y_ estos érdenes mayoritarios de administracion Cireulavion de visualidades que fundan la norma corporal y que sin tregua alimentan potiticas eugenéstcas, Cudles. son las imagenes mentales, comunitarias, afectivas que podemos producir para resistir y contrarrestar los efectos de que nuestros cuerpos sean teidos como una epidemia de escala global a ser desterrada? Lo que hoy pienso, € insisto como una politica que concentre sus esfuerzos en ta experimentacin de una imaginacién radical, tiene que ver con empoderarse desde ta potencialidad critica que supone la produceién de imagenes, experiencias sensibles, formas de contracomunicacién inventiva, intervenciones performaticas en el espacios paiblico, y la puesta en marcha de lenguajes y traficos de signos que nos ayuiden a forzar el limite de lo posible, y que al mismo tiempo se vuelvan estrategias de reescritura de nuestras propias vides, donde poder experimentar una pausa al hostigamiento subjetivo 8 (Cuerpos sin patrones permanente, Con esto no me refiero a que es necesario fundar una visuatidad gorda? o un arte politico gordo, 5 decir, territorializario como un tema precodificado disponible para ser representado por cualquiera. Sino ‘enunciados criticos que interrumpan la velocidad con ta que los sistemas de identificacién y desidentificacion de esta fase actual det capitalismo que es cultural imponen su violencia y modelan subjetividades a escata planetaria por medio de normas imaginarias y fleciones regulatorias del cuerpo sano y deseable Un activismo gordo que entienda la fantasia y el deseo no como un mero dato, sino como el espacio desde el cual producir una resistencia critica‘, en la que el placer y la belteza, se vuelven espacios desde los cuates disputar ‘con la guerra constante a la que se someten material y cognitivamente nuestros vidas en una sociedad desbordada de signos apologéticos de corporalidades normadas, de pieles blancas, y de futuros construidos por las potencias del consumo. Ensayar sin garantia, entregados a la deriva esperanzada de abrir camino para otra experiencia emocional de nuestras potencias, posibilidades, y deseos, reconcciendo tas particularidades en las que estamos inscriptes, elaborando mapas y archivos del sentir en cada geografia de la carne gorda que portamos como un programa politico que supone y se sostiene por el afecto de la muttitud de nuestras alianzas, esas arquitecturas en las que confiamos nuestros derrumbes, Necesitamos imagenes y formas sensibles de narrarnos que desmanteten et estado actual de las politicas de la mirada, para poder quebrar con el asombro y la incapacidad de creer que somos cuerpos posibles de ser deseados por fuera de tos espacios minimos de circulacién a los que se Nos reduce, para destruir la percepcién desexualizante 2 snide, Stefanie (2012) *Fatness and Visual Culture: A Brier Lock at Some Contemporary Project”, Fat Studies: An interdiscpliary Journal OF Body Weight and Society, 1:1, 13-3 3 Solder, Stefanie (2013) “introduction to the Special sue: Vi Wuction to the Special Issue: Vsuat Represantations of Fat ad Fatness", Fat Studs: an lnterdlsciptinory ournal of Body Welght and Society, 2:2, 14-117 4 Duncombe, Stephen (2007) Dream: Re-imagining Progressive Police In an age of Fantasy", Hew Yore The Nev Press, 2007. ry {ue insiste en querer privarnos de poder eteg ol Sexo que querramos con quienes averse noe all, desde esa desmesurada capacidad desearte aus adamnes ejercitar con estos cucrpos gordon, receaneee furlosamente una vida bella en la que corre et livia tes Imaginable, para ensayar urgentemente otras oe {ue nuestras vidas sean un poco mas tires es Pat Grasa sudaka Activismos gordos desde el culo del mundo Es importante poder pensar on la critic et activsmo gordo, como diimos antes, alee ene {a ontologizacién absoluta de una trinchera identitan ue supondria un sujeto politico énico dentro de ee activisme (mayormente identificado con tas person, gordas, blancas, clgénero de contextos urbanos on rae ae primer rund, en especial Estados Undies Poniendo en relacién y complejizando sus alcanes no inculo con otros activismos, y con las erticas ands ue son posibles desde miitiples rspactos de cruneas {ue tambien trabajan desde a resstenca eee net de “normalizacién corporal en. diferentes contents seopolitices. Los marcos de opresién a los que won Enfrentamos attan de manera diferencada yen serge escalas en relacion a ta ubicacién y la procedeneia as Cada cuerpo gordo. Problematizar ta gordofobte pans Permitinnes radicalizar y potenciar algunas eritean oe Por to general suelen estar ausentes, a we qué manera interrumpen’ tos cuer tos ‘cédiaos de existencla corporat exiides, res Comportamiento normado de cada expresion de penecs @1| Bos de la reproducciin de la mascutinidad ya feminidad heterosexual cisgenero hegemsnicat Com actiia diferencialmente ta posibitdad de un coon so Cuerpes sn patvones gordo en la construccién de ta mascutinidad?® :Qué privitegios portan los cuerpos masculinos en relacion a la sobrecimenstonatizacién de {a exigencia y fa norma cotporal gordofébica para las feminidades? Seria oportuno observar que la gordura ademas de actuar de diversos modos a causa de un ordenamiento fuertemente patriarcal de nuestras cutturas, puede pensarse como formas de interrupcién y descatce de las construcciones de género no normativas. 2Qué sticede con la gordura en nuestros cuerpos lesbianos, maricas, trans e intersex? Personalmente, en relacién a mi propio deseo, frecuentemente me pregunto {Qué hacemos los putos que somos maricones con nuestra gordura, con nuestros cuerpos tampifios, fofos, y feminizados que nos dejan por fuera de las nuevas normas de construccién det mercado gay que apelan a ta puesta en marcha de una mascutinidad compulsiva y heterosexualizante? Fs necesario decir, sobre todo por las \6gicas con la que avanzan los procesos de normatizacién y asimilacién de las identitades sexuales gay, por ejemplo, que la gordura comienza a valuarse, en tanto pueda construir un cuerpo correcto, fibroso, una suerte de gordura estética en donde siempre prima el principio de la buena forma y ta buena distribucién de la carne que refuerce la masculinidad, que no escinda'ta identifieacién con la categoria “hombre”, produciendo distancias con aquellos cuerpos en donde ta gordura por tas formas, y las maneras de distribucién que hace la grasa en algunos ‘uerpes, se lee como un factor feminizante. Queda claro imo los procesos de fagocitacién e instrumentalizacién que hace permanentemente el capitalismo neoliberal con la diferencia, reproduce en la propia topografia de la gordura tecturas heteropatriarcalizantes en las que algunos cuerpos somos subsurnidos a las periferias de la mercadotecnia det deseo por nuestra condicién de “'femeninos”, mientras que otros, a pesar de situarse por fuera de la t6gica heterosexual, contindan reproduciendo ¥ gozando beneficios por no poner en riesgo ta asigna de ta mascutinidad hegeménica 5 Wvhes, Jackie; Pause, Cat; Murray, Samantha (2044) “Queering fat embodimient”,Faenham, Surrey , Ashgate Publishing, MMI intencién al pensar cémo ta gordura altera tos roles predeterminados de los géneros, no busca solo dar cuenta, como ya to ha hecho ta’ teoria queer y algunos feminismos, de la construccién y produccion cultural det género. No se trata de reparar en esto: como aparates o ficciones somdticas', que ponen er Citculacién y refuerzan tas dinémicas de poder que Este sistema capitalista heterocentrado necesita para Su Funcionamiento, sino entender que esos cverpos donde se producen esas atteraciones a los érdenes de {a ley cultural son mas vutnerables a los castigos tanto materiales como cognitivos por la policfa de los cuerpos, ¥ quedan expuestos a una pronunciada serie de injusticiag ¥ exclusiones que vuelven ta vida insoportable, Finalmente me gustaria compartir una tltima dimensién critica que se vuetve fundamental sumar a los procesos de desmantelamiento y resistencia a la gordofobia, que es ta consideracién de cémo se construye Auestra gordura y cémo es que tlegamos a ser gordos aca en el sur, con tos colores de nuestras pieles y con estas genealagias raciales que nos diferencian de ta mirada blanca accidental desde la que opera la policia de los Cuerpos. Desde sus inicios, el activism gordo estuvo Yinculado a contextos de paises inal lamados centrates, o det primer mundo, en donde el desarrotlo indstrialy tag conniguraciones de los mercados permitian y contintian permitiendo otros consumos que claramente difieren de [2 Featidad de los paises latinoamericanos, por ejemplo, en donde el acceso, la distribucién y ta produccién del alimento atraviesa otras redes de poder aun mae crucles y sangrientas que los contextos urbanos de las metrdpolis capitalistas internacionales. £1 esfuerzo por Pensar el activismo gordo como un programa politico radical de critica sobre los cuerpos que exceda los Marcos de intelegibilidad que han desarrollado teéricos ¥activistas en el exterior, en especial estadounidenses, también implica poner’ en marcha politicas que desestructuren las légicas coloniales de administracién 6 Preciado, Beatriz (2005) slopatticas del género en A&W Biopolitiea. Ay de Pollo. Buenos Aires Traduction de Josauin Ibarbura Pa | pert cerns Rt RY Cuorpos sn petvones y produccién det saber y la préctica politica de ta resistencia gorda’. gCémo son los cuerpos gordos det sur? Es una pregunta que nos puede permitir cuestionar {a administracién de un sistema saciopolitico en donde el alimento es un privitegio, donde existen contextos de vlolenta precarizacién de la existencia que obligan a familias numerosas a la gestion comunitaria de In comida, cuyos consumes se ven reducidos y timitados por la clase social a la que pertenecen, que modetan y organizan ta construccin de sus cuerpos gordos de forma muy distinta a quienes cuentan con estabilidad econémica, trabajo y la posibilidad de acceder a otros niveles de consumo alimentario, De este modo, ta gordofobia puede ser complesizada cuando es atrevasada por {a violenta diferencia que supone la desigualdad econémica, donde ta criminalizaciin de la pobreza también se sostiene por una critica estigmatizante a los modos de vida, a las costumbres cutturales, y a las formas y a los tipos de consumo de las clases sociales mas explotadas, Una critica desde nuestros cuerpos gordos, creo personalmente, tiene que apuntar a sefialar y advertir sobre los modos criminates a los que son reducidos les cuerpos ‘que sostienen a traccién de sangre tas légicas productivas do oste sistema cepitatista, en donde las dinamicas do explotacion y extraccién de plusvalor se ven reflejadas en tos accesos alimentarios y en a produccién de determinadas geografias de ta carne. Por eso mismo, fugar del llamado de ta aceptacién es prioridad. jes suficiente que la critica que podamos producir desde Nuestras resistencias como personas gordas se reckzca a {2 inclusién y a la disminucién de ta discriminacién que enfrentamos? 