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DOCTRINA PRÁCTICA
Doctrina práctica
Daño psicológico en las víctimas de delitos
violentos
Implicaciones psicológicas y jurídicas*
Pedro J. Amor**
Universidad Nacional de Educación a Distancia, España
Enrique Echeburúa***
Universidad del País Vasco, España
Miguel Á. Carrasco****
Universidad Nacional de Educación a Distancia, España
SUMARIO
RESUMEN ABSTRACT
The article discusses the evaluation of
El artículo aborda la evaluación del daño psychological damage in victims of violent
psicológico en las víctimas de delitos vio- crimes. The authors focus their attention in:
lentos. Los autores centran su atención a) the definition of psychological damage
en: a) la definición del daño psicológico y and its evaluation, distinguishing psychic
su evaluación, distinguiendo las lesiones injuries from emotional consequences, and
psíquicas de las secuelas emocionales y ex- exposing the main differences between cli-
poniendo las principales diferencias entre nical and forensic evaluation; (b) the types
la evaluación clínica y la evaluación foren- of victims and secondary victimization; (c)
se; b) los tipos de víctimas y victimización the consequences of victimization within
Penal Especial del mes Pedro J. Amor / Enrique Echeburúa / Miguel Á. Carrasco
secundaria; c) las consecuencias de la victi- the family context; and (d) the evaluation of
mización dentro del contexto familiar; y d) psychological damage
la evaluación del daño psicológico. Keywords: Psychological damage / Psychic
Palabras clave: Daño psicológico / Le- injuries / Emotional consequences / Secondary
siones psíquicas / Secuelas emocionales victimization / Clinical and forensic evaluation.
/ Victimización secundaria / Evaluación Title: Psychological damage to the victims of vio-
clínica y forense lent crimes. Psychological and legal implications
Recibido: 22-08-16
Aprobado: 19-10-16
Publicado en línea: 01-11-16
Penal Especial del mes Pedro J. Amor / Enrique Echeburúa / Miguel Á. Carrasco
aniversario del suceso, el cumpleaños, la que es una noción más imprecisa, sub-
celebración de la Navidad, etc.). jetiva y que implica más una percepción
El grado de daño psicológico de perjuicio a los bienes inmateriales del
(lesiones y secuelas) está mediado por la honor o de la libertad que el malestar
intensidad/duración del hecho y la signi- emocional propiamente dicho (Tabla
ficación emocional del suceso sufrido, el 1) 5
.
Tabla 1
carácter inesperado del acontecimiento Daño psíquico en víctimas de
y el grado real de riesgo experimentado, delitos violentos
las pérdidas sufridas, la mayor o menor
- Ansiedad
vulnerabilidad de la víctima y la posi- - Preocupación constante por el trauma, con tendencia
ble concurrencia de otros problemas a revivir el suceso
actuales (a nivel familiar y laboral, por - Alteraciones en el ritmo y el contenido del sueño
ejemplo) y pasados (historia de victimi- - Hostilidad, agresividad, abuso de alcohol y de drogas
- Depresión
zación), así como por el apoyo social
- Pérdida progresiva de confianza personal debida a
existente y los recursos psicológicos de los sentimientos de indefensión y de desesperanza
afrontamiento disponibles. Todo ello, experimentados
junto con las consecuencias físicas, psi- - Sentimientos negativos: humillación, vergüenza, culpa
o ira
cológicas y sociales del suceso ocurrido, - Pérdida del interés y de la concentración en actividades
configura la mayor o menor resistencia anteriormente gratificantes
al estrés de la víctima4. - Falta o pérdida del deseo sexual
- Disminución de la autoestima
2.1. Lesiones psíquicas - Modificación de las relaciones (dependencia emocio-
nal, aislamiento)
La lesión psíquica se refiere a una - Cambio drástico en el estilo de vida, con miedo a acu-
alteración clínica aguda que sufre una dir a los lugares de costumbre; necesidad apremiante
de trasladarse de domicilio.
persona como consecuencia de haber - Cambios en el sistema de valores, especialmente la
experimentado un suceso violento y confianza en los demás y la creencia en un mundo
justo
que la incapacita significativamente para
- Aumento de la vulnerabilidad, con temor a vivir en
hacer frente a los requerimientos de la un mundo peligroso, y pérdida de control sobre la
vida ordinaria a nivel personal, laboral, propia vida
familiar o social.
