Cuando un rayo x incidente presenta la energía suficiente, este puede escapar de
la interacción con los electrones y pasar lo suficientemente cerca del núcleo del átomo para así ser influenciado por el campo magnético nuclear. La interacción entre el rayo x y el campo eléctrico nuclear hace desaparecer el rayo x, y en su lugar aparecen dos electrones, uno con carga positiva (positrón) y el otro con carga negativa. Este proceso se denomina producción de pares. La equivalencia de energía de la masa de un electrón es de 0,51 MeV. Debido a que se forman dos electrones en la interacción de producción de pares, el fotón incidente debe tener, como mínimo, 1,02 MeV de energía. CARACTERISTICAS DEL EFECTO FOTOELECTRICO Un rayo X con energía menor de 1,02 MeV no puede desencadenar la producción de pares. La energía de los rayos X que excede los 1,02 MeV es distribuida de igual manera entre los dos electrones en forma de energía cinética. El electrón resultante de la producción de pares pierde energía por excitación e ionización y finalmente pasa a ocupar una vacante en la capa orbitaria atómica. El positrón se une a un electrón libre y la masa de ambas partículas se convierte en energía, en un proceso que se denomina radiación por aniquilación. Debido a que la producción de pares implica únicamente a rayos X con energías superiores a 1,02 MeV, no es importante para la realización de imágenes con rayos X pero es muy importante para la obtención de imágenes mediante tomografía por emisión de positrones en medicina nuclear. DESINTEGRACION FOTONICA Los rayos X con energía superior aproximadamente a 10 MeV pueden escapar de la interacción con electrones y con el campo eléctrico nuclear y ser absorbidos directamente por el núcleo. Cuando se presenta esto, el núcleo pasa a estado de excitación y de forma instantánea emite un nucleón u otro fragmento nuclear. Este proceso se denomina desintegración fotonica. ABSORCION DIFERENCIAL Hay cinco maneras en que un rayo X puede interactuar con el tejido, pero únicamente dos son importantes para la radiología: el Efecto Compton y el Efecto Fotoelectrico. De forma similar, únicamente dos métodos de producción de rayos X, los rayos X bremsstrahlung (por radiación de frenado) y los rayos X característicos, son importantes. Sin embargo, más importante que el rayo X que interactúa por el efecto Compton o el efecto fotoeléctrico es el rayo X transmitido a través del cuerpo sin presentar interacción alguna. La absorción diferencial se presenta debido a la dispersión Compton, el efecto fotoeléctrico y los rayos X transmitidos a través del paciente. El rayo X disperso Compton no contribuye a la obtención de una información de utilidad para la imagen. Cuando un rayo X disperso Compton interactúa con el receptor de imagen, éste asume que el rayo X procede de forma directa de la diana del tubo de rayos X. El receptor de imagen no reconoce el rayo X disperso como representante de una interacción fuera de la línea recta desde la diana. Los rayos X dispersos causan un ruido en la imagen, un deslucimiento u oscurecimiento generalizado de la imagen por rayos X que no representa una información diagnóstica. Para reducir este tipo de velo, se utilizan técnicas y dispositivos para disminuir el número de rayos X dispersos que alcanzan al receptor de imagen. Los rayos X que realizan interacción fotoeléctrica proporcionan información diagnóstica al receptor de imagen. Ya que no alcanzan el receptor de imagen, estos rayos X son representativos de estructuras anatómicas con características de una elevada absorción de rayos X; estas estructuras son radioopacas. La absorción fotoeléctrica de los rayos X produce las áreas claras en la radiografía, como las que corresponden al hueso. Otros rayos X penetran en el cuerpo y se transmiten al receptor de imagen sin ningún tipo de interacción. Estos rayos X producen las áreas oscuras en una radiografía. Las estructuras anatómicas a través de las que pasan los rayos X son radiolucentes. Básicamente, una imagen radiológica procede de la diferencia entre los rayos X absorbidos fotoeléctricamente en el paciente y los rayos X transmitidos al receptor de imagen. Esta diferencia en la interacción de los rayos X se denomina absorción diferencial. Aproximadamente el 1% de los rayos X incidentes en un paciente llega al receptor de imagen. Menos de la mitad de los que alcanzan el receptor de imagen interaccionan para formar una imagen. Así, la imagen radiográfica procede aproximadamente de un 0,5% de los rayos X emitidos por el tubo de rayos X. Por eso es necesario el control y la selección cuidadosa del haz de rayos X para producir radiografías de elevada calidad. La absorción diferencial aumenta al reducir el kVp. La producción de radiografías de elevada calidad requiere una selección adecuada del kVp para que la energía efectiva del rayo X provoque la absorción diferencial máxima. Desafortunadamente, la reducción del kVp para aumentar la absorción diferencial y, por tanto, el contraste de la imagen, expone al paciente a una dosis mayor. Es necesario encontrar un equilibrio para cada exploración. DEPENDENCIA DEL NUMERO ATOMICO Considere la imagen de una extremidad. La imagen del