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MEDELLÍN, 06 DE FEBRERO DE 2018

SEÑORES,
LILIANA ESCOBAR RÍOS, ADMINISTRADORA.
HONORABLE CONCEJO.

ASUNTO: REPOSICIÓN AL ACTO “MULTA POR INCUMPLIMIENTO


NORMAS INTERNAS”.

El día 01 de febrero, se recibió una carta anunciando la imposición de una multa por el
incumplimiento de las normas internas, concretamente, el Artículo 45, sobre las
Prohibiciones, numeral 15, de los cuales, la administradora señala del parágrafo A, hasta el
C.

“15- Alojar animales que causen molestias a los demás copropietarios o usuarios en
cualquier lugar de la Unidad Residencial, ya sea en áreas privadas o comunes o que
permanezcan en estas sin ningún control.
PARÁGRAFO: Con respecto a los perros está prohibido.

a- Alojar en los apartamentos perros de las denominadas razas de ataque.


b- Sacarlos sueltos a las zonas comunes y zonas verdes sin sujeción o collares,
triadillas, correas, etc, o permitir que deambulen solos.
c- Dejarlos solos en los apartamentos.”

En el escrito, además, señala la señora Liliana los siguientes

HECHOS:
1. Que en el apartamento hay un perro de las consideradas “razas de ataque” (término
muy controvertido e igualmente discutible).
2. Que el mismo perrito “Atacó” a uno de los porteros.
3. Que el patio permanece constantemente en situación precaria de aseo, que por dicha
razón se han hecho múltiples llamados de atención y que no se han tomado medidas
al respecto.

Frente a estos hechos, se hacen las siguientes,


CONSIDERACIONES:
1. El hecho PRIMERO es FALSO, si bien, ambos ejemplares podrían considerarse de
raza grandes (siendo ambos, pequeños para los estándares), ninguno de los dos
pertenece a lo que la señora LILIANA llama “Razas de ataque”. Pues uno, el mayor,
es una hembra SIBERIAN HUSKY de 15 KG (raza que a pesar de ser territorial con
otros perros, con los humanos es sumamente agradable) y el otro es un perro
CRIOLLO, que la mayoría de veterinarios con los que se ha consultado generalmente
identifican como un cruce entre LABRADOR CHOCOLATE Y WEIMARANER
(ambas razas amigables con los humanos y otros perros).

2. El hecho SEGUNDO es PARCIALMENTE CIERTO. Aunque es cierto que el


perrito saltó y “apretó un poquito” la mano al vigilante sin hacerle ningún
daño(palabras de su propia boca), resulta exagerado referirse al incidente como un
ataque, pues en el contexto que lo usa la señora LILIANA, es elemento esencial la
existencia de un perjuicio o daño que no hubo.

De no ser así, entonces sería acertado decir que el perrito me ataca a mí y todos los
residentes del apartamento diariamente, pues sí que es cierto que el perro tiene el mal
hábito de saltar sobre nosotros y mordernos las manos cada vez que ingresamos a la
casa sin que se haya presentado nunca un daño a la integridad de ninguno de nosotros
ni de ninguno de los visitantes.

3. El hecho TERCERO, es PARCIALMENTE CIERTO.


Es cierto que en ocasiones el patio no está en las mejores condiciones de aseo.

Aunque es cierto que se han hecho varios llamados de atención, la temporalidad entre
uno y otro deja entrever que no se puede afirmar tajantemente que el patio permanece
en pésimas condiciones TODO el tiempo. Es más, los llamados de atención se han
hecho por la misma época cada vez, y esto coincide con la ausencia de una de las
personas encargadas de la limpieza del patio, para ello se han tomado y se tomaran
medidas, esperando poder evitar nuevos inconvenientes.

Es falso que no se han tomado medidas para mejorar las condiciones de aseo del patio.
Cada vez que se han recibido quejas, se ha hecho lo posible para solucionar el
problema, en una ocasión anterior se hizo un cajón que hace de Sanitario para ambos
perros en el cual se invirtieron aproximadamente $200.000 pesos entre materiales y
mano de obra, todo para evitar más molestia; también se compró una manguera que
costó aproximadamente $40.000 pesos para facilitar y mejorar la tarea de aseo pero
tristemente esta se dañó el mismo día porque resultó ser de mala calidad y ahora
nuevamente se compró la misma manguera pero de una mejor calidad la cual costó
$130.000 pesos con la que, como han podido apreciar últimamente se ha mantenido
el patio casi que impecable.

A las consideraciones sobre los hechos, me gustaría añadir otras más que espero sean tenidas
en cuenta para la decisión.

4. Sobre el numeral 15, norma que se imputa y los parágrafos señalados por la señora
LILIANA en la carta,
PARÁGRAFO A: Como se aclaró en la consideración primera, no hay en el
apartamento ningún perro de estas “razas de ataque”.

