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Las ilustraciones de este número son

dibujos de Hugo Padeletti (Alcorta,


Santa Fe, 1928).

Directora
Revista de cultura

84
Beatriz Sarlo
Año XXIX • Número 84
Buenos Aires, abril de 2006 Subdirector
ISSN 0326-3061 / RNPI 159207 Adrián Gorelik

Sumario Consejo Editor


Raúl Beceyro
1 El juicio del siglo Jorge Dotti
2 Beatriz Sarlo, Conflictos y representaciones Rafael Filippelli
culturales Federico Monjeau
Ana Porrúa
8 Nora Catelli, El presente de la escritura. Sobre Oscar Terán
“La grande” de Juan José Saer Hugo Vezzetti
12 Rafael Filippelli, Rupturas y continuidades. A
propósito de “Godard” de Colin McCabe Diseño:
17 David Oubiña, Pier Paolo Pasolini: el pensamien- Estudio Vesc y Josefina Darriba
to corsario
21 Gonzalo Aguilar, Hélio Oiticica: la invención del Difusión y representación comercial:
espacio Darío Brenman
28 Pablo Francescutti, Las armas de destrucción
Distribución: Siglo XXI Argentina
masiva del Dr. Fu Manchú
33 Adrián Gorelik, Modelo para armar. Buenos Composición, armado e impresión:
Aires, de la crisis al boom Nuevo Offset, Viel 1444, Buenos Aires.
La revuelta de los suburbios en Francia
40 D. Béhar, J. Donzelot, F. Dubet, P. Genestier, M.-
C. Jaillet, C. Lelévrier, M. Oberti, Mezcla y
laicismo: las ciudades en crisis
45 Khalid Hamdani, Visibles para las discriminacio- Suscripción anual
Personal Institucional
nes, invisibles para la estadística Argentina 30 $ 60 $
46 Olivier Roy, ¿Intifada de los suburbios o motines Países limítrofes 20 U$S 40 U$S
de jóvenes desclasados? Resto del mundo 30 U$S 50 U$S

Punto de Vista recibe toda su


correspondencia, giros y cheques a nombre de
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El juicio del siglo

Algunas de las promesas al alcance evitarse es pensar estos cien años plebiscito y el ímpetu autoritario.
de la mano en 1910, fecha como curso de una decadencia Punto de Vista se propone pre-
arquetípica de la Argentina próspera, nacional, porque algunas amenazas sentar diversas perspectivas
no se cumplieron. Conquistas que se que se creyeron ciertas en el primer temáticas sobre los cien años que
creían consolidadas en 1960 se centenario se demostraron tan terminarán de transcurrir en el 2010.
desvanecieron: la inclusión social, la infundados como las esperanzas Cada uno de los sucesivos artículos
seguridad de un mercado de trabajo, excesivas: la Argentina, pese a buscará establecer una perspectiva
la ampliación de los derechos se cambios demográficos gigantescos, sobre ese arco de un siglo, señalar
bloquearon de modo implacable y, construyó una identidad más o sus fracasos y sus construcciones,
a partir de 1976, siniestro. Pese a menos compartida; la república, sus protagonistas y sus víctimas. En
algunas voces que advertían lo amenazada desde 1930, pudo 1910, Joaquín V. González publicó
contrario, la Argentina creyó, entre finalmente llegar al bicentenario; el uno de los grandes ensayos
1910 y 1950, que su destino era la peronismo, que quiso ser borrado de argentinos, sin duda un clásico. Nos
prosperidad general y el éxito; en la historia por sus enemigos, volvió apropiamos de su título: El juicio
cambio, termina el recorrido de con varios rostros: la guerrilla y la del siglo, para dar un nombre
estos cien años como un país Triple A, el nacionalismo común a la serie que comienza en
partido. Sin embargo, nada más desarrollista, el ultraliberalismo de este número y que tendrá fin en el
sencillo y equivocado que una mercado, la patria sindical y la 2010. Por lo menos en cuanto a su
visión nostálgica de algún momento patria contratista, el discurso programa, se trata de una apuesta
mítico del pasado. Si algo debe inaugural y la corrupción, el optimista.
Conflictos y representaciones culturales Primer artículo de la serie
“El juicio del siglo”
Beatriz Sarlo

2
Los cien años se cortan en segmentos en el presente un reflejo de lo sucedido brían un medio donde se independiza-
desiguales. La Argentina fue contem- en el pasado. No es mi caso: lo que está ban tanto de las élites sociales, porque
poránea de su época: la ampliación de en disputa puede parecer análogo pero encontraban en el mercado nuevos
la república en 1916; las primeras no lo es. Los sujetos enfrentados lectores, como del debate vanguardista
vanguardias en los años veinte y la tampoco son los mismos. Los hechos que los consideraba escritores medio-
modernización cultural de las décadas no se repitieron ni como tragedia ni cres o estéticamente reaccionarios.
siguientes, el protagonismo de la como farsa. Y si algo caracteriza con Hay que pensar estos cien años como
corporación militar desde 1930; el precisión estos cien años es que el país los de sucesivas rupturas en la relación
peronismo, populismo plebiscitario y cambió de modo radical. Por eso, jugar entre intelectuales y públicos; por lo
carismático, primero en su dimensión el juego de las comparaciones históricas tanto, redefinición de la función
social y política, luego en su giro hacia demuestra erudición e ingenio, pero intelectual en su dimensión imaginaria
la violencia y el terrorismo, finalmente también la creencia de que vivimos en (qué deben hacer los intelectuales, los
en su restauración neoliberal y su un teatro de fantasmas recurrentes. Lejos escritores, los artistas) y en sus
reconversión a un nacionalismo popu- de la repetición con variaciones y condiciones materiales (cuál es su
lista de nueva era; el arte político de los simetrías, en cien años se pasó del país origen, de qué viven, dónde escriben, a
años sesenta, en paralelo a los cambios de señores al de masas y esto basta para quién se subordinan, a quién temen, a
en las costumbres, la radicalización de preguntarse más por el cambio que por quién desafían). Del dandysmo al
las capas medias y la violencia revo- las recurrencias. profesionalismo, del periodismo
lucionaria; la dictadura militar de 1976, político al periodismo de masas, de las
culpable de crímenes que superaron 1. Se disuelve la idea de que los refinadas ediciones francesas de libros
cualquier otro crimen, y la aventura procesos culturales pueden ser argentinos a las ediciones de bolsillo
soberbia e ignorante de la invasión a las controlados por las élites. En 1910, mal impresas de los años treinta; de la
islas Malvinas, cuyos muertos hicieron los nacionalistas del primer centenario desconfianza ante las fuerzas del
posible la recuperación de la creyeron que sus palabras aún influían mercado a la adaptación funcional y,
democracia. Trataré de seguir un hilo de modo decisivo sobre una realidad finalmente, a los penosos episodios de
cultural que se cruza con estos hechos que ya no se ajustaba ni a sus rendición con todas las banderas.
del pasado. expectativas ni a sus deseos. Todavía Entender qué les estaba pasando a
Entre los dos centenarios, la mo- pensaban que la intervención de los los intelectuales fue difícil para ellos
dernidad argentina giró dos veces a lo letrados (si anclaban en políticas de mismos en el comienzo de los cien
largo de algunas líneas, de las que elijo: estado como la educación) podía años; hoy puede explicarlo un estu-
la prolongada batalla de los públicos; la competir con tendencias de la sociedad diante de la universidad, porque de esos
imposición y transformación de la que ya se insinuaban como indepen- cambios no se retrocedió. Por el con-
lengua; las modificaciones del concepto dientes e indómitas. Todavía pasaban trario, las ideologías de las últimas
de pueblo y de su representación cultural por alto que los protagonistas del mer- décadas contribuyeron tanto a sos-
y política. Considerarlas fundamentales cado cultural emergente no sólo iban a tenerlos como, de algún modo, a expli-
no responde a una voluntad de síntesis, modificar a las masas sino, en primer carlos. De una idea sencilla: No hay
porque conflictos de todo tipo muestran lugar, a ellos mismos. A algunos, como diarios sin intelectuales-políticos e
que esos procesos no despliegan Leopoldo Lugones, esto les resultaba intelectuales-periodistas que los escri-
avatares comparables, salvo para el ojo tan poco tolerable como comprensible. ban, se pasó a un reconocimiento de
de un historicista fanático que encuentre Otros, como Manuel Gálvez, descu- hecho: No hay intelectuales sin diarios
que los publiquen. representaciones sociales que, hasta en las parodias del Adán Buenosayres).
La idea de que los procesos cultu- 1930, no parecían irreversiblemente En ese momento, además, la lengua
rales pueden ser gobernados por las condenadas. nacional debe recortarse no sólo
élites hizo crisis cuando esas élites debie- La noción de “extranjero” fue una respecto de las malas lenguas de la
ron compartir con otros, recién llegados, clave para entender las primeras tres inmigración sino también de la norma
un espacio que respondía a las décadas del siglo XX. Más que des- que viene de España y que los escritores,
tendencias del mercado cultural aunque cribir un origen inmigratorio, buscado especialmente Borges, recusan. Se trata
éste todavía no lo gobernara por com- como política nacional desde el XIX, de un conflicto con varios pliegues: los
pleto. La aparición de un diario como designó a “la chusma” (para usar la nacionalistas del primer centenario no
Crítica y, pocos años más tarde, El expresión de Lugones) que aún no había son antiespañoles; los vanguardistas del
Mundo, no sólo descubrió un público sido construida como Pueblo, ni veinte, en cambio, sí. Pero ambos grupos
sino que le dio a los intelectuales la aceptado modelarse según la matriz que impugnan el “italiano”, el “cocoliche”,
oportunidad de una relación con lecto- le proponía la escuela, o (más vero- y su derivación orillera en el “malevo”.
res desconocidos. La idea misma de símilmente) no había tenido tiempo para La cuestión de la lengua extranjera
que fueran desconocidos era novedosa, ejercitarse en esa normalización ideal. se cierra en los cuarenta como conflicto
porque indicaba que, desde los años Sentir que la lengua estaba amenazada agudo, cuando justamente otros extran-
veinte, los intelectuales y su público ya implicó también el descubrimiento de jeros se hacen visibles: no ya el inmi-
no pertenecían invariablemente al que allí se escondía un peligro para “la grante europeo sino el migrante criollo. 3
mismo sector social; lo que había raza” y la cultura. La preocupación se desplaza entonces
sucedido con la literatura gauchesca y Es obvio que se experimenta una de la cultura a la política, y se ancla allí
el folletín criollista en el siglo XIX, se amenaza a la lengua cuando, por razo- con el primer peronismo. Formó parte,
repetía en una escala inédita. Pero ade- nes sociales, urbanas, políticas, se co- desde entonces, de las diversas repre-
más los letrados tradicionales tuvieron mienza a escuchar las voces de los sentaciones de lo popular, a las que me
la primera prueba de una subordinación inmigrantes y sus hijos. La amenaza es referiré más adelante. El gran cambio
a fuerzas que no controlaban del todo. de contaminación, porque replica, en lo consiste en que la lengua deja de ser un
La inquietud de los intelectuales simbólico, la contaminación de oríge- cuerpo vivo y en disputa para conver-
surge en un espacio cuyas reglas ya no nes nacionales y sociales: hay buena tirse en una causa que debe ser defendida
dictaban sólo las élites republicanas, extranjería y mala extranjería, que de- no ya frente a la inmigración europea
sino que también las discutían o cam- penden exclusivamente de la sino frente a las fuerzas del mercado y
biaban gentes que, en principio, no procedencia y de la condición social del los medios audiovisuales. Finalmente,
tenían necesidad de subordinarse a ellas extranjero. Para la élite, existe un en las últimas décadas se escucha el
porque se movían en la esfera de lo extranjero cosmopolita y fuente de lamento sobre la desaparición de la
público donde se iba imponiendo el civilización, y un extranjero cuya cultura “rica” lengua de la primera mitad del
mercado. La inquietud de los intelec- de origen no se adapta al patrón del siglo XX (aquella que antes se creyó en
tuales proviene de su nueva y ambigua cosmopolitismo y cuyo lugar en la peligro), a la que se piensa como lengua
autonomía. Independizados de la polí- república es el de la mano de obra. póstuma, como un patrimonio cuyo
tica y del estado, sus lazos materiales y Se fortalece entonces la creencia empobrecimiento es, salvo un milagro,
su dependencia de la esfera pública se fundacional de que la nación debe ser ineluctable y cuya defensa es un acto
hacen más fuertes. Al encontrar su impuesta en todos los frentes. Los juicios moral.
teatro, los intelectuales también en- sobre la contaminación de la lengua, la
cuentran objetos de aborrecimiento, de “mala” mezcla y la pérdida de 3. A la lengua se le propone una norma
crítica y de adulación. originalidad (en el sentido en que, y una institución: la escuela, donde
desbaratada una herencia, se pierde un las amenazas de dialectización negativa
2. Los intelectuales participaron en origen) provienen de un imaginario de chocaron contra una matriz a la vez
la guerra de los públicos y en la guerra peligro que creyó encontrar una sal- integradora y disciplinaria. En la escue-
de la lengua. En la primera se juega su vación en la defensa de las verdaderas la no sólo se aprende a escribir. También
poder simbólico. En la segunda, la cualidades que caracterizarían a los se aprende a pronunciar, esto es a
prueba de su influencia cultural. El argentinos. Desde el momento en que dominar una oralidad legítima, no la
destino de esas batallas no estuvo se empezó a escuchar en la esfera pública que supuestamente los maestros debían
definido desde un comienzo. Por el (no simplemente en la doméstica o en la enseñar sino la que efectivamente en-
contrario, los intelectuales pensaron que del trabajo) a quienes no hablaban como señaron. Por eso, la escala de lenguas
su influencia se mantendría aunque las élites, se experimenta una pérdida. “anormales” no es perceptible sólo para
hubieran cambiado las condiciones En las primeras décadas del siglo las élites de origen hispano-criollo. Todo
dentro de las que se había ejercido; XX, la lengua es parte de un mito el mundo siente y practica su diferencia.
también creyeron que la querella de la nacionalista, que tiene dos caras: la de En una aguafuerte, Roberto Arlt
lengua no se encaminaba hacia un los nacionalistas del primer centenario (portador él mismo de un apellido que
desenlace inevitable, entre otras razones y la de los vanguardistas de los años califica de impronunciable) describe la
porque se enfrentaron, antes que nada, veinte (que se puede reconocer todavía lengua gutural, primitiva, animalesca,
de los inmigrantes sirio-libaneses, que medios de comunicación, la pereza, la La convicción de que la lengua fue
necesitan del cuerpo y de los gestos indigencia imaginativa, el descuido. Del mejor en el pasado que en el presente, se
para significar. Cuando la alfabetización castellano italianizado al teveñol, la diferencia de las posiciones tomadas en
se universaliza en las ciudades, la defensa de la lengua, que ya no puede el debate anterior sobre cómo debe ser
oralidad sigue estigmatizando la entregarse a la escuela y al normalismo, la lengua nacional. Los peligros vienen
diferencia social. se convierte en un alegato elegíaco y ya de lugares distintos. En la primera mitad
En la primera mitad de estos cien no son los escritores quienes presentan de los cien años, la extranjería era el
años, la escuela ganó su batalla y aque- el conflicto. A diferencia de las agente deformador. En la segunda mitad,
lla eficacia es hoy irrepetible, porque se vanguardias de la década del veinte, la y sobre todo en las últimas décadas, se
reconoce que ninguna batalla cultural cuestión de una lengua argentina no responsabiliza a los medios de
puede ser ganada solamente en el preocupa a los escritores, para quienes comunicación del empobrecimiento.
escenario de las instituciones educa- los clivajes lingüísticos son una materia Aunque la escuela es postulada como
tivas. Entonces la lengua de esa primera polifónica de la escritura. Preocupa, en parte de una solución, se piensa, al
mitad del siglo XX pasa a ser un modelo cambio, a las “voces de la opinión mismo tiempo, que no está en
respecto del cual se ha retrocedido, una pública”, publicistas, periodistas, algu- condiciones de hacerse cargo de esa
lengua a la defensiva, que ha sido nos intelectuales que se ofrecen como responsabilidad. En su estado de actual
asediada y finalmente vencida por los paladines de una causa. decrepitud, la escuela pierde, si se
4 comparan sus posibilidades con las de
cien años atrás. La batalla de la lengua
es mediática.
Desde fines del siglo XIX, la escue-
la produjo el público de los medios de
comunicación escritos que, hasta los
años cuarenta, fueron hegemónicos
respecto de la radio y el cine. Fue esa
institución estatal, pública, gratuita y
universal (para hombres y mujeres:
primer caso en América Latina) la que
le ofreció a la industria cultural los
lectores que debían previamente domi-
nar habilidades que no se adquieren sin
un entrenamiento continuado e intenso.
En un círculo virtuoso que no volvió a
repetirse, la industria cultural no com-
petía con la escuela sino que estabi-
lizaba las capacidades adquiridas allí.
Aunque algunos intelectuales despre-
ciaron lo que los medios escritos ofre-
cían (condenaron, por ejemplo, las
novelas de folletín, los magazines o los
periódicos populares), muchos trabaja-
ron precisamente en esos espacios donde
se formaron escritores de nuevo tipo.
La industria cultural necesitaba de la
cultura letrada. No era un barco
navegando solitario, prepotente y auto-
abastecido.

4. El gran quiebre son las primeras


emisiones de radio a fines de los años
treinta. Pero en ese momento nadie se
dio cuenta y la imaginación futurista
rindió el tributo del nuevo medio a la
cultura de los cultos, como si las
inaugurales transmisiones desde el
Teatro Coliseo hubieran sido un gesto
de resistencia ante el potencial masivo
del medio. Diez años después, la radio
ya había establecido una cultura propia han dado cuenta de que cada formato domingo ha puesto en imagen de modo
original, con sus estrellas y sus géneros. dura tan poco como cualquier otra moda obsecuente. A pocos se les ocurriría
Veinte años después, la primera televi- y creen, en cambio, encontrar en cada resistirse a una foto con Maradona: la
sión repitió fugazmente el mismo gesto uno de ellos una clave) hasta los igualación cultural y lingüística es un
que la radio. Treinta años después, ya melodramas de la televisión-realidad y dato en un país que, en sentido
había alcanzado una cultura autónoma. sus espontáneas estrellas fugaces perfectamente inverso, ha soportado,
Con el auge de la televisión, por exhibidas como piezas de una en el mismo período, un proceso san-
primera vez en estos cien años, una ménagerie. La televisión es fácil de griento de diferenciación económica.
dimensión cultural es juzgada y se juzga aprender y, en consecuencia, su público Pensar que la oligarquía argentina tenía
a sí misma independiente de la cultura percibe que con muy pocas destrezas la cultura de Victoria Ocampo es una
escrita. A diferencia del público de los culturales está en condiciones de trabajar equivocación que extiende sobre esa
medios masivos impresos, la televisión con y frente a la cámara. Así el espacio clase la excepcionalidad de aquella
crea su público sin necesitar de otras televisivo se convierte en espacio intelectual. Pero pensar que la nueva
instituciones. A ser público de tele- expresivo y, por supuesto, en posibilidad burguesía, al tiempo que amasó su
visión se aprende mirando televisión, y de representarse y sentirse imaginaria- fortuna, realizó una acumulación
eso garantiza la orgullosa, insolente, mente reconocido. Incluye, por otra cultural equivalente a la de sus riquezas
autonomía del medio respecto de otras parte, todas las innovaciones morales, implica adjudicarle un refinamiento que
formas discursivas y especialmente res- cumpliendo un papel secularizador y le es ajeno. El catálogo de la arqui- 5
pecto de las formas cultas. La televisión relativista. tectura de los country-clubs ejemplifica
no sólo es más poderosa porque el Es, por otra parte, un instrumento de la vulgaridad estéticamente reacciona-
capitalismo es más fuerte que el estado, la internacionalización cultural, aunque ria que alimentan las grandes fortunas
y el mercado, más fuerte que los otros mejor considerar con distancia cuida- nuevas.
participantes de la esfera pública. Es dosa los lugares comunes sobre
autónoma en la dimensión simbólica, globalización, porque los gustos masi- 5. ¿Cómo se representa una Nación
porque presenta un mundo retórica- vos en música popular y los ídolos en el discurso? La batalla de la lengua
mente más persuasivo, narrativamente audiovisuales son mayoritariamente del primer tercio del siglo tuvo un interés
más interesante, socialmente más inclu- argentinos, lo cual, evidentemente, no absorbente porque implicó a las van-
sivo. Su horripilancia tiene que ver con mejora a nadie. Pero indica los puntos guardias, que se plantearon el problema
todo esto: completa todos los espacios, de anclaje territorial de las represen- de la representación discursiva de “lo
desaloja, unifica, homogeiniza y se taciones culturales. argentino”. En primer lugar Borges y
extiende. Nunca hubo algo tan despre- Como detalle interesante de este Güiraldes buscaron en direcciones dife-
ciado y tan victorioso. desenlace, en los últimos veinte años la rentes: Borges, con el criollismo estéti-
Con el establecimiento de un públi- cultura de los escritores y de los artistas co, la invención de una zona literaria:
co totalmente audiovisual, termina la es por primera vez una cultura que, en las orillas, a las que atribuye una forma
batalla por los públicos de estos cien los años de infancia, fue audiovisual. de la lengua y de la tonalidad; Güiral-
años. En el medio, una particularidad: Pese a cualquier historia de iniciación des, con la estetización del criollismo,
la desaparición de formas culturales que alguien pueda armar alrededor del una manera de disponer y escribir los
populares independientes de los medios Libro, fue la televisión el medio en el contenidos de la literatura, atento a las
de comunicación. Todo lo que sucede que crecieron los escritores y los artistas innovaciones menos radicales tanto
en el mundo antes llamado popular tiene de las últimas dos décadas. Se formaron, como a la figuración de una última edad
una conexión visible con la dimensión primero o principalmente, como público de oro pampeana.
audiovisual. No hay un secreto de lo de la televisión. Su memoria cultural es En los años veinte y treinta, la repre-
“popular” que no hayan conocido mediática, cinematográfica y deportiva sentación realista y naturalista es
Olmedo, Amadori, Romay o Tinelli. tanto o más fuertemente que letrada o sometida a una crítica radical. En las
Después de la unificación del terri- museográfica. El cambio es fundamental orillas entre la ciudad y el campo, Borges
torio nacional, la incorporación forzada si se piensa que no afecta sólo a escritores radica una mitología del pasado
de las etnias, su despojo y conversión y artistas sino a todos los que nacieron argentino que desborda sobre el presen-
en residuo, la incuria asesina que muchas desde mediados de los años sesenta. te. Interviene en el conflicto ideológico
veces provocó su liquidación física, la Con algunas raras excepciones: Sergio sobre los temas y la lengua del arte y al
supervivencia de los mundos pretéritos, Chejfec, por ejemplo, cuya literatura hacerlo define exclusiones: ni el inmi-
campesinos o indígenas resulta una rara solitaria es independiente de los grante y su mezcla cultural, ni la tenta-
excepción. La mezcla audiovisual captó discursos mediáticos. ción costumbrista. El color local tocó
las dinámicas populares, les dio forma Las élites sociales y económicas, su confín en Carriego; lo extranjero no
y las devolvió a sus públicos, a los que naturalmente, comparten este suelo deberá ser un factor exterior sino un
persuadió de que allí estaba, completa, simbólico. Se han vuelto culturalmente sistema de relaciones internas con la
su propia representación: desde las plebeyas. Los últimos treinta años son cultura europea, que Borges rearma por
caricaturas del reality-show (que ocu- los de la mezcla que el periodismo de completo.
pan a los analistas de medios que no se revista ilustrada y suplemento de Arlt recorre el camino inverso:
mezcla lenguas y saberes bajos del Borges deja de ser juzgado cosmopolita grandes categorías que se discutieron
mundo popular, sus supersticiones y y su máquina literaria es una revelación hasta hace medio siglo, se ausentaron
creencias; representa la ciudad que es y de la Argentina. Respecto de Arlt se los grandes sujetos colectivos (nación,
la que será poco después; trabaja en el desvanece la condescendencia que clases, etc.) y se prescinde de pactos
paisaje inestable de una cultura a la vez admitía una potencia narrativa limitada imaginarios o prácticos entre artistas y
moderna e insegura. Entre Borges y por sus capacidades de narrador. En lo sociedad. Hoy los acuerdos de público
Arlt se establecen los términos de un que se creyó un límite se descubre la son gestionados no por la estética o la
enfrentamiento sobre lo que debe ser la fuerza de una invención colocada no ideología sino por el mercado, que a
literatura en la Argentina. Durante fuera de las innovaciones de la vanguar- muchos les ofrece no sólo lectores sino
décadas, por lo menos hasta los años dia sino como pieza central de lo que la también un estilo y un tipo de ficción.
cincuenta, uno excluye al otro. modernidad de la industria cultural y el Salvo excepciones que llaman la aten-
El gran cambio es cuando los escri- periodismo trajeron a la ficción. ción por una persistencia que tiene tanto
tores ya no los piensan como mutua- Hoy la literatura argentina escribe de solidez moral como de arcaísmo, el
mente excluyentes. Entonces, después en una pluralidad social y regional, último gran episodio de arte político fue
de cincuenta años, la inclusión de Borges mediática, de mercado y experimental. contemporáneo a la radicalización de
y de Arlt en un mismo sistema indica Desde Puig, leído a la luz de Bajtin, el los sesenta y setenta.
que se ha producido una inflexión problema de la representación queda
6 6. ¿Qué es el Pueblo y quién lo repre-
senta? Durante cien años, la cuestión a
resolver fue su representación política
no simplemente como hecho institu-
cional sino como hecho de discurso y
de cultura. Se exploraron y se experi-
mentaron desde formas más o menos
republicanas (la ampliación de la ciuda-
danía por la extensión del voto primero
a todos los hombres, luego a las muje-
res) hasta modalidades plebiscitarias
características de lo que, desde lo años
treinta, se denominó democracia de
masas para oponerla a la democracia de
los ciudadanos.
La modernidad argentina fue pri-
mero, hasta 1930, democrático-repu-
blicana, y el Pueblo fue lo que las élites
modernizadoras y poco más tarde el
radicalismo definieron como cuerpo
estética: lo que estaba social y anulado por la respuesta de que lo que el electoral de ciudadanos, cuya repre-
artísticamente separado en los años arte representa son los lenguajes y sus sentación universal masculina se alcan-
veinte, aparece integrado en un panteón mecanismos: los géneros, los discursos, zó, en la ley escrita, poco después del
literario común. La resistencia susci- los dialectos sociales. El debate de la primer centenario. Desde 1940, el
tada por Borges en la cultura de izquier- representación ha sido cancelado: todo Pueblo se redefinió en los términos de
da pasa a formar parte del pasado. es literariamente representable, de todo una oposición cultural e ideológica
Igualmente, la idea de Arlt como “escri- discurso puede escribirse una mimesis. (pueblo versus oligarquía) cuya repre-
tor malo” es criticada y abandonada por De la representación se ha dicho o que sentación fue populista plebiscitaria y
completo. Borges y Arlt son clásicos, es imposible o que es tan ilimitada tuvo al peronismo como espejo. En los
una figura bifronte del siglo XX para como la producción social de discursos. años sesenta y setenta, el nacionalismo
los escritores posteriores a los años Juan José Saer, en un camino de origi- antimperialista surgido de la radicali-
sesenta. nalidad extrema, frente a la represen- zación de cristianos y peronistas definió
Lo que ha sucedido es un doble tación experimentó el pesimismo de lo al pueblo como sujeto y objeto de la
reconocimiento que parecía imposible: que ya no es posible y la tensión estética lucha política y de la violencia guerri-
por un lado, Borges es la pieza central de lo que todavía se intenta por caminos llera. La militancia formó junto al
que permite leer simultáneamente lo que la representación clásica no había pueblo, en lugar del pueblo, luchó con
argentino en relación con las literaturas conocido. el pueblo y para el pueblo. Hoy, final-
occidentales, precisamente porque su En los cien años se recorrió un mente, la categoría aparece bajo la
preocupación ha sido el carácter repre- itinerario que va de la crítica al realismo modalidad populista mediatizada y ha
sentativo de la lengua literaria en un hasta la defensa estética de los diversos perdido especificidad política. La
país de rasgos nacionales en formación. hiperrealismos. Se disolvieron las “gente” o la “sociedad” no es el pueblo;
los “pobres” sí lo son. De todos modos, años sesenta y setenta, marca proba- trabaja con las potencialidades y promesas
la legitimidad democrática restaurada blemente el de mayor intensidad políti- del tiempo real. Ofrece una solución
en 1983 necesita de un sujeto-pueblo, ca de los usos de la historia (basta leer imaginaria a conflictos que se resuelven,
aunque sus contenidos ideológicos y la interpretación con que los Monto- si pueden resolverse, en el curso tedioso,
políticos sean mínimos. neros creyeron oportuno acompañar el formalista y a menudo incomprensible
La violencia de los golpes militares asesinato de Aramburu) y también el de de los plazos institucionales. A la
quebró este arco varias veces y pudo mayor centralidad de la idea de Pueblo irresponsabilidad, la incompetencia o
conducirlo a una crisis definitiva. Sin como noción cultural y pivote de la corrupción de la política, la televisión
embargo, y contra toda predicción consignas y programas. opone su magia de la completa inme-
plausible, los cien años tienen, en su En síntesis: el proceso tiene al pero- diatez y muestra a quienes, en las últimas
comienzo y en su final, los dos períodos nismo como clave de bóveda y recorre dos décadas, optan por la presencia
más extensos de gobiernos constitu- tres vías: electoral, en el comienzo de directa en la escena pública como forma
cionales. Dicho esto, la cuestión de la los cien años; social, en las décadas de lucha pero también, y fundamental-
representación los atravesó de punta a marcadas por el primer gobierno de mente, como consecuencia de la
punta, primero potenciada por las Perón; revolucionaria en la traducción desconfianza hacia toda mediación
proscripciones y luego contradicto- radicalizada del peronismo en los política.
riamente irresuelta por el voto, porque sesenta y setenta.
el ganador no siempre fue considerado Estos cien años no dieron lugar a 7. Argentina en estos cien años 7
el representante de una mayoría política una representación de la izquierda, que atravesó dos modernidades. La
ideal y las intervenciones militares encaró sucesivas aventuras frustradas: primera, basada en la expansión
convirtieron esta deficiencia en su se acopló a la radicalización, que generó electoral, la industria periodística y
justificativo. la estrategia violenta de los setenta; o editorial, la asimilación del inmigrante
El enigma de la representación del mantuvo incólume, por la vía refor- y la represión de sus culturas y lenguas
Pueblo intrigó a los intelectuales parti- mista, una marginalidad arcaizante que de origen, la “normalización” de los
cularmente. Grandes corrientes de la no estaba anunciada como destino en el criollos, los indios y los mestizos, la
historia como el revisionismo, además comienzo del siglo XX. No existe hoy urbanización. La segunda sostenida por
de una reivindicación ideológica de las una identidad política de izquierda que la extensión de derechos sociales, la
tendencias que resultaron derrotadas en supere sectores sociales muy redefinición de la democracia, las
el siglo XIX, construyeron una alianza restringidos. intervenciones militares y el desarrollo
(no sin antecedentes europeos) entre Las palabras de la política, la de- de la industria cultural.
Pueblo y Nación. Quizás mejor sería finición de los significados y la asig- Después del golpe de estado de
decir Nación irredenta y Pueblo some- nación de los lugares simbólicos del 1976 y la transición democrática, en-
tido. Su vocabulario permutó valores y campo político fueron operaciones tramos en un tercer capítulo: hegemo-
significaciones: patria, caudillo, mon- donde el peronismo demostró una mo- nía audiovisual, debilidad de la repre-
tonera, gaucho, litoral y provincias, vilidad y potencia semántica inigua- sentación política e institucional, dos
ciudad-puerto, centralismo y federalis- ladas, tomando en préstamo temas de rasgos también atribuidos a la pos-
mo, colonia, barbarie, invirtieron o la izquierda, de la derecha, del fascis- modernidad en Occidente. En estos cien
transformaron sus valencias. La batalla mo, del nacionalismo revolucionario, años, de ser un país que prometía inte-
revisionista comenzó en los años treinta del nacionalismo tradicional, del social- gración creciente, la Argentina se desin-
y, en los cincuenta, ya había dicho todo cristianismo, etc. etc. De las dictaduras tegró y exacerbó cortes sociales que
lo que tenía para decir. Sin embargo, su militares no han quedado rastros en el contradicen todas las predicciones de
verdadera impregnación como ideología vocabulario político, lo que señala su la primera mitad del siglo, cuando los
de masas culmina mucho después por profundo fracaso de adoctrinamiento rasgos en cuya estabilidad se confiaba
dos caminos: es la historia espontánea que tampoco era predecible cuando el eran pleno empleo, alfabetización,
de la radicalización de los sesenta y golpe de 1976 pareció que se adueñaba ascenso social, universalización de
setenta; es la forma espontánea de la por mucho tiempo de la Argentina. derechos.
divulgación histórica mediática de la La persistencia del problema de la El centenario encuentra a la
última década, una narración simple y representación de lo político en un léxico Argentina muy lejos de dos destinos
monocausal perfectamente afín con la probablemente siga siendo fundamental imaginarios: ser como Europa (incluso
digestión mediática de las cuestiones en los próximos años. La crisis de los en los años ochenta se soñó que había
públicas. partidos es una crisis de lenguaje y toda un posible pacto de la Moncloa para la
Por supuesto: entre los revisionistas crisis de lenguaje es una crisis de la transición democrática), hacer la
del treinta y cuarenta y los discursos capacidad representativa. La televisión Revolución (sobre todo desde que Cuba
difundidos por la industria audiovisual tomó el lugar de esa representación. Si demostró que su camino pasaba por
hay una curva descendente. Pero acom- la representación política está llena de América). Uno de esos destinos caducó
pañada por una expansión muy fuerte fisuras, la representación televisiva en todo el planeta; el otro demostró que
en los nuevos públicos de masas. El parece plena. Frente al tiempo prolongado los límites materiales son más fuertes
punto medio de esa curva, entre los de las instituciones políticas, la televisión que los programas y los deseos.
El presente de la escritura
Sobre “La grande” de Juan José Saer