Las lesiones psíquicas más fre-
Este concepto de lesión psíquica, que cuentes son las alteraciones adaptativas
es medible por medio de instrumentos (con un estado de ánimo deprimido,
de evaluación adecuados, debe sustituir ansioso o mixto), el trastorno de estrés
al de menoscabo de la integridad moral,
5 Vid. Esbec, E., “Evaluación psicológica de la
4 Baca Baldomero, Enrique y María Luisa víctima”, en Esbec, E. y G. Gómez-Jarabo,
Cabanas (eds.), Las víctimas de la violencia. Psicología forense y tratamiento jurídico-legal
Estudios psicopatológicos. Madrid: Triacastela, de la discapacidad, Madrid: Edisofer, 2000
2003. (modificado).
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3. Tipos de víctimas y victimización mientos futuros (ver Figura 1). Por otra
secundaria parte, el efecto contagio está relacionado
Se han realizado múltiples clasifica- con la convivencia con la víctima. Un
ciones de las víctimas: algunas centradas contacto cercano y prolongado con una
en el proceso de victimización; y otras, persona que ha sufrido un trauma grave
en función del grado de participación puede actuar como un estresor crónico
en la victimización sufrida. Al margen en el familiar, hasta el punto de que
de estas clasificaciones, se ha optado por puede ser responsable de un deterioro
hacer referencia, por una parte, a la dife- físico y psíquico.
rencia entre víctimas directas e indirectas
y, por otra, a la distinción entre víctimas
de riesgo y víctimas vulnerables. Suceso
traumático
3.1. Víctimas directas e indirectas Víctima
directa
El alcance de un acontecimiento Familiares y amigos
traumático puede compararse a una íntimos
piedra arrojada en un estanque, en la
Compañeros de trabajo, vecinos y
medida en que origina un efecto onda y otros miembros de la comunidad
un efecto contagio. Utilizando este símil,
el suceso traumático origina ondas que
no solo afectan a las víctimas propia- Figura 1. Expansión de un suceso traumático
mente dichas, sino también a aquellos
que están cerca de ellas10. De esta forma, En este sentido, las víctimas directas
la onda expansiva del suceso actúa en son aquellas que han sufrido directa-
círculos concéntricos. En el primer cír- mente el acontecimiento traumático.
culo se encuentran las víctimas directas. En un suceso de esta naturaleza lo que
El segundo círculo está constituido por genera habitualmente daño psicológico
los familiares, que tienen que afrontar el suele ser la amenaza a la propia vida, una
dolor de sus seres queridos y readaptarse lesión física grave y la percepción del
a la nueva situación. Y puede haber un daño como intencionado11. En general,
tercer círculo, correspondiente a los las catástrofes naturales e incluso los
compañeros de trabajo, a los vecinos o, accidentes se tienden a asumir mejor que
en general, a los miembros de la comu- aquellos sucesos traumáticos provocados
nidad, que pueden quedar afectados por intencionalmente por otro ser humano,
el temor y la indefensión ante aconteci- en donde se pierde la confianza en las de-
más personas, no se entiende el porqué
10 Echeburúa Odriozola, Enrique, Superar un
trauma. El tratamiento de las víctimas de delitos 11 Echeburúa Odriozola, Superar un trauma,
violentos, Madrid: Pirámide, 2004. ob. cit.
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Tabla 2
Posibles fuentes de victimización secundaria
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pectiva, no resulta fácil establecer unos das y Asistencia a las Víctimas de Delitos
criterios generales para prevenir la victi- Violentos y Contra la Libertad Sexual); y
mización secundaria. Ahora bien, desde e) R. D. 738/1997, BOE 126, del 27 de
cada ámbito de actuación —abogacía, mayo de 1997 (Reglamento de Ayudas a
trabajo social, medicina, policía, psico- las Víctimas de Delitos Violentos y contra
logía, etc.—, conviene disponer de los la Libertad Sexual).
conocimientos necesarios sobre la pro-
blemática consustancial al tipo concreto IMPORTANTE
de victimización (maltrato, agresión
sexual, terrorismo, tortura, secuestro, La lesión psíquica se refiere a una al-
etc.) y sobre las circunstancias específicas teración clínica aguda que sufre una
en función de la vivencia de cada vícti- persona como consecuencia de haber
experimentado un suceso violento y
ma y de su situación personal. De este que la incapacita significativamente
modo, se debe actuar conforme a esos para hacer frente a los requerimien-
conocimientos y al código deontológico tos de la vida ordinaria a nivel perso-
de cada ámbito profesional, mostrando nal, laboral, familiar o social.
