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Cátedra Faría

Universidad de Pamplona

Lectura
PADRE RAFAEL FARÍA Y SU VOCACIÓN POR LA EDUCACIÓN.
Tomado y ajustado de la lectura de Catedra Faría del docente Ciro Alberto Bautista Serrano.

El padre José Rafael Faría Bermúdez fue uno de los hombres más prolíficos en la
historia de la ciudad de Pamplona, fue el gran personaje del siglo XX, fundador y
rector honorario de nuestra casa de estudios, que con 56 años se ha constitui-
do bajo la perspectiva de la sensatez, del querer enseñar y solventar en los es-
tudiantes sus necesidades en el proceso común de enseñanza-aprendizaje.

El 13 de junio de 1896 en la ciudad mitrada, Pamplona Norte d e S a n-


tander nace un niño a quien sus padres llamaron José Rafael Antonio, hijo
del venezolano Joaquín Faría Romero y doña María Bermúdez Villasmil
oriunda de Cúcuta, fue un joven de principios morales y religiosos muy des-
tacados, así como su inteligencia y filantropía. Encaminó su vida por la vo-
cación religiosa y construyó uno a uno, los pasos que edificarán una inta-
chable vida de servicio a la iglesia y de comunión con las necesidades de su
ciudad. Su pasión por la educación lo llevó a ser un gran referente académi-
co, evidenciando siempre su espíritu formador y su labor en pro de la juventud.

El padre Faría desde joven manifestó ese deseo de educarse, de asistir al necesitado
de formación de un acompañamiento especial en toda clase de procesos educativos
que lo requirieran. Inspiradamente el padre asoció el vínculo del arte y la religión para
despertar estos intereses, y como él lo escribió en el acta 1 de fundación, “Debemos
pues nosotros, futuros sacerdotes, trabajar por conseguirlo, para que podamos presen-
tar a Dios nuestra predicación, nuestros discursos, nuestros escritos engastados en
esa preciosa joya”.
EL ATENEO CELEDÓN

Su formación sacerdotal fue en el seminario mayor de Pamplona, donde gracias a su desarrollo intelectual
tuvo gran aceptación en la comunidad religiosa y la comunidad de feligreses. Según el libro de calificaciones
en el año 1918 el seminarista Faría, tenía un desempeño muy superior a sus compañeros de claustro. Las
facultades de filosofía y teología del seminario, fueron el umbral en la formación humana, cultural y religiosa.
También, se interesó en la formación de la retórica, siendo el arte del discurso, de la persuasión a través de la
palabra, interés que lo llevó junto con cinco compañeros más del seminario a la creación de su primer centro
de enseñanza; Centro Celedón (1914) en honor al ilustre sacerdote y obispo Rafael María Celedón.

Los propósitos de educar son más que suficientes y gozan de toda una evidencia que permite estipular el
compromiso que el padre iba adquiriendo con sus años, el despertar a unas nuevas generaciones y descubrir
en cada una de ellos sus esperanzas, alimentaron fervorosamente el espíritu decidido de formar y afianzar las
necesidades generales que presentaba la juventud de la época. “Los sabios desde jóvenes soñaron en ser
sabios, los héroes en ser héroes”

SU SACERDOCIO

A tan solo 22 años de


edad, logra su ordenación
sacerdotal, un primero de no-
viembre de 1918, con una
dispensa especial ema-
nada del alto poder
eclesiástico. Su sacer-
docio y primeras labores
parroquiales lo situaron en un
entorno que exigió de él un acer-
camiento más comprometido con
sus obligaciones, y como cada día
iba formando una enaltecida
visión progresista de todos
y cada uno de sus deberes,
su estadía en la Parroquia de
Las Nieves le permitió desarrollar
y trazar vínculos muy relevantes en
los campos sociales y académicos,
que se transformaron en la aceptación y constitución de nuevos y mejores proyectos.
La fundación del periódico “Las Nieves” hicieron un eco en la comunidad pamplone-
sa que inmediatamente orientó su mirada al cura, que con una mente llena de
ideas e iniciativas construía nuevos ideales en su labor pastoral.

OBRAS EDUCADORAS

La revista Colombia y el centro Colombia, constituyen otro hito significativo en su


aporte educativo, ya que estos anhelos contribuyeron a estimular y fomentar todo
un adelanto intelectual, cívico y moral para la ciudad de Pamplona, sobre todo en el
compromiso de formación con los jóvenes. Por esto el padre Faría propone en este centro
educativo el impulso a los estudios literarios, históricos y científicos, que se hallaban tan
descuidados. Los jóvenes fueron encaminados en el cultivo de la moralidad y la cultura.
Una de las obras de representación académica a nivel nacional, fue el curso de filoso-
fía, el cual está compuesto por IV tomos, a saber: tomo I Psicología (1948); tomo II Lógi-
ca y Metafísica (1961); tomo III Cosmología y ética (1958); tomo IV Historia de la Filosofía
(1962).

SER EDUCADOR

La terminología de la palabra ser, circunda alrededor de la esencia, de demostrar o ver que somos realmente.
Con suma garantía el padre Faría presentaba dentro de su esencia todas las condiciones de un ser educador,
un educador abierto a las condiciones que la historia que en su devenir iba conquistando, así mismo su afecto
por la enseñanza generaron especiales vínculos en la amistad, y en el acercamiento a los jóvenes, quienes
siempre fueron su objetivo académico; se preparaba intelectualmente para ser un mejor instrumento en el
cultivo de saberes, y tales dimensiones de su humanidad hicieron de él un intachable formador. Cuando inicia
con muchos años de anticipación su proyecto para que Pamplona tuviera su universidad, su talante progresis-
ta estimula y conmueve a sus directas y cercanas amistades, quienes le apoyan y consolidan con su
aporte económico la creación del claustro educativo superior de la ciudad, pero más que la necesi-
dad y sentido de tener una institución, es su muy superior deseo de esperar cada vez más mejores
anhelos y sueños de superación de la juventud, es su deseo de constituir y garantizar para
el futuro una mejor educación para sus conciudadanos, o simplemente repetir y trascen-
der la frase usada por uno de los grandes pensadores de la antigüedad, en donde el
padre afirmó su intensión solemne de “liberar a los jóvenes de la ignorancia”.

La impronta educativa del padre, permaneció en todos sus ideales, y el aporte


de su formación hacía eco en sus acciones, sus estudios en la Universidad
Gregoriana de Roma, le inspiraron en la búsqueda de la verdad, en la adquisición del conocimiento. El padre
Faría era un hombre que quería hacer siempre todo bien, obtener los mejores resultados y su estancia estu-
diantil en Europa no fue la excepción, ya que con la tesis “Crítica sobre la obra de Santo Tomás de Aquino”
logró merecer los honores por su escrito. Conocía muy bien la filosofía y la psicología, y estas fueron las he-
rramientas que constituyeron para sí, el impulso cognoscitivo que le ayudara a fundar la Universidad de Pam-
plona, lograr la conquista personal en los individuos, el progreso del propio ser y la edificación de conocimien-
to a través de la virtud de la sabiduría

REFERENCIAS

PULIDO, Flor Delia y otra. Presbítero José Rafael Faría Bermúdez, Fundador de la Universidad de Pamplona.
Primera edición. Centro de medios de la Universidad de Pamplona. Pamplona 1999.

FARÍA, José Rafael. Psicología, curso de Filosofía. Tomo I. VII edición. Librería Voluntad, Bogotá 1956

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