Nora Catelli

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puede interpretársela desde el ángulo
de las operaciones que gobernaban la
obra anterior. Lo inacabado no es sólo
un dato de este texto sino que era parte
de una estética que se definía por la
variación; en cada texto esa frase
unitaria, inmediatamente reconocible,
era utilizada para un principio
constructivo inédito. La grande fue la
última torsión del proyecto de Saer o,
como hubiese dicho María Teresa
Gramuglio, fue la última manera de
innovación inesperada de ciertas
constantes constructivas que él ensayaba
en cada texto como recurso para
proseguir la búsqueda. ¿Cómo prosiguió
Saer, en este caso, la búsqueda? Hay
que detenerse en las primeras reseñas
aparecidas desde Buenos Aires y
Madrid para tratar de responder
tentativamente esta pregunta.
En octubre de 2005 señaló Beatriz
Sarlo: “El tempo de La grande es lento,
1. Una ecuación las mútiples facetas analógicas de casi majestuoso. Los acontecimientos
esa mediación clásica entre creación suceden de manera extensa, durante
La ecuación de Saer siempre fue –rememoración– y obra –escritura–. páginas y páginas. Toda narración se
proustiana: rememorar para escribir. Por eso puede hablarse de la obra de sostiene sobre la elipsis, sobre la
Su sustrato era el trabajo del recuerdo Saer; y por las mismas razones puede supresión de lo que habría ocurrido
que la escritura parecía exhibir, aunque decirse que Saer se pensaba como entre un episodio y otro. [...] Saer
en realidad mostrase únicamente el artista, término arduo de sostener en construye la peripecia para que nos
resultado. Éste, al fijarse, abolía el la segunda mitad del siglo XX. sea posible captar el tiempo y sentirlo
movimiento previo –psíquico, filosófico En La grande la ecuación se en su densidad viscosa, así como su
o personal– y lo sustituía por una invierte: Saer no parece rememorar contradictorio fluir”. Para Sarlo La
retórica reconocible y peculiar de la para escribir, sino haber escrito para grande, en la que “todo es incompleto,
frase, concebida como unidad de estilo rememorar. Más que al resultado, aquí y, sin embargo, perfecto”, es una
y hasta cierto punto ligada al modo en asistimos al mecanismo que se pone novela de la ausencia de resignación
que Walter Benjamin describió En en marcha; asistimos a la pulsión. Por ante esa “pulsión que nunca rinde un
busca del tiempo perdido: el mundo eso, además de por la evidente sentido pleno”.
en estado de semejanza. La narración ausencia del último capítulo, La Un mes más tarde, en Página 12,
–novela, poesía, cuento– desplegaba grande es una novela inacabada y no Carlos Gamerro observó que en La
grande se combinan el tiempo del
individuo (“lineal, arbitrario e irrecupe-
rable, en el cual todo desaparece y se
pierde para siempre; tiempo de
tragedia, en fin”) y el tiempo de la
especie y de la naturaleza (“cíclico,
natural, en el que todo vuelve trans-
formado; tiempo de comedia, en fin”).
En BazarAmericano Miguel Dalma-
roni advirtió: “Pero no sólo los vacíos
colmados a medias dibujan esa
incompleta ficción de completud.
También lo hacen la espiral del
argumento y un impulso más general
del relato por el que las voces de la
narración y de los personajes se reúnen
y se contentan, casi al unísono, en una
apacible composición con el mundo 9
que lleva al sosiego, intensamente
conciliatoria incluso en sus momentos
más irónicos: feliz”.
Por fin, en Insula Jorge Monteleone
señaló que había que “explorar el
último texto de Saer en un vínculo
cierto con la existencia” y observó,
matizando quizá indirectamente la
observación de Miguel Dalmaroni
respecto de la “incompleta ficción de
completud”, que La grande es “tan
autosuficiente y tan poco tributaria de
la concatenación causalista de la
trama” que el final del capítulo 6, con
la escena en que la silueta de un alma
en pena que se levanta entre los árboles
y sobre la bruma resulta ser una bolsa
de plástico del supermercado, y la
solitaria frase del capítulo 7 (“Río
abajo– Con la lluvia, llegó el otoño, y
con el otoño, el tiempo del vino”)
producen “un raro efecto de completud”. No hay ninguna otra novela de Saer manera de Brooks, supone asistir al
Y concluye: “La escritura de La grande que produzca tal sensación de asistir modo en que el texto actúa no sólo
es literalmente una agonía literaria en al presente de la escritura, de estar ante sobre la obra anterior de Saer sino
el sentido etimológico del término: una el acto de la creación más que ante el también –tal vez sea esta la torsión
lucha, una pelea, menos contra la objeto que de ésta resulta. Esta nueva– sobre la materia del recuerdo.
muerte que contra el tiempo”.1 ferocidad de lo pulsional no destilado Es decir, observando la actividad
Ausencia de resignación ante esa sino arrojado a la escena hace pensar misma de rememorar no sólo en la
pulsión que no entrega su sentido en la propuesta de Cleanth Brooks, uno posición autobiográfica sino en el cruce
(Sarlo); tiempo de la especie y de la de los New Critics norteamericanos, tenso con las ficcciones anteriores. Saer
naturaleza (Gamerro); apacible que sugería leer la poesía como si parece aquí rememorar a partir de dos
composición feliz (Dalmaroni); vínculo fuese un drama, como si el conflicto clases de materiales: el primero es su
cierto con la existencia y raro efecto formal fuese la propia tragedia del
de completud (Monteleone); es evidente poema, canalizada por las voces
–personificaciones– que lo encarnan. 1. Cito de: Beatriz Sarlo, “El tiempo inagotable”,
que la lectura que todos comparten, a La Nación, Buenos Aires, 2-10-2005; Carlos
pesar incluso de lo agónico, testimonia Gamerro, “Una semana en la vida”, Radar/
una fuerte impresión de realidad Libros, Página 12, 27-11-2005; Miguel
palpable y en proceso, de totalidad 2. A la manera de un teatro Dalmaroni, “La vuelta incompleta (una pintura),
www.bazaramericano.com; Jorge Monteleone,
evocada y vivida en la evocación cuya “Lo póstumo: Juan José Saer y La grande”,
mediación –no su fin– es la escritura. Leer La grande dramáticamente, a la Ínsula 711, Madrid, marzo de 2006.
propio derrotero personal; el segundo ciudad. Piensa que le debe eso a Leonor corren paralelos a celebraciones
es su propia obra, leída con una y está dispuesto a pagar hasta el fin esa canónicas.
cercanía que la transforma casi en deuda infinita: te dan setenta años para Saer siempre utilizó seriamente la
experiencia vivida. que vivas unas horas, unos minutos, y tradición literaria, desde la inicial
después no hay nada más que hacer
El material primero es palpablemente, veneración por Raymond Chandler u
con el resto; es tiempo gastado en
visible, facetado en múltiples personajes vano”.3
Oscar Wilde hasta el soldado viejo y
y edades, en la irrupción de los retratos el soldado joven ante los muros de
de familia, la infancia y la pubertad, Troya, la poesía clásica castellana,
la iniciación sexual, el detallado Después de la epifanía viene la Sófocles, o la delicadísima manipulación
recuento de encuentros amorosos y caída –La grande es una novela de la del procedimiento narrativo de El
quizá también en la compasiva caída aunque también de la redención. banquete platónico en Glosa. Durante
contemplación de la decadencia, que Por eso asistimos al impalpable pago una conferencia –en Barcelona en
surge como referencia inmediata pero de esa “deuda infinita”, que Gutiérrez 2002– un estudiante le preguntó cómo
que esconde un juego de alusiones –y el texto– cumplen, a través de la se le había ocurrido el dispositivo de
literarias enteramente clásico. El mirada de Nula, cuando Leonor vuelve Glosa y le contestó: “en realidad, se
material segundo –la propia obra– es treinta años después: lo tomé prestado a Platón”. La irónica
la reaparición de Gutiérrez, que observación mostraba, a pesar de su
“Nula se asombra otra vez de la
10 emerge, como ya han señalado otros carácter casual, la lucidez crítica y
críticos, desde “Tango del viudo” fragilidad que emana el cuerpo de anticonvencional con que Saer usaba
Leonor, sus bracitos y piernas, flacos y
(1957) y tal vez también, al menos en la los clásicos: como reserva de recursos
renegridos por el sol y por las lámparas
reviviscencia ritual, aunque sin nombre, de broncear, el rostro estragado, como narrativos infinitamente dinámica. En
desde “Algo se aproxima”, último cuento probablemente también los pechos y las El banquete, Apolodoro se encuentra
del mismo volumen, En la zona (1960).2 nalgas, por cirugías tan inútiles como con Glaucón, según van subiendo a la
Un ejemplo insuperable de tal cruce repetidas, el pelo teñido de un tinte ciudad desde el puerto, y le pide que
de materiales está en la figura rojizo, el labio superior inflado por una le cuente cómo ha sido el banquete
adelgazada y atónita de Leonor. Ella inyección de silicona; los dedos recién celebrado y cuáles fueron los
es el motor del amor de Gutiérrez el esqueléticos y casi negros están discursos sobre el amor de Alcibíades,
retornado; es citada a lo largo de la cubiertos de anillos, las muñecas de Sócrates y el resto. Pero Glaucón le
pulseras y varios collares de fantasía
novela y está en el centro de las tres dice no sólo que él no estuvo allí sino
intentan disimular las arrugas
generaciones de La Grande. Aún más. recalcitrantes del cuello. Y sin embargo, que el banquete se celebró hace mucho
Será al final el motivo, casi paródica- a pesar de esa impresión de fragilidad, tiempo, aunque podrá recomponer,
mente stilnovista, de la epifanía del Leonor se desplaza con pasos ágiles, a partir de las versiones que conoce
recuerdo en la penúltima jornada, “El como indiferente a lo que la rodea...”.4 –también indirectas– lo que sabe de
colibrí”: tan señalada ocasión. Y caminando
Imposible no pensar en la Vita hacia la ciudad tiene lugar el relato;
“‘¡Los dos primeros sin sacarla!’, nuova “Ella si va, sentendosi laudare” Glosa despliega magistralmente el
piensa Gutiérrez en el momento de al leer: “se desplaza con pasos ágiles, movimiento, el paseo, y la doble
despertar, aunque han pasado más de como indiferente a lo que la rodea...” inestabilidad –tanto en lo indirecto de
treinta años desde aquel amanecer de las versiones como en la poca fiabilidad
verano, tan semejante a este en el que temporal– que le ofrecía El banquete.
acaba de abrir los ojos, cuando durmió Lo mismo sucedía con los
por primera y única vez con Leonor 3. El cuervo
barrenderos de la Place Vendôme en
desnuda a su lado, porque todas las
otras veces que se vieron fue siempre “Traoré”, un cuento extraordinario de
Esta leve incrustación dantesca permite Lugar (2000), donde se alegoriza el
a la tarde, la parte del día propicia al
subrayar otra de las formas de mecanismo universal de la narración a
adulterio. Pero no hay orgullo viril ni
jactancia en su pensamiento, sino dramatización de La grande: la patente través del relato –indirecto, de un
alegría incrédula, fervor retrospectivo, veneración de la gran tradición, que aquí barrendero al otro– de una guerra arcaica.
gratitud. A partir de aquel domingo sufre un giro inesperado y enérgico. El cuento termina con un movimiento de
ardiente y lejano, un poco irreal Aparentemente esta veneración constituye elevación, de iluminación, de revelación;
también a causa del calor excesivo, de el mecanismo imaginario de la extensa de epifanía antilírica:
la multiplicidad de sensaciones hasta sátira del precisionismo, que tendemos
entonces desconocidas para él, de la a vincular con la recurrente fascinación “Aun si el silencio del otro, que dura
falta de sueño y del cansancio, hasta saeriana por los fastos falsos de glorias desde hace unos pocos segundos,
este amanecer apacible de abril, casi
poéticas provincianas, que, como
tan caluroso como el otro, Gutiérrez
suelen observar sus críticos, a nadie 2. Incluido en Juan José Saer, Cuentos completos
está convencido de que su vida empezó (1957-2000), Seix Barral, Buenos Aires, 2001.
esa noche, y terminó unas semanas más divertían tanto como a él; de ellas 3. Juan José Saer, La grande, Seix Barral,
tarde, cuando tomó el colectivo de había hecho ya el núcleo de Lo Buenos Aires, 2005, pág. 379.
Buenos Aires y desapareció de la imborrable. Pero esos fastos falsos 4. La grande, p. 393.
significa que ha concluido, flota entre regalo para su hermana de Santa Fe, literaria. No sólo es un recurso –después
ellos, todavía, una especie de indecisión, elegido por la amante de Tomatis en de todo, la parodia es estrictamente un
de incertidumbre, de antítesis comple- Rosario y un alfajor de los que dan en recurso verbal hasta cierto punto
mentaria que, en lugar de separarlos, los colectivos que hacen el trayecto especular– sino un proceso de
parece haberlos transformado en una
entre Rosario y Santa Fe. Y al lado simbolización, lo cual supone la
pareja antagónica pero de la cual ninguno
de los miembros podría existir del alfajor, el librito de Hujalvo, regalo aspiración a una clave motivada y a la
separadamente. O tal vez no sea para de Pichón Garay, con el tema recurrente vez inmanente. El cuervo de Saer va
nada así, y habría que ahondar mucho de la mariposa –cuya importancia ha por completo a contracorriente de la
tiempo prara llegar a saber algo de señalado Monteleone. Por último, la fuente elegida y de su organización
ellos. Una sola cosa es segura; la Place carta de Pichón que acompañaba el retórica, como ejerciendo una violencia
Vêndome, con su ministerio y sus envío y allí inserta “una vaga parodia visible y desmontando la idea de
negocios de lujo, sus diamantes, sus de La Fontaine”: parodia. No extrae una enseñanza o la
grandes marcas internacionales, sus invierte, sino que se niega a la inversión
dividendos bursátiles, y sus millonarios
Maître corbeau là-haut perché/ rien misma. Al aludir a la fábula para
de antigua y fresca data no tiene, para
los dos hombres inmóviles que no de bon n’annonçait,/ ni d´ailleurs, rien anularla la carta de Pichón Garay dibuja
logran cruzar la mirada, más valor y de mauvais./ Il se tenait là-haut, neutre un símbolo que permite imaginar de
sobre todo más existencia que un et muet./ Aucun présage ne l´habitait./ qué modo ensayó aquí Saer aquel
11

montoncito inadvertido de inmundicia Aussi exterieur que l´arbre, le soleil, procedimiento de innovación constante
en las junturas del empedrado. la fôret/ Et aussi privé de sens que de que describiera, respecto del conjunto
Cualquiera de los dos podría de pronto secret: / forme noir sans raison de su obra, María Teresa Gramuglio.
inclinarse distraídamente y, empujándolo repetée/ tache d´encre dans le vide Esta “forma negra sin razón
con dos o tres movimientos suaves de la imprimée./ Maître corbeau là-haut
repetida” logra así la metáfora más
escoba, recogerlo en la palita de metal y perché.6
después, pensando ya en otra cosa, acabada para La grande. Metáfora
volcarlo en el tarro de la basura”.5 que es, al mismo tiempo, un emblema
En realidad el cuervo de La grande
–mezcla heráldica de imagen y palabra
de Pichón Garay no conserva casi nada
(“mancha de tinta impresa en el vacío”)–
Tras todas estas brillantes manipu- de la fábula, en la que el pájaro es
de Saer escribiendo para rememorar.
laciones ¿qué agrega La grande al engañado por la astuta zorra. Saer
Quizá ese “Maître corbeau là-haut
tratamiento de la gran tradición? ¿Cuál suprime, de hecho, la presencia del
perché” sea la figura enigmática y
es su giro? Hay más de uno, y muchas interlocutor que, al halagarla, obliga a
vigilante, aterradora e inanimada, de esa
de sus claves han aparecido ya en los ceder su alimento al ave. El cuervo de
pulsión dramatizada que gobierna el
críticos que han escrito sobre la novela. Saer no es ave de presagios, ni de
diseño de La grande y que obliga, más
Cabe mencionar una especialmente diálogos, sino terca existencia ominosa,
que a leer, a contemplar el texto mientras
elocuente, casi al final de la novela: el que no anuncia nada, ni bueno ni malo,
trabaja hacia “lo neutro y lo mudo”,
contenido del portafolio de Tomatis. “neutro y mudo”. Es una cosa, “tan
hacia la muerte.
El portafolio constituye una suerte exterior como el árbol, el sol y el
de alegoría saeriana de sí mismo –como bosque”, “tan privada de sentido como
el soneto mallarmeano. Contiene una de secreto”; una “mancha de tinta
carpeta malva con un fragmento sobre impresa en el vacío”.
el precisionismo, un artículo de La Esta “vaga parodia” trastorna los
región con una foto de los miembros mecanismos que Saer había utilizado 5. Cuentos completos, pp. 41-42.
del movimiento en La giralda, un siempre en su relación con la tradición 6. La grande, pp. 358-359.
Rupturas y continuidades
A propósito de “Godard” de Colin McCabe

Rafael Filippelli

12
rechace decididamente los nuevos
condicionamientos estéticos porque,
lejos de prometer un nuevo clasicismo,
simplemente imponen sus estereotipos.
Con el escueto título de Godard,1
Colin McCabe publicó recientemente
una biografía del cineasta que acaba de
cumplir 75 años. McCabe ha escrito
sobre Godard en varias oportunidades,
es su amigo y, sin duda, uno de los
críticos que mejor conocen su obra.
Esta magnífica biografía del director
que, seguramente junto a Orson Welles,
ha despertado más vocaciones por el
cine, ofrece la posibilidad de volver a
pensar algunas cuestiones, incluso en
discusión con las ideas de McCabe.

¿Períodos?

Excepto un primer capítulo dedicado a


los orígenes familiares, el resto del libro
Colin McCabe tiene razón cuando que vemos sea la imagen de una realidad sigue la división que el propio Godard
afirma que pocos años después de 1975, situada delante de la cámara. hiciera en Godard par Godard, la
cuando se estrenó Tiburón, entre los Precisamente en ese momento co- peculiar suma de textos sobre sí mismo
efectos del film de Spielberg se cuenta mienzan a filmar los discípulos de Bazin. y el cine. Así, McCabe convierte “Les
la desaparición de la crítica anulada por A partir de 1963, reflexiona McCabe, el années Cahiers” en “André Bazin y los
los avisos de propaganda de películas pensador clave para Godard ya no podía Cahiers du cinéma”; “Les années
por la televisión. Entonces moría no ser Bazin sino Brecht, “pues es quien Karina” en “La nueva ola de Karina y
sólo el pensamiento sino también el trata de conjugar el círculo de moder- de Coutard”; “Les années Mao” en “La
cine baziniano. nidad y popularidad ligando a una trans- revolución estudiantil”; y “Les années
Para McCabe “la original postura formación política el creciente recono- quatre-vingt”, “Entre ciel et terre” y
baziniana había resuelto los problemas cimiento de la forma y el actual descenso “Mémoire” en “La trastienda: Anne-
de la modernidad hallando la genuina de la audiencia”. No es casual entonces Marie Mieville y Rolle”. Sin ánimo de
presencia del arte en la gran forma que, a diferencia de Truffaut, que trató cuestionar la periodización, que a los
popular del cine”. En verdad, lo fun- de conseguir que su pequeña empresa efectos biográficos es aceptable, su
damental de la ontología baziniana fue fuera viable, Godard, a partir del 68,
reducida a lo imposible cuando desa- decida abandonar los circuitos tradi- 1. Colin McCabe, Godard, Barcelona, Seix Barral,
pareció la seguridad de que la imagen cionales de exhibición y distribución y 2005.
insistencia da por resultado que McCabe asociación con Anne-Marie Mieville; y sobre todo, sugerir que las llamadas
enfatiza excesivamente las rupturas y finalmente al actual período carac- rupturas del segundo período son per-
desvíos, en detrimento de la continuidad terizado por la angustia ante la declina- manentes modificaciones de rasgos
ideológica y estética. De esta manera se ción del cine, se lo podría llamar “uno anteriores.
corre el riesgo de pensar que, sin contra todos”.
contaminarse entre sí, Godard tuvo un Y, sin embargo las cosas no cam-
período anárquico romántico, otro biarían demasiado, porque sería posible ¿Recurrencias?
brechtiano, uno político y finalmente seguir pensando su obra a partir de
uno reflexivo, sin tener en cuenta que continuidades.2 A pesar de la tajante Otro exploración de la continuidad:
estas líneas, si bien tuvieron diferente división que propone la crítica, los relacionar pares de películas, en las que
peso, siempre estuvieron presentes. trabajos de Godard posteriores a 1980 Godard hizo un ejercicio de variación.
La obra de Godard está marcada por mantienen una relación de coherencia Sin aliento y Made in Usa, separadas
sucesivas rupturas pero, a diferencia de con los años sesenta. Cuando el propio por siete años, se instalan en lo que el
otros cineastas que trabajaron todo el Godard designa a Sauve qui peut (la propio Godard llama “la ficción de
tiempo en una sola dirección, Godard vie) (1980) como un segundo comienzo, Alicia en el país de las maravillas”,
busca, vacila y se desvía siempre. Para está indicando esta relación entre derivada del género policial americano,
poner un solo ejemplo, McCabe se períodos. Su trabajo alrededor de los que alterna realidad, códigos y estereo-
equivoca cuando afirma que Made in signos de la vida moderna, la búsqueda tipos (además de la referencia explícita 13
Usa (1966) fue el último intento de de lo discontinuo y lo fragmentario, son al gran ícono: Bogart). Estas dos pelí-
utilizar las formas narrativas del cine de constantes formales e ideológicas que culas, y también Pierrot le fou y Band à
Hollywood, porque pasa por alto que tienden un puente entre los distintos part, se distancian de modo progresivo
desde Sin aliento (1959) el cine de Godard momentos de una obra. Y, por supuesto, e ineluctable del modelo de Hollywood.
cuestiona las formas del découpage Brecht siempre. Por el otro lado, El soldadito y Dos o
americano y prescinde de casi todos los Claro está que no todo ocurre del tres cosas que sé de ella, la segunda
procedimientos de la gramática mismo modo en una filmografía tan película de Godard y la última del primer
hollywoodense. Así, desde el comienzo, vasta. El propio Godard dijo a media- período respectivamente, también
lo permanente fue el rechazo del plano- dos de los ochenta que Sauve qui peut separadas por siete años, tienen rasgos
contraplano, el artificio que pretende un (la vie), Passion, Carmen y Je vous más “realistas” y presentan problemas
dominio de todo el espacio y de los salue Marie son cuatro recorridos por que no son suscitados por la estética del
sujetos que lo ocupan. la misma escalera, mientras que sus cine sino por cuestiones sociales y
Como dice David Oubiña, hay una films anteriores a 1968 son recorridos políticas que interesan a Godard como
“máquina Godard” que persiste en los por diferentes escaleras. Podría agre- intelectual. A propósito de la guerra de
distintos períodos de su obra, que po- garse que el primer período es más Argelia, El soldadito habla de la censura;
drían definirse con categorías diferentes disperso, e incluye sucesivos desvíos; a partir de los cambios urbanísticos
a las que McCabe comparte con el propio el último es más coherente, pero esto llevados a cabo en París, Dos o tres
Godard. A Karina y a Coutard, como sucede casi de modo inevitable, por la cosas que sé de ella discurre sobre la
nombres que definen una etapa, podrían lógica de la formación de un cineasta.
agregarse Agnès Guillemot y Michel Y sin embargo, se puede pasar de un
Legrand, dado que el montaje y el uso film de los años sesenta a otro por 2. Unos pocos ejemplos de correspondencias y
reenvíos: el fin de Michel Poiccard (Jean Paul
de la música fueron siempre para Godard varios caminos. Cada film aparecería Belmondo) en Sin aliento es tan interminable
tanto o más importantes que los actores como un ramal de alguno anterior, como el de Paul Godard (Jacques Dutronc) en
y la fotografía; a “los años Mao” se le mientras que funciona en sí mismo como Sauve qui peut (la vie). El film dentro del film en
podrían sacar las connotaciones polí- intersección de uno o varios futuros. El desprecio (1963) lo reencontramos en Passion
(1982) y todavía más tarde en For ever Mozart
ticas y llamarlos “Un film haciéndose”; Así El desprecio, es precedido por Los (1996). El recorrido de una pareja hacia la muerte
el período posterior, marcado también carabineros y en ambos se incluye un está en Pierrot le fou (1965) y en Carmen (1983).
por la tendencia a debilitar la figura de personaje llamado Ulises. En Los Tanto en Una mujer casada (1964) como en
autor, podría caracterizarse como el carabineros se muestra una fotografía Soigne ta droite (1987) los personajes recitan
pasajes de Berenice, y a partir de la obra de
intento de trabajar con “socios” de otras de Brigitte Bardot, protagonista de El Racine, mencionada en un artículo de 1958,
nacionalidades (americanos como Pen- desprecio, y en ambos films se parodia Godard quiso hacer un programa de televisión en
nebaker y Leackock en One American El baño del bebé y La llegada del tren los ochenta. En uno de sus primeros artículos para
Movie; ingleses como todos los inte- de Lumière. En el mismo sentido, Los Cahiers du Cinéma cita el final de Electra de
Giraudoux, cita que reaparece primero en La
grantes del film sobre los Rolling Stones carabineros permite recordar Vivir su pereza, episodio filmado por Godard en Los siete
y British Sounds; italianos como en vida, no sólo en su referencia a Brecht pecados capitales (1962) y más tarde en Carmen
Vent d’est y Lotte in Italia; palestinos sino en su alusión a Naná en la repro- (1983). Shakespeare, Picasso y Beethoven son
como en Jusqu’à la victoire o alemanes ducción de Manet; Dreyer y Pickpocket referencias insoslayables en todos los períodos.
En fin, en líneas más generales se podría recordar
como en Vladimir y Rosa); a la etapa del de Bresson son citas que comparten El el gusto de Godard por elaborar títulos alocados,
tránsito del cine al video, podría soldadito y Vivir su vida. Este sistema por dedicar las películas, por el uso de los colores
llamársela la del trabajo de pares, por su de relaciones podría multiplicarse y, azul, blanco y rojo.
mujer prostituida como una parte del el colaboracionismo y la resistencia, las cosas comenzaron antes.
territorio, un cuerpo que ella vende y aunque alertaba que esos films deberían McCabe afirma que antes de esa
cuya momentánea ocupación acepta. alejarse todo lo posible de las conven- fecha, en los films de Godard las con-
Pero también podrían relacionarse las ciones del cine político, norma que, por versaciones eran didácticas, a la voz se
cuatro películas de otro modo. Sin otra parte, signó toda la relación del le otorgaba una preeminencia excesiva
aliento y Dos o tres cosas… muestran cine de Godard con la política. y el sonido era áspero y estridente.
París y sus suburbios; El soldadito y En los años sesenta, la guerra de Mientras que en Ici et ailleurs, los co-
Made in Usa se relacionan con Argelia está en El soldadito, la de mentarios se atenúan y “antes de dic-
cuestiones políticas que conciernen, en Vietnam en Pierrot le fou y así hasta La tarnos lo que significan las imágenes,
un caso al norte de Africa y en el otro a chinoise, que anticipa los hechos de tratan de descubrir el significado que
Francia pero mostradas desde un lugar mayo de 1968. Esta forma de la pudieran tener”.
excéntrico: Ginebra o Atlantic City. dimensión política (también Bardot Esto es así, pero Dos o tres cosas
Las perspectivas documental y encontrando el carnet del partido que sé de ella presenta, diez años antes
ficcional se desplazan constantemente comunista en un bolsillo del saco de que Ici et ailleurs, un procedimiento
alrededor de temas comunes: el amor, Michel Piccoli en El desprecio) es la idéntico, que quiero describir en toda su
la prostitución, la traición, la tortura, la condición que hace posible el cine de extensión porque muestra que Godard
sociedad industrial y el cine. Pero, si la Godard posterior al 68. Le gai savoir ya entonces podía elegir un tramado de
14 oposición inicial era ficción-documen-
tal, después las cosas se vuelven más
complejas. Toda la obra de Godard, se
trate de films marginales o industriales,
realizados en video o en cualquiera de
los soportes fílmicos, podría ser pensada
en la relación de estas dos perspectivas:
las películas donde predomina una
actitud documental y aquellas donde
predomina lo ficcional. La chinoise y
Week-end, filmadas el mismo año se
diferencian por el mayor relieve de lo
documental en la primera y de lo ficcio-
nal en la segunda. Pero ambas prefiguran
el futuro inmediato y el advenimiento
de un nuevo problema: cómo hacer
películas políticas de un modo político.

