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FLEMENTOS DE TEORIA POLITICA que el Estado, capitalisea por excelenciay tado proj 0 de todo el capital es, por consiguiente, el Sea oak «s, entonces, el verdadero protagonista de las econo lamadas (ma lads) apis? Los capil (pemonts conte) o bien el mercado, y por lo tanto un mecanismo impersonal? Si es el mercado, como sostengo, entonces es necesario comprenderlo mejor. Con este afsmar que todos nuestros stem conics son unity m rnada el problema. Si por sistema mixto entendemos : Nee ee enc alatidld acai? GR dmts CEUs see te, ientras tanto, la alternativa sigue planted 1 ae puto y mexlao con ous cos) ol planifiacin cole puesto que la alternativa es ésta, escoger el no-mercado ¢s verdaderamente un pésimo negocio. captruto 8 OPINION PUBLICA Marco general £1 término «opinién piiblica» es de cut relativamente reciente: se emonta a los decenios que preceden a la Revolucign francesa de 1789. La coincidencia no e fortuita. No se trata sélo del hecho de que los ilustrades se atrbufan la taree de luces»y, por lo tanto, de modo implicito, de formar las opiniones ‘mds amplio; sino rambiéa que la Revolucin francesa preparaba a en grande —bien distinta de la democracia en pequenio de Rousscau-— que a su vez presupontay generaba un pblico que manifesta op ones. El hecho de que la opinién publica emerja —bien como término, ben como fuerza operante— en concomieancia con la Revolucién de 1789 indice también que la asociacién primaria del concepto es una asocacién politics. Es cvidente por sf mismo que una opin generaizada (difundida entre un gran publico) puede exists, y de hecho existe sabe cualquier tema. No obsante, los estudios sobre I epiniGurpdblieary el significado que podemos denon 0 del véemin imadinstanciay sobre ui public ale tb 169 [LEENTOS DE THON PO consensus de la doc Maquiavelo. Locke, en una eley de opinién ad generals de Rousseau, concepto de del pueblo de los ra ‘general un fendme 1» de Montesquie icontrado incluso afinidades ent 70 capite. Incluso la doctrina medicval del consenso pertes ii desde momen ene iduumbre ni tampoco a la p eerie stie dens pigeon fo milaris 9 ieluso los rumors de los romanos: una reputacién, o bien tna se ‘lcm gen erm debe 0 wee Maz que ningung otro es, sin duda, Locke el que tienen en sete opin abliea tl y com se concebiri en la més maura doctina ber cone fal, es deci, como fuente no slo de legitimidad, sino también de conduccién de un gobierno recto. tanto, cuando se dan conjunca y la referencia a a cosa pi- 5 wopinins, es decir, por qué ya no ul es, al menos en clave semadntica, la di a exteriorizaciOn, una manifestacidn verbal ro la evor» puede expresar tinica no presupone estados de in- in. La diferencia entre «opi- ferencia? Vor indi ceuyo entorno queda espitun es todavia mis evidente oe 1s wel lo profundo, a un dnimo; mien de ediaiew a Be eee aunque historiada, y por lo ‘Teta on epi del Gempon Sin embargo, por gut dei nb 2. ga de dei, con Rousseau, evluntad genera? part a denomine Gién roussoniana ha sido dercotada parciaente pr bar mea, arte por su monolitismo y en parte por su ambigbedad 0 eis fad. Dor otro lado, entre a vopinione, que es etestado mental y la «ol * Para todos estos precedente, cl, W. Bauer, Di nich Meinang und ire gohicchen Grand gen Tabingen, 1914 170 Lovtnon ponica la diferencias, por os para Rousseau, puesto que izada, y no ciertamente la «olan. iracional, o por lo general a-racional)celebrada por mex «tus lsofias posteriores. Queda el hecho de que la voluncad general de Rene. intonizaba con un contexto de pequefias dei mientras que el concepto de opinién p wocracia represcntativa y se plantea el probl ram escala ente, wopinién» es doxe, no es —para referrse ala clsica distineién spisteme, no es saber 0 ciencia. Incluso por esta via se llega a en modo la democracia de los modernos se ha aproximado al con. i kimo concepto se presta mejor que to- fundamentar la democracia liberal. La ia es, de hecho, que el pueblo «no saber, debia concernir a los depo: inecesario seguir las mii 1c del tema del flsofo-rey, del gobieo de los sabios. El hecho ex que lade. smocracia representativa se caracteriza no como «gobiema