Está en la página 1de 25
‘Teoria , metodologia para el estudio “cultura “politica = Meta | Pablo Castro Domingo Héctor Tejera Gaona Ce ake Indice Dk LAS INTERINFLUENCIAS ENTRE CULTURA, POLITICA ¥ PODER, UNA INTRODUCCION Pablo Castro Domingo y Héctor Tejera Gaona,......-. ¥ Bibliografia 2... “TEORIA Y METODOLOGIA PARA EL ESTUDIO DE LA RELACION ENTRE CULTURA Y POLETICA Héctor Tejera Gaona. La construccién del campo de re! Los presupuestos tedricos del enfoque de la cultura politica... 62... eee Cultura de la, politica. ...... La propuesta metodoldgica . . Bibliografia ... 0.0...) . eee eee eee lexion. . .. LA CULTURA COMO PALESTRA Y FL PODER COMO RELACION SIGNIFICATIVA, €COMO ESTUDIAR LA INTERSECCION ENTRE LO POLITICO ¥ LO SIMBOLICO? Luis Reygadas Robles-Gil . 0.0.0. Cultura, poder y sus intersecciones Dimensiones culturales y politicas de la desigualdad social... .. sees Estrategias metodolégicas para analizar la desigualdad La des- “egirimacion de la rigutz La polémica por el valor de las personas: éinferioridad o discriminacién? Bibliografia . . 47 48 52 59 67 73 77 PARA INCORPORAR LO “CULTURAL” LN LL ANALISIS POLITICO: DILEMAS CONCEPLUALES Y ALTERNATIVAS ANALITICAS Alejandro Monsivdis Carrillo... La cultura y el andlisis politico .............-2--.- Cultura: éla parte o el todo? ....... fe ame 8&5 Lo cultural: ésubjetivo o intersubjetivo? ...... - 87 El estudio de la cultura politica: cintegrador o anal 89 Repensar la cultura politica. ............ 92 Los desafios del analisis politico-cultural. . 95 Las consecuencias de lo simbélico cn la politic Jo “cultural” como variable independiente ........ 99 Antagonismos, identidades politicas y relaciones de dominacion c Comentarios finales. . Bibliografia . . REFLEXIONLS EN TORNO AL ANALISIS POLITICO Y¥ SUS OSCUROS OBJETOS DE INVESTIGACION Diana Guillén Rodriguez . 11 Politica y poder 113 Se busca receta... 119 Reflexién final 134 Anexos me ww ow . . wevee. 136 Bibliografia. «ss 2.2waw ese esvvang yy warren aewns ees 143 CULTURA POLITICA Y PARTICIPACION FETCTORAL Pablo Castro Domingo . Cultura y poder. Cultura politica . La politica como cultura Cultura politica como proceso a Hacia la construccién del dato ........ Un abordaje de la cultura politica... . Conocimientos . 2.0.60. 6 66. ee eee Valoraciones. ............ Practicas electorales en ‘Tenancingo. A manera de conclusion. ....... Bibliografia ....... EL RETORNO DE LA TEORIA POLITICA AL MUNDO POLITICO: FL ANALISIS MORFOLOGICO DE 1.A IDEOLOGIA Carolyn Romén Zozaya La naturaleza de lo politice y el papel de las ideas evaluativas .... 2-0-0... eee La metodologia del estudio de la teoria politi Las téenicas para realizar el es Ejemplo de estudio; la concepeién de libertad del Gobierno Laborista ne aa pietarenes a prexe Conclusién -. - Bibliografia ... ‘TEGNOLOGIA, POLITICA Y CONFIANZA! CLAVES PARA LA INTERPRETACION DEL PROCESO DL CONSTRUCCION DE NUEVOS INSTRUMENTOS ELECTORALES Noemi Lujan Ponce... 2... +--+ EI problema del problema . La historia de! problema . . Construcci6n del objeto. . : Estrategia de investigacion .... Aparicién de datos “anédmalos” Comentarios finales. . Ribliografia ........ I EEE 183. 185 189 198 210 214 217 Est invest ittada por pares académicas, se prisalagia con ef aval de h 16n febser del aii 2000 Primera e 41 2009 CSIs ACTONCAIY MEOPOL ANA UNIS Létapu.sia ISBN 978-970-31-0900-7 © 2008 Coss Nagios at RE CINEENY TLONS LOGI @ Zoo Por os Miccet Axcer Pores. fihrera-rditar acteristicas tipognificas yy diseiio editorial Derechos seservautos conforie ala key ISBN 978-607-401 073-2 Innagen de portadie: escultura de Miguel Peraza 5 parcial o total, dbreeta 6 indices del Quests probibida fa repre conttenide de Li prescate aber sin ew ibn eqqnes ¥ por esevito de fos editores, e8h Weeenines de le por ly Ley Peden del Deseeiuy de Autor en su sist, yr las tratads si prevent ‘nutrracionales splice, IMPRESO EN MEXICO gyi PRIN ED IN MEXICO. APSA SAG Peden peer rater oe Amarguss 4, Sun Angel, Alvaro Obreqin, ATAB0 México, DE Pasto Castro Domingo ¥ Hecror Thiers Gaona* De las interinfluencias entre cultura, politica _y poder. Una introduccion E: HIRRO QUE EL LEC (OR ticne en sus manos ha tenido como objetivo presentar un conjunto de textos que, desde la pers- pectiva de cada uno de sus autores, expone como analizar la re- lacién entre cultura, politica y poder. Ya sea mediante una pro- puesta general, o a través del estudio de temas especificos, cada uno de los textos muestra un enfoque diferente para abordar dicha relacién. Pero el propésito que los integra es mostrar al lector distintos enfoques tedrico-metodolégicos para emprender el tema, susceplibles de ser retomados por éste. Particularmente, se ha bus. cado que cada uno de los autores clarifique sus categorias anali- ticas, muesue la relacién entre ellas y la metodologia y despliegue como ha abordado un tema o campo de andlisis en particular. Por ejemplo, al hablar de cultura politica, exponcr claramente cudles Son sus caractcristicas, cénio debe estudiarse y los alcances (yen su caso los limites) de la definicién y metodologia empleadas. Con ello, ademas de evitar abordar cl andlisis como una cuestion de preferencias en las herramientas utilizadas derivadas de una adhe- sion disciplinaria (politolégica, socioldgica o antropoldégica), se busca aportar a los lectores diversas Propuestas que le sean de utili- dad sobre como abordar este campo problematico desde posiciones tedricas y estrategias metodoldgicas distintas. U1 presente libro es resultado de esa reflexion colectiva donde se ha problematizado la rica relacién entre el poder, la politica y Ia cultura. Las propuestas particulares fueron presentadas en cl marco del seminario feorfa p Metadologia para el estudio de la culturi “Departamento de Anuopologis. Universidad Aursnuma