Política, sonido e imagen

Godard habría llegado a un cine que


puede llamarse político en 1968, año
que dividiría su obra claramente en dos.
Esta periodización, que es de Godard y puede ser el punto de partida de los imagen y sonido más interrogativo y
que McCabe retoma, merece un examen. siguientes films del grupo Dziga Vertov, menos prescriptivo. La escena empieza
A los 18 años, en 1949, Godard pero la cuestión consiste en comprender con la voz susurrada, apenas audible de
publicó en la Gazzette de Cinéma su no sólo el compromiso de Godard con Godard, contra un plano muy abierto de
primer artículo, con el título “Por un la política revolucionaria sino también un taller mecánico o estación de servicio
cine político”. A propósito de un docu- y tal vez sobre todo, cómo actúan los de autos; se oye: “Cada vez hay más
mental que muestra soldados de Alema- sonidos e imágenes. Lotte in Italia (del interferencia entre la imagen y el
nia oriental, Godard sigue a Bazin al período Mao) debía evocar las imágenes lenguaje”; se suceden varios planos
afirmar que el cine no es representación de obreros y estudiantes en su choque cortos, sin sonido, que muestran la
de lo real sino que se convierte en parte contra las fuerzas de orden, a través de llegada del auto de Juliette con su
de la realidad misma. La culminación lo que para Godard es el conflicto del amiga Marianne; continúa el susurro:
de esta idea es Alemania, año cero de cine: entre sonido e imagen. “El lenguaje no alcanza para describir
Rossellini, donde al final del film, el Sin embargo, Colin McCabe señala una imagen con precisión”; se ve bajar
niño protagonista muere a causa de lo que estas cuestiones de relación entre a las dos mujeres del auto: “Por ejemplo
que ve. Godard termina su primer sonido e imagen, surgen en Ici et ailleurs cómo decir que Juliette trae a Marianne
artículo con un encendido llamado a los (1976) y a partir de su colaboración con al taller donde trabaja su esposo”; un
directores franceses para que filmaran Anne-Marie Mieville. En mi opinión, plano muestra el auto entrando al
lavadero; segundos más tarde, un En el cine de Godard no hay asocia- en algunos de los de sus amigos. Lite-
conjunto de planos sueltos, por cortes ción de imágenes sino discontinuidades. ralmente, lo vemos envejecer. Estas
que merecen a su vez comentarios sobre Esto genera siempre, al comienzo y al apariciones no responden, sin embargo,
su probable significado, culminan en la final de su obra, la idea de vacío y de a un único régimen de inscripción de la
copa de un árbol visto a cierta distancia. fractura. Lo que cuenta para Godard es primera persona y del propio cuerpo.
“Por ejemplo, hay hojas en los árboles el intersticio entre dos imágenes: un Fue actor de Rivette y de Rohmer y
y aunque Juliette no es una heroína de espaciamiento que hace que cada en algunos de sus propios cortometrajes;
Faulkner, podría dramatizar sobre las imagen se arranque del vacío para volver apareció como el personaje que
hojas salvajes del árbol”; para finalizar a caer en él. denuncia a Belmondo a la policía en Sin
segundos más tarde mostrando la hora aliento; en El desprecio es el asistente
en un reloj, seguida por la copa del de Fritz Lang; en Dos o tres cosas… su
árbol cada vez más cercano, hasta llegar Escritura voz susurrada puntúa todo el film; en
a un primer plano de hojas; el susurro La chinoise dialoga con los actores desde
concluye de la siguiente manera: “Son Otro de los procedimientos, quizás el el fuera de campo; es el entrevistador de
las cuatro cuarenta y cinco. Habré más personal, que Godard usó desde el los niños en France tour détour deux
hablado de Juliette o de las hojas de los comienzo, aunque con mayor intensidad enfants; dice el comentario de Lettre à
árboles; porque es imposible haber y frecuencia en sus trabajos en video, es Freddy Buache; compone personajes
hecho las dos cosas. Digamos que el de la escritura sobre la pantalla y la que pueden ser pensados como metá- 15
ambos se estremecieron de principio a mostración de escritos para que sean foras de él mismo en King Lear, Soigne
fin, en esta tarde de octubre”. leídos por el espectador. En Los ta droite, y representa un personaje
carabineros, los soldados envían unas llamado Godard, con distintos grados
postales que puntúan la acción, como de proximidad a una figura autobio-
Fragmentos los títulos de los episodios de la vida de gráfica, en Carmen, Soft and hard,
la prostituta en Vivir su vida. Ya está Scénario du film “Passion”, Grandeur
La discontinuidad, rasgo central de los claro que la escritura es el elemento que et décadence d’un petit comerce de
films de Godard, en los años sesenta es rompe la unidad clásica entre narración cinéma, JLG/JLG: Autoportrait de
arbitraria; se destruye una totalidad que y visión que define al cine de Holly- décembre; Deux fois cinquante ans de
la película presupone. En sus películas wood. Godard recurre a la escritura no cinéma francais, sus famosas Histoire(s)
actuales, en cambio, la fragmentación simplemente como comentario sino du cinéma y su, hasta ahora, última
es producto de una acumulación de como forma de distanciar al espectador película, Notre musique. Y seguramente
particularidades, una suerte de atomis- de la inmediatez de la imagen. Que esto alguna otra que ahora se me escapa o no
mo donde ya no aparece bajo ninguna se acentúe, más tarde, con el uso del he visto.
forma el vestigio de una totalidad. En video, tiene que ver con el perfeccio- A finales de los años sesenta, Godard
Elogio del amor (2001), por ejemplo, el namiento de las técnicas y, ¿por qué describía su forma de hacer cine como
uso del color y el blanco y negro, el no?, con el hecho de que escribir sobre algo “para mostrar, y para mostrarme a
video y el cine, la inversión del presente la pantalla de video es más rápido y mí mostrando”. Creo que se trata de la
y el pasado (la primera parte filmada en menos costoso. Para decirlo con las precisa y detallada producción de un
cine, en blanco y negro, en París y la palabras de Godard: “El problema no es personaje público que, por otra parte,
segunda que transcurre dos años antes, simplemente que el dinero domine el cuando aparece en los medios de
en video color, en la costa de Bretaña), cine, sino más bien que las que dominan comunicación o en los festivales, no es
el asincronismo entre lo que se ve y lo son las propias formas cinematográficas, sino la continuación del que fue armado
que se oye, ponen de manifiesto una las que insisten en una manera de minuciosamente en las películas: airado
refutación de la idea de homogeneidad entender el mundo que es fundamen- y de mal humor a finales de los setenta
interior al film. talmente falsa: prometen un conoci- y más suave y afectivo en la actualidad.4
Cada película es ahora pensada como miento que coincide con el sonido y la El lugar que Godard tomó para sí se
un hueco que las siguientes vendrían a imagen y es sencillamente ilusorio”. La fue perfeccionando desde sus aparicio-
rellenar pero nunca a completar. Dice escritura en pantalla, de modo obvia- nes en la década del sesenta, como si
Godard: “En Passion quise trabajar mente brechtiano, rompe ese ilusionis-
alrededor de Beethoven y no me salió”. O mo de la representación.
sea, como no pudo hacer una película 3. En “Cine documental. La primera persona”,
Punto de Vista, número 82, agosto 2005, los
alrededor de Beethoven, inmediatamente participantes en el debate discutieron, entre
filmó Carmen con sus cuartetos para El personaje muchos otros temas, las máscaras y represen-
cuerdas. Así, la discontinuidad de los taciones de Godard.
sesenta, alcanzada a partir de los Desde muy temprano Godard se sintió 4. Colin McCabe, op. cit., p. 447: “Hay un
programa de televisión…hecho en 2000 por
fragmentos procesados a la manera pop y tentado a mostrarse, ya sea como actor Michel Rocher, titulado Godard à la télé, que
de la operación sobre géneros populares ya sea como un personaje que se parecía muestra lo presente que ha estado Godard en las
como el policial, hoy deja su lugar al mucho a él.3 La imagen o la voz de pantallas de la televisión durante las dos últimas
trabajo con los fragmentos del gran arte. Godard están en muchos de sus films y décadas”.
fuera probando y perfeccionando un en que un vez que se obtiene el dinero vez que se va a ver un film suyo se lo hace
personaje a lo largo de su obra, hasta para la producción de una película, una con el convencimiento de que se va a
alcanzar una extraordinaria perfección dinámica obliga a gastarlo de cualquier encontrar algo simultáneamente acabado
en Carmen, Soigne ta droite y King manera, excluyendo la posibilidad de y caótico, una obra en permanente de-
Lear: una suerte de loco sabio o bufón detenerse y reflexionar. Salvo en algu- sarrollo que, por otro lado, se resiste a la
que enuncia un destino del cine y del arte nos films (El desprecio, durante los admiración fácil. Las cualidades que
que confirma una de sus máximas años sesenta y Detective y King Lear, convierten a Godard (a diferencia de otros
premonitorias en los tempranos sesenta: durante los ochenta), Godard buscó grandes cineastas) en una especie de héroe
“Aguardo el fin del cine con optimismo”. producir siempre con poco dinero y cultural, son precisamente la energía, la
equipos reducidos. Y, a juzgar por las predisposición para asumir riesgos y el
películas actuales, a medida en que singular individualismo con que domina
La producción creció su prestigio, logró trabajar de un arte monopólico y drásticamente
forma más artesanal. Desde mediados comercializado.
Muy al comienzo de su carrera Godard de los ochenta, Godard ha hecho Pero Godard no es sólo un icono-
pronuncia el primer aforismo, sólo en películas a su propio ritmo y con sus clasta inteligente; es una suerte de
apariencia caprichoso, de una serie que propios plazos. Casi toda la obra del deconstructor deliberado del cine. Su
no se interrumpe hasta hoy: “Para hacer último período se realizó en los alrede- actitud respecto de las reglas consa-
16 una película, todo lo que se necesita es dores de Rolle, donde vive y tiene su gradas de la gramática del cine, la cohe-
una chica y un arma”. Más tarde estudio. Por otro lado, invirtió un por- rencia del punto de vista, la claridad
corrigió: “una chica y un arma, pero centaje alto de sus ganancias en equi- argumental, es comparable a la actitud
también alguien que pague a la chica y pamiento, para no depender durante el de Schönberg respecto del lenguaje tonal
el arma”. La interpretación más directa rodaje y la posproducción ni de mucha o la de Picasso respecto de todas las
es que se trata del cine de sexo y género gente ni del dinero de terceros. Idea innovaciones, incluidas las propias. Los
policial, pero en el fondo está la idea de que, por otra parte, puede encontrarse grandes del siglo XX han sido rudos y
que se deben hacer películas baratas. en alguien que Godard consideró siem- destructores. Sin embargo sería posible
Más allá de los desvíos y las rupturas, la pre un maestro: Roberto Rossellini. detectar dos actitudes distintas frente a
necesidad de producir con poco dinero Como señala David Oubiña, 5 la cultura. Algunos como Duchamp o
ha sido una constante. Godard ha ido pensando el cine cada Cage tienen una actitud desdeñosa con
No se trata de una cuestión moral. vez menos como un arte colectivo; a el pasado, lo cual los vuelve irónicos.
Hacer películas baratas también supone principio de los ochenta, le encargó a Otros como Joyce, Picasso o Godard
hacer películas con menos gente. Y esta uno de los grandes técnicos en cámaras exhiben una suerte de hipertrofia del
decisión es común a todos los períodos de cine la construcción de una que deseo cultural y para seguir adelante no
de Godard y no está referida sólo a que el pudiera caber en la guantera de su auto, vacilan en buscar en ‘los basureros de la
cineasta-autor debe hacer películas con el utópico deseo de filmar solo, sin cultura’ o en el panteón, mientras
baratas para mantener un control sobre técnicos. proclaman que nada es ajeno a su arte.
el proceso. Truffaut decía que las condi- Son obras marcadas por una permanente
ciones de producción del cine industrial Para concluir: cada película de Godard es, rotación de estilos y formas.
se parecen menos a una actividad artística en cierto sentido, un fragmento que, en
que al trabajo del gerente de un banco. relación con la continuidad estilística de 5. Filmología, Buenos Aires, Manantial, 2000,
Para Godard, el problema consiste su obra, arroja luz sobre las demás. Cada pp. 20 y 21.
Pier Paolo Pasolini: el pensamiento corsario

David Oubiña

17
Las intervenciones públicas de
Pasolini (extravagantemente inter-
disciplinarias, como él mismo admite)
son la puesta en escena desgarrada de
ese pasaje. Siempre parece buscar una
colocación inoportuna, antipática,
políticamente incorrecta. En medio del
fragor de las revueltas del 68, escribe
los apuntes en verso de “¡¡El PCI para
los jóvenes!!” dirigiéndose a los mani-
festantes del movimiento estudiantil en
quienes sólo reconoce a nenes de papá:
“Cuando ayer en Valle Giulia pelearon
/ con los policías, / ¡yo simpatizaba con
los policías! / Porque los policías son
hijos de pobres. Vienen de las periferias,
campesinas o urbanas (...) Tienen veinte
años, la edad de ustedes, queridos y
queridas. / Estamos obviamente de
acuerdo contra la institución policial. /
¡Pero agárrenselas contra el Poder
Judicial y verán! / Los muchachos poli-
cías / que ustedes por sacro vandalismo
I tecnológicamente avanzado y ajeno a (de selecta tradición resurgimental) / de
las realidades locales”.1 Eso es lo que hijos de papá, han apaleado, / pertenecen
Pier Paolo Pasolini fue, ciertamente, un supone el advenimiento de la “post- a la otra clase social”.
pensador en el ojo del huracán: la Italia historia” y por eso la sociedad neoca- Se trata de un apóstata y un albora-
de posguerra, la neovanguardia, el surgi- pitalista es la verdadera revolución de tador, un ensayista díscolo e incómodo
miento de los nuevos cines, la semiolo- la burguesía. ¿Cómo hacer una crítica (no hay texto suyo que no discuta vio-
gía, el estructuralismo, la declinación del presente desde el centro mismo del lentamente con sus contemporáneos);
del paradigma moderno, la crisis del presente? La estrategia –como se dice pero es evidente que la vehemencia, la
materialismo histórico. Su propia figura en Pasión e ideología– será ejercer esa furia y la crispación de su pensamiento
intelectual sintoniza ese momento de crítica pero combatiendo a la vez toda no pueden explicarse sólo por una voca-
cambio en donde el fin de una cultura forma de “posicionalismo”, eludiendo ción de polemista sino que expresan la
humanista deja paso, en todas las líneas, las tendencias facciosas que obligan a conciencia de un arista y un intelectual
al triunfo de la razón instrumental: traicionar los juicios individuales. Es en carne viva que advierte lúcidamente,
“Frente al viejo fascismo nacional y decir, mantenerse a la altura del presente,
clerical, un nuevo fascismo, quizás más haciendo que “el periscopio se adapte
1. Pier Paolo Pasolini, Escritos corsarios, Santia-
peligroso, basado en una noción de constantemente al horizonte y no al go de Compostela, Ediciones Positivas, 1993, p.
desarrollo como poder transnacional, revés”. 122.
en el surgimiento del homo technolo- revelación de alguna supuesta esencia ejemplar. En Ariosto, Pasolini reconoce
gicus, un principio de homologación lingüística sino, obviamente, una una forma temprana de esa modalidad;
con base en los valores tecnocráticos de estratificación tecnológica que suprime pero es Dante quien logra representar el
la cultura del neocapitalismo. Así, en la y aplasta toda otra modalidad. Y en habla de los otros, dándoles voz a sus
“Apología” que funciona como coda a “Desde el laboratorio (Apuntes en poète personajes. Mientras el discurso que
esos “versos malos” (son sus propias para una lingüística marxista)”, se sitúa Ariosto revive es el de sí mismo como
palabras) sobre el 68, Pasolini explica el nacimiento de esa nueva lengua: burgués, en Dante hay una conciencia
su provocación, la provocación “Hasta el momento capitalista de la profundamente democrática de las
desencantada pero también resistente ‘libre competencia’, los modelos categorías sociales. En las huellas de
de quien creció “con la idea de la lingüísticos que dominan una sociedad Barthes –y tal vez de Bajtín–, Pasolini
revolución en la mente” y que hizo “del y la vuelven lingüísticamente unitaria, advierte las determinaciones clasistas
odio traumático hacia la burguesía, una son los modelos de las superestructuras de todo sociolecto y, más allá de la
justa perspectiva de nuestra acción”. culturales (con la preeminente impor- gramática, las implicancias políticas en
Para ese intelectual utópico, llegó el tancia de la lengua literaria) (...) Brus- los usos del lenguaje.
momento de ser un intelectual crítico: camente, en el pasaje del capitalismo al No es, por lo tanto, una cuestión de
“A través del neocapitalismo, la bur- neocapitalismo, a través de su “revo- identificación o de simpatía entre autor
guesía se está convirtiendo en la condi- lución interna”, que coincide con la y personaje lo que debería funcionar en
18 ción humana. Quien ha nacido en esta revolución tecnológica, está cesando la la base del discurso indirecto libre sino,
entropía, no puede de ninguna manera, función irradiadora y homologadora de precisamente, el reconocimiento de
metafísicamente, estar afuera. Todo ha la lengua de las élites intelectuales (ley, experiencias vitales diferentes. Lo que
acabado. Por eso provoco a los jóvenes, religión, escuela, literatura): que es Pasolini más detesta en la perspectiva
ellos son, presumiblemente, la última sustituida por la función análoga de las burguesa es justamente la negativa a
generación que ve a los obreros y a los lenguas de los técnicos. Como guías reconocer esas otras representaciones y
campesinos: la próxima generación no lingüísticas de la sociedad están, por lo la insistencia en reducirlas a su propia
verá a su alrededor más que la entropía tanto, las lenguas de las infraestructuras experiencia del mundo. El escritor
burguesa”. –digamos también las lenguas de la burgués que no puede reconocer esa
La reciente edición en castellano de producción”. diversidad, “realiza un acto que es el
Empirismo herético permite rehacer el En el mundo de la “eternidad in- primer paso hacia formas de defensa de
itinerario de Pasolini por diversas for- dustrial”, ese principio generalizado y privilegios e incluso de racismo. En
mas de nuestra cultura (la lengua, la definitivo de homologación impone el este sentido, él ya no es libre, sino que
literatura y el cine), recogiendo los sín- predominio de una finalidad comuni- pertenece de un modo determinista a su
tomas de ese “genocidio neocapitalista” cativa del lenguaje por encima de su clase: no hay solución de continuidad
en el momento de su propia inscripción.2 finalidad expresiva. Se trata de un len- entre él y un comisario de policía o un
Análisis de las nuevas formas en guaje señalizador cuya propia funcio- verdugo de un campo de concentra-
Godard, Bertolucci o Straub; estudio de nalidad denuncia el rostro monstruoso ción”. Cuando Dante opta por el flo-
los modos del discurso en Dante y del de la dominación. De ahí, entonces, el rentino vulgar, esa decisión es clave no
estilo en Gramsci; debates con Metz, gusto de Pasolini por la lengua oral, por sólo por la oposición al latín culto sino,
Goldman, Barthes y Eco; crítica a los dialectos y los usos bajos del dis- sobre todo, por las elecciones que el
Sanguinetti y a la literatura de los neovan- curso: en el rescate de esos modos escritor realiza en el seno mismo del
guardistas: los ejes que atraviesan estos precarios y subalternos encuentra la dialecto y sus raíces conformistas. Está
textos son casi exclusivamente cuestiones posibilidad de construir una inflexión claro que eso supone un esfuerzo de
de lenguaje pero, como el mismo expresiva de oposición, de resistencia y comprensión por parte de Dante: un
Pasolini repite una y otra vez, no de crítica: la revancha de los periféricos, movimiento de contaminación entre su
responden a una pretensión lingüística tal como afirma por ahí.
sino política. Sin duda, esta conclusión se sostiene
sobre una visión ingenua y romantizada 2. Pier Paolo Pasolini, Empirismo herético, Cór-
de los márgenes. Pero el diagnóstico doba, Editorial Brujas, 2005 (Introducción, tra-
ducción y notas de Esteban Nicotra). Publicado
II que la antecede es preciso. Con asom- originariamente en 1972, el libro reúne ensayos
brosa erudición, la mirada de Pasolini de Pasolini sobre cuestiones lingüísticas, litera-
En “Nuevas cuestiones lingüísticas”, barre los asuntos más diversos y rastrea rias y cinematográficas producidos en la década
por ejemplo, el problema es el de la sus argumentos en cualquier dirección. del 60 y aparecidos en distintos diarios y revistas.
Es, como explica Nicotra en la Introducción, “un
lengua nacional. En efecto –sostiene Su razonamiento es empírico porque verdadero laboratorio, pero no asépticamente ais-
Pasolini–, en Italia no ha habido una responde a una intuición clara surgida lado y distante, sino inserto en la misma realidad
verdadera lengua nacional. Si esto es del contacto cuerpo a cuerpo con los histórica de su tiempo, donde Pasolini observa
así, el surgimiento de una lengua temas que le salen al encuentro; y es moverse las células constitutivas del inicio de la
Post-historia: el advenimiento de una nueva for-
normalizada y unificada que se advierte herético porque siempre opera contra- ma homologadora de cultura, basada sólo en los
a comienzos de los 60 sobre la base de corriente. La intervención sobre el dis- únicos y totalitarios valores capitalistas burgue-
principios tecnocráticos no supone la curso indirecto libre es, en este punto, ses” (p. 9).
lengua y la de un mundo lingüístico de nuestra época y permite probar lenguaje como un sistema inestable
ajeno que promueve un acercamiento alternativas. hecho de voces heteróclitas. Por detrás
polivalente a la realidad. “Es necesario ideologizar, es nece- de la forma convencional que se agota
sario desontologizar”, afirma Pasolini en la primera mirada, una imagen puede
en “La lengua escrita de la realidad”: tener diversos estratos. Sólo que, a
III “Las técnicas audiovisuales ya son gran diferencia de la literatura, en el cine esta
parte de nuestro mundo, o sea del mundo operación no es tanto lingüística como
Habría que entender el pasaje de Pasolini del neocapitalismo técnico que avanza, estilística. No hay un diccionario de
desde la literatura al cine como un y cuya tendencia es, en efecto, convertir imágenes y por lo tanto es tarea de cada
intento de modificar la estrategia para sus técnicas en aideológicas y onto- cineasta descubrir, en la pre-gramati-
capturar esa lengua de la realidad. El lógicas”. No es sólo que el cine habla el calidad de los objetos que componen la
propio escritor explica el quiebre como idioma de la tecnología (ya que los imagen, los dialectos cinematográficos
un tránsito hacia otra técnica.3 Pero, demás medios también terminarán por aún no formalizados, aún no domes-
evidentemente, lo que importa no es aprenderlo) sino que ella es su entorno ticados por la institución.
tanto la ruptura o la continuidad sino la obligado. Y es justamente porque se
tensión entre códigos, entre prácticas, trata del lenguaje estético más conso-
entre lenguajes vecinos y, no obstante, lidado en su ilusión conciliadora que IV
disímiles. ¿Qué le ofrece el cine al también ofrece, potencialmente, el terri- 19
escritor Pasolini? Un acercamiento a la torio más fértil para dejar al descubierto La confrontación entre el cine de prosa y
realidad física sin mediaciones. El cine las convenciones de un discurso que el cine de poesía es problemática porque
no evoca la realidad (como la literatura), quiere imponerse como único. La idea obliga a una traspolación excesivamente
no la copia (como la pintura), ni realiza de un cine de poesía por oposición a la metafórica y poco rigurosa de categorías
una mimesis (como el teatro); el cine tradición cinematográfica de prosa propias de la literatura. La caracterización
reproduce lo real y, al hacerlo, expresa narrativa adquiere ahí toda su fuerza no sólo se sostiene sobre una analogía
la realidad con la misma realidad. subversiva: se trata de devolverle a las sustancial entre ambos lenguajes sino que
La realidad es cine in natura y el imágenes la expresividad subjetivo- convalida una definición ambigua,
cine es la lengua escrita de la realidad: lírica que el cine tuvo en sus comienzos estrecha y peligrosamente dogmática
esas son las consignas que Pasolini repite y que constituye su tendencia natural. sobre “lo poético” y “lo prosaico”. En
continuamente como premisas de un Esa lengua de poesía está ligada a efecto, el texto no logra esquivar el lugar
silogismo irrefutable. No hay que hacer una forma particular del discurso ci- común acerca de los que suelen
una semiología del cine sino que el cine nematográfico que Pasolini denomina considerarse los rasgos inherentes de la
es, en sí mismo, la semiología de la “subjetiva indirecta libre”: una imagen poesía y de la prosa. “La poeticidad de los
realidad. Pero al mismo tiempo, y a que es, a la vez, producto de la mirada films clásicos no era obtenida utilizando
diferencia de la literatura, el cine es del personaje y de la cámara que lo un lenguaje específico de la poesía”, dice.
prácticamente incapaz de reproducir el observa sin anular la diferencia entre ¿Pero qué debería ser poético y qué debería
lenguaje del otro. ¿Cómo podría, enton- ambos. En la interpretación de Deleuze, ser prosaico? Como Pasolini no redefine
ces, garantizar una aproximación más “se trata de superar lo subjetivo y lo los conceptos, sus categorías terminan
legítima a la realidad? En una primera objetivo hacia una Forma pura que se resultando confusas y, sobre todo, no
instancia parecería haber algo paradójico erija en visión autónoma del contenido. funcionan como principio de clasifi-
en ese pasaje de escritor a cineasta ya Ya no nos encontramos ante unas imá- cación.5
que, en tanto producto de la cultura de genes objetivas o subjetivas; estamos Es cierto, como demuestra Pasolini,
masas, los films participan de una apresados en una correlación entre una
especie de lengua transnacional y imagen-percepción y una conciencia-
transclasista: los ojos son iguales en cámara que la transforma (...) La ima- 3. Para un análisis detallado de ese pasaje, véase
todo el mundo, dice Pasolini. Sin em- gen-percepción encuentra su estatuto, Silvestra Mariniello, Pier Paolo Pasolini, Ma-
bargo, esa paradoja es sólo aparente. como subjetiva libre indirecta, tan drid, Editorial Cátedra, 1999.
Porque si el problema del mundo con- pronto como refleja su contenido en 4. Gilles Deleuze, La imagen-movimiento, Bar-
celona, Editorial Paidós, 1984, pp. 113-114.
temporáneo (y de la literatura contem- una conciencia-cámara que se ha vuelto 5. Por ejemplo: al grupo de cineastas-poetas en
poránea) es la normalización de las autónoma”.4 No se trata, entonces, de quienes Pasolini reconoce el uso de la subjetiva
diferencias bajo los imperativos de una una imagen que oscila entre dos polos indirecta libre (Antonioni, Godard, Bertolucci),
lengua tecnocrática, en el cine esa situa- sino de una imagen inmovilizada en Deleuze sugiere agregar el nombre del propio
Pasolini pero también el de Rohmer quien, en
ción es lo dado y, por lo tanto, las una forma estética superior. otros sentidos, podría considerarse un cineasta de
películas pueden constituirse en un En verdad, la subjetiva indirecta prosa. O según la crítica de Godard: “Que Pasolini
campo de pruebas privilegiado: desde libre no corresponde ni al monólogo considere prosaico un plano de Olmi y poético un
Tiempos modernos, al menos, el cine se interior ni al discurso indirecto libre plano de Bertolucci, no me parece mal; pero
objetivamente podría decir exactamente lo con-
ha anticipado a la literatura y se ha sino, más bien, a una mixtura entre trario” (Jean-Luc Godard par Jean-Luc Godard
convertido en un espacio que, por su ambos; pero lo que importa es que (a la (tome I: 1950-1984), París, Cahiers du Cinéma,
propia estructura, prefigura el problema manera del segundo) pone en escena el 1998, p. 312).
que los discursos teóricos sobre cine invirtiendo la fórmula del nominalismo. que colérico, menos resignado que
habían creado una “oscura ontología de He ahí su “filosofía del cine”: la realidad desesperado.6 No supone un arrepen-
fondo” que tendía a fijar un cierto modo es un lenguaje cuyas palabras son las timiento sino, más bien, una renovada
de mostrar la realidad como si se tratara cosas mismas y es el cine quien logra declaración de guerra. Como si Pasolini
de su traducción natural. Sin embargo, articularlas, quien logra convertirlas en advirtiera que es preciso cambiar de
así como la referencia literaria del cine cifras para descifrar lo real. Ese táctica. Eso será su último film, Salò o
de poesía pretende circunscribir los desciframiento es posible porque, en los 120 días de Sodoma (1975): ¿cómo
rasgos de un cierto tipo de films y sólo última instancia, el significado de una hacer una película completamente
alcanza a reducirlos, la apelación a la acción en la pantalla es el mismo que en irrecuperable, intolerable, abyecta?
lingüística y a la semiología será un la vida. Y en todo caso, la única distancia “Si un realizador de films, poesías,
ariete ilusorio que parecería destrabar entre el cine y la realidad es el sentido. novelas encuentra complicidad, conni-
la discusión sobre el lenguaje cinema- Curiosamente, las implicancias es- vencia o comprensión en la sociedad en
tográfico pero que terminará estancán- téticas que se desprenden de estos la que crea, no es un autor”, escribe en
dola en un callejón sin salida. Frente a razonamientos discutibles son, sin em- “El cine impopular”. “Un autor no pue-
Metz, Pasolini procura demostrar que bargo, fecundas. Ahí donde Metz con- de ser más que un extraño en tierra
el cine es una lengua y, para eso, recurre sidera que no hay una gramática cine- hostil: en efecto, él habita la muerte en
a la idea de una doble articulación, tal matográfica y que los films modernos vez de habitar la vida, y el sentimiento
20 como la había formulado Martinet. El constituyen sólo una ampliación de las que suscita es un sentimiento de odio
cine, dice Pasolini, debe considerarse posibilidades narrativas del cine, Pasolini racista”.7 Frente a los films de ficción
una lengua porque no carece de esa percibe la ruptura de un paradigma. Es política a la manera de Elio Petri o los
doble articulación: así como los fonemas decir: logra identificar claramente ese productos supuestamente transgresores
forman los monemas que, a su vez, se cambio, aun cuando no toma en cuenta de la contracultura (“el simpático
articulan en cadenas significantes, de la los problemas de la representación, del Midnight Cowboy, el insoportable Easy
misma manera, los distintos encuadres ilusionismo y de los códigos narrativos. Rider”), que tienen siempre un efecto
que constituyen una secuencia están Habrá que esperar los debates del integrador, Pasolini defiende la negati-
compuestos por diversos objetos, for- postestructuralismo sobre ideología y vidad crítica de algunos “cineastas-már-
mas y actos reales que son las auténticas representación en los Cahiers du cinéma tires”: Straub, Godard o Glauber Rocha,
unidades mínimas de la lengua cinema- después de 1968, en Screen, Tel Quel o breve lista a la que Pasolini podría haber
tográfica. Es un forzamiento de las Positif, para completar esta crítica incorporado su propio nombre.
categorías lingüísticas, claro, pero Pa- iniciada por Pasolini. Lo que queda, en Para el cineasta-mártir, la verdadera
solini no se amedrenta y dobla la apuesta: todo caso, es la intuición temprana y transgresión no consiste sólo en contra-
si la caracterización suena extraña, dice, certera de los cambios que se están decir la norma sino también en resistir
no es porque sea inapropiada, sino que produciendo en las películas de los años la tentación e “interrumpir el impulso
es preciso modificar nuestra concepción 60 y, sobre todo, del modo en que esos victorioso hacia el martiro”. Porque una
de lo que es una lengua y ampliarla para cambios específicos alinean la discusión vez consumada la transgresión, una vez
dar cabida a esa diferencia. ideológica sobre el cine en conexión con que el artista se instala cómodamente
Estos esfuerzos de analogía lingüís- otras expresiones culturales. en ella, pierde toda su violencia. La
tica y literaria resultan tan estimables auténtica transgresión y el verdadero
como vanos. Porque, como el propio compromiso obligan a sostenerse en
Pasolini reconoce, no se apoyan sobre V ese borde tenso e inestable de la línea de
una enciclopedia de elementos lin- fuego: “Sólo en el instante en que se
güísticos sino estilísticos. Y es inevitable Por otra parte, de una manera singular y combate (es decir, se inventa, aplicando
que todo intento de sistematización admirable, Pasolini nunca enmienda sus la propia libertad de morir frente a la
gramatical en este sentido conduzca al formulaciones retrocediendo a un lugar Conservación), sólo en el instante en el
estereotipo retórico. Pero además, según más seguro sino que sale de los pro- que se está cara a cara con la regla a
ese razonamiento, para que el cine pueda blemas hacia adelante, procurando siem- infringir, y Marte es incierto, bajo la
erigirse en una lengua es preciso recurrir pre posiciones más extremas. sombra de Thanatos, se puede acariciar
a una diferencia entre un tipo de signo Luego del éxito de El Decamerón la revelación de la verdad, o de la
“escrito-hablado” y un tipo de signo (1971), de Los cuentos de Canterbury totalidad o, en suma, de algo concreto”.
“icónico-viviente” en el que ya no sería (1972) y de Las mil y una noches (1974),
posible distinguir las cosas reales de su Pasolini advierte que todo aquello que
6. El texto, publicado primero como artículo
proyección. De modo que Pasolini deja en los films apelaba a sacudir la periodístico, fue luego incluido en las Cartas
intactas las hipótesis clásicas del sensibilidad pequeño burguesa ha sido luteranas.
realismo acerca de las relaciones entre fagocitado, reciclado y normalizado por 7. Para una ajustada caracterización de Pasolini
lo representado y la representación: el sistema, convirtiéndolo en un como un artista inclasificable (trágico, crítico y
dionisíaco a la vez), véase Eduardo Grüner, “El
habría que concluir que la imagen inofensivo objeto de consumo. En este Comienzo contra el Origen. La dimensión crítica
imprime la realidad sobre la pantalla sin sentido, “La abjuración de la Trilogía df la trasposición Literatura / Cine”, en El sitio de
mediación. “Res sunt nomina” dice, de la vida” es un texto menos pesimista la mirada, Buenos Aires, Editorial Norma, 2001.
Hélio Oiticica: la invención del espacio

