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CLASE SOBRE “PROYECTO DE UNA PSICOLOGÍA PARA NEURÓLOGOS” DE

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SIGMUND FREUD

El “Proyecto parte de una concepción biológica según la cual todo organismo vivo
(y esto creo que está presente a lo largo de toda la obra de Freud), tiende a mantener la
menor cantidad de excitación interior compatible con la vida. Por lo tanto todo aumento de
cantidad de excitación, tenderá a volver a un nivel de cantidad constante que no es igual a
cero; es lo que después llamará principio de constancia.
En el “Proyecto…” se refiere también al principio de inercia, que es la tendencia a
descargar la cantidad de excitación hasta que sea igual a cero. El principio de inercia
correspondería a lo que en “Más allá del principio del placer” Freud va a considerar que es
la tendencia de todo organismo vivo a alcanzar una tensión vital igual a cero, o sea, a
volver a lo inorgánico.
El principio de constancia sería aquello que tiende a bajar la tensión a un nivel
mínimo compatible con la vida. Si aumenta la tensión, esa tensión tenderá a disminuir
hasta llegar a un nivel de cantidad constante. La fuente de excitación sería ante todo
interna y cuanto más complicado sea el organismo biológico, más excitaciones internas
tendrá que derivar al exterior o compensar. Estamos hablando de excitación interna
dentro de una cierta constancia, de un cierto medio adecuado a la vida del organismo.
Dice Freud que un organismo, para protegerse del exceso de estimulación proveniente
desde el exterior, se da a la fuga. Hay cantidades de estimulación provenientes del
exterior de las que no se puede fugar y que invaden al organismo y será lo que va a
constituir las situaciones traumáticas. Pero normalmente, no existiendo situaciones
traumáticas, uno puede procesar los estímulos habituales de la vida los a través de la
fuga del estímulo.
Frente a la excitación interna no es adecuada la fuga ya que ningún organismo
biológico puede escaparse de sí mismo, requiere de lo que Freud llama una acción
específica, una acción correspondiente a esta especie de tensión de necesidad que es lo
que en ese momento está incrementando el nivel de tensión del organismo. Cuanto más
complejo es el organismo, más complejas serán las acciones específicas requeridas para
satisfacer las tensiones de necesidad y ahí es donde se requiere la existencia del sistema
nervioso.

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En esta clase se incluyen diversos apuntes de clases y conferencias hasta el 2001.

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El sistema nervioso es un sistema que implica una cierta complejidad de
respuestas frente a la excitación interna, es el sistema que media entre estímulo y
respuesta, es un mediador tanto con los estímulos externos (a través de la reacción de
fuga) como con la excitación proveniente del interior y la respuesta a través de la acción
específica.
El aparato psíquico no es una parte más compleja, constitutiva del sistema
nervioso, el aparato psíquico es sistema nervioso. Es un presupuesto biológico que está
presente en toda la obra de Freud.
Freud no desarrolló el tema de la acción específica; no lo desarrolló, porque él se
mueve más en los niveles intermedios, en los niveles más de mediación entre estímulo y
respuesta, o sea en niveles que ocurren dentro del sistema nervioso. Se mueve más
dentro del nivel del aparato psíquico que está dentro del sistema nervioso, o sea se
mueve mucho más, a lo largo de su obra, dentro del nivel de la subjetividad. Moviéndose
en el nivel de la subjetividad, los extremos, tanto estímulo como respuesta, si bien no
quedan puestos de lado porque están presupuestos permanentemente, no son aquello
que Freud enfatiza. Freud enfatiza, quizá no tanto el nivel de la acción, aunque en la
realización de deseo esté implicando el nivel de la acción. No se si todos estamos de
acuerdo en este esquema del sistema nervioso, no se si Freud lo consideraría esencial
para que todo psicoanalista lo piense de esta manera; es una hipótesis biológica que no
se si todos necesariamente tendríamos que compartir, a mí me sirve, pero me parece que
Freud consideraba que todo psicoanalista debiera mantener esta hipótesis, entiendo que
podrían haber hipótesis alternativas, pero sí creo que subyace a toda la obra de Freud.
A su vez esto está ligado a otro concepto básico. En el “Proyecto…” Freud intenta
construir un esquema del aparato psíquico desde la organización del sistema nervioso, es
su último esfuerzo por lograrlo, un esfuerzo realmente notable en muchos sentidos, pero
obviamente los conocimientos del sistema nervioso no le resultaban suficientes para
poder dar cuenta del tipo de fenómenos que estaba investigando. Por ejemplo le es muy
difícil explicar el mecanismo de producción de los sueños, el mecanismo de producción de
actos fallidos, chistes, la neurosis misma, etc. Desde el conocimiento del sistema
nervioso, a partir del espacio neuronal pega un salto y él inventa ese espacio virtual que
es el esquema del Capítulo VII, el del peine, ya como primer intento de topografía
psíquica y no topografía anatómica. Es claro que es una construcción, no es una cosa en
sí misma, que Freud se arma para explicar y entender mejor los fenómenos que él quiere
explicar, independizándose de la organización del sistema nervioso. Creo que es

