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Boersner, Demetrio, Relaciones Inernacionales de América Latina: breve historia.

Caracas: Editorial Nueva Sociedad, 1996.

En este trabajo, el Sr. Demetrio Boersner concentra el planteamiento principal sobre

su investigación histórica en las relaciones políticas y económicas de América Latina con el

resto de la comunidad internacional. Comienza el historiador describiendo lo que para él

fueron las primeras migraciones que se hicieron desde el continente asiático a través del

estrecho de Bering, y otras que probablemente se hicieran desde el Pacífico y otras regiones

de las cuales, por aparente falta de evidencia científica no especifica. Este tema de las

migraciones, junto al económico, el político y el constante tema de los conflictos bélicos,

complementan el marco investigativo en el que descansa el autor su obra. A través del texto

se pueden apreciar las indagaciones históricas que hace el autor en estos temas, sin hacer

comentarios ideológicos subjetivos que pudieran ser percibidos por el lector como un trabajo

de justificaciones o condenaciones históricas. De modo que Boersner, con un sentido de

análisis agudo interrelaciona los acontecimientos políticos y económicos entre los principales

imperios y sus respectivas colonias en el continente americano hasta el momento de la

revolución atlántica y sus consecuencias, y las nuevas composiciones geopolíticas y

económicas que se desarrollaron a partir desde entonces hasta la década del noventa del siglo

pasado. El autor entrelaza cada uno de estos temas para obtener de ellos convincentes teorías

históricas que ayudan a comprender muy bien los procesos. No se limita a la simple narración

de los sucesos, sino que los enfoca desde diferentes perspectivas geográficas según el interés

de las regiones implicadas.

El aspecto político del texto está basado en investigaciones hechas a través de gran

cantidad de libros especializados en los diferentes periodos históricos que el tema aborda. El

autor utiliza los procesos de desarrollo político de las regiones de América Latina,

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comenzando por las poblaciones indígenas en el periodo precolombino, para establecer una

comparación dialéctica. Con estas comparaciones se pueden entender los distintos niveles de

desarrollo político que experimentaron las sociedades indígenas que poblaron la región

central del continente y las que ocuparon la región andina. De igual modo, a través de las

expliciones del autor, se puede comprender el importante proceso hacia la civilización que

estas sociedades indígenas impulsaron, aunque no excento de conflictos, y el indispensable

factor que como uno de los primeros eslabones de la identidad americana conforman. En

términos económicos –aspecto intrínseco al político– elabora el autor la historia de estas

poblaciones desde su incipiente desarrollo hasta las conflictivas actividades económicas que

padecieron los países latinoamericanos durante el siglo XX. El tema de la migración el autor

lo aborda sólo como parte de la descripción de los orígenes del hombre americano en las

partes tempranas del texto. En cuanto a los conflictos bélicos, estos están presentes en el

trabajo, incluso en la evolución de las sociedades precolombinas. Luego, ya en los procesos

de conquista y colonización en manos de los imperios que conformaban la península Ibérica,

el tema comienza a ser factor indispensable para la comprensión de la organización política

que se va formando en los países latinoamericanos. Este aspecto militar enmarca la historia

de las relaciones entre americanos y europeos hasta 1830, y luego los conflictos son más bien

desarrollados entre las mismas repúblicas latinoamericanas en busca de los arreglos entre sus

propias fronteras políticas para beneficios económicos más allá de sus conflictos de identidad

entre indígenas y criollos. Los acuerdos y los tratados que estudia aquí el autor entre las

repúblicas y sus antiguos imperios van también en este sentido: la búsqueda de beneficios

económicos a través de acuerdos políticos. En estos aspectos contempla el historiador el

proceso de su investigación.

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La metodología utilizada por Boersner para tratar estos temas consiste en una

minuciosa investigación a través de textos especializados en historia económica y política de

la América Latina tanto en un contexto geográfico total, como en conjuntos de bloques

económicos, o como países independientes de relaciones políticas y económicas entre sí.