del sabem, el contrario, como «gobierno de la opiniéi democracia le basta la dasa, que el piilico tenga opi — partidos politicos, cuya matriz se encuentra en los alubs de opinién y de difusién ina, sigue siendo verdad que el conjunto re de las opiniones del siglo xvi, constituyen la primera ilustracién concreta de entra influencias. He aqut; pues, una” —|-cémo la libertad de expresién se convicrte en «organizacién de la opiniénv. A Jae cadatiensaneviva porhue esau: || nosotros nos interesa ademds, por otto lado, la libertad de organizar las comuni- ‘aciones, y més precisamente la estructura de las comunicaciones de masas, que «8, al mismo tiempo, el producto y el promotor de la liberead de expresin. Ta estructura de las.comunicaciones de masas que caracteriza a las demo- cracias liberales es una estructura de tipo policéntrico, incluso si el grado de Kcertamente auténoma por lo que es suficiente para fundamencar la somo gobierno de opinién. 178 179 eLEMENTOS DE-TEORIA POLITICA _ mente de pals a pals. En los Estados Us Ta radio ni de la television: el ps con los datos en la mano, el policentrismo. cn general, sobre una insuficiente «democraticidad» de las comunicacio nasa, y salen de lo genérico cuando sefalan que los costes de puesta ‘cha de un érgano de prensa, de una estacién de radio, o de antenas tele riad de expresién no es —en su proyecc Con més razon entonces es conveniente establecer que cl Je para los fines de la autonomias de una o x suficiente el policenttismo de los media un cierto equilttio, y_sspesticament ‘uebrantada. Dor lo tanto, un jcuye un estado de policentrismo s ue son de satisfacer las condiciones de 01 mos en lo di apolicentrismo reequilibrador, ¢s necesario estar atentos ano confandit cl problema del pluralismo de los media con el problema de la igualdad en los ‘media. Tncluso en economia se puede mantener que el productor no es igual al Consumidor, y que un sistema econémico justo necesitarfa que todos fueran particular e igualmente, productores-consumidores; pero éte serfa un perfec: i ‘gualitario que desteuirfa nuestros sistemas econémicos y que re traeria a los supervivientes a la poco atrayente economia feudal de Ia Edad Me- dia, Del mismo modo, cualquicr analisis de costes-beneficios, mis de riesgos-beneficios, pone en evidencia costes y riesgos —al perse de igualdad en los media o de los medi Imente desproporcionados los beneficios. Por lo tanto, puesto que «! po mo ¢s ya una condi > seca omisdn la que cracterza la tea de J. Habeas, Siattuoendel der Ofenlihts, No vid, 1962 fel east Hira rin de a epi pli, Barcelona, G Gil, 1981) 180 eee ea bdiscl La propaganda totalitaria ho ya de pasada que la fe en la opinién ido golpeada ‘omunicaciones de masa y la propaganda totalias “a © mejor en su auto- potencia inteinseca de las ‘Comencemos por la pri- asta ahora hemos de comunicaciones de masas rica y contraequilibrada. En eal caso la potencia, as. pero en el mundo contemporineo no existen treinte mas que una treintena, 0 -0 mas, de sistemas pol ee a todos aquellos palses en vias de des jones de masas son verdaderamente subdesat cuyos sistemas de comuni- dos y, por lo tanto, cuen- cs i BOE. ‘una estructura unicéntrica, Es aq, en el Caso de su concentracién monopolista y monista, en donde ver t todas estas buenas razones existe ah inion modal de esta dis licos cuando la distribucién es bimodal En este punto es nccesaria también una definicién eéenica de eopinién» ‘como la propuesta por Lane y Seats wuna opinién es una» respuesta eque se ca a ana ‘pegunaten una devaminada staan ™.Obvaene ts dai cién vale para opiniones partiulares Toda individuo posee también un con- co— totalmente icone, se pone en evidencia dos punt iy el problema de cémo «estén ju Punto sabemos ya que existen opiniones sin informaci por el contrario, en la diferencia entre mensaje-como-es-emitido y el mensaje-como-es-recibido. El punto que aqu inceresa desarollar es, por lo tanto, el segundo: cémo se relacionan entre si las opiniones, al interactuar con Ja base de la informacién, Saltando por encima de las estructuras de disposi- Imente, su propia opinién). La precisién es importante porque |" Gli, PE, Convene, «Public Opinion