La alteración del crecimiento puede definirse como una desviación del
patrón normal del crecimiento de los niños sanos. Es muy importante recordar que, dado que no existen dos niños exactamente iguales, el concepto de lo que representa un crecimiento "normal" ha de ser necesariamente entendido con suficiente amplitud de criterio.
Todos los niños difieren en tamaño, por razones genéticas. El examen
del crecimiento, por lo tanto, no puede estar basado en una única determinación de la talla. Por esta razón es de capital importancia efectuar un seguimiento del crecimiento y desarrollo del niño durante un determinado periodo de tiempo y empleando sistemas especiales de medida.
No importa demasiado que el niño presente un peso y una talla
ligeramente por encima o por debajo de lo indicado en las gráficas de valores promedio para su edad y sexo. Lo importante es que su patrón de crecimiento se mantenga normal, es decir, que vaya ganando peso y talla a una velocidad adecuada.
Cómo diagnostica el médico una alteración del crecimiento?
Para diagnosticar una alteración del crecimiento el médico debe pesar y medir al niño y trazar su curva de crecimiento. Debe tenerse en cuenta el peso y la talla de ambos progenitores, así como la edad a la que presentaron el desarrollo puberal (desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, que en las niñas comienzan hacia los 11 años y en los niños hacia los 13 años). El médico indagará acerca de diversos aspectos clínicos del niño, tales como dieta, apetito, realización de ejercicio, enfermedades padecidas, hábito intestinal y cualquier tipo de problema social o afectivo. Posteriormente se realizará una exploración física del niño y se valorará su grado de desarrollo puberal y dentario.
En caso de que se considere necesario, se realizará una radiografía de la
mano y muñeca izquierdas. Ello permitirá al médico conocer la llamada "edad ósea" del niño, es decir, el grado de desarrollo de sus huesos. La "edad ósea" podrá encontrarse adelantada o retrasada con respecto a la edad del niño.