20 a que seamos aceptados en las légicas del deseo de una cultura heterocentrada, transfabice ¥ colonial sin desmantelar una maquina social que funciona en su esperanza reproductiva, por medio de ta explotacién de tos cuerpos, la modelizacién de su futuro, Yel exterminio eugenésico de todo lo que se carra de 2nenaher, Chalaite (2012) A Queer and Trans Fat Activist Timetine: ueering Fat. 83 la norma? Por eso desde aqui, lentamente pero con decision, insistimos en ta necesidad de liberar procesos de resistencia y experiencias sensibles de placer rebeide y abrigo colectivo radical desde nuestras gorduras insumisas que nos retina para frenar la compleja gue"ra material y cognitiva a nuestros cuerpos y para poder vencer (a extincién de la capacidad singularizante de to distinto que guarda la posibitidad de un mundo mas libre, en el que todos tengamos lugar. ‘Ouerpor sin potrones EL CUERPO COMO ESPACIO DE DISIDENCIA Lucrecia Masson {Es posible pensar el cuerpo como espacio de disidencia? Un Cuerpo plagado de drganos, no siempre sanos, no siempre vvigoros0s, no siempre jovenes... Nos encontramos ante la necesidad de una revuelta orgénica, en su sentido literal: revolver érganos. Es actualmente una apuesta urgente la de plantearnos una rebelién de los cuerpos. Rebelién ‘que, necesariamente, rechaza la frontera entre el cuerpo normal y et deforme, et cuerpo saludable y enfermo, el ‘cuetpo vilido e invalido, Rebetién que debe ser planteada a partir del encuentro, la afinidad y la atianza entre estos ‘cuerpos inapropiados e impropios. De ahi que tos sistemas {que nos organizan a partir de género, raza, sexuntidad, normatidad corporal, salud mental o fisica, se vuelven edificios que es necesario derribar, y esta accion de derribo nos deberd encontrar juntas, sabiéndonos atravesadas y en constante y compleja interseccién, ‘Podemos entonces entender el propio cuerpo como espacio de activacién potitica? Partir de nuestras trayectorias corporales, narrar en primera persona, tanto singular como plural, la historia de nuestra reatidad corporal es un desafio al que diferentes activismos empiezan a lamarnos. ;Pedemos pensar en una historia colectiva de nuestros cuerpos? gCustes son [0s dispositivos que producen corporalidades inapropiadas? :Podemos plantearnos mecanismos para crear huevos modos de producir cuerpos, de producir deseos, de producir bellezas? 2Y qué herramientas nos dammos para hacer de nuestras vidas un espacio mas habitable y fetiz? (egg en tre No pienso en metas, ni en aceptacién, ni en gustar, ni en convencer a nadie. Porque no creo en redencion, Me parece importante volver a nombrarme ahora como gorda, nombrarme gorda como estrategia de autoenunciacién, Nunca liviana. Y sirva este time adjetivo para que ta paradoja dé tugar a la sonrisn Nombrarse para volvernos visibles. Ocupar et espacio para Wolvernos visibles. Visibles, desobedientes, disidentes ce {2 norma que nos impone una sociedad que estandariza y controta cuerpos y deseos, que define to hello y losang. AY por qué ta necesidad de volvernos visibles? Porque {a vista es un aparato de produccién corporal, dice Valeria flores, y hay modos de mirar que fabrican cuerpos, continda ¥ yo agrego, hay modes de mirar que fabricany deseos ¥ modes de mirar que fabrican bellezas. La apuesta sera onstrutr nuevos cuerpos, nuevos deseos, nuevas bellezas, Ante la pregunta: spor qué ser gorda, o vieja, c fliversa funcional, o enferma (y ta lista podria ser muy larga) me hace estar fuera del estandar de belloza 6 de normatidad corporal? :Qué me hace disidente de la norma? Propongo cambiar esta pregunta por otra, y he aquf el desafio politico: sbajo qué mecanismos se construye el Cuerpo normal?gCudnta disciptina de normalizacién hon soportado y soportan nuestros cuerpos? Qué técniens ide donweaticactén y regimentacién nos hacen desear ser otmales y atractivas a costa de padecimientos? Construir un cuerpo extenso Partimos de dejarnos interpelar por e propio cuerpo, 4a interpelacién por ta que apuesto es tanto individeal como colectiva, Necesito preguntarme cosas sobe sy cuerpo, sobre el cuerpo de las otras, y construlr un cuerpa extenso, un espacio para la accion ¥ reflexién, Me parece fundamental hablar desde nuestras propias camer fae carnes defectuosas, inseguras, miedosas, angustiadse 36 CCuerpos in parones Nuestras carnes, tas que sobran, tas que faltan, las que duelen, las que estén viejas, las que estén enfermas, tas que no son funcionales, las que mueren incluso. De ahi la interdependencia como paradigma que empezar a transitar. Nadie, sea cual sea la corporatidad que encarne, es realmente autosuficiente. Par esto pienso en (uchas cémplices y afines. Busco potencias vincutadas y vinculantes. Creo que es necesario y vital encontrarse. Serd et encuentro, el lugar de la potencia, el lugar desde: donde partir, et lugar de la posibitidad. Es necesario atentar contea la matriz que nos organiza corporaimente. Desnudar el artefacto que nos construye fen tanto cuerpos, en tanto territories clonde se inscriben lecturas, Es necesatio desafiar esas lecturas y crear, imaginar, fantasear, inventar nuevos relatos. Hay un gran aparato ficcional que hace que nuestros cuerpos se lean como “generizados” 0 racializados 0 viejos, 0 discapacitados, o gordos, o enfermos. Pero si que, si bien no podeinos perder de vista et carécter de artificio, hay una realidad que nos atraviesa, que hace de mi vivencia algo bien distinto a ta vivencia de otras. Necesitamos narrar en primera persona, tanto a primera persona del singular como la primera persona del plurat, la historia de nuestras reatidades corporates. Et ‘argument de ficctén no inhabilita las tdeas de trayectoria, derealidad, de experiencia corporal. Estareatidad necesita ser contada, colectivizada. Es necesario recuperar esta experiencia, asumirnos yulnerables y entender que ésta es condicién misma det ser, y que no se puede ser sin exponerse, porque no somos sino en interrelacién, Es importante reivindicar estrategias que’ partan de la vulnerabilidad, de poner en ésta ta potencia transformadora. Destrozar el discurso que nos exige ser siempre fuertes y valientes, poderosas, aceptarnos, querernos a nosotras mismas, estar a tono siempre con un mundo que nos rectama indefectiblemente listas y sanas para asumir las tareas de produccidn y reproduccién, Ese mundo de ahi afuera que nos reclama funcionales. Y no pienso en metas, ni en acoptacién, ni en gustar, ni en convencer a nadie. Porque no creo en redenciones ni en evoluciones, ni en ta barbarie convertida en civilizacién. 8 Creo en biisquedas, en pasiones y en fricciones agonistas de mis propias cames que, dadas al encuentro con otras, tienen el enorme potencial de hacer de nuestras cexistencias un lugar mas habitable y feliz, dando tugar a indamitas formas de habitar nuestros cuerpos. Cuerpos sin potrones tA QUE EDAD FUE TU PRIMERA DIETA? Lux Moreno "7A qué edad fue tu primera Dieta?” Esta frase que circula por la ted nos interpela de un modo extrafio, hasta tendencioso. Hablar de una primera vez, nos da la pauta de que pareciera “necesario” iniciarse en el circuito de las dietas como algo ritual. En algunas cultufas y comunidades se suele iniciar a tos jévenes en ta vida adulta por medio de ceremonias. Me pregunto, zcémo funciona hoy en dia ta cuestin ritual que circula en las dietas? Somos introducidxs al mundo de los estereotipos de belleza y salud? {Tenemos ‘opciones, de no iniciarnos en esas ligicas de exclusién de los ‘cuorpxs distintos? Quizas se daba a mi condicién de Gordx, pero puedo afirmar, que la iniciacién al mundo de las dietas {5 uno de los primeros pasos sintomaticos que afirman la discriminacin sobre los cuerpxs. En la actualidad, se exacerba la forma en la que nos vemos inmersos en una cultura que privitegia clertos tipos de corporatidades por sobre otras. Sobre todo podemos detectar que existe una realidad generalizada, acerca del hecho de hacer dieta, mantenerse en forma y de afirmar la salud/belleza como una especie de dupla inseparable. Se instalan asf sobre los cuerpxs normas culturales, politicas ¥ econémicas que pretenden normalizar sobre ciertas ‘standarizaciones. No es de extrafiar que proliferen estereotipas como el de la imagen de ta chica rubia de {arguisimas piernas y talle xs que aparece como la figura que encarna ciertas l6gicas de la reatidad que habitamos. Ol vardn musculoso pero estilizado con perfecto control 38 de su cuerpo/'viritidad manifiesta, la versién mascutina det estereotipo. Encarnanido en cada uno de ellos et binar'smo hreteronotmativo det género, la superficiatidad del deseo y una sexuatizacién constantes que se repite de manera Feforzada a través de los medios de comunicacién, redes sociales, publicidades, entre otros. No es extrafta entonces la proliferacién de tos centros de estética que combinan dietas, tecnotogias de cortrot del peso y una manifestacién constante de la salud como directivas. Se les presenta a los consumidores atentos, la posibilidad de acercarse a esos cuerpxs ideales que ven en ta pantalla de ty, por medio de tratamientos de todo tipo, Lo que se ve reforzado por ta industria de la moda que provee talles imposibles que indican cudles son tos patrones “reales” en centimetros a tos que debemos aspirar Sin embargo, estos mecanismos no parecen reducirse simplemente a la estética visible, en tanto solo hay un refuerzo de la normas en tos Cuerpxs como bellos, saludables y modificables, sino que las légicas de normatizacién aparecen en el orden de lo cotidiano. La estandarizacién corporat ha adquirido una forma de potencia invisible, la que se nos presenta en las medidas romedio con tas que se realiza el trazado del mobiliario de los espacios piblicos y privados: bancos de plaza, asientos en