PARÁGRAFO B: Los perros no se sacan sin la tradilla salvo contadas ocasiones, por
lo general, se saca suelta solo la perra cuando mi hermano la va a llevar en el carro al
veterinario u otro lugar. En ocasiones se sacan ambos sueltos pero solo en la zona
verde colindante con el patio del apartamento y solo en altas horas de la noche o en
la madrugada, a las seis de la mañana cuando tenemos la certeza de que no hay niños
allí ni otras personas, los perros no se apartan del extremo de atrás de la zona verde y
hacemos esto solo para que hagan CHICHÍ, para EVITAR en lo posible, que orinen
en el patio y se generen olores.

PARÁGRAFO C: No se puede negar que los perros quedan solos en el transcurso del
día, pero esto es igualmente imputable a la mitad de los residentes de la unidad. Me
atrevería a decir que particularmente, este parágrafo resulta inaplicable por un
principio básico del derecho conocido como “Principio de realidad” o “Realidad
sobre las formas”.

5. Hace un tiempo se presentó otro incidente con el perrito y sobre el cuál se hizo un
escándalo, sin embargo y como ha manifestado el niño implicado “CAMILO”, todo
fue un accidente y un malentendido provocado por otro niño que el EMPUJÓ
mientras él estaba parado en el borde del patio haciendo que se descolgara hacia el
interior. En dicha ocación sin embargo, el perro “peligroso”, ni siquiera mordió al
niño si no que le hizo un rasponcito en el pie al golpearlo en el salto (Esto, sucedió
DENTRO del perímetro del domicilio).

A pesar de ello, Camilo cada que tiene la oportunidad se acerca a la puerta, e incluso
entra a saludar al perrito y consentirlo pero nunca se ha presentado otro
inconveniente. Constantemente replica que la culpa fue del otro niño y que el perrito
no lo atacó.
6. Los niños constantemente molestan a los perritos desde la plazoleta o a través de la
reja que dan con la zona verde, zarandeando y golpeando la misma para alterarlos,
incluso durante una época cada día recogía más de 10 piedras todos los días en el
patio, situación que llamó mi atención… al tiempo, me enteré por los mismos niños
de la unidad que uno de los niños más grandes les tiraba piedras con la intención de
hacerles daños e incluso, esa vez, según me contaron, se presentó un altercado con la
persona del lote de atrás de la unidad (el que se ve des la plazoleta, al lado del bloque
2) que tuvo que venir a increpar el muchacho porque también estaba tirando piedras
hacia el lado de allá.

7. A pesar de todas estas situaciones que se enunciaron en el numeral anterior, en


diversas ocasiones los niños han saltado desde la plazoleta al patio de la casa para
sacar balones mientras nosotros no estamos y están los perros solos; sin embargo, en
ninguna de esas ocasiones se han presentado accidentes o incidentes, NUNCA
ninguno de los perros ha “ATACADO” a los niños, ni mordido, ni generado heridas.

8. La señora LILIANA, ha manifestado, no en la carta, sino en notas de voz de


Whatsapp, que el perro salta y ladra, que tiene una actitud agresiva. Pero es un
comportamiento absolutamente normal en un perro que defiende los límites de la
propiedad, aquello que considera “su territorio y el de su manada”, es un
comportamiento natural en el reino animal, incluso los seres humanos somos
prevenidos y protectores con lo que es nuestro.

Pero nuevamente reitero, cuando los niños han entrado sin autorización al
domicilio, mientras los perritos están solos nunca se ha presentado un incidente. Me
parece una prueba fehaciente de que el perro no es ningún peligro o amenaza.

9. Por último y para terminar con las consideraciones, me parece importante mencionar
que el perrito al que la señora LILIANA se refiera como peligro, amenaza, o de
ataque, es un perrito adoptado, que era víctima de maltratos. Por eso, su
comportamiento muchas veces es errático, es tímido, miedoso y cuando alguien
desconocido se le acerca baja las orejas, esconde la cola y gruñe con recelo…
especialmente a los hombres… pero toda persona que haya pasado más de cinco
minutos con él, sabe que a pesar de esto, es un perrito tranquilo y sumiso. Sobre todo,
muy miedoso.

Finalmente y para concluír, con base a lo anteriormente expuesto se hace la siguiente


PETICIÓN.

1. Le solicito al Concejo que reconsidere la sanción impuesta, y reponga su decisión.

Por nuestra parte, asumimos el compromiso de mantener el patio en las mejores


condiciones posibles y continuar tomando medidas para evitar futuras molestias.

Muchas gracias por su atención,

Atentamente,

_____________________________________

JUAN GUILLERMO GÓMEZ RAMIREZ


Y LOS DEMÁS RESIDENTES DEL 105.

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