and Vosing Behavior, en F. Grecmtein, N, Poliby (da), Handbook of PoicalScien, Reading, Aion Wesky, 1975, vl. IV, pp. 75 yah, Sooe el pone 2) RE. Lane, D.O. Sats, Public Opinion, Englewood Cli, N. J, Prentice Hil, 1964, p13. ‘véae mis ampllamente el ensayo eldcologias eeogid cm exe volumen 186 187 LeMENTOS DE TEORA POLITICA hrentes, mejor concatenadas. Por el contratio, quien esté poco 0 nada ide sgizado se encuentra con frecuencia en dificultades para dar un sentido Aacontecimientos, y es no sélo mucho menos coherente, sing también bas menos diestro que el ideolégo en cl mancjo de los conceptos abstractos. Los méitos dela mente abierta constituyen, al mismo tiempo, su debilidad. ‘Llegamos a la segunda pregunta de fondo, y por ello ala determinacién de ‘auinto sabe 0 no sabe la opinién pablica. Con respecto a la base de informa ‘in acuden en nuestra ayuda no sélo las investigaciones sobre el comporta- ‘iento electoral, sino también los sondeos de opinién. Estamos, pues, muy documentados sobre este punto *. Y la respuesta es constancemente, salvo di ferencias de énfasis, de este tenor: el estado de falta de atencién, desinforma ign, distorsion perceptiva y, finalmence, coral ignorancia de los pablicos de ‘masas es descorazonador. Sélo un diez o veinte por ciento de la poblacién adulta merece la calificacién de informada, o suficientemente informada, y por lo tanto supera el examen de seguir los acontecimientos, lo que supone tam- bin, en alguna pequeia medida, comprenderlos; el resto no acaba nunca de asombrar incluso al observador mis desencantado, Por ejemplo, ha resultado que mis de una ver, menos de la mitad del elec- torado sabe —en los Estados Unidos— cudl es el partido que mantienen la HG. Erskine, « -697,¢ Mem The Po Poll: The Informed PublicOpinion Quarterly 26, 1982, pe Public Opinion Quarterly, 27,1963, pp. 133-141 y pp 491-300, 188 ayorfa del partido demo- lade hace dead. Oto empl: el Las de Bet 1949 provoes ternacional més peligrosa de : 1961, en el momento de la construccién encuesta revels que més de la mitad de los iudad aislada, rodeada por el certito- cremos con un ejemplo particular ra san ft compar regan sacs En 1968 la guerra de Vietnam era sin duda cula su punto més doloraso chy se presen a as lecciones prima- >rescencia contra el entonces presiden- te Johnson. La primera de estas primatias, la que tadiconalmene eink cola la poseguerra; del fumoso muro de Berl tias demécratas como eandidato a la p mero en comprender la sefial de este modo. Sélo més tarde un sondeo seh que al grueso de los votantes de McCarthy estaba conta 8 pretend itados por la indecisién con Johnson dirigia la guerr ue McCarthy buscaba su ' jemplo ilustra también Ia diferencia entre mensaje-emitide y men- ido, tanto a la ida como a la vuelea. En la direccién yue va tc- a ceorao de Now Hanpatves denne en 10 se deja saber o se deja saber ambiguan minando, el mensaje de McCarthy era de dia lo hablan difundido con igual cla adviértase, de un clectorado de elecciones pri torado que votaba porque estaba interesado. votantes a la media, del mensaje recibido, talmente en el blica pesa, y lo que pesa. Porque se puede bien m: de la guerra del Vietnam se deriva de esta seal he RoponibeBletrate: Rationality in Pre z Te ep Rasionaiyin Preside Voting 1996-1960, Cambie, 189 1 eNOS DE TEORA POLITICA Propaganda y publicidad Si no se ha entendido ya implicitamente, es necesatio de« {que es el cuadro pintado por el politélogo, no coincide con, por el especialista de comunicacién de masas; de este modo, el contrae bastante estridente. El cuadro que oftece la ciencia politica es, en su conj poco entusizsta, por no decir desalentador, mientras que el cuadro pro por el segundo se ha convertido progresivamente no dicemos que en un cuadeg radiante, pero s{ de bellas esperanza". Antes de entrar en el valor de cada de ellos es importante establecer que las dos categorias de especialistas no servan exactamente el mismo fenémeno y ademis lo observan en funcién det problemas y pardmettos bi tuido principalmente por los efectos, SE eee ae licactones de, masis mira bastante inds a [a publicidad, es de la propaganda comercial, En modo alguno son la misma cosa. El telespectador mds inundado del mundo por la publicidad, por los com. ccémo para el especi precursor de sus colegas europeos— la ibn, y en concreto a la escue in del saber. A este respecto dlisea llega bastante antes que el agente publicitaio y'traba) jel Gite apenas BT toca Nigeramente. En segundo Petnit in matgeNeetfaho inconmensurablerae™ dora publicidad. 