sensibilidad hacia las necesidades de las
víctimas y tratándolas con comprensión, En este sentido, resulta fundamen-
dignidad y respeto. tal conocer la situación de la víctima
Asimismo, el Estado y los Esta- en las diferentes fases del proceso penal
dos de la UE, además de reconocer la (denuncia a la policía, intervención en el
victimización secundaria, y con el fin proceso penal, veredicto final y postsen-
de proteger mejor a las víctimas, a los tencia), así como las posibles fuentes
profesionales y a la sociedad en su con- de victimización secundaria o segunda
junto, han ido presentando diferentes victimización19.
recomendaciones y leyes, como, por Otra forma de prevenir la victimi-
ejemplo, las siguientes: a) recomenda- zación secundaria dentro de la actividad
ción de 1985 del Consejo de Europa pericial psicológica es partir del principio
(trato policial a la víctima, ayudas de intervención mínima20 o, dicho en
materiales a las que tiene derecho, in-
terrogatorio cuidadoso y considerado);
b) R. D. 673/1992 del 19 de junio y 19 Cfr. Albarrán Olivera, A. J., “Psicología
forense y victimología”, en Urra Portillo, J.
R. D. 1.879/1994 del 16 de setiembre (comp.), Tratado de psicología forense, Madrid:
(resarcimientos por daños a víctimas de Siglo XXI de España, 2002, pp. 327-363.
bandas armadas y acciones terroristas); 20 Echeburúa Odriozola, Enrique, José
Manuel Muñoz Vicente, y Ismael Loinaz
c) L. O. 19/1994 del 23 de diciembre Calvo, “La evaluación psicológica forense
(protección de testigos y peritos en cau- frente a la evaluación clínica: propuestas y
sas criminales); d) L. O. 35/1995, BOE retos de futuro”, en International Journal of
Clinical and Health Psychology, vol. 11, n.° 1,
296, del 12 de diciembre de 1995 (Ayu- 2011.
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4.2. Maltrato infantil fancia y Aprendizaje, vol. 71, 1995, pp. 49-58;
Inglés, A., “Origen, proceso y algunos resul-
4.2.1. Delimitación y consecuencias tados del estudio sobre malos tratos infantiles
en Cataluña”, en Infancia y Aprendizaje, vol.
Una de las expresiones de la violen- 71, 1995, pp. 23-32; Inglés Prats, Antoni,
El matractament d´infants a catalunya. Quants,
cia familiar con más graves consecuen- com i perqué, Departamento de Justicia,
cias en la vida futura de una víctima es Colección Justicia i Societat, 2000; Jiménez,
la que se produce durante su infancia de J., M. Moreno, A. Oliva, J. Palacios, y D.
Saldaña, El maltrato infantil en Andalucía,
mano de sus propios padres. Se estima Sevilla: Consejería de Trabajo y Asuntos
que las cifras de maltrato infantil oscilan Sociales, 1995.
entre el 0.2 % y el 2 % según el tipo de 32 Vidal, F. y R. Mota, Encuesta de infancia
maltrato recibido, siendo el abandono en España 2008, Madrid: Fundación Santa
María, 2008.
y el maltrato emocional los más pre- 33 Inglés, “Origen, proceso y algunos resultados
valentes31. No obstante, estas cifras au- del estudio sobre malos tratos infantiles en
Cataluña”, art. cit.; Jiménez et al., El maltrato
infantil en Andalucía, ob. cit.; De Paúl et al.,
31 De Paúl, J., M. I. Arruabarrena, B. Torres, “La prevención del maltrato infantil en la
y R. Muñoz, “La prevención del maltrato provincia de Guipúzcoa”, art. cit.
infantil en la provincia de Guipúzcoa”, en In- 34 De Paúl et al., “La prevención del maltrato
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4.2.2. Implicaciones legales y forenses del interés superior del menor; b) toda
El marco legal básico de referen- persona que detecte una situación de
cia al que el forense puede recurrir en riesgo o posible desamparo de un menor
relación con el maltrato a menores se tiene la obligación de comunicarlo
encuentra en la Ley 54/2007, del 28 de a la autoridad o a sus agentes más
diciembre, de Adopción Internacional43 y próximos (servicios municipales,
la Ley 1/1996, del 15 de enero, referida a servicios comunitarios, juez de guardia)
la Ley de Protección Jurídica del Menor44. y prestarle el auxilio inmediato que
precise (art. 13, LPJM). Las autoridades
y servicios públicos tienen la obligación
IMPORTANTE
de informar a los representantes legales
[L]as víctimas directas son aque-
del menor y al Ministerio Fiscal (arts.