el transporte publico, sillas en restaurantes, el espacio de lan duches en los Clubes, asf como infinitos ‘ejemplos. La discriminacién entre aquellos cuerpes vaticos socialmente, bellos y necesariamente sanos, justifica una serie de l6gicas invisibles que se construyen a su alrededor en forma de monopotios, disposttivos de control médicos, Visuales, culturales que se combinan con esténdares rigidos. La necesidad por ta que parecen abogar estos cuerpos bellxs, no parece deducirse claramente. fs decir, no todo lo que es belto es necesariamente sano’ Para poder abordar esta perspectiva ampliamento, me parece importante encarar esta situacién a partir de dos cuestiones: en primer lugar algunas manifestaciones historicas respecto del control det peso que han sucedido de manera global. En segundo lugar, la cuestién de tos relatos de tos gordxs como un recurso que nos permite desarticular estas légicas establecidas como status quo, 60 ig reece tee (Guerpos sin parrones ‘que opera sobre los culerpxs. Asimismo, esta es una forma de manifestar ta existencia de otras formas de tas légicas que construyen el cuerpo que mezclan no solo la identidad. personal, la imagen corporal proyectada, sino también tuna construccién sobre la identidad det mismo, Pensar y analizar estas “normas” que se manifiestan en una estandarizacién de los cuierpxs, significa pensar en cémo y cudles son las consecuencias de fa expansién de una serie de medidas para abordar la obesidad y el sobrepeso como tun problema politico-econémico. Gordxs, un problema de Estado En primer lugar, la expansién de tas politicas contra ta obesidad, se lanzan en distinto grado a nivel global. Se establecen: programas, politicas y diferentes formas de normalizar a los cuerpxs, con una difusién generalizada, La lobalizacién aparece no solo como un fenémeno que unifica y pluraliza la difusién de informacién, la puesta en marcha de politicas regionales, etc. Sino que, a partir de los afios noventa, con la expansién de la redes de comunicacién, {a expansion de inercads reglonales y globates, se desata tuna fenémeno de normalizacisn global de los cuerpxs, Se empieza a escribir de manera implicita clertas normas claras respect a la construccién y reproduccién socio-cultural de Clertos tipos de cuerpxs. Por ejemplo, en 1998 se lanza un programa de poitices piblicas que pretenden declararle (a "Guerra a la Obesidad” (War on Fat) (Soich & Moreno, 2013). Esto genera condiciones tales en las que las personas on sobrepeso tienen posibitidades menores de conseguir seguro médico (en el caso de EEUU}, vestimenta, transitar los espacios piblicos, consumir algunos medicaments, ete Ser gordx se ha convertido en un problema de estado, se hha wuelto una preacupacién at considerarselo una patotogia de tipo sanitaria, cultural y social, Pero como veromos mas adelante, dichas empresas encarnan una légica de mercado Yuna necesidad de generar nuevos espacios de consumo. os La dectaractén de la obesidad como una enfermedad desde ta Organizacion Mundial deta Salud, se manifiesta con luna expansién potenciada con respecto a ta preocupacién sobre aquellos individuos que son considerados gordxs. Esta calificacion, principalmente, va a ser cuantificada a partir de la medicion det indice de Masa Corporal (IMC). Este indice se obtiene dividiendo el peso de la persona (expresado en kilogramos) por la altura al cuadrado (expresada en metros). La proliferacién de politicas anti-obesidad se expande répidamente, Hay fenémenos ccomo el caso de los Estados Unidos donde desde 1998 se declara desde las politicas de salud del Estado ta lamada "Guerra a la Obesidad”, que repercutid en el acceso de las personas con sobrepeso u obesidad a los servicios, seguros de salud, trabajos, vestimenta, etc.; generando al mismo tiempo movimientos politicos de resistencia en Contra de la gordofobia -como et miedo a adquirir peso o el pavor a las personas con sobrepeso-, gordofobia que se vo intensificada en funcién de pensar la obesidad como tuna patologia de tipo sanitaria, cultural y social ‘La experiencia latinoamericana no quedara exenta. En el caso especifico de Argentina, se han incrementado las iniciativas estatales respecto a programas, propagandas y tratamientos en tomo a ta reduccién de’ peso, Sin embargo, hay que destacar que el plan Argentina Saludable, tlevado adelante desde ot Estado Nacional, no habla explicitamente del descenso de peso pero hace un hincapié positivo respecto de recursos para llevar una vida saludable. Desde la promocién de la salud esto se lleva a cabo con las campafias televisivas de Red de Salud que estin orientadas a la salubridad en un marco generat. No obstante, no podemos obviar ta sancién de la Ley 26.396 en 2008, que declara de interés nacional la prevencién y controt de trastornos alimentarios. Entre sus articulos Se asegura la posibitidad de apelar a tratamientos como el bypass gastrico, como asi también la inclusion de los trastornos alimenticios dentro det control nacional de vigilancia epidemiolégica, ta regulacién de propagandas de alimentos de bajas calorias, ete. La obesidad y et sobrepeso aparecen como un fendmeno de medicatizacion de la diversidad humana, oe CCuorpos sn patrones asi como un catalizador de nuevos mercados de consumo ‘dentro del capitalismo avanzado, Es decir, al "obes0”, al ser considerado un enfermo, se lo sefiala y se refuerzan los prejuicios en torno a su figura, generando actitudes sociales y politicas de odio sobre estos tipos de cuerpo. Los prejuicios y estereotipos se alimentan como contracara Ge la expansin de tos mercados en tomno a los alimentos saludables, tos centros estéticos, etc. Se pone en escena la ctiestion de la salud y se manifiesta la existencia del ‘gordx como un desvio de estos nuevos estandares de salud publica que refuerzan ta normalizacién, por medio de ciortos estindares corporates que son impuestos a partir de la rolacién entre cultura y mercado. La iniciacién o el rito de la dieta En particular quisiera _contar algunas _experiencias personales a modo de abonar nuestra pregunta “3A qué edad fue tu primera Dieta?” Puedo responderme: Quizés ini primera dieta fue a tos 11 afios. Luego de sufrir durante varios afos la exclusién social de mis pares, las burlas y el prejuicio, decidi con mi escasa edad ponerte un punto final a la cuestién, Lo que yo no sabia es que este era la piedra que edificarfa una percepcién normatizadora sobre imi corporatidad, que posteriormente se transformaria en tuna obsesién por liberarme de esos estndares a partir de la mas férrea de las disciplinas corporates. Asi fue como terminé en una clinica que se especializaba especificamente en obesidad infantil En este lugar nos ensefiaban algunas cosas sobre tos alimentos, a partir de una analogia con et semaforo, habiendo asi alimentos verdes (libres), amarillos (con Precaucién) y rojos (prohibidos). Et método de controt del peso sobre los nifios se basaba en hacernos llevar un diario donde se detallaba que habiamos comido y cual era la emocién que experimentabamos. Obviamente, esto tba acompaitado de varias terapias grupales donde & se culpabitizaba a cualquiera que hubiese ingerido un alimento correspondiente a los prohibidos. En alin Spice de lucidez en ese momento, llegué a pensar, y con tal solo 11 afos, que todo eso parecia parte de un culto similar a una extrafia religion. Un culto al cuerpo al que afios después terminaria adhiriendo en pos nuevamente de la aceptacién social Me parece importante sefialar este ejemplo, coro tna forma de darse det control como institucionalizaco en cierto centro de salud, con ciertos horarios y actividades especificas. Si bien pareceria que dicto fspacio funcionaba coma un lugar para educar a los nifizs fen el buen comer, se trataba de tin centro que normata 2 850s pequueiios cuerpxs gordxs. La humittacién gratuita amo forma de coercidn dentro de 10s limites de lo que es aceptado corporalmente y to que no. fn la actualidad, no nos hallamos muy lejos de estas ‘experiencias, encontramos en ta vida diarla una increibe ‘cantidad de publicidades que expresan tos ideales de belteza de manera mérbida. Si, afirmo que la morbidez no es algo que se predica Gnicamente de la gordura, sino que estamos atravesados por légicas corporates que implicant tna serie de rituales mérbidos a favor del descenso de peso, La delgadoz extroma aparece oma tin valor, Como nercanefa en el tréfico de los afectos. Porque lejos de ser una esfera salvaguardada del capitatismo, los afectos, la amorosidad, el amor propio se enfrentan una y otra veza tuna suerte de tabla de comparacién que esta edificada en esta suerte de suefio épico llamado el cuerpo perfecto. Nos educamos, crecemos y nos desarrollamos en ta plenitud de un tréfico de afectos que parece constitulrse desde la primera infancia, en ta apariencia del cuerpo. tn la gran cantidad de publicactones de divulgacién como las revistas de moda, que presentan una cantidad de dietas ‘de moda” para bajar de peso y mantener la “figura”, 90 es raro encontrar notas periodisticas con ttulos como “ta dieta de la luna”, la dieta disociada, etc. Dicha publicaciones son sugerentemente dirigidas con mayor intensidad a ta poblacién que va desde ta pre-adalescencia en adelante, Las mismas presentan avales médicos inexistentes 0 aquellos que refuerzan 64 Cuerpos sin patrones las l6gicas que ponderan a la obesidad como una enfermedad. Los gordxs 0 los potenciales gordxs, ya que la obesidad aparece como la amenaza fantasma, es decir, constantemente nos educan respecto a la corporalidad como si fa gordura fuera una nueva manera de enfocar el problema det duatismo. La idea de cuerpo perfecto nos agobia, acercarse a ese ideal implica alejarnos de os cuerpos reales y de sus infinitas formas de darse: es decir, como son nuestros cuerpos mas alld det fanatismo por encarnar este ideal de belleza y salud. Tenemos que preguntarnos entonces si_ realmente estas maneras de normar los cuerpos, privilegian una nocién “real” de ta salud 0 solo una forma de salud que Jerarquiza algunos estandares que premian el descenso de peso, Estandares que podemos rastrear como formas manifiestas de la légica del mercado de consumo, que aboga por generar necesidades asociadas a los mecanismos de normalizacién corporal. Desde ta tema infancia se nos presentan estas ‘opciones de dietas, estos cuerpos esténdar que vemos en