Metropolitana lrcapalapa 6 PANLO CASTRO DOMINGO ¥ HECTOR TEJERA GAONS a politica y el poder, auspiciado por el Cuerpo Académico Antropologia Simbélica y Poder del Departamento de Antropologia de la vaw-Izta- palapa, y sustentado con recursos del Programa de Mejoramien- to del Profesorado de la Secretaria de Educacién Publica (PROMEP). Por otra parte, la publicacién ha sido financiada por e] Consejo Nacional de Ciencia y ‘Tecnologia a través del proyecto de inves- tigacién Cultura politica, ciudadania y abstencionismo electoral en el Estado de México. El seminario del cual surgié este libro buscé que los textos explicitaran su enfoque sobre la cultura, la politica y/o por poder; Jas implicaciones metodolégicas de la definicién o enfoque adop- tado; y los procedimientos empleados para su estudio con base cn su definicion, Ademdas, que se presentara a los lectores los temas estudiados de una forma didactica, pero sin menoscabo de su calidad. Los procesos politicos en el seno de nuestras socicdades con- temporaneas requieren analizarse mediante enfoques que permi- tan rescatar a complejidad de la interinfluencia entre cultura, poder y politica. Ello permitira abordar, por ejemplo, camo actua el poder en las estructuras de significacion, entender Jos procesos mediante los cuales unos actores sociales gobiernan a otros; las estrategias con las cuales los sectores subalternos buscan resistir la dominacion de los grupos hegeménicos; el contenido de las prdcticas sociales que modulan las politicas puiblicas; la forma en que la memoria y los imaginarios reconfiguran las estrategias de los movimientos sociales; la transformaci6n en ciudadanias extra- territoriales de las minorias politicas en los contextos transnacio- nales; las estrategias mediante las cuales los jornaleros agricolas negocian mejores condiciones laborales, © cémo algunos actores sociales interiorizan y reproducen la dominacion. Los procesos mencionados, entre muchos més que se mues- tran en el Ambito de la relacin entre la cultura, la politica y el poder, requieren enfoques que abran nuevos espacios de reflexion al descubrir procesos y articular explicaciones sobre la realidad desde estrategias tedrico-metodolégicas con capacidad herme- néutica para evidenciar los mecanismos que posibilitan el some- Limiento al poder de Jos actores sociales. DE LAS INTERINFLUENCIAS FNTRE CULTURA 7 EI poder social es, sin duda, uno de los temas mas cautivado- res. Tal vez porque los procesos de influencia politica configaran el resto de los campos de la vida social. Analistas como Eric Wolf (200 1) han buscado distinguir entre diferentes formas de poder diferenciando entre poder potencial o capacidad inherente a un indi- viduo, es la capacidad de un individuo de imponer su voluntad a otros en un escenario de relaciones c interrelaciones personales dentro de la accion social, en un enfoque similar al propuesto por Max Weber cuando define al poder como “la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relacién social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad”;' el poder tactico u organizacional, el cual controla los escenarios en Ios que la gente puede desplegar sus potenciali- dades ¢ interactuar con los demas; y, finalmente, el poder mani- fiesto en las relaciones sociales, pero que no sélo opera dentro los escenarios 0 campos, sino que los organiza y dirige, ademas de es- pecificar la distribucién y direccién de los flujos de energia; es decir, el poder estructural. Estas diferentes formas de poder se Bier cen, en iillima instancia, con el propésito de controlar recursos significativos como el agua, la ticrra, el petrdleo, el gas, el uranio y las maderas, entre otros. No obstante, para alcanzar ese control se requiere de la cul- tura; por cjemplo, del performance y la teatralizacién de la socie- dad misma. Esto es, mediante la representacién de la distancia social, la jerarquia y el individualismo, entre otros aspectos de la vida social. El poder politico se apropia de medios espectaculares para explicitar su ascenso cn la historia, exponer los valores que lo exaltan y afirmar su presencia. En Negara, por ejemplo, Cli ford Geertz (1999) expone cémo el teatro balinés opera como mecanismo de representaci6n ritual que explicit la relacién en- tre el orden césmico y la estructura de poder; en otros términos. como una ceremonia funeraria en Bali del siglo x1x se representa Forma que coincide con la propuesta de We ” propuesta de Weber, quien destuca que el poder solamen- te es posible en un contexto de dominaciin (Herrschaft), definide come la Sprobabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenide enue personas dadas’ a tenide, x ve rar bes enue] dadas” (We. 8 PABLO CASTRO DOMINGO ¥ HECTOR TEJERA GAONA y reafirma, mediante un discurso contesional, que la jerarquia es el nticleo ordenador de la sociedad: que cl estatus ¢s todo. En nues- tras sociedades los mitines y las manifestaciones comparten con las ceremonias fumerarias de Bali el hecho de que exigen la pre- sencia fisica de los actores politicos; también estan situados, se desdibujan en una diversidad de eventos encadenados, armoni- zan expresiones y simbolos no verbales: gestos, manipulactén de objetos de valor simbélico, Esto en el contexto de la representa- cién de los dramas sociales que estructuran cl campo de la accion social. Mare Abélés (1988) ha mostrado magistralmente como, en Francia, el presidente Mitterrand realizaba una peregrinacion anual ala Roca de Solutré. En este evento, se muestra su impor- tante contenido simbdlico porque el presidente se desplaza desde el centro politico hasta la periferia de la provincia; asimismo éste y su comitiva se trasladan desde la delegacién de gobierno del departamento hasta las localidades mais lejanas. Para Abélés este evento