llas que han sufrido directamente el 14 y 16, LPJM), así como verificar
acontecimiento traumático. […] A su la situación y adoptar las medidas
vez, las víctimas indirectas son aque- necesarias para resolverla; c) la patria
llas que sufren por las consecuencias potestad debe ejercerse respetando la
del suceso traumático que ha experi- integridad física y psicológica del menor;
mentado una persona allegada (fami- d) se debe tener presente la posibilidad
liar, amigo íntimo, etc.), por ejemplo,
la violación de una hija o hermana, el
de solicitar un Juicio Rápido cuando
asesinato de un hijo, etc. se trate de menores (art. 795 de la Ley
Enjuiciamiento Criminal, LEC); e) las
comparecencias en juicio han de ser
A continuación se indican algunas
adecuadas a la situación y desarrollo
cuestiones legales de especial interés para
evolutivo del menor; f ) se debe incluir
el ámbito pericial45: a) toda actuación del todas las medidas posibles para prevenir el
forense se regirá por el principio jurídico maltrato institucional y la victimización
secundaria: evitar la confrontación visual
A. y R. Allen, “Maternal withdrawal from del menor con el inculpado durante las
handicapped toddlers”, en Journal of Child
Psychology and Psychiatry, vol. 26, 1985, pp. declaraciones (p. ej., por medio de la
381-387. videoconferencia) (arts. 707, 737 bis y
43 LAI; Boletín Oficial del Estado (BOE), 448 LEC); obtener la declaración del
N.° 312 (29-12-2007). Ley 54/2007, de 28 de menor en presencia del Ministerio Fiscal
diciembre de Adopción Internacional.
44 LPJM; Boletín Oficial del Estado (BOE), y con sus padres si no lo niega el juez;
N.° 15 (17-1-1996). Ley 1/1996 de 15 de enero solicitar al juez la posibilidad de grabar
de Protección Jurídica del Menor. la declaración (art. 433 LEC); eliminar
45 Gómez-Bengoechea, B. y A. Beráste-
gui, “El maltrato infantil intrafamiliar una los careos salvo orden del juez; solicitar
visión general”, en Gómez-Bengoechea, B. las declaraciones en el período de
(coord.), Violencia intrafamiliar. Hacia unas instrucción como pruebas constituidas;
relaciones familiares sin violencia, Madrid:
Universidad Pontificia de Comillas, 2009, g) hay que priorizar los procedimientos
pp. 21-42. en los que tengan que declarar menores;
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en el ámbito familiar, pero puede darse cheques, joyas u otros objetos de valor,
en el ámbito comunitario o institucional transfieren sus bienes, le obligan a firmar
y aproximadamente el 25 % de estas documentos, testamentos o poderes bajo
víctimas son maltratadas por su pareja. engaño o coacción, le niegan informa-
Se ha informado de un incremento de ción sobre su estado económico o sus
este tipo de maltrato en los últimos años, cuentas; en definitiva, utilizan los recur-
especialmente en los varones51. sos económicos y bienes del anciano en
La violencia contra los ancianos su propio beneficio.
también puede adoptar diferentes for- El maltrato dirigido a ancianos
mas52: física, psicológica/emocional, genera tanto síntomas físicos —lesiones
sexual, por abandono o negligencia. De físicas, fracturas, hematomas, deshidra-
todas ellas, el maltrato más frecuente tación/desnutrición, úlceras por presión,
es la negligencia y el maltrato psicoló- mala higiene, pérdida de peso e intoxi-
gico. No obstante, destaca el maltrato cación por fármacos—, como psicoló-
económico como una forma peculiar de gicos —dependencia a medicamentos o
violencia en este colectivo53: los cuida- alcohol, deterioro del sistema inmuno-
dores se apropian del dinero del anciano, lógico, trastornos alimentarios crónicos,
depresión y tendencias suicidas, miedo
y ansiedad, y cuadros confusionales54—.