delgadisimas modelos, una clerta idea de belleza y claramente la tendencia es no ser gordx. Ser gordx aparece como un pecado capital, por eso al iniciarnos en el circuito de las dietas encontramos no solo cuestiones acerca de la salud de loz cuerpos, sino juicios de carécter ‘moral. Ser un nifix gordx implica ser iniciado en el orden de las prohibiciones det comer, a partir de un semaforo que no resulta ser explicito sino que se ordena en ta multiplicidad de formas de coercién invisibles pero efectivas, desde las burlas de los pares, la presiones intra familiares, asi como la serie de imagenes, normas y demés que se ven de forma cotidiana. Predicar con el cuerpo No hace mucho tiempo, viajo en et cotectivo volviendo de un dia de terapia donde ta cuestion corporal me ha dejado agotada. Estoy sentada en diagonal a unx chick gordx, en un acto reflejo me quedo mirando para sonreir con compticidad. Hay dias donde el empoderar los cuerpxs gordxs, significa darle at otro una sonrisa de aliento ate le diga de alguna manera que estamos ahi y que no somos, Invisibles por tener algin kilo demas 0 no cuadrar en los ctculos del IMC. Siguiendo con el relato, veo a lx chicx gordx sacar de un morral, evitando todo contacto visual, un pote de gelatira yempezar a comerto muy tentamente. En su rostro se ve la tristeza velada, los rastros claros de tratar de encuiadrarse en la norma. La gelatina es una “colacién” de alguna dieta, si bien esto es una suposicién toda indicaba que era asi. El dotor de no encajar en esas normas corporates estandarizadas, se notaba claramente en su tenguaje corporal. Veo ‘su incomodidad at comer en piblico, la mirada perdida sin hacer contacto con ningun ottx ser, los brazos sumamente pegados al cuerpo, una postcién tan rigida que se me mostraba a ese Otrx queriendo ocultarse. Un doble juego de fuerzas se conjugan en el cuespe gordx: por un tado ta invisibilizacién en el trafico de tos afectos. El cuerpx gordx se expresa con un valor negative, es descartado en tanto no cotiza en el mercado de tos cuerpxs estandarizados. Se nos dice, educa, seftala que los gordxs son feos, no seducen, no desean, no importan, Por el otro lado, se nos resalta como parias dentro de ta sociedad: el gordxs es un enfermo, est mal, se tiene que cubrir y ocultar- como este personaje del colectivo, pero de forma equivatente se lo va a seguir viendo y sefialanda, Volviendo al relato, en esa ingesta cuchara por cuchara de gelatina pareciera que ese Otrx gordx pide a gritos ayuda para escaparde esa opresién en forma dedieta. De repente, la transgresién aparece de manera imperceptible: come tuna o dos cucharadas a una velocidad que rompe con la monotonia de esa ingesta. Se atraca, sin atracarse, como desafiando a esos estindares en los que quiere encajar 66 Cuerpos sn patrones ‘Me Yeo a mi en ese Otrx gordx, me veo en ese dolor, en esa rigidez y me veo principalmente en la leve sonrisa uege de esas dos cucharadas répidas. Un pequetio atracén y toda una vida, todo un cuerpx se juega en él, porque nos muestra que hay un placer secreto que es el de ser rnosotrxs mismxs con nuestro cuerpo, Que nos sefiala que tenemos la esperanza y la posibitidad de habitar nuestros ‘uerpxs con nuestras reglas sin estandares importados, De nuevo vuelve la regularidad de las cucharadas de gelatina, en la cara de este Otrx gordx se nota ta contradiccién, el dolor, ta tristeza y la afirmacién muda “resto vale algo”, Es decir, ta necesidad de entrar en esos patrones estereotipados de belleza, de afirmar la dicta como un culto en pos de la salud, de la estética, etc. Salir de la invisibitidad y salir del sefalamiento: se acaba ta gelatina y el acto ritual, Comer no es para vivir solamente, sino que comer es también habitar de cierta manera el mundo, 50 nos dicen, y el corretato de cémo comemos es nuestro cuerpx, nos afirman. El silencio y la mirada perdida del Otrx gordx que soy yo de una u otra manera, es de lo que quiero hablar. las dietas y nuestra pregunta inicial, nos dejan ver tuna serie de entramados culturales, politicos y sociales respecto at contro sanitario'de los cuerpxs. Et gordx no puede clegir, se lo transforma en un enfermo, se to trata mediante mecanismos para que se autorregute, se lo invisibiliza, se to expone, se lo sefiala. Los mecanismos de regulacién de estos cuerpos por fuera de ta norma, que nos introducen a una exposicién de tas corporalidades como mercancias que deben tratarse a partir de tratamientos estéticos, protiferando el consumo de alimentos bajos en calorias, viandas a medida, ejercicio controlado, etc, Yolviendo at principio, ¢cémo podemos enfrentar a estas légicas que se muttiplican en todos los espacios que habltamos? ¢Por qué alimentarse de tal o cual manera nos Condiciona dentro de ciertos juicios sobre los cuerpxs? ‘Por qué incluso las personas dentro de la norma viven con ln estado de alerta constante respecto de estar 0 no en la ormatividad corporal? Habitar el cuerpx es una forma de pensarnos en relacién con el mundo, con los otrxs, pero elegir la religion de tos o ‘cuerpxs normados implica sacrificar a unos en nombre de esa salud, esa belleza, ese deseo que es funcionel a Ciertas légicas de mercado y consumo. Decidir obviar las multiplicidades corporates, afirmando ciertos estereotipos implica sitenciar una y otra vez a ta heterogeneidad de nuestros cuerpxs. Pero sobre todo es dejar que se nos imponga desde afuera una forma de pensarnos y habitarnos ccon-en nuestros cuerpxs. No somos to que comemos, sino que debemos invertir ta relacin y comer para poder ser. Y desafiar las tégicas cue ios traspasan a fin de poder habitar nuestres cuerpxs con nuevas perspectivas que incluyan a la diversidad corporal. 68 Cuerpos sin patrones LESBIANAS GORDAS, BELLAS Y FUERTES Canela Gravita Durante muchos afos he militado en el feminismo mas ortadoxo y he podido enunciarme desde su vor libertadora ara cuestionar un sistema politico, juridico, social, cientificoyrepresentacional donde primaclandracentrismo y se niegan las existencias de toda aquella sexualidad que ho goza de los privitegios de la masculinidad hegeménica, ni de los beneticios clasistas y blancos. Reivindico la felicidad del feminismo, el agenciamiento, la accién creativa, la risa y el placer como arma de lucha frente a un sistema que nos quiere muditas y trariquilas. Sin embargo mucho dde mi qucdaba silenciado en el Feminist. La tiberacién det cuerpo, “el derecho a decidir”, “mi cuerpo es mfo, mi decisién”, “la revolucién en ta plaza, en la casa y en ta cama”, son consignas clasicas del feminismo que no problematizan las dimensiones de ese cuerpo deseoso de liberarse. Acuerdo en que una de las granadas mas eficientes en la guerra contra ol atriarcado es la apropiacién de la capacidad reproductiva de los fiteros, que frente a la negativa de la “maternidad obligatoria” empodera a los cuerpos que asi lo deseamos.. Pero en la lucha contra ta heterosexualidad obligatoria y el capitalismo, la apropiacién de nuestro cuerpo y ta Fegulacién de nuestro deseo exige un cuestionamiento a como se modetan nuestras corporatidades mas alla de ta genitalidad. Al capitalismo y at patriarcado les resulta funcional que las biomujeres seamos déciles, abnegadas, Prolijas, quietas, acupemos poco espacio e ineluso cuando & Eee eee rer EEE estamos en piblico pretende adoctrinarnos sugiriendo ccudtes son las posturas correctas: piernas cruzadas, brazos Unidos y siempre ta boca cerrada. Y cuando digo boca cerrada, no soto a las opiniones, también a la comida, Estas disciplinas sobre nuestros cuerpos estimutan el acto reiterativo que consolida un habito eemplificador, una suerte de tecnificacién en masa de nuestros gestos, sutilezas y tamaiios corporates. La gordura es un discurso negado, es invisible en la consigna “lo personal es politico” a pesar de que la visibilidad nos ponga en la pasarela de un mundo normatizador en que las imagenes sobre la gordura castigan a los cuerpos desobedientes en kilos y con curvas desubicadamente provocativas. La gordura, para esta cultura del hambre conscientemente administrado, es un simboio de abandono, de falta de conducta, de poca accién, de enfermedad, de fracaso, de trauma, de cero sexo y de falta de deseo. Fs la antitesis del éxito, en tanto beneficio privado a quienes responden a un modelo de cuerpo ejemplar: delgado, fuerte, vigoroso y gil. Claro que sobre todo blanco y heterosexual. Los medios aniquitan, pero la calle no es distinta, el mercado de trabajo tampoco ofrece posibilidades, el solo echo de intentar ofrecer nuestra vulnerada fuerza laboral en comercios 0 atencién al pilblico resulta irrisorio para las contratantes 0 un caso exatico de inclusién, Yel feminismo parece ser insuficiente. La sola mencién a la hermosa consigna “abajo la belleza hegeménica” me sabe a poco, Acaso, 2no hemes sido capaces de trascender el titero como espacio de lucha feminista para poder pensar en que esos sitencios representacionales @ los que somos expulsados txs cuerpos no blancos, detgados tonificados, imprimen sentidos en nuestras subjetividades que nos pueden alejar del camino a la autonomia, acallar la rabia, quitar nuestra fuerza transformadora? Sé que la consigna no desconoce (a gordofobia, pero en lo concreto tampoco apuesta a construir nuevos modelos de belleza, Acaso ges demasiado banal ocuparse del envase det Utero, sobre todo si la violencia que soporta no es tan evidente? :Qué estrategia posible, qué plan de tucha trazaremos contra los discursos gordoféblcxs y su intento, Cuerpos sn patrones normativo, basado en la medicina y la eugenesia, por el cual no visibilizan otros modetos de belleza? Creo que hay preguntas que duelen y salen ghasta cuando vamos a negar la jerarquia de privilegios que se establece entre gordxs y flacxs dentro de la sociedad, e incluso hasta cusndo haremos “la vista gorda” sobre ta urgencia politica de cuestionar este disciptinamiento? Si de algo sabemos las lesbianas es del mutismo como yoluntad politica que el sistema heteropatriarcal impone sobre nosotrxs para lanzarnos a ese “silencio canibal” desde el cual sufvir 0 luchar. Con la gordura sucede algo similar, no aparece en las peliculas de accién, no esté en las representaciones emblematicas del pasado, no estamos en los manuales escolares de ningin ciclo educativo més que para la burla 0 como ejemplo de mala alimentacién y perjuicio a la