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LA SEXUALIDAD EN LA CAMPAÑA
BONAERENSE ENTRE LOS SIGLOS XVIII-XIX
Y XX

Investigación del Lic. Gustavo Recalt.

La presente comunicación está motivada por la búsqueda de líneas interpretativas que expliquen la
problemática de la sexualidad en el medio rural pampeano. Por tanto, se intentará recorrer con este modelo el
segmento temporal citado; para tal fin se ha estructurado el trabajo en tres bloques que si bien se presentan
recortados para el análisis están, como se verá, íntimamente relacionados. Esto demuestra lo difícil que es
realizar cortes históricos perfectos ya que los cambios a través de las distintas épocas, no son simultáneos, por
ello hay que recurrir a situaciones similares distantes en el tiempo, lo que complica un tanto las cosas.

Se toma en primera instancia al gauderio o gaucho colonial y a través de la observación de sus rasgos más
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salientes se intenta dar cuenta de su personalidad, y así poder comprender su comportamiento. Se tratará de
dilucidar si el romanticismo ha sido, en el gauderio, un elemento que se pudo hallar en la base de su carácter.

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Esto sumado a su particular sentido del honor, de la lealtad, de la libertad; pudo dar como resultado un tipo Museo Pago de los Lobos |
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social, que si bien compartía ciertas características con otras sociedades pastoriles en general, en lo particular,
NUEVOS OBJETOS
existirían cuestiones que lo hicieron único. "VIEJOS"
DONADOS AL
MUSEO
1)- EL GAUDERIO: Su Medio, Su Moral, Su Comportamiento, Su Sexualidad, Su Psicología, Sus
Canciones y versos románticos.
En tanto que sociedad pastoril, el objeto de este estudio, tuvo como eje principal de su vida cotidiana el caballo,
la hacienda vacuna, y las grandes extensiones de tierra. Esta tierra llamada pampa, por sus características
IDIOMAS
topográficas; que se fue dividiendo a lo largo de los siglos en grandes suertes de estancia, fue
mayoritariamente, propiedad de una elite cuya primera aspiración ha sido la posesión de esos latifundios y de
los ganados que en ella prosperaban [1].
TRANSLATE

"Siempre ha existido una zona disputada entre el colono conquistador en el campo donde se establecía y el
indio arrojado por él; esta zona ha sido alejada por cada generación, su radio ha crecido, pero ha sido siempre
el medio en que ha nacido, se ha desarrollado y multiplicado el GAUCHO, tomando de ella los hábitos de vida
que le son especiales, adquiriendo un carácter étnico acentuado por uniones híbridas" [2]. Queda bastante claro
lo que ha expresado Emilio Dairoux aquí, dando por sentado que el carácter del gaucho, su personalidad, su
psicología se ha forjado en gran medida gracias al medio que lo ha visto desarrollarse. Ese intersticio entre la
civilización europea y la completa barbarie del aborigen, habría marcado de manera especial a aquella sociedad
periférica, que allí se vino a desarrollar. En consecuencia es importante el Medio, para entender al gaucho y su
comportamiento. Por su parte Robert Proctor dirá: "Las pampas son llanuras inmensas que se extienden hasta
donde alcanza la vista, con casi ningún accidente en la superficie, cubierta de pajas y cardos altos, tan grandes
en verano que imprimen al campo aspecto de matorral." [3]

En este medio inhóspito, agreste; en esta zona que erróneamente se dio en llamar desierto por la historiografía
tradicional, donde hombres y bestias deambulaban a su libre albedrío, se desarrolló un modo de vida singular, EXHIBICIONES ACTUALES
que a los ojos de algunos cronistas y viajeros resultó salvaje en extremo y en cambio para otros fue un motivo
de estudio y, además, por qué no, de admiración. A la luz de esos relatos se trata aquí de definir al habitante de
la campaña.

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Los Gauchos tuvieron una vida social a pesar de su instinto individualista. Se relacionaban de diversas formas y
especialmente en un lugar la pulpería: suerte de oasis en la inmensidad de la pampa, donde estaba todo lo que
el hombre podía necesitar para la subsistencia. "Estos salvajes, pues apenas si se les puede calificar de ese
modo, son sumamente afectos al juego: muchas postas tienen pulperías anexas donde se vende todo lo que
necesitan los ranchos." [4]

Arriba: Un Alto en la Pulpería, de Prilidiano Pueyrredón (circa 1860). SEGUIDORES

La Pulpería era el sitio más importante en la campaña, tanto como "ventana abierta a los tráficos" como ha
indicado Carlos Mayo, donde la gama de intercambios es realmente asombrosa, visión que da por tierra con la

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versión tradicional y limitada de antro de pendencieros y bebedores o centro sociabilizador solamente; como por Followers (20)
lo que interesa a este estudio: lugar donde el Gaucho pasaba gran parte del día, gastando los reales que
eventualmente había ganado en un lapso de trabajo estacional más o menos corto en alguna estancia vecina.
En ese lugar no faltaba el canto. Habida cuenta que una característica sobresaliente de nuestro hombre,
además de la destreza en el manejo del cuchillo, el lazo y las boleadoras; era pulsar la guitarra o tiple, pequeña
guitarrilla de cuatro cuerdas, de voces agudas a cuyo compás entonaba sus tristes o yaravíes, monótonos
cantos estos que por lo general tenían como temática, lamentos de amor. "Un caballo, un lazo, unas bolas, una
carona, un lomillo, un pellón hecho de pellejo de carnero es todo su ajuar de campo. Adereza su cama con el
pellón por colchón, el lomillo por cabecera y el poncho por manta y sabana. Si en aquellos días ha carneado
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algunas reses y ha ganado por peonaje o robo de cueros algunos reales, muda de estilo y rumbo; se va a
emplearlos en agua ardiente en la más inmediata pulpería de donde no sale hasta no haber acabado su caudal,
sus pasiones favoritas son el juego de cualquier especie que sea y las mujeres” “Cantan unas seguidillas
desentonadas que llaman cadenas o el pericón o malambo acompañándolo con una desacordada guitarrilla que VISITAS AL MUSEO

siempre es un tiple; El talento de cantor es uno de los más seguros para ser bien recibido en cualquier parte y
tener comida y hospedaje." [5]

Calixto Carlos Bustamante por su parte, cuando describe a los Gauderios da cuenta de que aquellos "son unos
mozos nacidos en Montevideo y en los vecinos pagos, mala camisa y peor vestido............. Se hacen de una
guitarra que aprenden a tocar muy mal y a cantar desentonadamente varias coplas, que estropean y otras que
sacan de su cabeza que regularmente rondan sobre amores."

Ahora bien, esta gente simple y por demás practica, trascendía en medio de sus pasiones y vicios y tenían una
jueves y viernes: De 9:00 a 11:00 hs.
forma singular de enamorarse. Cuando veían una mujer que les gustaba, pasaban junto a ella y le decían: "Qué
Sábados, domingos y feriados:
linda es" ella sólo respondía "oz." Y seguía su camino. El Gauderio continuaba esta operación hasta que la
De 9:00 a 11:00 hs.
mujer se detuviera y le permitiera más claras explicaciones, así hacían su cortejo que las más de las veces
terminaba en los desordenes nocturnos que se llamaron "GATEO." Esto sucedía a veces por condescendencia
Dirección: Arévalo S/N, Lobos. C.P. 7240
de la mujer y a veces por timidez y sorpresa de la misma. Espinosa y Tello, además, comentaba: "Muchos de
Provincia de Buenos Aires, Argentina.
estos Gauderios libertinos pisotean el derecho de hospitalidad, que tan francamente se les dispensa. Como
todos duermen en la misma casa, pues la estrechez de las habitaciones no permite las separaciones que pide el
Tel.: (02227) 430859 - José Guindani.
buen orden y la decencia; cuando todos duermen salen a gatas y con el mayor silencio asaltan el lecho de las

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mujeres que apetecen, las que si no están de acuerdo sufren la violencia de su honestidad por evitar unos E-mail:
escándalos que también las violentan y usan de la defensa que permite la sorpresa y la confusión. Reina no museopagodeloslobos@gmail.com
poco desorden en las costumbres de la clase pobre de nuestras Américas, por la de dormir juntas las personas
de ambos sexos en la misma habitación y lo mismo sucedería en cualquier otra parte que no se precaucione.
Muchas veces estos ladrones de la honestidad son sentidos, por la poca destreza y aun las mismas que están VISITAS
de acuerdo, son las primeras que les arañan y todos lo burlan y lo denuestan." [6] Claro, para la Moral
tradicional del siglo XVIII este comportamiento era aberrante, siendo los que lo practicaban poco menos que 86771
animales.

Parece que puede hacerse un paralelo con la familia europea de los siglos XVI al XVIII de la que Jean Luis COPYRIGHT

Flandrin da cuenta en su trabajo: "Orígenes de la Familia Moderna” Familia: Tamaño, Estructura y Vida. “En
medios populares la exigüidad del alojamiento condenaba a una promiscuidad insoportable a nuestros ojos" y
aclara: "En la base de la sociedad, la historia de la vida familiar se confunde prácticamente con la historia del El contenido del sitio web del Museo Pago
nivel de vida, mientras que en las elites aun en sus aspectos más materiales forma parte de la historia de la de los Lobos está protegido bajo Licencia
cultura." Estas observaciones de Flandrin pueden concatenarse con lo expresado aquí a propósito de la vida de Creative Commons Reconocimiento-No
los Gauderios. En su relato, Flandrin se ubica en Lyón en el siglo XVIII y cuenta que cerca de la mitad de las
comercial-Sin obras derivadas 2.5
viviendas de artesanos y obreros sólo tenían una habitación [7]. Al parecer esta costumbre fue importada al Argentina.
Plata. Se evidencia en los usos y costumbres del Gaucho. Más adelante el mismo autor comenta "En el campo
la casa del campesino pobre o modesto era de tamaño y aspecto diverso, según las regiones. Paredes de
piedra, paredes de tabla y adobe, lo más común era que los techos fueran de paja, el piso era de tierra suelta –
sembrado de desechos que picoteaban las gallinas. – Por lo general estaba habitada una sola pieza y en ciertas
regiones los hombres vivían allí en la calurosa y olorosa promiscuidad de los animales.......... no cabe duda de
LINKS
que estas descripciones nos dan una idea más justa de la vivienda común de los cottagers y labourers ingleses
– campesinos sin tierras semejantes a los peones y jornaleros franceses." [8] Aquí puede agregarse: similares a
los Gauderios o Gauchos o agregados del Río de La Plata. Contrapóngase esto a los relatos de los viajeros y la
semejanza es grandísima. Hasta parece que cuando habla de los desechos que comían las gallinas, esta
describiendo la vida en un rancho de nuestras pampas.