Gonzalo Aguilar

21
ra vez que Oiticica trabaja con el cine
experimental: aunque inconcluso, su
primer proyecto, Nitro Benzol & Black
Linoleum, es de 1969. Como muchos
otros artistas brasileños del período
(Antonio Dias, Lygia Pape, Antonio
Manuel y Neville D’Almeida), Oitici-
ca hace diversas experiencias con el
súper-8 y los slides de 35mm en la
búsqueda de un ‘cine’ antinarrativo y
ambiental al que denomina quase ci-
nema.
Hastiado del clima opresivo que se
vivía en su país y beneficiado con una
beca Guggenheim, Oiticica se trasla-
da en 1970 a Nueva York donde se
queda hasta 1978. Pese a que llega
con un prestigio internacional bastan-
te cimentado después de la retrospec-
tiva de Londres de 1969, la vida en la
nueva ciudad no le resulta nada fácil,
y mientras cursa algunas clases de ci-
ne en New York University sobrevive
La cocaína como pigmento: ese forzamiento de los límites entre transgresión haciendo traducciones y, según algu-
a la moral social y arte imprime una fuerza al mismo tiempo disciplinada y nos testimonios, vendiendo cocaína.
desesperada a las cosmococas de Oiticica que, a fines de 2005, fueron vistas Sin embargo, su actividad artística
en el MALBA de Buenos Aires. no decrece y es en esos años que
comienza la redacción de unos note-
Hélio Oiticica estaba drogándose en el artista brasileño comienza entonces books –verdadero cuaderno de bitáco-
su departamento de Nueva York cuan- –corría el año 1973– a investigar las ra del artista en el campo de la expe-
do descubrió que la cocaína que había posibilidades artísticas de las ceremo- rimentación– donde registra obsesiva-
esparcido sobre la portada del LP Wea- nias del éxtasis. Surgen así los Block mente proyectos, observaciones, ideas,
sels Ripped My Flesh (Comadrejas Experiments in Cosmococa, Program anécdotas y lecturas.1 El título general
rasgaron mi piel) de Frank Zappa ha- in Progress, una serie de instalacio- que les asigna a estos cuadernos es
cía un dibujo interesante. Seducido por nes que combinan la ambientación es- Newyorkaises, y en ellos incluye, en-
el juego de macabra autodestrucción pacial y sonora con la proyección de
de la tapa del artista Neon Park, por slides de los rostros de Marilyn Mon-
1. Afortunadamente, los escritos de Oiticica
el descubrimiento de la cocaína co- roe, Luis Buñuel, Yoko Ono, Jimi pueden consultarse por Internet en el sitio
mo pigmento o por el carácter ready- Hendrix y Mick Jagger maquillados dedicado a su archivo: www.itaucultural.org.br/
made del resultado, lo cierto es que con regueros de coca. No es la prime- aplicexternas/enciclopedia/ho.
tre otros innumerables proyectos, las hay que considerar también que la de- ca. Por eso mismo, aun la noción cla-
instrucciones para el montaje de las cisión de instalar las cosmococas en ve de “campo experimental”, a la que
Cosmococas. Allí, Oiticica detalla una su departamento está vinculada o su- Oiticica había accedido tras años de
suerte de guión y prevé, para su nue- bordinada tanto a la negativa a hacer actividad intensa, exigía ser reconfi-
va obra, tanto una performance públi- muestras en galerías o en museos co- gurada. Más allá del sentido sensorial
ca como una privada. El hecho de que mo al intento de convertirse en un ar- amplio que le adjudica Oiticica, el
las primeras exhibiciones sólo se rea- tista clandestino o “subterráneo”, se- “campo experimental” puede ser defi-
licen siguiendo esta última modalidad, gún le gustaba definirse. Es que con nido como el espacio público –no ar-
en su departamento neoyorquino a fi- las cosmococas Oiticia redefine y re- tístico y no coercitivo– en el que se
nes de 1973, resulta previsible.2 Por orienta su trayectoria, y lo hace en par- prueba el poder de la forma artística
más que en Nueva York hubiese una te porque muchos de los motivos que para liberar cuerpos, sensaciones y per-
cultura underground vigorosa, era di- habían marcado sus invenciones en la cepciones. Así entendido, la confron-
fícil creer –aun para un artista relati- década anterior se habían modificado: tación de las obras del artista de los
vamente conocido, que en 1970 parti- la exhibición en espacios públicos en años sesenta y el quase cinema de
cipa en la muestra Information del Mo- Río de Janeiro, el uso de lo marginal principios de los setenta no es sola-
MA– que estas piezas pudieran para construir una posición antagóni- mente una confrontación de su trayec-
mostrarse en público. Sin embargo, ca, las conexiones entre arte y políti- toria, sino que permite revisar las mu-
22 taciones del entramado social y cultu-
ral en el que aparecen.

Primer corte: marginal y abyecto

Durante la primera fase de su trayec-


toria, entre 1955 y 1964, Oiticica pro-
duce en su trabajo rupturas graduales,
como si en vez de avanzar practican-
do cortes absolutos con su propia obra,
el artista carioca desplegara la evolu-
ción inmanente de la forma artística.
Así, después de sus indagaciones ini-
ciales en la dinámica del plano (los
Metaesquemas), juega con el despla-
zamiento de la moldura en el espacio
(los relieves espaciales) para posterior-
mente crear recorridos laberínticos y
coloridos con el proyecto Cães de caça
de 1961. Aunque ya están aquí las pre-
ocupaciones por el color y por el es-
pectador que recorren todas sus crea-
ciones, la dominante de esta fase es la
radicalización de la forma modernista
que, desde la exposición nacional de
arte concreto de 1956, había marcado
los rumbos del arte brasileño. Esta ló-
gica evolutiva se quiebra con los Bó-
lides (recipientes de vidrio o de ma-
dera pintada que contenían tierras de
colores) y con los Parangolés (vesti-
dos coloridos para performances vi-
suales) que significan un corte abso-
luto con lo que había hecho anterior-

2. La primera muestra pública de las


Cosmococas se hizo en una retrospectiva
organizada en 1992 que recorrió ciudades de
Europa y Estados Unidos. Las diferencias en
las instrucciones entre las performances privadas
y públicas son meramente técnicas.
mente. En los Bólides, incorpora lo nado, sino el efecto de una invención o diabo na terra do sol, para no ha-
abyecto a través de materiales extraí- en la que interviene la forma artística blar de lo que sucedería poco después
dos del mundo extraartístico de los de- aunque ya no como arte sino como con Caetano Veloso, Gilberto Gil y el
sechos, que provocan un cortocircuito experiencia vital. movimiento tropicália, término toma-
en la percepción formal de la obra. Este giro en la trayectoria de Oiti- do –como es sabido– de una instala-
Con los Parangolés, todavía va más cica se apoya en un tipo de operación ción de Oiticica. Se trata de un fenó-
allá y viola uno de los tabúes moder- que se disemina velozmente por esos meno que podría denominarse popu-
nistas por excelencia al incluir la fi- años entre los artistas brasileños: la lismo de vanguardia o populismo chic
gura humana. Si el arte, en la versión arquitecta Lina Bo Bardi recorre las y que tuvo una gran persistencia en la
modernista de mediados de siglo, se casas populares para ver cómo se tra- cultura brasileña. En el caso de Oiti-
encaminaba sin retorno posible a la ta la funcionalidad del diseño, Harol- cica, este populismo de vanguardia
abstracción, la actitud de Oiticica –en do de Campos incorpora el canto de
sintonía con lo que ya venían un trovador nordestino ciego y men-
3. “Arte ambiental, arte pós-moderna, Hélio
realizando otros artistas– contribuía a digo en sus joycianas Galáxias, Glau-
Oiticica” fue publicado en el Correio da Manhã
la revisión de sus fundamentos. En un ber Rocha hace colisionar la literatura el 26 de junio de 1966 y después reproducido
solo golpe, con esas capas con las que de cordel clandestina con la experi- en Acadêmicos e Modernos (Textos escolhidos
vestía a sus amigos de la escola de mentación cinematográfica en Deus e III), San Pablo, Edusp, 1998, pp. 355-366.
samba de Mangueira, Oiticica se sale 23
de la evolución inmanente del arte mo-
dernista e introduce un elemento que
ya no es legible según sus coordena-
das. Las capas, de una manera conse-
cuente con las obras anteriores, pro-
fundizan el trabajo con el color y con
el espacio. Pero el acento en las telas
utilizadas y sobre todo en el cuerpo
del bailarín imponen una lógica que
implica un cambio en los criterios de
valoración de su producción. En su ar-
tículo seminal “Arte ambiental, arte
pós-moderna, Hélio Oiticica” de 1966,
Mário Pedrosa trata de dar cuenta de
estos pasajes y llega a la conclusión
de que es necesario acuñar un neolo-
gismo (“pós-moderno”) para dar cuen-
ta de las operaciones que estaba reali-
zando el artista carioca.3 Básicamen-
te, se trata del pasaje de la “aristocracia
distante de lo visual” a la “fruición
sensual de los materiales”, que exige
de la crítica un reposicionamiento por-
que ese “arte ambiental” ya no debe
ser evaluado exclusivamente según va-
lores estéticos sino también –o sobre
todo– culturales. Si lo abyecto de los
Bólides todavía adquiría valor por su
antinomia con los materiales del arte,
el escándalo de los cuerpos de los Pa-
rangolés ya no pertenece al orden de
lo artístico sino que es cultural: Oiti-
cica entrando con sus amigos de la
favela de Mangueira en el Museo de
Arte Moderno de Río para presentar-
los en la exposición “Opinião 65”. El
acontecimiento es inmediatamente in-
coporado a las elucubraciones del ar-
tista: el espacio público ya no es en
esta experiencia algo dado o determi-
contiene la promesa de conectar las rada de la felicidad”. Oiticica encuen- ma hora, durante todo el mes de julio
conquistas del arte contemporáneo con tra allí una “antimoral” que “es peli- se llevan a cabo actividades pedagó-
la labor en las favelas y en otros espa- grosa y trae grandes infortunios” pero gicas y de difusión artísticas y el 18
cios públicos. Todavía muchos años que ve como la única vía para la des- de agosto se presenta una muestra co-
después y cuando ya otros artistas ha- trucción de los valores establecidos. lectiva y ambiental de artistas ya re-
bían abandonado esta perspectiva – Aunque de carácter predominantemen- conocidos. Aunque las autoridades
Glauber Rocha, en una carta difama- te defensivo, la ecuación de lo margi- prohibieron la exhibición de una ban-
toria escrita en 1972, dice que “Oiti- nal era sin duda eficaz en su capaci- dera que sostenía un explícito “Abajo
cica debe ser acusado de explotador dad de articular instancias como “pue- la Dictadura”, toda la experiencia tu-
sexual de los favelados”–,4 Oiticica blo”, “antiburguesía”, “arte de vo un fuerte impacto político y artís-
programa en 1979 Cajú-Kleemania. Se vanguardia”, “malditismo”, “rebelión tico: los parangolés de Hélio Oiticica
trata de un homenaje al centenario del política”, que hasta entonces transita- (uno dedicado al Che Guevara), los
nacimiento de Paul Klee, realizado en ban por niveles diferentes. Y si el po- ovos de Lygia Pape, las Urnas quen-
el barrio de Cajú en Río de Janeiro. pulismo de vanguardia proporcionaba tes de Antonio Manuel y la perfor-
Como se puede ver, y esto dicho sin el modo de interactuar con las masas, mance de Rogério Duarte con sus te-
ninguna ironía, el populismo chic de el marginalismo era la manera de ima- rribles perros amaestrados concretaron
vanguardia tuvo la virtud de, por un ginarse integrado con ellas. una promesa de arte participativo y de
24 lado, viabilizar y vitalizar la circulari- El extremismo cultural, artístico y oposición articulado alrededor del ac-
dad entre cultura alta y cultura popu- ético de esta actitud tenía que encon- to o del pueblo en acto. Pero a dife-
lar, y por otro, de potenciar al máxi- trarse, en un momento u otro, con la rencia de las puestas en escena de An-
mo la interacción entre densas catego- política. Sin duda, varios trabajos de tonio Manuel y de Rogerio Duarte, Oi-
rías provenientes de la estética y la principios de los sesenta admitían una ticica no buscaba un efecto exterior
vida cotidiana. lectura desde la política del arte, pero en el campo de la política. Su inter-
Además de la figura humana, los lo que sucede a fines de la década es vención crítica, en cambio, está en rela-
parangolés hacían otra inclusión ex- algo totalmente diferente: la perfor- ción con la liberación de las restriccio-
traña a la pureza pictórica del arte abs- mance artística del arte ambiental se nes corporales y con la ampliación de lo
tracto. Se trata de los slogans que, en vincula con la acción política propia- sensorial, y solo mediado por la forma
diálogo con las marchas multitudina- mente dicha en momentos en los que puede decirse que su arte es eficaz.
rias que se hacían en Brasil entre 1964 se vive una gran efervescencia popu- Oiticica llega a considerar esta ex-
y 1968, se inscriben sobre las telas y lar contra la dictadura militar instau- periencia como un antes y un después,
expresan poéticamente el antagonismo rada en 1964. El encuentro se produce y afirma que le reveló el futuro. En un
político: “Incorporo la revuelta”, “De en la exposición Apocalipopótese rea- texto escrito en Londres en agosto de
la adversidad vivimos”, “Estamos lizada en la explanada del Museo de 1969, se refiere a este evento de un
hambrientos”, “Sea marginal, sea hé- Arte Moderno de Río de Janeiro, en modo que recuerda al “Manifiesto An-
roe”. Esta última, que sirvió de ban- julio y agosto de 1968, en consonan- tropófago” de Oswald de Andrade por
dera a los tropicalistas y que protago- cia con las marchas que se estaban el modo de fechar retrospectivamen-
nizó un célebre caso de censura, con- realizando por esos mismos días.5 A te: “época: última semana de agosto
densa magistralmente el tipo de diferencia de lo que sucedió en la Ar- 1969 / há um ano da Apocalipopótese
desplazamiento que estaba realizando gentina con la ya mítica Tucumán ar- / da noite negra”. Sin embargo ese fu-
Oiticica: reconvertir la marginalidad de, los artistas brasileños –entre ellos turo –como el del Apocalipsis– no se
del vanguardista en el campo artístico Oiticica– no se sintieron tentados por concreta nunca y la promesa de Apo-
en una marginalidad más general que abandonar las instituciones del arte ni calipopótese se apaga dramáticamen-
incluyera también a los opositores po- por descartar los poderes de su espe- te con la “noche negra” instaurada el
líticos, al pueblo y, como símbolos de cificidad: por un lado, porque no tenía 13 de diciembre de 1968 por el Acto
este proceso, a los bandidos sociales. sentido dilapidar el entramado institu- Institucional número 5 del gobierno
El Bólide Caixa 18, Homenagem a Ca- cional de los museos de arte moderno que suprimía derechos y libertades ci-
ra de Cavalo (1965-1966), que repro- logrado en las espléndidas batallas del viles. Apenas cuatro meses después de
duce una foto de este bandido abatido concretismo; por otro, porque el anta-
por la policía con los brazos en cruz, gonismo político no se percibía nece- 4. En Glauber Rocha: Cartas ao mundo,
concreta esta reconversión y señala, sariamente más vigoroso que el artís- organización de Ivana Bentes, San Pablo,
como lo vio muy bien el propio Oiti- tico. Con la música popular del tropi- Companhia das Letras, 1979, p.435. Las
relaciones entre el voluble Glauber y Hélio
cica, el desplazamiento de preocupa- calismo, el cine de Glauber Rocha y habían conocido épocas mejores: en 1968,
ciones de orden estético a otras de or- otras manifestaciones, las prácticas ar- Oiticica participó como actor en Câncer, una
den ético. Mezcla de dandy y reo, úl- tísticas habían alcanzado un increíble de las expresiones más acabadas y felices de lo
timo baudelairiano, Hélio Oiticica grado de intervención e inserción cul- que aquí denomino populismo chic de
vanguardia.
escribe junto a la caja que homenajea tural. Con la consigna de “A Arte é 5. El término Apocalipopótese es una palabra
a Cara de Cavalo que para el bandido do povo e para o povo” y el apoyo del portmanteau creada por Rogério Duarte que
“el crimen es una búsqueda desespe- gobierno provincial y del diario Ulti- junta “apocalipsis” e “hipótesis”.
la realización del evento, los valiosos de instalaciones realizadas con slides
resultados que alcanza Oiticica con su de 35mm (fotos de imágenes de libros
arte ambiental pierden el contexto en o fotos regadas con cocaína), equipa-
que adquirían sentido: el de la cons- mientos vinculados al consumo de co-
trucción de un poder marginal y alter- caína (navajas, limas de uñas...), es-
nativo contra el autoritarismo militar pacios para los participantes (globos,
y la sociedad burguesa. hamacas, piscina) y cintas sonoras.6
Casi todas las cosmococas trabajan con
figuras de la cultura masiva: en Mai-
Segundo corte: Marilyn, leryn, por ejemplo, se proyecta, en un
Malevitch y la cocaína ambiente plagado de globos naranjas
y amarillos, fotos del libro de Mailer
Dos poemas que Oiticica escribe en sobre la Monroe maquillada con co-
Londres, antes de instalarse en Nueva caína, y fotos de tijeras, de un venti-
York, indican muy gráficamente las lador, de un parangolé y del equipa-
nuevas condiciones en las que deberá miento relativo a la droga. La única
desempeñarse como artista. El título que no trabaja con rostros humanos es
que llevan ambos es “Subterrânia” y, Nocagions que proyecta, además del 25
de un modo obsesivo, juegan con las equipamiento habitual de navajas y tu-
diferentes posibilidades del prefijo bitos de metal, imágenes del libro No-
“sub”: desde conceptos muy instala- tations de John Cage sobre el que se
dos en las ciencias sociales latinoa- esparcen, entre el orden y el caos, lí-
mericanas como “subdesarrollo”, has- neas de cocaína. En 1973 esta última
ta otros, como “sublime”, de larga tra- cosmococa se presenta en la casa del
dición en el campo de la teoría estética. artista, pero para una futura exhibi-
Los poemas ponen de manifiesto su ción pública las instrucciones prevén
deseo de abandonar el mundo del arte instalarla alrededor de una piscina ilu-
–algo que hace efectivamente cuando minada con luces verdes y azules, co-
llega a Nueva York– y de ir a la bús- lores fríos frente a los globos cálidos
queda o a la construcción de una cul- de Marilyn.
tura underground. Es en este proceso Creo que no habría que dejar de
de búsqueda que son pensadas las cos- admitir –lo que además tendría el efec-
mococas. El antagonismo y el “ejerci- to benéfico de apartarnos de una crí-
cio experimental de la libertad”, se- tica, como la de Oiticica, tan mimeti-
gún la gráfica fórmula de Pedrosa, ya zada con su objeto– que las cosmoco-
no pasan por la ocupación de los es- cas significan un retroceso, un
pacios públicos sino por lo que el mis- repliegue y hasta, si se quiere, una re-
mo artista denominó vida subterránea. ducción drástica del campo experimen-
En marzo de 1973 Oiticica con- tal. Muchas de las líneas que el artista
signa el plan para la primera cosmo- carioca había trazado laboriosamente
coca, a la que titula CC1 Trashisca- a lo largo de los años sesenta se cor-
pes y cuya traducción podría ser Ba- tan o son bloqueadas. En realidad, no
surascapes. Ésta, como las cuatro que es que Oiticica se detenga o claudi-
le siguen en agosto del mismo año, que, sino que el endurecimiento del
son realizadas en colaboración con el régimen militar le secuestra los mate-
cineasta Neville D’Almeida: CC2 riales con los que estaba trabajando.
Onobject, sobre Yoko Ono; CC3 Mai- Después de 1969, son impensables en
leryn, que usa el libro de Norman Mai-
ler sobre Marilyn; CC4 Nocagions, a 6. Para un análisis del proceso de composición
partir del libro Notations de John Ca- de las Cosmococas puede consultarse el ensayo
de Carlos Basualdo incluido en su libro Hélio
ge, y CC5 Hendrix-War, sobre la tapa Oiticica Quasi-Cinemas, Germany, Kölnischer
de un LP del guitarrista. Por su parte, Kunstveiren – New Museum – Wexner Center
CC6 Coke’s Head Soup se basa en la for the Arts and Hatje Cantz Publishers, 2001.
portada de Goat’s Head Soup de los Para una perspectiva más vinculada con el cine
Todas las ilustraciones de este artículo underground del periodo puede leerse
Rolling Stones y fue hecha en colabo- “Distracción, un estudio sobre algunas
pertenecen a la serie de las Cosmococas,
con excepción de la página 22 con cuadros
ración con Thomas Valentin. A estas experiencias visuales de Ivan Cardoso, Torcuato
del film HO de Iván Cardoso (1979) donde seis cosmococas hay que agregarles Neto y Hélio Oiticica” de Mario Cámara,
se ven los parangolés de Hélio Oiticica tres más para completar el conjunto Grumo, número 4, octubre 2005.
no debe llevar a la conclusión de que
lo que se produce es un olvido o un
borramiento del modernismo: por el
contrario, su obra –aun en la diferen-
cia– lo reinscribe como un elemento
dinámico e ineludible. Basta pensar en
los títulos vinculados con las cosmo-
cocas, para detectar las huellas de au-
tores claves del repertorio canónico:
“program in progress” remite a Ja-
mes Joyce y al lema work in progress
que identificó al Finnegans Wake en
su fase de redacción; “quase cinema”,
por su parte, es una cita del prólogo
de Stéphane Mallarmé a su poema Un
coup de dés: “sans présumer de l’ave-
nir qui sortira d’ici, rien ou presque
26 un art” (“sin presumir el porvenir que
surgirá de aquí, nada o casi un arte”),
Brasil eventos públicos en la ciudad, do y casi clandestino, ya no los cam- que sirvió como programa para diver-
experimentos con el espectador o un bios de la forma en oposición a las sas neovanguardias. Ambas invocacio-
arte del slogan. Como muchos otros políticas represivas del Estado sino la nes pueden ser leídas como el lugar
escritores y artistas de su país, Oitici- investigación sensorial de los cuerpos, del “porvenir” que pretende ocupar Oi-
ca inicia lo que la crítica llamó tan las percepciones y los valores, ya no ticica: una utopía sensorial de la pura
pintorescamente ego-trips, caminos in- la forma tratada desde la cultura bra- creatividad y del puro ocio (lazer), pa-
dividuales a caballo de la droga o de sileña sino desde la cultura de masas. ra la que creó el adjetivo de crelazer.
otras experiencias alternativas y total- Todo, como lo denominó el propio Oi- Sin embargo, más importante aún que
mente desligados de una militancia po- ticica, bajo un “estado de invención”. estas dos referencias, es la que hace
lítica tradicional. Oiticica, sin embar- Los cambios parecen demasiado drás- con la cocaína como pigmento.7 Es que
go, insiste en desarrollar, aun en las ticos, pero la insistencia de las Cos- el blanco de la cocaína también admi-
condiciones más adversas, algunos de mococas en las relaciones dinámicas te una lectura desde el modernismo: a
sus postulados experimentales. Las lí- entre margen, cuerpo y forma en la principios de los setenta, el “blanco
neas y las conexiones se redistribuyen invención del espacio o del “campo sobre blanco” de Malevitch se había
y los materiales se redefinen: ya no el experimental” continúan siendo ejes convertido en una verdadera obsesión
cuerpo de los sujetos populares sino que permiten reflexionar sobre sus in- para Oiticica. De hecho, los dos pa-
el de los medios masivos, ya no el venciones. rangolés que se incluyen fotografia-
éxtasis multitudinario de la fiesta sino Aunque la caracterización que ha- dos en las cosmococas Maileryn y
el solitario de la droga, ya no los es- ce Pedrosa de Oiticica como artista Trashiscapes están hechos con telas
pacios abiertos sino un ámbito cerra- posmoderno sigue siendo válida, esto de nylon blanco casi transparentes, así
como el libro Notations de Cage que
sirve a la cuarta cosmococa es una ta-
pa blanca sobre la que se dibuja el
blanco de la droga.8 El blanco se con-
vierte en un sinónimo de éxtasis y de
aprensión de lo inconmensurable (o lo
“cósmico”), y permite observar clara-
mente cómo Oiticica se posiciona fue-
ra del dominio artístico creado por el
modernismo sin, paradójicamente,
abandonar su forma a la que le asigna
todavía poderes cognitivos, estructu-
rantes y liberadores. Mientras en Ma-

