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Un moderno enfoque de la dialéctica de

la naturaleza

Una reseña de The dialectical biologist de Richard


Levins y Richard Lewontin (*)

Desde los años '20 de este siglo, los pensadores marxistas más serios
han identificado al materialismo dialéctico con el materialismo
histórico, es decir que han planteado que el marxismo, como ciencia de
la revolución socialista, como teoría de la emancipación del
proletariado, no tiene otro campo que el de la historia humana y que,
en consecuencia, los intentos de Engels de dialectizar la naturaleza en el
Anti-Duhring y sobre todo en Dialéctica de la naturaleza, estaban
condenados al fracaso. Esta postura se manifiesta en los escritos de
Lukacs (Historia y conciencia de clase), Korsch (Marxismo y filosofía)
y Jakubowski (Las superestructuras ideológicas). Por otro lado, de
parte de la ciencias naturales se criticó las posiciones de Engels
"mostrando" la "falsedad" del marxismo (por ejemplo en El azar y la
necesidad del premio Nobel Jacques Monod). Siguiendo a Monod,
muchos críticos han acusado a la pretensión engelsiana de aplicar la
dialéctica a la naturaleza de estar en la base del Diamat (1) soviético
que prohibió los estudios de genética, que obligaba a todo científico a
"dialectizar" sus resultados y que terminó en aberraciones como las
teorías de Lysenko.
Comprendiendo la intención ideológica de la crítica burguesa al
materialismo dialéctico, en el sentido de desacreditar al marxismo, la
crítica desde el punto de vista marxista es menos comprensible. Si
aceptamos que el ser humano -y en consecuencia su sociedad- no son
sino productos y aspectos de la naturaleza, entonces en su aspecto más
profundo las leyes de evolución de la naturaleza y de la sociedad deben
ser las mismas. Plantear una discontinuidad esencial entre la
naturaleza y el hombre es pecar de idealismo y, en última instancia,
caer en la posición religiosa para la cual el hombre es una creación
especial de Dios, hecho a su imagen y semejanza y, como tal,
esencialmente diferente del resto de la naturaleza. En concreto, quien
sostenga la validez de la dialéctica para estudiar la sociedad humana y
no la naturaleza, debe explicar cómo surge un proceso dialéctico a
partir de un proceso de evolución lineal. Sin embargo, uno de los
aspectos fundamentales de la dialéctica es su capacidad de explicar el
surgimiento de lo cualitativamente nuevo, lo que las otras corrientes
materialistas no son capaces de hacer satisfactoriamente. Es por eso
que pensamos que la posición que considera que la dialéctica sólo es
válida en el campo de las ciencias del hombre es contradictoria en sí
misma y da pie a posiciones idealistas.
Es entusiasmante que dos biólogos de formación, profesores de
Harvard, hayan tomado sobre sus espaldas el desafío de mostrar que el
materialismo dialéctico es aplicable de forma seria a la biología no sólo
para interpretar los resultados sino también como método de
investigación. La dedicatoria de su libro: "A Federico Engels, quien se
equivocó muchísimas veces pero estuvo en lo justo donde importó" es
todo un programa.
En este artículo nos centraremos en la reseña de la exposición de
ciertos aspectos de la biología desde un punto de vista materialista
dialéctico. Si bien los autores han encarado su libro para demostrar a
quienes se interesan por las ciencias naturales -y que, en general,
desconocen la dialéctica- la validez de la dialéctica en esas áreas,
creemos que puede ser útil para quienes aceptan la dialéctica pero,
fruto de los prejuicios ambientes, nunca consideraron seriamente su
aplicación a las ciencias naturales. En otro artículo reseñaremos el
estudio hecho por los autores sobre la mercantilización de la ciencia.
La evolución como ideología
Una primera cuestión que se trata en ese trabajo es porqué en el siglo
XIX aparece en las ciencias biológicas, de las manos de Lamarck y de
Darwin, el concepto de evolución. Durante la Antiguedad y la Edad
Media, la ideología dominante sostenía que el orden reinante -tanto a
nivel de la naturaleza como a nivel de la sociedad humana- era el orden
"natural", creado por Dios y válido por toda la eternidad (o al menos
hasta el Juicio Final). La fijeza de las especies, la imposibilidad de
imaginar la posibilidad de que de un animal similar al mono surgiera
un ser similar al hombre, no eran sino el reflejo en las concepciones
científicas de la imposibilidad que un hijo de campesino llegara a ser
noble. El surgimiento y posterior hegemonía de la burguesía, la
posibilidad de ascenso en la escala social, la caída de las viejas órdenes
nobiliarias tuvieron su reflejo ideológico, no sólo en las concepciones
políticas de la época, sino también en las científicas.
"El crecimiento en la ideología del cambio como un aspecto esencial de
los sistemas naturales fue el resultado necesario de esa alteración lenta
pero profunda en las relaciones sociales europeas que llamamos
revolución burguesa. El remplazo de los detentores hereditarios del
poder por quienes cuyo dominio derivaba de sus actividades
económicas exigía una alteración en la ideología legitimadora, de una
fundada en la estabilidad natural a una basada en el cambio
incesante." (pág 11)
Si embargo, en su concepción desarrollada, moderna, la "evolución
conduce a una mayor diversidad, complejidad [pero también a una
mayor] homeostasis (2), y estabilidad del mundo viviente, en un medio
físico que es cada vez más uniforme, simplificado y caótico" (pág 21).
Para los autores esos aspectos no sólo no se pueden probar en general
sino que, en muchos casos, se verifica exactamente lo contrario: de
acuerdo con los datos paleontológicos, desde la aparición de la vida a
veces aumentó y a veces disminuyó la diversidad. De igual manera, no
hay ninguna evidencia empírica ni teórica a favor de una estabilidad
creciente.
"El énfasis en la diversidad, complejidad y estabilidad como las
tendencias en la evolución puede ser entendido sólo como de origen
ideológico. Mientras que el cambio y el movimiento eran los motivos
intelectuales de la revolución burguesa (...), la consolidación de esa
revolución sobre el final del siglo XIX y en el XX necesitaron un punto
de vista distinto, en acuerdo con la sociedad recién estabilizada. El
cambio tenía que ser domado en la ciencia como lo era en la sociedad."
(pág 22). La conclusión es que "al igual que el pensamiento social
moderno de la burguesía, el pensamiento evolucionista moderno niega
la historia presuponiendo el equilibrio." (pág 23). Más precisamente,