salud. Tampoco estamos €en las publicidades de los productos de belleza, no hay perfumes que vuelvan atractives a lxs gordxs y claro que tampoco a las lesbianas gordas, Nuestras sonrisas no le importan al mercado, seguramente supongan que ls ‘gordxs no sonreimos, nuestro pelo tampoco merece una atencién publicitaria en particular, recuerden y no lo olviden: “xs gordxs estan abandonadxs”. Esta politica masificada de imaltrato a la gordura, de construccton de corporatidades como espacios abandonados que fomentan ta tristeza y el autodesprecio son inyectados desde una cultura que viotenta la existencia de aquelto no deseado a tos fines heteracapitalistas Poner en la mesa de la gula normativa (xs miiltiples Ccuerpos que somos es potenciar nuestro corrimiento de los regimenes y politicas eugenésicas, del mismo modo Que lo hacemos cuando cuestionamos la heterosexuatidad obligatoria ota maternidad involuntaria. La grasa corporal no limita nuestra accién ni nos quita la rabia, la multiplicidad de imagenes que creamos en nuestro andar deben ser ittiles para hacer de nuestro cuerpo un reat espacio de batalla, donde la carne sea esa bandera politica € indisciplinada frente a un discurso médico eugenésico que nos pretende flacxs como camino al éxito. Cerrar la boca, como tantxs alienadxs proponen, aun sin tener la autoridad sentimental para sugerirlo, es potenciar n cesta cultura hostil. Mas alld de las vejaciones y violencias intentemos que sea nuestra piel, nuestras cicatrices una cantera de disidencia a la normativa discriminatoria/ moratizadora/ correctora de las curvas excéntricas. Gorda, lesbiana y femme 2Qué le molesta mas a tu mirada? Lo habran sospechado. Si, soy actualmente un cuerpo lesbiano gordo. Y hay en esto una complejidad entre lo evidente y lo que pretende silenciarse. El lesbianfsmo me insiste en la palabra, mientras que la gordura queda en evidencia a cualquier distancia visual o en la minima caricia. Sin embargo, posicionarme lesbiana exige un nombramiento, decirlo es visibilizar y dar carnadura a una posibilidad de habitar et espacio negado en la Tepresentacién de la sociedad heterosexual. El decitlo me afirma, me vuelve existencia, palabra y cuerpo, voz yaccién. He presento, me nombro, me digo, me escrive para que dejen de encasillarme y ubicarme en ura identificacién que me borronea y no me nombra. Como diria Macky Corbalén "lesbiana, lesbiana, lesbiana, lesbiana decirlo tantas veces como se to callé, Decir {esbiana es ituminar una porcién de realidad, velada por las grucsas sombras de ta dominacién hetero, correr et cerrado horizonte de su normativa genocida”. Cono perra que soy, agregarfa que “si no grités, no vale", asi que a viva voz: LESBIANA. Esta identificacién que tan trabajosa ha sido, tan desgastante y benéfica, tan Uena de amores y odios, este Yo lesbiana es ct punto personal y politico de mi existencia que juega con la palabra lesbiana, a veces con la palabra femme y muy poco con ta palabra chonga, y otros artilugios, buscando a emergencia y la existencia de to acallado, de to 1 Nacky Gorbatin, El sfencfocontel. Disponible en potenclatortter. blogspot.com https:/ docs. google. com/ike/4/OBwhNfQse 2Zpr¥RA pprmbukasredit n Cuerpossin patrones Incorrecto y corrupto en este sistema representacional que solo me lee como mujer, por robarle unas pocas alhajas oxidadas a la feminidad. Y no soto me nombro lesbiana, me vivo gorda y femme. Y no cito estas dos iiltimas exuberantes cualidades -que son mas que visibles a los ojos- para que se proclamen lus lectores gordxs e intenten hacer el ejercicio de ver ‘en cuantas identidades sociales quepan, sino porque mi cuerpo, este territorio de luchas, decide y construye una corporatidad por fuera del disciptinamiento médico y mediatico que castiga la gordura y més aun, burla la osadia de sentirse hermosa y orgullosa por ello. Pero ademas, porque habemos corporatidades y estéticas que incomadan al lesbianism poniéndole un poco de plataformas, encajes, un detineador a media asta y medias rotas a las no mujeres. Pero sepan, mis muy queridas lesbianas, que esto no nos hace vietimas del patriarcado, ni niega las posibitidades de fugar alegremente del régimen de ta heterosexualidad obligatoria. Nome considerofemenina, por eso digome vivo, transito, me vuelvo legible como tat para cédigos socioculturales heterosexistas que suponen que usar pollera y andar despeinada te hace disponible al poder sexista masculino. De la misma manera que a los ojos de las lesbianas me ‘welvo femme, por sabotear y reciclar ta femninidad con mi ‘magia tilinga y tortilera. Puedo ser femme, pero puedo ser chonga también, solo que ahora ni me interesa, Entonces me reordeno, gorda, lesbiana feminista femme, Pareciera que quiero encasiiarme, peronoesese el objetivo, sino trazar una cartografia de posibles habitats que parecen solaparse y contradecirse entre si. Las feminidades dentro det ferinismo ortodoxo y ene tesbianismo siguen ocupando cel lugar de vejacién al que la cultura patriarcal expulsa a las biomujeres a fin de que se vuelvan una mercancia accesible alos varones. Este discurso esquizotde versa entre et pénico a la dominacién mascutina y la negacién de la capacidad de recrear otros modelos de belleza por parte de ts sujetos que en algén momento transforrarén las relaciones pateiarcales. Yo me pregunto, quericxs, saben lo que es rlarse en un cultura que te asfixia diciendo “a las mujeres gordas nadie las mira” 0 "segui asi de abandonada y te van *% 1 decir digna de léstima"? ;Creen que es un mimo que tu abueto cotidianamente diga “cuando seas sefiorita te va a recer el cuello y vas a dejar de ser un monstruito”? Son capaces, manofito de suefios emancipadores, de imaginarse vestidas con la ropa de su padre a los diez afios, porque ta industria textil no considera que tu tale se corresponda con tu deseo, con tu sexo, nicon tu edad? Se Imaginan deseando al menos tener una prenda color rosa y que solo les entre un Sweater de su abuela hiper-obesa Vamos, vamos, una més Como se imaginan en fa clase de educacién fisica sentadxs sin hacer nada porque las “danzas coreograficas” son solo para chicxs flacxs y giles? ;Podrian sentirse, al menos por Un ratito, debajo de la piel de una niia monstrvo que quiere tun poquito de femme glam? Gente, no quiero romper sus suefios libertarios y mucho menos conmoverlxs, pero es momento de que se centeren de que la femiinidad es un sistema de privilegios © castigos, segin se correspondan los deseos. No rniego que @ todas nos hayan criado como servidumbre disponible full time a las necesidades familiares 0 patronales, siguiendo las intenciones heterocapitalistas de reproduccién de la fuerza de trabajo y de las performatividades de género, pero existe un mundo at que no acceden Ixs nifxs gordxs, al que sienten como ajeno porque no entran en sus talles, ni en los espacios de exprasion corparal propuestos a cada edad, Parte de nuestra capacidad emancipadora radica ahi, no solo en el corrimiento de ta norma heterosexual, también en el atrevimiento a crear feminidades gordas, pasadas de grasa, con colgajos desubicados en una anatomia deforme que limita con to monstruoso y roba artefactos a la belleza mas mezquina, Asi que sepan {que cuando hablo de femme, hablo de feminidades disidentes, hiperbotizadas, burtonas, no hablo de feminidades mercantilizadas, tibias, distantes, malas copias alienadas del deseo patriarcal. Hablo de feminidades que, mas allé del traje de motochorra que even, tengan la valentia de correr en plataformas a viejos pedofilos, sin miedo de perder las ropas en la pelea contra quien normativice ta feminidad en un acto de reproduccién heterocapitalista 7” Cuerpos sin patrones Hablo de feminidades empoderadas, que resignifican la violencia y saben devolverta, que desconocen ta categoria de victima porque eso seria quedarse a disposicién del maltrato. Cada respuesta a medida de la intencién, alge de defensa personal, un poco de violencia y otro poco de amor. Habto Ge una feminidad para burlar con un beso a una mirada lesbofébica, que dé abrazos frotadores a quienes violentan uestras existencias de maneras “civitizadas”. Porque Guizis, bien dosificada, la temura sea una politica contra toda oprestén. La feminidad gorda puede ser una experiencia tiberadora a través de una contraofensiva de imgenes que dinamitan poco a poco estereotipos y hacen posible creer -y crear- fon ottas performatividades, sin perder to GORDA. Hurtar la feminidad, quebrarla, romperla es tomar revancha de nuestra vergiienza y hastio, de los encierros y vergiienzas, del temor a no ser aceptadx. Es recrearse, mostrando la plasticidad de nuestro cuerpo que puede rehacerse. Del mismo modo en que me resisto a la existencia de tun feminismo que base su lucha en las biomujeres sin probtematizar y evidenciar sus curvas desalineadas en ucha contra la injerencia médica eugenésica, me resisto a un lesbianismo que -desidentificado de las politicas estatales que pretenden normativizar nuestros cuerpos, vinculos, representaciones y deseos- descuide © no considere tas performatividades que hacen de la “feminidad mostri” tina elocuencia, una provocactén, un acto de perturba Kir al cédigo binario heterosexista delgado en que se len los cuerpos. Considero que estos imaginarios reptican los codigos de masculinidad y feminidad estaticos, niegan experiencias de resistencia, de lesbofeminidad disidente, de peleas por pagar el derecho de usar privitegios femeninos sin ser una frigida de piernas estaticas, ni menos tesbiana que una futbolera. Atreverse a construir nuevas feminidades es dejar la verglenza de la gordura para poco a poco comenzar un camino de aceptacién, ¥ Yyengal no hablo de autoaytida, hablo de identificarse a si misma en ese deseo que nos quisieron desfigurar para que rho nos reconociéramos con orgullo desde la carne. Gordxs, tomemos ta palabra, pensémonos desde ct deseo y to que hemos construido en nosotrxs, generemos * ge tun discurso mas alld de las vejaciones y burlas que dialogue con las teorias criticas sin dlejarse opacar por las prejuicios heterocapitatistas, y en todo caso, que estos sean un punto de anclaje para futuras constelaciones politicas, cuerpos y ddeseos, Sigamos generando nuevas representaciones que det: ‘cuenta de nuestra felicidad, de nuestra capacidad amatorie y destructiva, de lo sexy/perra de esta grasa sin perder uestro poder