7. La valoración del pigmento por razones no


exclusivamente vinculadas con el color no es
nueva: como se sabe, en el Renacimiento el
azul ultramarino que se extraía de la piedra
lapislazuli era el pigmento más caro y el que se
reservaba para el manto de la Virgen.
levitch la persecución de lo sublime ingresa en el espacio cerrado de la ex- cuestión de cómo hacer del goce, en
se realiza a partir de una progresión hibición y su gigantismo se proyecta las nuevas condiciones post-68, algo
hacia lo esencial de la pintura, en Oi- en las paredes. Con estos procedimien- público. Desde los goces clandestinos
ticica es la cocaína como pigmento la tos, las cosmococas parecen afirmar, de la droga a los infantiles del juego
que trata de mimar un sublime que es, por un lado, que nuestra relación con con globos. Si en los sesenta Oiticica
al mismo tiempo, lo que emana de los los cuerpos se ha modificado totalmen- descubre que el arte no debe situarse
medios masivos y sus rostros. Lo blan- te, que ya no se despliega en el espa- en espacios públicos preexistentes si-
co sublime converge con la droga, los cio público sino en los medios. Por no que debe inventarlos, la revelación
cuerpos en ocio, la música rock y con- otro, se reafirma el descubrimiento de de las cosmococas, pese a la falta del
temporánea y los rostros de los stars lo sublime en los mass media, típico cambio político en su horizonte, no es
de la cultura masiva. ¿Cómo leer a de los setenta y la consecuente trans- menos fundamental: la máquina sen-
Marilyn maquillada por Malevitch?9 formación de un espacio público que sorial del cuerpo no deja de trazar zo-
En nuevas condiciones, Oiticica antes era imaginado a escala humana. nas y líneas de fuga.
vuelve a testear las formas del espa- El problema es básicamente de dimen- Han pasado más de treinta años
cio público, ahora desde el espacio li- siones: frente a la grandiosidad y “uni- desde que Oiticica invitó a unos ami-
mitado de una sala que puede montar- lateralidad del cine-espectáculo”, cre- gos a su departamento en Nueva York
se en cualquier lugar. El cuerpo del ar el goce del cuerpo en el esparci- para mostrarles que no era cierto, co-
espectador o participante es colocado miento experimental del quase cinema. mo se decía en Brasil, que estaba aca- 27
cara a cara con la fuerza marginal clan- No es poco lo que se le pide al bado. Desde entonces hasta ahora,
destina y subterránea de la droga y participante de las cosmococas quien, cuando las cosmococas se exhiben en
con la fuerza de los medios masivos a arrojado en la caverna del conocimien- los museos, muchas cosas pasaron. En-
los que es imposible sustraerse. Seña- to de su propio cuerpo, está atrapado tre otras, se ha debilitado notablemen-
la Gilles Deleuze que “la droga ha entre tres goces antitéticos: el de la te el régimen de censura y represión
cambiado el problema de la percep- máxima concentración de singularidad en el que las cosmococas fueron pen-
ción, aun para los que no se drogan” de los rostros, el de la disolución y sadas, pero nuestras nociones del cuer-
y que por eso es tan importante reco- enmascaramiento de la cocaína y el po y del espacio siguen siendo nota-
nocer su causalidad o modalidad es- de la indiferencia y el juego que pro- blemente limitadas y el quase cinema
pecífica. La respuesta que da el filó- ponen las hamacas, la piscina o los de Hélio Oiticica no deja de ofrecer-
sofo francés es que lo específico de la globos. Lo que se le ofrece, en defini- nos el medio de una inesperada ex-
droga está en que el deseo inviste di- tiva, es un sublime del goce: sublime pansión.
rectamente el sistema-percepción.10 Al- porque testea las fuerzas de la forma
go de psicodelia hay en las cosmoco- fuera del arte pero sublime también 8. Esta cosmococa está dedicada a Augusto y
cas, ya sea en los globos de colores, porque se enfrenta directamente con Haroldo de Campos, con quienes Oiticica traba
en las imágenes proyectadas en la os- las energías de la vida y la autodes- un intenso contacto en esos años y en quienes
curidad o en las luces coloridas. Sin trucción. también se percibe este interés por “el blanco
sobre blanco” en diversos poemas, traducciones
embargo, a diferencia de casi todo el Podría pensarse este sublime que y artículos críticos. No casualmente el parangolé
arte del siglo XX vinculado a la droga plantean las cosmococas en un con- blanco reproducido en Trashiscapes también
(pienso en Henri Michaux, en Aldous texto más amplio de rehabilitación del está dedicado a Haroldo de Campos. En una
Huxley, en William Burroughs), Oiti- goce como noción que impugna a la carta inédita que Hélio Oiticica le envía a
Augusto de Campos se lee: “augusto, fue genial
cica no trabaja con la descripción de narración burguesa (no hay que olvi- que me hayas mencionado el libro de cage,
los efectos sino con el uso de su ma- dar que Oiticica estaba abocado a ha- notations: lo compré y es realmente increíble,
terialidad. Con la cocaína hace, como cer un arte antinarrativo) y que reivin- de una riqueza sin fin, cósmico, con un montaje
lo define él mismo, una “parodia de dica el entusiasmo dionisíaco. Hay que fantástico; he leído mucho silence también, libro
con el que siento una afinidad increíble. la
las artes plásticas”: si retorna a la pin- recordar que El placer del texto de construcción de esos libros son obra de genio”
tura es porque el caballete ahora son Roland Barthes –que participa del mis- (carta del 16 de octubre de 1971). Notations es
libros de tapa dura, el pigmento es la mo ánimo post-68– es del mismo año una compilación que hace John Cage de
cocaína y los pinceles, las navajas que que las cosmococas, y que la lectura partituras de diversos autores que contienen
nuevos sistemas de notación musical y que el
se usan para cortar la coca. La causa- de Nietzsche atrapa a Oiticica como propio Cage comenta siguiendo el sistema del
lidad específica de la que habla De- antes sólo lo habían hecho Merleau- I-Ching. El título de la obra de Oiticica juega
leuze, en cambio, no aparece asignada Ponty y Marcuse. Páginas enteras de con el significado de “cage” (jaula) en inglés y
a la droga sino que se desplaza a los textos nietzscheanos son pegados en la negación, mimetizándose con el título
Notations.
héroes de los medios masivos quie- sus cuadernos y, hacia fines de la dé- 9. Los maquillajes estaban a cargo de Neville
nes, en sus rostros, efectivizan percep- cada, la fórmula deleuziana “tragique D’Almeida y son llamados “mancoquillagens”
ción y deseo. Al agrandar desmesura- = joyeux” se transforma en una de sus en referencia a Manco Capac, el dios maya de
damente esos rostros, Oiticica altera divisas. Pero lo más original de la em- la planta de coca.
10. En “Deux questions sur la drogue”, ensayo
la relación de dimensión ‘natural’ con presa de Oiticica no está en los posi- incluido en Gilles Deleuze: Deux régimes de
los cuerpos que establecían los paran- bles intertextos sino en el modo en fous (Textes et entretiens 1975-1995), París,
golés: el carisma de esos personajes que lo sublime y la forma colocan la Minuit, 2003, p. 139.
Las armas de destrucción masiva del Dr. Fu Manchú

Pablo Francescutti

28
de destrucción o sojuzgamiento por un
agresor, por lo común no occidental,
concibe el deseo de devolver el golpe
incluso antes de que se produzca. Sus
antecedentes se remontan a enero de
1898, fecha de publicación de Edison
conquista Marte. Esta novela de Garret
Servis llegó a los lectores apenas un
mes después de la edición americana de
La guerra de los mundos del británico
H. G. Wells, primer relato de una
invasión marciana. La secuela,
publicada por entregas en The New York
Evening Journal, tenía por héroe a una
persona real, Thomas A. Edison, encar-
nación del ingenio nacional. El sabio, al
conocer los preparativos de una nueva
incursión procedente del planeta rojo,
decide anticiparse al enemigo y sale a
su encuentro para desintegrarlo con un
rayo de su invención, exterminando sin
De atenernos al discurso del gobierno 11-S y de las campañas militares en querer a toda la raza marciana. El con-
estadounidense, la guerra de Afganistán Oriente Medio recabó un considerable traste con el modelo no puede ser más
fue librada para erradicar un foco apoyo público para dichas intervencio- rotundo: a Wells le interesaba criticar el
terrorista; y la de Irak, con la finalidad nes, pero tenemos motivos para pensar colonialismo de sus compatriotas
de eliminar armas de destrucción masi- que su eficacia hubiera sido menor de imputándole sus métodos despiadados
va; en ambos casos siempre con el objeti- no operar en un terreno previamente a un invasor extraterrestre;1 su émulo
vo último de implantar la democracia sensibilizado por un imaginario cultural.
en la región. Pese al escepticismo de la No se trata de un hecho aislado;
1. Así lo expresa un personaje al referirse a los
opinión pública internacional respecto buena parte de la política, las corrientes
invasores: “Antes de juzgarlos con demasiada
de la autenticidad de tales móviles, en de opinión y la cultura americana del dureza debemos recordar cuánta despiadada des-
Estados Unidos gozan de una vasta siglo XX no se entenderían plenamente trucción nuestra propia especie le deparó no solo
aceptación; tanta que muchos de sus sin tener en cuenta los esquemas a animales como el extinto bisonte y el dodo, sino
a las razas inferiores. Los tasmanios, a pesar de su
ciudadanos siguen creyendo que los interpretativos de la realidad aportados
aspecto humano, fueron barridos por completo en
marines encontraron el temible arsenal por las industrias culturales. Para arrojar una guerra de exterminio librada por inmigrantes
denunciado por la administración Bush. luz sobre el caso que nos ocupa nos europeos en el lapso de cincuenta años. ¿Seremos
En su credulidad no debemos ver sólo centraremos en uno de ellos, al que unos apóstoles de la clemencia para quejarnos de
que los marcianos hagan la guerra con el mismo
el fruto de la tenacidad persuasiva de denominamos “relato victimista”. Di-
espíritu?”. (Wells, The War of the Worlds, New
los medios de comunicación de ese cho esquemáticamente, cuenta cómo York, Penguin Putnam, 1986, p. 5; primera edi-
país. Sin lugar a dudas, su cobertura del Estados Unidos, viéndose amenazado ción: 1898).
yankee, en cambio, propugna la innova- zanjada a favor de los primeros por el Gordon, el héroe de inconfundible aire
ción bélica como medio para alcanzar aparato exterminador de un inventor americano, y su acérrimo enemigo,
la supremacía nacional y de paso esboza anglosajón. Ni siquiera Jack London, Ming, el amo del planeta Mongo. El
una doctrina de la guerra preventiva, a un escritor de simpatías socialistas, fue déspota y sus huestes ostentaban rasgos
la vez que reduce el genocidio a un inmune a esos prejuicios: en su cuento orientales; sus largos mostachos recor-
“efecto colateral”. En resumidas cuen- “La invasión sin precedentes” (1910), daban a Fu Manchú; su nombre tenía
tas: Servis “nacionaliza” el subgénero Occidente se salva por muy poco de una reminiscencias chinas; “Mongo” remi-
de la invasión alienígena inyectándole invasión china gracias a un prodigioso tía a “Mongolia”, la patria del temible
el mesianismo del Destino Manifiesto. invento americano. Y en The Red Gengis Khan; y, conforme dicta el tópico
Que esta obra circulara el mismo año en Napoleon (F. Gibbons, 1929), la xeno- racista, Ming deseaba lúbricamente a
que Estados Unidos atacó a España fobia se amalgama con el anticomu- una mujer blanca: Dale Arden, la novia
para arrebatarle sus últimas colonias, nismo para animar el relato de la caída de Flash. Sus aventuras pasaron al cine
habla de su sintonía con el clima político de Boston en manos del caudillo mongol en forma de serial: El viaje a Marte de
reinante. soviético Karakhan, empeñado en fundir Flash Gordon (1938) mostró a Flash
La narración victimista se entrelaza todas las razas en una sola mediante el enfrentando a la Lámpara de Nitrón, un
con otro motivo recurrente: la xenofobia. mestizaje forzoso. lanzarrayos dirigido por Ming contra la
A finales del siglo XIX, la literatura El “peligro amarillo” tomó nombre Tierra; y en Flash Gordon conquista el
popular estadounidense contaba con y apellido en 1910, cuando el escritor Universo (1940), el héroe terrícola salva 29
buen número de archivillanos de origen irlandés Sax Rohmer presentó a los una vez más a la Humanidad de las
asiático. A diferencia del folletín euro- lectores al doctor Fu Manchú, un chino garras del alienígena-asiático.2 La
peo, obsesionado con futuras guerras megalómano educado en universidades inclinación de la ciencia ficción por el
en los campos de batalla del Viejo Mun- europeas que conjugaba la proverbial “peligro amarillo” se extendió a su
do, su homólogo americano prefería inhumanidad de los asiáticos con los vertiente literaria; en La sexta columna
situar a los enemigos en Oriente. Un saberes avanzados de Occidente. Con (1941), el escritor Robert A. Heinlein
ejemplo es Kiang Ho, el pirata chino- el trasfondo de la rebelión nacionalista imaginó la primer arma racista: un rayo
mongol educado en Harvard de La araña de los boxers, que en 1895 amenazó con que sólo mataba “simios amarillos”,
de mar eléctrica de Tom Edison Jr. (P. expulsar de China a los occidentales, vale decir, asiáticos.
Reade, 1892). La ocurrencia hizo Rohmer concibió un personaje imbuido Si en Gran Bretaña la entrada en
escuela del otro lado del Atlántico, y en del despotismo de los mandarines al escena de Fu Manchú y sus símiles
El peligro amarillo (1898) el británico mando de una sociedad secreta con coincidía con los temores a una reacción
M. P. Shiel imaginó a Asia y Europa tentáculos en la capital británica. anticolonialista, en Estados Unidos
arrasadas por el ejército del doctor Yen Popularizado por folletines de tiradas empalmaba con un movimiento
How, un conquistador mitad chino, millonarias, el siniestro sabio inspiró expansionista al Oeste. Al quitarle a
mitad japonés. Cuando sus tropas alcan- un caudal de versiones cinemato- España los archipiélagos de Guam y
zan el Canal de la Mancha, los ingleses gráficas, desde The Mysterious Dr. Fu Filipinas, la gran nación del Norte había
inyectan el cólera en unos prisioneros y Manchu (1929) hasta las interpreta- obtenido una posición estratégica en el
los liberan para que diseminen el mal ciones a cargo de Christopher Lee en Pacífico Oriental, en una vecindad
entre los suyos. ¡Jugada maestra! El los años 60, además de la serie televisiva inquietante con la potencia emergente
ataque bacteriológico elimina a cien de The Adventures of Fu Manchu (1955). del área: el imperio del Sol Naciente.
millones de invasores y desbarata los Una corriente de la cultura de masas se
planes de Yen How. Obra menor, el acomodó a la situación haciendo de los
texto de Shiel tuvo un impacto mayor al De Fu Manchú a Ming de Mongo asiáticos el adversario a abatir, y para
grabar a fuego en la cultura occidental ello se apoyó en prejuicios nacidos a
una percepción paranoica de los asiáti- El archivillano de Rohmer tuvo en mediados del siglo XIX, con la llegada
cos, vigente hasta nuestros días. Estados Unidos un desarrollo en clave a California de contingentes chinos para
Dicha percepción no dejaría de mu- futurista. Su metamorfosis arranca de trabajar en el ferrocarril. La clase obrera
dar de fisonomía. Tras la resonante la novela Armaggedon: 2419 (P. blanca, en especial la de origen irlandés,
victoria japonesa sobre Rusia en la Nowlan, 1928), cuyo protagonista Tony veía una amenaza en una mano de obra
guerra de 1905, los vencedores pasaron Rogers cae en letargo al inhalar un
a compartir con los chinos el estigma de misterioso gas y despierta cinco siglos 2. Quienes disfrutaron de estos mediometrajes en
“amarillos peligrosos”. Ya en 1907, el después, a tiempo para ayudar a sus su juventud aseguran que Hollywood no volvió a
producir un “malvado” tan atractivo durante dé-
escritor M. Manson noveló una agresión compatriotas a derrotar a las hordas cadas. Años más tarde, uno de aquellos jóvenes
japonesa contra Estados Unidos (un asiáticas dispuestas a aniquilar a la “raza espectadores reelaboraría a su gusto las andanzas
argumento retomado poco más tarde americana”. El salvador continuó sus de Flash, su amigo el Dr. Zarkov, Dale y Ming:
por J. U. Giesy en All for his Country); andanzas en la radio y en la historieta nos referimos a George Lukas. En La guerra de
las Galaxias el cuarteto sería traspuesto con los
y en 1908, Hamilton Sedberry dramatizó bajo el nombre de Buck Rogers. Su nombres de Luke Skywalker, Obi Wan Kenobi,
la lucha por el mundo entre blancos y fama inspiró al dibujante de comics la princesa Lelia y el malvado Darth Vader,
asiáticos en Bajo la bandera de la cruz, Alex Raymond un dúo célebre: Flash respectivamente.
dispuesta a extenuarse por una paga “desde adentro” contribuyó a fomentar ingenio americano, el fenomenal artilu-
inicua. En un plano más general, los la simpatía por la resistencia del pueblo gio es codiciado por espías enemigos;
occidentales temían que California chino a la agresión japonesa.5 Estos pero el agente federal Brass Bancroft se
dejase de ser una tierra para blancos ejemplos deben bastar para advertirnos las arregla para frustrar sus planes y
exclusivamente. En 1892, las suspica- que las representaciones del Otro conservar el artefacto en poder de Esta-
cias cristalizaron en restricciones de asiático disponibles en la cultura estado- dos Unidos, al que “haría invencible”.
alcance nacional: el Acta de Exclusión unidense no se agotan en el patrón xenó- Esta enésima puesta en escena de la
prohibió la inmigración y nacionaliza- fobo que constituye el foco de nuestro fantasía del arma absoluta posee un
ción de los oriundos del Celeste Imperio, análisis. interés particular por la identidad de
y más tarde, de los inmigrantes de Asia quien interpretaba a Bancroft: el actor
y Oceanía (el temor a una oleada impa- Ronald Reagan, que, décadas más tarde
rable de “nuevos americanos” de tez El sueño de la súper arma y en el solemne papel de presidente
oscura ayudó a que Filipinas no fuese americano, volvería a verse envuelto en
anexionada a la Unión). En paralelo En las ficciones americanas de prin- otro episodio relativo a fabulosos
cuajó un estereotipo negativo de los cipios del siglo XX, el patrón xenófobo emisores de radiaciones.
asiáticos (una raza uniforme, insensible y victimista se presentó asociado a un Que las ficciones tenían ciertas
al dolor y dotada de un coraje y una tercer elemento de índole tecnológica: conexiones con la realidad se pudo
30 resistencia inhumanos), marcados por una súper arma que garantiza a su constatar en 1945. Por aquel entonces
diferencias infranqueables respecto de poseedor una supremacía incontestable. se acortó a niveles impensados la
los occidentales. En términos funcio- Ahora bien; asumir semejante fantasía distancia entre los adelantos de la física
nales ese prejuicio era el equivalente militarista suponía una seria incohe- nuclear y los prodigios de la ciencia
kitsch de los clichés orientalistas acu- rencia para la gran nación del Norte, ficción; sin embargo, “durante esos
ñados en Europa para encubrirr el que se proclamaba amante de la paz y años, los únicos americanos expuestos
avasallamiento del continente asiático,3 enemiga del colonialismo; justificar sus a alusiones públicas a las armas atómicas
y cuya persistencia a través de las aspiraciones hegemónicas en nombre fueron los lectores de ciencia ficción.
sucesivas versiones del “peligro ama- de una voluntad imperial desembozada Al principio, el gobierno no prestó gran
rillo” certifica la fascinación y el miedo entraba en abierta contradicción con atención a la aparición de tales armas en
que Asia despertaba en la población de sus valores liberales y democráticos. lo que consideraba un ghetto sub-
las potencias que la sojuzgaban. Para sortear el cortocircuito ideológico, literario propio de niños y excéntricos.
Dicho esto, conviene aclarar que no los escritores introdujeron una coartada: Pero a medida que la ciencia ficción
todas las visiones surgidas en los ima- poner el súper armamento al servicio comenzó a perder ese monopolio en
ginarios anglosajones a raíz del contacto del fin más noble: acabar con la guerra favor del Proyecto Manhattan, cada
con los pueblos orientales participaban y hacer del mundo un lugar eternamente bomba atómica de la ciencia ficción
de ese recelo paranoico. En la literatura seguro para la democracia. Proliferaron devino un asunto extremadamente serio
decimonónica de la Europa continental así los duelos entre héroes americanos y para las autoridades”.6 En consecuencia,
abundan las representaciones de matriz villanos extranjeros por el control del cuando en marzo de 1944 la revista
romántica, al estilo del capitán Nemo lanzarrayos u otros emisores de radia- Astounding Science Fiction publicó el
de Julio Verne o del pirata Sandokán de ciones, historias que, por lo habitual, relato “Deadline”, en cuyo escenario
Emilio Salgari, ambos de origen noble concluían en un significativo happy end los Aliados se rehúsan a emplear un
–hindú el uno, malayo el otro– emble- político: en El hombre que puso fin a la arma nuclear contra el Eje por temor a
mas de libertad y rebeldía hermanados guerra (G. Hollis, 1908), un rayo desin- poner en peligro a la especie humana, la
por el odio a la corona británica. En la tegrador le permite a un investigador
reivindicación de esos heroicos pros- americano someter a todas las naciones 3. Edward Said, Orientalismo, Barcelona,
Endebate, 2003.
criptos se transparentan anhelos de una y sentar los cimientos de la paz; en El 4. En el cine de Hollywood las contradicciones
vida aventurera en un contexto pre- hombre que bombardeó la Tierra (A. (en este caso étnicas) se salvan mediante la for-
industrial, repletos de sentimientos Train y R. Wood, 1914), un lanzarrayos mación de una pareja sentimental entre los dos
antibritánicos derivados de las rivali- estadounidense sugestivamente deno- miembros de los grupos antagonistas, aunque
dicha conciliación se presenta por lo general
dades intercoloniales (la competencia minado PAX fuerza el desarme y la teñida de un paternalismo patriarcal que acaba
anglo-francesa, en especial). En la instauración del gobierno mundial; el reforzando las diferencias y jerarquías pre-
cultura americana detectamos signos filme The mask of Fu Manchu (1932, C. existentes (el hombre occidental seduce/domina
similares de fascinación; en Dragon Brabin) pone a Fu Manchú al frente de a la mujer oriental). Véase: G. Marchetti, Roman-
ce and the “Yellow Peril”, Berkeley, University
Lady, la femme fatal china de la his- un rayo capaz de resucitar a Gengis of California Press,1994.
torieta Terry y los piratas; en los roman- Khan, el azote de la Europa medieval; y 5. Véase K. Leong, The China Mystique, Berkeley,
ces interraciales de los filmes La casa Murder in the Air (1940, L. Seiler) University of California Press, 2005.
de té de la luna de agosto (D. Mann, escenifica la lucha por “la más terrorífica 6. H. Franklin, “Eternally safe for democracy: the
final solution of American science-fiction”, en P.
1956) y Sayonara (J. Logan, 1957);4 o arma jamás inventada”: un lanzarrayos Davies (comp.), Science-fiction, social conflict
en las novelas de Pearl Buck, la escritora capaz de detener aviones en el aire en and war, Manchester, Manchester University
americana criada en China, cuya mirada un radio de cuatro millas. Fruto del Press, 1980, p. 146.
editorial recibió la visita del FBI, cuyos de un dispositivo radiactivo es la revista McClure’s, donde leía historias
agentes, temiendo una filtración de solución insatisfactoria a que alude el de “guerras futuras” como la La invasión
secretos oficiales, ordenaron al editor título. El último acto de la Segunda sin precedentes y Locksley Hall, el
no publicar más narraciones alusivas a Guerra Mundial se aproximó notable- poema de Tennyson que desborda en
explosivos atómicos. La cosa no acabó mente a tales ficciones: la Casa Blanca visiones lindantes con la ciencia ficción.
ahí: a principios de 1945, el escritor dispuso el lanzamiento de un artefacto De hecho, unas semanas antes del
Philip Wyllie se vio sometido a arresto atómico sobre blancos civiles y puso fin bombardeo, el presidente le recitó a un
domiciliario por haber imaginado en su al conflicto. Como habían avizorado reportero sus versos relativos a una
novela The Paradise Crater una pos- los folletines, un pueblo asiático fue futura guerra aérea apocalíptica que
guerra en donde los nazis buscaban la masacrado en nombre de los ideales daría paso a una era de gobierno mundial
revancha con bombas de uranio 237, y más democráticos. La propaganda mili- pacífico: “el tambor de guerra dejó de
en abril del mismo año, la Oficina de tar, que cuidaba no confundir los nazis sonar y se arriaron las banderas de
Censura prohibió un episodio de Super- con los alemanes (gente blanca, al fin y batalla / en el Parlamento del hombre,
man titulado Destructor de Atomos, al cabo), no observó la misma distinción la Federación del mundo”.8
donde el Hombre de Acero luchaba en el frente del Pacífico y, echando Truman no era el único en soñar con
contra un ciclotrón, un acelerador de mano del libreto del “peligro amarillo”, una paz eterna cimentada en la posesión
partículas indispensable en la investi- igualó al pueblo nipón con sus gober- de dispositivos ultradestructivos. Los
gación nuclear. 31
La realidad estaba a punto de
sobrepasar a la ciencia ficción y ésta, a
su vez, invadía todos los ámbitos; ni los
militares podían sustraerse a su influjo
(en el Cuerpo de Ingenieros a cargo de
las instalaciones en donde se construía
la bomba A, aludían a ella como el
“Proyecto Buck Rogers”). La confusión
se intensificó con los bombardeos de
Hiroshima y Nagasaki, que parecen
descritos de antemano por los autores
de ciencia ficción. En efecto, las
decisiones tomadas por el presidente
Harry Truman respecto de la bomba
atómica presentan una gran semejanza
con The Vanishing Fleets, el folletín de
Roy Norton publicado en 1907.
Adelantándose más de tres décadas a
Pearl Harbor, narraba un ataque japonés
a traición. En respuesta los americanos
se alían con los británicos para imponer
la paz mundial. El primer mandatario, nantes fascistas: todos pertenecían a la físicos del proyecto Manhattan organi-
convencido de que su deber para con la misma raza cruel y depredadora. zados en la Federación de Científicos
Humanidad era utilizar la “máquina “La decisión de Truman de arrojar Atómicos compartían esa expectativa,
más mortífera jamás concebida... para bombas atómicas sobre Hiroshima y si bien pensaban que no sería factible
acabar con las guerras para siempre”, Nagasaki estuvo dictada por su creencia sin un rediseño radical de las institu-
enviaba contra el enemigo gigantescos en que la demostración de la súper arma ciones internacionales. Inspirados en
aviones movidos por radiactividad. La definitiva podría ciertamente poner fin las utopías tenocráticas de H. G. Wells
instauración de la paz mediante un arma a la guerra”, comenta el historiador H. y, en concreto, en la élite de sabios que
espantosa también había sido anticipada B. Franklin. “Su pensamiento era típico en su novela The Shape of the Things to
por un relato de Heinlein, Solution de millones de americanos de su Come (1933) pastoreaba una Humani-
Unsatisfactory (1941), donde en plena generación, educados en una matriz dad harta de guerras, pretendían que los
guerra mundial, y aunque su país todavía cultural burbujeante de fantasías gobiernos renunciaran a las armas nu-
permanece neutral, los científicos relativas a armas definitivas. Estas cleares y las colocaran bajo la supervi-
americanos facilitan a los británicos un fantasías modelaron las nociones sobre sión de una agencia internacional inde-
polvo radiactivo con el que rociar las las armas nucleares y las reacciones a pendiente. Para su decepción, los acon-
ciudades alemanas. Derrotado el Eje, ellas antes de que se materializacen”.7
7. H. Franklin, Eternally safe…, cit., p. 157.
Estados Unidos impone al mundo una Franklin se remonta a los años de 8. A. Merriman Smith, Thank you, Mr President;
benévola dictadura militar. La “pax juventud de Truman, cuando era un A White House Notebook, New York, Harper,
americana” asentada en el monopolio granjero de Missouri suscripto a la 1946, p. 286.
tecimientos tomaron un rumbo más anglosajona y puso en marcha un pro- mañana libre de carnicerías para
próximo al previsto en otra novela: grama nuclear; ingleses y franceses siempre. Por idéntica razón podemos
Lightning in the Night, publicada en harían lo mismo más tarde. Ni Truman especular con que Reagan no era del
1940 en la revista Liberty, un medio ni los escritores previeron que las “armas todo insincero cuando aseguraba que su
ligado al Ejército americano. En su absolutas” atizarían una carrera arma- fantástico proyecto de una red defensiva
argumento –surgido del encargo hecho mentista más onerosa y peligrosa que de satélites equipados con láser
por el Alto Mando al periodista Fred las anteriores. El Plan Baruch dejó claro (apodado “Guerra de las Galaxias”)
Allhooff para que dramatizara una cuánto pesaba la fantasía del “arma que garantizaría la paz mundial.9
hipotética invasión a Estados Unidos–, pondría fin a las guerras” en la agenda
el presidente americano, tras acabar con política estadounidense. No se trataba Este artículo se detiene a mediados del
la Alemania nazi por medio de bombas de una influencia pasajera, inducida siglo XX, no obstante, el complejo
atómicas, presenta al mundo un por la embriaguez de una victoria cultural descripto volverá a aflorar en
ultimátum planteando la necesidad de aplastante. Nada de eso; las fantasías de las décadas siguientes.10 Al lector no le
poner la oferta mundial de uranio y la armas definitivas, sea en el papel de costará trabajo identificar su influjo en
tecnología asociada en manos de un aliado estratégico o adversario terrible, la figura del archivillano docto en
comité de expertos supervisado por continuarían modelando la imaginación islamismo, economía e ingeniería, a la
Estados Unidos. Su país mantendría el a lo largo de la Guerra Fría. Las imágenes cabeza de una internacional terrorista
32 monopolio nuclear hasta que, en un de una supremacía incontestada avalada dotada de armas de destrucción masiva
futuro impreciso, fuera traspasado a por la alta tecnología incitaron a la y sicarios en los cinco continentes; ni
una agencia internacional. “Cuando el administración Truman y sus sucesoras deberá sorprenderse si, en un futuro no
mundo se haya recuperado y liberado, a lanzarse a una carrera frenética en pos muy lejano, el cliché regresa al punto
un Consejo de Naciones se hará cargo de medios de aniquilación aterradores, de partida al servicio de la satanización
de la tarea que hoy asumimos”, promete activa hasta el día de hoy. de una China que se alza como un
el mandatario. ¿Copiaba la realidad a la ficción? contrapoder frente a Estados Unidos.
Más o menos eso venía a decir la ¿Los estrategas del Departamento de Ahondar en las circunstancias de ese
propuesta presentada por la adminis- Estado alternaban la lectura de Foreign afloramiento merecería otro estudio;
tración Truman a la Asamblea de las Affairs con la de obras de pulp fiction? contentémonos con resaltar, a modo de
Naciones Unidas en junio de 1946, con Más afinado sería decir que ficciones y conclusión, la actualidad del imaginario
el propósito expreso de asegurar la paz discursos políticos abrevaban en una movilizado por el “relato victimista” y
y el desarme. De su exposición se en- constelación cultural compuesta de coincidir con Howard McCurdy 11
cargó el representante americano ambiciones imperiales, fe ciega en las cuando afirma que los gobiernos ame-
Bernard Baruch. En un sorprendente soluciones tecnológicas (technical fix) ricanos “no pueden actuar sin visiones
calco del ultimátum de Lightning in the y sentimientos ambivalentes hacia que estimulen y entretengan. Repetidas
Night, el portavoz anunció a los dele- Extremo Oriente. Reconocer ese origen veces en el curso de los asuntos públi-
gados allí reunidos: “Debemos escoger común no disminuye en modo alguno la cos, las obras de imaginación han gana-
entre la Paz Mundial o la Destrucción influencia ejercida por las narraciones do adeptos para nuevas causas: la con-
Mundial”. Se había llegado a esa crisis, populares, cuya eficacia dramática las servación de los recursos naturales; la
explicó, porque Estados Unidos estaba convertía en modelos para la acción. abolición de la esclavitud; la regulación
en posesión “del arma absoluta”; y Como Paul Veyne respecto de los de fármacos y alimentos; la exploración
añadió que la única manera de sortear el pueblos mediterráneos, podríamos espacial”, y por último –añadimos noso-
peligro pasaba por entregar los secretos preguntarnos: ¿creían los americanos tros– el choque de civilizaciones.
técnicos de la fisión a un comité de en sus mitologías? Pero la cuestión
expertos en materia atómica (los estaría mal formulada; sería como
científicos anglosajones). Ninguna preguntar si los americanos creían en la
nación estaría autorizada a disponer de cultura que los impregnaba y modelaba,
armas nucleares salvo Estados Unidos, y con cuyos ingredientes construían sus 9. Pablo Francescutti, La pantalla profética,
Madrid, Cátedra, 2004, capítulo IV.
que las conservaría hasta tener una guiones existenciales. Quizás la 10. Una prueba la tenemos en los temores estado-
garantía de paz duradera frente a peculiaridad del caso estadounidense unidenses aparecidos en los años 70 y 80 ante el
posibles agresiones. Por consiguiente, estribe en la precoz colonización por las empuje comercial de Japón. El miedo a que las
las naciones debían someterse a la industrias culturales de su esfera pública, exportaciones niponas compitiesen exitosamente
con sus mercancías e incluso las desplazaran de
autoridad de un organismo dominado colmada de visiones capaces de excitar su mercado doméstico, hizo revivir en la prensa
por su país. Hasta ahí el parecido entre la imaginación de las masas y de las de negocios la fantasía del “peligro amarillo”,
ficción y realidad; pero, a diferencia de élites en igual grado. Resulta por ello esta vez en clave económica. El mensaje seguía
la novela, en cuyo escenario las naciones verosímil pensar que a Truman, junto siendo el mismo: los asiáticos se mostraban capa-
ces de apropiarse de la tecnología de Occidente y
se doblegaban frente a los americanos y con el afán de ahorrar vidas de marines volverla en su contra.
se instalaba la paz perpetua, la Unión y la intención de amedrentar a los 11. H. McCurdy, Space and the American
Soviética rechazó de plano una pro- soviéticos, lo animaba la confianza en imagination, Washington, Smithsonian Institution
puesta dirigida a uncirla a la hegemonía que el fogonazo nuclear alumbraría un Press, 1997, p. 6.
Modelo para armar
Buenos Aires, de la crisis al boom