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importante tener en cuenta que esto no significa que esté haciendo un corte ontológico,
que esté diciendo que el sistema psíquico sea esencialmente diferente del fenómeno
neuronal. Creo que Freud sigue pensando que el fenómeno psíquico es algo que se da en
el sistema nervioso, pero que desde el punto de vista metodológico se nos hace imposible
estudiarlo desde la neurología, por lo cual hace un corte metodológico pero no ontológico,
no es otra cosa, es lo mismo pero de una manera que puede ser pensado con los
instrumentos de los que disponemos hoy en día.
Desde aquí Freud parte de dos componentes elementales del sistema nervioso:
neurona y cantidad. ¿Qué sentido tienen? La neurona va a ser el antecedente de lo que
posteriormente será la topografía psíquica, neurona es lo que se refiere al espacio.
Cantidad es aquella construcción o elemento (o cantidad de lo que fuera), que pone en
relación entre sí a los distintos elementos de los distintos lugares. La neurona sería el
antecedente de la topografía psíquica, la cantidad sería el antecedente de la dinámica
psíquica, presuponiendo una economía; es la base de las perspectivas metapsicológicas.
La importancia de la cantidad surge desde su concepción de la afasia, donde Freud decía,
a partir del estudio de las afasias, que no es que haya una zona particular que sea el
centro de la comprensión de la palabra, no hay una zona particular que sea el centro de
emisión de la palabra, de la comprensión, sino que la palabra es un fenómeno complejo,
no hay una relación directa entre el símbolo y el lugar. La aparición del símbolo requiere
de una relación entre lugares. ¿Cómo surge una palabra? Primero surge de relaciones
donde están las experiencias olfativas, térmicas, táctiles, acústicas, visuales, etc. A partir
de estas experiencias se va organizando un mundo; mundo que no se organiza a partir de
un solo órgano de los sentidos, sino que es el conjunto de los órganos de los sentidos el
que va organizando la concepción de mundo que va teniendo el chico. Por lo tanto son
sistemas de relaciones que van desde el centro olfativo al centro óptico, al centro
acústico, al centro motor y todo eso va formando una unidad. Freud dice que las primeras
formas de concepción tienen que ver con lo olfativo, óptico, término, etc. Llega un
momento en que aparece como dominante la vista, la cual permite integrar más los
objetos. A través de la vista uno tiene una aprehensión a distancia de los objetos, al ver el
propio cuerpo y al ver el otro cuerpo, integra las distintas sensaciones que surgen del
propio cuerpo, por lo tanto la vista es un elemento integrador fundamental en nuestra
concepción de mundo y es desde ahí desde donde se van a constituir lo que Freud va a
llamar las representaciones de cosa.

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Las representaciones de cosa son aquellas reproducciones de experiencias donde
predominantemente está jugando la vista, que es lo que va a predominar en los sueños,
por lo tanto uno diría que una regresión onírica no llegaría a los primeros niveles olfativos,
térmicos y táctiles, sino que sería una regresión al momento de organización visual. Llega
un momento de la organización donde también, a su vez, empieza a adquirir importancia
lo acústico, porque las personas que uno ve, emiten sonido, entonces el chico imita los
sonidos (después vamos a ver el tema de la imitación) y poco a poco la palabra va a
terminar siendo el factor integrador de todas las experiencias. Por eso para que funcione
el nivel simbólico tiene que estar actuando toda la corteza cerebral, no es una zona que
va a ser estimulada lo que va a determinar el nivel simbólico, sino que el nivel simbólico
presupone el funcionamiento de todo. Por lo tanto ahí ya está incluyendo el elemento de
excitación que es aquello que va a recorrer la superficie del cerebro poniendo en relación
las distintas zonas, por las cuales entran los diferentes órganos sensoriales. Obviamente
si la zona cerebral afectada va a ser por donde entra el nervio acústico va a predominar la
comprensión de la palabra escuchada. Si la zona afectada es por donde va a salir la
motricidad de la emisión de la palabra, va a haber una predominancia de la dificultad en la
emisión de la palabra.
El tema de la excitación es aquello que pone en relación los distintos lugares, por
lo tanto diría que la palabra no está en una zona sino entre las zonas. El elemento entre
las zonas es lo que va a predominar en el “Proyecto…”. En el “Proyecto…” la memoria no
va a ser aquello que esté en las neuronas, sino entre las neuronas, o sea en las barreras
de contacto, en el lugar donde se producen las facilitaciones. Va a decir Freud que la
memoria de cada uno son las diferencias de facilitaciones que se producen en cada
cerebro particular, cada persona ha recorrido un camino particular desde el estímulo a la
respuesta y ese camino particular dejando facilitaciones es lo que constituye la memoria
específica de cada sujeto. Pero aquí estamos dentro del tema de la memoria biológica, no
es memoria psicológica, es cómo se constituye la base biológica a partir de la cual se
constituye la memoria, que está dada por las facilitaciones y por las barreras de contacto,
es decir que está centrada en aquello que está “entre” las neuronas y no “en” las
neuronas en sí mismas.
Este esquema va a seguir siendo válido en el modelo del capítulo VII donde va a
decir que la imagen o el recuerdo, mejor dicho el deseo, no se produce “en” las huellas
mnémicas sino “entre” las huellas mnémicas y va a traer el modelo del microscopio o del
telescopio para decir donde se produce la imagen; la imagen no se produce en ninguno

