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Intervengo mañana en la Jornada Aspectos legales del crowfunding de inversión

organizada por la URJC de la que os he dado noticia en el blog. Abordaré en el marco


de una mesa redonda el papel de la CNMV como organismo regulador en el marco del
crowdfunding de inversión articulado a través de las PFP.

El crowdfunding como sistema de captación de inversión mediante el recurso a fondos


procedentes del público impone el establecimiento de una regulación que garantice la
adecuada protección de los inversores en los diferentes proyectos promocionados a
través de la correspondiente plataforma de financiación participativa (PFP), modelo que
es el incorporado por la Ley 5/2015.

Esa condición de inversores de los participantes en los diferentes proyectos justifica la


regulación de la materia a través de normas de derecho público, imperativas, de la
misma naturaleza que el interés jurídico tutelado, y la correspondiente intervención de
la CNMV como organismo regulador encargado de la autorización, supervisión e
inspección de la actuación de las referidas plataformas.

De este modo, y como de forma expresa señala la propia Exposición de Motivos de de


la LFFE “se establece el régimen jurídico de las entidades denominadas plataformas de
financiación participativa (…) se regula y reserva su actividad a las entidades
autorizadas, en aras de fortalecer el desarrollo de este sector y, al tiempo, salvaguardar
la necesaria estabilidad financiera, concurriendo, por tanto, los principios de necesidad y
proporcionalidad a que se refiere el artículo 5 de la Ley 20/2013, de 9 de diciembre, de
garantía de unidad de mercado”.

En este marco normativo, destinado a mitigar y controlar los riesgos propios de este tipo
de captación de inversión especialmente concurrentes en inversores y promotores de los
proyectos, la CNMV como organismo regulador, interviene en la autorización y registro
de las plataformas, y la posterior supervisión, inspección en su funcionamiento y, en su
caso, sanción.

La intervención de la CNMV se torna así en un elemento esencial en el sistema de tutela


de inversores, los cuales, sin embargo, no quedarán protegidos frente a todo riesgo,
dado que el propio promotor puede ser incapaz de devolver o remunerar los fondos
recibidos, o la plataforma, en su papel de intermediador y sin perjuicio de la diligencia
que se le debe exigir, no garantiza en ningún momento la solvencia o viabilidad del
promotor. En cualquier caso y como la propia Exposición de Motivos de la LFFE
destaca, “Con todo, y dado que no resulta posible eliminar el riesgo que tienen los
inversores frente a los promotores, la norma proporciona a los primeros herramientas
para poder, al menos, mitigar y gestionar dichos riesgos”.

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