105 por lo tanto de lado el hecho Sistema legal castiga el fraude en el comercio mientras que no puede ibertad de pensamiento y de expresién— el rencia es que la publicidad se dirige.a-un con- 5 Gi aunque puede ser engafa- ‘Vee para todo M. MeLshan, Undentanding Madi: The Exton of Man Toronto, 1964, 190 idad. Fl juego se hace eliminando las icias disonantes; cuando no es posible comentindolas de un modo mi wy excogiendo ad hoc en los debates 2 3 con alta intensidad y cont sma, 6, parece ser que la mani propaganda politica, asf como es justo que el especialista en comunicaciones se ee ualquier tipo de mensie, El segundo ext equvocado, por ota ‘cuando hace un ramo con cada brizna de hierba —o bien porque con Funde los dos fenémenos,o bien porque niega su distinién lo que! la hora de extraer sus conclusiones, a revestr y disfrazar la propaganda con ® Chi. V. Packard, The Hiden Peruader, Nueva Yotk, Pocket Boos, 1957 191 —————LS LULL ) LEMENTOS DE TEORIA POLITICA era parte, estd igualmente claro que Berelson no alude en 109 pro fas «pasivoss, si por pasividad se entiende que se deja ficitmente moldeae. Decfamos también que el politélogo y el estudioso de las comunicacign frminos actividad y pasividad no se plantea problemas totalmente distintos. El primero intenta comprende F ; se prestan mal para describir el fenéme- grado en que la opinién pablica puede fundamentar la democtacia y eém 10 que dan lugar a equivocos: definir al elec taduce en los comportamientos de voto. El segundo se peocupa sobre en modo alguno a declararlo Por establecer —al menos en la fase actual de su dis ‘mejor referitse, ent icién, como la planteada del i i publ fgualan con las fOr como «no pasivor no ferencia de problemas atib un significado bien distinco a una misma afirmacién. El receptor es cara zado por Schramm y por la idad como «no menos act due el emisors '®, Pero en el ani logo la grandisima mayorta de e tos receptores presentados como eactivoss resultan serlo en la actividad de wy escuchar o de escuchar mal. De este modo la consolacién del primero es lad solacién del segundo. ¢Quién tiene mis razén? En materia de opinién piiblicy ea en negat fortisima al decir que no, o igual- deberia tener razén el que se ocupa de la rs publica es decir, el poitdlogo. ce tenaz al querer y prefesir «sin informacioncsy, prescindiendo del fu estudioso de las comunicaciones incluye la opinién piiblica en sus argumenta ‘mensajes informativos., Como con podemos decir que el estado ci 0 su punto de vista se centra en los emisores, los mensajes y los re traduce, normalmente, en un ‘eptores, no en la opinién publica. Por lo tanto, la cara ir». Por el contrario, el estado al positivo es el que resulta de ‘este fenémeno —que de hecho no es un sub-fen piniones informadas», o de las opiniones que interacrian con las infor. iones, y por lo tanto es el estado que se convierte, normalme n poncr-pilotar», Opinién piiblica y comportimientos de voto Entendémonos, en ambos casos —el preguncar-resstr 0 el proponer-pilo- Fe*— existe un epreguntars; pero no es el mismo preguntar. El primer término segundo prefigura una democracia que explicaremos més adelante, Mientras tanto, para que la opinién, Berelson, es un pas en el vo En este pasaje se dora idable autonomias pero no indase, Berelson no negarla que sus electores decodifican y recodifican incesantemente los mensajes; pero toda esta actividad no le perturba porque no afecta un épice al hecho de que el Conjunto es sobre todo un conjunto viscoso caracterizado, precisamente, por entonces, de qué modo M scenat Cnmenecee anaes oon i piiblica se manifiesta en el voro, y ms exactamente en la eleccién, © Benda, Laan McPhee, Vorby op ease 31L Tuesto que en las democracias existentes el eiudadano vora eligiendo entre 192 193 os 8 superlluo deten aco otro, y entce un partido