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de las lentes en particular, sino es producto de la refracción de la luz a través de las lentes
que atraviesa.
Esa concepción del aparato psíquico como un nuevo nivel de organización en el
que no hay relación directa inmediata entre zona, entre una topografía anatómica, y un
fenómeno psíquico, creo que también está en la base de la obra de Freud; el psiquismo
se produce en otra escena. Es el modelo del sueño, que se produce en otra escena, es
decir que “otra escena” significa que no está en ninguno de los lugares particulares, sino
que tiene que ver con todos los lugares a través de los cuales transita esa excitación y
que genera un producto que es lo producido por todos los lugares por los que ha pasado
la excitación. En “Afasias” dice Freud que a partir de determinado momento se produce la
integración, y no es que la excitación pasa del nervio a la neurona y que a partir de la
neurona se produce la representación, sino que es en el momento en que se produce ese
movimiento a través de toda la corteza cerebral y a partir de ese momento queda
integrada la representación. La relación entre la excitación somática y el fenómeno
psíquico se produce a través de una relación concomitante dependiente, no deja de
funcionar el fenómeno psicológico y no deja de funcionar el fenómeno fisiológico, y a partir
de este momento se produce una interacción entre ambos niveles, no es que uno deja
lugar al otro, sino que uno está junto con el otro y a partir de uno y el otro se produce una
dialéctica, diría yo, entre ambos niveles, como niveles diferentes de organización que
pueden estar expresados en términos de lugares diferentes o espacios diferentes o
escenas diferentes. Creo que esto forma el substrato del pensamiento de Freud. Sería
interesante discutir esos substratos, cómo los piensa cada uno, cómo se va constituyendo
el fenómeno psíquico.
Freud plantea que el sistema nervioso está constituido por tres sistemas: el
sistema φ por donde entra el estímulo y por donde sale. Ψ es el lugar intermedio por
donde circula la excitación y que está constituido sobre todo por las barreras de contacto.
Las barreras de contacto hacen que la excitación no se descargue inmediatamente sino
que puede mantenerse dentro del sistema nervioso el principio de constancia, o sea
mantener dentro del sistema nervioso una cantidad mínima compatible con la vida, pero
constante, de excitación. Freud a veces, con Breuer, lo relaciona con la contracción tónica
de los músculos, que cuando no estamos moviéndonos, igual nuestros músculos tienen
una contracción básica que lo llama contracción tónica, a diferencia de lo que ocurre
cuando se produce liberación de energía que permite el movimiento . Digamos que
cuando uno se muere esa contracción tónica deja de existir y antes de la rigidez

