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Análisis Crítico de Roberto Haskell, Hermenéutica, capítulo 5; Lo mejor de Clemente

de Alejandría, Homilías de San Juan Crisóstomo, por Iván Sena, 07 de febrero 2018,

Contenido
Haskell comienza por un principio básico: todos somos hermeneutas, y casi en el
mismo sentido de que todos somos filósofos, es decir, no siempre se inicia con un
alto grado de estudios, es más, a veces ni se conocen los principios metodológicos
básicos para entrar en materia. Por ejemplo, hay personas que reflexionan sobre el
sentido de la vida, y llegan a conclusiones a partir de su propia experiencia y de
otras que han visto. Al hacerlo están filosofando. Tal vez sus conclusiones no estén
justificadas metodológicamente pero el hecho es que reflexionó y llegó a una
conclusión después de un proceso primitivo. Lo mismo pasa con la interpretación
bíblica: todos reflexionamos y llegamos a conclusiones, por tanto, en ese sentido,
todos somos hermeneutas.
La hermenéutica alegórica es la primera de las teorías de interpretación a tratar por
Haskell. El autor resalta el trasfondo platónico que sienta las bases para este estilo
de interpretación. Una de las características de esta forma de interpretación es que
aquello que no encuentra aceptable de la divinidad o de las Escrituras, lo replantea
en otros términos Lo interesante para mí es que no lo veo tan solo aplican los neo
pentecostales u otros grupos evangélicos, sino también los grupos liberales o
progresistas. Así, las famosas “relecturas” que tan acostumbrado estoy a leer en
grupos progresistas de habla hispana (desconozco como sea en el contexto de
habla inglesa).
Aunque Haskell menciona a Orígenes, como cristiano occidental tengo que
reconocer que puse más atención a la sección sobre Agustín. Lo que resalta es que
Agustín a veces no seguía sus propios principios interpretativos propuestos (algo
que es más común de lo que se cree en la historia de la interpretación bíblica).
La otra teoría interpretativa que Haskell menciona es la interpretación gramática-
histórica, que fue la que tuvo más impacto con la Reforma (el Ad Fontes de los
humanistas del Renacimiento correctamente aplicado a la interpretación bíblica, cf.
P. 131). Hay sin embargo un peligro con la utilización de dicho término, y es que
puede ser confundido con el historicismo.
Comparando las dos perspectivas, Haskell propone: “como Dios se ha revelado en
la historia humana y en forma humana (tanto en la encarnación como en textos de
la Biblia) debemos interpretar esa revelación en las categorías humanas de
comunicación”. Es decir, Haskell se dirige a la interpretación de la Biblia en su
contexto, y en su doble naturaleza y doble autoría (y aquí estoy utilizando términos
de John Stott, pero que ilustran bien el punto de Haskell), es decir, de inspiración
divina y participación humana.
La relación entre ortodoxia y ortopraxis es importante, y cualquier mengua de la
ortopraxis es una influencia del platonismo (p. 126), sin embargo, él resume: “En la
Biblia no vemos una división entre lo material y lo inmaterial, o entre doctrina y
práctica, sino una síntesis.”
En Clemente de Alejandría se ve sobre todo el método alegórico, típico de la escuela
de Alejandría. La escuela de Antioquía, en cambio, tendía a seguir más un método
histórico, pero no siempre eran tan estrictos en seguirlo, como se ve en Crisóstomo.
Presuposiciones
Algo que hay que destacar es que las interpretaciones sí importan, tienen
consecuencias. Agustín interpretó en cierta forma el pasaje donde el Señor dice:
“fuércenlos a entrar”, y muchos se tomaron de eso para justificar la inquisición y la
quema de herejes, no solo en la Edad Media sino también en la Reforma. Del mismo
Agustín se sacaron los puntos de apoyo para la teoría de la guerra justa, aunque
seguramente el santo de Hipona se hubiera horrorizado si él hubiera previsto las
consecuencias de los extremos de la interpretación que hizo, y que tenía en su
origen una aplicación bien específica.
Pero Haskell, aunque toma como punto de partida la interpretación histórica, no se
deja llevar por el historicismo (ver arriba). En este punto, debo reconocer que es yo
creo precisamente el problema en la interpretación llevada a cabo por la escuela de
historia comparada de las religiones. Esta omite casi todo lo sobrenatural, y
transforma la revelación en el desarrollo de la experiencia religiosa en el que el
hombre y la comunidad buscan entender a Dios (si es que hay uno, o si este es
único (y aquí estoy siendo irónico e insidioso hacia esta escuela)).
Pone en comparación la lucha de Barth contra el historicismo (aunque al final de su
vida claramente se ancló en la resurrección literal histórica de Jesús. Como dice el
Obispo Neill en La Interpretación del Nuevo Testamento, se liberó de ese
docetismo), con las formas de ver el pasado y la verdad de lo que ocurrió propias
del dispensacionalismo, tanto estadounidense como latinoamericano.
Personalmente, habiendo crecido en mi niñez y juventud en un ambiente
dispensacionalista, concuerdo con las implicaciones que de esto Haskell presenta
(pp. 129-130).
En comparación, Haskell se decanta por la hermenéutica histórica, y enuncia el
principio de apoyo como sigue: “las palabras del texto bíblico quieren decir su
sentido normal de acuerdo con la gramática y el contexto, de acuerdo con la
situación histórica y cultural en que fueron escritas y de acuerdo con el tipo de
literatura en que se encuentran.”
Utilidad
Se nos invita a reconocer que todos hacemos una forma de hermenéutica, del
mismo modo del que, en cierto sentido primitivo, todos filosofamos y hacemos
teología. Aceptar estas verdades es uno de los primeros pasos para avanzar a una
hermenéutica mejor fundamentada teológicamente, y más fiel a la naturaleza de las
Escrituras.
Es importante comparar los métodos de interpretación. Haskell presenta 2
(alegórica e histórica gramatical), sin embargo hay otros métodos de interpretación;
todos estos son, sin embargo, influenciados en una u otra medida por cualesquiera
de los dos. Asimismo, hay que tener humildad a la hora de interpretar nosotros
mismos, y de analizar el trabajo interpretativo de otros cristianos (Ej. Orígenes,
Celemente de Alejandría, San Agustín de Hipona, San Juan Crisóstomo, etc,).
Establece pautas características del método histórico, que bien podrían usarse
como un cheklist cuando uno principia a analizar un texto: Palabras, contexto, histria
y cultura, tipo de literatura (p. 133)

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