podemos decir que acepta que hubo una historia pero considera que la
naturaleza ha llegado al fin de su historia y que todas las
modificaciones y evolución que ocurren sólo tienen por función
mantener el equilibrio en una situación esencialmente estable. Este
punto de vista no hace sino reflejar la afirmación, hecha famosa por el
ideólogo burgués norteamericano Francis Fukuyama, de que la
humanidad, con la estabilización de las democracias burguesas como
forma preponderante de estado, ha llegado al fin de su historia.
Igualmente para él, todos los conflictos que surgen en la actualidad no
son sino formas de volver al equilibrio. El entender la teoría de la
evolución como una manifestación ideológica no implica que haya que
rechazarla. Ante todo, porque las evidencias empíricas muestran
inequívocamente que existe, en el mundo natural, una tendencia
permanente al cambio, que a veces lleva a la estabilidad y a veces a la
inestabilidad, a veces a la diversificación y a veces a la uniformización.
Por otro lado porque, en su aspecto progresivo (reconocimiento del
cambio) surge a caballo del ascenso de la burguesía como clase capaz
de revolucionar las fuerzas productivas.
El salto de cantidad en calidad
Un problema para los evolucionistas del siglo XIX, era el origen de lo
nuevo, lo que fue parcialmente resuelto por la teoría sintética de la
evolución desarrollada entre las décadas del '30 y del '40 de este siglo.
Esta teoría toma en cuenta las mutaciones aleatorias a nivel genético
sin embargo no es capaz de explicar satisfactoriamente el surgimiento
de lo nuevo: Todo el mundo está de acuerdo que el ser humano
desciende de un mono que vivió hace unos seis millones de años.
Durante cientos de miles de años su genoma fue sufriendo mutaciones
aleatorias si perder las características de su especie. Sin embargo,
aproximadamente hace cuatro millones de años esas mutaciones fueron
suficientes para que apareciera una nueva especie, el Australopiteco,
cuyo especímen más famoso es "Lucy", tres millones de años después
apareció el Homo habilis y hace unos doscientos mil, el Homo sapiens.
Para la teoría sintética de la evolución "el problema de la creatividad
de la evolución permanecía: el origen del cambio cualitativo a partir
del cuantitativo. La idea marxista-hegeliana de que cambios
cualitativos pueden resultar de cambios cuantitativos iba contra el
materialismo mecanicista que predominaba [y predomina] en la
ideología práctica de los científicos. (...) Darwin creía que "la
naturaleza no da saltos"." (pág 38). Sin embargo, la ciencia terminó
por aceptar -de mala gana- ciertas discontinuidades esenciales en la
naturaleza, como las transiciones de fase (pasaje del sólido al líquido y
luego al gaseoso a partir de una variación cuantitativa de la
temperatura) y los efectos de umbral, como por ejemplo las
"transiciones entre el desarrollo continuo y la hibernación en ciertos
mamíferos se producen por una variación en la duración del día de
menos de media hora." (pág 39).
Es interesante como la aceptación por parte de los científicos naturales
de estos saltos de cantidad en calidad es su área específica o en el
conjunto de la naturaleza (por ejemplo el matemático francés Thom o
el químico belga Prigogine) no puede trasladarse a su aceptación a todo
ámbito, en particular al de la sociedad. Aquí vemos nuevamente la
ideología de la decadencia burguesa en acción, la que no puede aceptar
que cambio cuantitativos en el desarrollo de las fuerzas productivas y
en las relaciones de fuerzas entre las clases puedan producir un cambio
cualitativo, es decir, una revolución social.
El salto de cantidad en calidad se manifiesta también cuando, "en el
caso extremo, lo imposible deviene primero posible y luego necesario.
El ejemplo máximo de esto es la revolución del oxígeno. El oxígeno es
una substancia muy tóxica para la mayoría de los constituyentes de la
célula, y el evitar o protegerse del oxígeno debe haber tenido un valor
selectivo muy alto en una época. Todavía en nuestro mundo sobreviven
organismos anaeróbicos, viviendo donde el oxígeno no llega. Pero
algunos organismos se ocuparon del oxígeno quitándole su toxicidad,
permitiendo (en realidad promoviendo) su interacción con ciertas
sustancias orgánicas de la célula. Esto no sólo eliminó al oxígeno como
veneno, sino que permitió la liberación de la energía química contenida
en esas moléculas, lo que aumentó drásticamente la eficiencia
metabólica. Los organismos utilizadores de oxígeno a la larga llegaron
a ser totalmente predominantes en el mundo viviente, pero la
dependencia del propio oxígeno creó nuevas vulnerabilidades. La falta
de oxígeno es una amenaza más inmediata contra la vida que la falta de
alimentos ..." (pág 41).
Otro aspecto fundamental es el salto del aspecto determinante. Aquí los
autores muestran -a través del salto cualitativo- la unidad naturaleza-
sociedad. Para grupos humanos relativamente primitivos, "una
protección contra el fracaso de una cosecha a nivel local es el
intercambio entre diferentes localidades. Entonces un funcionalista
puede argumentar que el intercambio es una adaptación a la
incertidumbre del medio ambiente. Pero con la evolución del
intercambio en comercio, el precio aparece, y las variaciones de precio
introducen más incertidumbre en la disponibilidad de alimentos que la
sequía. (...) El punto importante es que la sociedad humana surge de la
organización social animal, pero al surgir transforma el significado de
las adaptaciones y crea nuevas necesidades. A medida que la sociedad
da lugar a divisiones de clase, la población humana deja de ser la
unidad de adaptación. A partir de ese momento, cada interacción
regular de la población en una cultura dada, está determinada por los
intereses de las diferentes clases sociales en sus relaciones conflictivas o
cooperativas con las otras." (págs 45-46).
Organismo y medio ambiente
Para la teoría evolucionista la dicotomía fundamental es entre el
organismo y el medio ambiente. Según ese punto de vista, el organismo
evoluciona en un medio dado, del cual obtiene alimentos, recibe
agresiones, aprovecha para su desarrollo y debe protegerse. Este medio
es una presuposición para el organismo como la sociedad, para la
sociología burguesa, es una presuposición para el ser humano.
"En un análisis preliminar, la separación organismo- medio ambiente
(...) ha resultado útil. Pero a la larga resulta un obstáculo para
progresar en el entendimiento; la división del mundo en categorías
mutuamente exclusivas puede ser convincente desde un punto de vista