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cadavérica se produce una relajación. Esa contracción tónica sería lo equivalente de lo
que correspondería al principio de constancia: cantidad mínima compatible con mantener
la tensión vital mínima dentro del organismo. El responsable de mantener la tensión vital
dentro del sistema nervioso es el sistema “psi”, con sus barreras de contacto, controlando
las vías que permiten regular la duración de la descarga; vale decir que es una vía de
protección frente a la invasión de estímulos, porque el organismo tiene que mantener su
propia homeostasis y dentro de la homeostasis, Freud dice que habría tres niveles de
defensa contra las excitaciones excesivas que lleguen al organismo.
Un primer nivel sería lo que Ludovico Rosenthal traduce como pantallas
teleneuronales o pantallas a distancia, que serían las protecciones exteriores, por ejemplo
la capa córnea de la piel, o el sistema óseo que protege el cerebro, que protegen contra
excesos de cantidad desde el exterior, o la piel misma. Esta es la primera pantalla para
mantener el principio de constancia y para que el principio de constancia no sea
perturbado.
Un segundo nivel de protección es el arco reflejo, aquel mecanismo por el cual
toda cantidad que entra se deriva directamente a través de la vía correspondiente; por
ejemplo a través de la médula espinal se descarga directamente, es una forma de
protección de cantidad.
El tercer nivel de protección, que es el que constituye el sistema nervioso, es
donde la cantidad va deviniendo cualidad y topografía, mejor dicho en complejidad. Se va
organizando una forma de protección ante la cantidad, es la organización. Con la
organización, por supuesto luego de cierto filtro de cantidad, ya se puede distribuir el resto
de cantidad que entró al organismo; distribución que luego permitirá, parte para retenerlo
y parte para expulsarlo, es lo que tiene que ver con el sistema φ . La función sería
transmitir directamente los estímulos desde el exterior hasta Ψ, pasando las pantallas de
protección. Freud supone que estando más en la periferia el sistema φ, por haber estado
más expuesto a estímulos, se han facilitado totalmente las barreras de contacto por la
cual deja pasar libremente la excitación, no hay obstáculos. Salvo las pantallas contra la
cantidad, los obstáculos o la formación de estructuras más complejas, devienen en Ψ. En
Ψ estaría la base biológica de la memoria ¿y dónde estaría la base biológica de la
conciencia? En un tercer sistema: Ω. El sistema Ω trabajando con cantidades intermedias,
ni demasiado grandes ni demasiado chicas, tiene la posibilidad de detectar las cualidades
de la excitación. Hasta ahora habló de cantidades, de pasaje de cantidades mayores o
menores determinando o no las facilitaciones o permanencia de las barreras de contacto.

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Tenía que inventar Freud un sistema que diera las condiciones para detectar las
cualidades psíquicas. Las cualidades ya no estaban dadas por las magnitudes sino por
una cualidad particular de la excitación que él llama período. No explica demasiado que
es un período, que uno puede suponer que es una especie de ritmo. Ese ritmo lo
encontramos después en la obra de Freud, después del año 1920, cuando ya se plantea
un más allá del principio del placer como algo que va más allá de la cualidad, donde
predomina la cantidad a partir de situaciones traumáticas. Lo cualitativo, que sería
principio de placer-displacer en el “Proyecto…”, serían las formas más elementales en las
cuales la cantidad es percibida como cualidad. La referencia directa de cantidad a
cualidad, es placer-displacer, la primera forma cualitativa como se percibe el incremento
de cantidad es el displacer. La primera forma como se percibe la disminución de cantidad,
es el placer. Entre el placer y el displacer, en el medio, hay una zona que es donde mejor
se perciben las cualidades. Cuando sentimos mucho placer o mucho displacer no
poseemos forma de distinguir la cualidad.
A Freud se le plantea el tema de cómo, en la excitación sexual, hay una especie
de excepción al tema de que todo aumento de tensión implica displacer. Dice: la tensión
sexual puede ser placentera ¿y cómo se da esto? En “Teoría sexual” da una explicación
que me parece muy válida, que es que el acto sexual se compone en distintos momentos
de cada uno de los instintos parciales, que van a constituir momentos previos que
culminan en la descarga genital. Hay un primer momento de ver el objeto, se produce una
descarga visual que es placentera pero que a su vez carga los sistemas musculares, por
ejemplo que tienden a ir a apropiarse del objeto, en ese momento hay un displacer hasta
apropiarse del objeto, pero en cuanto se apropia del objeto hay un placer; es decir que
interaccionan las distintas zonas erógenas, generando placer-displacer que hace que las
descargas parciales que se van produciendo sean placenteras aunque se vayan
produciendo tensiones en los distintos momentos previos al acto sexual. Es obvio que
cuando no hay perspectivas de descarga, la tensión sexual es displacentera. Es
placentera cuando tiene la perspectiva de la descarga, de lo contrario es displacentera.
Después de “Más allá del principio del placer” y de “El problema económico del
masoquismo” va a decir, al volver a preguntarse por qué el aumento de tensión puede
resultar placentero en el campo de la sexualidad, dirá que en realidad no son las
cantidades absolutas de incremento o de disminución de excitación lo que determina el
placer o el displacer respectivamente, sino los aumentos o disminuciones en la unidad de
tiempo, por lo tanto ya depende de un factor cualitativo que es la unidad de tiempo que va