Estos conjuntos de bloques económicos son estudiados por el autor a través de los acuerdos

que llevaron a cabo las repúblicas americanas en los tratados que permitieron la evolución

económica de toda la region. Las relaciones políticas las analiza el autor, en primera

instancia, y con igual apoyo de fuentes que detallan en estos textos los temas por los cuales

se rige la investigación, desde los imperios europeos que por más de tres siglos dominaron la

mayor parte de toda la región, hasta la consolidación del imperio estadounidense y sus

políticas dictatoriales desde finales del siglo XIX. Los conflictos bélicos, que son estudiados

por el autor como un aspecto que surge predominantemente de las imposiciones políticas y

económicas que estos imperios impusieron a los países que hoy conforman toda la región,

también son estudiados como conflictos bélicos regionales entre naciones latinoamericanas

con especial énfasis en los países del sur del continente, pero desde unas perspectivas de

ámbito internacional. Varios de estos conflictos fueron la Guerra de la Triple Alianza, los

guerras entre Bolivia, Chile y Perú, los conflictos entre Bolivia y Paraguay por el acceso a

vías navegables de importancia comercial, los conflictos entre los países centroamericanos

por evitar la influencia del gobierno mexicano en sus territorios y las guerras revolucionarias

haitianas.

El autor organiza el texto, con un prólogo, la introducción y una bibliografía. Divide

el texto en once capítulos que a su vez están sub-divididos en una variedad de temas

organizados cronológicamente. En los primeros dos investiga, desde la época precolombina,

las relaciones internacionales de Latinoamérica, insertando esa relación a las potencias

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ibéricas y concluyendo ambos capítulos con el estudio de la formación, la independencia y

la consolidación de los Estados Unidos. El tercer capítulo lo dedica al proceso de

independencia de las colonias españolas y a la independencia de Haití, sin dejar de hacer un

análisis sobre la Doctrina Monroe. Los siguientes dos capítulos se encargan de hacer un

examen de la penetracion comercial de Inglaterra en las economías latinoamericanas y las

intervenciones norteamericanas en Centroamérica y el Caribe. Se comienza también a

analizar los primeros conflictos bélicos entre la repúblicas suramericanas que se disputaban

fronteras territoriales o los accesos a los océanos a ambos lados de la parte meridional del

continente, como también los tratados y los congresos latinoamericanos que comenzaron a

darle a la región el impulso económico que caracterizó el periodo que precedió al auge del

imperialismo estadounidense desde el Caribe al resto de Latinoamérica. El capítulo seis trata

el tema del imperialismo norteamericano y las resistencias en América Latina seguido por la

época de la “política del buen vecino”. De los capítulos del ocho al diez se estudian los

cambios constantes de ideologías políticas en los gobierno de Latinoamérica y la influencia

en estos cambios de la política estadounidense en el marco de la guerra fría. En el capítulo

final el autor discute los últimos quince años, a partir de 1980, de lo que fueron sus

perspectivas y análisis en cuanto a la proyección de sus teorías históricas sobre el porvenir

de AméricaLatina. En este conjunto de análisis el autor incorpora los acontecimientos más

relevantes de las postrimerías del siglo XX y de lo que le podría deparar en un futuro

inmediato. Se podría considerar esta última parte de este capítulo como la conclusión del

autor. El libro no tiene un apéndice, pues las tablas cronológicas que muy bien podrían ser

parte de éste las ubica al final de cada capítulo. Estas tablas cronológicas consisten de una

relación de datos que el autor acompaña con las fechas en que sucedieron como parte de un

repaso de lo que acaba de narrar en el capítulo que les precede. También al final de cada

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capítulo incluye el autor un resumen de éste. Este resumen también puede ser entendido como

una conclusión que el autor hace de lo que acaba de expresar.

Del modo en que está organizado el libro le facilita al lector la ubicación de estos

temas pues la cronología de los sucesos le permite utilizar su información

independientemente de cuál periodo le interese investigar. Esta organización permite también

escoger cualquiera de los temas o periodos que la investigación abarca para ser utilizados

como referencia para trabajos que ameriten ser más profundos en sus procesos de

recopilación de datos e información. La época que el texto abarca es amplia, razón por la

cual no le permite al historiador detenerse en acontecimientos importantes de épocas más

reducidas en periodos de tiempo. Esta característica, que causa la impresión de ser un trabajo

de investigación laxo, tampoco le permite al lector comprender mejor estos limitados

acontecimientos importantes de nuestra historia, ya sea por la ausencia de una mayor cantidad

de documentos o por la vaguedad metodológica de la investigación. Aún así, el libro tiene un

conjunto de datos documentados que fueron investigados en un periodo crucial de la historia

de América Latina. Estos espacios de tiempo sin investigación en los primeros siglos de

colonización no impiden que este libro tenga la importancia cualitativa que cualquier otro

buen trabajo de esta época pudiera tener. Consiente de la diversidad de temas que el autor

trabaja, es consecuente concluir que el enfoque de la investigación es interdisciplinario. No

sólo demuestra el conocimiento adquirido de lo que investigó, sino que igual lo presenta de

manera tal que le sirve a otro historiador como base de investigación para cualquiera de los

temas que el trabajo aborda.

