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Internet de las cosas

Es un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos


cotidianos con Internet. Alternativamente, Internet de las cosas es la
conexión de Internet con más “cosas u objetos” que personas. También se
suele conocer como Internet de todas las cosas o Internet en las cosas. Si
objetos de la vida cotidiana tuvieran incorporadas etiquetas de radio,
podrían ser identificados y gestionados por otros equipos, de la misma
manera que si lo fuesen por seres humanos.
El concepto de Internet de las cosas fue propuesto por Kevin Ashton en el
Auto-ID Center del MIT en 1999, donde se realizaban investigaciones en el
campo de la identificación por radiofrecuencia en red (RFID) y tecnologías
de sensores.
Por ejemplo, si los libros, termostatos, refrigeradores, la paquetería,
lámparas, botiquines, partes automotrices, entre otros estuvieran
conectados a Internet y equipados con dispositivos de identificación, no
existirían, en teoría, artículos fuera de stock o medicinas caducadas;
sabríamos exactamente la ubicación, cómo se consumen en el mundo; el
extravío sería cosa del pasado y sabríamos qué está encendido o apagado
en todo momento.
El Internet de las cosas debería codificar de 50 a 100 000 mil millones de
objetos y seguir el movimiento de estos; puesto que se calcula que todo ser
humano está rodeado de por lo menos de 1000 a 5000 objetos,. Según la
empresa Gartner, en 2020 habrá en el mundo aproximadamente 26 mil
millones de dispositivos con un sistema de conexión al Internet de las cosas.
Abi Research, por otro lado, asegura que para el mismo año existirán 30 mil
millones de dispositivos inalámbricos conectados al Internet. Con la
próxima generación de aplicaciones de Internet (protocolo IPv6) se podrían
identificar todos los objetos, algo que no se podía hacer con IPv4. Este
sistema sería capaz de identificar instantáneamente por medio de un
código a cualquier tipo de objeto.
La empresa estadounidense Cisco, que está detrás de la iniciativa del
Internet de las cosas, ha creado un “contador de conexiones” dinámico que
le permite estimar el número de “cosas” conectadas desde julio de 2013
hasta el 2020. El concepto de que los dispositivos se conectan a la red a
través de señales de radio de baja potencia es el campo de estudio más
activo del Internet de las cosas. Este hecho se explica porque las señales de
este tipo no necesitan ni Wi-Fi ni Bluetooth. Sin embargo, se están
investigando distintas alternativas que necesitan menos energía y que
resultan más económicas, bajo el nombre de “Chirp Networks”.

Definición Original
Bill Joy imaginó la comunicación D2D (del inglés: Device to Device,
dispositivo a dispositivo), como parte de su estructura de las "Seis Webs"
(en 1999 en el Foro Económico Mundial de Davos); pero no fue hasta la
llegada de Kevin Ashton que la industria dio una segunda oportunidad al
Internet de las cosas.
Los estudios relacionados con el Internet de las cosas están todavía en un
punto muy temprano de desarrollo. Como resultado carecemos de una
definición estandarizada para este término. Una encuesta realizada por
varios investigadores resume de alguna manera el término.
Aplicaciones

Un termostato inteligente Nestinforma sobre el uso de energía y el estado


del tiempo.
Un refrigerador inteligentemarca LG
Las aplicaciones para dispositivos conectados a internet son amplias.
Múltiples categorizaciones han sido sugeridas, la mayoría están de acuerdo
en separar las aplicaciones en tres principales ramas de aplicación:
consumidores, empresarial, e infraestructura. George Osborne, ex
miembro del gabinete encargado de finanzas, propone que la IoT es las
próxima etapa en la revolución de la información haciendo referencia a la
interconectividad de todo, desde el transporte urbano hasta dispositivos
médicos pasando por electrodomésticos.
La capacidad de conectar dispositivos embebidos con capacidades limitadas
de CPU, memoria y energía significa que IoT puede tener aplicaciones en
casi cualquier área. Estos sistemas podrían encargarse de recolectar
información en diferentes entornos, desde ecosistemas naturales hasta
edificios y fábricas, por lo que podrían utilizarse para monitoreo
ambiental y planeamiento urbanístico.

Aplicaciones de consumo
Un porcentaje creciente de los dispositivos IoT son creados para el
consumo. Algunos ejemplos de aplicaciones de consumo incluyen
automóviles conectados, entretenimiento, automatización del
hogar, tecnología vestible, salud conectada y electrodomésticos como
lavadoras, secadoras, aspiradoras robóticas, purificadores de aire, hornos,
refrigeradores que utilizan Wi-Fi para monitoreo remoto.

Empresarial
El término "IoT empresarial" (EIoT, por sus siglas en inglés) es usado para
referirse a todos los dispositivos en el ambiente de los negocios y
corporativo. Para 2019, se estima que EIoT comprenderá cerca de un 40%
o 9.1 millardos de dispositivos.

Medios
Los medios utilizan la internet de las cosas principalmente para mercadeo
y estudiar los hábitos de los consumidores. Mediante segmentación por
comportamiento estos dispositivos recolectan información útil sobre
millones de individuos. Utilizando los perfiles construidos durante el
proceso de segmentación, los productores de medios presentan al
consumidor publicidad en pantalla alineada con sus hábitos conocidos en el
lugar y momento adecuados para maximizar su efecto. Se recolecta más
información haciendo un seguimiento de cómo los consumidores
interactúan con el contenido. Esto se hace midiendo indicadores de
desempeño como la tasa de abandono, proporción de clics, tasa de registro
y tasa de interacción. La cantidad de información que se maneja representa
un reto ya que empieza a adentrarse dentro de los dominios del big data.
Sin embargo los beneficios obtenidos de la información superan
ampliamente a las complicaciones de manejarla.

