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cesario situar la catástrofe en un guntas hay que acudir a la historia
lugar histórico determinado, para de la teología. Es necesario re-
que no se convertiese en un montar hasta los tiempos en que
mito, alejado de la historia, que el cristianismo se separó del es-
nos dejaría inmunes de toda res- píritu de la tradición judía. Muy
ponsabilidad histórica, moral y, pronto adoptó el cristianismo
sobre todo, teológica. una premeditada estrategia, insti-
Para mí, Auschwitz denota un tucional e intelectual, de largo al-
horror para el que, en teología, cance: sustituir a Israel. Con ex-
no he encontrado palabras y que cesiva exclusividad se compren-
ha hecho pedazos cualquier se- dió a sí mismo como el «nuevo
guridad metafísica del discurso Israel», como el «auténtico pue-
cristiano sobre Dios. Una y otra blo de Dios». Con excesiva rapi-
vez me he hecho una serie de dez eliminó el significado radical
preguntas. ¿No habremos usado, de Israel para el cristianismo, re-
en nuestra teología de la historia, clamado por Pablo en Rm 9-11, y
un lenguaje demasiado inmuniza- consideró a Israel como un pre-
dor, de forma que todos los trau- supuesto salvífico, ya superado,
mas históricos -catástrofes y rui- del cristianismo. A esto se añade
nas- los hemos paliado y no los que, en la génesis de la teología
hemos dejado pasar a nuestro cristiana, se dio una «bisección
discurso de Dios? Al menos aho- del espíritu del cristianismo».
ra, ante tamaña catástrofe ¿no Aunque se apeló a la tradición de
debía aflorar en el «logos» de la la fe de Israel, el espíritu se sacó
teo-logía la pregunta por el lugar exclusivamente de Atenas, más
en ella de la historia del sufri- exactamente; de la tradición he-
miento humano? Más que refu- lenística tardía. Fue así como las
giarse en una metafísica que igno- formulaciones dogmáticas del
ra la vinculación entre verdad y cristianismo primitivo, en espe-
memoria del sufrimiento ¿no de- cial las cristológicas, surgieron
bería quedar muda -al menos ante todo bajo el influjo catego-
ahora- la teología metafísica? «La rial de la filosofía platónica y del
necesidad de dejar hablar al sufri- neoplatonismo forjado por Ploti-
miento es condición de toda ver- no.
dad». Esta frase de Th. W. Adorno No se trata ahora de recha-
con su definición del sufrimiento zar la doctrina cristiana expresa-
como a priori de toda metafísica da en esas categorías. Pero no
¿no debería ser reconocida tam- podemos dejar de preguntar si
bién como condición de posibili- en ellas no habrá quedado oculta
dad de toda verdad teológica? Y u olvidada una dimensión ele-
¿no debería la teología «después mental del espíritu del cristianis-
de Auschwitz» decir un adiós de- mo. Pues, si esta dimensión hu-
finitivo a una confianza en sí mis- biese permanecido ¿es posible
ma que descansa en el olvido del que las tradiciones bíblicas y la
sufrimiento? historia de la fe de Israel no hu-
Para responder a esas pre- biese hecho alguna oferta de es-