lógico, pero en la actividad científica ninguna clasificación no trivial
parece ser en la realidad mutuamente exclusiva. A la larga su
interpenetración se convierte en una preocupación central de cualquier
investigación ulterior. Es en este aspecto que la dialéctica rechaza la
doctrina del tercio excluído." (pág 53).
La interpenetración del organismo y el medio ambiente se manifiesta
en los siguientes aspectos: los organismos seleccionan su medio
ambiente (por ejemplo "muchas especies animales evitan el stress
extremo del desierto, saliendo sólo al amanecer o al anochecer. Las
plantas, por supuesto menos móviles, pueden orientar su crecimiento,
coordinar la letencia con las condiciones estacionales y desarrollar
mecanismo para la dispersión de semillas, así resultan expuestas sólo a
una parte del rango de condiciones físicas de un área." (págs 55-56).
Los organismos modifican su medio ambiente, por ejemplo "ellos
agotan los recursos que consumen; excretan en el medio productos de
deshecho que no pueden utilizar o que son dañinos para ellos; y su
presencia en un habitat deja evidencias que atraen a predadores y
parásitos." (pág 56). Los organismos determinan qué aspectos de su
medio ambiente son relevantes y qué variaciones ambientales pueden
ser ignoradas: Por ejemplo, en comunidades de pájaros, la estructura
vertical de la densidad de la vegetación puede ser más o menos
importante que la composición a nivel de especies vegetales. Los
organismos responden a su medio ambiente, por lo que el medio puede
ser interpretado a través de los organismos: "Por ejemplo, en el
laboratorio podemos seguir el crecimiento de moscas del vinagre y
graficar el número de pelos en función de la temperatura. Luego
podemos recoger moscas en la naturaleza, determinar el número
promedio de pelos y encontrar, a partir de los datos del laboratorio, la
temperatura en la cual se desarrollaron las moscas." (pág 57). La
interacción recíproca entre organismo y medio ambiente se da a varios
niveles espaciales y temporales; cada parte o actividad de un organismo
se puede ver como medio ambiente para las otras partes.
Este último punto lleva al estudio de la integración de las partes.
"Hegel advirtió que el organismo está constituído por brazos, piernas,
cabeza y tronco sólo cuando pasa bajo el cuchillo del anatomista." (pág
58). El organismo debe verse como un conjunto de partes articuladas
en un todo. Donde cada parte depende de las demás y las modifica.
La adaptación
Otro concepto fundamental es el de la adaptación. Sus defensores
"consideran la existencia de estructuras optimales y de adaptación
perfecta, como la evidencia de la evolución a través de la selección
natural. No hay progreso porque no hay nada que mejorar. (...) Hay
una similitud llamativa entre esta visión de la evolución y la afirmación
de que la actual sociedad de mercado es la organización más racional
posible (...) (pág 84).
El concepto de adaptación se basa en que "el mundo exterior plantea
ciertos "problemas" a los organismos y que la evolución consiste en
"resolver" estos problemas, al igual que un ingeniero diseña una
máquina para resolver un problema." (pág 25). Pero este punto de
vista no es sino la adaptación de la visión según la cual el mundo ha
sido creado por Dios para, en última instancia, ser servido. Como dice
el salmo "Los cielos cantan la gloria de Dios y el firmamento anuncia
las obras de sus manos" (Salmos, 19-1). "La consecuencia política más
importante de esta visión del mundo era la legitimación que daba para
la organización social. Señores y siervos, dueños y esclavos,
representaban una división del poder y el trabajo necesaria para el
funcionamiento adecuado de la sociedad y la consecución del plan
divino. La creencia que los organismos estaban maravillosamente
adecuados a sus medios ambientes y que cada parte del organismo se
ajustaba exquisitamente para servir una función especial en el cuerpo,
así como las partes del cuerpo político eran perfectamente adecuadas
para servir a las necesidades de la "sociedad", se trasladó al
pensamiento biológico y antropológico moderno." (The dialectical
biologist, pág 66).
Pero "el concepto de adaptación implica la preexistencia de una forma,
problema o ideal a los cuales el organismo se adapta por medio de un
proceso dinámico." (pág 67). "La visión simplista que el medio cambia
debido a una dinámica propia y es seguido por los organismos, no tiene
en cuenta los efectos que los organismos tienen sobre aquél. (...) El
organismo adapta el medio en el corto plazo para sus propias
necesidades como, por ejemplo, construyendo un nido, pero en el largo
plazo el organismo debe adaptarse a un medio que está cambiando,
parte debido a la actividad del propio organismo" (pág 69) y parte
debido a la actividad de otros organismos. El caso extremo es el del ser
humano donde la adaptación de éste al medio consiste esencialmente en
adaptar el medio a sus necesidades.
El rechazar el punto de vista metafísico de la preexistencia de un
problema a resolver, no significa negar la adaptación. Por ejemplo el
desarrollo en la casi totalidad de mamíferos marinos de aletas o
apéndices similares es una "obvia adaptación a la locomoción acuática,
y la aptitud reproductiva de los antepasados de estas formas debe
haber aumentado por la gradual modificación de sus apéndices de una
manera similar. Sin embargo es puro misticismo suponer que nadar
era un "problema" fundamental presentado ante los antepasados
terrestres de esos animales antes de que tuvieran que habérselas con la
locomoción a través de un medio líquido. El problema de la natación se
planteó sólo de una manera marginal y rudimentaria, presentando sólo
exigencias marginales al organismo, cuyas primitivas respuestas
adaptativas implicaron, para la especie en evolución, un mayor
compromiso con respecto al agua. Así esta coevolución del organismo y
del medio ambiente que estaba creando para él mismo continuó por
largo tiempo en la misma dirección, produciendo animales con forma
de peces a partir de animales parecidos a perros y nadadores a partir
de voladores, todos con apéndices aplanados." (pág 79).
Así como para la economía burguesa, el individuo es el objeto de las
fuerzas del mercado, para la teoría clásica de la evolución, el
organismo es tan sólo el objeto de las fuerzas evolutivas. Sin embargo,
así como el hombre es sujeto y objeto de su propia historia, el
organismo lo es de su propia evolución. ƒl "es, en parte, consecuencia
de la interacción de los genes y del medio ambiente, pero el organismo
construye su propio medio y así nuevamente participa en su propia