Administración de infraestructura
El monitoreo y control de operaciones de infraestructura urbana y rural
como puentes, vías férreas y parques eólicos es una aplicación clave de IoT.
La infraestructura de IoT puede utilizarse para monitorear cualquier evento
o cambio en las condiciones estructurales que puedan comprometer la
seguridad e incrementar el riesgo. También puede utilizarse para planificar
actividades de reparación y mantenimiento de manera eficiente,
coordinando tareas entre diferentes proveedores de servicios y los usuarios
de las instalaciones. Otra aplicación de los dispositivios de IoT es el control
de infraestructura crítica como puentes para permitir el pasaje de
embarcaciones. El uso de dispositivos de IoT para el monitoreo y operación
de infraestructura puede mejorar el manejo de incidentes, la coordinación
de la respuesta en situaciones de emergencia, la calidad y disponibilidad de
los servicios además de reducir los costos de operación en todas las áreas
relacionadas a la infraestructura. Incluso áreas como el manejo de
desperdicios puede beneficiarse de la automatización y optimización que
traería la aplicación de IoT

Accesibilidad universal a las cosas mudas


Una visión alternativa, desde el mundo de la Web semántica, se centra más
bien en hacer que todas las cosas (no solo las electrónicas, inteligentes o
RFID) tengan una dirección basada en alguno de los protocolos existentes,
como el URI. Los objetos o las cosas no conversan, pero de esta forma
podrían ser referenciados por otros agentes, tales como
potentes servidores centralizados que actúen para sus propietarios
humanos.
Obviamente, estos dos enfoques convergen progresivamente en
direccionables y en más inteligentes. Esto es poco probable que suceda en
situaciones con pocos spimes (objetos que pueden ser localizados en todo
momento), y mientras tanto, los dos puntos de vista tienen implicaciones
muy diferentes. En particular, el enfoque universal de direccionamiento
incluye cosas que no pueden tener comportamientos de comunicación
propios, como resúmenes de documentos.

Control de objetos
Se estima que el proyecto cuesta 19 mil millones de dólares
estadounidenses, según el director ejecutivo de Cisco y, como eso, muchos
dispositivos del Internet de las cosas formarán parte del mercado
internacional. Jean-Louis Gassée (miembro inicial en el grupo de alumnos
de Apple y cofundador de BeOS) ha escrito un artículo interesante en el
Monday Note, hablando del problema que surgirá con mayor probabilidad:
hacer frente a los cientos de aplicaciones que habrá para controlar esos
dispositivos personales.
Internet 0

Internet 0 (Internet cero) es un nivel o capa física de baja velocidad


diseñada con el fin de asignar “direcciones IP sobre cualquier cosa”. Fue
desarrollado en el Centro de Bits y Átomos del MIT por Neil Gershenfeld,
Raffi Krikorian y Danny Cohen. Cuando se inventó, se estaban barajando
algunos otros nombres, y se nombró así para diferenciarlo del “Internet2”
o Internet de alta velocidad. El nombre fue elegido para enfatizar que se
trataba de una tecnología lenta, pero al mismo tiempo, barata y útil. Fue
acuñado por primera vez, durante el desarrollo del Media House Project
que desarrolló el grupo Metapolis y el Media Lab del MIT inaugurado en
Barcelona el 25 de septiembre de 2001, y dirigido por Vicente Guallart y
Neil Gershenfeld. Este sistema habilita una plataforma de computación
ubicua, es decir, acerca el concepto de Internet de las cosas puesto que por
ejemplo, en una oficina todos los objetos podrían estar sujetos al control
común por medio del Internet 0, que se encargaría de recopilar información
y mostrársela al usuario en cuya mano estaría tomar la decisión de qué
hacer. En el prototipo desarrollado, las cosas se podían conectar entre ellas
a partir de una estructura espacial, que incluía la estructura física, una red
de datos y una red eléctrica.
Introducción

Internet de las cosas este concepto se utiliza para hacer referencia al uso
del internet para un uso en el hogar.

El IoT va mucho más allá, entendiendo que TODO esté conectado, y que
todo aparato, electrónico o no, sea capaz de tener una dirección IP que lo
identifique y de esta manera conectarse a Internet de diferentes
formas. Así, imaginemos que todos los aparatos de nuestra casa están
conectados y todos los objetos equipados con dispositivos de identificación
(RFID, códigos QR…). Gracias a ello podríamos saber qué está encendido o
apagado en cada momento, qué alimentos hay en nuestra nevera y qué hay
que comprar.

El concepto de Internet de las cosas fue propuesto por Kevin Ashton en el


Auto-ID Center del MIT en 1999, donde se realizaban investigaciones en el
campo de la identificación por radiofrecuencia en red (RFID) y tecnologías
de sensores.
Conclusion

Para entender de qué va el Internet de las cosas debemos también


comprender que sus fundamentos no son en lo absoluto nuevos. Desde hace
unos 30 años que se viene trabajando con la idea de hacer un poco más
interactivos todos los objetos de uso cotidiano. Ideas como el hogar
inteligente, también conocido como la casa del mañana, han evolucionado
antes de que nos demos cuenta en el hogar conectado para entrar al Internet
de las cosas.

El Internet de las cosas potencia objetos que antiguamente se conectaban


mediante circuito cerrado, como comunicadores, cámaras, sensores, y
demás, y les permite comunicarse globalmente mediante el uso de la red de
redes.

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