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midiendo la forma de descarga o la forma de incremento de la excitación, introduciendo
nuevamente el factor temporal, que sería algo equivalente al período del “Proyecto…”. El
período es el factor temporal que luego va a incluir en todo lo que tenga que ver con lo
cualitativo. Lo cualitativo tiene que ver con la inclusión de un ritmo particular, de una forma
particular de incremento de tensión y de una forma particular de descarga.
Hasta ahora hablamos del substrato biológico sobre el que se instaura el
fenómeno psíquico. El aparato psíquico se origina a partir de la alucinación. Para Freud
este es un momento, no mítico sino especulativo, (se suele confundir especulación con
mito, pero Freud no habla de dioses, habla de conceptos que corresponden al nivel
especulativo, no al mítico). Uno no puede decir: “aquí el chico tuvo su primera
alucinación”, es algo que se va dando, Freud plantea especulativamente que luego de una
primera experiencia de satisfacción, un nuevo incremento de tensión dentro del organismo
presupone una interrelación entre tres elementos básicos: tensión de necesidad, que se
va a asociar a la percepción alucinatoria del objeto (la alucinación no tiene por que ser
visual, puede ser sentir el color, gusto, olor, tacto), y a su vez con los actos de descarga.
Esto lo detalla mejor en el “Proyecto…” que en el capítulo VII. Forman una primera
estructura asociativa, la tensión de necesidad que sería el factor económico, con la
percepción alucinatoria del objeto y los actos de descarga. El chico, cuando vuelve a
sentir la tensión de necesidad vuelve a percibir la alucinación del objeto (todavía no es
recuerdo) y realiza todos los actos de descarga correspondientes a la satisfacción.
En Freud, ¿qué es el instinto (trieb)?. A veces es la tensión de necesidad, otras
veces se refiere el trieb a la tensión de necesidad más la representación más el afecto. La
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tensión de necesidad es la parte económica, es lo que en otros textos llama trieb y llama
a la percepción alucinatoria del objeto más la descarga representante del trieb, esto va a
representar al trieb en el aparato psíquico, esto sería lo que en la Metapsicología llama
representante psíquico del instinto.
Al considerar el representante psíquico del instinto, propongo diferenciar (esto lo
digo yo, no lo dice Freud) dentro de la descarga, el sistema nervioso vegetativo (músculo
liso) y por otra parte los actos cerebroespinales (músculos estriados). Los músculos lisos
corresponden a los actos involuntarios, los que están más ligados a las emociones: vaso
dilatación, vasoconstricción, diarrea, constipación. Los actos voluntarios motrices van a
escapar al acto psíquico, van a ser la acción específica, no el represente psíquico.

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En el “Proyecto…” no habla de Trieb.

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Entonces la alucinación sería lo que a veces llama Freud el representante
representativo, y la descarga afectiva a través del músculo liso, sería el representante
afectivo del instinto. El acto cerebroespinal cancela el acto psíquico en la acción, cancela
la tensión de necesidad.
Freud plantea que la alucinación fracasa en función de la experiencia que va a
requerir la presencia del objeto. La experiencia sucesiva de frustración va a hacer que se
vaya inhibiendo la acción de descarga cuando la descarga se realiza en forma de
alucinaciones, o sea sin la presencia del objeto. Para inhibir esa descarga inventa un
nuevo mecanismo: el de las neuronas colaterales.
No solamente se producen facilitaciones cuando pasa la excitación, sino también
cuando hay una investidura en una neurona vecina. Por ejemplo, si hay una facilitación
entre una neurona y otra, y hay otra neurona investida, esta investidura puede
contrarrestar la acción de la facilitación entre una neurona y otra, por lo tanto las neuronas
colaterales pueden ser un factor de la inhibición de la descarga directa previa (Cf.
“Proyecto...”, Introducción del “Yo”). ¿Qué son las investiduras colaterales? Son las
sucesivas experiencias de satisfacción que irán marcando cuál es el camino, qué hay que
esperar hasta que se produzca la satisfacción real. Va a ser una nueva investidura
colateral la permitirá que la excitación pase de lo frustrante a lo desiderativo y ahí se
descargue. Son sistemas de investiduras colaterales que van a ir organizando, más allá
de las facilitaciones, el decurso de la excitación. Allí es donde se establecen, dice Freud,
los procesos secundarios. El sistema de investiduras colaterales es lo que constituye el
Yo. El yo es el que va a ser el mediador entre las tensiones de necesidad y el mundo
externo, es lo que después va a ser la capa cortical, la capa que va a recibir los estímulos
y a partir de la cual se van a ejercer las acciones.
Con esto (no lo dice en el “Proyecto…”) se va superando el principio del placer.
Freud los llama procesos primarios y secundarios, para afirmarse el principio de realidad.
Ahora bien, el principio de realidad exige a su vez la conciencia de la presencia de un
objeto. El yo tiene que distinguir si está en disposición de descarga de excitación, pero
primero tiene que distinguir si está o no el objeto, acá inventa un nuevo mecanismo, que
él llama “de atención refleja”.
Teníamos φ, que es por donde llegan y se descargan los estímulos, Ψ que recibe
estímulos, tanto los de adentro como los de afuera, (los estímulos internos serán los
instintos o pulsiones) y finalmente tenemos a Ω .

