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10 CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS INTELIGENTES

Descubrí algunos de los rasgos que tienen en común las personas más
inteligentes

Las personas inteligentes no solo nos generan admiración, sino que nos
dan ganas de ser como ellos. A continuación, te contamos algunos de los
rasgos más característico de las personas inteligentes.

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1. Saben escuchar

Para aprender la clave está en saber escuchar. Esto lo tienen muy claro las
personas inteligentes, que siempre están dispuestos a escuchar a quienes
tienen algo realmente interesante para compartir.

2. Son curiosas

La curiosidad es otro rasgo característico de las personas más inteligentes.


Siempre se muestran interesadas en querer saber más sobre de los temas
más diversos. Preguntan todo, leén y tienen la capacidad de sorprenderse de
cosas que para muchos no tienen importancia. Albert Einstein decía que él
no tenía un talento especial, sino que era extremadamente curioso.

3. Se adaptan con facilidad

Tienen la capacidad de focalizarse en lo que se puede hacer en lugar de


perder el tiempo en lo difícil que puede ser resolver un asunto o en las
limitaciones que existen. Después de todo, como el propio significado de la
palabra lo dice: inteligencia es la capacidad de comprender o entender algo.
Por eso, las personas inteligentes tienen la capacidad de modificar su
comportamiento -o realizar cambios- para convivir mejor con su entorno.

4. Siempre tienen una actitud positiva


Incluso cuando las consecuencias se presentan adversas mantienen una
actitud positiva. Para los inteligentes, las situaciones negativas parecen ser
simples problemas que demandan una solución.

5. Perfil bajo

En las reuniones de trabajo, aunque muchos reconocen estar ante una


persona inteligente inteligentes, no hacen alarde de eso. Por el contrario,
intentan que el resto de los presentes sean reconocidos y considerados
como profesionales destacados. Saben que sus capacidades deben ser
utilizadas para trabajar, no para reconocerse como mejores ante el resto.

6. Piensan en los demás

Tienen la capacidad de saber qué sienten los demás o qué piensan.


Su capacidad de empatía muestra claramente su nivel de inteligencia
emocional. Cuando están ante personas que no logran comprender un tema,
lejos de sentirse superiores, se toman el tiempo suficiente para explicarlo
hasta que logren entender de lo que se está hablando.

7. Son procrastinadores

Este tipo de personas suele postergar las cosas y dejarlas para otro
momento. Según investigaciones, existe una relación entre la
procrastinación, la indecisión y la creatividad. Son personas que se toman
mucho tiempo para pensar las cosas y analizarlas desde distintas
perspectivas. Como veremos en el siguiente punto, este comportamiento es
coherente con la capacidad de autocontrol que tienen.

8. Tienen autocontrol

Tienen control de sus sentimientos y sus impulsos; y son emocionalmente


muy fuertes. Según la ciencia, existe una relación directa entre inteligencia
y autocontrol
9. Suelen ser solitarias

No se sienten incómodas estando solas. Por el contrario, prefieren en


muchos casos la soledad antes que la compañía. Esto no es porque no
disfruten de la compañía de otros, sino que se debe a que no necesitan de la
aceptación de los demás , explicó en un artículo el psicólogo de la
Universidad de Wellesley.

10. Tienen un gran sentido del humor

Las personas inteligentes se caracterizan por tener un gran sentido del


humor. Se ríen mucho y también hacen reír a los demás.
INTELIGENCIA EMOCIONAL: LA RAZÓN POR LA
QUE ALGUNAS PERSONAS SUFREN EL SÍNDROME DE
BURNOUT Y OTRAS NO

Para evitar que el estrés se convierta en burnout la clave está en el


desarrollo de tu inteligencia emocional

Fuente: Shutterstock

Estrés y síndrome de quemado -o burnout- no son lo mismo. Si bien el


estrés es la puerta que nos lleva hacia el síndrome de burnout, es posible
lidiar contra las consecuencias que generan las altas horas de trabajo, las
presión y todo aquello que nos termina provocando una crisis emocional
que atenta contra nuestra autoestima y termina afectando como personas y
como profesionales. La clave está en saber cómo manejar
nuestra inteligencia emocional.

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Al menos así lo asegura en una presentación acerca de cómo la influencia


de lainteligencia emocional es clave para lidiar con el sindrome
burnout, realizada este año en la Universida de Pensilvania, en Estados
Unidos, por la directora del área de aprendizaje y cambio organizacional de
Huron Consulting Group, Kandi Wiens. Para la presentación evaluaron el
nivel de estrés de 35 jefes de servicios médicos de distintos hospitales, para
saber cómo lidiaban con el síndrome de quemado.