y otro? Es superfluo dete bre el candidato en su independencia del partido. El candidat dane lent icadoss Y no, ent ‘Aceste respecto los electores se dvid SE iad cit oe diesen 0 ocena, «el ido que lo desi ‘eambia el voto para castigar a un partido que lo ea ob premiar al partido que lo saisface, Pero no estan simple. Pa rads) cosingen toda una gma que no es cierto que un elector sea estable porque esté ide See : jenco de causa, contra 9 En primer lugar observar q muy bien esta cr in primer lugar Tomportamientos electors la raconalidad no e def Ja utilidad percibidas. En por defini a r ar. En segundo lugar, unt Sera ym converte Ba 194 ser digna de tenersc en cuenta. ‘comprender realmente el voto es 1 fo cuando menos tuna voto por el efecto esta secuencia se da, y se pone en evidencia, cuestiones adquieren una visibilidad particular y dividen asa de la politica pragmética a la politica ideolégica, estas jos se traducen igualmente en imAgenes de «ubicacin espaci derecha-inquierda. Dicho en pocas palabras, un partido es escogido, por general, porque es considerado de derecha, de centro o de izquierda, » por mntrario, rechazado porque es demasiado de derecha o demasiado le ‘que se expre- # equé es lo que hace este tipo de puiblico y, viceversa, Rus lo que no puede o no sabe hacer? Democracia eletiva, democracia participativa y de referendum intos el hilo de todo el argumento. Primero, la in piiblica que, a su vez, fundamenta un gobier~ biernos que estin condicionados por el consenso de a ser auténtico este consenso debe hacer frente a pi- onomas, y pata ser eficaces debe verificarse y libres. Una pregunta: zeste edificio —que e us Ia weorla de la democraca representativa— reacciona 0.no ala prucba 195. ELEMENTOS DE TEORIA POLITICA de los hechos? La respuesta es que reacciona en los términos antes « poco; pero tampoco es, como pasaremos a vr, pretender demasiado, El punto que parece més débil y desafortunado es —lo sabemos— la base de informacién, Nadie pone en duda que se deba de instruccién. Pero cuidado, esta conclusién —qié es en buena medida tautolégica— vale para la informacién en general, ¢s de: un conjunto constiuido por una multiplicdad de sectores tan bien, si se efiere espectficamente a la sector lo hace, ala fuerza, en perjuicio de los demés. En segu do lugar, el coste de informarse se reduce —se hace pequefio y al mismo tiem- po menos gratificante— sdlo después de que la informacién almacenada’ alcanza un determinado umbral. Para disfrutar de la miisica es necesario sabet ‘iisica, Un juego que entusiasma al deportista no le dice nada a quien no lo . superado el umbral lee sin problema las no : pero quien se queda por debajo del umbr -macién politica se replan dias y ya no se convierte en gratificante. Lo que explica dos cosas. 196 ‘OPINION PoBLICA as que la cuora de otra igua. Supongamos una poblacién toda compuesta por wla por explicar por qué esta poblacién tiene que en. 0 mas atrayente que otto intetess ‘0 puede funcionar basta, y si pedimos, mnces hay que rehacer erdadcramente nebulosa, El ata con la epar- cl eferédum en la me- no, subordinado, de le sobre todo para dar idea de un paso, 0 ew lento, y no se presta a clarificar cudl es l punto de cambio entre jocracia representativa y no represent ‘entendido, la democracia Gomera So At Sie rence, 1956, lV, Ls ig 1970. 2 ae et [ELEMENTOS DE TEORIA POLITICA _ representativa @ una democracia gobernada (por Burdeau una democracia ya es gobernante cuando vas se pliegan a la voluntad popular, cuando se convierten en dei En este desarrollo podemos ver una maximizacién de la sobe pero podemos también ver aquel gobierno demagégico ¢ irrespor ificaci6n de los mensajes ‘Aristételes denunciaba como el inicio de un fin, come los mensajes a su modo, es de ‘el hecho es que la éptica de Burdeau no ayuda a enco ite entre la democracia el y una democracia con un fur ‘Después de todo, incluso la democracia representativa auspig icin», gCusindo sucede, por consigui isma la representacidn y, en los disci or tied, y odo depende deel. Por ota Tse rok Piblicos sea auténoms, poco imports que importa, pore contratio, que sea wdecalcads ot ién de lo que le molest, y 1 no deci Pata