simboliza la articulacion y la construccién de lealtades entre los intereses nacionales y los regionales. Lo anterior es una sintética reflexion sobre la importancia de abordar los procesos de significacion cultural mas aun cuando [os simbolos que fos integran y su influencia en nuestras relaciones politicas no son usualmente claros. Ademis, ante la carencia de andlisis para dar “cuenta de la per- cepein y/o el discurso de los propios gobernados acerca de la no- cién de participacién” y de sus practicas sociales “desde abajo” en procesos de innovacidn (Bazdresch, 2003; Lewis, 2000) se abre una ventana de oportunidad para clarificar las herramientas ted- ricas y los procedimientos metodoldgicos para abordar el estudio de la cultura, la politica y el poder, y ofrecer una exploracion mas satisfactoria sobre los procesas en que éstos influyen. Cualquier accién politica atraviesa por Ja diversidad social, las restricciones econdmicas y las perspectivas culturales diferen- tes. ‘lodas ellas afectan y modifican su encauzamiento. Por ello, por ejemplo, fas politicas pablicas estan matizadas por las practicas : acciones de lideres, redes sociales, formas de dominacién y signi- DE LAS INTERINFLUENCIAS UNTRE CULTURA, 4 ficaciones que los actores sociales construyen en torno a represen- taciones concretas y localizadas. En consecuencia, no es aventu- rado abordar dichas politicas puiblicas como campos de disputas culturafes; es decir, de cédigos cambiantes e histéricamente con- tingentes y en gran medida negociados, a través de los cuales se refuerzan o disputan relaciones de poder y dominacién. ‘Tal como Jo asevera John Gledhill (2000), los procesos contem- pordneos en América Latina estan reconfigurando cotidianamen- te al Estado, lo que en términos culturales se vive de una mancra “ambigua, gracias a las tensiones entre una tradicién patrimonial y otros modelos, tensiones que tienen mucho que ver con las préic- tieas cotidianas de poder en todas sus formas” (1998: 16), La alian- za de los grupos que impulsan la “modernizaci6n” de! Estado y de la politica para implantar un “estado de derecho”, con caciques locales “tradicionales” y la resistencia de otras formas de regulaci6n moral no modernas, conviven y se articulan de formas paraddjicas y contradictorias, Las apretadas reflexiones anteriores han sido el marco gene- ral que nos ha impulsado a realizar un seminario con la finalidad de elaborar un conjunto de textos que, desde la perspectiva de sus autores, presentara a los lectores las propuestas sobre como abordar el estudio de la relacion entre cultura, politica y poder. El resultado de esta empresa colectiva esta integrado por siete reflexiones metodolégicas que se han propuesto contribuir a dilu- cidar la compleja relacién entre poder, politica y cultura, las cuales se han organizado, en la medida de lo posible, siguiendo el derro- tero de la cultura a la politica. En el primer capitulo, “Teoria y metodologia para el estudio de la relacién entre cultura y politica”, Héctor Tejera propone un modelo para explicar la relacién entre cultura y politica, conside- rando las mediaciones tedrico-metodolégicas que la acompafian. Realiza una critica a diversos tratamientos tericos que en el marco de las ciencias sociales han abordado de manera poco sistematica la relacién entre cultura y politica. Asimismo, recupera el concep- to de cultura de la politica para aludir a los sistemas de significacion que interviencn en las relaciones politicas, mismo que desagrega 10 PABLO CASTRO DOMINGO Y HECTOR TIJERA GAONA en tres planos: convicciones de fondo, valores significativos y atribucio- nes de significados, Con esta propuesta, Tejera contextualiza a la cul- tura en la dimensién de las relaciones politicas, para no correr el riesgo de caer en un modelo individualizador de la cultura. Por Ultimo, con este modelo busca entender a la cultura como proce- so de construccién de significados que inciden en las relaciones politicas. El trabajo de Luis Reygadas “La cultura como palestra y el poder como relacién significativa. ¢Cémo estudiar la interseccién entre lo politico y lo simbélico?”, explora la relacion entre la cultura y el poder. Para ello, parte del concepto de poder de Richard Adams y el de cultura de E. 2. Thompson. El primero se conceptualiza como un proceso psicosocial donde un actor influye en el proceso de toma de decisiones de otro actor, con base en cl control de los recursos significativos. Al destacar que para influir en los demas es necesario contar con algo que sea importante para ellos, se evi- dencia la presencia de la cultura. Por otro lado, Reygadas recupe- ra el concepto de cultura de Thompson, quien la define como un sistema de significados, actitudes y valores compartidos, que aluden a procesos de reproduccién de la sociedad, pero a su vez la amplia conceptualizandola como un fondo de recursos diversos, en el cual el trafico tiene lugar entre lo supe- rior y lo subordinado, y donde aparecen los procesos contin- gentes y conflictivos. Este texto es producto de una novedosa y sugerente reflexion metodolégica construida a la luz de una investigacién sobre des- igualdad social, por lo que se revisan algunos debates tedricos so- bre este tema en particular. En la tiitima parte, Reygadas analiza ias implicaciones metodoldgicas para evaluar la desigualdad en América Latina. Como en cl resto de los textos que integran el pre- sente libro, en éste sc considera que las técnicas y las metodolo- gias no pueden ser tratadas al margen de las discusiones teéricas y los procesos de construccién del objcto de estudio. DE LAS INTERINFLUENCIAS ENTRE CULTURA ul En su texto, “Para incorporar lo ‘cultural’ en el andlisis poli- tico: dilemas conceptuales y alternativas analfticas”, Alejandro Monsivais propone que para