En cuanto al Gaucho y su moral, su sexualidad, su Psicología, surge la siguiente pregunta: ¿Eran estos
hombres románticos, es decir, hombres que daban al amor un lugar importante en sus vidas? O ¿Simplemente

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actuaba en forma irracional y estos sentimientos se hallaban totalmente ausentes en él? De acuerdo con las
fuentes que aquí se manejan, parece que no es fácil desvelar estos interrogantes. Seguramente una
generalización apoyada sólo en un segmento temporal, además de inducir a razonamientos simplistas, podía
empujar el modelo hacia un callejón sin salida; cosa que haría peligrar el arribo a conclusiones e
interpretaciones lo mejor cimentadas posible. En consecuencia, se cotejan las fuentes tratando de lograr la
mayor aproximación al problema que se ha planteado.

Según Rodolfo Senet [9] (1872-1938) el sentimiento de amor hacia la mujer, en el Gaucho, no se mostraba
apasionado y las canciones románticas anónimas que le dedicaba, se debían siempre a la pluma de algún poeta
pueblero. "No era raro escucharle al Gaucho largas tiradas, donde figuraban estrofas de distintos autores ajenos
al medio" Más adelante este autor afirma, que la pasión amorosa para el Gaucho era una desgracia digna de
lastima o sencillamente una chifladura despreciable.

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Arriba: La Pisadora de Maíz, de Juan León Pallière (1868).

La lectura que Senet está haciendo se basa en el Martín Fierro, de donde extrae la conclusión de que al
ineludible sentimiento de amor, el varón lo esperaba con recelos y hasta con temor, siendo una situación no
deseada. Y deduce, que por tal motivo el casamiento no les preocupaba demasiado, entonces el problema del
casamiento lo derivaban en “El Patrón”, apersonándose y diciéndole: Patrón me quiero casar. Confiando en que
el estanciero arbitraría las diligencias del caso y en ocasiones hasta le elegiría la novia. No se comparte aquí
totalmente la lectura que realiza Senet. Porque por un lado se puede pensar mejor en que el Gaucho recurría al
patrón porque lo veía como un padre, si se quiere, o en todo caso como a quien ostentaba el poder. En muchos
casos el hecho de dar parte al patrón de que se querían casar, era una obligación que con el correr de los siglos
se hizo una costumbre y actualmente esto puede observarse en alguna estancia; teniendo que ver más con un
sentimiento de respeto hacia el patrón, que con una cuestión de indolencia frente al amor de parte del Gaucho.

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Y por otro lado puede que haya obedecido en algún caso a un sentimiento de vergüenza, más que de recelo
frente a tal situación. A veces, a pesar de su rudeza, un hombre puede parecer chucaro debido a un excesivo
pudor frente a ciertas circunstancias, lo que no implica que no sienta amor.

Senet indica también que los celos, sí representaban un sentimiento poderoso, más que el amor en el Gaucho.
Un sentimiento muy desarrollado, que se exteriorizaba mediante reacciones violentas y afirma que más que un
reflejo del sentimiento de pasión, los celos obedecían a la situación del amor propio herido. Esto tiene que ver
con el honor y el sentido que este tenía para aquellos hombres. No se toleraba que la falta de reacción
deviniese del miedo, por tanto, no vacilaba en lavar la afrenta con sangre. “El Maula” (cobarde) era indigno, y si
la mujer lo prefería, no lo era menos que él; sólo podían provocar desprecio ante los demás. Esto indica un
paralelismo con el ideal caballeresco. La idea de castigar una bellaquería, el duelo, dar un ejemplar castigo ante
una ofensa; si se acepta la similitud entre los centauros de las pampas y los caballeros andantes de la edad
media, puede hacerse esta lectura. Cabe a estas alturas hacer mención de los casos de corte de trenzas, de los
que se pueden dar muchas referencias. Puede, por ejemplo, citarse el caso acaecido en 1792, cuando Felipe
Arroyo le cortó la trenza a Isabel Galliardo por la supuesta infidelidad de esta. [10]

Este asunto del corte de trenzas estaba muy extendido en la campaña y se practico durante mucho tiempo.
Además, debe recordarse la famosa reprimenda del General Manuel Belgrano hacia los Patricios que se le
sublevaron en 1811, la conocida rebelión de las coletas, las que el General les hizo cortar al ras. O sea, que la
costumbre de castigar de esta forma, era muy común y lo que es más, era del todo denigrante. Que el hombre,
o la mujer tuzados, fuesen vistos por la sociedad en esas condiciones significaba que la falta había sido
sumamente grave.

Prueba de la continuidad en el tiempo de esta costumbre es una nota hallada en el Archivo Histórico de la
Municipalidad de Cañuelas, fechada en el cuartel V el 1° de mayo de 1867, dirigida por el alcalde de cuartel, al
SR. Juez de Paz Don Juan Arana y dice: "El que firma ase saber a uste que el sabado pasado le cortaron la
trenza a la yja de Da. Gregoria Ochonga, el yndibiduo Miguel Nuñez besino deste cuartel. Abiendo recibido
abiso deste suseso nombré al Teniente Medrano para que lo apresase y an andado tres días y no lo an podido
allar, asta oy que an sabido se aido para fuera arriando una tropa de asienda que llevan para el Saladillo.
El conductor desta es ermano de la muchacha del suseso y el pide que si uste le da comisión y lo ase

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acompañar el lo bá a seguir asta que lo alle. Dios guarde a Vs. Ms. Añs Bruno Canobés." [11]

La lectura de estos documentos hace presumir que en esos años el hombre de la campaña no mataba por estas
cuestiones, sino que infligía un ejemplar castigo que como ya se ha dicho era denigrante para el castigado.
Conviene aclarar que se mataba solo en un caso extremo y no por el simple estado de celos o presunto engaño
de la mujer. El caso que Senet presenta de Cruz desdeñando a la mujer y al viejo comandante con quien esta lo
engañaba; y matando al paisano que acompañaba al militar, [12] sirve para graficar lo antedicho, en el sentido
de que Cruz lo mata por adulón y porque este adulón, lo ataca primero a él. Entonces, mata por una falta que el
Gaucho considera mucho más ajena a la naturaleza humana, que la infidelidad de la propia mujer.

Pero aun no se ha contestado la pregunta ¿el Gaucho era un ser proclive al romanticismo? Si uno se atiene a
los versos que aquel cantaba, sin especulaciones en cuanto al origen de los mismos, todo indica que había una
buena carga de romanticismo en el corazón de nuestro personaje. Véanse por ejemplo unos versos anónimos,
recopilados por Juan A. Carrizo, también recogidos por Carlos Vega. Se trata de "los versos encadenados" los
que hemos tenido oportunidad de copiar, hace unos años, en un fogón campero, del cantor popular de San
Miguel del Monte, Miguel Hours, quien cultiva en forma exclusiva viejas canciones y danzas bonaerenses, que
absorbió en forma empírica de sus antepasados:

"No tengo afecto a vivir,


en morir sí pongo empeño.
Para que quiero la vida,
si la que amo tiene dueño.

Llorare toda la vida, ay de mí


En un silencio profundo
Si la que amo tiene dueño
Para que estar en el mundo.

No quiero estar en el mundo


porque tengo mala suerte

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si no he de lograr mi intento
más bien que venga la muerte.

Más bien que venga la muerte


con migo a hacer su deber
porque siento un contrapeso
al verte en otro poder.

Al verte en otro poder


mi corazón se entristece
y llora gotas de sangre
porque por tu amor padece"

Estos versos encadenados que se interpretan en tiempo de Triste o yaraví muestran la gran melancolía del
Gauderio frente a un amor que no pudo ser. Si se tiene en cuenta lo apuntado por Félix de Azara: "Jamás
cantan más que Yaravíes, canciones del Perú, las más monótonas y tristes del mundo, por lo que también se les
da el nombre de Tristes. El tono es de lamento, el asunto de amores desgraciados, o de amantes que lloran sus
penas en el desierto; nunca el tema es de cosas alegres, chistosas o indiferentes" [13] Resulta obvio que estos
hombres, sí tenían un sentimiento por el sexo opuesto que iba más allá de lo animal, y que sería una
simplificación peligrosa, decir que eran indolentes frente al sentimiento de amor. Es lícito pensar que era
hombres sensibles a los estados de su corazón. También puede aceptarse que la tristeza reflejada en las
canciones del Gauderio colonial, estuviese indicando al mismo tiempo que lo dicho anteriormente, lo miserable y
abandonado de su vivienda y en general de su vida cotidiana, lo que a la vez debe relacionarse con su soledad.
Continuando con Don Félix de Azara, este naturalista habla también de las condiciones deplorables en que se
hallaban muchos, por no decir todos los "futuros esposos" que "no poseen muebles ni casa" cuando van a
contraer matrimonio; y dice, además "Toman ropa prestada y al salir de la iglesia se la quitan y devuelven a sus
dueños después van y se acuestan sobre un cuero de vaca extendido en el suelo." [14]

En cuanto a que los Gauderios tomaban sus versos de poetas pueblerinos, puede contraponerse lo siguiente:
"Al hombre de la campaña, abatido por el indio y por las ciudades, la Revolución de Mayo lo despierta, lo

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transfigura. Y la gracia campera de sus bailes y la letra de sus Cielitos, entran en los salones de Buenos Aires.
Y nacerá en la ciudad la poesía" [15] A partir de la Revolución de mayo habrá nuevas y distintas motivaciones
que le dan al Gaucho tema para sus canciones, esto no significa que ya no se enamoraran, y sí quiere decir que
se empezaron a sentir identificados con la causa emancipadora. Aunque esto, a decir verdad, no le hacía
mucha gracia a las autoridades de Buenos Aires. Pero esto es harina de otro costal, lo que interesa es que
hasta 1810 no ocurrió ese cambio y el Gaucho se mostró indolente con las cuestiones que acontecían a los
puebleros. Por tanto, teniendo un sentimiento contrario para con aquellos que lo perseguían y despojaban de lo
poco que tenía, no parece lógico afirmar que copiaban versos hechos por poetas de la ciudad, para expresar
sus cuitas de amor.