construcción. Finalmente, el organismo, al desarrollarse, construye un
medio que es una condición para su desarrollo y reproducción,
estableciendo las condiciones para la selección natural. De esta manera
el organismo influencia su propia evolución, siendo a la vez el objeto de
la selección natural y el creador de las condiciones de tal selección."
(págs 105-106).
El método dialéctico
Podemos concluir esta primera parte de la reseña con una exposición
de la aplicación del método dialéctico para el conocimiento de la
naturaleza. "La separación hecha por Darwin entre la ontogenia y la
filogenia (3) fue un paso absolutamente necesario para sacarse de
encima el modelo Lamarckiano de la evolución (4). Sólo alienando el
organismo de su medio y separando rigurosamente las fuentes
ontogenéticas de la variación entre los organismos de las fuerzas
filogenéticas de la selección natural pudo poner Darwin a la biología
evolucionista sobre el camino correcto. Así también Newton tuvo que
separar las fuerzas que actúan sobre los cuerpos de las propiedades de
los cuerpos mismos: su masa y composición. Sin embargo la masa y la
energía tuvieron que ser reintegradas para resolver las contradicciones
del punto de vista newtoniano estricto y posibilitar a la alquimia
moderna transformar un elemento en otro. De igual forma, el
darwinismo no puede ser completado si el organismo no es reintegrado
con las fuerzas internas y externas, de las cuales es tanto objeto como
sujeto." (pág 106).
Para los materialistas mecanicistas "las abstracciones son una forma
de idealismo, por lo que la ciencia materialista necesariamente elimina
las abstracciones y las remplaza con cierta clase de entidades "reales",
cada una de las cuales es única [...]. Es obvio, sin embargo, que no
podemos eliminar las abstracciones, sino no quedaría nada más que
una crónica de sucesos. [...] No puede haber predictiblidad ni
manipulación del mundo si no es agrupando los sucesos en clases, y esto
implica ignorar las propiedades individuales [...]. Lo que hace
materialista a la ciencia es que el proceso de abstracción es explícito y
reconocido como históticamente contingente dentro de la ciencia. La
abstracción se convierte en destructiva cuando lo abstracto es
cosificado y cuando el proceso histórico de abstracción se olvida,
llevando a que las descripciones abstractas se tomen como
descripciones de los objetos reales." (págs 149-150). Ese, justamente, es
el error del punto de vista idealista.
Así tenemos dialéctico concreto-abstracto-concreto, donde el concreto
de partida es un concreto confuso, indiferenciado, en el abstracto
medio estudia las múltiples determinaciones del objeto y el concreto de
llegada es un concreto superior, donde se integran, de forma
articulada, las determinaciones estudiadas. Este proceso es el mismo
explicitado por Marx en su Introducción a la crítica de la economía
política y puede considerarse como paradigma del análisis dialéctico.
Si bien es casi autocontradictorio tratar de dar una formalización de la
dialéctica por medio de "leyes", los autores tratan de remarcar ciertos
aspectos fundamentales.
"El primer principio de un punto de vista dialéctico es que el todo es
una relación de partes heterogéneas que no tienen existencia
independiente previa como partes. El segundo principio, que resulta
del primero, es que, en general, las propiedades de las partes no tienen
una existencia alienada previa sino que se adquieren siendo partes de
un todo particular." (pág 273).
"Un tercer principio dialéctico es que la interpenetración de las partes
y el todo es una consecuencia de la intercambiabilidad del sujeto y el
objeto, de causa y efecto. En el mundo alienado los objetos son pasivos,
elementos causados por otros sujetos, activos y causales. [...] La
separación entre causa y efecto, sujeto y objeto en el mundo alienado
tiene una consecuencia política directa [...]. El mundo exterior impone
las condiciones a las que debemos adaptarnos socialmente, al igual que
el medio ambiente fuerza a las especies a adaptarse biológicamente."
(pág 274).
Un cuarto principio es que el cambio es un aspecto característico de
todos los sistemas. Como se mencionó más arriba, "en el pensamiento
burgués el cambio ocupa una posición aparentemente contradictoria
que resulta de la historia de la revolución burguesa." (pág 275).
"El cambio característico de los sistemas resulta tanto de relaciones
internas como externas. La heterogeneidad interna de un sistema
puede producir la inestabilidad dinámica que resulta en desarrollo
interno. Al mismo tiempo, el sistema como un todo se desarrolla en
relación con el mundo exterior, que influencia y es influenciado por ese
desarrollo. [...] La biología clásica, es decir la biología alienada,
siempre separó las fuerzas internas y externas que operan sobre los
organismos, manteniendo una costante mientras considera la otra. [...]
La biología del desarrollo se agota con el problema de cómo los genes
determinan al organismo. Por el otro lado, la biología evolutiva [...] está
obsesionada con el problema de la adaptación del organismo al mundo
exterior [...]."(págs 277-278).
"Lo que caracteriza al mundo dialéctico, en todos sus aspectos, es que
está constantemente en movimiento. Las constantes se transforman en
variables, las causas en efectos y los sistemas se desarrollan,
destruyendo las condiciones que permitieron su surgimiento." (pág
279). Todo esto lleva al concepto central del pensamiento dialéctico: el
principio de contradicción.
Para finalizar, citamos una advertencia de los autores: "El
materialismo dialéctico no es, ni nunca lo fue, un método programático
para resolver problemas físicos particulares. El análisis dialéctico
provee una visión global y una serie de signos de atención contra
formas particulares de dogmatismo y de estrechez de pensamiento. Nos
dice "recuerde que la historia puede dejar huellas importantes.
Recuerde que ser y devenir son aspectos duales de la naturaleza.
Recuerde que las condiciones cambian y que las condiciones necesarias
para iniciar un proceso pueden ser destruídas por el propio proceso.
Recuerde de prestar atención a los objetos reales en el tiempo y en el
espacio y de no perderlos completamente en abstracciones idealizadas.
Recuerde que efectos cualitativos de contexto e interacción pueden
perderse cuando los fenómenos se aislan." Y, sobre todo, "Recuerde
que todas las otras advertencias son solo son signos de atención cuya
aplicación a diferentes circunstancias del mundo exterior es
contingente."" (págs 191-192).