comprender la politica es condicién sine qua non considerar la dimensién de los valores, las creencias y teferentes simbélicos asociados a ella. El eje reflexivo del texto plantea que la cultura importa para entender a la politica y advier- te sobre los problemas que trae consigo la gran diversidad con- ceptual existente sobre Ia cultura y los problemas te6rico-metodo- légicos que ello conlleva, Destaca que los problemas analiticos en las ciencias sociales no se subsanan recabando mas informacién empirica o empleando técnicas més robustas. El nucleo del asun- to se ubica en los dilemas conceptuales sobre cémo abordar el tema, proponiendo la incorporacién de Ja nocién de procesos simbélicos entendidos como la produccién de sentidos socialmen- te inteligibles. Monsivais nos muestra que de esta forma se re- suelven tres dificultades metodolégicas que habitualmente estén presentes cuando se aplica la nocién de cultura dentro del andli- sis politico. Estas disyuntivas son darle un sentido preciso a la no- cién de cultura, optar por una interpretacién intersubjetiva y adoptar estrategias metodolégicas que permitan identificar el papel causal que puede tener lo cultural dentro de los procesos politicos. En su texto “Reflexiones en toro al andlisis politico y sus oscu- ros objetos de investigacién”, Diana Guillén comparte sus expe- ricncias en la construccién de objetos susceptibles que pueden ser investigados. Para la autora no basta con tener wn campo te- matico o cl planteamiento de un problema, ya que el proceso de investigacién no puede ser reducido a un mero recetario con cl cual se busque iluminar cl sendero de la investigacién. La cues- tién es que dificilmente es posible contar con certezas para em- prender el camino de la investigacion. El texto muestra cémo la investigacién no pucde ser enfocada como una comprobacién de profecias, sino que se caracteriza por la construccién de instru- mentos que en un escenario de incertidumbre, pero que aun asi permite cimentar nuevo conocimiento. Guillén realiza una discu: sién tedrica sobre las nociones de politica y poder relacionando- 2 PABLO CASTRO DOMINGO Y HECTOR TEIERA GAONA los con su trasfondo social, lo cual cs muy sugerente al permitir articular la teorfa con las herramientas metodologicas; cn otras pala- bras, este posicionamiento permite a la autora construir una. stra: tegia para explicar cl poder y la politica con base en una estrategia relacional, Esta sugerente propuesta es robustecida con ideas tes- rico-metodolégicas de una investigacién sobre Chiapas, realizada por la autora. oo El andlisis de Pablo Castro, “Cultura politica y participacién electoral” destaca la importancia de construir nuevas herramien- tas tedrico-metodologicas para interpretar la politica en nuestras socicdades contemporaneas. Siguiendo a Geertz, sostiene que la cultura es una estructura de signiticacion que da forma a la expe- riencia del hombre; esto es, un esquema histéricamente transmi- tido de significaciones representadas en simbolos; un sistema de concepciones heredadas y expresadas en formas simbdlicas por medio de las cuales los hombres se comunican, perpetiian y de- sarrollan sus conocimientos y sus actitudes frente a la vida. Se destaca 4 Ja cultura como un proceso que en algunos momentos se reproduce, pero que en otros se transforma, Por otro lado, al igual que Luis Reygadas, Castro recupera el concepto de poder de Adams porque al introducir lo significativo se vincula estre- chamente con los simbolos de la cultura. Asimismo recupera la sintesis de cultura politica propuesta por Roberto Varela (2005), quien la propuso como una matriz, consciente o inconsciente de simbolos y signos, que portan conocimientos e informacién, sentimientos, valoraciones y utopias relacionadas con las estruc- turas de poder. Finalmente, aplica esta perspectiva tedrica para el andlisis de} municipio de Tenancingo, en cl sur del Estado de México, mostrando su capacidad explicativa al explorar las prac- ticas politicas cotidianas y su papel en la reproduccién de mapas intramentales y, eventualmente, de la resignificacién y transfor- macién de los imaginarios colectivos. At hablar del retorno de Ia teoria politica al mundo politico, Carolyn Roman propone no solamente una extension de la apli- cacién de la teoria prescriptiva a contextos politicos, sino ademas el estudio de la teoria empirica. Dicha teoria consiste en los mar- DE LAS INTFRINFLUENCIAS ENTRE CULIURA is cos conceptuales producidos por todos los actores politicos en su contexto actual. Analizar este tipo de pensamiento politico abre la posibilidad de investigar cudfes marcos conceptuales son efica- ces © no, y por qué, asi como las variaciones a través del tiempo. y de la cultura, Ademas de lo anterior, este estudio también puede ayudar con Ia aplicacién de la teoria Prescriptiva, al proveerla con materia prima y enriquecer e] andlisis del papel de las ideas eva- luativas en los contextos politicos. La teoria empfrica se basa en cl enfoque morfoldgico de la ideotogia claborado por Freeden, segdin cl cual, una ideologia es un marco multidimensional, espe- cificamente estructurado, de conceptos politicos esencialmente discutibles © impugnables, que orienta la accion de los agentes y estat constituido por patrones recurrentes de discurso. En el texto S€ argumenta que este enfoque se puede robustecer si estudiamos morfolégicamente, y cn paralelo, tanto las politicas pablicas como cl discurso af que sucten estar asociadas. Se argumenta también que, tomando en cuenta las distintas caracteristicas y las circuns- fancias de los productores de una ideologia, es posible construir una tipologia que distingue entre las ideologias filos6ficas, comen- tativas y participativas. En relacién con las téenicas del estudio, ademas de la discusion