Para abonar esta conclusión puede citarse a Guillermo E. Hudson, quien en su relato “El Ombú” expone lo que
le contara un Gaucho en relación con las invasiones inglesas. Indica allí Hudson que los Gauchos que
presenciaron el paso de los fusileros Escoceses, no se mostraron para nada hostiles y es más, luego de recoger
algunas mantas que las tropas de Withelooke dejaron tiradas en el barro al atravesar un arroyo, se fueron para
las casas y de camino se detuvieron a ver un partido de pato que reunía a muchos Gauchos. Entonces el autor
de El Ombú, dice: que al lector inglés le ha de llamar la atención que a pocas leguas de donde pasaban los
invasores, y en momentos en que en la capital había agitación por los preparativos de la defensa, hubiese
tantos hombres juntos jugando al pato. En el apéndice de dicha obra explica Hudson que eso no era extraño
porque el Gaucho era una víctima de los urbanos y consideraba a toda persona investida de cierta autoridad,
como su principal enemigo. Legítimo es entonces inferirse frente al aserto de Senet, que a los Gauchos no les
interesaban ni querrían saber nada de las canciones de los de la ciudad; que por otra parte, debe tenerse en
cuenta que llegaban, igual que muchas otras cosas, por la ruta del Alto Perú provenientes de Europa. Puede
llegarse así a la conclusión de que a pesar de la rudeza o semibarbarie de aquellos hombres, que en gran
medida les provenía de sus condiciones de vida, en un medio del todo hostil, no eran de ningún modo
indolentes frente al sentimiento de amor; aunque haya autores que afirmen lo contrario.

Obviamente Senet generaliza y analiza de forma incompleta, desde el Martín Fierro, la forma de
comportamiento de los Gauchos. Ya que afirma que Hernández describe el tipo del Gaucho y su época.
Ciertamente se equivoca, porque José Hernández en su magistral obra, describió sólo una etapa determinada,
sólo un segmento temporal bien definido que abarca la segunda mitad del sigo XIX. No habla del mismo tipo

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Gaucho que vieron Félix de Azara y Concolorcovo; el gaucho que Hernández pinta es más cercano en el
tiempo. Martín Fierro no es Santos Vega, hay unos sesenta años en el medio que no se tienen en cuenta. Fierro
es el Gaucho que podría llamarse de la época de transición entre el Gaucho y el paisano entre Vega y Segundo
Sombra; iniciada ya la campaña contra el indio, pasada la batalla de Pavón, concluyendo la guerra de la Triple
Alianza. Y un dato que no es anecdótico: el Gaucho de esa época va poco apoco dejando de usar el chiripa, el
calzoncillo cribado y la bota de potro, y comienza lentamente a adoptar la bombacha y la bota fuerte. Con todo
esto se quiere decir, que han tenido mucho que ver en le comportamiento del habitante de la campaña, todos
los cambios que se fueron experimentando a través de dos largos siglos; léase: la Revolución de mayo, las
guerras de la independencia, las guerras civiles y la lucha contra el indio. A todos estos factores se agrega su
relación con los distintos gobiernos, las persecuciones, el eterno intento de proletarizar a esa franja social
fronteriza. Todos estos factores de cambio que sólo se enumeran aquí, en función del espacio, fueron
cincelando el carácter de nuestro hombre de la campaña.

Por ello decir que en el Martín Fierro no ocupa un lugar preeminente el sentimiento de amor al sexo opuesto,
porque en la psicología de los Gauchos tampoco lo ocupaba, que el autor no se lo da tampoco por que en la
época no existía, y que por lo tanto este se ciñe a la estricta verdad; [16] parece ser un razonamiento simplista,
ya que no determina que momento histórico está analizando y encierra a todo el tipo Gaucho en una sola
conclusión. Probablemente Hernández no le dio un papel central a este asunto porque la obra apuntaba en otra
dirección. Por otra parte hay que tener en cuenta la mentalidad y la moral de la época en que se escribe y
publica el poema (década de 1870) la moral tradicional en algunos aspectos de la vida argentina no se
abandonó del todo. Véase si no, el Código Civil de Vélez Sarsfield (1869.) Por lo que el pensamiento de
Hernández no estaría muy lejos del de sus coetáneos. Hernández toca el tema de soslayo, y aun así, el
tratamiento que le da es perfecto. Si bien es cierto que en algún momento se pone de manifiesto cierto grado de
misoginia, de parte de algún personaje, ese mismo personaje reconoce haber amado mucho:

"Yo también tuve una pilcha,


que me enllenó el corazón,
y si en aquella ocasión,
alguien me hubiera buscao.
Siguro me hubiera hallao,

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más prendido que un botón

“Grandemente lo pasaba,
con aquella prenda mía,
viviendo con alegría
como la mosca en la miel.
¡Amigo, que tiempo aquel!
¡La pucha que la quería!"

No cabe la menor duda de que el bravo sargento Cruz estaba enamorado, y si después no quiso saber nada
más con las mujeres, es una cuestión que más tiene que ver con el honor, como ya se ha señalado, Cruz es la
figura del hombre despechado:

"Las mujeres dende entonces,


conocí a todas en una,
ya no he de probar fortuna
con carta tan conocida.
Mujer y perra parida,
No se me atraca ninguna."

La cuestión del honor se mezcla aquí con la moral tradicional. Pero con la moral del autor; ya que como indica
Adelina Sarrión Mora, a la mujer de clase baja de la segunda mitad del siglo XIX no le cabía el titulo de Angel
del Hogar, por tanto, esta por su condición de paisana esta fuera del ideal burgués de la época, es colocada a la
altura de una perra. Lo cierto es que el sargento Cruz pudo haber cortado las trenzas de su mujer, como nuestro
Miguel Núñez. Pero no lo hizo; tampoco la mató – como aquel despechado ex novio de Felicitas de Alzaga, que
por cierto no era Gaucho – El honor contiene el sentimiento de valor de una persona para sí y para la sociedad;
equivale a su propio valor y a la vez a la reclamación del orgullo. [17] Teniendo en cuenta esto que Pitt-Rivers
dice, se podría pensar que ese es el motivo por el cual Cruz le dijo esto a Martín Fierro. El hombre estaba herido
en lo mas profundo de su ser, pero no descargó su ira en la mujer porque el sentimiento de amor era en él más
fuerte que el odio provocado por tal situación. Pasado el tiempo la insulta pero no directamente, habla mal de

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todas las mujeres; pero cuando la recuerda, directamente a ella lo hace con cierta nostalgia, evocando los
momentos felices que pasó a su lado. ¡Amigo que tiempo aquel! ¡La pucha que la quería! Tal vez la seguía
queriendo. No mató al comandante, por que era un viejo y matar a un viejo también atenta contra el valor
reclamado por la sociedad. Descargo su furia con el guardaespaldas del viejo, era un Gaucho igual que él,
podía defenderse bien porque cargaba trabuco y en ultima instancia para Cruz, aunque no lo quería por adulón
y fanfarrón, no significaba nada.

Volviendo al Gauderio colonial, se tratará el tema del robo de mujeres. ¿Cuál era el móvil de estos actos que
según el Dr. Carlos Mayo ha sido muy común en nuestra campaña entre 1750 y 1810? "El robo de mujeres fue
bastante frecuente en aquella llanura débilmente controlada y débilmente cristianizada......" [18] Cuenta en su
articulo, el prestigioso académico que las mujeres raptadas, lo han sido por la fuerza con más o menos violencia
según el caso, habiendo algunos en que se ha registrado complacencia por parte de la víctima. El mecanismo
del robo era al parecer el siguiente: "Tras conocer a la víctima finalmente elegida, el raptor la sustrae de su casa
por lo general en horas de la noche, o cuando los parientes de la mujer están ausentes y se aleja con ella. Poco
después la mujer es desflorada y se consuma así una suerte de matrimonio. La pareja establecida entonces en
su hogar vivía públicamente como tal." [19] También Azara ha testimoniado acerca del robo de mujeres y ha
consignado que el fin del rapto no era el pedir rescate, sino iniciar una vida en común. Gran parte de las
raptadas eran solteras, pero algunas eran casadas, como en el caso trascripto por Mayo, sucedido en la guardia
del Monte donde: "Isidro Segovia fue sorprendido infraganti cuando intentaba raptar a Catalina Aguilera esposa
de Tomás Amarilla ausente" Puede traerse a colación el caso de María Rodríguez y Eugenio Ponce sucedido el
19 de diciembre de 1854 en el cuartel V de Cañuelas. Este hecho permite ampliar el marco temporal expuesto
por el Dr. Mayo, hasta 1854-55, aunque no se pueda asegurar que los casos siguieron siendo numerosos, como
parece que lo fueron entre 1750 – 1810. Lo que sí es comprobable es su continuidad. En este caso el Alcalde
de cuartel da aviso al Sr. Juez de Paz, que: “En la noche del 19 de diciembre se produjo un hecho del cual se
me informó al otro día. La mujer de Don Gregorio Rodríguez, Doña Maria Martínez expone que esa noche no
hallándose el marido en su casa se le presentó Eugenio Ponce y le manifestó venía a llevarse a la hija de Doña
Maria llamada Maria Rodríguez. Viéndose sola la señora tuvo que acceder al pedido de Ponce. Preguntada si
estaba impuesta del paradero de Ponce y ella contestó que no tenía estabilidad en ninguna parte y que hacía
unos días había estado trabajando de esquilador en la casa de algunos vecinos deste cuartel. También dijo
Doña Maria que la mujer propia de Ponce había estado en casa de la madre, que era la señora que tenía pleito

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con Don Facundo Abila. "Se sabe también de positivo que la mujer de Ponce en la fecha vive en la ciudad. Doña
Maria pide que se haga circular el nombre de Eugenio Ponce con el fin de tomarlos donde se hallen y que le
entregue a la hija." [20]

Por lo que se puede leer en esta fuente, debe coincidirse con Mayo en cuanto a que se trata de individuos
vagabundos y sin ninguna estabilidad, que están al margen de del mercado laboral y aunque el Dr. Mayo no
mencione la palabra puede hablarse de Gauchos. Por otra parte hay que tener en cuenta que como también lo
cita Azara, estas mujeres “Raptadas” las más de las veces, no querían regresar a su antiguo hogar, fuesen
casadas o solteras. De aquí pueden deslindarse dos hipótesis: Por un lado, que sucediese igual que con las
mujeres cautivadas por los indios, que por existir en ellas un sentimiento de vergüenza que no les permitía
reinsertarse en la sociedad preferían quedarse con sus captores. También por que hubiere tenido hijos con
ellos. La Mujer cautivada, sentía que había perdido el honor, y si atendemos a la moral de la época, según ese
pensamiento así había sucedido. Por otro lado se puede pensar que no volvía por que en realidad se sentía
bien con su nuevo marido, o el primero según el caso, sin importarle de que manera se consumó la unión. Aquí
se plantea entonces la cuestión de la moral y la educación en la campaña en esos años entre estos individuos
marginales, que por un lado son criollos y conservan vestigios de la moral europea que heredaron de sus
mayores, y por otro, al vivir en un medio poco controlado por las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, no
tienen limites definidos en cuanto al comportamiento social, como en las ciudades.