Adrián Gorelik

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sentado en términos épicos: cada ini-
ciativa del siempre profuso escenario
porteño fue leída como un renacimien-
to de las cenizas; especialmente aque-
llas muchas que buscaron vinculacio-
nes explícitas con la crisis, desde la
alquimia miserabilista de Eloísa car-
tonera hasta el productivismo ingenio-
so de Churba o el voluntarismo voca-
cional de los centros culturales en fá-
bricas recuperadas. No es fácil
encontrar algún debate que entonces
se hiciera cargo de los caminos varia-
dos que tomaba este resurgimiento del
compromiso artístico: todas las inicia-
tivas parecían confluir con su granito
de arena en la gran epifanía de la cre-
atividad infinita de los argentinos. Una
perspectiva optimista en la que curio-
samente se unían la simpleza populis-
ta de la película La toma y la paque-
tería naïf de las columnas de Alicia de
Arteaga en La Nación, siempre dis-
La crisis en el boom sin que hayamos comenzado a enten- puesta a encontrar en los más nimios
der la primera. acontecimientos artísticos de Buenos
Una de las imágenes más recurridas Para comprender cómo se pasó de Aires las marcas de su destino mani-
para hablar de Buenos Aires en los la crisis al boom, lo primero que hay fiesto como capital cultural.
últimos tiempos es la del boom, al pun- que reconocer es que en el núcleo mis- Y en directa relación con este
to que se hace difícil recordar el esta- mo de la débacle comenzaron las in- boom cultural, un boom turistico pe-
do de ánimo imperante cuando, no ha- terpretaciones eufóricas. Al inicio fue culiar, como bien ejemplifican las vi-
ce tanto sin embargo, sólo se hablaba el boom de la sociedad civil moviliza- sitas de Naomi Klein acompañando la
de crisis, la ciudad se representaba co- da, como si el activismo frenético o realización de La toma: el turismo mi-
mo un campo después de la batalla y las acciones solidarias de algunos sec- litante. La crisis colocó por fin a Bue-
todos coincidían en que, finalmente, tores hubieran podido redimir a toda nos Aires en el mapa global del acti-
Buenos Aires se había topado de fren- la sociedad de las opciones tomadas vismo (y la salida de la convertibili-
te con el destino latinoamericano que durante una larga década y, sobre to- dad, en el mapa de los destinos
siempre había creído esquivar. De la do, como si la movilización misma hu- accesibles). Se iniciaron, así, los pi-
crisis al boom ha pasado muy rápido biese sido una respuesta a la crisis y que-tours vendidos en Nueva York (si-
el tiempo en Buenos Aires; tanto, que no uno de sus síntomas más agudos. guiendo el ejemplo de los zapa-tours,
los análisis del segundo se atropellan En seguida fue el boom cultural, pre- de moda en temporadas anteriores), pe-
ro también los villa-tours de autoges- de pasar el chubasco y retomar un ca- puesto: porque la gran novedad de es-
tión local. Y se multiplicaron los pro- mino virtuoso desandado en los no- te boom inmobiliario –el sello implí-
yectos político-culturales radicados en venta), se pasó muy rápido a una nue- cito con que en definitiva la crisis tam-
Buenos Aires, desde el artista suizo va meseta de normalidad. Aunque es bién se manifiesta en él– es la frag-
que vende souvenirs de cartoneros por algo más que normalidad: que la sali- mentación. El nivel de los valores del
Internet hasta la muestra “Ex-Argen- da de la crisis haya asumido la forma suelo y de la construcción en los dife-
tina”, montada en Colonia durante la del boom urbano dice mucho de esta rentes barrios fue siempre muy parejo
crisis por artistas alemanes y argenti- sociedad bipolar. El boom supone un en Buenos Aires, mientras que hoy
nos (cuya continuación puede verse en plus celebratorio y exitista, que no só- asistimos a diferencias de precios de
estos días en “La normalidad” en el lo se desentiende de las razones de la cinco y seis veces entre una y otra
Palais de Glace). emergencia, sino que las devuelve con- área de la ciudad. La recuperación no
Todos estos epifenómenos de la tra sus victimas más indefensas. es igual para todos, y lo que no pue-
crisis tenían el ambiguo rol de denun- De modo que hoy el boom urbano den ocultar ni los diagnósticos más op-
ciarla poniendo en evidencia, al mis- ya implica sin más la idea de una re- timistas del boom es la consolidación
mo tiempo, la vitalidad de la sociedad activación explosiva y exitosa, reco- de los abismos sociales y económicos
que la sufría, lo que le daba a la de- nocible a simple vista en el circuito que se abrieron con la crisis, su cris-
nuncia esa particular coloración opti- turístico y el mercado inmobiliario, por talización, simultánea a su naturaliza-
34 mista. Y esto quizás sea una constante nombrar las dimensiones más eviden- ción, el extraordinario efecto discipli-
en Buenos Aires: el modo en que las tes con las que se solazan los medios. nador que produce la rapidez del ciclo
visiones externas han contribuido El turismo por primera vez se ha con- crisis-boom. Frente a los viejos esque-
siempre a alimentar la tan local ten- vertido en un fenómeno palpable en mas concéntricos o norte-sur, un ma-
dencia a la autoindulgencia. De todas Buenos Aires: se trata ahora de un tu- pa de los valores inmobiliarios de la
maneras, esos booms mantenían acti- rismo normal, mucho más numeroso Buenos Aires de hoy podría leerse co-
vadas las huellas de la crisis de la que que los primeros contingentes militan- mo el gráfico de la sociedad post-cri-
surgían: eran más bien efectos de lec- tes, que registra de la crisis solo los sis: la potenciación escandalosa –más
tura, perspectivas sobre una tragedia precios bajos en términos internacio- escandalosa aún por silenciosa– del ar-
que la sociedad estaba experimentan- nales; una diferencia económica con chipiélago urbano que comenzó a di-
do con aguda sensibilidad. Muy rá- la que ha conseguido el milagro de señarse en los noventa.
pidamente, nuevos booms comenza- levantar dos muertos de la tumba, el Pero lo más notable del boom in-
ron a ofrecer significados emancipa- tango y la calle Florida. Pero también mobiliario es que, a diferencia de otros
dos de la crisis y ya Buenos Aires hay un turismo para el circuito cultu- registros del humor social, no necesi-
pareció recuperar sin ambigüedades ral más local, que busca la diversidad ta tomar distancia de los noventa; por
sus rostros más glamorosos. Los nue- y complejidad de la cartelera teatral, el contrario, todo en él remite a los
vos booms permitieron conjugar la cri- los festivales de cine o el movimiento noventa, como si los desarrollos urba-
sis en pasado, recolocándola en el mol- del mercado de arte con sus expresio- nos de entonces no hubieran tenido
de más tranquilizador de lo excepcio- nes típicamente urbanas y globales, co- nada que ver con su desenlace crítico.
nal transitorio (finalmente, qué gran mo las gallery nights. Un turismo que, Los barrios cerrados se han reanima-
ciudad no tiene también sus momentos con esa mezcla de paternalismo y gus- do al punto que Nordelta, el modelo
de crisis). to por lo pintoresco consustancial a la de ciudad privada más ambicioso que
Así, aquellos aspectos oscuros de mirada extranjera, valora en Buenos parecía haber sido jaqueado por la cri-
la vida urbana de una metrópoli lati- Aires una doble diferencia: una ma- sis, se ha relanzado con suceso. Y la
noamericana, como los cartoneros, que yor energía social respecto de las ciu- tipología que lidera el boom inmobi-
durante el año 2002 se descubrían con dades desarrolladas y una mayor den- liario es un producto típico de los no-
horror y sentimiento de urgencia –aun- sidad cultural y urbana respecto de venta: la torre-country, llamada en la
que venían estando allí, a la vista del otras ciudades latinoamericanas. Tam- jerga inmobiliaria “torre premium”,
que tuviera ojos para ver, desde mu- bién por esa vía Buenos Aires se en- que ocupó el 47% de los proyectos
cho tiempo atrás–, dejaron de apare- cuentra con su espejo predilecto, re- residenciales del año 2005.1 Es una
cer como el síntoma de fallas estruc- cuperando sus más rancias represen- torre que se aísla dentro de la manza-
turales y colectivas y, una vez más, se taciones. na para ganar las posibilidades de ma-
naturalizaron, convertidos en esceno- El otro boom, el del mercado in- yor altura que sigue dando el Código
grafía, incómoda sólo en sus manifes- mobiliario, se ha independizado más de edificación desde que lo instauró
taciones más álgidas, de la vida coti- radicalmente de los últimos rastros de la dictadura (responsable en los años
diana de la ciudad; se retiraron nueva- la crisis, superando las ventajas relati- setenta de la multiplicación de torres
mente a su condición de invisibilidad. vas de la devaluación, ya que los pre- que saturó Belgrano), pero con dos
Sin debates sobre las causas profun- cios han llegado en dólares a niveles agregados novedosos frente a las to-
das de la crisis y sin políticas que bus- mucho mayores que los de los mejo- rres tradicionales: los “servicios de
caran afectarlas (alimentando la cre- res momentos de la convertibilidad. En country club” –jardines, piletas de na-
encia de que se trataba simplemente algunas zonas de la ciudad, por su- tación, canchas de tennis, jaulas de
golf, locales para fiestas, etc.– y el cer- dero funciona como una gated com- venta y el ciclo post-crisis. Puerto Ma-
co de protección perimetral. En térmi- munity (abierta al turismo ocasional), dero fue sin duda la postal más expre-
nos de mercado, todo indica que lo así que las torres-country no hacen allí siva de Buenos Aires durante los no-
verdaderamente decisivo en el éxito sino potenciar la peculiar urbanidad y venta: el emprendimiento le devolvió
de la torre-country es la oferta de se- los extraordinarios standards genera- a la ciudad un rol de liderazgo regio-
guridad, ya que, a diferencia del resto les de seguridad (más allá de la vo- nal en términos urbanos, siendo una
de los servicios, las murallas hacen al- luntad de los proyectistas del Master- de las primeras y más llamativas ope-
go más que cubrir necesidades simbó- plan, que creían continuar en el puer- raciones latinoamericanas del “plane-
licas de status.2 to la lógica pública amanzanada de amiento estratégico” que se imponía
En los noventa, cuando la nove- Buenos Aires sin contar con la lógica internacionalmente como nueva mo-
dad más llamativa eran los barrios ce- social y económica de enclave que ter- dalidad de gestión de la ciudad; y ese
rrados suburbanos, algunos quisieron minaría imponiéndose). La profilera- nuevo protagonismo tuvo su correlato
ver en las primeras torres-country una ción de la torre-country en Palermo, interno en las funciones económicas y
alternativa progresista: se argumenta- en cambio, forma parte de un proceso simbólicas que el Puerto cumplió, con-
ba que sostenían los valores de la ciu- complejo de renovación y transforma- virtiéndose en el principal sector de
dad central ante los sectores sociales ción de un tejido social y urbano exis- desarrollo inmobiliario y en la imagen
que estaban protagonizando la mudan- tente. El núcleo de la transformación deseada para la modernización de Bue-
za. Pero ambas tipologías forman par- se ubica en lo que hoy se llama Paler- nos Aires, capaz de permitirle ingre- 35
te de la misma lógica de “bolsones de mo Nuevo (con eje en la avenida Bull- sar por la puerta grande al nuevo tiem-
riqueza” de los años noventa: la torre- rich), pero ya se extiende notoriamen- po de la globalización. Desde la cri-
country es la colonización de la ciu- te a lo largo de Juan B. Justo como sis, en cambio, aunque el desarrollo
dad central por esta lógica de funcio- una cuña dinámica desde la que se va de la urbanización del Puerto se ha
namiento urbano que nació con los ba- introduciendo en las dos porciones de completado y sus precios se han dis-
rrios privados en las zonas más Palermo Viejo a las que la imagina- parado, aunque los turistas siguen vi-
alejadas de la periferia y que se com- ción inmobiliaria ha llamado Palermo sitándolo, su carácter representativo ha
plementa con las autopistas y los me- Soho y Palermo Hollywood.4 virado: sigue siendo una postal, pero
ga-centros de consumo y espectáculo. Es interesante que las zonas más ya no de Buenos Aires sino de los
Se trata de tipologías de enclave, dis- dinámicas en el movimiento económi- noventa, la combinación de globaliza-
positivos enclaustrados que dan for- co actual de la ciudad, igualadas por ción financiera, frivolidad urbana y ne-
ma urbana a la polarización social ac- el suceso tipológico de la torre- gocios sucios que una figura como
tivando la decadencia de las redes country, sean Puerto Madero y Paler- Alan Faena encarna a la perfección.
públicas de la ciudad. Con la torre- mo, porque suelen ser representadas Viceversa, desde el mismo mo-
country, además de la ruptura siste- como paradigmas urbanos opuestos, mento de la crisis, Palermo emergió
mática de la trama urbana, desaparece que marcarían los dos momentos su- como la postal de recambio, capaz de
la riqueza pública de la calle, conver- cesivos de la ciudad reciente, los no- reconciliar a la ciudad con las escenas
tida en tierra de nadie, cambiando, a
un costo social irremontable, la segu- 1. Según un informe de la Inmobiliaria Ramos, cobrando un plus para su uso o con normas de
ridad colectiva que da el uso intenso y citado en Arq, supemento de arquitectura del prohibición (por ejemplo, la de sacar sillas
múltiple de la calle urbana por unas diario Clarín, 27 de diciembre de 2005, p. 20. propias a los jardines, para evitar que haya más
Ya sobre finales de los noventa la torre-country gente que la determinada por la cantidad de
migajas de seguridad precintada. estaba en la punta del desarrollo inmobiliario: reposeras instaladas), op. cit., pp. 88-89. Ver
Pablo Cicolella mostró que en 1998, frente a la además, la serie de notas publicadas por Mario
mayor espectacularidad de los barrios cerrados, L. Tercco en el sitio web Café de las ciudades:
Palermo: los espectros del las torres-country sin embargo representaban el “Los deseos imaginarios del comprador de Torre
doble de inversión de la industria de la Country” (año 4, número 33, julio de 2005) y
espacio público construcción, siendo el principal rubro económico “La génesis de Torre Country” (año 4, número
en toda el área metropolitana; ver “Globalización 34, agosto de 2005).
Aunque es posible encontrar ejemplos y dualización en la Región Metropolitana de 3. Según un informe reproducido en la sección
de torre-country en muchas partes de Buenos Aires”, Eure N° 76, Santiago de Chile, Economía & Negocios de La Nación, 21-02-
1999. Sobre el fenómeno de las torres- country 2006, p. 3, el 83,4% de la construcción de
la ciudad (al ser el encierro y el con- puede verse Max Welch Guerra y Paula Valentini, vivienda de lujo en Buenos Aires esta
traste con lo público su principal ar- “Torres jardín en Buenos Aires. Proyecciones de concentrado en esos dos barrios.
gumento, se convierte en un enclave una tipología habitacional”, en M. Welch Guerra 4. Sobre el actual desarrollo de torres-country
ideal, potencialmente, para insertarse (editor), Buenos Aires a la deriva. en Palermo, ver las dos notas de la página web
Transformaciones urbanas recientes, Editorial Café de las ciudades (año 4, número 35,
también en barrios deprimidos, apro- Biblos, Buenos Aires, 2005. septiembre de 2005): Daniela Szajnberg y
vechando el menor valor de la tierra y 2. En el artículo citado, Welch Guerra y Christian Cordara, “La transformación de
extendiendo su oferta hacia abajo de Valentini muestran la mezquindad de los Palermo Nuevo, Pacífico y el eje de Juan B.
la pirámide social), los dos barrios en “desarrollos paisajisticos” en las plantas bajas Justo – Intendente Bullrich. Desarrollo
de las torres y la desproporción entre los inmobiliario selectivo en la ciudad de Buenos
los que la tipología ha prosperado al servicios y los habitantes (una cancha de tenis Aires”, y Carmelo Ricot, “El Nuevo Orden
punto de definir su perfil son Puerto o una parrilla para 100 departamentos, por Palermitano. Comienza la fase de post-
Madero y Palermo.3 Todo Puerto Ma- ejemplo), lo que en muchos casos se resuelve boludización”.
y los valores de la hora. Claro que en
esta representación pasa a un segundo
plano el desarrollo de las torres-
country y se apunta al fenómeno del
circuito cultural, comercial y gastro-
nómico de Palermo Viejo, pero vere-
mos que ambas caras deben ser pen-
sadas de conjunto. El Palermo que se
erige como emblema alternativo a las
luces estridentes de los mega-empren-
dimientos de enclave, típicos de los
noventa, es el barrio tradicional de la
densa trama comunitaria y el espacio
urbano amable, en el que, por añadi-
dura, el explosivo suceso comercial
asociado al diseño y la cultura juvenil
pareció, en los momentos posteriores
36 a la crisis, la ilustración urbana del
“vivir con lo nuestro”.
Palermo Viejo se venía preparan-
do para ese rol, podría decirse, desde
los años ochenta. Su patrimonio de
viejos caserones venidos a menos a lo
largo de tranquilas calles arboladas y
su escaso valor relativo de mercado
desplazaron allí el interés inicial por
San Telmo (demasiado protegido por
restricciones legales) de capas de pro-
fesionales medios, en altísima propor-
ción arquitectos. Y en Palermo se en-
contraron con el plus de la idea de
“barrio” como medio ambiente urba-
no ideal. Una idea que entonces anu-
daba un tipo de programa arquitectó-
nico (la restauración historicista de la
vivienda individual frente a la pasión go, Borges) con una voluntad asocia- bleísta del 2002.
modernizadora por la vivienda colec- cionista de los sectores populares (que Pues bien, Palermo fue vanguar-
tiva de las décadas anteriores), un tipo la historiografía estaba comenzando a dia de todo ello y ejemplo más logra-
de operación urbana (el “urbanismo exhumar) a través de la cual parecía do, al punto que, incluso en la actual
de lo pequeño”, en boga en el debate posible encarnar los valores más ca- frivolidad generalizada, todavía guar-
internacional con el ejemplo de los pri- ros de la transición democrática. Así da restos en algunas respuestas origi-
meros ejercicios micro de transforma- se explica la activa política municipal nales y eficaces a la miseria urbana,
ción berlinesa, frente a las fáusticas que en los años ochenta buscó conso- como las que vienen realizando desde
operaciones de la planificación tradi- lidar redes de participación social y el 2001 la Sociedad de Fomento de
cional), y un tipo de articulación ciu- cultural, aplicando en la idea de ba- Palermo Viejo con la cooperativa de
dad / sociedad civil que el pensamien- rrio la voluntad descentralizadora y an- cartoneros El Ceibo, cuyo plan piloto
to social comenzaba a formular en to- tiburocrática que estaba en el aire de de reciclaje es tomado por el Gobier-
do el mundo como clave de la vida los tiempos; se formaron los consejos no de la Ciudad como modelo para el
democrática, el espacio público. vecinales, los centros culturales barria- anunciado plan de Basura Cero. Pero
El “barrio” fue un espacio denso les y se alentó toda una serie de ini- pese a este carácter simbólico, o qui-
en los ochenta porque articuló cues- ciativas, como los talleres de historia zás justamente por él, con su extraor-
tiones muy candentes de la cultura po- oral o la recuperación de la red de dinario suceso inmobiliario y comer-
lítica y de la cultura urbana en un ro- pequeños clubes, dejando inscripto en cial Palermo también expresa, mejor
mance del espacio público, que en el barrio un sentido común progresista que los típicos ejemplos de los noven-
Buenos Aires podía alimentarse ade- que conecta el consenso sobre la nece- ta, la caída de las esperanzas urbanas
más de la memoria de una larga tradi- sidad de división de la ciudad en comu- de la década de 1980, convirtiéndose
ción en la que se mezclaban momen- nas, registrado en la Convención Cons- en excelente guía del itinerario reco-
tos clave de la cultura porteña (el tan- tituyente de 1996, con la fiebre asam- rrido por la ciudad desde entonces: el
fracaso del supuesto de que el diseño Londres no había población que des- ciando de contenido la vida pública
fragmentario de la ciudad podía re- plazar –y esa ausencia de conflicto urbana.
cuperar la pequeña escala de la inter- potencial fue uno de los principales Ahí es donde la convivencia de
vención cualitativa, revalorizar la tra- aciertos de la elección del Puerto co- torres-country y barrio tradicional
ma tradicional de la ciudad, recupe- mo foco de transformación “estraté- cumple su función global. Si el suce-
rar la identidad del lugar con sus gica” de la ciudad–; se intentó y fra- so de Palermo Viejo se monta como
habitantes y proponer nuevos meca- casó en el Abasto; y ahora se está un simulacro de alta cualidad urbana,
nismos de participación y decisión. intentando en algunos puntos selec- ofertas culturales y comerciales que
Eso es lo que se propuso el “planea- tos de Barracas con la ayuda elegan- parecen reponer las características de
miento estratégico” como recambio te de las damas de Casa FOA. Pero la ciudad tradicional, con su rica mez-
progresista de la planificación tradi- el modo de la transformación urbana cla de trabajo y ocio a lo largo de
cional: hacer operativo el romance del y social en Buenos Aires sigue presi- calles transitadas por multitudes, es
espacio público. Pero si la cualidad dida en gran medida por el paradig- porque también funciona como la
del espacio público de Buenos Aires ma de la renovación, más que el de contracara necesaria de la transfor-
estuvo apoyada tradicionalmente en la revalorización patrimonial. El gran mación más amplia, la de los mega-
la extensión a los barrios de una no- cambio actual, respecto de esa moda- emprendimientos y los enclaves ur-
table homogeneidad social, cultural lidad principal, es que si siempre la banos en la ciudad archipiélago: co-
y urbana, que movilizó a toda la ciu- ciudad había acompañado con trans- mo ha señalado David Harvey, estos 37
dad contra la erección de zonas ex- formaciones generales la extendida “lugares nodales de cualidad”, pro-
clusivas, desde los noventa, en cam- movilidad de la sociedad, hoy esas ducidos como atractivo cultural que
bio, la ciudad funciona como una con- transformaciones asumen la forma del remite a los valores urbanos tradicio-
tinua desagregación de exclusividades. enclave ensimismado en el que los nales, se han convertido en parte cen-
Y dentro de esa lógica, el despegue de fragmentos supérstites de aquella mo- tral de los requerimientos de compe-
un barrio tradicional como Palermo vilidad se autocontienen y buscan re- titividad de los territorios metropoli-
también cumple su papel. cortar su diferencia: la torre-country tanos. 5 Son espectros de espacio
¿Cómo pensar la transformación es su materialización más perfecta. público, en el sentido en que Ulrich
de Palermo en estos últimos cinco Si examinamos el circuito fashion Beck llama a ese tipo de categorías
años? Un modo posible, a tono con de Palermo Viejo, vemos que el ba- que siguen operando en los discursos
lo más habitual en otras ciudades, es rrio sigue mostrando básicamente un sobre lo social aunque nombran fe-
ver en su reconversión explosiva en contenido social de clases medias, pe- nómenos ya irreconocibles en ellas:
distrito fashion del diseño y la comi- ro que han usado el potencial inmobi- categorías-zombies.6 El espacio pú-
da gourmet, la primera experiencia de liario del barrio como mecanismo ur- blico aparece entonces bajo la forma
gentryficación en Buenos Aires. Sin bano para “salvarse” de la crisis: con- del parque temático, espacio fantas-
embargo, la palabra gentryficación no virtiendo en local alquilable para ma de una vitalidad urbana recupera-
parece fácil de aplicar en este caso: restaurante o negocio de diseño cada da en el momento en que su poten-
como se sabe, es una noción que alu- metro cuadrado con frente a la calle, cial de hacer ciudad se ha extingui-
de al cambio de contenido social de cuando no son los mismos dueños de do. Son espacios en los que parece
un ambiente urbano a raíz del relan- las viviendas los que arman el em- recrearse la vida urbana clásica, pero
zamiento de un patrimonio urbano o prendimiento poniéndole un local en apenas como plus necesario que la
edilicio que ha ganado nuevo valor el garaje al hijo que acaba de terminar ciudad debe ofrecer para su funcio-
(gracias a un proceso de recualifica- la carrera de diseño. La banalidad del namiento más eficaz dentro de las
ción que comenzó siendo simbólico espacio urbano resultante, la fragili- nuevas condiciones: los fragmentos
y cultural y rápidamente se convierte dad de su oferta y de su público (que del archipiélago que parecen mante-
en económico), y no parece ser eso recuerda otras modas pasajeras de ner las cualidades del espacio públi-
lo que ocurre en Palermo. En todo Buenos Aires, como la explosión de co, pero lejos de servir como antído-
caso, si algo parecido a la gentryfica- casas de video o de pistas de patinaje) to que puede inocular la poción revi-
ción ocurrió allí, fue en los años hacen difícil tomarse en serio este vificadora al resto del sistema para
ochenta, cuando comenzaron a llegar ejemplo como alternativa a la ciudad un progresivo recambio general (la
los primeros arquitectos a comprar ca- de los negocios y la fragmentación. idea económica del derrame, que sos-
sas y restaurarlas; pero tampoco, por- Entre la extinción de toda práctica so- tuvo la ideología del planeamiento es-
que no alcanzaron a producir gran- cial y comercial que produce la torre- tratégico), funcionan como el valor
des alteraciones en el medio social. country en sus calles, y la superexplo- diferencial que las ciudades colocan
En verdad, es difícil encontrar aun tación superficial que se vive en las en el mercado territorial para atraer
hoy procesos de gentryficación estric- calles de Palermo, más parecido a una
tos en Buenos Aires: no existió en escenografía para una comedia juve-
5. David Harvey, Espacios de esperanza, Akal,
los casos de transformación radical, nil de una productora de Palermo Madrid, 2003.
como Puerto Madero, porque a dife- Hollywood que a un espacio público, 6. Ulrich Beck and J. Willms, Conversations
rencia de lo ocurrido en el Puerto de se produce una pinza fatal que va va- with Ulrich Beck,Polity, Cambridge,2004.
los capitales que garantizan la conti- Así también funcionan entre nosotros sentido de lo progresista.
nua transformación, en este caso, la las instituciones y las políticas públicas Se trata de un progresismo capaz
de las poblaciones ensimismadas de de la ciudad. de renovar algunos discursos públicos,
la torre-country. de poner en el centro del debate
Es cierto que, pese a todos esos cuestiones fundamentales, como los
cambios, algunos sectores de Palermo Los límites del progresismo derechos humanos, la educación y la
y otros muchos en otras partes de la cultura (y como resultado de ello se
ciudad siguen teniendo una especie de Pero, ¿acaso sería justo contabilizar obtuvieron en Buenos Aires avances
potencial, social, cultural y urbano; estas macro transformaciones urbanas importantes, como la ley de Unión
pero paradójicamente, ese potencial, y sociales en un balance de las Civil), pero que escapa a todo intento
en lugar de ser un aliciente para pensar políticas públicas de la ciudad? ¿No de reforma serio, de la realidad de la
el sentido de una reforma progresista, son producto de decisiones globales, ciudad y de la propia estructura
funciona una y otra vez como consuelo en las que la ciudad es apenas una institucional con que gestionarla. Con
autocomplaciente que impide tomar pieza en un tablero mayor, carente de lo cual también aquellas cuestiones
conciencia de la situación de constante instrumentos para incidir en él? Esta presentadas como fundamentales en
decadencia en los indicadores sociales forma de ver las cosas es una tendencia los discursos quedan, en la realidad
y urbanos, que impide el surgimiento en mucha bibliografía sobre el tema de la gestión, limitadas a la creatividad
38 de un discurso público respecto de la urbano, especialmente la que pone el puntual de funcionarios aislados, sin
vulnerabilidad de Buenos Aires y del foco en la noción de globalización. Allí apoyo, debilitados por políticas
mapa fragmentado e injusto que han se suelen condenar una serie de contradictorias y parceladas con
diseñado las transformaciones de las procesos generales de la economía criterios clientelares (un sistema
dos últimas décadas. Cuando una urbana y sus efectos sociales, al mismo clientelar que ya no es el de los viejos
ciudad naturaliza sus situaciones de tiempo que se pueden presentar como partidos, pero que lleva a una parálisis
indigencia extrema, lo más probable progresistas cada una de las micro aun mayor, ya que ni siquiera tiene
es que no hagan ya sino acrecentarse: medidas de los gobiernos municipales, los resortes que los viejos partidos
como saben desde hace mucho otras como si orbitaran en dimensiones activaban para sostener algunas
ciudades latinoamericanas, no es incomunicadas. políticas), en una estructura estatal que
posible reunir las enormes energías También podría argumentarse que funciona con lógica propia. Un
sociales que se requieren para enfrentar la mejor demostración de que todas progresismo que en seis años de
la pobreza urbana si ni siquiera el tema esas transformaciones no tienen gobierno de la ciudad nunca ha
está presente en las agendas cotidianas. vinculación con las políticas públicas asumido el desafío de proponer una
Y si los cartoneros han podido de un gobierno de la ciudad es que agenda política de transformaciones
naturalizarse a pesar del contraste habrían ocurrido con cualquier otro. urbanas. Aunque hay que reconocer
flagrante con que se recortan en la Y en parte, por supuesto, es cierto, que, en este tema, los límites concretos
superficie brillante del boom, ¿qué pero en lugar de ser un argumento del modo que asumió el progresismo
queda para todo aquello que sólo exculpatorio, debería convertirse en el en Buenos Aires se han potenciado con
aparece si nos tomamos el trabajo de principal argumento de crítica, al los límites aparentemente infranqueables
rasgarla, como la infraestructura de menos para cualquier gobierno que se que el “planeamiento estratégico” le ha
vivienda colapsada, el caos del autorrepresente como progresista. Pero puesto a la imaginación urbana.
transporte, las desigualdades abismales no es ése el modo en que han ocurrido Así, durante el primer tramo de su
en la provisión de los servicios? Por las cosas en los últimos años en gobierno, en 2000 y 2001, Aníbal
eso es posible decir que no se aprendió Buenos Aires: las políticas urbanas son Ibarra continuó la inercia con que, a
nada de la crisis; que además de una un buen ejemplo de los límites de un su vez, el gobierno de De la Rúa había
tragedia social, fue una oportunidad modo de concebir el progresismo. continuado antes esa combinación de
perdida. Fue en relación con Buenos Aires anuncios de buenas intenciones y
Una buena metáfora del modo en que el Frepaso tomó una de las auspicio público a grandes negocios
que se ha pasado de la crisis al boom decisiones tempranas que lo llevarían privados que fue la innovación original
se encuentra en la actitud frente al al fracaso: la negativa a ver en la con que el gobierno de Carlos Grosso
medio ambiente porteño: se sabe que ciudad la posibilidad inmejorable para marcó la década. Conviene recordar
diariamente la ciudad produce instalar un polo activo de reformas. El una vez más, como ejemplo de la
contaminación en índices altísimos, gobierno de Ibarra fue el resultado de inercia, que hasta muy avanzada la
pero que, a diferencia de México o ese fracaso pero, al mismo tiempo, crisis el gobierno de Ibarra siguió
Santiago de Chile, en Buenos Aires el después de la completa extinción de presentando como una de las
aire de la llanura barre cada noche con aquel proyecto político, quedó como principales políticas de estado la
todo para volver a comenzar de cero. su última expresión solitaria: es decir, competencia con Río de Janeiro para
Así le gusta imaginar a la sociedad como el resto posible de todo que el museo Guggenheim instalara
sus problemas y sus soluciones, progresismo. Este es el malentendido su sucursal latinoamericana, una típica
mágicamente, en un presente continuo. fundamental en el que se sostuvo su iniciativa de la euforia globalizante que
en Buenos Aires también lleva el sello sus soluciones. Es muy sabido, en todo habían quedado en suspenso en el
original del grossismo. el mundo, que la clave de los sistemas 2001, como la urbanización de Retiro
El estallido de finales del 2001 de transporte metropolitano no pasa o la expansión de Puerto Madero, y es
modificó el sistema de alianzas y el por el “modo” (guiado, enterrado, etc.) obvio que su fuerza económica va a
sistema de discursos en la ciudad, pero sino por su capacidad de coordinación. impedir cualquier aproximación a las
no el modo de pensar el gobierno y de Pues bien, pensemos a la luz de esa cuestiones fundamentales de la ciudad
imaginar su relación con las cuestiones clave la prolongación del subterráneo de la crisis que el gobierno no trató en
políticas y urbanas. Durante el 2002 A: se está trazando una línea de su momento. Tal el límite del cambio
el gobierno enfatizó una política social subterráneo desde Primera Junta a de discursos: es difícil encontrar
sensible (su actitud liberal frente a los Liniers, a apenas 100 metros de discursos militantes de neoliberalismo
cartoneros, por ejemplo), a tono con distancia de la línea de ferrocarril que urbano como era habitual en los
lo que el propio gobierno del se proyecta enterrar, también desde noventa para acompañar esos
presidente Duhalde realizaba a escala Primera Junta a Liniers, para formar megaproyectos, pero las políticas
nacional; y, en términos urbanos, el “corredor verde del oeste”. Si el urbanas que implantaron entonces no
reemplazó el equipo de planeamiento transporte subterráneo es una de las fueron reemplazadas con un modelo
heredado de De la Rua para continuar modalidades que requiere mayores diverso de ciudad. La lucidez del
los buenos negocios de entonces, por inversiones, ¿cómo se explica ese neoliberalismo en diagnosticar en la
un grupo de profesionales capaz y despilfarro? El gobierno de la ciudad, crisis hiperinflacionaria de finales de 39
sensato, con algunas políticas puntuales con la energía publicitaria que lo los ochenta el colapso de la ciudad
dignas de elogio. Pero estos cambios caracteriza, presenta una de las obras expansiva y en proponer un modelo
se realizaron sin que apareciera ninguna como una cuestión de transporte y la de reemplazo (el de “la ciudad de los
voluntad de imaginar un modelo otra, como la solución de los negocios”), no fue contestada, en la
diferente de ciudad y poner detrás de problemas de conectividad norte-sur crisis de finales de los noventa, con
él todas las energías políticas e y de la falta de espacios verdes en el un diagnóstico, igualmente lúcido pero
institucionales. Más bien, se continuó área, sin que en ninguna parte de la ideológicamente diferente, sobre la
alegremente el proceso de disgregación estructura de gestión parezcan ciudad que aquellas políticas dejaron.
de las iniciativas y la superposición de entenderse los costos de la falta de En este sentido, la crisis tampoco fue
las políticas de nombres rimbombantes: coordinación, presentes y futuros. aprovechada para reflexionar sobre la
el Plan Urbano Ambiental, al que nunca Coordinar el subterráneo con el ausencia de tramas institucionales y
se le construyó el respaldo político ferrocarril es mucho más lento, más políticas de fondo; esa ausencia fue
como para que fuese aprobado; por otro difícil, menos redituable en la política condición de posibilidad de las
lado la Corporación del Sur; por otro, cotidiana que duplicar los costos y políticas de los años noventa y de su
las políticas de servicios, y las de mantener la desarticulación del final explosivo, y ya en el marco del
transporte por el otro, y así de seguido, transporte endémica en Buenos Ares. boom urbano actual no puede sino
con el ejemplo inmejorable de una No hablemos de coordinar el reproducirse.
“Oficina del Plan Estratégico” que no subterráneo, el ferrocarril y los colectivos Son muy serios los límites objetivos
tiene nada que ver con todas las demás. con proyección metropolitana: es una que la economía urbana actual le pone
Detrás de los nombres rimbombantes, tarea de articulación técnica y política al pensamiento y a la gestión
la realidad muestra que es imposible que seguro excede los tiempos de un progresistas, es indudable. Pero hay una
tener políticas urbanas cuando se vive gobierno. Pero la política, para tarea imposible de abandonar para
en el eterno presente de la coyuntura, transformar la realidad en un sentido seguir llamándose de ese modo: la
porque las políticas urbanas siempre progresista, tiene que ser capaz de construcción pública de nuevos
implican decisiones de mediano y largo apostar a otra dimensión temporal. horizontes de lo posible. Una política
plazo: demasiado para políticos que Por eso el gobierno tampoco alentó reformista debería poder presentarle a
sólo piensan en medidas que apuestan una discusión sobre leyes de la sociedad los problemas con los cuales
todo a su impacto mediático y, por recuperación de plusvalías urbanas, en tendrá que medirse para favorecer una
supuesto, se agotan en él. vigor en países como Colombia o transformación colectiva, proponerle
Hay un ejemplo muy actual de esta Brasil; nunca propuso recuperar estrategias de largo plazo para
forma de pensar el gobierno de los políticas activas de vivienda; nunca se afrontarlos y, mientras se da a la
temas urbanos: la prolongación del acercó siquiera a pensar los problemas construcción de los marcos políticos e
subterráneo. Es un tema que parece críticos de la relación de la ciudad con institucionales que las hagan posible en
encajar perfectamente con lo que se la región metropolitana, en términos el tiempo, realizar acciones puntuales,
supone es el progresismo urbano, pero sociales, ambientales ni económicos. las más de las veces mínimas, pero que
que en la coyuntura de Buenos Aires Hoy, como parte inevitable de la apuntan claramente en esa dirección.
opera, a un costo social inmenso, reactivación del mercado inmobiliario Allí descansa la posibilidad de una
mistificando los verdaderos problemas y del mayor flujo de capitales en el agenda urbana reformista; de la crisis
del transporte metropolitano y boom, han vuelto con gran impulso al boom, Buenos Aires la ha dejado
postergando sine die el tratamiento de los megaproyectos de los noventa que escapar una vez más.
La revuelta de los suburbios en Francia