del analisis conceptual de las politicas, se destaca ta técnica central, es decir, la formula conceptual, la cual Consiste en una representacién gramatica del concepto, y sé mues- ua como y por qué esta f6rmula debe ser utilizada por el analista para descifrar la concepcidn creada en el objeto de estudio. Como un cjemplo del proceso de creacién de una férmula conceptual, se delinea la correspondiente a libertad, Finalmente, para ofrecer una idea ms conereta de lo que se trata este tipo de andlisis, la autora lo aplica a la coneepeién de Ia libertad en el area de las poli- ticas sociales entre 1997-2001 bajo el gobierno del primer ministro Tony Blair. Cierra este libro el texto de Noemi Lujan intitulado “‘Tecno- logia, politica y confianza: claves para la interpretacién del pro- ceso de construccién de nuevos instrumentos electorales”, en el cual se plasman algunas experiencias metodolégicas que perimi- Ueron a su autora construir un sugerente problema de investiga- 1a PABLO CASTRO DOMINGO ¥ HECTOR ‘TEJERA GAONA cién. Al igual que la reflexién que nos brinda Diana Guillen, en este texto sc evidencia como la investigacion de temas novedosos requiere de la btisqueda y construccién de nuevas herramientas analfticas que pérmitan acceder a nuevo conocimiento. Lujan sostiene que la investigacion no puede ser considerada como un Castillo de la Pureza, donde los académicos racionales oman decisiones frias y calculadoras para construir conocimiento; lejos de esto, los investigadores estan cargados de valores, creencias y senti- mientos que influyen en cl proceso de cimentacién de un proble- ma de investigacién. La autora realiza una interesante reconstruc- cién retrospectiva del proceso de construccién del planteamiento del problema de investigacién, haciendo alusiones a la delimita- ci6n espacial y temporal. En la ultima parte de! texto se eshozan algunos clementos gue no estaban previstos en el enfoque tedri- co, pero que durante el proceso de la investigacién resultaron ser interesantcs y novedosas vetas de investigaci6n. Bipuiocraria Anfits, Marc (1988), “Modern Political Ritual”, Current Anthropology, nam. 3, vol. 29, Chicago, The University of Chicago, pp. 391-404 Abas, Richard (1978), Energia p estructura, México, t BazprescH, Miguel (2003), “Cambio municipal y participacién social”, en Enrique Cabrero (coord.), Paliticas priblicas municipales, Una agen- da en construccién, México, cioe-Premio Gobierno y Gestién Local, Miguel Angel Porrda. Freren, Michael (2007), “lhe Comparative Study of Political Thinking”, Journal of Political Ideologies, 12:1, pp. 1-9. Grrrrz, Clifford (1987), La interpretacion de las culturas, México, Gedisa. — — _ (1999), Negara, El Estado-Teatro en Bali en el sigh x1x, Buenos Aires, Paick Grepnits, Jonh (2000), El poder y sus disfraces, Barcelona, Bellaterra Kariiner, Bruce (1998), Legend of people, myths of state. Violence, intoleran- ce, and political culture in Sri Lanka and Australia, Washington, Smith- sonian Institution. Lywis, David (2000), “éDescubrir, ampliar y profundizar?: una revision de las contribuciones de la anuropologia a los estudios del tercer sec DE LAS INILRINFLUENCIAS ENTRE CULTURA 5 tor”, Economia, Sociedad y Territorio, nim. 8, vol. un, Zinae: Colegio Mexiquense, A. C., pp. 791-815. Vanrts, Roberto (2005), Cultura y poder: una visién antropolégica para el andlisis de la cultura politica, Barcelona, Anthropos-vam-t, Wener, Max (1977), Economia _y Saviedad, vol. 1, Méxic » Fondo de Cul- tura Econémica, : Wott, Eric (2001), CIPSAS, antepec, El iqurur el poder: ideologtas de dominacién y crisis, México, Hector Terra Gaona* Teoria _y metodologia para el estudio de la relacién entre cultura y politica Ex TEXTO ABORDA una propuesta sobre cémo estudiar la relacion entre cultura y politica,! mostrando el vinculo entre los presu- puestos tedricos y la metodologia que deriva de ellos, Se presen- ta, en primer término, una reflexiGn acerca de las causas por las cuales, para el estudio de dicha relacién, el enfoque de la “cultura politica” ha sido central para establecer los vinculos entre ciuda- dania,’ sistema politico y cultura realizando, ademas, una critica de sus presupuestos principales. En segundo término, se expone una propuesta alternativa para abordar la relacién entre cultura y politica, precisando las categorias a partir de las cuales se enfoca la politica y la cultura, proponiendo como éstas interactian; final- mente, en terccr término, se explicitan las implicaciones metodol6- gicas emanadas de ella. Con lo anterior, se pretende que los intere- sados en el tema evaltien una propuesta sobre cémo estudiar la relacién entre cultura y politica y sus expresiones empiricas en el campo de las relaciones politicas, Se enfoca a la metodologia como el espacio intermedio que rela- ciona teoria con téenicas de investigacién; como e] Ambito de construc cié6n de los paraémetros 0 indicadores mediante los cuales se aborda el andlisis de un campo problematico determinado. No es un conjunto de procedimientos establecidos previamente —ni “Departamento de Antropologia, Universidad Autonoma Metropolitana-Iztapalapa. ‘Conjunto de relaciones sociales a través de las cuales se intentan modificar tanta las estructuras como las interactiones de poder que, en ss conjunto delinean cémo se producen, reprucucen y consumen los bienes (materiales 0 simbéticos) sociales 2Conjunto de pricticas politico-cullurales que aunadas a las obligaciones y derechos de caricter legal, politico y social, definen la relacién de un individuo con cf Estado y con su comunidad 18 HECTOR FEJERA GAQNA de pasos que garantizan cl conocimiento-,* sino que deriva de los presupuestos te6ricos, establece los elementos significativos por estudiar y perfila las técnicas de investigacién idéncas para obte- ner