La ciencia como mercancía


En este último tiempo, en el marco de la "modernización" del
capitalismo argentino, se ha comenzado a discutir una nueva ley
universitaria, así como el futuro del Conicet. Uno de los puntos más
importantes planteados es la intervención de las empresas en la
determinación de los programas de estudios e inclusive en la dirección
de las universidades. Igualmente, una de las propuestas sobre el
Conicet y los otros organismos de investigación (CNEA, INTA, INTI)
es su desmantelamiento para dejar sus tareas a la iniciativa privada.
Paralelamente, se incita a los investigadores y docentes universitarios a
complementar sus ingresos con asesorías. En otros países, como en
Francia, los organismos de investigación promueven que sus científicos
establezcan empresas y que la investigación sea cada vez más orientada
hacia las necesidades del mercado.
En muchos sectores de la universidad y de los medios científicos se
cuestionan estas propuestas, insistiendo que la ciencia y la universidad
tienen que conservar su carácter independiente, no sujetos a los
dictados de los grandes capitales. En esta reseña trataremos de
demostrar, basados en una parte de The dialectical biologist de Levins y
Lewontin, cómo ésta es una posición esencialmente reaccionaria,
incapaz de comprender qué significa el capitalismo.
El capitalismo es un sistema de producción que, necesariamente, tiende
a expandirse, en área geográfica, en intensidad y a todos los aspectos de
la vida corriente. Bajo el capitalismo todo tiende a convertirse en
mercancía: la ciencia, el deporte, los genes, el honor, los órganos y
hasta la vida humana. Cuando el capitalismo estaba todavía en
pañales, Shakespeare lamentó esto:
"¡Oro! ¡Oro amarillo, brillante, precioso! [...] Muchos suelen volver con
esto lo blanco negro; lo feo, hermoso; lo falso, verdadero; lo bajo, noble;
lo viejo, joven; lo cobarde, valiente. çOh dioses! ¿Por qué? Esto os va a
sobornar a vuestros sacerdotes y a vuestros sirvientes y a alejarlos de
vosotros; va a retirar la almohada de debajo de la cabeza del hombre más
robusto; este amarillo esclavo va a fortalecer y disolver religiones,
bendecir a los malditos, hacer adorar la lepra blanca, dar plaza a los
ladrones, y hacerlos sentarse entre los senadores [...]" (W.
Shakespeare, Timón de Atenas, Acto IV, escena III, en Obras
Completas, Aguilar, Madrid, 1967)
Igualmente, en el Manifiesto Comunista podemos leer:
"Dondequiera que ha conquistado el Poder, la burguesía ha destruído las
relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras
feudales que ataban al hombre a sus "superiores naturales" las ha
desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los
hombres que el frío interés, el cruel "pago al contado". Ha ahogado el
sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el
sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo
egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. Ha
sustituído las numerosas libertades escrituradas y bien adquiridas por
la única y desalmada libertad de comercio. [...] La burguesía ha
despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se
tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al médico, al
jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al sabio, los ha convertido en sus
servidores asalariados." K. Marx y F. Engels, Manifiesto Comunista, en
Obras Escogidas, T. I, p. 24, Akal Editor, Madrid 1975
Así, en una sociedad en la que todo tiene su precio, en la que todo se
puede comprar y vender, la ciencia no podía escapar a esa ley general.
Hoy día tiene, en tal sentido, las características siguientes:
• La ciencia se ha transformado en una inversión de las empresas: La
inversión en investigación y desarrollo, en los grandes grupos
industriales, compite con otras formas de invertir capital como
"aumentar la producción de productos ya existentes, comprar más
publicidad, pagar abogados o lobistas, adquirir otras empresas,
destruir sindicatos, coimear ministros, etc." (Levin y Lewontin, op. cit.,
p. 200.
Muchas veces las empresas, en lugar de pagar a sus propios equipos de
investigación y desarrollo, prefieren subvencionar a grupos de
científicos que trabajan en universidades o institutos estatales, con lo
que ahorran dinero y hacen aparecer sus productos como basados en
resultados científicos "independientes". Un ejemplo es el del
investigador francés Benveniste quien, si bien trabajaba para el
INSERM (Instituto Nacional de las Ciencias de la Salud y de la
Investigación Médica) recibía subsidios de los laboratorios
especializados en la producción de medicamentos homeopáticos. A
mediados de los años '80 publicó un artículo en la revista Nature donde
"demostraba" la "memoria del agua". Esta "memoria" fundamentaría
los principios de la homeopatía. Lamentablemente para los
laboratorios, los resultados se comprobaron totalmente falsificados. De
todos modos Benveniste sigue en su puesto.
• "La forma extrema de inversión en investigación es la sociedad
consultora científica, cuyo único producto es el informe científico:[...]
Aquí es muy obvio que la prueba de calidad del informe es la
satisfacción del cliente y no la evaluación por los pares (5). [...] Una vez
que el informe científico se transformó en una mercancía, está sujeto a
dos características del mundo de los negocios: la diligencia puede ser
asaltada y la cerveza puede ser aguada, es decir, que la mercadería
científica puede ser robada o adulterada. Ambos tipos de iniciativa -la
apropiación del trabajo de otros y la falsificación de los resultados para
publicar supuestos éxitos o para vencer a competidores- son un
problema creciente. Aunque fraudes científicos ya ocurrieron en el
pasado y peleas por prioridad ocurrieron entre individuos rivalizando
por prestigio (5), los fraudes científicos tienen hoy día una base
económica racional (7), por lo que es de esperar que aumenten." (Obra
citada, pp. 201-202).
Inclusive, cuando la producción científica lo es dentro de los marcos
académicos, la evaluación se hace cada vez más desde un punto de vista
de "productividad" y no de calidad científica. Es decir, que los
investigadores y profesores universitarios son calificados para sus
ascensos y subvenciones por el número de publicaciones y no por la
importancia de sus descubrimientos y desarrollos. Esto lleva a una
inflación del número de publicaciones y revistas científicas, así como a
la publicación de resultados dudosos e inclusive directamente al fraude.
Por ejemplo, a principios de los años '80 el joven investigador en
cardiología John Darsee de la Universidad de Harvard publicó, en un
período de dos años casi cien artículos. Otros científicos de su
laboratorio comenzaron a sospechar y descubrieron que Darsee había
falsificado la mayor parte de los datos. Lo interesante es que tanto su
jefe como la propia universidad prefirieron ocultar los hechos al
organismo nacional que financiaba las investigaciones. En 1986 un
artículo fue publicado en la prestigiosa revista Cell firmado, entre
otros, por el premio Nobel David Baltimore. Una estudiante
postdoctoral de su laboratorio descubrió que los resultados se habían
falsificado y lo denunció. Luego de varios años de investigación se
determinó que, efectivamente, había habido fraude pero Baltimore no
era responsable ya que él se había limitado a firmar el artículo junto
con los verdaderos autores (8). El contrato de la estudiante no fue
renovado y durante varios años en ningún otro laboratorio fue
aceptada.
Una muestra de las propias contradicciones creadas por el aspecto
mercantil del trabajo científico es que, por un lado los científicos son
evaluados por su producción puramente cuantitativa pero, por el otro,
al depender cada vez más las universidades y los institutos de
investigación del mercado capitalista para obtener fondos que le
permitan continuar su funcionamiento, lo que le interesa a las
empresas no es el número de artículos publicados sino el de los
desarrollos y procesos comercializables. La consecuencia, tarde o
temprano, es que investigadores, considerados hasta un momento como
de primer plano, pasan a no valer nada si su producción no es
efectivamente vendible.
• El descubrimiento científico ha llegado a ser cuantificable: En los
departamentos de investigación y desarrollo se evalúa el tiempo que
lleva desarrollar un nuevo producto, con cuánto trabajo y a qué costo.
Así el trabajo científico se convierte, como todo los demás, en trabajo
humano abstracto. La consecuencia de esto es que
• "Los científicos han pasado a ser "mano de obra científica": Como
tal, están sujetos a costos de producción, intercambiabilidad y
supervisión gerencial. La división del trabajo dentro de la ciencia, la
creación de especialidades y categorías, hoy día están cada vez más
racionalizadas. La parte creativa del trabajo científico está cada vez
más restringida a una pequeña fracción de los científicos, el resto está
cada vez más proletarizado, perdiendo el control no sólo sobre su
elección del problema y del enfoque, sino también sobre su actividad
diaria y, a veces, horaria. [...] Pero la descalificación del trabajo
científico produce mayor alienación; los productores no comprenden el
proceso en su conjunto [...] y tienen poca oportunidad de ejercer la
inteligencia creativa. Una vez alienado el trabajo en este sentido [...] es