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Normalmente los estímulos llegan a ψ y de ψ pasan a Ω. Por lo tanto Ω está
protegido de cantidades para que llegue la cantidad adecuada para la percepción del
período; pero si ψ percibe el deseo, Ω debe distinguir si afuera existe el objeto o no.
¿Cómo distingue?
El sistema de atención refleja establece entre Ω y el mundo exterior una relación
directa. Si Ω registra la presencia del objeto emite descarga que circula a través de φ. ψ
tiene que tomar en cuenta la tensión de necesidad y además tiene que fijarse si le llegan
noticias del propio cuerpo, descargas del propio cuerpo provenientes de Ω, que le indican
la presencia del objeto. Por lo tanto hay un sistema de retroalimentación; ψ no sólo tiene
que preocuparse por la descarga de la tensión de necesidad, sino que además tiene que
establecer un sistema de investidurtas colaterales que permitan esperar, porque debe
prestar atención al objeto del mundo externo, sino también a las descargas provenientes
del interior del organismo. Si se registran descargas de Ω, ya se puede realizar la acción
específica; si no hay descargas Ω, no se puede realizar la acción específica. Por lo tanto,
el yo tiene que tener presente no sólo la presencia del objeto sino cómo el yo mismo está
codificando esta presencia o ausencia. En consecuencia, hay una necesidad por parte del
yo de percibir las propias codificaciones de presencia o ausencia del objeto, no es una
percepción pasiva, sino que es una percepción activa que va evaluando la realidad, va
judicando la realidad, va judicando si el objeto es real o es un objeto recordado.
¿De dónde sacó Freud el tema de la descarga refleja Ω? Yo creo que tenemos
una clave en “El block maravilloso”, donde plantea que la percepción no es una
percepción continua, la percepción es discontinua, es como si con la placa del block
maravilloso uno se conectara y desconectara con la percepción. Nuestra percepción
nunca es continua, siempre es discontinua. Incluso, en la experiencia nuestra, uno dice
que está prestando atención al paciente todo el tiempo; eso es imposible. Uno presta
atención y despresta atención. Es el conjunto de las cosas que uno junta, que va abriendo
hipótesis para decir lo que uno tenga que decir, pero siempre es en función de una
selección, de una muestra que uno va tomando. Cuando uno lee el material por segunda
vez o vuelve a leer un libro o a ver una película, va a tomar otras muestras y va a
permitirle a uno seleccionar nuevos elementos y conocer más profundamente el objeto a
conocer. Por lo tanto nuestra atención es siempre discontinua, siempre parcial. ¿Cómo
uno evalúa si el objeto es interior o exterior? La evaluación es a través de la acción de
fuga. Freud decía si frente a la fuga ante el objeto, el objeto desaparece, la percepción es
exterior, el objeto es externo. Si frente a la fuga el objeto sigue presente, el objeto es

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interno: es un recuerdo. Si me tapo los oídos y sigo escuchando una voz, me empiezo a
alarmar porque esa voz proviene de mí. Pensamos que al mirar estamos abriendo y
cerrando los ojos, que la pupila se abre y se cierra, que toda percepción fisiológicamente
es discontinua. Tenemos un sistema de descarga que nos permite evaluar si un objeto es
interior o exterior, una evaluación totalmente automática. Si nosotros en ese abrir y cerrar
de ojos, es decir discontinuidad de la percepción, la percepción es continua, evaluamos
que ese objeto no es real, es un objeto interior. Si la percepción es discontinua, el objeto
es real, está afuera
¿Qué pasaría en la alucinación psicótica, estaría fallando Ω o la descarga? Creo
que estaría fallando el yo que no puede evaluar este sistema de descarga automático que
todos tenemos, es decir que no hay suficientes investiduras colaterales que le permitan
hacer que el pasaje de excitación siga los caminos necesarios para demorar la acción
hasta poder evaluar y hacer el juicio de realidad que presupone discernir si algo es interno
o externo, que va a judicar si ese atributo que le damos es un atributo de continuidad o de
discontinuidad; creo que la falla está en el “Yo”. Podría ser también que haya fallas en el
sistema automático de atención refleja, no sé. Desde el punto de vista de nuestra labor
nos centraríamos más en el Yo, pero quizás haya otras fallas, ya sea en el sistema
nervioso o en el sistema de codificación, supuestamente en Ω.
La tercera parte del “Proyecto…” se refiere a la judicación. Freud, aunque no lo
diga en el “Proyecto…”, cuando se refiere a la judicación, presupone el juicio de realidad.
Si el chico está en estado de deseo y encuentra el pecho en la realidad, entonces se
alimenta, pero si encuentra el pecho con un atributo, por ejemplo el pecho está de
costado, no de frente, poco a poco aprende que para satisfacer su deseo el pezón tiene
que estar de frente, por lo tanto hace movimientos de cabeza, y con ayuda de la madre
seguramente, encuentra el pezón. Esos movimientos de cabeza buscando el pezón
constituyen el primer pensamiento. Para judicar hay que pasar de la identidad de
percepción a la identidad de pensamiento, o sea diferenciar el recuerdo de la percepción.
Cuando encuentra el recuerdo idéntico a la percepción, ahí ya no hace falta el juicio y la
acción específica puede ser realizada. Si el recuerdo es parcialmente idéntico a la
percepción, la parte idéntica es representación de cosa.
La parte diferente es el predicado o atributo. La tarea es hacer que el objeto en la
realidad sea idéntico al recuerdo y ése es el momento de la acción específica. La tarea,
por lo tanto, consiste en volver a transformar el complejo atributivo en la representación
original, pero al mismo tiempo, ya después de una experiencia ulterior donde a la cosa se

