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Cómo habitar la ficción literaria.

Indicaciones para la exploración divergente (I)


Cecilia Tejón, febrero de 2017

+ Escuchamos-leemos “en 3 D”: activamos voluntariamente la curiosidad y la imaginación ‘como


si’ estuviéramos dentro de ese mundo, conociéndolo; como si viéramos una película. Prestamos
atención a las palabras y a los detalles que presentan, evocamos imágenes sensoriales, emociones,
asociamos con experiencias personales y otros conocimientos del mundo, damos tiempo a la ficción
para que se muestre, interpretamos y construimos sentido sin apuro, no sancionamos hasta conocer
qué nos propone.

+ Exploración divergente: Luego de la escucha-lectura literaria “en 3 D” vamos a completar la


construcción mental, subjetiva y personal de ese mundo literario que, en la primera escucha-lectura,
seguramente quedó inconclusa. Para esto pondremos en marcha procesos divergentes y
convergentes de pensamiento, pero le daremos prioridad a los procesos divergentes (más creativos,
flexibles, heurísticos, asociativos, holísticos).
La exploración divergente consiste en hacer concientes los procesos subjetivos (cognitivos,
emocionales y ético-valorativos) de la escucha-lectura literaria. Para eso revisaremos el texto,
prestando atención a las expresiones de cada pasaje, imaginaremos en detalle imágenes sensoriales,
metáforas, voces, situaciones, escenarios, personajes, objetos; inferiremos lo que sugiere y no
explicita, revisaremos hipótesis y, si fuera preciso, las reformularemos; repondremos supuestos,
asociaremos con otros textos literarios, con películas, música, cómics, teatro, y otros discursos,
relacionaremos ese mundo de la ficción con experiencias de nuestro entorno (aplicación metafórica
a la vida).

+ Cómo registramos la exploración divergente. Sugerencias:


a) Anotamos la primera impresión general, el “flash”. No hace falta elaborar un texto complejo,
pueden ser palabras y frases sueltas. No importa si quedan “zonas incompletas”, interrogantes y
dudas (en realidad, hasta es preferible que suceda).

b) Marcamos los pasajes o frases que nos resultaron llamativos en la primera lectura o escucha
(preferidos, que más resuenan, que resultan curiosos o despiertan incertidumbre, etc.).

c) Exploramos por partes: nos detenemos en cada pasaje, marcamos el texto y escribimos notas en
los márgenes (marginalia): todo lo que imaginamos (en detalle), sentimos, pensamos, hipótesis,
interrogantes (sobre lo no dicho en el texto, dudas, etc.), etc. [buscamos en el diccionario las
palabras desconocidas, anotamos el significado].

d) Luego de explorar por partes, volvemos al título: nos preguntamos sobre la relación del título con
la totalidad, relacionamos el título con la frase final, conjeturamos su sentido.

e) Para terminar: sintetizamos la experiencia de exploración divergente en un breve registro, o en


una constelación (varios “solcitos” relacionados). Nos quedamos con las imágenes más fuertes, la
emoción y sensaciones que nos despierta, alguna reflexión, asociaciones, comparaciones, recuerdos,
preguntas, aplicación a la propia experiencia, etc.

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