“Maltrato y negligencia en personas mayores”,
en Muñoz, J. (ed.), Personas mayores y malos La mayoría de los efectos del maltrato en
tratos, Madrid: Pirámide, 2004, pp. 15-40; esta población se han estudiado con un
Wolf, R., L. Daichman, y G. Bennet, “El alcance temporal a corto o medio plazo.
maltrato de las personas mayores”, en Krug,
E., L. Dahlberg, J. Mercy, A. Zwi y R. Dentro de la evaluación forense, el
Lozano (eds.), World report on violence and perito debe estar atento a los principales
health, Washington: Organización Mundial
de la Salud, 2003. signos y síntomas55: relato inconsistente
51 Iborra Marmolejo, Maltrato de personas
mayores en la familia en España, ob. cit.; 54 Decalmer, P., “Clinical presentation and ma-
Centro Reina Sofía, Ancianos maltratados nagement”, en Decalmer, P. y F. Glenden-
en el ámbito familiar, 2004. Recuperado de ning (eds.), The mistreatment of elderly people,
<www.centroreinasofia.es/paneldecontrol/est/ London: Sage Publications, 1997, pp. 42-73;
pdf/EST010-3262.pdf>, (fecha de consulta: Sánchez del Corral, F., “Anciano con de-
13 de octubre del 2010). terioro funcional y nutricional”, en Benito,
52 Benito, L., N. Reyes e I. Sevilla, “Definición L., J. C. Molina, P. Taboso, F. Sánchez del
de malos tratos”, en Benito, L. y J. C. Mo- Corral (eds.), Situaciones clínicas en malos
lina, P. Taboso, y F. Sánchez del Corral tratos en niños y ancianos, Barcelona: Grupo
(eds.), Situaciones clínicas en malos tratos en Ars XXI de Comunicación, S. L., 2006, pp.
niños y ancianos, Barcelona: Grupo Ars XXI de 79-104 y 105-128; Wolf, R., Elder, “Abuse
Comunicación, S. L., 2006, pp. 1-38; Muñoz and Neglect: Causes and Consequences”, en
Tortosa, “Maltrato y negligencia en personas Journal of Geriatric Psychiatry, vol. 30, 1997,
mayores”, art. cit. pp. 153-174.
53 Campbell y Browne, “Elder abuse and ne- 55 Sánchez del Corral, “Anciano con dete-
glect”, art. cit.; Muñoz Tortosa, “Maltrato rioro funcional y nutricional”, art. cit., pp.
y negligencia en personas mayores”, art. cit. 79-128.
Penal Especial del mes Pedro J. Amor / Enrique Echeburúa / Miguel Á. Carrasco
5. Evaluación del daño psicológico Destino de Variable (juez, aboga- El propio paciente
la evalua- do, seguros, etc.)
ción
La evaluación del daño psíquico
Estándares y Psico-legales Médico-psicológicos
sufrido en las víctimas es importante requisitos
para planificar el tratamiento, así como Fuentes de Entrevista. Test. Ob- Las mismas (excepto
i n f o r m a - servación. Informes los expedientes judi-
para tipificar los daños criminalmente, ción médicos y psicológi- ciales) y el historial
establecer una compensación adecuada cos. Familiares. Expe- clínico
dientes judiciales
o determinar la incapacidad laboral.
Actitud del Riesgo de simulación En general, sinceri-
En uno y otro caso esta evaluación se sujeto hacia o de disimulación o dad (demanda vo-
suele realizar mediante autoinformes y la evalua-
ción
de engaño (demanda luntaria)
involuntaria)
entrevistas estructuradas. Ámbito de Estado mental en rela- Global
la evalua- ción al objeto pericial
ción
5.1. Diferencias entre la evaluación clínica
Tipo de in- Muy documentado, Breve y con conclu-
y la evaluación forense forme razonado técnicamen- siones. Documento
te y con conclusio- clínico
Aunque la evaluación psicológica nes que contesten a
clínica y la forense comparten un la demanda judicial.