Bien, en el documento hallado en Cañuelas se ve que Ponce se presenta de noche al rancho de Maria y cuando
no hay hombres en la casa. Es difícil saber si la muchacha opuso resistencia, no se cita en la declaración. Sí
sabemos que su madre se resistió pero no tuvo más remedio que entregarla, ante los vehementes
requerimientos de Ponce. ¿Puede con estos datos hablarse de rapto? De ser un rapto, lo es de características
bastante peculiares. Es muy probable que la muchacha se marchara sin disgusto, porque por un lado, no se
hace mención en la denuncia que la chica forcejeara, por lo menos, con el hombre y el parte que da el Alcalde
está provisto de bastantes detalles. Por otra parte nótese que la madre pide: "Que sean tomados donde se
hallen" es clara Doña Maria, quiere que los apresen a ambos, o sea, que si bien Ponce carga con la mayor parte
de la culpa, la “doncella” no está exenta de tener la suya. Además, vemos que Ponce es casado y su mujer es
conocida por los vecinos; es una pareja avecinada en el cuartel V donde unos y otros se conocen bien, se sabe
que el raptor no es afecto al trabajo estable y vive haciendo changas en los campos vecinos. Esto podría estar

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señalando que entre Ponce y Maria ya existía una relación y el punto culminante de la misma fue huir juntos ha
hacer una nueva vida, formando un nuevo hogar.

Para las autoridades los individuos que raptaban o se llevaban mujeres, eran salteadores, insignes ladrones y
cuatreros vagabundos, etc. etc. Pero al leer a Mayo por ejemplo cuando afirma: "El caso de Gabriel Segovia
permite reconstruir la vida y las andanzas de un LADRÓN DE MUJERES" surge la pregunta ¿Sería el robo de
mujeres una especialidad delictiva bien definida, como quien hoy en día habla de un ladrón de bancos o un
punguista? O ¿Sería un acto cometido por cualquier hombre habitante de la campaña que quisiera tener una
mujer? Estaría uno tentado por inclinarse hacia la segunda línea interpretativa. Siendo entre la segunda mitad
del siglo XVIII y la primera del XIX, un acto tan común el robo de mujeres, parecería ser una forma no ortodoxa
de conseguir pareja. Téngase en cuenta lo ya expresado sobre la soledad y tristeza de los Gauderios; si se le
suma su tendencia al individualismo y las razones sociodemográficas aludidas por Mayo en su articulo, por lo
cual deduce el erudito, que el robo de mujeres estaba alentado por un desequilibrio pronunciado en el numero
de mujeres y hombres, pues estos eran más que aquellas en la jurisdicción rural del Cabildo de Buenos Aires en
la segunda mitad del siglo XVIII, parece que la vida familiar y sexual de peones, vagos y cuatreros, fue más
ocasional, aleatoria e inestable tanto como las ocupaciones mismas. Hombres solos y a veces migrantes
desarraigados procuraban en forma violenta hacerse de una compañera, robándola en un mercado femenino
estrecho y cerrado. [21]

Así se presenta de forma desnuda la problemática de la violencia misma que crea, en ocasiones, parejas más o
menos duraderas, que realmente funcionan como tales. Frente al rapto como herramienta para conseguir pareja
se ha aducido como explicación, la influencia de los indios que asolaban la frontera. Hipótesis que el Dr. Mayo
no descarta totalmente, pero advierte bien sobre el papel que cumplían las mujeres blancas cautivadas por los
indios, funciones estas económicas que no parecen estar tan claras en las mujeres hispanocriollas de este lado
del Salado. [22]

Puede decirse que en la cuestión del rapto o robo de mujeres, hay una serie de aspectos que hay que seguir
investigando como por ejemplo si este comportamiento se debía a la sumisión inculcada culturalmente a la
mujer en un mundo manejado por los hombres, la complicidad con el raptor, la lejanía de la familia. Todas
pueden ser o no razones para el robo y formación de parejas más o menos estables. Las razones pueden ser

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todas o ninguna como anota Mayo, pero si algo puede afirmarse, sobre la base de todas las fuentes analizadas:
Las citadas por Mayo, las halladas en el Archivo de Cañuelas y las expuestas por Ricardo Rodríguez Molas, en
Historia social del Gaucho que forman un numero nada despreciable de casos, es que esta era una costumbre
bien arraigada en la campaña y lo que para las autoridades y persona ciudadanas de la época era una cuestión
deleznable, obra de forajidos, cuatreros, Gauderios, en fin gente de baja estofa; para esta gente era una cosa
normal y cotidiana. Véase por ejemplo el caso de Roque Hernández en la capilla del Rosario en 1768, citado por
Rodríguez Molas. "Uno de los más grandes Gauderios de este partido, pues además de estar amancebado con
una prima suya que se le sacó de la cama estando con ella para traerlo preso........" [23] o Francisco Ferreira de
Soriano Uruguay, acusado de "Gauderio santiagueño que vive en ilícita amistad con mujer casada" [24] Esto
hace pensar en que este comportamiento más o menos violento, según el caso, era completamente aceptado
por esa sociedad periférica y por ende por la víctima que se convertía en concubina. Ya se verá que esas
mujeres no conservaban una moral tan depurada y estricta como sus pares de las elites ciudadanas. Y por qué
esto es así, pues a nuestro criterio, por el instinto de libertad y de no sujeción a ninguna autoridad que reinaba
entre esta gente desde el siglo XVII, y que parece, lo imprimía el medio en el cual vivían. Y el hecho de
conformar una sociedad intermedia entre la civilización y la extrema barbarie, explica en parte esta modalidad
que puede tener más de los moros que de los indios.

Véase ahora lo que cuenta Francisco Javier Muñiz a cerca de este asunto: "El primero y más esencial articulo
del catecismo gaucho es el de traer siempre una mujer a las ancas. Esta jamás es propia, sino como ellos dicen
robada. Circunstancia muy importante que es mirada por ellos como honrosa y necesaria tal como lo era en el
siglo del famoso caballero Don Quijote." Tiene a gala dejar en los ranchos donde hay mozas, prendas de su
vestido”.................. "cuando el dueño de ellos aparece en el rancho favorito......lo primero que practica la querida
es presentarle su ropa limpia. El recién venido se muda en el acto si la noche no es muy fría afuera del rancho
al amparo del moginete, entra después orgulloso y resquebrajando el cuerpo en la cocina y si hay guitarra, que
aunque sucia no suele faltar, se le hace el obsequio de una décima oficio que desempeña con gusto, por lo
regular, la doncella predilecta. Mientras hierve la mazamorra o se tuesta el asado para la cena el Gaucho con el
mate cimarrón que no deja de chupar refiere en su estilo fanfarrón y parabólico sus aventuras durante su
ausencia."............"Cuenta el caso en que por desleal castigó a una mujer cortándole el pelo. [25] "Si es Gaucho
alzado o que no puede llegar más que a casas de su confianza porque haya cometido algún desaguisado como
dar muerte a alguno. Excita más que en otro caso la simpatía del dueño de casa e interesa y mueve sobre todo

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la tierna sensibilidad de las damiselas, sino semihombrunas, fragantes a humo y requesón que han admirado
con vivo entusiasmo sus ponderadas hazañas."
"Estas piadosas mujeres le hacen con un mal encubierto rubor sus presentes a la despedida. Esta noble y
generosa demostración aumenta, como es de presumir, la gratitud del héroe que con estudiada melancolía se
ausenta de ellas, le piden afanadas, unas la rugosa chuspa para surtirla de tabaco. Supuesto que son poco
melindrosas como Maritornes, son fumadoras de oficio" [26]

Como puede apreciarse la presente transcripción viene a ratificar lo que hasta aquí se ha expresado y da un
perfil de la mujer del Gaucho-las mujeres de la campaña. Puede pasarse al punto siguiente en este modelo
directamente al estudio de la mujer de la campaña.

2)- LA MUJER DE LA CAMPAÑA: Su Moral, Su Conducta, Su Sexualidad, Su Rol de madre, Su


Educación, Mujer y Frontera.
¿Cómo eran las mujeres de los Gauchos? Félix de Azara cuando describe al hombre campestre dice: "Sus
mujeres son puercas y van descalzas sin más vestido que el tipós o camisa. Las más no tienen de remuda y la
quitan lavan y tienden al sol y enjuta vuelven con ella puesta del río a su casa. Sus ocupaciones son por lo
común, barrer, hacer fuego para asar la carne y calentar el agua para tomar mate, sin hilar ni coser." Por tanto,
vemos que las mujeres de los Gauchos no hacen manufacturas, ni artesanías de ningún tipo como las de otras
sociedades de América o Europa. Sólo cumplen la función de amas de casa y de mujer del pastor. Los
intercambios se hacían en las pulperías, con los viajeros y en tiempos de paz con los indios mansos. No
necesitaban hilar o tejer ni fabricar útiles de cocina. Sus ranchos ni siquiera, en muchos casos, tenían sillas ni
otros muebles mas que un barril para el agua, que era su bebida principal, no tenían tampoco cunas para los
niños, estos se ponían en una suerte de hamaca que pendía del techo del rancho, y los aperos del paisano se
confundían con los demás utencillos que pudiesen existir. El fogón estaba en medio del rancho y allí se clavaba
el asador o se calentaba el agua para el mate. Era una vida de lo más pobre y no puede decirse que se
molestaran demasiado por mejorarla. El viajero Francis Bond Head al describir a las mujeres de la campaña
expresa que: "Los hábitos de las mujeres son muy curiosos: Literalmente no tienen nada que hacer; las grandes
llanuras que las rodean no dan motivo para caminar, rara vez montan a caballo y sus vidas son muy indolentes
e inactivas. Sin embargo todas tienen familia aunque no sean casadas." [27]

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Arriba: Interior de una Pulpería, de Juan León Pallière (1862).