necesaria una mayor supervisión [...] que produce más alienación y
alienta corrupción e indiferencia. [...] Los investigadores mismos, y
hasta los administradores de la ciencia, no son más responsables en
primera instancia ante sus pares sino, hacia arriba en la jerarquía, ante
quienes controlan los fondos." (Obra citada, pp. 202-203).
• "El trabajo científico (9) mismo tiene que ser producido: Las
universidades y las escuelas vocacionales tratan de preparar los
diversos niveles de trabajadores científicos al costo mínimo,
transformando el proceso de educación en un servicio externo de los
departamentos de personal de las empresas privadas. [...] Los
científicos reaccionan ante esta mercantilización de formas
encontradas. Por un lado lo lamentan. Muchos de ellos, provenientes de
las clases medias, eligieron la ciencia como una forma de escapar del
mundo de los negocios. Eligieron dedicarse a un tipo de trabajo cuyo
producto era un valor de uso, valioso por sí mismo y no para el
intercambio. Ellos lamentan la pérdida del viejo espíritu de cuerpo y la
dedicación altruísta a la verdad que era el mito fundador de la ciencia
no mercantilizada. Lamentan la proletarización del trabajo científico y
su pérdida de autonomía [...]. Por el otro lado, muchos científicos se
apresuran a aprovechar las oportunidades empresariales. [...]
Alrededor de los dos tercios de los científicos trabajando en los
E.E.U.U. lo hacen para empresas privadas, donde la búsqueda de
ganancias es el objetivo francamente reconocido." (Obra citada, p.
203).
Todo esto lleva a que los resultados científicos empiecen a ser
patentados. Muchas veces las universidades o los institutos no
autorizan la publicación de un artículo antes de que los resultados
hayan sido registrados en la oficina de patentes. La universidad
británica de Cambridge todavía se está lamentando de no haberse
ocupado de patentar en su momento los anticuerpos monoclonales
coinventados por César Milstein. Actualmente la mayoría de las
universidades norteamericanas y europeas tienen un departamento
legal que se ocupa de estos trámites. La discusión actual es si las
secuencias que se van determinando del genoma humano pueden ser
patentadas o deben ser consideradas como "patrimonio de la
humanidad". Lo que posiblemente suceda es que, tarde o temprano,
como en el resto de la sociedad, prevalezca el criterio capitalista: si
puede dar ganancias entonces debe ser patentado.
"Como resultado de estos desarrollos, las divisiones de clases que
recorren nuestra sociedad de conjunto también lo hacen a nivel de la
ciencia. La mayoría del millón de científicos trabajando en los E.E.U.U.
forman un proletariado científico; venden su fuerza de trabajo y no
tienen control sobre el producto de su trabajo. En el otro extremo, a lo
sumo unos pocos miles forman la burguesía científica, invirtiendo en
investigación y determinando en gran medida las orientaciones de
investigación y desarrollo. En el medio está el grupo de los
profesionales pequeño-burgueses trabajando solos o en pequeños
grupos en universidades o institutos de investigación." (Obra citada, p.
204).
• "La producción de insumos de capital para la ciencia se ha
transformado en una importante industria: Esto incluye reactivos
químicos, aparatos, medios de cultivo, cepas estandarizadas de
animales de laboratorio e información científica. [...] La tecnología no
está orientada a encontrar la manera más barata de estudiar la
naturaleza sino a la ganancia en un mercado específico." (Obra citada,
p. 204).
A pesar de las diversas opiniones políticas y filosóficas de los científicos,
"existe una ideología implícita coherente que puede, con justeza,
calificarse como burguesa. Ella incluye las siguientes características:
• Individualismo: La visión atomística de la sociedad, propia del orden
burgués, aplicada a la ciencia, afirma que el progreso es llevado a cabo
por unos pocos individuos (que casualmente somos "nosotros"). Los
científicos se ven como agentes libres llevando a cabo de forma
independiente sus propias inclinaciones. [...] El individualismo en la
ciencia ayuda a crear la creencia común que las propiedades de una
población se deducen de forma directa de las de sus átomos (genes) de
poblaciones o sociedades. Transforma también la experiencia subjetiva
de la ambición por avanzar en la carrera en la invención del egoísmo
como una ley de la evolución (10). Un elemento crucial de la ideología
individualista es la negación de ésta.
• Elitismo: Esta afirmación de la superioridad de una pequeña minoría
de intelectuales lleva a menudo a la creencia de que la supervivencia de
la humanidad depende de la capacidad de esa minoría de obligar al
resto de la gente a hacer lo que es bueno para ellos. Esta inclinación
está especialmente marcada en los relatos de ciencia ficción sobre
resistencia a la opresión, donde unos pocos científicos conspiran para
vencer a los dictadores." (Obra citada, p. 204).
• Pragmatismo: "Para los científicos, el pragmatismo significa aceptar
los límites impuestos por la mercantilización y la especialización.
Significa seguir adelante con el trabajo sin preguntar por qué, lo que
fue inmortalizado en una canción de Tom Lehrer: "'Si los cohetes
suben, ¿a quién le importa donde caen?. Esa no es mi área', dijo
Werner von Braun (6)." [...] A los ojos del pragmático, sentimientos
sobre la injusticia de ciertos aspectos de la sociedad se ven
necesariamente como ideológicos, reflejando inmadurez frente al
distanciamiento del académico." (Obra citada, pp. 206-207).
• "Reduccionismo: La especialización del trabajo científico [...] crea un
modelo de la organización científica que se ve como el modelo para la
organización del mundo. La naturaleza es percibida como siguiendo el
diagrama organizativo de nuestra empresa o universidad, con
fenómenos similares unidos bajo un único jefe; fenómenos distintos
pero relacionados, bajo un decano común; y hechos no relacionados
como pertenecientes a distintas facultades o ramas de la empresa."
(Obra citada, p. 208).
Todo esto lleva a afirmar a Lewontin, en otro trabajo que la "ciencia es
más que una institución dedicada a la manipulación del mundo físico.
Tiene también una función en la formación de la conciencia sobre el
mundo político y social. La ciencia, en este sentido, es parte del proceso
general de educación, y las afirmaciones de los científicos son en gran
medida la base para tal formación. El objetivo de la educación en
general, y de la educación científica en particular, es no sólo hacernos
capaces de manipular al mundo sino también formar nuestras
actitudes [hacia éste]. Nadie vio esto más claramente y con más
honestidad que una de las figurar políticas más conservadoras de la
historia norteamericana, Daniel Webster, quien escribió que «la
educación es una forma ingeniosa y liberal de policía mediante la cual
la propiedad, la vida y la paz de la sociedad son mantenidas.»" (R.
Lewontin, The doctrine of DNA, Harper Perennial, Nueva York, 1991).
Los autores concluyen su trabajo "como socialistas, no criticamos la
mercantilización de la ciencia para llamar a una vuelta a los tiempos
anteriores. Esto sería tan inútil como las leyes antitrust, las que buscan
recrear exactamente esas condiciones que permitieron el ascenso de los
trusts. [...] La mercantilización de la ciencia, su incorporación plena al
proceso del capitalismo, es el hecho dominante para la actividad
científica [...]. Como científicos, vemos la mercantilización de la ciencia
como la causa fundamental de la alienación de la mayoría de los
científicos de los frutos de su trabajo. Ella separa las brillantes ideas de
la ciencia de los correspondientes avances del bienestar humano,
produciendo muchas veces resultados que contradicen sus propósitos
declarados. La continuación del hambre en el mundo moderno no es el
resultado de un problema intratable [..]. Sino, que la agricultura en el
mundo capitalista está directamente preocupada por la ganancia y sólo
indirectamente con alimentar a la gente. De forma similar, la
organización de la salud es directamente una empresa económica y sólo
de forma secundaria está influenciada por las necesidades sanitarias de
la población. Las irracionalidades de un mundo científicamente
sofisticado no resultan de las fallas de la inteligencia sino de la
persistencia del capitalismo el que, como efecto secundario, también
aborta la inteligencia humana." (Levins y Lewontin, op. cit., p. 208).
Por nuestra parte, coincidiendo en general con los planteos de Levin y
Lewontin, queremos agregar que, a pesar de la mercantilización
creciente de la ciencia y la proletarización del trabajo científico,
siempre quedan espacios para el pensamiento independiente y la
creación científica que sea capaz de cuestionar al sistema (11). Esto no
significa, sin embargo, que debamos centrar nuestra lucha en
preservar esa relativa independencia de pensamiento sin salir del
dominio universitario. Como plantean los autores, el proceso de
mercantilización de la ciencia depende del sistema capitalista y,
mientras éste siga existiendo, esos espacios se van a ir reduciendo
inexorablemente. Es por eso que la única forma efectiva de lograr
desarrollar la independencia del trabajo científico con respecto al
capitalismo es acabar con éste.

