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LA OSCURIDAD SIN FIN DE GEORGE

TRAKL

Debo confesar que la primera vez que leí a este poeta fue en
una novela de Ernesto Sábato: "Sobre héroes y tumbas". Estaba
basada en un hecho terrible ocurrido en Argentina y tenía un par de
poemas que estaban muy acorde con el libro y que yo imaginé que el
autor, decidió que uno de sus personajes escribiera poemas de vez
en cuando. Pero no era así.
Más adelante pude leer un libro excepcional "La expiación
según Trakl" donde se van urdiendo poemas con la vida de Trakl.
Los poemas siempre me parecieron terribles: un paisaje oscuro lo
rodeaba todo y a diferencia de lo que podría ocurrir por ejemplo con
"Residencia en la Tierra" de Neruda, aquí no había escapatoria. Las
pocas luces que se veían eran crepusculares y se dirigían hacia la
muerte.
Leer a Trakl es meterse de lleno en la sensibilidad de un genio
que no va mostrando lo terrible que ha sido su vida. Aparecen todos
los fantasmas del pasado: la madre adicta a la morfina, la relación
incestuosa con su hermana, la obsesión de la muerte. Era de algún
modo lógico que dicha obsesión lo llevara a ser voluntario de la
guerra, pero su sensibilidad no soportó tanta realidad. Efectivamente
la vida era terrible, los hombres se mataban unos a otros y morían en
el peor de los sufrimientos. Trakl, que era adicto al cloroformo y a la
heroína, no lo soportó más y terminó suicidándose, dejando tras suyo
uno de los poemarios más oscuros que un poeta pueda concebir.
Llamaba a Rimbaud su hermano y supongo que eso le
producía el alivio de saber que no era el único con visiones del
infierno. Pero Rimbaud después de todo dejó la poesía y lo último
que se puede leer de él son las Iluminaciones donde hay
efectivamente luz y visiones de una belleza plástica.
Hay un término griego (al parecer los griegos parecen saberlo
todo) para esta experiencia de sufrimiento y caída sin fin: catabasis.
El poeta cae y no toca fondo hasta que queda hundido en lo más
profundo del Hades. Se parece a la imagen de Beckett: somos
paridos en caída libre hasta llegar a la tumba. Eso es todo. No hay
esperanzas para el hombre. Son poemas no recomendables para
gente deprimida: pueden gatillar la catabasis que nos hacer caer
hasta la infinita oscuridad

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