los datos que alimenten dichos elementos, Las técnicas, por su parte, no proceden directamente del enfoque tedrico, y menos aun de un campo disciplinario -por ejemplo, cualitativas para la antropologia y de cardcter cuantitativo para la sociologia—, sino de la forma en que se operacionalizan los conceptos convirtiéndo- los en variables y éstos, a su vez, en indices o indicadores. LA CONSTRUCCION DEL CAMPO DE REPLEXION La RELACION entre cultura y politica adquiere importancia a partir de la década de los cincuenta cuando, a la vez que Estados Unidos busca la consolidacién de un bloque de paises de corte democra- tico liberal que se oponga politicamente al bloque socialista, Ledri- camente se impulsa la reflexién sobre cl desarrollo democratico en paises como México en comparacion con Inglaterra o Estados Unidos. En este contexto, una de las propuestas que adquicre creciente consenso entre los estudiosos del tema es la cultural; la cual sostiene que la instauracién de la democracia politica se viabiliza en la medida en que los ciudadanos comparten valores democraticos. En otros términos, se afirma que si bien la demo- cracia cs un ordcnamiento politico-institucional, esta sustentada axiolégicamente. Esta perspectiva, sin embargo, no profundiza en la conexién entre subdesarrollo, caracter del sistema politico y cultura, mas que tangencialmente, al sostener que las percepcio- nes y valores ciudadanos asociados al 4mbito politico son influen- ciados por la historia de una nacién. En México, la polémica sobre el caracter de “Io mexicano” desde finales del siglo xix antecede a la reflexién sobre Ja relacién entre cultura y politica, pero es impulsada por ella dando lugar a un rena- “Es comin que en diversos libros de testo err de investigacién como métodos de investigaciin, metodologia. amente se denoming a las téenicas los pasos para realizar un estudio como PEORIA Y METODOLOGIA PARA LL ESTUDIO 19 cimiento de los estudios sobre dicho “caracter” que, iniciados por Samuel Ramos en los afios treinta, es retomada —entre otros— por autores como Fromm (1970) en su estudio sobre el campesi- nado y Segovia (1975) en cuanto a la formacién del nifio mexicano. El estudio seminal La cultura civica (1963) sustentado como. veremos mas detenidamente-, en el empirismo socioldgico y el culturalismo psicologista norteamericano, incluye a México como uno de los paises analizados, pero su impacto en Ja reflexién so- bre la relacion entre cultura y politica en nuestro pais hasta la actualidad proviene de dos vertientes: la primera, la creciente influencia de la politologia y ciencia politica anglosajona en la reflexién sobre el tema, probablemente a causa del apoyo finan- ciero a los estudios con base en encuestas de valores politicos, que propicia su proliferacién en diversos paises y que alimentan su elicacia discursiva, tanto por su cardcter cuantitativo (tema sobre el cual regresaremos), como por su interaccién con la segunda vertiente: la reflexién sobre las posibilidades y limites para la implantacién de la democracia en la sociedad latinoamericana, oriental y paises ex socialistas a partir de la década de los ochen- tas. Esta segunda vertiente se apoya en los cambios de enfoque acerca del papel de la cultura en los procesos sociales y transfor- mactones politicas, particularmente a partir de la creciente influen- cia de Gramsci en el pensamiento latinoamericano al cuestionar- se el determinismo econémico; el papel del proletariado como sujeto de la historia; la revoluci6n como nica impulsora del cambio social; la ideologia como falsa conciencia y la cultura como alienacién. Lo anterior permite revalorar la cultura y la politica, por un lado, y a la democracia, por otro, como elemen- tos propiciatorios de las transformaciones sociales. Pero en el rescate del papel de la cultura en los procesos politi- cos, el empirismo norteamericano sera la perspectiva predominante, Por ello es usual que la relacién entre cultura y politica se circuns- criba al estudio de la “cultura politica” definiéndola como: la visién del mundo -conjunto de valores, sentimientos y opiniones relativamente estables— en torno a fa realidad po- litica de una nacion [...] esa sintesis heterogénca de aprecia- 20 HECTOR TEJERA GAONA ciones subjetivas que dan cuerpo a la identidad del individuo en la colectividad y que resultan ser condicionantes del com- portamiento politico. Forman parte de esta cultura politica, luego, las valoraciones respecto de los elementos fundamen- tales constitutivos de los estados nacionales y las percepciones que posibilitan la lealtad a sistemas politicos establecidos.* Este enfoque se concentra en las percepciones individuales 0 valoraciones personales (lo que deriva en procedimientos meto- dolégico-técnicos sobre los que hablaremos posteriormente), y enfatiza la relacién entre ciudadano y sistema politico formal. Esto ultimo proviene, como certeramente anotan Winocur y Giglia (2002) -citando a Pateman~ de que la perspectiva con la cual se aborda el estudio de la cultura en cl ambito politico se sustenta en cl principio de que la democracia requiere: “que todos los ciu- dadanos se sientan involucrados y sean activos en politica y que su participacion sea formal, analitica y racional” (94). Este prin- cipio se sustenta—como veremos-, tanto en la propuesta de Almond y Verba de que la cultura participativa auspicia sistemas demo- craticos;> como en la pregunta que, desde mediados del siglo pasa- do, se formula la politologia norteamericana sobre las causas por las cuales diversos paises no han “alcanzado” un sistema democra- tico de corte anglosajén. Si bien existen diversos enfoques para estudiar la relacién entre cultura y politica, el prevaleciente combina (frecuentemen- te sin asumirlo o tener claridad sobre ello) el psicologismo que aborda la relacién entre las orientaciones individuales y objetos politicos; un enfoque organicista de corte durkheimiano de la cultura, donde las normas y valores prescriben la accién social; los cuales se combinan con la sociologia weberiana comprensiva que relaciona orientaciones individuales y comportamiento. No obstante que algunos estudiosos del tema manifiestan que participan de un enfoque simbédlico-semdntico, en los hechos se mantienen bajo una visién normativa de la cultura. Toledo y De | SWinocur y Petia, 1994: 302. igtia, 2002: 91. TEORIA ¥ METODOLOGIA PARA EL ESTUDIO. 