40
Mezcla y laicismo:
las ciudades en crisis

Jacques Donzelot: La mezcla social en


la ciudad suscita un amplio consenso
ideológico, al tiempo que da lugar a
interpretaciones políticas de variable
geometría que producen resultados des-
concertantes cuando no decepcionan
por completo. Todos consideran que la
mezcla es un bien indisputable. Todos
se declaran hostiles a las declaraciones
contrarias a la mezcla, especialmente si
son muy obvias. Aunque las formas
discretas del entre nos de los ricos no
causen aprobación, las formas visibles
del entre nos de los pobres –ese entre
En pocas ocasiones el conflicto social está tan asociado al conflicto urbano como nos obligado– son percibidas como una
en el caso de las banlieues francesas (la de París; pero también las de Marsella, amenaza a la República. En este senti-
Lyon y otras ciudades, las llamadas “zonas urbanas sensibles”). Los grandes do, mezcla y laicidad se aproximan y
conjuntos habitacionales que se construyeron allí para las clases trabajadoras, presentan los dos problemas que origi-
entre la posguerra y los años sesenta, fueron convirtiéndose en vivienda de nan el miedo al fracaso del modelo
comunidades inmigrantes, a medida que sus primeros ocupantes ascendían y se republicano de integración. Tanto en la
trasladaban. Estigmatizados como factores del conflicto social primero y de la izquierda como en la derecha, la con-
producción de ghettos étnicos luegos, el estado francés ha seguido, desde 1978 centración de los pobres en ghettos pro-
hasta hoy, una política de demolición. voca el deseo de romperlos, un deseo
Cuando en noviembre de 2005 estalló la revuelta en las banlieues, el conflicto equivalente al de la prohibición del velo
ya tenía una larga historia (sólo en 2005, antes de noviembre, habían sido musulmán en la escuela. En la medida
incendiados 20.000 automóviles) y una larga tradición de políticas institucionales en que los ghettos son vistos como
y de interpretaciones críticas. manifestación amenazadora de una se-
Punto de Vista publica un debate donde se enfrentan estas interpretaciones, paración en el seno de la sociedad repu-
realizado en 2004, con la participación de Daniel Béhar (director de la Cooperativa blicana, su demolición pasa por ser una
de Investigación y Estudios Urbanos), Jacques Donzelot (sociólogo), François alternativa al fracaso de las políticas
Dubet (sociólogo especializado en educación formal), Philippe Genestier que se han encarado hasta el momento.
(urbanista), Marie-Christine Jaillet (geógrafa), Christine Lelévrier (socio- De este modo, si las políticas urbanas
urbanista) y Marco Oberti (sociólogo). Agregamos también dos notas contrastantes precedentes han fracasado, la mezcla
sobre la revuelta de noviembre de 2005. El debate fue publicado en Esprit 3-4, parece indispensable. ¿A qué corres-
marzo-abril de 2004; las dos notas, en Esprit 12, diciembre de 2005. Traducción ponde realmente este consenso a pro-
y edición BS. pósito de la mezcla?
Daniel Béhar: La inclinación política y mino que contribuye a ocultar el hecho que países más liberales como Canadá
social por este valor proviene menos de que, tradicionalmente, el espacio del e Inglaterra. ¿Por qué estamos com-
del temor al comunitarismo que del hábitat fue concebido para asegurar a prometidos emocionalmente con cosas
miedo a lo desconocido. La mezcla sus ocupantes un mínimo de dominio que es evidente que no queremos rea-
permite aferrarse a un orden espacial y sobre la vida cotidiana. El entre nos lizar?
social perdido. Cito una fórmula que aparecía, y aparece nuevamente hoy,
acuñó Donzelot: “La ciudad hoy ya no como medio para reducir las incertidum- Jacques Donzelot: Detrás del consenso
produce sociedad”, porque ya no es bres de la vida. A la acentuación de las ideológico, la mezcla es, en términos
posible leer en ella un orden social. Para incertidumbres de esta época se res- políticos una norma con diferentes
conjurar este miedo a lo desconocido, ponde con una voluntad social de segu- geometrías. Existen por lo menos dos
hablamos de mezcla. La ciudad produ- ridad y de reaseguramiento, de modo tipos. Una, a la izquierda, afirma que es
cía sociedad porque el orden social se notable en la escuela, en los servicios y necesario establecer cuotas de viviendas
reflejaba en el espacio. Se ha disuelto la en el espacio público. Asistimos enton- sociales en las comunas de clase media.
ecuación entre posición social, residen- ces a una tendencia profunda que La otra, a la derecha, afirma que hay
cial y geográfica. De repente, comenza- contradice los ideales proclamados por que “romper los ghettos” de los pobres,
mos a hablar de la mezcla como de una los actores públicos que continúan es decir que en los barrios se queden los
especie de paraíso perdido (de allí la razonando en términos de construcción buenos pobres, que trabajan de modo
persistencia del mito de la mezcla en los voluntaria de lo social por lo político y más o menos regular, y “dispersar”, es 41
edificios haussmannianos). de reemplazo de los arreglos entre pares decir enviar a viviendas más y más
por una pertenencia colectiva institu- depreciadas, a las familias con proble-
Marie-Christine Jaillet: Por mi parte cional. El “construccionismo político” mas. Una de estas soluciones es más
no estoy convencida de que exista tal se expresa hoy en la afirmación de la convincente, en términos electorales,
acuerdo de la opinión pública en relación escala local, en la medida en que la que la otra. La que afirma que es ne-
con la mezcla. Incluso pienso que las construcción de lo social a través de la cesario repartir la carga de los pobres
cosas se dan a la inversa. Los políticos adhesión individual a la nación es menos entre todas las comunas, incluidas las
valorizan la mezcla porque pueden probable que antes. Por eso, ahora los de clase media, disgusta fuertemente a
atribuirle los contenidos más dispares. actores públicos apuestan, un poco a la esas mismas clases medias que traba-
En cuanto a contenidos concretos, la desesperada, por la construcción jaron duro para no vivir cerca de los
mezcla pertenece al discurso de los institucional de lo social a partir de lo pobres. La posición que se inclina por
técnicos. En la opinión pública, la local urbano. “romper los ghettos” seduce a las clases
adhesión no es ni remotamente medias pero también a una parte de los
equivalente a la que concita el laicismo, François Dubet: En mi opinión, la sectores populares que se siente obligada
que tiene un poder de interpelación mezcla nos remite a nuestra cultura a vivir en promiscuidad con las minorías
mucho más fuerte. política. Como en el caso del laicismo, étnicas.
los intelectuales y los cuadros admi-
Philippe Genestier: La mezcla forma nistrativos adhieren al término, pero, Daniel Béhar: Cuando se consideran
parte de ese conjunto de valores que los simultáneamente, las prácticas son muy las prácticas en el nivel de las muni-
técnicos y los políticos sostienen en diferentes. Los maestros y profesores cipalidades con gobiernos locales tanto
cuanto tienen un micrófono cerca. Pero se manifiestan partidarios de la mezcla de izquierda como de derecha no se
la simpatía por la mezcla en el caso de de los estudiantes y, al mismo tiempo, descubre fácilmente el clivaje ideo-
los ciudadanos comunes no se son ellos quienes reclaman grupos lógico. La cuestión es la de la espacia-
manifiesta ni en sus costumbres ni en escolares más homogéneos. Los ejem- lización social de los territorios. Consi-
sus representaciones del espacio. Yo plos podrían multiplicarse porque nos deremos dos extremos. Una munici-
diría que la mezcla obtiene consenso en remiten a nuestro imaginario nacional. palidad de izquierda como Saint-Denis
los grupos de representantes parlamen- El proyecto de la nación fue producir tiene la esperanza de atraer sectores de
tarios, de profesionales de la acción una mezcla contraria a las sociedades las clases medias y aprovechar, de ese
social, de maestros, profesores e inte- de casta: hoy no llegamos al agotamiento modo, el desarrollo económico de la
lectuales, es decir en el espíritu de quie- de ese proyecto sino al de su imaginario zona para que incluso lleguen los más
nes sienten la vocación de enunciar un histórico. Y, cosa sorprendente, la ricos; diversificar su población y no
discurso oficial, prescriptivo y correc- comparación con Estados Unidos se sólo construir viviendas sociales. Es el
tivo, sobre la sociedad. En ellos, el vuelve habitual. A los franceses les caso de una municipalidad de izquierda
consenso, por lo menos retórico, indica gusta creer que, a diferencia de los que adopta una política “ideológica-
un ideal, una dirección que va contra la norteamericanos, aquí no hay ghettos. mente” de derecha. Por otro lado, en la
corriente de las tendencias generales y Algunos piensan que tenemos una Costa Azul hay sectores donde la cues-
espontáneas de la sociedad y del proceso escuela profundamente igualitaria, tión étnica no se plantea pero donde las
de urbanización. cualquiera sean sus defectos. En vano municipalidades moderadas, más bien
En lo que respecta al fondo de la se difunden estadísticas que señalan de derecha, sienten pánico por el efecto
cuestión, la mezcla me parece un tér- que somos bastante menos igualitarios de clausura social, mucho más global
que la cuestión étnica, que representa la se inscribe en la prolongación de la soportable y la diseminación espacial
ausencia de cuadros profesionales y renovación urbana elaborada por la no disminuye la pobreza.
administrativos intermedios y de jóve- izquierda hacia finales de la década del
nes. Hoy su preocupación mayor es atraer noventa. Cuando, en su programa de Daniel Béhar: Para mí la cuestión neu-
a sectores activos y abrir el espacio a otras renovación urbana, la izquierda lanzó la rálgica es saber cómo la ciudad produce
capas sociales para enfrentar el proceso idea de la demolición, se previeron 30.000 sociedad. Ya no se escucha la pregunta
de hiperespecialización que domina en la demoliciones por año. En 2003, se sobre la correspondencia entre el orden
Costa Azul. Por eso me parece que, en previeron 40.000. O sea que la derecha es social y el orden urbano que, en ciertos
parte, las políticas municipales escapan al un poco más radical y esta radicalización contextos, puede tomar una forma parti-
clivaje izquierda-derecha. viene acompañada de instrumentos cularmente aguda a causa de los desafíos
financieros y técnicos para demoler, instru- étnicos. Pero sigue en pie el interrogante:
Marie-Christine Jaillet: La mezcla mentos que la izquierda no proporcionaba. ¿cómo identifica un individuo su lugar
remite a dos tipos de desafío: el primero, en la sociedad a través de su inscripción
muy general, tiene que ver con la diver- Philippe Genestier: El año pasado en el espacio?
sificación de la población que, según colaboré con una misión de la delegación
los contextos locales, puede declinarse interministerial. Examinamos unos Christine Lelévrier: El término mezcla
de maneras muy diferentes; el segundo veinte expedientes de demolición pre- se utiliza sobre todo en las operaciones
42 remite de manera más neurálgica a la sentados por municipalidades tanto de de “desconcentración” de poblaciones
des-etnización de los “barrios” y a la izquierda como de derecha. En todos pobres y, en particular, de poblaciones
localización y aceptación de sectores los casos, excepto uno, los edificios a inmigrantes. Las demoliciones afectan
pobres y/o inmigrantes en otros lugares demoler eran grandes conjuntos de vi- principalmente las torres y los conjuntos
de las ciudades. Los políticos hablan de viendas, habitados por familias nume- habitacionales de los inmigrantes.
una “mezcla” que concierne a la locali- rosas y, con frecuencia, de origen inmi-
zación pero que no aborda el problema gratorio. El criterio tácito del tamaño de Jacques Donzelot: El discurso a
de la des-etnización o de la apertura de los edificios e, implícitamente, de lo propósito de los inmigrantes se concen-
la ciudad a las poblaciones provenientes indeseable de estas familias prevalecía tra sobre una anomalía a resolver y no
de la inmigración. sobre los criterios explícitos referidos sobre un proceso a construir. Se trata
al estado del edificio, su posición en el de reabsorber esta “anomalía” por la
François Dubet: Hay que recordar barrio, la fecha de construcción, etc. volatilización de sus lugares de vivien-
también que, en los años setenta, la Para justificar la decisión de demoler, da. La mezcla se ha convertido en una
izquierda todavía favorecía la creación las municipalidades afirmaban con palabra que nombra, de modo más pu-
de jardines obreros, de comunidades frecuencia que las familias no querían doroso, una preocupación obsesiva de
obreras, de ciudades obreras. Se era instalarse en esos edificios. Es com- supresión, de disolución de toda agre-
hostil a la mezcla puesto que se pensaba prensible que estas familias no quieran gación étnica porque constituiría una
que el entre nos obrero representaba un vivir aisladas en la promiscuidad ni ofensa a la mirada republicana que
valor positivo. Los maestros y profe- residir en medio de poblaciones con las sería la única mirada justa.
sores de aquel entonces afirmaban que cuales no las vincula ningún nexo ni
su trabajo con los hijos de obreros era tienen nada en común excepto la con- Philippe Genestier: La palabra mezcla
formidable. Hoy dicen que es horrible dición social y el hecho de aspirar a funciona como la opuesta a segregación,
trabajar con los hijos de los desfavo- recibir una vivienda con alquiler prote- cuyo uso está incluso más difundido
recidos sociales y de los extranjeros. gido. En otros países, de tradición liberal que el de mezcla, y que es también muy
En este tema se giró ciento ochenta y de tradición socialdemócrata, se han polisémico además de comportar una
grados. La gran tradición de la izquierda instalado mecanismos de entrega de connotación miserabilista. Sobre las
fue dar vivienda honorable a los obreros, viviendas por cooptación. Quienes ya banlieues, y en particular sobre los
de modo que fueran el centro de la vida viven en un lugar proponen y eligen a conjuntos de viviendas de alquiler
social, que tuvieran una vida buena, los nuevos, con la finalidad de que los protegido, se oye todo el tiempo un
sintieran orgullo, etc. Y cuando nos habitantes viejos y nuevos, ya penali- discurso en términos de carencias, de
dimos cuenta de que los obreros se zados por su muy bajo capital económi- fallas y de disfunciones como si la
habían ido de esas viviendas y que, en co y por un capital cultural desvalori- situación urbana se pareciera a la de
su lugar, los inmigrantes molestaban a zado, no se vean también privados de Manchester en 1860, descripta por
todo el mundo, el pensamiento de un capital de relaciones sociales. Para Engels, con el proletariado amontonado
izquierda se inclinó hacia la mezcla decirlo de otro modo: contrariamente a en sótanos. Esto es un sin sentido. Los
social para evitar comunidades “étni- lo que postula el principio de mezcla, la conjuntos de viviendas no resultan del
cas”, aunque antes había valorado las sociabilidad no se decreta, “la proxi- laissez faire; son producto del inter-
comunidades “sociales”. midad espacial no reduce la distancia vencionismo del poder público y de su
social”, la proximidad forzada puede voluntad de controlar la mano de obra
Christine Lelévrier: Quisiera agregar incluso reforzar los clivajes cuando es a través de la vivienda social, los ser-
algo en el mismo sentido. El debate actual percibida como una promiscuidad in- vicios y el acceso al consumo de masas.
Trabajar en fábrica, vivir en un aloja- familiar (cuya importancia es probada políticas de seguridad o de inserción.
miento de alquiler protegido y comprar por la etnología en lo que concierne a La mezcla como condición de buena
en el supermercado fueron las diversas los momentos iniciales del ascenso política. Pero también sería necesario
facetas de una misma política de social) de personas que serían relo- preguntarse si la mezcla no debería ser
modernización social y de planificación calizadas pero que habrían podido más bien considerada como resultado
industrial y territorial. El fracaso de decidir y elegir su relocalización, de una política y no como política en sí
estos barrios debe explicarse por la permitiría agregar algunas medidas misma, para evitar encontrarse con el
inviabilidad del proyecto construccio- fuertes de acción afirmativa y de apoyo diagnóstico de miserabilismo al que se
nista aplicado a pleno. La quiebra del al empowerment. refirió Philippe Genestier y que, en el
sistema productivo fordista-keynesiano fondo, conduce a una práctica de con-
desnuda la fragilidad del sistema y la Jacques Donzelot: ¿Qué prácticas dena y legitima un discurso de demo-
vulnerabilidad de aquellos que pasaron permitirían evitar la usura del término lición y reconstrucción.
a depender por completo de la solida- mezcla? Una de las más fuertes justifi- Me gustaría retomar una fórmula
ridad social pública. caciones del término concierne a la de Béhar, pero invirtiéndola. Ustedes
Ciertamente, los habitantes de estas necesidad de la mezcla no sólo en sí seguramente recuerdan la fórmula:
banlieues sufren la desocupación y la misma sino como instrumento de una “hacer de los barrios populares lugares
precarización laboral, pero también buena política escolar, de buenas donde se sienta el deseo de quedarse y
padecen el aislamiento y la privación 43
de un grupo de pertenencia de tipo
étnico-familiar sobre el que apoyarse,
que es necesario para la estructuración
de los individuos y la producción de
iniciativas colectivas. Los actores pú-
blicos, que adhieren a la mitología
nacional y practican un etnocentrismo
que los conduce a tomar su propia
experiencia social como la única válida
y legítima, desconocen o conocen mal
esta realidad. Se concentran sobre la
ciudadanía y propagandizan la mezcla,
corriendo el riesgo de agravar la situa-
ción de aislamiento que viven la mayo-
ría de las familias en los grandes conjun-
tos habitacionales.
La pragmática relacional y las soli-
daridades primarias, que siempre fueron
la sustancia de la vida social urbana,
son ignoradas de modo sistemático por
la lectura miserabilista practicada por
los actores públicos que ven en los
barrios sólo comunidades encerradas
en sí mismas, exteriores al principio
universalista y potencialmente desvia-
das: descubren falta de “ciudadanía, de
civilidad, de urbanidad”. Estas fórmulas
conducen automáticamente a preco-
nizar una acción pública voluntarista
que sea capaz de reconducir todo a las
normas, tanto a los habitantes como a
los edificios, incluso destruyendo a
éstos y dispersando a aquéllos.
Tales juegos de lenguaje serían
cómicos si no condujeran a la idea de
que es menester destruir ese patrimonio
justamente en el momento en que se
multiplican las necesidades de aloja-
miento social. El reagrupamiento
voluntario según una lógica étnico-
la posibilidad de partir”. Hoy yo lo deseo, sabiendo que no se cruza una Daniel Béhar: Creo que estamos de
diría a la inversa: “hacer de esos barrios barrera sin tener apoyos que quedan acuerdo en que es necesario privilegiar
lugares donde se siente el deseo de atrás, lazos fuertes que no deben ser los lazos más que los lugares. La acción
partir pero donde exista, sin embargo, descalificados por una política no im- pública privilegió una mezcla urbana
la posibilidad de quedarse”. Partir, porta cuán bien intencionada? concebida como mezcla residencial.
entonces, ya que si miramos toda la Ahora bien, la mezcla urbana que pasa
literatura producida por la generación François Dubet: El problema es que exclusivamente por el lugar del hábitat
que ha salido de esos barrios –Azour, los más dinámicos y los más calificados implica una perspectiva tradicional e
Beggag y otros–, su discurso retorna pueden irse del barrio, cuya situación se inmovilista. El derecho a la ciudad no
siempre al momento en que se pudo degrada. Se trata de un sistema que debe pensarse solamente como algo
cruzar una barrera y la ciudad se hizo puede permitir que muchos se salven, dependiente de la diversidad en el lugar
accesible, practicable como “llave del pero la situación se ha endurecido para del hábitat. Deberíamos abandonar una
mundo”. Es necesario ofrecer la posi- aquellos que permanecen y que hoy perspectiva puramente residencial y
bilidad de soñar lo otro, de desear ir a viven en un estado de furia, de frustra- tomar en cuenta, por ejemplo, que las
otra parte, de ponerse en movimiento. ción y de descomposición. prácticas residenciales y las prácticas
Pero como lo otro no es verdadera- escolares no necesariamente se super-
mente accesible si no se poseen fuerzas Marie-Christine Jaillet: En los últi- ponen. El desafío es pasar de una lógica
44 propias, también debe existir la posi- mos diez o quince años las barreras a regida por la mezcla residencial a una
bilidad de quedarse. lamovilidad se han consolidado. Las regida por la mezcla escolar.
Para aclarar esta proposición, to- personas que lograron salir fueron las
maré la distinción de Robert Putnam que pudieron aprovechar los años de Marco Oberti: Los datos disponibles
entre lazos fuertes y lazos débiles. Los crecimiento. Pero, al mismo tiempo, por categoría social iluminan el nexo
lazos fuertes son próximos, inmediatos, los obstáculos se fortalecieron. Cruzar entre segregación urbana y segregación
dentro de lo parecido y de la red a la que la barrera es cada vez más difícil escolar. En comunas populares como
se pertenece; los lazos débiles se esta- porque la sociedad urbana hace todo Nanterre y Montreuil, que incluyen
blecen con los contactos exteriores a lo posible para mantenerla cerrada. La también algunos barrios con fuerte
esa red primera; a través de ellos se mezcla fue un fracaso. Un cierto presencia de capas medias, la tasa de
produce sociedad y no sólo comunidad. número de quienes hoy tienen una escolarización fuera de la comuna de
La fuerza de los lazos débiles viene de formación y buenas calificaciones de residencia alcanza el 45 por ciento de
la existencia de los lazos fuertes, es todos modos están pegados a su los chicos de las clases superiores y
decir que los lazos débiles sólo pueden condición y al barrio. No acceden ni a sólo el 10 a 15 por ciento de los chicos
ser fuertes si se tienen fuertes lazos la movilidad social ni a la movilidad de origen obrero. Los chicos de los
fuertes. De este análisis se valió Putnam espacial. Entonces, ¿cómo abrir la medios menos favorecidos son más
para explicar las limitaciones del barrera? La pregunta debe plantearse cautivos, mientras que las clases supe-
busing,1 esa estrategia de mezcla de no desde adentro de los barrios, sino riores que residen en comunas mixtas
alumnos negros y blancos en las escue- desde afuera. Creo que es necesario deslocalizan una parte de sus prácticas
lasnorteamericanas a partir de 1954, aceptar que ha llegado el momento de urbanas, empezando por la escuela que
pero, sobre todo, desde comienzos de la discriminación positiva: hay que aparece sometida a una selectividad
los años setenta. El busing fracasó rela- debatir eso en la esfera pública. social superior a la del lugar de resi-
tivamente, según Putnam, porque, en dencia.
lugar de crear recorridos y de anudar Jacques Donzelot: Palabras como
lazos débiles respetando los lazos fuertes barrera y movilidad deben sustituir las Jacques Donzelot: Tiene que diseñarse
de modo tal que se estableciera una que usamos hasta ahora, como segre- también un sistema muy fuerte de becas
dinámica, se impuso una lógica de sepa- gación y mezcla, ya que estas últimas que permita que los mejores vayan a la
ración entre alumnos blancos y negros remiten a un ideal cristalizado y a una universidad. Hay que reconocer que
dentro de las escuelas…y también de imagen de ciudad que no toma en cuenta algunas trayectorias no pueden ser
esos alumnos negros respecto de sus el juego de las migraciones, la necesidad recorridas a medias y que lo peor es
comunidades. El busing tuvo, de todos de crear barrios para la recepción de detenerse a mitad de camino. Más vale
modos, algunas ventajas, en especial inmigrantes, el impulso que debe darse adquirir una profesión manual o una
concernientes a la ruptura de resistencias al movimiento. Los conceptos de mo- verdadera formación universitaria que
sociales. Pero fracasó en gran parte de vilidad y de barrera remiten a la ciudad quedarse colgado entre dos barreras. Para
su objetivo escolar que consistía en tal como puede ser vivida. Implica co- eso es necesario que la gente se organice
fortalecer a los alumnos negros. La pre- locarse desde el punto de vista de la
gunta es entonces: ¿hasta qué punto hay gente y no de los tecnócratas.
que apoyar una mezcla impuesta y hasta 1. Se denominó busing a la acción pública de
trasladar en ómnibus a chicos de diferentes
qué punto hay que confiar en la fuerza Christine Lelévrier: Fracasamos en el orígenes raciales (sobre todo negros e hispanos)
de los lazos débiles, es decir confiar en objetivo de transformar la acción hacia barrios predominantemente blancos a fin de
el deseo de partir? ¿Se debe facilitar ese pública. que asistieran allí a la escuela.
en relación con los servicios, ya sean tres generaciones, a pasito, por el desvío Jacques Donzelot: Estos jóvenes ya no
escolares, de seguridad social o de del comercio o del artesanado. Pero hoy, imaginan una inversión de esfuerzo. Se
empleo. Quizás el entre nos de los pobres en la medida en que estos jóvenes han vive una inflación de la espera cuya
podría convertirse así en una fuerza; el incorporado todos los valores del éxito duración no se sabe calcular. Todo ello
entre nos de las clases medias y altas es social, tienen otras exigencias. vuelve imposible la paciencia.
un poder, implícito, no dicho. Pero
cuando se piensa en los más pobres hay
que volverlo explícito porque las barreras Visibles para las discriminaciones,
son más altas y difíciles de atravesar. invisibles para la estadística