A pesar de que el 69% de las personas evaluadas asegura que sus niveles de
estrés son altísimos, la mayoría no llega a padecer el burnout.

Por qué la inteligencia emocional es la clave

La capacidad de autoanálisis para intentar entender nuestras


emociones y el origen de nuestras frustraciones es fundamental para poder
llevar adelante un diálogo interno que nos permita darnos respuestas a
nosotros mismos y evitar que nuestros sentimientos nos arrastren y nos
lleven a padecer una crisis interna. Lo mismo con nuestra capacidad de
autocontrol para manejar nuestros impulsos y mantenernos calmos ante
situaciones de estrés, o nuestra capacidad para resolver situaciones
conflictivas que nos permitan canalizar nuestras emociones hacia la
resolución de problemas.

Qué podemos hacer para manejar el estrés

Muchas veces, el estrés nos lleva a transitar el dañino camino de los


excesos en un intento de tapar sus consecuencias. Para lidiar con esta
problemática de la mejor manera posible, a continuación te ofrecemos una
serie de recomendaciones:

1. Evitar ser la fuente del estrés

Muchos de nosotros, por nuestra manera de ser, creamos más estrés por
nuestro exceso de responsabilidad, por querer ser perfeccionistas o por
pensar demasiado en cosas que podrían llegar a pasar en el futuro.
Según testimonios de los jefes médicos evaluados para el informe, el
hecho de ser consientes de que en muchas oportunidades algunos eran
demasiado severos con ellos mismos les permitió entablar un diálogo
interno para establecer límites a sus emociones.

2. Reconocer tus propias limitaciones


Conocer tus fortalezas y debilidades te permitirá tener más claro cuáles
son las batallas internas y cuál es la mejor estrategia para poder lidiar con
ellas y evitar que te afecten. Según el estudio, los jefes de servicios
médicos contaron que el cambio de médico clínico a un rol de liderazgo
vino acompañado de mayores niveles de estrés. Aquellos que en esta
situación se dieron cuenta que las demandas sobrepasaban sus
habilidades buscaron ayuda y consejo de expertos.

3. Respirar de manera profunda cuando sentís que la tensión aumenta


Varios de los entrevistados aseguraron implementar técnicas del
Mindfulness para lidiar con situaciones de estrés y así bajar sus niveles
de tensión en situaciones complejas. Según testimonios, poner en práctica
técnicas de Mindfulness permite estar más abiertos en la búsqueda de
soluciones y no perder el tiempo por estar a la defensiva. Puede ser difícil
ser consientes de la respiración en un momento de estrés, pero es
importante recordar que poder manejar nuestra atención es un paso clave en
el camino al autocontrol.

3. Reconsiderar nuestro punto de vista

En una situación particular puede que veamos un problema como algo a


resolver o como una amenaza. La diferencia entre una perspectiva y la otra
es que la primera puede ser menos estresante que la segunda. Por lo tanto,
tener la capacidad de cambiar nuestra perspectiva y evitar ver como
amenaza la situación que se plantea frente a nosotros puede incluso
motivarnos a querer resolver el problema en lugar de provocarnos
estrés.

4. Ponerse en lugar del otro

Los conflictos son por naturaleza situaciones estresantes. Por eso, para
intentar mitigar el estrés que generan, lo mejor es intentar ponerse en el
lugar del otro para entender mejor el problema. Esto nos dará una
mejor perspectiva y nos abrirá al diálogo en lugar de ponernos en una
posición defensiva.
Como vimos anteriormente, desarrollar tu inteligencia emocional es clave
para evitar el síndrome de burnout y que el estrés tenga consecuencias
mayores que repercutan en nuestra salud física, mental y emocional.
Desarrollar tu inteligencia emocional no es una tarea que se logra de un día
para el otro, así que sé paciente y compasivo contigo.
Formas para entender e identificar mejor tus emociones
12 de diciembre de 2016 0
Aprendé cómo entender mejor tus emociones y desarrollar tu ingeligencia
emocional

Fuente: Shutterstock
Saber lidiar con las emociones es una habilidad propia de los líderes.
Las personas que tienen desarrollada su inteligencia emocional, es decir,
su capacidad para sentir, comprender, controlar, modificar y expresas
emociones, son altamente demandadas en el mercado laboral por su
equilibrio y contribuir al buen clima laboral, un aspecto clave en la
productividad de cualquier entorno.