El problema histórico que aborda el investigador consiste no sólo en un periodo de

tiempo amplio, sino también es amplio los temas que el trabajo abarca. Esto implica que la

investigación corra el riesgo de obviar acontecimientos que sean relevantes para la historia

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pero que el historiador así no lo amerita. De manera que se le puede adjudicar en este sentido

una característica desfavorable por el riesgo de la omisión de sucesos de significación

histórica, como lo fue por ejemplo la importancia de la región del Caribe para el gobierno

alemán durante la segunda guerra y las transformaciones geopolíticas, militares y económicas

que sus intenciones de invasión provocaron durante la guerra. Existe también el hecho de que

el conflicto de las Islas Malvinas, aunque es mencionado por el autor como un suceso de la

historia que Argentina comparte con Gran Bretaña, no lo explica con la envergadura que el

tema amerita siendo éste uno de los grandes problemas que le queda al pueblo de Argentina

resolver con un pasado no tan inmediato. La disputa entre Venezuela y Guyana, por una

porción del territorio que el primero reclama como suyo a Guyana, también es explicado por

el autor de modo que deja cuestionamientos que sólo pueden ofrecer confusiones sobre el

tema. Y para lo que sería a mi entender una omisión probablemente involuntaria del autor en

cuanto a la historia de Estados Unidos, que narra con exepcionalidad la anexion a éste de la

mayoría de los territorios que estaban relacionados a los imperios europeos, es la adquisición

del territorio de Alaska. Tomando en cuenta que se tomó un tiempo considerablemente

extenso para explicar la conquista de Cánada, me pareció prudente explicar aquí, por la

importancia económica que significa este estado para la consolidación hegemónica que sus

riquezas le proveyeron a la nación estadounidense a partir de 1867, el modo de como este

territorio fue adquirido de Rusia. El Secretario de Estado de Estados Unidos, William Seward

promovió la transacción con el zar ruso Alexander II por una cantidad de 7,2 millones de

dólares. Los enormes yacimientos de petróleo encontrados en el territorio a partir de la

segunda mitad del siglo XX fueron los que aceleraron el crecimiento de una economía

estadounidense que ya de por sí se vislumbraba con un crecimiento exponencial en los años

por venir. Aún así, son ejemplos estos casos de posibles temas de interés para cualquier lector

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que de la gran aportación bibliográfica que ofrece este texto se podrían obtener importantes

respuestas para entender cualquiera de los procesos históricos no trabajados por el

historiador.

Contrario a las excepciones del texto mencionadas en el párrafo anterior, me parece

oportuno destacar aquí los grandes sucesos históricos que el autor en él trabajó. Es

fundamental conocer el trasfondo histórico del modo en que Estados Unidos se apropió de la

franja donde se construiría el Canal de Panamá, para poder entender la importancia que el

Caribe representaría para sus pretensiones hegemónicas a lo largo de todo el siglo XX en la

región latinoamericana. Este factor es indispensable para la comprensión del proceso de

militarización que vivió el Caribe en el preludio de ambas guerras, pero con mayor intensidad

durante la segunda guerra. Los acuerdos asociados con la compra de los terrenos y los

tratados que se firmaron, que no condujeron a soluciones satisfactorias para la adquisición

de los mismos, y que más tarde el transcurso de los eventos provocaron un levantamiento

nacionalista apoyado con armas por el gobierno de los Estados Unidos para la consecución

del territorio necesario para la construcción del canal, es fundamental para el entendimiento

de la posición asumida por ese gobierno desde entonces. Este canal sirvió como una

herramienta económica y de conexión interoceánica que devengó al gobierno estadounidense

el control del vasto territorio del Pacífico y del Asia oriental, y todo el comercio que transitara

a través del océano Atlántico. Es relevante señalar que la historia del Canal de Panamá es

trabajada por el historiador desde la necesidad de encontrar un acceso más cerca para llegar

a las tierras de California en la época de la fiebre del oro a mediados del siglo 19, hasta las

primeras gestiones que se hicieran para que el gobierno estadounidense obtuviera los

adelantos que en el canal habían conseguido los empresarios franceses que habían fracasado

en sus intentos de culminar la construcción. Luego de construido el canal, y ya en la segunda

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etapa del siglo veinte, el historiador explica los sucesos que desembocan en la negociaciones

para el traspaso del canal a los panameños, hasta el acuerdo de la entrega entre el presidente

Jimmy Carter y el jefe de gobierno de Panamá, Omar Torrijos.