Marie-Christine Jaillet: Sin duda, la Khalid Hamdani


valorización del entre nos de los pobres
permite construir y acumular recursos,
pero a condición de reconocer que los
recursos alcanzados a partir de esta
lógica del entre nos no son equivalentes
y dependen de cada nivel social tanto en
términos de competencias como de 45
desarrollo de estrategias y cursos de
vida. ¿Qué acción pública permitiría
regular las desigualdades de recursos y
de “capital”? Esta pregunta vuelve a
plantear la cuestión de la discriminación
positiva. El rechazo de las capas medias
a una intervención de este tipo plantea
el riesgo de una implosión de la sociedad
por la exacerbación de frustraciones.

Philippe Genestier: No es posible


afirmar que la única promoción social
posible y legítima pasa por la escuela. O, En muchos aspectos pragmáticos desde hace cuatrocientos años, sufren
para decirlo de otro modo, la sociología nuestro país está retrasado respecto de discriminaciones. Dicho de otro modo,
actual muestra que la interiorización de otras grandes democracias. Una de las es la “visibilidad” y no el apellido o el
los valores republicanos no condiciona causas de ese atraso es que nos negamos país de nacimiento lo que estigmatiza.
la integración social sino, a la inversa, a designar claramente los fenómenos En pocos años, cuando la cuarta
que una esperanza creíble de progreso por su nombre. Sólo una sorprendente generación de inmigración magrebina
social mínimo impulsa la adhesión a los ingenuidad o una gran hipocresía creen llegue al mercado de trabajo, ¿vamos a
valores de la colectividad. La etnología en un diagnóstico de las discrimina- pedirles todavía que declaren el país de
muestra que gente humilde, de origen ciones raciales que no identifique a sus origen de sus abuelos? Seamos serios:
campesino o extranjero, rara vez se integra víctimas, mida su amplitud y los pro- lo que se juega en la discriminación no
por los caminos tradicionales de la gresos realizados. Se trata de permitir es sólo “social”. Por eso, a menos que se
meritocracia y el acceso a un empleo en la lo que en otros lugares se llama ethnic quiera mantener la segregación étnica
administración o en la gran empresa. Sigue monitoring, para favorecer la igualdad como estilo de gestión de la diversidad,
siendo preponderante la importancia del de oportunidades como se hace en no se puede pensar siempre y sólo en los
cuentapropismo, de las actividades Canadá, Estados Unidos, los Países barrios como “reservorio de la diversi-
comerciales o artesanales. Una parte Bajos o Gran Bretaña. dad”. Porque la diversidad que vive
importante de los inmigrantes recorre este Sin resignar los principios republi- fuera de los barrios también está afectada
camino de ascenso (pensemos en los canos, Francia debe romper los tabúes por la discriminación. Obtener datos,
almaceneros, los panaderos “árabes”, los que se han erigido en nombre de la como elemento de evaluación de la
cocineros y los zapateros “chinos”…). igualdad. Visibles para las discrimina- eficacia de la lucha contra las discrimi-
ciones, los árabes y los negros son invi- naciones, es una decisión política. Y
Marie-Christine Jaillet: No sé si, en la sibles para las estadísticas. Es tiempo fatalmente se impondrá su debate
representación que se hacen de su de reconocer que la cuestión no es haber público en los próximos meses.
trayectoria, los jóvenes salidos de la nacido o tener padres nacidos en Dakar
inmigración aceptan hoy ese ritmo, esta o Argelia –50.000 pieds-noirs están en Inventar los instrumentos
paciencia del paso a paso. Hay apuro por esa situación– sino poseer “facha” de Una evolución de nuestro aparato esta-
“pegarla” ya. La historia muestra que empleado o de desocupado. Los antilla- dístico es no sólo necesaria sino urgente.
una trayectoria se construye a lo largo de nos, cuyos antepasados son franceses Estamos discutiendo esto desde co-
mienzos del 2000. Demógrafos como citados? cotidianas de discriminaciones intole-
Patrick Simon demostraron que, en una Las clasificaciones que se obtienen rables en el acceso a la mejor formación,
perspectiva comparativa con otras del censo canadiense o del británico, a la vivienda, al empleo, e incluso al
democracias, Francia está en condicio- estrictamente encuadradas en la ley y ocio, a causa del color de la piel y del
nes de mejorar su arsenal estadístico sin utilizadas para los fines de la democra- origen, están impacientes. Quieren co-
afectar el espíritu de la Constitución. cia, indican que se ha tomado en cuenta nocer la magnitud del mal para poder
No se trata de esencializar una etnia o la diversidad y que, frente a ella, es medir las soluciones.
una raza, ni de encerrar a la gente en una posible fijar objetivos de política públi- Debe abrirse el debate y permitir
categoría. El término raza existe jurídi- ca. Ciertamente, Francia conoció en el que experiencias, estrictamente encua-
camente: está presente en el código pasado los peores criterios clasifica- dradas, se desarrollen tanto en el sector
penal, en el civil y en las leyes europeas. torios: los censos en las colonias, la privado como en el público. Evaluemos
El artículo segundo de la Constitución segunda enseñanza en Argelia, los estas experiencias y pasemos a dar
establece que “la República asegura la ficheros de la deportación… Este pasado visibilidad estadística a quienes son
igualdad ante la ley de todos los ciuda- es grave y todavía ni siquiera es del todo demasiado visibles socialmente e invi-
danos sin distinción de origen, raza o un pasado. Pero nuestros hijos, víctimas sibles estadísticamente.
religión”. El principal mensaje de este
artículo no es sólo asegurar la igualdad,
46 sino prevenir a la República, explíci- ¿Intifada de los suburbios o motines de jóvenes desclasados?
tamente, contra las discriminaciones
raciales. Olivier Roy
Se trata de que quienes pertenecen
a una categoría étnica y/o racial, pero
también todos los ciudadanos, puedan
comprobar que las políticas públicas
están en condiciones de medir los avan-
ces que se hagan para asegurar concre-
tamente la igualdad en las situaciones
de competencia para acceder a un bien,
a un servicio o a una prestación, y que
ese juego de competencia no se vea
afectado por los prejuicios étnicos y/o
raciales.
El buen sentido indica que sería
preciso examinar lo que se hace en otras
partes para encontrar, quizá, fuentes de
inspiración. El censo canadiense, por La prensa norteamericana y algunos calle la población de un barrio. En
ejemplo, registra la pertenencia a las comentaristas europeos describieron las segundo lugar, los jóvenes atentaron
“minorías visibles”. Eso permite medir revueltas que sacudieron los suburbios contra los autos del barrio, es decir los
su presencia o su ausencia en las dife- franceses como actos de inmigrantes de sus propios vecinos. Destruyeron las
rentes funciones y estratos de la socie- musulmanes, que probarían el fracaso escuelas donde van los hijos de la gente
dad. Y también permite que el emplea- del modelo francés de integración. del barrio, de origen inmigratorio como
dor público o privado haga esfuerzos a Es preciso observar con cuidado lo ellos. En síntesis: las primeras víctimas
favor de esas “minorías visibles” sin sucedido. Lejos de una revuelta de la fueron las familias del barrio.
violar la ley (cosa que ocurriría en comunidad musulmana, se trata sobre Por otra parte, las revueltas se limi-
Francia). Apuntemos al pasar que las todo de un movimiento espontáneo de taron al territorio designado como
empresas francesas que combaten las jóvenes de los barrios carenciados, a “barrios difíciles”, donde hay concen-
discriminaciones y se comprometen a menudo de origen inmigratorio pero no tración de inmigrantes, tasas altas de
favor de la diversidad sólo pueden medir siempre. El rasgo generacional y social desocupación y de fracaso escolar. No
el camino recorrido en el caso de las es más importante que el componente afectó, en consecuencia, a los suburbios
mujeres, los seniors, los discapacitados. religioso, incluso más importante que parisinos en su conjunto, ni mucho
Respecto de los “árabes y los negros”, el componente étnico. menos a la ciudad de París, sino a
salvo que enfrenten la ley, no pueden Es, en primer lugar, un movimiento algunos barrios en muchos lugares de
hacerlo. Estamos ante una verdadera de jóvenes y más específicamente de Francia. Estos jóvenes de segunda
discriminación enmascarada. Si en la muchachos jóvenes. La mitad de los generación son, en su mayoría, ciuda-
República sólo cuenta el mérito ¿por arrestados tienen menos de 18 años. danos franceses: entre los arrestados
qué permitir que el código de trabajo Los adultos ni se movieron. La violencia hay sólo un 6 ó 7 por ciento de extran-
introduzca discriminaciones positivas provino de bandas de treinta a doscientos jeros. Y además, muestran una gran
a favor de las mujeres o los discapa- jóvenes; en ningún caso se volcó a la variedad étnica, que los comentarios
no dejan suponer (encontramos afri- Son bien “occidentales” y “globales”. los intrusos, sean la policía, periodistas
canos no musulmanes, pero también Sus reivindicaciones, cuando las o bandas de otros barrios. No se mani-
jóvenes con apellidos franceses, italia- expresan, no tienen que ver con el fiesta una solidaridad étnica o religiosa
nos o portugueses). Fue una revuelta de derecho a llevar el velo musulmán en a escala más amplia.
los excluidos y no de los árabes o de los las escuelas, ni sobre las mezquitas, ni Los que participan en los motines
musulmanes, aunque ellos estén sobre- sobre la carne hallal. En cambio, todos provienen de una sub-clase social, la de
representados entre los excluidos. protestan contra las discriminaciones quienes ya no están integrados en el
Más allá de estos barrios, no se racistas fundadas sobre la apariencia sistema de producción. Sus padres
movió nadie de origen musulmán. Y física. Sufren vivamente el racismo, fueron obreros pobres pero conscientes
hay muchos musulmanes que viven real o supuesto, de la policía, pero de una utilidad social y económica.
fuera de esos barrios; pero ellos perte- también las discriminaciones a la Estos jóvenes carecen de una inserción
necen más bien a las capas medias. Es entrada de los locales de diversión, lo en el trabajo, consideran que sus padres
interesante que nada haya sucedido en cual no tiene nada de islámico. obreros son losers, que se mataron por
las universidades, donde estudian Son jóvenes que, en muchos casos, un sueldo de miseria y ahora muchos
decenas de miles de jóvenes de origen salen de un medio musulmán, pero no comen gracias al dinero ganado por los
musulmán, a menudo muy politizados. se reivindican como musulmanes. No hijos en los pequeños deals.
Ni se movieron. defienden ni una identidad étnica ni una Ahora bien, cuando se examinan las
Por otra parte, el movimiento de los 47
suburbios no está politizado. Aparte de
algunas consignas que piden la renuncia
de Nicolas Sarkozy, no se escuchan
reivindicaciones políticas (y esta es una
de las razones que condena el movi-
miento al agotamiento). No existe coor-
dinación, ni voceros, ni organización.
Ni siquiera un comité de enlace, como
sucedió hace poco con los movimientos
espontáneos de campesinos o de alum-
nos del secundario.
Finalmente, la revuelta no tiene nada
de árabe ni de islámico. Curiosamente
no se ha visto ninguna bandera palestina
o argelina, ni el keffieh a la Arafat que,
en los años ochenta, era un signo contes-
tatario de los jóvenes manifestantes.
Recordemos que en aquel famoso par-
tido de fútbol de Francia contra Argelia
del 6 de octubre de 2001, jóvenes franco-
árabes silbaron el himno francés y
agitaron banderas argelinas. En las identidad religiosa, sino una identidad insurrecciones urbanas occidentales (de
revueltas del 2005, por el contrario, no de barrio. Se agrupan en bandas locales Los Angeles a la Seine-Saint-Denis,
hay rastros ni referencias a los conflictos que se oponen no sólo a la policía, sino pasando por Bradford) se comprueba
de Medio Oriente ni al nacionalismo sobre todo a bandas de otros barrios que comparten los mismos rasgos: una
árabe. No hay consignas ni ataques a los vecinos. Parece que estas bandas son exclusión marcada a la vez por el status
“judíos” (de haberlos habido, la prensa los actores principales de las revueltas, económico y el criterio étnico relacio-
los hubiera señalado, ya que informa aunque las informaciones brindadas por nado con el color de la piel (negros,
con detalle todo lo que emerge como los tribunales muestran que, de hecho, latinos, árabes). La combinación de los
antisemitismo de los suburbios). muchas personas arrestadas carecen de dos criterios produce la verdadera
Tampoco hubo consignas religiosas. antecedentes penales. Otros han estado exclusión, ya que las clases medias de
La vestimenta de los manifestantes no implicados en el menudeo de droga y la origen árabe no tienen, en Europa, esos
tiene nada de islámico: usan la street- delincuencia. Los verdaderos capos del problemas. No es posible disociar el
wear que define una subcultura urbana barrio son los traficantes. Muchos de criterio social del étnico.
occidental, la de los jóvenes negros estos jóvenes han fracasado en la escuela
americanos (en especial, el y están desocupados; viven con una El modelo es los Estados Unidos de los
rompevientos gris con capucha). mezcla de ayuda social y pequeño jóvenes negros, no el Cairo ni la Meca
Escuchan rap y hip-hop, comen en las business. Se perciben como excluidos
cadenas de fast-food, sueñan con y se sienten muy afincados en el barrio: La prensa mencionó el rol de los
grandes autos y, a veces, toman drogas. las bandas defienden su territorio contra musulmanes. Sin embargo, las organi-
zaciones islámicas no estuvieron pre- año en la ley que prohíbe el uso del una subcultura urbana occidental, la
sentes en las revueltas. Los grupos extre- velo en las escuelas. Hoy todos los cultura de los jóvenes, la cultura de la
mos, como Al-Qaeda, no se interesan discursos de los políticos y de la prensa calle. El modelo es los Estados Unidos
en la violencia de barrio: ¿para qué “islamizan” los problemas de los de los jóvenes negros, no el Cairo ni la
perder el tiempo quemando coches en suburbios y utilizan el islam como Meca. Es interesante señalar que el do-
un suburbio que no interesa a nadie grilla de lectura de los acontecimientos. blaje al francés de los films de Holly-
cuando se puede hacer la jihad en El movimiento “Ni putas ni sometidas” wood atribuye a los negros norteame-
Fallujah o poner bombas en un subterrá- se defiende contra las conductas ricanos el acento de los jóvenes de las
neo del centro de París? Los movimien- machistas de los jóvenes de los barriadas francesas.
tos radicales pueden reclutar entre los suburbios y al hacerlo deja suponer Por otra parte, los jóvenes de las
desencantados por la ausencia de pers- que las bandas de jóvenes que revueltas no piden ser reconocidos como
pectiva que sigue a las revueltas o los amenazan a las chicas que salen sin minoría con derechos y especificidades.
radicalizados por la represión (se sabe velo tienen su raíz en el islam. Se Creyeron en el modelo francés de
que las cárceles son lugares de radicali- olvida así que los ghettos se parecen, integración a través de la ciudadanía.
zación religiosa y política para muchos sea cual sea la religión de sus Querían ser verdaderos franceses y hoy
jóvenes de la segunda generación). Por habitantes: en Estados Unidos, en los se consideran engañados porque sólo lo
su parte, las organizaciones moderadas ghettos de negros o latinos, se observan son en los papeles. En el fondo protestan
48 condenaron con fuerza la violencia y se exactamente los mismos fenómenos contra el fracaso de la integración a la
presentaron como mediadoras y de bandas de jóvenes que controlan la francesa, pero no tienen otro modelo.
pacificadoras. Estas organizaciones bus- calle, viven del pequeño deal y Por eso incendian los instrumentos de
can legitimidad frente a la opinión pú- practican el estilo “macho”. La virilidad un progreso fracasado: la escuela, los
blica y las autoridades, proponiéndose es un valor allí donde domina la centros sociales. Su rabia se vuelve
como mediadoras razonables y defen- violencia y eso tiene poco que ver con contra ellos mismos. Decididamente no
diendo el concepto de “musulmanes y la religión. son la intifada.
ciudadanos”. Pero más allá de las orga- En realidad, los barrios no son la Los barrios son una cosa y la cuestión
nizaciones, muchos musulmanes mode- expresión de una cultura musulmana del islam en Francia, otra. Pero los modelos
rados, que no viven en los barrios, se que pide su reconocimiento. El árabe, positivos de integración son encarnados
sintieron ofendidos porque el gobierno como lengua, ha desaparecido, las por las capas medias. Y sean cuales fueran
no presentó ninguna excusa cuando una familias tradicionales se han desplazado, sus dificultades, hoy existe una clase media
granada de gas lacrimógeno dañó una la autoridad del padre está en ruinas. de musulmanes, ciudadanos franceses,
mezquita. El episodio (y toda la crisis) Hoy existen muchas familias mono- insertos en el tejido económico y social,
muestra que el islam no recibe el mismo parentales de origen magrebí. La jerar- que abandonaron los barrios donde
trato que las otras religiones. Y allí está quía es la de la fuerza y la plata, no la de nacieron, compran su vivienda en otra
una de las claves de la cuestión: mientras la edad o la experiencia. No hay líderes parte, abren comercios en el centro,
que los problemas de los barrios difíciles comunitarios en estos barrios, donde organizan sociedades informatizadas, son
son, en primer lugar, sociales, se sigue los imanes no tienen autoridad más allá médicos en los hospitales, etc. Son
confundiendo musulmanes y habitantes de sus pequeñas mezquitas. El multi- ampliamente ignorados, no sólo por los
de los suburbios. culturalismo no es parte del juego, sim- medios, sino, sobre todo, por los políticos:
El debate sobre el islam es muy plemente porque estos barrios no expre- los partidos políticos franceses no se abren
vivo en Francia y desembocó hace un san una cultura árabe-musulmana, sino para esta gente.

ESTUDIOS SOCIALES
Revista Universitaria Semestral
R E V I S T A D E H I S T O R I A
Consejo Editorial: Darío Macor (Director),
Ricardo Falcón, Eduardo Hourcade, Enrique Mases,
Año XIV - Número 27 - Principios de 2005 Hugo Quiroga, César Tcach, Darío Roldán.

Dossier: Historia social y fútbol / Galería: Nº 29 - Segundo semestre 2005


historia, retórica y prueba, Carlo Ginzburg / Escriben: Mocca - Parolo - Di Meglio - Gayol
Argentina siglo XIX: Médicos e Tortorella - Cosse - Garategaray - Funes
instituciones sanitarias • Política, religión y Lvovich - Bolcatto
teatro / Revista Fierro: una aproximación a ESTUDIOS SOCIALES, Universidad Nacional del Litoral, 9 de julio 3563,
la Argentina reciente Santa Fe, Argentina; telefax directo: (042) 571194
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DIARIO DE

Nº 70 / Septiembre a Diciembre de 2005


Homenaje a Juan José Saer
Dossier: Once poetas de España y América
La función de la palabra en el arte contemporáneo,
por Nora Catelli

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Fundación con su legado para prolongar el recuer-
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Nuestra finalidad es desarrollar y promover actividades en el amplio espectro de la cultura y el arte,
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Descontamos contar nuevamente con el favor de los artistas y el entusiasmo del público.
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