s mismo, sented ing lebe también conerolar el probe. pital. Quien decide por s mismo — ra toclos— debe saber sobre qu taleel que deca 1 ide § Hasta ahora hemos hablad. Gobrentendiendo que inca los puntos sobre las de lacie, I cnorn fea lo siempre porta «coga ¢ hasea ahora hemos pasado por en os que existe entre eisai cuando se refiere aun electorado elector, un demas que toma. fanto en la democracia represe de referéndum, el ciudadano se limita a vo lopcidn se reduce a un sino, ¢s mds cruda o miss rminaremos, para entendernos, rédum, cexpresa cn el referéndum e5 toda dum el ciudadano decide por El referédum hace, pues, de sign de los repres cuantas mas di in I demas én en aber conan yman por medio del referéndum, tanto mds se Ja representativa en una democracia den , verdaderamente. teratura sobre Ia democracia aprender y deja entender, o sobreent late 5 ca deroler dice gobernante, 0 {que propugnan la democr instancia en una democracia de re lina por el asamblefsmo y por la puede comprender que una democr Fidluso centenas de millones no puede sino aproximarse a la téeni réndum: no existe otro instrumento de actuacién. Por lo rant superar la democracia representativa debe querer —Ia lame como Ia lame— luna democracia de referéndum, una democracia que gira y se apoya en rem. tir las cuestiones particulates sobre las que hay que decidir a la decisién del ipativa no piensan de hecho en primers éndum. Pero incluso si su corazén s€ ivacién de pequeios grupos, st raz6n no ia cuyo demos se cuenta por decenas 0 del refe- desea ata ee tipo de slo havi de in (que core el riesgo de pene lugar de un hombre 2 Pn ensos —que sient — se difunden y pueblo. Sis ésta, como wan a todo el cuer rmocracia queda claro 1 (po de replantearse totalmente. lo es, Ia esencia de una democracia mas avanzada que la idamente por qué el problema de la opinién pébl En la democracia de referéndum la opinién pibl- cic wla la atencién, 7 ‘én que activa, que estimula la accién, Hl oe aquella particular 10 —y es ciertamente 198 95 ier Fash ceria min Lectura para ek Longs de @l de quien estamos tratando— no ve, no quiere ver los pros y los co ve s6lo en blanco y negro, con todo el bien de un lado y todo cl En politica el muy sintenso» ¢s —ocho de cada diex veces— el dogm cl fandtio. Lo que resulta de todas! ie correlacidn entre intensidad y excremis nso, y viceversa®. El exctemis fenso, «quiere» simple y fortsimamente. EL CAPITULO 9 PARLAMENTO se basa en una opinisn st como en la prictica— cual el problema de la rendenie. He sefialado al comienzo qh dl sustantivo no se eligid al azar: i ue se entendia concretamente el opinat. Pero pas Biimente dich). Tercero, en razén a li 4 4 del subsistema parlamento dentro, —y hay que repetirlo— el saber, la competencia cognit Con respecto al primer aspecto se debate si los partidos operan como esla- tivo, es realmente un alco grandisimo y por lo que sabes , 0 bien como diafragma entre el pais real y el pats legal. En el segundo as- 0 se debate si cl problema es de representatividad (de semejanza sociolégi- de sintonfa. Y nuestra conclusi6n es que puede existir ausencia de dia a dia— es ahora algo muy fact 4 sintonta es defeccuosa, como lo es en Italia, enton- ‘minal barato conectado a un ordenador central, Ja culpa es del sbizantinismor del sistema de partidos !. Queda por em- los ciudadanos responden si o no a las preguntas que aparecen en la pantal er la tercera investigacién, el estudio de las funciones y el Funcionamien- Es algo muy factible,gpero ha de hacerse? Para responder es necesario comen-§ los parlamentos. Pero Felco me ites etia n. problema por s ‘én de la politica zat por tener claro lo que es y puede ser la opinién pablica sistema politico en su conjunto. cmejanza y Profesionalizacién y especializacin 1a que se dedica de manera estable a la politica. No son, por profesionales los que se ocupan de forma ocasional, © durante un Lane, eas, Pablie Opinion op it, pp 105-106. xe ans debo rem p, 286-322 (oid agul de G, Sartori (el), 1! Parlamento -M. Rohe, The Open and Clad Mind Noces Yok, asc Books 1960. ine 1946-1963, Nipcles, Edson Scenic lene 1963 200 201

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