La Guerra Civil de Estados Unidos que se inició en 1861 y terminó en 1865, también

es un periodo significativo por el impulso económico que el dominio de los estados

industrializados del norte sobre los estados agrícolas del sur le dieron a Estados Unidos. A

partir de ese momento, la mirada hacia la región suramericana del continente constituía el

próximo paso para la expansión imperialista de la nación norteamericana. Es este el comienzo

de un proceso de relaciones más intensas entre la región latinoamericana y la angloamericana.

El historiador en este sentido brinda especial interés al distanciamiento del imperio británico

hacia sus antiguas ambiciones comerciales en América Latina para ceder un gran espacio de

esos intereses al gobierno estadounidense. Otro aspecto importante y muy bien explicado por

el historiador es la falsa creencia de que la Doctrina Moroe vino a resolver un asunto sobre

la respetabilidad de la soberanía de la naciones republicanas de América Latina en 1823. El

suceso es explicado por Demetrio Boersner como un asunto puramente diplomático en el que

los países que conformaban la Triple Alianza, es decir, “las potencias absolutistas dentro del

concierto europeo” fueron persuadidas por el gobierno de Inglaterra y no por la Doctrina

Monroe de los Estados Unidos para no intervenir en los territorios latinoamericanos. De este

modo concluyo con las observaciones más generales que he podido hacer sobre los aspectos

más relevantes y menos afortunados que he podido percibir a lo largo del texto, no sin antes

expresar las agradables impresiones que la investigación ejerció en mí.

Esta investigación ofrece una aportación indispensable para el conocimiento del

proceso histórico que hizo posible la enorme diversidad de razas, culturas, idiosincrasias y

demás componentes sociales que abarcan las naciones latinoamericanas y sus relaciones

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históricas con el resto del mundo. Salvo el aspecto religioso, el intercambio cultural y las

migraciones entre las naciones latinoamericanas y más allá de sus fronteras, como aspectos

de significativa importancia social, los temas de política, economía y conflictos bélicos, son

profundizados por el autor con una escritura diáfana y correcta que no permite la confusión

de ideas que expresa con una convicción clara. Si bien es cierto que en el libro están ausente

las notas al calce o al final del trabajo para la comprobación de la información histórica que

rige los fundamentos más preciso de esta investigación, la elaboración de la bibliografía

extensa y completa que está contenida al final del libro, contribuye de manera convincente

el modo más favorable en que se puede juzgar la obra. En la medida que el lector profundiza

en esta lectura y en la búsqueda de respuestas a conjeturas creadas por suposiciones de

estudios incompletos sobre los temas que esta obra abarca, se puede percibir cómo la relación

de ideas expresadas por el autor se complementan para demostrar la realidad de las

conflictivas relaciones internacionales de América Latina. Esto hace de la obra, a mi juicio,

muy original por el académico esfuerzo que hace el autor por no relacionar la inherente

subjetividad de cada historiador de no apartarse de sus convicciones ideológicas cuando se

emiten las pertinentes observaciones en los desenlaces consecuentes de los procesos

históricos. De igual modo es importante señalar que la obra también es útil como un marco

de referencia entre las relaciones políticas de los imperios europeos y los países del

continente americano que no fueron conquistados por los imperios de la península ibérica.

En este aspecto señalaré como ejemplo el proceso de colonización de los territorios que hoy

comprenden la república de Canadá y la de Estados Unidos. Estos procesos son importante

en la medida que se haga un acercamiento en las etapas tempranas en el periodo de

colonización y conquista. Por último, con este trabajo sobre la historia de las relaciones

internacionales de América Latina, Demetrio Boersner cumple con el objetivo fundamental

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de una investigación de esta naturaleza que es la de rebasar las expectativas de cualquier

interesado en el conocimiento más implícito, en este caso, de la historia latinoamericana de

los pasados siglos en temas sobre economía, política y conflicto militar.

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