La mujer de la campaña se permitía actos que en la ciudad prácticamente no se registran. Por ejemplo,
frecuentar una pulpería con el único objeto de beber hasta emborracharse. En la zona de Lobos esto al parecer
ocurría con cierta asiduidad, este caso ya ha sido mencionado en otro trabajo, aquí lo usaremos para
comprender las actitudes de la mujer del Gaucho. Por lo tanto a lo ya dicho sobre la mujer, puede agregarse que
esta en su comportamiento no difería mucho del hombre. Se presenta para abonar esta afirmación, el caso
recogido en el Archivo General de la Nación por el historiador de Lobos Don José Guindani. Donde el Juez de
Paz de ese partido con fecha 6 de agosto de 1836 se dirige al Restaurador, pidiendo consejo y directivas frente
al hecho de la existencia en aquel pago de mujeres que se comportaban igual, o peor que los Gauchos. Y dice:
"También quisiera que V. E. Me dijera como me he de manejar con respecto a las mujeres disolutas que hay en
este pueblo que se embriagan en las pulperías y de aquellas madres que entregan a sus hijas al precipicio en
manos de hombres que jamás las remediarán, que también hay muchas y lo mismo que mujeres casadas que

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se van con otro y solteras que se amanceban con casados, de todo esto como también de los padres y madres
que tienen hijos menores y que no son capaces de darles la enseñanza y educación de cristianos porque no la
saben V.E. se servirá instruirme de todo lo que deba hacer con ellos." [28] Aquí parece que se estuviese
presentando, en una parte del texto, un caso emparentado con el robo de mujeres pero desde otro ángulo,
cuando habla de las casadas que se van con otro y de las solteras que se amanceban con casados. Si se
acepta el contrafactual pudo haber escrito tranquilamente, "de los robos de mujeres casadas y solteras que hay
en este pueblo." Si a esto se le suma lo de "las madres que entregan a sus hijas al precipicio en manos de
hombres que jamás las remediarán" hace temer que se trate de una costumbre y este problema ya pasaría a ser
de índole cultural en esta gente. Debe retomarse por un momento el tema de los raptos, a propósito de esta
fuente, como parte del comportamiento femenino.

Así nos animamos a postular que esta fuente está confirmando que existía consentimiento en más ocasiones de
las que tal vez se piense. El consentimiento por parte de las “víctimas” sumado al carácter consuetudinario de
estos actos pone de manifiesto, al nivel de nuestras representaciones, una complementariedad de imágenes,
dado que al pensar en el robo de mujeres surge de inmediato, instintivamente, la imagen de la pobre
desdichada llorando y pataleando para evitar que el criminal la lleve. Esto no se discute que pudo haber sido, en
algunos casos. Pero en virtud de una mayor complejización del tema nos inclinamos por pensar que en la
mayoría de los casos se daba la otra forma y que la figura del robo o rapto era una formalidad impuesta por las
autoridades. Entonces se vuelve a insistir en lo expresado más arriba: Lo que para las autoridades y la gente
ciudadana, como para los observadores extranjeros, eran practicas reñidas con la moral y contrarias a la
civilización para estos descendientes de aquellos "Mancebos nacidos en esta tierra, amigos de cosas nuevas",
como decía Hernaldo de Montalvo tesorero del rey en 1585, [29] era algo de lo más común y aceptado. "Con el
transcurso de los años se formará en el medio rural bonaerense una sociedad pastoril con características cada
vez más acentuadas" [30] Podría inferirse que una de esas características cada vez más acentuadas, como ha
expresado Rodríguez Molas, es esta de hacerse de una pareja de una manera muy poco ortodoxa. Entonces se
debe concluir en que se esta frente a una tradición que viene desde por lo menos principios del siglo XVII y que
para la primera mitad del XIX estaba fuertemente arraigada en los habitantes de la campaña. Cómo se puede
abonar esta hipótesis: Tomando algún ejemplo de nuestra tradición cantada, que en ocasiones puede ser una
fuente complementaria de los documentos, en tanto que tradición oral. Con los recaudos metodológicos
necesarios para la interpretación de este tipo de fuentes, se trae a colación "El lenguaje del Mate" [31]

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".......Dijo que es cosa genuina
que el llamado cimarrón
tanto lució en el fogón
como lució en la cocina
y que la china argentina
lo tuvo pa’ su combate
ansí en esta expresión le late
con un lindo resplandor
y habló en secreto de amor
ayudada por el Mate.

Cualquier moza irá diciendo


con un mate muy caliente
de que segura presiente
que ya se está derritiendo
cualquier gauchito sonriendo
a esa costumbre se ata
mate muy dulce desata
a una prienda decidida
diciéndole que enseguida
tenes que hablar con el tata

Mate dulce es amistad,


y con leche estimación,
con café se da un perdón
con toda sinceridad
cuando hay cordialidad
es con azúcar quemada
espumoso que es su amada

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y con naranja el lenguaje
dice que tome coraje
y se la lleve robada."

Es claro el comportamiento femenino, ella desea que el Gaucho se la lleve robada; puede ser casada o soltera,
el caso es que se quiere ir con él sin que nadie se entere. Esta letra de milonga que bien puede parecer una
picara ocurrencia de un cantor con gran imaginación, no lo es pues lo que esta cantando lo extrajo de la
tradición oral, y lo que escuchamos en el siglo XXI viene dado de generación en generación desde los siglos
XVII y XVIII de aquellos "Mozos nacidos en esta tierra, amigos de cosas nuevas."

Se transcribe ahora una fuente relacionada con la captura de dos prófugos en el partido de Lobos, en 1837.
Puede extraerse el móvil de la fuga y la magnitud del delito que han cometido. Claro, a los ojos del Juez de Paz,
porque luego de varias lecturas de este documento parece que en este caso hay un interés especial de dicho
funcionario en separar a la pareja y castigar a ambos de manera ejemplar. No resultará nada nuevo, para el
lector, el hecho de que una autoridad de la campaña tenga o pretenda tener una querida. O que usando sus
atributos de poder, pretenda someter y obtener los favores de alguna paisana del pago. Estos casos de la vida
real han sido, por lo demás, bastante tratados por la literatura, el teatro, el cine, etc. En el Martín Fierro vemos al
Comandante enredado con la mujer de Cruz, también se dice que el Teniente Alcalde de Navarro, pretendía los
favores de la mujer de Juan Moreira, y así podrían citarse numerosos ejemplos. Si la mujer era casada, el Juez
o la autoridad que fuese, alejaba al marido enviándolo en alguna comisión si podía sacarlo del medio
definitivamente, lo mandaba en alguna división del ejército, al frente, de donde podía no regresar más. En la
época de Rosas, de cuando data este documento, los ejércitos estaban en constante movilización. Por ejemplo
las tropas de Monte, en las que revistaban paisanos de Cañuelas, Lobos, San Vicente, en fin de toda esta zona,
división al mando del Carancho Vicente González, podemos rastrearla hasta el Litoral en esta década de 1830.

"................Concerniente a lo ordenado por V.E. fecha 12 de diciembre de 1837 el infrascripto impartía las
circulares siguientes a los Jueces de Paz Circunvecinos para que procediesen a la captura de los prófugos de
este partido Feliciano Rosales y Maria de la Asunción Lastra."
"El Juez infrascripto remite dichos presos a disposición del presidente de la Excelentísima Cámara de Justicia lo
que verifica con fecha de hoy y pone en conocimiento de V.E. como también la correspondiente clasificación de

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los individuos presos por superior resolución"

"Clasificación del reo Feliciano Rosales. Natural de Los Arroyos estado viudo de 40 años de edad y avecinado
en lobos se remite preso por haber fugado del partido con Maria de la Asunción Lastra habiendo abandonado
uno y otra sus familias de menor edad. Y el primero los bienes que por muerte de su esposa estaban a su cargo
bajo inventario. Ha sido remitido preso por haberse ausentado del partido con Maria de la Asunción Lastra que
siendo casada no se sabe si vive o no con el marido. Por consiguiente, su delito es la amistad conque estaba
viviendo mal con dicha mujer a cuya casa se le había prohibido entrar. De aquí resultó que apasionado Rosales
de la Asunción y esta de él, tomasen el partido de salir ocultamente de Lobos cometiendo la falta ambos que
contravenía a la prohibición que se les había impuesto para vivir vagando lejos del ojo del Juez que les había
impuesto los medios de contener su comercio ilícito. También me permito observar al Sr. Gobernador que desde
que sobre Maria de la Asunción Lastra ha tomado la medida de despacharla a Bahía Blanca es indispensable
tomar así mismo alguna medida con los tres hijos pequeños que han quedado de ella y de su matrimonio;
huérfanos en la ida del padre, por no saber si vive o muere. El mayor de los hijos de Asunción tendrá unos 7
años tenerlos separados de la madre es muy duro ésta por otra parte en Bahía no puede casarse porque se
considera que es casada ínterin no se sepa que su marido no existe y ya puede el Señor Gobernador calcular
todo lo que podrá suceder." [32]

Probablemente el marido de Asunción ha sido enviado en algún contingente, pues dice que no se sabe si vive o
muere, y hasta que no se sepa que su marido no existe. La expresión del Juez deja lugar para pensar que así
ha sido, cuando dice huérfanos en la ida del padre. Por otro lado nótese que le Juez esta muy al tanto de los
detalles que rodean la relación que existe entre los reos, y que los acusa de comercio ilícito como si Asunción
Lastra ejerciese la prostitución por inducción de Rosales. ¿No sería que el comercio ilícito era verse a espaldas
del Juez quien tenía o pretendía tener a la Asunción como su querida hasta que en su vida apareció Rosales?
Por ultimo es sumamente extraña y sugestiva la prohibición que el Juez les impuso de no verse. Parece que
aquí se halla la clave de la cuestión, ese párrafo está desnudando la intencionalidad de las medidas del Juez.
¿Por qué le preocupa tanto que Rosales entre en la casa de Asunción? Para usar una expresión poco
académica digamos que al Señor Juez tal vez “le soplaron la dama” o “le patearon el nido.” El abandono de los
bienes y de los hijos no es el delito, sino la consecuencia de la persecución de que han sido objeto estos
individuos por amarse a espaldas del Juez de Paz.