cuestionador y burlén a tas imposiciones. Ya subimos a la casa de la normatividad, ahora apuntemos con un rifle ala cuttura destructiva que enferma y mata %6 Cuerpos sin patrones ALEJANDRA PIZARNIK Y LA DELGADEZ COMO. COMBATE CONSTANTE Laura Contrera 1. Quien te hace doler te recuerda antiguos homenajes Alejandra Pizarnik. La poeta argentina Alejandra Pizarnik pags desde niia el precio de quienes no se ajustan a las normas previstas por la policia de los cuerpos y de los géneros. De muy joven, y acorde’a las practicas farmacolégicas dela 6poca, consurhi6. anfetaminas para adelgazar. De numerosos testimonios de allegadxs, asi como también de su diario personal ‘que se conoce en una edicién profusamente expurgada-, surge su preocupacién por el peso y cierto sentimiento de tnadecuacién al ideal femenino fmperante en su entorno, tanto por su figura como por sus elecciones sexuales. Tal circunstancia ha sido retratada en numerosos articulos y Uibros, puesto que la autora goza de un inmenso prestigio ¢ interés extra-literario en el mundo hispanopartante Pero estas lineas que escribo no componen atro ensayo devocional sobre Alejandra Pizarnik ni sobre su personaje lirieo, “fraccfonado en nifias, sonmbulas, néufragas". Kas alld de mi fervor adolescente por Pizarnik y su mito personal, ymasacé también de la sobreabundante literatura 1 ira, César: Alejandra Pizornk, Beare Viterbo Eeltora, Buenos Ales, 001. Pag. 18, n sobre su corpus vital y postico, me interesa detenerme en tuna experiencia del cuerpo gordo en particular y en cétro ‘esa experiencia ha sido leida y tematizada por dos de sus bidgratxs mas prominentes. Asimismo, propondré una lectura en clave de activismo y teoria sobre gordura de Clertos pasajes de su diario ya hollados por la critica. Creo que, como han dicho otrxs autorxs, ademas de una historia de la gordura que se inscriba en el tema mas general de la historia politica de los cuerpos, necesitamos més historias sobre y desde la gordurat, contadas en primera persona del singular o det plural, para poner en evidencia ciertos rocedimientos naturalizados que operan y producen tos ‘cuerpos gordos como objetos de estigmatizacién, injuria © transformacién e inaugurar, de ser posible, “nuevas genealogias que nos alojen. 2. Antes pensaba que sélo las mujeres tenian esa pesadilla, Ahora pienso que todo el mundo suenia que lo desnudan, pero los dedos que senalan nos acusan de diferentes detitos...la gente estira la mano para demostrar que sabe mejor que nosotrxs mismxs cudl es (a verdad sobre nosotrxs. Nos despojan de nuestra ropa, nuestras palabras, nuestra piel, nuestra carne, hasta que no somos mds que una pila de huesos de carniceria, y luego sefalan y dicen que eso es lo que somos. Minnie Bruce Pratt La bidgrafa Cristina Pina alude desde tas primeras paginas de su obra a la gordura de la nifia Pizarnik: “gordita”, dice’. Esa manera elusiva de referenciar a 2 A respecto, ver Levy Navarro, Elena: "Fottening Queer History, Where oes Ft story go rom ere!” en Roth, Esther ySolovay, Sondra fed) The Fat Stuaies Reader, New York University tes, New York, 2009. Sobre ta historia deta goidura ver Vigarello, Georges: storia dela abeside. ‘Metamerfosis de la gordura. Edclones Nueva Vikn, Buenos Ares, 201 3 Pina, Cristina: Alejandra Pizanik. Editorial Paneto, Buenos Aires, 8 (Cuerpos sin patrones las corporatidades femeninas no dotadas de ta belleza gracil esperada y celebrable se repite en todo el tramo dedicado a la infancia de la poeta. Pina se solaza en la anécdota escolar donde ta gordura de Alejandra Pizarnik es personaje principal. Hasta alude a la vergiienza maternal por la hija gorda -también levemente tartamuda y asmatica- que no resiste la comparacion con la hermana mayor rubia, bonita y delgada. Llegada a la adolescencia, Pifia refiere la batalla contra la gordura, ejemplificada por ta ingesta de anfetaminas (de marca Parobes, al parecer) y el amor a los sandwiches de mortadela que la poeta escondia en sus bolsillos'. Sin embargo, Pina asegura més de una vez que Pizarnik no era gorda sino “gordita”: “apenas reliena y con piernas fuertes”, actara, Pita describe una Alejandra Pizarnik acomplejada por su gordura para acto seguido redimirla asegurando que la poeta no era realmente gorda. El uso de euferismos por arte de Pia mas que tender a la exactitud descriptiva de la biografia se inscribe en una operacién retérica que ¢5 usual en nuestra cultura. Estos eufemismos amables diplomaticos encubren el cuerpo gordo al que aluden con tanta conmiseracién. La operacién retdrica tiene un efecto de invisibilizactén del cuerpo voluminoso, sea cual sea el tamafio, talla 0 peso de ese cuerpo o nuestras opiniones acerea de los eatduidares corporales de Uccidente (porque lo cierto es que Pizarnik experimentaba su cuerpo de acuerdo a 505 estindares imperantes). Esta operacién misericordiosa de ta bidgrafa testimonia su empatia con la biografiada’, 29 y ss. Hay una reedlcién coregida de esta bloga Alejandra Pleanit. Uno blografia. Edlorial Corregidor, Buenos nies 1998. En este trabajo nos manejaremos con la primera edteisn, 4 bid, pig. 35. 5 Ibi, pig. a, © Como Harding plantea claramente: “Las mujeres delgadas no {es dicen a sus amigrs gordes “vos no sos gordx” porque elias estin onfundidas con la definicién de La palabra sogin el decionari, © we ‘0f0s no funclonan, o fueron eriadas en planetas donde la tala 24 es ta tall promedio para tas mujeres. Ellas ro to dicen porque es la ves Ele to zicen porque gorcx no significa yor en esta cultura, Puede significar ademis cualquiera o todas las sigulentes:fex, no salusabie, loresx, haraganx, fgnorante, indisclpinady, antipticn, agoblante, » aunque tiene el efecto de desdibujar el cuerpo en cuestion. De todos modos, la delicadeza y tacto de Pifia para calificar a la joven Alejandra desaparecen en ocasiones, donde se le impone a la bidgrafa et sentido comin que asocia la belleza femenina con la delgadez y, a la inversa, confunde gordura y fealdad. Asi, al describir ta amistad aciente entre Elizabeth Azcona Cranwell "ta chica linda” y Alejandra Pizarnik -“la chica que-se-sentia-fea”, dice” resalta las diferencias que surgen de una foto: “Alejandra aparece con un rostro anifiado y feticho, la postura sin gracia -la cabeza adelantada y algo tenso en los hombros-, gordita y sin un solo adorno o gota de maquillaje; Liz, bonita y atractiva, con actitud de mujer seductora, con aros y collar, un vestido que seguramente destaca la figura delgada”™. Todo el arsenal disponible para que opere {a tecnologia de género feminizante se exhibe en este parrafo sin disfraces: la postura, el maquillaje, et adorno y, claro esta, el peso, Mas alla de que la regulacion Conporal nos sujeta a todxs, la asignacién de género no fs una operacién indiferente. Pero que las tecnotogtas del géncro existan y operen impunemente en nuestras sociedades no exime a ta autora por su acritica (re) produccién del estereotipo dominante. Ademas, vemos como el ser “apenas rellenita” no salva a Pizarnik det destino obvio de toda mujer cisexual gorda: no ser amada (0 deseada y valorada) por un varén cisexual. La “delicadeza” de Pifia para con el cuerpo gordo de la pocta se entrelaza ademas con otras operaciones propias, del dispositive de corporalidad actual que, como tantas ‘otras estrategias discursivas subtendidas, son cémplices en la naturalizacién de ta discriminacién y el lamado al orden de los cuerpos no normativos. Asi, la bidgrafa explica la centratidad de la “lucha contra su cuerpo” para Germonzone poco elegante, mezquing, tilts, soclamente tnepto, Tenellamente repetente, Entonces,cvando ella dicen "vos no 30s gordi inque verdaceremente estan dielendo es "vos no sos una docena de cosas homribtes asociadas con fa palabra gordx”. (Harding, Kate: You re Not Fat, enBrovm, Harret (Ed): Feed de: Writers Dish About Food, Eating, Weight, ond Body Image, Batentine Books, Hew York, 2008, pig. 170) 7 Pia, op.ct., pbg. 77 8 Ibid, pag. 76. ‘Cuerpos sin patrunes ‘entender la vida y obra de Pizarnik, tomando el argumento conocido det sufrimiento femenino por la inadecuactén corporal con el ideal estético dominante. Dice Pit “quien no haya sufrido de exceso de kilos en la infancia y en la adolescencia no sabe hasta qué punto puede hacer {nfeliz a una mujer dicha manifestacién de su diferencia’, Claro est que no voy a desconocer aquf et terrible efecto del estigma en nuestra cultura, estigma atravesado y declinado segin las marcas de género, clase, edad, orientacién sexual, capacidad, etc. Pero quiero poner el acento en la expresién de ta biégrafa, puesto que, a mi entender, es reveladora de ta asuncién naturalizada det “martirio del obeso”* como tinica condicién posible para quienes cargan con un peso corporal considerado “extra” por ta sociedad. Ademés de tas humillaciones e injurias que devuelve la mirada social, desde comienzo del sizlo XX se espera que la persona gorda exprese su sufrimiento y.d8 su testimonio como victima de la enfermedad de la obesidad"'. No hay espacio para otras experiencias det cuerpo disidente. Pifia naturaliza et martirio, pero ademas no se abstiene de calificar ese peso adicionat como una manifestacién de una “diferencia” insoportable. Mas adelante Pina aludira a la “figura redondeada”"® de la pocta en Paris, la que, pobre y joven, sobrevive a base de “calditus, el agua mineral y et té, el pan de cada dia” cuando no tiene ta ayuda de otrxs amigxs mas acaudaladxs para obtener "alimentos mas terrenates”. En ta conceptualizacién de Piha también aparece la muy difundida idea de que la gordura es el resultado de un Pie. 8, 10 La expres cortesponde a titulo det tibro de Henri Bérard que sande premio Gancout en 192. 