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El secreto del bosque

Estaba sentada la roca como siempre y de pronto vio que frente a


sus ojos estaba la majestuosa cordillera, y en ella estaba
apareciendo la luna
Llenita, amarilla y poderosa…
Al salir la roca, la roca comenzó a sentirse extraña.
Hizo algunas reflexiones y pensó que triste y aburrida la vida sola,
sin nadie a quien ver…
Pasa el tiempo pasa el tiempo y jamás ve a nadie…
La roca decidió cantar a la luna una canción, para decretar
compañía y llenarse de amor…
Luego de su ceremonia la roca se echó a dormir y despertó muchos
miles de años después…
Cuando al roca despertó se dio cuenta de que algo le hacía
cosquillas.
Observó con calma y se dio cuenta de que su cuerpo cambiaba, le
salía pelo!!!
De pronto la roca oyó un murmullo y descubrió que esa vegetación
podía comunicarse
¡!¡Estaba viva!!!
Preguntó con pesadez qué hacían aquí y que pretendían.
Ellas se presentaron y dijeron llamarse los Líquenes.
Los Líquenes dicen andar volando por el aire y decidieron al fin
detenerse a echar raíces de humedad y vivir en comunidad…
- Es muy importante eso querida roca, ahora somos una
comunidad, viviremos juntas y nos haremos compañía, ya
nunca más se sentirá sola-.
La roca se sintió agradada y se encariñó con los nuevos vecinos…
Cada cierto tiempo la roca y los Líquenes tenían actividades en
conjunto, hacían fiestas muy entretenidas en las noches de
oscuridad junto a los musgos…
Un día cualquiera estaban mirando el cielo y el sol se escondía en
un lugar particular, al ver la puesta de sol sintieron el
“Equinoccio”, un indicador de que la primavera ha llegado.
No pasó mucho de aquello cuando una tarden tibia llegaron un
grupo muy sonoro de pequeñas especies, tenían mucho verde,
olían bien y por donde pasaban parecía abonarse la tierra…
Se presentaron con la comunidad de la roca, pidieron quedarse
un tiempo para intentar proliferar en el suelo sumando a la
humedad del aire, los Musgos y los Líquenes, ofrecieron ser un
aporte para la comunidad y siempre dar lo mejor de sí para estar
todas bien…
Dicen llamarse yerbas y pastos, son una familia grande pero
bajita, también hay Helechos y plantas llamadas “No
domesticadas”, para abrir la tierra, abonarla y limpiarla en
algunos casos…cuando ya eran varios los integrantes de la
comunidad decidieron organizarse para lograr cosas comunes,
descubrieron que cada uno de ellos tenia una virtud, algo le era
fácil y divertido. Y así sumando capacidades se propusieron
hermosear el lugar, aprovechar al máximo los recursos y surgir…
Comenzaron poco a poco respetando siempre los tiempos de
todas y con mucho amor ordenaron el lugar… Tanto fue que
juntaron fuerzas que comenzaron a llegar pequeños pedacitos de
plantas muy tupidas. Brotaron del suelo lentito y sin prisa…
Durante todo el verano se apiñaron ramas y hojas mas duras
hasta que llegadno el otoño (y su equinoccio) ya habían mchas
ramitas en el suelo y guardaron la humedad.
U(n día lis Líquenes decidieron preguntarle a esa extraña familia
qué pasaba.
ROSA: -¿Cómo está estimado Líquen?, venga venga…-
LIQUEN: - Hola, quería preguntarle cómo anda y darle las gracias
por la humedad del suelo, ya que eso ayuda mucho al lugar-.
ROSA: - Me presento don Líquen soy una Rosa Mosqueta,
pertenezco a la familia de los arbustos que espero que lleguen de
a poco a vivir con nosotros
Quiero decirle don Líquen que estamos felices de vivir cerca de
usted y nos gustaría sumarnos al hermoseo del lugar.
Guardaremos la humedad del suelo, y con nuestras gruesas hojas
y ramas abrigaremos del invierno y sus heladas a las especies
bajo nosotras-
El Líquen se puso muy contento y fue de inmediato a contarle a
las otras plantitas y elementos acerca de estos nuevos
integrantes.
así pasaron el invierno y unos cuantos inviernos mas, y tal como
la rosa decía, pronto comenzaron a llegar más arbustos, todos
de hojas gruesas y de variados colores...
en poco tiempo la rosa estaba la rosa acompañada por muchas
amigas y amigos, ahora rocas y líquenes; musgos, hongos,
pastos, hierbas y arbustos habían transformado el lugar en un
predio verde y lleno de vida, se respiraba la frescura y todo se
veía hermoso y acogedor.
Hasta que un día un arbusto comenzó a reír sin parar, no podía
ni comunicarse, todas y todos se pusieron muy expectante y
comenzaron a reunirse en torno al arbusto Calafate sintiera
infinitas cosquillas...
poco paso antes de que la roca con tono pesado preguntara: -
¡Quién anda allí?-
y con una voz muy bajita se escuchó que respondían unos
pequeños insectos que rondaban como locos...
somos los insectos dijeron, y venimos a intentar vivir aquí, con
ustedes, hemos visto al pasar que cuentan con mucha materia
orgánica que desechan, vayas y elementos que nos hacen vivir
felices, por eso queríamos aprovechar lo que ustedes desechan y
ayudar en lo que podamos...
abonaremos la tierra con nuestros desechos para que se ponga
mas fértil y nos comeremos todos lo que ustedes ya no usen,
somos un grupo enorme y hay muchas especies de muchos
colores, además con nuestra llegada quizá lleguen también
animales más grandes a compartir...
Así estuvieron por muchos años, disfrutaban de fiestas, los
insectos cantaban y los arbustos aplaudían contentos.
Una noche en que todas las plantas y especies miraban la luna,
los hongos que muy bien oían, comenzaron a escuchar un sonido
muy fuerte, tupido, era como unos gritos que se acercaban en la
oscura noche.
Todas quietas y de pronto la rosa dice ver en el cielo un montón
de objetos voladores…
Llegaron y se posaron en el lugar, eran unos animales extraños y
parecían felices de estar en el lugar…
Vino una muy bonita y saludó muy contenta, dijo que se llamaba
codorniz, que pertenecía a la familia de las aves y que traían un
nuevo secreto…
Dijo que querían quedarse, que les encantaba el lugar y que las
aves ayudarían transportando cosas y trayendo semillas…
La comunidad los aceptó y les dio la bienvenida…
Al poco tiempo la comunidad había crecido mucho, ya había
árboles medianos porque las aves trajeron semillas de todos los
tipos y lugares.
La roca una mañana pidió a todas las especies reunirse y dio un
muy hermoso discurso que llenos a todos el corazón de amor…