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le van agregando más atributos y se va enriqueciendo. Todo esto presupone ya el pasaje
de la identidad de percepción a la identidad de pensamiento, que lo que se está jugando
no sea una alucinación, sino una comparación entre el pensamiento y la percepción.
Obviamente en cada nueva experiencia va encontrando nuevos atributos que se van
transformando en cosas. Así se va constituyendo la representación de cosa. La
representación de cosa es toda aquella representación del mundo que en principio escapa
a la judicación; p.ej., sabemos que si nos tenemos que sentar, nos sentamos
directamente, digamos que toda nuestra representación del mundo está basada en
representaciones de cosa.
En la traducción de la editorial Amorrortu se hace una diferencia entre “cosas del
mundo” y “cosa” o algo por el estilo, porque Freud usa dos palabras diferentes en la
primera parte y en la última parte de su obra. En el “Proyecto…” para cosa usa la palabra
“Ding” que es el equivalente del inglés “thing”, que es cosa. En alemán existe la palabra
“Sache”, que también significa “cosa” y que la utiliza en “Lo inconciente”, creo que Lacan
establece una diferencia entre una y otra. En Hegel hay una diferencia entre una y otra,
pero para Freud son sinónimos, porque dentro del mundo de las cosas el niño empieza a
percibir atributos que son el lenguaje verbal, dentro del complejo del semejante del que
voy a hablar ahora. Pasar de un atributo a la cosa es porque la cosa es conocida
previamente, por lo tanto ya hay una referencia adonde tiene que volver, tiene que volver
al pecho de frente o tiene que volver a aquella cosa que hubiera deseado. En el caso del
pecho de frente o de perfil o en muchas otras situaciones, hay una referencia a la cual
volver porque yo encuentro en esta experiencia algo que es similar a mi experiencia
anterior, tengo que referirlo a mi experiencia anterior para poder entenderlo e incluir este
nuevo atributo dentro de mis sistemas de huellas mnémicas.
Hay cosas que el chico ve y no tienen que ver con algo que ha experimentado,
pero lógicamente para verlo tiene que verlo en un semejante. Yo puedo decirlo (Freud no
lo dice), el semejante ya es representación de cosa, por lo tanto es sobre lo conocido que
el chico se interesa para ver qué es eso. Supongamos que ve en un semejante un
movimiento que no entiende ¿cómo hace para referirlo a algo conocido? Lo primero que
hace es la imitación, con la imitación él tiene un marco de referencia con el cual si él hace
ese movimiento, él ya habrá hecho movimientos parecidos que le permiten darle un
sentido a este movimiento, será correcto o no, pero ya empieza a darle un significado. El
chico al mover el cuerpo lo refiere a un recuerdo determinado, el chico va llenando su
mundo de cosas con nuevos atributos, con nuevas imitaciones, la imitación es la base de