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Con relación a la educación de estas mujeres, podría decirse que era prácticamente nula en estos años que
tratamos; esto teniendo en cuenta que también lo era en las mujeres de las ciudades, salvo honrosas
excepciones. Por aquel entonces la educación formal estaba reservada solo a los varones, y por lo general en
manos de los clérigos. La mujer estaba destinada a la procreación y a servir al hombre, todo lo que derivaba de
la moral cristiana del momento; a las mujeres se les inculcaba obediencia, castidad y encierro. Tratándose de
los Gauchos, como se ha visto, sus mujeres no eran tan obedientes, no eran tan castas, ni estaban tan
encerradas. Esto esta demostrando que a la campaña no llegaban las costumbres y educación de las ciudades,
ni religiosa ni de ninguna especie, y en el caso de existir era de lo más rudimentaria. Dice Domingo Faustino
Sarmiento en “Los Gauchos”: "La vida del campo, pues, ha desenvuelto en el Gaucho las facultades físicas sin
ninguna de las de la inteligencia, su carácter moral se resiente de triunfar de los obstáculos y del poder de la
naturaleza, es fuerte, altivo, enérgico, sin ninguna instrucción, sin necesitarla tampoco......." [33]

Por su parte Pablo Mantegazza dirá: "Los Gauchos y los Entrerrianos aislados en medio del desierto de sus
pastos no reciben ninguna educación moral y religiosa y siguen por tradición sus costumbres algo libres
(recuérdese lo expresado respecto del robo de mujeres) más de la mitad viven en concubinato, aunque es
necesario confesar que tratan a sus Piscoiras (concubinas) como si fuesen esposas verdaderas y aman de todo
corazón a los hijos que nacen de estos matrimonios no consagrados. Este modo de vivir se llama ser casado
por detrás de la Iglesia." Muchas veces un hombre después de haber vivido con una mujer la abandona con
varios hijos. Lo que no hace gritar traición, ni derramar una lagrima; la abandonada puede muy bien encontrar
un segundo marido, detrás de la Iglesia y hasta por la Iglesia. Los bastardos nacidos fuera del matrimonio se
llaman entenados.............. El continuo enredo entre el concubinato y el matrimonio enerva los vínculos sociales,
mantiene la corrupción y hace abortar los más nobles sentimientos. Sólo el amor materno no naufraga en medio
de esta tempestad y las argentinas más corrompidas educan a sus hijos aunque muchas veces podrían
responder a quien les preguntase el nombre del padre como aquella que contestó: LEGIÓN" [34]

Lo expuesto por este cronista viene a corroborar lo que se ha venido desarrollando y deja sentado claramente lo
liberal de la vida sexual en la campaña. Continuando con la misma fuente explica más adelante: "Llamado una
vez un medico para asistir a una enferma, cerca de Victoria, el hijo para inducirlo a diferir su partida hasta el día
siguiente hizo el elogio de la buena cama que tenia destinada, agregando que le daría por compañera una linda

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joven." Aquí lo sexual puede ser tomado como rasgo de hospitalidad por parte de los Gauchos. Aunque puede
pensarse que estas mujeres eran todas de vida airada, esto no puede simplificarse así. Tómese como ejemplo
el caso de "Unos Gauchos de Entre Ríos que habiendo jugado naipes en una pulpería uno de ellos le ganó 25
onzas de oro. El perdedor sin inmutarse abrazó al vencedor y alargándole la mano le dijo: Me has quitado todo
lo que tenía pero no me enojo por eso, sólo te pido en cambio, me dejes pasar una noche con tu querida. El
ganador le arrojó a los pies todo el oro ganado y separándose al punto le dijo: Si el dinero que la suerte me ha
dado te concede el derecho de ofenderme, tómalo, no lo quiero." He aquí un caso en que se ha herido el honor
de un hombre, es obvio que su querida para él tiene entidad de esposa legítima y esto vale más que cualquier
cantidad de oro. A través de los párrafos que anteceden, puede apreciarse la complejidad de la psicología de
estos habitantes de la campaña, por un lado ofrecen a un visitante los favores de una doncella y por otro,
defienden su honor y el de su eventual compañera ante unas propuestas deshonestas.

Siguiendo atentamente el relato de Mantegazza, se aprecia como era el rol de las madres en la campaña,
respecto del infanticidio y del cuidado de la virtud de las niñas. "El infanticidio es rarísimo y casi desconocido, en
el interior no existen casas de expósitos, pero es fácil hacerse ceder por las madres uno o más hijos para
adoptarlos." Puede señalarse a raíz de esto, que seguramente el hecho de dar las criaturas obedece a las
condiciones de vida indigente que soportaban estas familias. Hasta no hace mucho en las provincias del norte
seguía sucediendo, las condiciones de extrema pobreza y el gran numero de hijos produce este fenómeno.
También puede apreciarse que las madres aunque fuesen solteras no mataban a los niños. Cosa que en
Buenos Aires o en Europa si se sabe que ocurría.

En cuanto a la virtud véase, que no parece ser una gran preocupación entre aquella gente: "En las pequeñas
bodegas enciclopédicas que hay en la campaña (boliche) se pueden observar de cerca las costumbres
ingenuas de esta gente. Las muchachas del vecindario llegan hasta allí muchas veces solas a efectuar compras
para la familia o a vender cueros de oveja, de nutria o de vaca y prendándose de cualquier tela o fruslería, se
venden con la mayor indiferencia para satisfacer sus caprichos. Varios comerciantes me han asegurado que la
única medida del grado de su virtud, era la diferencia que asignaban a sus favores. Frecuentemente la
virginidad de una muchacha es pagada con un pañuelo de algodón o una cinta. Recuerdo haber visto en brazos
de la corrupción más grande a criaturas aun impúberes." "Una joven y linda paisana aproximadamente de 12
años me decía un día, entre otras cosas semejantes, que no le gustaba dormir con un solo hombre, sino con

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dos al menos y que tenía el mayor desprecio por los hombres flojos para el trabajo, etc. etc. Y, sin embargo,
aquella niña que yo creía, para vergüenza de sus nefastas palabras, de buenas costumbres, era hija de padres
virtuosísimos. Pero que como todos los habitantes del país, bromeaban continuamente con las muchachas
diciéndoles: vení que te voy a capar,............ andá a dormir con aquella muchacha, etc." "Al estudiar la historia
de estos países es necesario tener siempre presente el abuso universal de los placeres amorosos estimulados
casi hasta los confines de la posibilidad humana. No se conocen artes lascivas, ni vicios contra natura. El
onanismo es una excepción rarísima." [35]

El cronista es sumamente explicito, aunque abría que pensar que todas las mozas no serían así, convéngase en
que había una buena porción. Podrá no obstante cavilarse sobre este tema y llegar a la conclusión de que el
cronista ha dado cuenta, auque con datos que podrían ser aleatorios, de un hecho que en esa sociedad no era
raro que pasara, teniendo en cuenta el bajo o nulo grado de educación existente, y la poca incidencia de la
religión en aquella gente.

Ha de tratarse en adelante el punto que atañe a la mujer y la frontera, es decir, las que han estado en contacto
directo con el infiel. Aunque sin lugar a dudas todas las mujeres de la campaña pertenecen en esta época al
ámbito fronterizo, pero algunas han estado menos expuestas a esa cambiante línea divisoria con periodos de
paz y de conflicto intermitentes. Por ello se sostiene que este es un episodio a parte, no por que sean distintas
las mujeres, sino porque es un tema tratado por muchos y desde variados ángulos.

Cuando se dice Mujer y Frontera por lo general se presenta la imagen de la cautiva, quizá porque ha sido
impuesta desde la literatura y la plástica. Una imagen por cierto conmovedora. Como afirma Laura Malosetti
Costa en Mujeres en la Frontera. Parece que durante el siglo XIX, se ha construido una imagen de "Heroína
Romántica" en torno a las cautivas [36] Esta heroína se construye desde la imagen de una mujer muda y
sufriente, que sólo tiene su bello cuerpo, que la llevará a la perdición. Ese cuerpo hará un viaje sin retorno hasta
los confines de la pampa donde mora el inmundo salvaje, este viaje implica la perdida de su identidad pues
quedará estigmatizado por la macula que le imprimirá el infiel. Esa imagen, tal vez asociada a una preocupación
política, como la de tener que expulsar o exterminar a los indios a partir del gobierno de Rivadavia, no está
desprovista de la carga sexual; en especial en las artes plásticas, que con el correr del siglo irán mostrando una
cautiva si se quiere, más erótica, mostrando sus pechos desnudos o bien insinuando su fino cuerpo a través de

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las ropas, prisionero de los hercúleos brazos del salvaje. Esta autora sugiere que dicha imagen de las cautivas,
obedecería también a una propaganda política que buscaba exacerbar el odio de la sociedad hacia los indios y
mover los resortes de la virilidad. Pero, además, expresa que la frontera era una zona de indefinición, donde se
desarrollaba una vida peculiar, signada por las contaminaciones, las mezclas y las transformaciones. Un mundo
con leyes propias – esto ya se ha expresado aquí mas arriba – una zona permeable donde dos mundos están
en pugna. ¿Por qué no decir que son tres los mundos en pugna? El mundo civilizado de las ciudades (Bs. As.
en este caso); el mundo bárbaro liso y llano y el mundo intersticial del Gaucho. Este ultimo es el que sufre los
embates del indio, téngase en cuenta que la mayoría de las mujeres cautivadas son campesinas o habitantes de
los pueblitos fronterizos. Qué quiere decir esto, que esa gente no leía esos relatos, novelas o versos, ni miraba
las pinturas. Su público era el de la ciudad, separado por varias leguas del teatro de las operaciones. Por tanto,
no se coincide en un todo con Malosetti Costa, en especial en lo de mover los resortes de la virilidad,
seguramente Juan Cruz Varela o Echeverría y sus lectores jamás vieron un cona maloquero de Cañumil o de
Calfucurá de cerca. En consecuencia los relatos de las atrocidades que el indio hacia con las cautivas (cortarle
los talones para que no huyeran) o con los niños blancos, el mal trato de la chusma en los toldos, el hambre del
indio por la mujer blanca; puede que no sea tanto una creación artística con intencionalidad ideológica y
simbólica, sino que al igual que los partes y relatos militares obedezcan a la realidad.