Documento legal
interés común por la valoración del I n t e r v e n - Esperable. En calidad No esperable. En
estado mental del sujeto explorado, la ción en la de perito calidad de testigo-
sala de Jus- perito
primera tiene como objetivo principal ticia
de su actuación poder llevar a cabo una
posterior intervención terapéutica; en Las diferencias en relación al
cambio, la segunda pretende analizar las contexto de aplicación (clínico o judicial)
repercusiones jurídicas de los trastornos y al objeto de la demanda (asistencial
mentales. Las principales diferencias o pericial) marcan las características
entre los dos tipos de evaluación se propias que adquiere el proceso de
presentan en la Tabla 458. evaluación psicológica en cada uno de
los dos ámbitos59, al tiempo que impiden
que un mismo profesional ejerza con la
58 Vid. Echeburúa Odriozola et al., “La
evaluación psicológica forense frente a la eva- 59 Ackerman, M. J., Essentials of forensic psy-
luación clínica: propuestas y retos de futuro”, chological assessment, 2.a ed., New York: John
art. cit. Wiley & Sons, 2010.
Penal Especial del mes Pedro J. Amor / Enrique Echeburúa / Miguel Á. Carrasco
Síntomas Instrumentos
Puntos de rada que sirve para evaluar la gravedad e
corte
intensidad de los síntomas de este cuadro
Depresión - Inventario de Depresión
(BDI) (Beck, Rush, Shaw
18
18
clínico en víctimas de diferentes sucesos
y Emery, 1979; Vázquez y traumáticos (ver Tabla 6). Esta escala
Sanz, 1997 )
a
2. Sueños desagradables y recurrentes sobre el suceso. existente, así como determinar la validez
3. Conductas o sentimientos que aparecen como si del testimonio. Respecto a la evaluación
el suceso estuviera ocurriendo de nuevo.
4. Malestar psicológico intenso cuando el sujeto se del daño psicológico, el informe forense
expone a estímulos internos o externos que simbo- tiene como propósito, en unos casos,
lizan o recuerdan algún aspecto del acontecimiento
traumático. probar la existencia de un delito; en otros,
5. Reactividad fisiológica cuando el sujeto se expone reparar el daño causado a la víctima. En
a estímulos internos o externos que simbolizan
o recuerdan algún aspecto del acontecimiento
los dictámenes periciales, la exploración
traumático. psicológica de la víctima debe centrarse
C. Evitación persistente de los estímulos asociados con el en los siguientes aspectos (ver Figura 2):
trauma y falta de capacidad general de respuesta (no
existente antes del trauma), que se ponen de mani- a) Nivel de adaptación anterior al su-
fiesto en, al menos, tres de los siguientes fenómenos: ceso violento, tanto a nivel social y
1. Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos laboral como familiar y emocional.
o conversaciones asociados con el trauma.
2. Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas b) Nivel actual de adaptación.
que provocan el recuerdo del trauma.
3. Incapacidad para recordar alguno de los aspectos c) Reacción readaptativa tras el aconte-
importantes del trauma. cimiento: afrontamiento del suceso;
4. Disminución marcada del interés o de la partici-
pación en actividades significativas. resultados del afrontamiento.
5. Sensación de distanciamiento o de extrañamiento d) Nexo de causalidad entre el delito
respecto a los demás.
6. Limitación en la capacidad afectiva (por ejemplo, sufrido y la inadaptación actual.
incapacidad de enamorarse).
7. Sensación de acortamiento del futuro (por ejem-
e) Pronóstico en relación con el futu-
plo, desconfianza en la capacidad para realizar una ro, que puede depender del tiempo
carrera, casarse, tener hijos o vivir una vida larga). transcurrido desde la agresión, del
D. Síntomas persistentes de hiperactivación (no existen-
tes antes del trauma) que se ponen de manifiesto en,
funcionamiento actual respecto a
al menos, dos de los siguientes fenómenos: la situación anterior al delito y del
1. Dificultad para conciliar o mantener el sueño tipo y cantidad de recursos sociales y
2. Irritabilidad o explosiones de ira
3. Dificultades de concentración
personales con que cuenta la víctima.
4. Hipervigilancia
5. Respuesta de alarma exagerada Nivel de
E. La duración del trastorno descrito en los apartados (in)adaptación
B, C y D es superior a un mes. actual
F. El trastorno ocasiona un malestar clínico o es causa Nexo
causal
de una alteración significativa en el funcionamiento
social, laboral o en otras áreas importantes de la vida. Nivel de
Suceso Pronóstico de
(in)adaptación
traumático futuro
previa
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tarios, como los dibujos, los muñecos consecuencias del hecho delictivo son
anatómicos, etc., sobre todo cuando el múltiples (p. ej., sufrir simultáneamente
niño es menor de 6 años. Asimismo, la un robo y una agresión sexual).