hueso se produce debido a que muchos más rayos X se absuelven fotoeléctricamente en el hueso que en los tejidos blandos. La probabilidad de que un rayo X se someta a un efecto fotoeléctrico es proporcional a la tercera potencia del número atómico del tejido. El efecto Compton es independiente del número atómico del tejido. La probabilidad de dispersión Compton para los átomos de hueso y para los átomos de los tejidos blandos es aproximadamente igual y disminuye al aumentar la energía del rayo X. Sin embargo, esta disminución en la dispersión no es tan rápida como la disminución del efecto fotoeléctrico con el aumento de la energía de los rayos X. La probabilidad del efecto Compton es inversamente proporcional a la energía del rayo X (1/E). La probabilidad del efecto fotoeléctrico es inversamente proporcional a la tercera potencia de la energía del rayo X (1/E3). Con energías reducidas la mayoría de interacciones de los rayos X con los tejidos son fotoeléctricas. A energías elevadas predomina la dispersión Compton. Cuando aumentan las energías de los rayos X, disminuye la probabilidad de cualquier interacción de este tipo. Al aumentar el kVp, más rayos X alcanzan el receptor de imagen y por esto se precisa una menor cantidad de rayos X. A 20 keV la probabilidad del efecto fotoeléctrico iguala la probabilidad del efecto Compton en los tejidos blandos. Por debajo de esta energía, la mayoría de rayos X interaccionan fotoeléctricamente con los tejidos blandos. Por encima de esta energía, la interacción predominante con los tejidos blandos es el efecto Compton. El kVp reducido que causa un aumento de la absorción diferencial es la base de la mamografía. La frecuencia relativa de la interacción Compton en comparación con la interacción fotoeléctrica aumenta al incrementar la energía de los rayos X. El punto de cruce entre el efecto fotoeléctrico y el efecto Compton para el hueso es aproximadamente 40 keV. Sin embargo, la técnica con kVp reducido es apropiada para la radiografía ósea para mantener el contraste de imagen. La técnica con kVp elevado se utiliza para realizar los estudios con bario y las radiografías de tórax donde el contraste intrínseco es elevado, da lugar a una dosis más reducida para el paciente. Cuando se utiliza de esta forma la técnica con kVp elevado, la cantidad de radiación dispersa a partir de los tejidos blandos circundantes contribuye escasamente a la formación de la imagen. Cuando la cantidad de radiación dispersa se hace demasiado elevada, se utilizan rejillas. Las rejillas no afectan la magnitud de la absorción diferencial. La absorción diferencial en el hueso y en los tejidos blandos procede de las interacciones fotoeléctricas, que dependen en gran parte del número atómico del tejido. La pérdida de contraste se debe al velo producido por la dispersión Compton. Otros dos factores son importantes para realizar la imagen radiológica: el espectro de emisión de los rayos X y la densidad de masa del tejido del paciente. Las energías cruzadas de 20 y 40 keV se refieren a un haz de rayos X monoenergético, esto es un haz que contienen rayos X todos ellos con la misma energía. Los rayos X clínicos son polienergéticos se emiten sobre un espectro total de energías. La selección correcta del voltaje para la absorción diferencial óptima depende de otros factores que afectan al espectro de emisión de los rayos X. DEPENDENCIA DE LA DENSIDAD DE MASA Una imagen ósea se puede obtener incluso si la absorción diferencial no estuviese relacionada con el Z debido a que el hueso presenta una densidad de masa superior con respecto a los tejidos blandos. La densidad de masa no debe confundirse con la densidad óptica. La densidad de masa es la cantidad de materia por unidad de volumen, especificada en unidades de kilogramos por metro cúbico (kg/m3). En ocasiones, la densidad de la masa se describe en gramos por centímetro cúbico (g/cm3). La densidad de masa se relaciona con la densidad de cada átomo y nos informa del nivel de cohesión existente entre los átomos de una sustancia. El agua y el hielo se hallan compuestos de los mismos átomos, pero el hielo ocupa más volumen. La densidad de la masa del hielo es 917kg/m3 en comparación con 1.000 kg/m3 del agua. El hielo flota en el agua debido a esta diferencia en la densidad de la masa. El hielo es más ligero que el agua. Cuando se dobla la densidad de la masa, la probabilidad de interacción de los rayos X también se dobla, debido a que existen dos veces más electrones disponibles para interaccionar. Por este motivo, incluso sin el efecto fotoeléctrico relacionado con Z, podrían absorberse y dispersarse hasta dos veces más rayos X en el hueso que en los tejidos blandos. El hueso podría ser explorado con imagen.
EXPLORACION CON CONTRASTE
Los compuestos de bario y de yodo se utilizan como ayuda para realizar exploraciones con imagen de los órganos internos con rayos X. El número atómico del bario es 56, y el del yodo 53. Cada uno presenta un número atómico mayor y densidad de masa superior a los de los tejidos blandos. Cuando los utilizamos de esta forma, se denominan agentes de contraste y debido a sus elevados números atómicos, son agentes de contraste positivos.|