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Leyenda Guaraní
Cuenta la leyenda que Carau era un muchacho apuesto, muy buen bailarín, guitarrero y cantor que
vivía en compañía de su madre, para quien eran todos sus cuidados y desvelos.
Pero cierta vez en que ella enfermó seriamente, Carau agotó sus esfuerzos para atenderla con
medicación casera y al no obtener mejoría, decidió marchar al atardecer hacia el pueblo más
próximo, a varias leguas del rancho.
En el camino encontró un baile donde se acercó por casualidad atraído por una muchacha muy
agraciada que a su vez coqueteaba con él, teniendo en cuenta que sobresalía entre todos por su
postura y elegancia.
Olvidando por completo la enfermedad de su madre, bailó toda la noche hasta que. ya de
madrugada. un amigo le trajo la noticia de que su madre había muerto.
“No importa mi buen amigo”, respondió Carau, “hay tiempo para llorar”.
Sin embargo, atormentado por el remordimiento, salió del baile para hacerse cargo de su madre
muerta; y cuenta la leyenda que durante mucho tiempo peregrinó por el pago sin hallar consuelo.
La ropa oscura que usaba, desgastada y desteñida por el tiempo, se hizo trizas transformándose
después en plumas.
Se largó a vivir y a llorar por los esteros y cuentan que la muchacha que lo retuvo en el baile también
se convirtió en ave tomando la forma de la Pollona, que acompaña al Carau en su constante
peregrinar.
La Pollona (Porphyrio martinicus)
Leyenda Guaraní
Según la leyenda guaraní, la Pollona fue la hermosísima Cuñataí, que fascinó al gaucho Carau, hasta el
punto de hacerle olvidar los urgentes remedios que salió a buscar para su progenitora, que se
encontraba gravemente enferma.
Retenido en los brazos de la guayna, en el vaivén de las danzas, el apasionado gaucho Carau se
perdió para siempre en los esteros de sus destinos.
Cuenta la tradición que Tupá, el dios guaraní, en castigo a su mal comportamiento, lo condenó a vivir
eternamente con la misma mujer. Los paisanos del litoral, supersticiosos, respetan la vida de esta
singular pareja y prohíben que se la mate.
La enternecedora historia del Carau y la Pollona, ha sido motivo central de dos hermosas
composiciones musicales típicamente correntinas, muy adentradas en el sentimiento de la gente del
norte Argentino, por la dulzura y el sentimiento que sus notas expresan.
El Carau
(Chamamé)