14 Come explca Vigatto, a princiios del sgl XX aparece un hecho evo a expesn del sutintento a parti del testiento persna, el mils inimo, As es eomo ta cttra daa abesded se ransforma oh tna cultura dei racaso uel dla. La mayor iportanta que ene et Inova n fa scteodfaverece el igaracordao pra ta victim. La nuova cltra de a obesidad hace pasar dela acusacion al tstnento, de In extmatizacin ala vctimizacin. Renee Kanter, entevista a Georges Vigarelio on Revista EI Molpersante 116 12 Pia, opacit pin. 114 13 bid, pg. 123, desorden alimentario, desorden que, a su vez, revela desorden psiquico". Y generador de més sufrimientos, claro esta. Esta estereotipacién y representacién simplista ‘operan constantemente incluso en quienes pretenden no discriminar sino disculpar o tener conmniseracién de las personas que luchan con el trato (y tratamiento) que Feciben a diario sus cucrpos. Esta idea tiene el soporte de un dispositive discursivo y representacional que, por to menos desde os albores det siglo pasado, ha mostrado Y Feproducido a tas personas gordas -especialmente a las mujeres cisexuates- como extremadamente infelices y/o depresivas 0, por el contrario, felices o satisfechas sélo en su arduo proceso de transformacién para volverse delgadas mediante un riguroso régimen. Reitero que no voy a desconocer las profundas huellas psiquicas y fisicas que produce la estigiatizacién de la gordura,’ pero quiero resaltar que estas heridas que afectan la doxa corporal “el conjunto de creencias vivido y registrado corporalmente que constituye la realidad social”. provienen de la estigmatizaciin hegeménica, no de los desérdenes alimentarios y psicolégicos que pueden padecer aisladamente xs individuxs" Pifia también interpreta “el gesto de fotografiarse desnuda casi al final de su vida, y también por esta época, a vocos abrir la puerta de su departamento de Montevideo en ropa interior”, para “sobresalto de los visitantes” como “una especie de revancha de quien siempre tuché contra su cuerpo y, por fin, al lograr que estuviera tan delgado ‘como siempre sod, sintid ta compulsin de mostrarse, compensando, en ta exhibicién del cuerpo deseado, afios de 14 sa idea aturalizada de quo ol cuerpo esl expresin externa de un yo interior. auray, Samantha: "Pathologiing fatness: Medea! Autherkiy {and Poputar Culture" en Sociology of Sport Journal, 2008, pig. 16) 15 Butler, Jocth: Lenguaje, poder e identidad. Editorial Sites, acrid, 2004, Pi. 256 46 Asi, la primacia del modelo médica de la gordura Neva a dar por sentado que toda persona gorda tiene una patoloia: la. genérica obasidad” (palabra que comienza a uilzarse como dlagnéstico médica secién en ef salo XV) 0 algin tipo de trastorno alimentari (bitin, ‘anorexia, por ejempi), 8 Cuzrpos sin patrones ‘ocultamiento bajo vestimentas estrafalarias 0 informes"”, Esta suerte de “final feliz” del martirio det obesx que narra Pita produce consternacién, sobre todo si se piensa que ta poeta se suicidé muy joven (por razones que, como las de toda muerte auto-infligida, desconocemos absolutamente fa pesar de que creamos lo contrario). Pero volvamos a la interpretacién de la biégrafa. Pita sostiene que Pizarnil, al fin flaca, deseaba mostrarse computsivamente para ganar el tiempo perdido en su batalla contra ta gordura Nuevamente, no puede sorprendernos tal afirmacién, puesto que se enmarca en eso que [xs activistas y tedricxs e la gordura han descripto como “el escenario del antes y el después”, ese donde el yo encarnado en un cuerpo gordo nunca esta presente: es algo en proceso de transformacion ‘© algo que ya ha sido dejado atrés, puesto que el yo no puede representarse como gordo" El escritor argentino César Aira dict @ mediados de los *90 en Buenos Aires un muy interesante curso sobre la poética de Alejandra Pizarnik al que tuve el gusto de asistir, luego editado en formato libro y que he citado mas arriba, En este curso, Aira emprende una cruzada contra tl uso de metaforas sentimentates para hablar de Pizarnik, prefiriendo referirse al proceso de creacién de su poesta, tenaras de no reificarla. Menos conocida por estas regiones resulta cn cambio la biografia sobre la poota que edit en ol Estado espaol, En este libro, el autor también se aleja de todo sentimentalismo para presentamnos a su biografiada sin embargo, Aira describe a la adotescente Pizarnik con los rasgos tipicos que aparecen en toda biografia de la poeta: gorda, fea, enferma, acomplejada, En palabras de Aira: "por ahora era una joven con conflictos a la que a, opact, lg. 18 Ast lo explica Led Kent: “En este escenario, el yo, la persona, es presumiblemente delgado, y crustmente encerrao en un cuerpo gordo. Etyo nunca es gordo, Para graicarlo claramente, no hay cose ast como tuna persona gorda. El escenario antes-y después confna al cuerpo go bun eterno pasedo hace prolifera e harcr total de la corpatizacién, figurindota como eso que debemos hacer aun lado para que el verdadero yo ponds emerger". (ent Led: "Fighting Abjection: Representing Fat omen” en Evans Grazie. Jana- Lesesco, Kathleen (ed.}. Bodies Out fof Bounds: Fetness and Tronsgresson. University of California Press, Berkeley, 2001, pig.126). 83 fi habfa que esperar mientras se protongaba su adotescencia acomplejada por su fealdad, su escasa estatura, ce tartamudez, su gordura, su acné, su inadaptacién, su asma. En vista de todo eso, el padre no puso reparos no s6lo en mantenerla sin que trabajara (lo que no ers ten raro en (a clase media de ese entonces, sobre todo en una ‘mujer, sino también en pagar ta edicion de su primer libre y probablemente la de ios dos siguientes, y pagar las clases e pintura, el psicoanatsis, ya la larga, con reticencias, el Viaje a Europa”. Aira enumera los focos de vergtienza de Pizaenik y naturatiza descuidadamente la relacign entre las supuestas taras fisicas y personales de la poeta con \a actitud paterna de sostenerta econdmicamente. La fing Ironia del bidgrafo o la exactitud de ta descripcién de practicas sociales de la época no alcanzan a ensombrecey {os Presupuestos normatizados que fundan su julcio Sobre la etapa de formacién de su biografiada, Esio es, una majer clsexual joven sin atractivo (recordemes que gorda es sinénimo de fea e indeseable) debja ser sostenda @conémicamente por un padre de clase media, puesto que hingiin otro varén cis to haria por él. Como era de esperarse, Aira también adosa at “personaje alejandino” que describe el uso y abuso de pastillas. Dice: “{uln rasgo sélo a medias secreto del Personaje que encamaba era la cantidad de pastillas Que tomaba: desde la adetescencia las anfetaminas, Entonces de venta libre, para adelgazar; los analgésicos, siempre mas fuertes, para dolores de la espalda o intura; y tos somniferos, para et insomnio, también en una escalada”, En la década det ‘50 del pasado sigto se Poputarizaron en el mundo entero las preseripciones de Grogas adelgazantes para adultxs y miiis: mayorments anfetaminas y dturéticos”. De manera previa a la invasion dt los alimentos bajos en catorfaso reducidos en grasa (qe on Argentina tendrla que esperar a la década det °80) loc 12 ka, Gésar: AelonceaPizarmik 19161972. Ediciones Omega, Barcelona, 2001. Pag, 12, 20 Wie, pig. 14 Fouts, Pt: “Prescription for Harm. Dit Industry intunce, Pubile Ean Pai and the Obesity Epidemic” en Ratan, esther ater Sondra (ed. The Fat studies Readevop.clt PSp'75/7h, ( 1 i Cuerpos sin patrones anfetaminas reinaron como la gran panacea para bajar de ps0. Nada de eso registra el biégrafo preocupado por dar ‘cuenta de su personaje excesivo. Pero ain mas sugerente ue la descripcion esperable de la joven Pizarnix que hace ol escritor esl alsin a su lesbinsmo como un *habito 9 gusto” coherente con fa construccién det personaje” que encamaba la poeta. No voy a embarcarme aqut con la cuestién det lesbianismo (0 bisexualismo, segin Pifia) de Pizarotk por razones de espacio. Pero no puede dejar de resaltarse la ligereza con la que se califica las elecciones sexuales de la poeta, coherente con et modo que describe el uso excesive de medicamentos como una cuestién de abuso personal, por fuera de la practica farmacolégica/médica de administracién y control de los sujetos diagnosticados, como fue el caso de Pizarnik si hos atenemos a sus Diarios. Asf, el relato de Aira presenta como un problema individual (y privado) algo producido socialmente y de manera piiblica, Lo paraddjico es que {a misma imagen que Aira se atrevié a desafiar en su libro sobre la postica de Pizasnik es consotidada en el relato biografico que hace de ta poeta”. : Destaco las puntualizaciones de estas dos biografias por ser lecturas que han influenciado en acercamientos sucesivos, tanto académicos como no académicos, a ta a, su obra y su vida. A mi entender, ias operaciones Sobetagodua de tara Peake abo gst le dejan poco espacio a una experiencia concreta det ‘cuerpo gordo que pueda narrarse y entenderse de una ‘manera que no trivialice ef sufrimiento de las personas en tuna sociedad que estigmatiza a los cuerpos en raz6n de st peso o lo licte todo en una conmiseracién actitica, como sucede en uno y otro caso, BR a And a 6197, pp 7 " " por parte de 23 tre tmos apace “prone allo” a ki, troye eyeliner dst ay ed coe t's eve inten go be nrg ta Se Str in et, end ee sh esi pa 85 84 3. De todo to que he dicho de mi qué cosa queda. Paul Eluard Mas allé de las intervenciones de sus bidgrafis sobre el corpus de ta poeta, encontramos en tos Diarios de Alejandra Pizarnik un auto-relato de ta delgadez come combate constante™. Aunque este relato se produce de manera fragmentada -puesto que trabajamos con tn diario expurgado que a propia autora pens6 coma un “diario de escritora” publicable-, creo que podemos extraer de ahi aspectos de una historia on primera persona de ta experiencia de la gordura en el circulo famitiar -y también en et intelectual- de la Buenos Aires de mediados del siglo XX. Este relato fragmentario debe leerse sin itusiones de completud o clerre pero también sin esperanzas de hallar ta expticacién o la clave para la vida, obra y muerte de la poeta. Con esta premisa, abordaré brevemente algunos parrafos significativos de ‘os Diarios pizarnikianos, dejando planteada la tarea para ser cumplida en otra oportunidad, En una de las entradas det diario® se lee: "No hay excusa posible. Una mujer tiene que ser hermosa. Y yo soy fea. Esto me duele mas de to que yo creo” (16 de febrero, 1959). Y un dia después cscribe: “Cigoué muchisimo, No hay remedio. Es un circulo vicioso, Para no comer necesito estar contenta. No puedo estar contenta si estoy gorda”. A esta frase de Pizarnik siempre me gusta complementarla con unas palabras de Beth Ditto, la cantante de Gossip -y ademas una lesbiana gorda y femme empoderada: “No podés odiar a alguien porque hace dieta y no podés culpar a una persona por sentirse tuna mierda, Tenés que culpar a ta maquina que alimenta 2 Ta eprtn dl combs constant cone esata tom de Vg, Georges, op.cit., pag. 251, Rictaed 25 Pu, jana loosed a cry de ro Bc. Eda Lime, Breton, 2003 Ts ase sen poner ane 25 tn enrad