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la identificación, la identificación es imitación. Cuando uno dice de una persona: “no se
está identificando, está imitando solamente”, en realidad está volviendo al mecanismo
primitivo a partir del cual parte la identificación. Personas con un yo lábil tienden a imitar
porque vuelven a referir a mecanismos que son la base de la identificación; la
identificación es un cuerpo a cuerpo, es una imitación corporal. Con el lenguaje pasa eso,
el chico de repente dentro del complejo del semejante encuentra atributos raros, el
semejante emite sonidos, el chico lo imita al principio produciendo onomatopeyas porque
percibe que esos sonidos tienen importancia grande para manejar el mundo y ahí
empieza, dentro del complejo cosa, un nuevo atributo que es el atributo del lenguaje.
El yo se va constituyendo a partir de experiencias de satisfacción y de frustración,
pero también hay otro tipo de experiencias, son las dolorosas. El dolor lo vemos como
invasión de cantidad, como hecho biológico. El dolor se registra por la huella mnémica
hostil. Tenemos experiencias desiderativas y experiencias dolorosas. Así como el
estímulo de la huella desiderativa genera alucinación, el estímulo del resto de huella
mnémica hostil va a generar una descarga similar a aquella que se produjo en el
momento de la experiencia dolorosa, (el que se quemó con leche ve una vaca y llora)
pero, dice Freud, es antieconómico si no está el objeto ahí (¿por qué tengo que llorar si
veo la vaca?). Sin embargo se produce esto porque junto a la imagen mnemónica hostil, a
la neurona hostil, están ligadas otro tipo de neuronas secretoras que podrían ser un
antecedente de las hormonas. Estaría íntimamente ligada la neurona hostil con la neurona
secretora o neurona llave que produciría un exceso de excitación, un incremento de la
cantidad similar al que se produjo durante la invasión de cantidad de la experiencia
dolorosa.
La pregunta que se hace es: ¿cuáles son las condiciones económicas para que la
reacción ante el recuerdo del dolor sea idéntica a la reacción frente al dolor? La reacción
ante el dolor uno la entiende por el incremento de cantidad, pero, la reacción ante el
recuerdo del dolor, ¿de dónde saca la cantidad? La cantidad la tiene que sacar de la
conexión con la neurona llave, con las neuronas secretoras que provocan una descarga
de cantidad. Es la misma pregunta que Freud se va a hacer después cuando dice:
entendemos que el proceso de duelo sea tan doloroso, lo entendemos a nivel empático,
pero no lo entendemos a nivel económico, ¿por qué el proceso de duelo tiene que
producirse con tanto dolor desde el punto de vista cuantitativo? Frente a lo que la
experiencia va indicando, la sensación dolorosa pasa, la vida sigue y la sensación
dolorosa cede, entonces así como la experiencia de satisfacción se fue rodeando de

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experiencias de frustración que las fueron parando, aligerando, también la experiencia de
dolor se va rodeando de experiencias de desaparición del dolor (cuando a uno le duele
algo al principio se desespera, cuando ya empieza a pasar, empieza la experiencia de
que dado el dolor, después pasa, entonces, cuando el dolor reaparece,) no me desespero
como la primera vez.
Toda esta inhibición que se va produciendo hace que la descarga no vaya a la
neurona llave, (siempre tiene que pasar un poquito a la neurona llave para que haya señal
de alarma, porque si no hay señal de alarma no tenemos experiencia de dolor), por lo
tanto uno ve la vaca y no llora, por ahí toma distancia. Hay una cierta señal de alarma
para no repetir, se van creando investiduras colaterales que van inhibiendo el proceso de
descarga. También es, de esta manera, que el yo que se va constituyendo.
Para que haya una imagen mnémica hostil, ya se tiene que haber entrado al
principio de realidad, el organismo no tiene porqué acordarse de lo malo, por lo tanto para
que haya una huella mnémica hostil tiene que haber suficiente experiencia como para
recordar lo malo, y no sólo recordarlo, sino que cuando viene hay que dar la señal de
alarma para no repetir exactamente igual y para que no se produzca la misma descarga
que en el momento en que estaba expuesto al dolor.
Si en lugar de “imagen mnemónica hostil” decimos tendencia a la repetición de la
sensación dolorosa y a la necesidad de crear situaciones placenteras para inhibirlas,
estamos en lo que en “Más allá del principio del placer” se describe como que primero se
repite muchas veces la sensación dolorosa hasta que poco a poco se va aprendiendo que
la sensación dolorosa va siendo mitigada. Tenemos una repetición que va más allá del
principio del placer, la alucinación que representa la cesación del dolor va a ser la
repetición que corresponde al principio de placer y progresivamente con el principio de
realidad, se podrá generar una imagen mnemónica hostil, porque la realidad me indica
que tengo que acordarme también de lo displacentero.
Pero tanto en el “Proyecto” como en el capítulo 7 de la “Interpretación de los
sueños”, cuando Freud habla de la experiencia desiderativa y de la terrorífica, las ubica
casi en el mismo plano, pero para mí son dos experiencias diferentes. Uno es el dolor
como fenómeno más allá del psiquismo, otra cosa es la constitución del psiquismo, y otra
cosa es la percepción del dolor como hecho psíquico.
El más allá del principio del placer sería una repetición: “veo la vaca y lloro”, “veo
la vaca y lloro”…, tengo que repetir tantas veces hasta darme cuenta de que la vaca no
me quema. Previamente es importante inhibir la experiencia de dolor para poder entrar en

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el principio de placer y para poder desear y alucinar algo placentero, recién ahí se instala
el principio de placer- displacer. Todavía, como experiencia dolorosa, no puede llegar a
ser cualitativa, no llega a Ω como cualidad porque es demasiado intensa, para que llegue
a Ω con cualidad diferencial (p. ej., me duele la muela, diferente a me duele la barriga,
diferente a me duele perder a una persona querida). Todas estas diferencias presuponen
un funcionamiento de Ω y un funcionamiento de un yo que empieza a distinguir. En todos
los primeros niveles es dolor-dolor el que invade al aparato psíquico y no existen
diferencias cualitativas.

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