21 Muchas de las definiciones elaboradas sobre cultura politica no fueron (o no han sido) aplicadas en Ia investigacién por lo que ocupan, hasta el momento, un lugar en el limbo de las ocurrencias. Por ejemplo, definirla “por un lado, en sentido amplio como cono- cimientos, actitudes, normas, deberes y derechos, lenguaje y sim- bolos; por otro lado, en sentido estricto, como determinante cultural de los comportamientas politicos”? sin investigar el tema, la impor- tancia de distinguir entre ambos “sentidos”, ni su utilidad herme- néutica ubicdndose, por tanto, en cl limbo mencionado. Por lo de- mas, se establece en el tancio enfoque psicolégico-durkheimiano prevaleciente donde, en sentido amplio, la cultura es un fenéme- no social y, en sentido estricto, incide en el comportamiento indi- vidual, El problema no solamente es, como sostuvo Meyer (1983), que las definiciones sean diversas o que no hayan sido contrasta- das mediante la investigacién cuando afirma: No hay una sola definicién de cultura (politica) en que todos pucdan estar de acuerdo. No hay categorias clasificatorias universalmente aceptadas por todos como las mas titiles; y las diversas relaciones causales propotcionadas como explica- ciones del fenémeno cultural pueden ser plausibles, pero permanecen inverificables (13). Mas preocupante es encontrarlas declarativamente como sustento analitico de estudios con los cuales no tienen vinculacién metodolégica y técnica. Por ejemplo, Durand (1998) considera que dicha “cultura politica” es el conjunto de reglas que posibilitan a los actores calcular sus acciones politicas. Estas reglas no son rigidas como las reglas de un juego {por ejemplo, el ajedrez), o como si se tratara de normas pres- criptivas (por ejemplo, el derecho), por el contrario, son reglas que se asemejan a una férmula matematica que debe despe- jarse o calcularse, la accién politica no es automAatica o un acto Chiu, 1995: 121. 22 HECTOR TEJERA GAONA reflejo, es producto de una reflexién, de un monitoreo por parte del actor, es producto de un calculo social o politico. En la aplicacion de esas reglas, en su uso, se incluyen o movilizan valores politicos, conceptualizaciones, informaciones, resulta- dos de las experiencias participativas, evaluacioncs del sistema ode partes del mismo, sentimientos y emociones que posibi- litan el cdlculo de Ja accién (15, Cursivas nuestras), Pero el autor, ademas de que no precisa o ejemplifica cuales serian algunas de dichas reglas y en qué se diferencian de las nor- mas y valores; presenta una encuesta que no esta relacionada con su definicién de cultura politica. Si hubiese tal relacién, hubiera estudiado la interacci6n entre reglas, cAlculo y accién social, en vez de describirnos los resultados de un sondeo de valores. Su defi- nicién no solamente se ubica en e] Jimbo mencionado, sino que acompafia un texto con él cual no esta relacionada. LOS PRESUPUESTOS 'TEORICOS DEL ENFOQUE DE LA CULTURA POLITICA La INTERACCION entre el empirismo norteamericano y el interés por Ja cultura en el pensamiento critico latinoamericano desem- boca, por lo general, en una situacién paraddjica donde las defini- ciones derivan usualmente de enfoques tedricos contemporaneos (por ejemplo, de contenido simbdlico), pero los procedimientos de andlisis contintian una tradicién iniciada hace sesenta afos. Probablemente la estrategia para el estudio de la denominada. “cultura politica” se ha mantenido debido a su tendencia empi- rista que, mas alla de definiciones, mantiene a las técnicas de investigacién como el propio Almond manifesté en su momen- to- como una tecnologia que puede utilizarse para estudiar a la cultura politica; la cual, “no es una teoria: sine que refiere a un con- junto de variables las cuales pueden ser utilizadas cn la construc- cién de teorias” (1980: 26. Traduccién nuestra). Esta afirmacién separa la teoria de la metodologia y esta practica (o costumbre) pa- rece haberse extendido entre muchos de quienes cstudian el tema LEORIA Y METODOLOGIA PARA EL ESTUDIO. 23 y ha derivado, ademés de la escisi6n entre las definiciones y los procedimientos de investigaci6n, en un exiguo didlogo entre teo- via, procedimientos y resultadus de investigacion. Las consecuen- cias han sido, en general, el empobrecimiento tedrico de la reflexion sobre la cultura y de su papel en la politica; en particular, el mante- nimiento de la estrategia para estudiar la relacién entre cultura y politica sustentada en su enfoque psicologista. Enfoque que Almond y Verba sostienen expresamente cuando afirman: nosotros empleamos cl concepto de cultura en uno de sus sentidos: como La orientacidn psicoldgica hacia los objetos sociales. Cuando nosotros hablamos de Ia cultura politica de una sociedad, nos referimos al sistema politico internalizado cognitivamente, en los sentimientos y las evaluacioncs de la poblacién. Las personas son adseritas en éste asi como lo son en los roles no politicos del sistema social. La cultura politica de una naci6n es la distribucién particular de pautas de orien- tacién hacia los objetos politicos entre los miembros de una na- cién (14-15. Cursivas nuestras). Probablemente este enfoque no sea compartide por