Según un artículo publicado en Harvard Business Review, los psicólogos


consideran que un buen primer paso en nuestro objetivo de aprender a
lidiar con nuestras emociones es ponerles nombre, ya que esto nos
permite tomar conciencia de la emoción y gestionarla desde nuestro lado
racional.

Sin embargo, este ejercicio no es para nada sencillo, dado que muchos de
nosotros crecimos creyendo que las emociones fuertes deberían ser
reprimidas y nunca aprendimos cómo expresarlas -sobre todo las fuertes-
de manera precisa.
Pongamos como ejemplo dos situaciones:

Ejemplo 1:
Ana está en una reunión con Pedro en la cual él ha estado todo el tiempo
diciendo cosas que hacen que Ana sienta que está a punto de explotar.
Además de interrumpirla cada vez que toma la palabra, Pedro recuerda -
nuevamente- a todos los presentes aquel proyecto que falló y en el cual ella
trabajó. Esto hace que Ana se sienta muy enojada.

Ejemplo 2:
Carlos llega a casa luego de un largo y duro día de trabajo. Al llegar a
casa cuelga su saco al tiempo que suspira. Su esposa le pregunta si sucede
algo. “Solo estoy estresado”, responde, mientras abre su computadora
para terminar un informe.

Tanto el enojo como el estrés son dos emociones que frecuentemente


vemos en un ambiente laboral, aunque generalmente son la capa
superficial de emociones más profundas que deberíamos poder
describir de manera más precisa para poder desarrollar una mayor
agilidad en cuanto al reconocimiento y análisis de nuestras emociones que
nos permita interactuar mejor con ellas.

En el caso de Ana, es real que está enojada, pero probablemente también


esté triste porque su proyecto falló. Seguramente también se sienta ansiosa
y preocupada porque no sabe cómo repercutirá su falla en su trabajo y en su
carrera. El enojo que provocó la constante interrupción de Pedro, sumado a
las interrogantes que se plantea acerca de por qué el proyecto falló y qué
pasará con ella derivaron en el sentimiento de enojo, pero también de otros
sentimientos que se suman y que debería Ana poder identificar y nombrar.

En el caso de Carlos quizás el estrés no sea solamente por el trabajo sino


porque no está totalmente seguro de estar haciendo lo que más le gusta.
Seguramente está estresado y hace tiempo que no se divierte como
antes. La pregunta es por qué está sucediendo eso.
Estas preguntas que se hacen tanto Carlos como Ana abren la puerta a
múltiples interrogantes que al igual que ellos, muchos de nosotros nos
hacemos de forma interior. Es por eso que necesitamos ampliar nuestro
vocabulario y desarrollar la capacidad para reconocer y nombrar
correctamente las emociones y lo que estamos sintiendo. Sobre todo
porque las medidas para intentar superar el sentimiento de enojo no serán
las mismas que tomaremos para tratar nuestro sentimiento de ansiedad o
frustración.

Para poder identificar de forma más precisa tus emociones y desarrollar tu


inteligencia emocional, a continuación explicamos algunas formas de
lograrlo:

Ampliar tu vocabulario emocional


Procurá ponerle nombre a las emociones de manera que puedas describir
cómo te sentís en un momento específico. Aquí podrás ver un listado de
emociones que te permitirá indagar de forma más profunda e identificar las
emociones menos obvias.

Aquí una lista con algunos ejemplos de emociones comunes:


Ten en cuenta la intensidad de las emociones

Una vez que logras identificar las emociones, intentá calificarla en una
escala del 1 al 10 para saber el peso que esa emoción tiene y si ese intento
de calificarla te lleva a tener que describirla con nombre.

Escribí cómo te sentís


Las personas que expresan a través de la escritura episodios con una
fuerte carga emocional experimentan una sensación de bienestar al
hacerlo. Así lo asegura e psicólogo americano James Pennebaker, quien
escribió libros sobre el tema, como es el caso de "Escritura Expresiva:
Palabras que Curan" (Expressive Writing: Words That Heal).

Según publica Harvard Business Review en un artículo de Susan David,


experimentos realizados en personas que escriben sus emociones
demostraron que a través del tiempo, estas personas logran darse cuenta el
significado de muchas de sus emociones al utilizar frases como "aprendí
que", "la razón por la que", "ahora me doy cuenta que", o "ahora entiendo
por qué". Poner por escrito lo que pasaba internamente les ayudo a ver en
perspectiva y entender de forma más clara las razones que derivaron en
esos sentimientos.

Es un ejercicio que cualquiera puede poner en práctica. No importa que


quede bien redactado. Lo importante es el acto de plasmarlo por escrito, ya
sea en papel o en la computadora.

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