dt 3 de enera ce 1980 iste sae # ten ce hemovurst "Ease, una mujer Une qe ser hema Yah cxcapcons ves: aungue acrba cone tel, ery None Fonte tema se retro oso igoten 86 Cuerpossin patrones esto, lo que hace a la gente sentirse asi”, Tanto Beth Ditto en los Estados Unidos de hoy -una nacién obsesionada con ta delgadez y con la guerra a la obesidad- como Pizarnik en la Buenos Aires del pasado siglo tuvieron que {idiar con una constante representacién de to gordo como algo poco deseable y censurable per se, ademas de la reprobacién por sus elecciones sexuiales como mujeres con un proyecto de vida disidente de ta norma, De todos modos, la diferencta abismal entre ambas radica en que Ditto encontré ta posibilidad de agencia de su cuerpo gordo y queer en un contexto donde el trabajo de activistas de la gordura -pero también de feministas, lesbianas radicales, trans, intersex, queer, riot grils y de la diversidad funcional-, habfa abierto el camino para su corpulencia empoderada”. Pero to interesante de leer la frase de Pizarnik junto a la de Ditto tal vez resida en apreciar esos contextos tan disimiles y comprender el desatiento de la poeta en su lucha contra la gordura ‘como un producido det dispositive de corporalidad que le ha impedido ta agencia mas que de su fracaso personal todo cuerpo gordo es construido discursivamente como un proyecto faltido®. Pero volvamos a los diarios de Pizarnik, EL 6 de septiembre de 1959 dice: “Si sélo fuese menos oral. Un poco menos de complejos orales. imposible estar una hora sin un cigarrillo, una ufia o alimentos, en mi boca, Cada ¥ ciegamente”. ¥ el 23 de octubre de ese ‘Asi como me alimento sin querer hacerlo sino que to hago por compulsién 0 por temor del vacio, asi hablo, sabiendo no obstante, que deberfa caltar”. Unos dias después, el 27 de octubre, escribe: “Cada vez més obesa, O al menos asi lo siento. Ful a ver al Dr. R. ‘Usted es anormal’, dijo. ‘¢Cémo?’, dije. ‘Quiero decir que sufre de las glindulas’, dijo. Ahora tomo unas cépsulas BP Witpi/Towwwame.com, mayo 2007. 28 ALrespecto ver Nauk, Crran: "Punk will never diet": Beth DRtto ‘and the (Queer) revaluation of fat" en Revista Neoomerlcanist, Vel. 4 ro. 2 (Primavera/Verano 2009). Hay traducelén a castellano por Morgan ‘isponible en htp:/wvnvagordazine.com. ar traducciones 29 Martay, Samantha “(Un/Be) Coming Out? Rethinking Fat Plitis” Social Serotics Special Issue: Thinking Fat Vol.15, N" 2, pia. 155 a que me afectan los nervios.” a: ¥ tan los nervos.” ¥ mis adelante dia eseribe: "La paure petite tne ane gee 5 ugnte Peto Os mi! Cada vee ne ea, EP Ita les" Es prinras rata eee nfluencia det tenguaje psicoanalit a 'guaje psicoanalitico para tuerpos delgados, que sont P , [0s que se austan (o tien stars) ata norma restcthes deo denen ota Charlotte Cooper, “defnir al cuerpo gordo come {armel ver coo in tempor estas ers vasicion a nociones rigidas dad Gebey ae ‘lones rigidas de una non rmatidad: EL wre, klclembre de 1959. escrbe- za lente arrojé el libro que me ‘quemaba, if poema lleno de ataridos y me fui a la cocina # und in a hunatrme sin hambre, Después vi te és vino Nelly B. Me sentf ta ” ‘eobilahabiend como tartoytedotantarestpancce enferma y vomité”. Hagamos a ¥ detengarnas aqui el afin de inteprtar ete nen ea uniforme, puesto que no tenemos clementos ae shina concoaicmente au Pram poten ad alimentario. Lo que si podk desore Podemos des s textoses quetagorduayiaatimetachneerena fee ae 1 3to Ho sber médica sobre aaa y fervor ‘especitico y se insttulrd cada ver més aleface aed ee SS sponténea, (igre, Georges, ep. pag. 47 tae POPU 34 Cooper, charter (arte: “Can a fat oman Disability & Society, 12(1) 31-42, 1997. ee uerpos sin patrones un foco de preocupacién para ta joven poeta, Porque, mas alla de que en la ecuacién promovida por la industria de {a salud y de la dieta, aceptada por el sentido comin, ta relacioncon la comida esun factor central en los desérdenes ‘alimentarios que serian, a su vez, efecto de una profunda perturbacién emocional o psiquica, no todo cuerpo gordo bs la prueba viviente de desérdenes 0 patologias 0 de tuna voluntad viciada que gusta de infligitse dolor. Quiz seria mis sencillo aceptar la diversidad corporal en la. que podemos encarnarnos los seres humans, O problematizar fa relacién entre alimentacién, gordura, salud y régimen de vida, como hacen los activismos sobre gordura. £13 de enero de 1960 escribe: “Me estoy destruyendo ‘con cigarrillos y comida. Mi cuerpo no soporta més. Ataque de ayer. Asfixia. Es el precio que pago por haber vendido mi vida at demonio de los ensuefos”. ¥ el 9 de diciembre de 1960: "Mi desorden es general. Fraenbel me anuncié que estoy enferma por mi desorden alimenticio. Troubles de la nutricién. Me dijo que soy como los salvajes de Africa: ‘ocho dias sin comer y después se comen un hipopétamo”. Vemios como Pizarnik ya cuenta con un diagnéstico coloniatista- de desorden alimenticio y un tratamiento, tos que, de todos modos, no apacfguan su padecimiento. EL 10 de abril de 1961 continGa: “Nunca me odio tanto como después de almorzar o cenar. Tener et estémago Uteno equivale, en mi, a la caida en una maldicién eterna. ‘Si me pudiera coser la boca, si me pudiera extirpar ta necesidad de comer. Y nadie goza tanto en esto como yo. Siento placer absoluto. Por eso tanta culpa, tanta miseria posterior”. Resulta evidente que el diagnéstico no alcanza a dar cuenta de tas operaciones propias del dispositive de corporalidad que produce al cuerpo gordo su matestar, dispositivo que se vuelve locuaz a través det dictum de la salud, la apariencia o el bienestar. Este 32 dtexe que el esbianfsmo también ha sido considorado efecto de un desareglopsicligico ofsiolégco. 33. Las medios masivos de comunicackin dl siglo XX no fnventaron ta hhmillacion pibles eat cuerpo gordo. Por (o menos desde et salo XDK, Decidente se esmerd en preducir el registro en primera persona del Suimiento porto gordoratsurimlento ro sélo Fisica sino también moral pero, por sobre todo, prtelégica, Ver Vgarelle, op.cil, ps. 193. 89 dispositive no produce cuerpos déciles sino cuerpos en un estado permanente de alerta, ansiedad y avider: el régimen perpetuo. Tal vez se podria conlulr que el diagndstico y ta medicalizacion sobreviniente son gcasién para el agravamiento del malestar de tos culerpos descalificados en razén de su tamano y forma Volviendo a tos Diarios, podemos verificar que tempo después continia ta preacupacién de ta posta Por el cuerpo y ta alimentacién. Asi, el 17 de junio de 1962 escribe: “Incomodidad con mi cuerpo. Lo terrible de ser bella en ciertas partes y horrible en otras. [J 51 hablo tanto de mi cuerpo y si tanto medito en él es Porque no hay nada mas”. Y el 24 de agosto de 1962 constata: “En cuanto te mueves va contigo tu cuerpo”. En una larga reflexién sobre su cuerpo, ta escritura y In belleza del 25 de agosto de 1962, concluye: “por eso mi Perpetuo régimen alimenticio y mi forzada resistencia al alcohol”. El 20 de octubre de 1962 se pregunta: ";Qué allimentos para el alma? sCudles para et cuerpo?"™. Yel 2 de noviembre de 1962 anota: "Me siento mat. Todo lo gue como, cada alimento terrestre, se detiene en mi Sarganta como si dudara. Hace meses que sobrellevo estas, nduseas, esta impostbitidad de asimilaciin. La comida me provoca espantosas imagenes. Pus, sangre, tierra matollente, escombros, cuerpos desnuidos sucios ¥ beridos. Me duete (a yarganta cuando mastice y no me Guele cuando fumo. Cuando mastico me duele todo, hasta las piernas, hasta et corazén, La sobremesa es un Penoso intento de no asfixiarme y de no vomitar. Poro vomitar no me libera, me obliga a creer que eso que Yornito fue ingerido de ta misma manera: que estuve Comiendo vémitos”. i inomento de la escritura de tos Diarios se estaba lejos del boom gastronémico y gourmet actual, pero no asi de la idea generalizada sobre los 7A Silo unos aos después de estas anctaciones de ta poeta, Michel Foucault relexionara en un par de canferoncios sabre el coerce ter {pla despindada: “8 etd aqui, irreparablemente, nunca en ove ponte Wcuero eo contrario de una utopia, to que nunca eta bajo aie els, Sl loan absolut, el poquefo fragmenta de espacio con el resi icatidoestrito, yo me corpora” (Foucault, chet: €t cuerpo utara {es heterotopls.Eeciones Nueva Visti, Bueno Aces, 2010 nag 90 Ber Querpos sin petrones alimentos “buenos” y “matos” y det placer (y el peligro) que acarrea la transgresion alimentaria®. Luego de estas anotaciones, desciende notablemente el registro de la experiencia de ia alimentacién. Aunque en 1966, tras la muerte de su padre, escribe: “Mi terror de andar y moverme y comer y respirar” (27 de abril), El relato de ese cuerpo, ta nartacién que se derrumba con el paso de los arios, dan cuenta de ese diario como una especial escena interlocutoria de praduccién de verdad. Y et problema es saber a qué precio pueden txs sujetos decir esa verdad, como ha dicho Foucault. 4, But are you really who you say you are/You're believing dream a love bizorre/The pick of picture /ou're a superstar/That’s what you are : ei Gossip, “Seems so bad” La preocupacién por ta gordura es central en la juventud de Pizarnik, si nos atenemos a las entradas de su diario mutilado. A medida que pasan los afios, salva In apuntade més arriba, empiezan a ezcasear Ins referencias a su propio cuerpo y a la alimentacién, lo que se corresponderia con la estabilizacién del descenso de peso de ta poeta documentada por sus bidgrafxs. Pero, gpodemos hacer afirmaciones rotundas a partir de un texto expurgado? Se nos diré que podemos confirmar to offecido en los Diarias con los profusos testimonios de familiares y amistades, cartas, memorias y biografias 35 Precsar desde cuéndo se produce la relacsin uni ‘entre atimentacién y gordura nos Ulevaria mucho thempo y espacio. sbria que dstinguir entre cantidades, calldades y otras cucstlones, ‘todas esas cifras que han ido matanco én su significactén por fo menos ese que ta cultura occidental comenzé a preacuparse por calcular cl valor de las gorduras (ver al respecto Vigarelo, Georges, op.ct, Ault, Patricia: Rios flacos y gerdos pobre. La almertacion en cris, Capital intelectual, Buenos Aires, 2010 y LeBesco, Kathleen Nacearato, Peter (ed): Fclble Ideologies. Representing Food and Meoning. Stave University of New York Press, Albany, 2008), o

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