información proporcionada por otros
profesionales (pediatras, maestros, traba- IMPORTANTE
jadores sociales, etc.) puede ser de gran
ayuda en estas circunstancias70. Una de las expresiones de la
violencia familiar con más graves
6. A modo de conclusión consecuencias en la vida futura de
una víctima es la que se produce
Un campo fundamental de actua- durante su infancia de mano de sus
ción de los psicólogos forenses tiene que propios padres. […] El estado de in-
ver con la evaluación del daño psicológi- madurez y de dependencia familiar,
característico de un menor en proce-
co en las víctimas de sucesos traumáticos so de desarrollo, lo hace especialmen-
y, en particular, en las víctimas de delitos te vulnerable a la adversidad de la
violentos. Esta actividad se caracteriza violencia procedente del contexto de
por una gran responsabilidad, derivada seguridad y protección que se atri-
de la repercusión que tiene el informe buye y tiene asignada la familia.
pericial en la vida de las víctimas (p. ej.,
indemnizaciones económicas, credibili- Sin embargo, no todas las víctimas
dad del testimonio, asistencia psicológi- de un delito reaccionan igual ni padecen
ca, etc.) y también en la de los agresores. con posterioridad un trastorno psiquiá-
Los delitos violentos son sucesos trico. Por tanto, es labor —en ocasiones
negativos, vividos de forma brusca, que nada fácil— del psicólogo forense deli-
generan terror e indefensión, ponen en mitar el daño psíquico existente y deter-
peligro la integridad física o psicológica minar su procedencia, así como analizar
de una persona y, con frecuencia, dejan la veracidad del testimonio, tratando, en
a la víctima en tal situación emocional la medida de lo posible, de no victimizar
que es incapaz de afrontarla con sus secundariamente a esa persona.
recursos psicológicos habituales71. A su
En cualquier caso, es determinante
vez, el daño psicológico generado es más
en este ámbito que los psicólogos fo-
probable y suele ser mayor cuando las
renses tengan una experiencia clínica
amplia, recurran a diferentes fuentes de
70 Cfr. Cantón Duarte, José y María Rosario información, dispongan de distintos mé-
Cortés Arboleda, Guía para la evaluación
del abuso sexual infantil, Madrid: Pirámide, todos de evaluación (tanto cuestionarios
2000. y entrevistas como la observación directa
71 Vid. Echeburúa Odriozola, Amor Andrés de la conducta) validados en el contexto
y De Corral Gargallo, “Evaluación del
daño psicológico en víctimas de delitos vio- pericial y, por último, que tengan un
lentos”, art. cit. buen entrenamiento especializado en el
Penal Especial del mes Pedro J. Amor / Enrique Echeburúa / Miguel Á. Carrasco
Boletín Oficial del Estado (BOE), N.° 314 infantil en la provincia de Guipúzcoa”, en
(29-12-2007). Ley Orgánica 1/2004, de 28 Infancia y Aprendizaje, vol. 71, 1995, pp.
de diciembre, de Medidas de Protección Inte- 49-58.
gral contra la Violencia de Género. Decalmer, P., “Clinical presentation and
Campbell, A. y K. Browne, “Elder abuse and management”, en Decalmer, P. y F. Glen-
neglect”, en Woods, R. y L. Clare (eds.), denning (eds.), The mistreatment of elderly
Handbook of the clinical psychology of ageing, people, London: Sage Publications, 1997,
Chichester: John Wiley & Sons, 2008, pp. pp. 42-73.
311-322. Derogatis, L. R., The SCL-90-R. Manual I:
Campbell, J. C., “Health consequences of inti- Scoring, Administration, and Procedures for
mate partner violence”, en The Lancet, vol. the SCL-90, Baltimore: John Hopkins Uni-
359, 2002, pp. 1331-1336. versity, School of Medicine, 1977 (version
Cantón Duarte, José y María Rosario Cortés española, Madrid, Ediciones TEA, 2002).
Arboleda, Guía para la evaluación del abuso Dodge, K., G. Pettit y J. Bates, “Effects of
sexual infantil, Madrid: Pirámide, 2000. physical maltreatment on the development
Carrasco-Ortiz, M. A., J. F. Rodríguez- of peer relations”, en Developmental Psycho-
Testal y B. M. Hesse, “Problemas de pathology, vol. 6, 1994, pp. 43-55.
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