Por ejemplo cuando la autora citada transcribe el parte de Juan Manuel Beruti fechado el 7 de diciembre de
1820 refiriéndose a la entrada de los pampas hasta el Salto, cuatro días después del hecho, [37] lo que narra es
patético y no le va en saga a los escritos de algún poeta o cuadro pintado de la época. Ese relato oficial no se
puede decir que tenga intencionalidad y, además, es coincidente en su contenido con el relato sobre el mismo
hecho realizado por el chileno Vicuña Mackenna en "El ostracismo de los Carreras" (Sabido es que el malhechor
José Miguel Carreras comandó las hordas de indios y soldados chilenos que asolaron el Salto en 1820 apoyado
por los Pincheira bandidos de larga fama) Dice Juan Manuel Beruti: "Tuvimos la fatal noticia de haber los indios
pampas asaltado una madrugada las campañas de Lobos, Chascomús, Rojas, y el pueblo del Salto donde
después de haber robado los ganados, y todo lo que encontraron, hicieron las mayores iniquidades, matando
hombres, mujeres y niños que les eran inútiles y llevándose como lo hicieron las mujeres jóvenes cautivas, en
donde las tienen para ser pasto de sus brutales apetitos. Particularmente en el pueblo del Salto, que después de
haber robado cuanto encontraron y dejando el pueblo asolado sin hombre alguno, porque todos huyeron y los
que quedaron fueron muertos habiendo sido el numero de estos de 17 únicos que pudieron hallar, se dirigieron

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a la iglesia donde se habían refugiado y creían verse seguras; pero no les fue de defensa y con despecho brutal
echan a balazos las puertas, entran y sin misericordias toman las mujeres con la más bárbara crueldad.........."
[38]

Véase el relato de Vicuña Mackenna: "La guarnición capituló a condición que se dejara salva la vida en el
campanario y en el fuerte y habiendo cesado toda resistencia comenzó la escena de la desolación, el degüello,
el saqueo, el incendio, los crímenes contra el pudor perpetrados en la calle publica, las abominaciones más
sacrílegas en el templo" "Los indios se precipitaron a la puerta de la iglesia y a empellones la sacaron de quicio,
allí estaba la parte más preciada de su botín, que es la mujer, porque la gloria del salvaje de la pampa se cuenta
por el numero de sus cautivas y su poder por el de los hijos que estas les dan. Como cuadrillas de lobos en el
indefenso redil cayeron sobre las familias que arrodilladas en pavoroso tumulto dirigían a la Virgen las plegarias
de su aflicción y en un momento cada una de aquellas desgraciadas tuvo un dueño feroz." [39]

En este punto cabe la reflexión de que la división hecha por Malosetti Costa entre cautiva de carne y hueso, y
heroína romántica o cautiva literaria no nos parece tan diferenciable. En nuestra poco autorizada opinión, la
cautiva es una sola, y son uno los males que los indios representaban en aquel Buenos Aires del siglo XIX. Esto
significa que la idea de un discurso anti-indígena, postulado desde las artes, dando a entender que la realidad
de la frontera y del malón era otra – digamos menos dramática – no parece sustentable. Porque los documentos
están mostrando lo contrario. Respecto del cuadro de Angel Della Valle hecho en 1892, del que Malosetti dice
que parece haber agregado el autor, un espesor dramático a la pintura como queriendo acercar la escena a la
experiencia sensible de sus observadores.[40] Della Valle ha pintado la realidad como la escribió Vicuña
Mackenna, como la describió Hernández, como la reflejan las crónicas y partes de la época. No parece que
pueda haber propaganda alguna.

Por lo demás, hay que coincidir en el hecho de que las cautivas en muchos casos no querían regresar a la
civilización, por lo general, por tener hijos en los toldos. [41] Debe confirmarse la idea de la perdida de identidad
y del sentimiento de culpa de parte de las cautivas. Pero en algunos casos hay que contemplar, la reacción de
los habitantes de la campaña frente al regreso de una de estas mujeres, y ver el rechazo que la sociedad sentía
hacia estas. Es decir, que la cuestión de la mancha está impuesta primero en los habitantes del lado "civilizado"
y esto reprimía más a la desdichada mujer que volvía, y hacía mucho más difícil su reinserción. Estas pobres

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mujeres en algunos casos deambulaban de un lugar a otro, si encontrarse mas con su familia, siendo también
sexualmente utilizadas por su eventual "Protector." El que luego la abandonaba en manos de otro; era
afortunada si daba con una persona amable que le diese donde vivir y un pasar más feliz. De lo contrario su
vuelta a la civilización se tornaba un suplicio mayor al que había sufrido con los "chinos."

En este sentido es muy grafico el ejemplo de lo sucedido en el pago de Lobos en 1839, donde nos enteramos
de un caso de esclavitud, al que había sido sometida una ex cautiva.

¡Viva la Santa Federación!


Lobos Julio 24 de 1839
Al Señor Oficial Mayor encargado del despacho del Ministerio de Gobierno Don Agustín García.
El infrascripto tuvo el aviso por algunos vecinos respetables que Don Justo Siqueyros vecino de este partido
tenía una cautiva en el servicio de su casa y que además de tenerla desnuda y sufrir

e aquel y su familia severos castigos con inhumanidades. Se le mandó comparecer con la dicha cautiva y
preguntado a esta su nombre, el de sus padres y patria de su nacimiento declaró que se llamaba Basilia Devia,
hija de Gracia Devia y que no conoció padre; como de 36 años de edad natural de Rojas Provincia de Buenos
Ayres; que la cautivaron en el año 20 ó 21 y que en el 33 fue restaurada por el excercito al mando de Nuestro
Ilustre Restaurador de las Leyes y Derechos; que hace unos 5 años poco más o menos que un soldado que
había servido en aquella expedición la había sacado de Bs. Ays. y la había deja do en aquella casa y no se
sabía desde entonces su paradero.
El que firma mandó entregar a Siqueyros dicha cautiva al Alcalde de Barrio con toda su ropa y enceres que
tuviere sin hacer mención de las quejas que había y solo por librarla de un nuevo y más duro cautiverio
habiendo éste entretenido su entrega como un mes, con tribulos y excusas. El resultado fue entregarla
enteramente desnuda, que hasta un colchón viejo que tenía le quitaron.
El que firma hizo comparecer nuevamente a Siqueyros y haciéndole los cargos de 5 años de servidumbre sin
darle siquiera un trapo que ponerse; y además por el severo castigo que esta había sufrido porque era esclava y
se señalase, en todo este tiempo y diese un pequeño sueldo siquiera de 5 pesos mensuales, porque no
habiendo otra sirvienta o cocinera en la casa y hasta en la siega, no era de justicia entregarla en pelotas, o al
menos le diese algo con que vestirse; mas su contestación fue que él la había tenido de limosna y que

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demasiado tenía con su saber hacer lo que le había enseñado.

El que suscribe no ha querido deliberar nada hasta tanto presente a Nuestro Ilustre Restaurador de las leyes,
verdadero padre y bienhechor de estas criaturas indigentes y dignas de compasión a fin de que se digne
aconsejar a este juzgado lo debe hacerse a este respecto.
La dicha cautiva fue entregada al Capitán de Milicia Don Dionisio de La Fuente, federal decidido y de acreditada
conducta el que en el momento de recibirla la vistió de pies a cabeza y le da el trato con la compasión que
merece.
Dios Guarde al Señor Oficial Muchos Años
Viera Juez sostituto. [42]

Puede verse aquí en primer lugar, que si bien la mujer ha vuelto ya de los toldos en el documento se la sigue
llamando cautiva. Parece que la mancha del cautiverio continúa presente para los de este lado de la frontera.
También está claro que es hija natural y seguramente por la fecha que da el documento fue cautivada por el
mismo malón que mencionan Beruti y Vicuña Mackenna, ya que la mujer es oriunda de Rojas. La actitud de
Siqueyros refleja el desprecio que le inspiraba Basilia, por haber sido cautiva, pero parece que toda la gente no
pensaba igual a juzgar por las palabras del Juez y la actitud del Capitán de La Fuente.

Siguiendo con las mujeres de la frontera y si bien la cautiva, por su carga dramática tal vez, ha acaparado la
atención de muchos. Aquí se considerará un personaje cuasi olvidado, La Fortinera. Así vienen a nuestra
memoria unos antiguos versos que dicen:

"En nuestro canto, paisano,


de toda la historia mesma,
de LA SARGENTO LEDESMA
naides cantó a su tobiano........"

¿Quién fue la Sargento Carmen Ledesma? Dice el Gral. Isaías José García Enciso "Dentro del historial de
nuestros regimientos, que participaron en la conquista del desierto se registra el caso de numerosas mujeres, la
mayoría de las cuales ha pasado al olvido. Unas pocas han sido han sido registradas por los historiadores y las

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más han llegado a nuestro conocimiento a través de la tradición o la leyenda.
Dentro de estas sacrificadas servidoras cuyo nombre se ha podido rescatar está la Sargento Carmen Ledesma."
[43]

Esta mujer estuvo siempre ligada al ejercito ya que sus tres maridos y los cuatro hijos que tuvo fueron soldados.
Todos perdieron la vida en acciones contra los indios, mientras servían en los regimientos 5 y 2 de Caballería
que tuvieron su asiento en Fuerte General Paz, actual partido de 9 de Julio, sede del comando de la frontera
oeste. Para 1872 a la Negra Carmen Ledesma le quedaba un hijo, el menor, que era soldado del 5. La historia
cuenta que este muchacho se desertó del fuerte porque no tenía posibilidades de formar pareja y casarse, en la
frontera. Eso le hizo saber a su madre cuando autorizada por el entonces jefe el Comandante Vinter, salió en su
busca y lo halló en una pulpería del Rosario. En 1873 rotan los regimientos y ocupa aquella plaza el 2 de
Caballería, cuyo jefe fue el legendario Coronel Hilario Lagos. Por el prestigio de Carmen se la trasladó con su
hijo a este regimiento y siguieron viviendo en el fuerte Paz. En 1874 el R.C. 2 se trasladó a Sanquilcó a la
frontera sur de Buenos Aires, pero el escuadrón de mama Carmen y su hijo siguió asentado allí. El 11 de
Septiembre de 1874 el R.C. 2 vuelve al fuerte Paz donde lo hallará la revolución mitrista de ese año. El 24 de
Septiembre habiendo salido todo el regimiento con Lagos a la cabeza tras las hordas de Pincén, el Comandante
recibe la orden de marchar a Chivilcoy donde se concentraban las tropas leales al gobierno de Avellaneda,
correspondientes a Buenos Aires. Fue en esas circunstancias que quedó la Sargento Ledesma con treinta
mujeres y tres soldados enfermos como Comandante del Fuerte Paz.