NOTAS
(1) El stalinismo trató de imponer en las ciencias (al igual que en el arte
y en todas las manifestaciones de la vida) las concepciones
"proletarias", es decir, los esquemas del pensamiento cerrado y
burocrático que provocaron la asfixia de cualquier intento de
pensamiento y creación independiente.
(2) Capacidad de, ante cambios en el medio, mantener el equilibrio por
medio de modificaciones internas.
(3) Ontogenia: Desarrollo embrionario del individuo.
Filogenia: Desarrollo histórico de la especie.
(4) Para Lamarck la evolución se daba a nivel individual, el ejemplo
paradigmático es que el cuello de la jirafa habría llegado a su longitud
actual a partir del hecho que los antepasados de las jirafas debían
estirarlo para llegar a las hojas más altas y que ese estiramiento era
transmitido a su descendencia, quienes se estiraban un poco más y así
sucesivamente.
(5) La forma de evaluación tradicional y "pura" de la producción
científica es la evaluación por los pares, es decir, por científicos de la
misma área.
(6) Un ejemplo clásico fue el enfrentamiento entre Newton y Leibnitz,
cuando el capitalismo estaba aún muy lejos de inficcionar a la ciencia,
reivindicando la invención del cálculo infinitesimal.
(7) Es interesante que James Wible, un economista neoclásico, propuso
en un artículo en la revista Philosophy of the Social Sciences de marzo
de 1992, una interpretación del fraude científico basada en los modelos
neoclásicos donde el científico tiene una "función de producción" y
calcula los beneficios y riesgos asociados al fraude.
(8) En las ciencias experimentales es habitual que los artículos sean
firmados no sólo por sus verdaderos autores, sino también por los jefes
de los laboratorios. Por ejemplo, el propio Baltimore, firmó más de cien
artículos entre 1986 y 1990.
(9) Si bien citamos literalmente, entendemos, por lo que sigue, que los
autores se refieren a la fuerza de trabajo científica y no al trabajo
científico.
(10) Hoy día, una buena parte de los biólogos evolucionistas explican el
comportamiento individualista y egoísta del individuo en la sociedad
capitalista como debido a que todos tenemos "genes del egoísmo" que
es lo que permitió y permite la evolución. Intentar cambiar ese
comportamiento -y por supuesto la sociedad capitalista- resultaría
entonces una utopía.
(11) Werner von Braun fue el experto que desarrolló, bajo la Alemania
nazi, los misiles V2 que fueron arrojados sobre Londres. Luego de la
guerra pasó a trabajar para los Estados Unidos y fue uno de los
iniciadores de su programa espacial.