los inte- tesados en cl tema, pero ya sea debido a que se adscriben en términos gencrales a la definicién, o porque emplean los mismos procedimientos de estudio, o ambas cosas, su estrategia de inves- tigacién se sustenta en éste. El enfoque normativo persiste a causa de: a) una vision de la cultura matizada por la orientaci6n jural de los primeros antro- pdlogos que fueron, en su mayorfa, abogados; h) la influencia organicista de Durkheim en la explicacidn de la accion social como acotada por hechos sociales; c) 1a persistencia de la propuesta de Parsons en cuanto a que la conducta deriva de un conjunto de pautas internalizadas, y; d) el psicologismo culturalista de la an- tropologia nortcamericana de los afios cuarenta,” particularmen- te el impulsado por Linton, Benedict, Mead, Malinowski* y 7 Mas correctamente denominada Escuela Antrnpuligica de Cultura y Personalidad. *Puede sorprender que Malinowski, consideradlo el padre a anuropologia funcionalista, 24 HECTOR TEJERA GAONA Lasswell.’ Dicho enfoque ha propiciado la certidumbre de que las percepciones de los ciudadanos de diversos paises que son expresa- dos en encuestas de cultura politica —y en los Ultimos afios también de “capital social”—' son indicativas de su acci6n social. Por un Jado, el mantenimiento de técnicas de investigacién independientes de las definiciones, caracteristica propia al empi- rismo de la sociopolitologia anglosajona; se ulimenta de la efica- cia simbélica que como “verdad” tiene la medici6n en fa sociedad contempor4nea, aun cuando el quehacer analitico se limite a buscar la representatividad y confianza estadisticas y establecer el “peso” de cada variable en el conjunto de los resultados. Por otro lado, la correlacién de variables, el andlisis bivariado o multiva- riado, la regresién y el path analysis por mencionar los mas recurri- dos-, tienen el mismo problema que las definiciones de cultura politica: son estadisticamente plausibles, pero inverificables de- hido a que las correlaciones estadisticas no son isomérficas 0 andlogas a la dindmica de la accién social. Esta cuestion no es usualmente con- siderada un problema teérico y el silencio en torno a ella propicia la: “proliferacion de estudios sobre la cultura politica basados en encuestas de opinién. Muchos de estos estudios presuponen una relacion directa entre la opini6n expresada por el sujeto encuesta- ‘a, y Su Comportamiento como actor social”.!! En efecto, si dicha presuposicién no campeara en los estudios de cultura politica, écudl seria el propdsito del reiterado empleo de dichas técnicas de investigacién? Lo cierto es que la extensa literatura sustentada en frecuencias 0 correlacién de variables, no ha resuelto si ella es indicativa del comportamiento politico de Jos actores do, su cultura pol ociales. sea eatalngado como parte de esta corriente, No obstante, si se considera la fuerte influencia que iuve Whilhiela; Wundi en su formacién, asi como el enfoque de sus principales obras posteriores a Las urgonautas del Peelfico Occidental, enconteamos que e! antropdlago polaco se inclina por un enfoque psicoculturalista. “El presente trabajo ha sido influcnciado, especificamente, por Ja ‘cultura/personalidad’ 0 enfoque psicocultural’ en relacién con el estudio de los fendmenos politicos” (Almond y Verba, 1963: 13), ‘Putnam, 1993; Putnam, 1996; Putnam, 2000; Putnam, 2002 ‘1 Winocur, 2000; 2. TEORIA Y METODOLOGIA PARA EL ESTUDIO 25 El meritorio esfuerzo por establecer c6mo podrian actuar los ciudadanos con base en su cultura naufraga porque no se profun- diza conceptualmente en ella, y porque los procedimientos utili- zados muestran mds los principios morales ciudadanos sobre el arden politico;'? o el “deber ser” que consideran adecuado 0 “correcto” socialmente responder al cntrevistador,"? que su com- portamiento politico. Al respecto Nicholas nos precisa que “los principios morales son enfocados (por los ciudadanos) como cenunciados acerca de lo que debiera o conviene hacerse, tanto para obtener aprobacion social 0 para alcanzar un objetivo ultimo”. Existen otros problemas derivados de la estrategia mediante la cual se pretende estudiar la relacién entre cultura y politica en los cuales destacan: @) los procedimientos de andlisis propician las tipologias descriptivas de (sub)culturas sustentadas en fre- cuencias estadisticas 0 conglomerados (¢lusters); pero estas tipo- logias no resuelven el problema de la relacién entre estadistica y accién social sino que, ademds, descontextualizan el sistema politico y sus relaciones con las practicas culturales de quienes se supone que acttian bajo sus contenidos; h) el agregado de los resul- tados de los reactivos aplicados a diversos individuos no significa el anilisis de un fenémeno colectivo como Ja cultura, a menos que erréneamente se sostenga que lo colectivo se construye con base en la suma de valores 0 percepciones individuales; ¢) la incli- naci6n para elaborar tipologias descriptivas de subsubculturas de una subcultura (la cultura politica) de la cultura, como si fuesen en si mismas explicativas de la dinamica cultural en el Ambito politico y no un recurso inicial para profundizar en el tema; d) el empleo de definiciones sustancialmente situacionales y, por tan- to, tautoldgicas ya que la cultura politica es la cultura que se expre- sa en, © refiere, al ambito politico, Si la cultura politica es la cultura en el espacio de las relaciones politicas; entonces Ia cultura fami- liar seria aquella asociada a las relaciones de filiacién, o de cultu- "Top, 1990; 67. "Se ha discutido que la relacién entre encuestado y encuestador matica los resultados dle las encucstas cuestiGn que, aunque interesante, os un tema mas alla del propésite de este texto. ‘Nicholas, 1968; 303. Traduccién nuestra,

También podría gustarte