Estando a cargo del fuerte la Negra Ledesma que ya contaba sesenta años, tuvo que hacer frente a los indios
que creyendo solo el fuerte penetraron en él. Más tarde en 1876 ella y su hijo que ya había ascendido a cabo,
fueron trasladados al fortín Vanguardia cerca de Trenque Lauquen con ocho soldados y su hijo como jefe de ese
punto. En el trayecto, los atacaron los indios y el hijo de Carmen fue muerto por el capitanejo de un lanzazo en
el pecho. La Sargento Ledesma desenterró la lanza del pecho de su hijo y ultimó sin asco al pampa que dio
muerte al Cabo Ledesma hiriendo antes a mama Carmen en un brazo. Así sola regresó al fuerte Paz para
enterrar al ultimo hombre que le entregó a la Patria. [44] Se aprecia así otro perfil de la mujer de la campaña,
sufriendo privaciones, viviendo la dura vida del fortín, pero, cumpliendo a la vez su rol de madre y de esposa.

Mencionaremos al Ingeniero francés Alfred Ébélot constructor de la Zanja de Alsina, en 1879 realizó el

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relevamiento topográfico de la isla de Choelechoel y siendo contemporáneo de estas mujeres de las cuales
tratamos aquí, por 1880 describió a la mujer de frontera, a la mujer del Gaucho, como él la vio. De esta forma se
llega a las postrimerías del siglo XIX. Creyendo haber cumplido en parte con la consigna que nos hemos
propuesto, y esperando haber contribuido al estudio de esta problemática.

Al describir las carreras cuadreras en una pulpería y diciendo que era la fiesta más linda que podía verse en ese
sitio Ébélot cuenta: "Las mujeres han concurrido también a la fiesta y esta es la ocasión verdadera de
presentarles bajo un aspecto favorable a la compañera del Gaucho." "No puede decirse que las chinas sean
hermosísimas poro en su flor de juventud son verdaderamente muy monas. Son esbeltas algo largas –
demasiado tal vez – se tapan con un vestido demasiado largo también con una especie de forro que revela los
contornos delicados del busto y desgraciadamente acusa al mismo tiempo la penuria de las caderas y del
pecho. De jóvenes su seno, que se echa a perder muy pronto, ofrece un relieve discreto y de curvas exquisitas.
No se le puede aplicar es cierto, los versos de Hesnault"

"Dos globos gemelos más blancos que nieve


que flanquean el corazón
y cuyos polos señalan
dos frambuesas perennes"

"Estamos en un país en que la nieve es cosa desconocida, el color de su tez es el de una finísima arcilla tostada
y bronceada por el sol. Por lo que respecta a los polos que menciona el poeta el asunto es mas grave. No están
señalados por una frambuesa sino por una mora sazonada, esto es negra."

"A este respecto, un filosofo me ha sometido a una observación profunda, como prueba decía que la verdadera
función de las mujeres es la maternidad - ¿cuál otra pueden desear?- Los estigmas de su raza están en el seno
y en la mano que son dos atributos maternales por excelencia: El seno para darles el pecho a los niños la mano
para darles la soba."
"La elegancia delgadita y las formas escasamente redondeadas de la china joven se marchitan pronto con la
vida que lleva. Aguanta intemperies y privaciones, de ningún modo fatigas no tiene otras que la maternidad, a
que es aficionada en demasía. No existen en el universo mujeres más fecundas." [45]

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Aquí Ébélot, confirma algunos comentarios expuestos en este trabajo. En cuanto a lo efímero de su belleza es
obvio que se debe al medio en que habitan, y en la actualidad más allá de la mezcla con sangre inmigrante, en
muchos casos, pueden verse en nuestro campo mujeres de buen físico, que siendo jóvenes si uno mira sus
manos o sus rostros, aparentan más edad de la que en realidad tienen y a pesar de lo rusticas no dejan de ser
muy femeninas.

3)- EL Hombre de campo actual


En este punto es oportuno cerrar este trabajo construyendo un paralelo, ya en el siglo XX entre la mujer de los
pueblos y ciudades y la mujer campesina. Para lo cual se transcribirán unos versos en los que se refleja la
brecha existente entre ambos ámbitos y que cada vez parece profundizarse más.

"Una mujer que es tambera


a las dos de la mañana
se levanta de la cama
pa’ ordeñar a las lecheras
y la mujer que es pueblera
por esa misma hora
todo el cuerpo se decora
tan bonita como un chiche
pa’ bailar en el boliche
hasta después de la aurora

Y del baile de regreso


ya se toma una lechita
con crema y mantequita
con yogures y con queso
sin pensar que todo eso
se lo ha mandau la tambera
que ha madrugau campo ajuera

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en los tambos de los gringos
sin feriados ni domingos
pa’ que coma la pueblera"

Estos sencillos versos que hemos recogido de Don Ronaldo Eliecer Urrutti - profesor de danzas folklóricas
argentinas y de malambo. Conocedor del tema del Gaucho, nos ubican en la situación contemporánea del
problema que aquí se ha planteado.

El profesor Urrutti, nos refiere de paso, el éxodo ocurrido en esa zona de Gobernador Udaondo partido de
Cañuelas, y los problemas que él ha podido observar en el aspecto social y puntualmente en cuanto a la
sexualidad, la formación de parejas, etc. Según su análisis: "Desde que se creó en Cañuelas la Escuela Normal
en el campo no quedan chicas, porque lógicamente, al terminar la primaria se van a la ciudad a estudiar. Esa
jovencita, una vez que prueba las cosas lindas de la ciudad, el modernismo; no vuelve más al campo. ¿A qué?
Por lo tanto los muchachos también se tienen que ir, porque al no haber chicas no hay con quien hacerse de
novio ni con quien casarse. Así los campos de esta zona y de otras similares, alejados muchas leguas de la
ciudad han ido quedando despoblados. Esto ha llevado a una penosa situación del hombre que ha quedado
solo en la zona en cuanto a su sexualidad. Situación problemática por cierto."

Notas y citas finales:


1 - Rodríguez Molas, Ricardo HISTORIA SOCIAL DEL GAUCHO Marú Ediciones, Bs. As. 1968 Pág. 5
2 - Dairoux, Emilio en GAUCHOS, Antología de Gabriel Taboada TEA 1992 Pág. 101
3 - Proctor, Robert. En GAUCHOS Op. Cit. Pág. 58
4 - Proctor, Robert Op. Cit. Pág. 59
5 - Espinosa y Tello de, José Francisco Descripción del que llaman Guaso u hombre de campo. Espinosa y Tello
formó parte de la expedición de Malaspina en 1794
6 - Espinosa y Tello Op.Cit. Pág.
7 - Flandreen Orígenes de la Flia. moderna Pág. 122
8 - Flandreen Op. Cit. Págs. 123-124
9 - Senet, Rodolfo. “El sentimiento de Amor al sexo opuesto” en Gauchos Antología de Gabriel Taboada TEA
1992, Págs. 194-195

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10 - Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires “DR RICARDO LEVENE” sección Real Audiencia.
11 - Museo y Archivo Histórico de la Municipalidad de Cañuelas sección Notas de Jueces de Paz Anaquel 1 caja
2 Documento Original. Uso Restringido año 1867. (para la trascripción del documento se ha respetado la
ortografía original)
12 - Senet, Rodolfo. Op. Cit. Pág. 194
13 - Debe tenerse en cuenta que luego de la Revolución de Mayo, los temas pasaron a ser más alegres o de
otra índole: Triunfos siempre sobre temas épicos, cielitos, gatos, etc. debe recordarse también que el Yaraví o
Triste es el antecesor del Estilo Pampeano.
14 - Leuman, Carlos A. en Gauchos antología Pág. 237
15 - Leuman, Carlos A. Op.Cit. Pág. 240
16 - Senet,Rodolfo Op. Cit. Pág. 196
17 - Pitt-Rivers, Julian “Antropología del honor”: La influencia del Honor y el Sexo en la vida de los pueblos
mediterráneos. Pág. 19
18 - Mayo, Carlos A. “Marginalidad y relaciones extramatrimoniales en la campaña bonaerense: El robo de la
mujer En Estudios sobre la Provincia de Buenos Aires. AHPBA “Dr. Ricardo Levene” La Plata 1986. Pág. 35
19 - Socolow, Susan Cita de Carlos Mayo Op. Cit. Pág. 36
20 - Museo y Archivo Histórico de la Municipalidad de Cañuelas. En adelante MyAHMC Papeles de García
Ledesma
21 - Mayo, Carlos A. Op.Cit. Pág. 37
22 - Mayo, Carlos A. Op.Cit. Pág. 39
23 - Rodríguez Molas, Ricardo. Historia social del Gaucho Marú 1968 Apéndice documental Pág. 511
24 - Rodríguez Molas, Ricardo. Op.Cit. Pág. 510
25 - Muñiz, Francisco Javier. Gauchos Antología Op.Cit. Pág. 12
26 - Muñiz, Francisco Javier. Op.Cit. Pág. 13
27 - Bond Head, Francis. Gaucho y Rancho. En Gauchos antología Pág. 22
28 - AGN sala X-21-I-7 / Gentileza de José Guindani, Lobos, Papeles de su archivo.
29 - Rodríguez Molas, Ricardo. Historia Social del Gaucho Pág. 19
30 - Rodríguez Molas, Ricardo Op.Cit. Pág. 20
31 - "Con el Lenguaje del Mate" milonga de Héctor Del Valle
32 - AGN X-21- 1- 7 Gentileza del historiador José Guindani Lobos. Papeles de su archivo

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33 - Sarmiento, Domingo Faustino. En Gauchos antología de Gabriel Taboada Op. Cit. Pág. 44
34 - Mantegazza, Pablo. En antología Op.Cit. Pág. 72
35 - Mantegazza, Pablo Op.Cit. Pág. 74
36 - Malosetti Costa, Laura “Mujeres de la Frontera” Pág. 93
37 - Malosetti Costa Laura Op.Cit. Pág. 100
38 - Malosetti Costa comunicación de Juan Manuel Beruti 7-XII-1820 Op. Cit. Pág. 100
39 - Vicuña Mackenna, El ostracismo de los Carreras en Sánchez zinny “La Guardia de San Miguel del Monte”
40 - Malosetti Costa Laura Op.Cit. Pág. 98
41 - Soporte documental Romance de una cautiva de Héctor Del Valle
42 - AGN X-21-1-7 Gentileza del historiador José Guindani Lobos.
43 - García Enciso, Isaías José “Tolderías Fuertes y Fortines” EMECE editores Bs. As. 1979 Pág. 103
44 - García Enciso, Isaías José Op.Cit. Pág. 126 - 134
45 - Ébélot, Alfred “La Pampa” Ediciones Plus Ultra Bs. As. 1965 Pág. 95-96

Autor: Gustavo Recalt.

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1 COMENTARIOS:

Me encantó, muy interesante.

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NITSUGA 20 DE DICIEMBRE DE 2011, 19:52

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