(*) Richard Lewontin, profesor de investigación de la Universidad de


Harvard y del Museo de Zoología comparada de Cambridge (Mass.), es
uno de los biólogos evolucionistas y teóricos de la ciencia más
importantes de la actualidad. Se dedica especialmente a relacionar la
estructura teórica de la genética y la evolución con fenómenos sociales.
Entre sus libros cabe destacar La diversidad humana, No está en los
genes, Genes, organismo y ambiente, Crítica al racismo biológico y La
base genética de la evolución.

"fue Mendel el primero en captar la naturaleza dual de los organismos,


su dicotomía entre su genotipo y fenotipo. Lo esencial del mendelismo
fue el percatarse de la ruptura, nunca antes clara, entre el proceso de
herencia y el proceso de desarrollo"

"tenemos un compromiso previo, un compromiso con el materialismo.


No se trata de que los métodos y las instituciones de la ciencia nos
obliguen de alguna manera a aceptar una explicación material del
mundo fenomenológico, sino al contrario, que estamos obligados por
nuestra adhesión previa a las causas materiales a crear un aparato de
investigación y un conjunto de conceptos que produzcan explicaciones
materiales, no importa cuán contrarias sean a la intuición, no importa
lo extrañas que sean para lo no iniciados. Además, este materialismo es
absoluto, porque no podemos permitir un Pie Divino en la puerta."

"Es hora de que los que estudian el proceso evolucionario, aquellos a


quienes los creacionistas han usado y han citado de través, digan
claramente que la evolución es un hecho, no una teoría... Los pájaros
vienen de seres que no eran pájaros, y los humanos de seres no
humanos. Nadie que pretenda tener el más mínimo conocimiento del
mundo natural puede negar estos hechos, del mismo modo que no se
puede negar que la Tierra es redonda, que da vueltas sobre su eje y que
gira alrededor del Sol".

Richard Levins, El Dr. Levins se desempeña como Profesor de Ciencias


Poblacionales en la Universidad de Harvard. Es Miembro de American
Academy of Arts and Sciences, American Society of Naturalists,
International Society for Ecosystem Health, American Public Health
Association, New World Agriculture and Ecology Group, Northeast
Organic Farming Association, American Association of University
Professors y Sociedad Cubana de Botánica. Desde 1976 hasta la fecha
ha sido Consultor de la UNESCO, Profesor y Colaborador Científico
en diferentes instituciones cubanas: Instituto de Botánica, Instituto de
Ecología y Sistemática, Instituto de Cítricos y Frutales, Instituto de
Investigaciones en Agricultura Tropical, Centro de Salud y Bienestar, y
Facultad de Matemáticas. En 1999 recibió el título de Doctor Honoris
Causa de la Universidad de La Habana (UH) y en el 2001 la
Categoría Honorífica de Colaborador Investigador delMinisterio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y la Medalla
Conmemorativa 30 años de la Academia de Ciencias de Cuba
(ACC). Es Miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de
Cuba (ACC) desde el año 2004.

Fuente:
ligacomunista.tripod.com.ar

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