Discurso…

Luego del discurso de la roca los Líquenes que ya eran muy


ancianos dijeron estar muy felices, llenos de amor, y fue así
como en una ceremonia a la luz de la luna en un Wetrupantu en
invierno, que todas dieron la mejor de las bienvenidas al Canelo,
un árbol muy hermoso que estaba guardado bajo las entrañas de
la tierra, desde que todo comenzó…
Cuando el Canelo ya era adulto, la comunidad como has a hora
se llamaba, ya había crecido mucho, a espaldas de las especies
ya había grandes extensiones montañosas, y fie así como en un
soplo mágico de solsticio de verano, las cumbres se llenaron de
pehuenes, el ciclo ya estaba completo y parecía no faltar nada.
Celebraron ese día la llegada del verano y de los pehuenes, así
en un soplo de viento y humedad y cuando todas las especies
aplaudían. Se encendió un fuego, Provenido de las lágrimas de
los árboles y la luz del sol, Comenzó un pequeño fuego y de su
humo salió una serpiente, con un mensaje escrito en sus ojos.
Dijo a todas las especies que agradecía profundamente a cada
una por el valor y la fuerza de su amor a la tierra.
Sepan queridísimas que no tenemos nada que perder, contamos
con todo el tiempo, contamos con el mejor de los secretos, “La
certeza de que estamos juntas conspirando para que el bosque
sea eterno, grande, independiente, poderoso y mágico, ahora
llegan las nuevas especies…
Una ráfaga de humo salió del fuego y trajo consigo Pumas,
Cóndores, zorros y roedores.
- Cada una de nosotras en secreto sabe que dará su vida para
la “conspiración secreta del bosque”, para abonar, perforar,
guardar, deshacer, o descomponer para que surja un gran
bosque, fuerte, infinito y capaz de guardarnos a todas sin
ninguna autoridad y todo el amor-.
- “Sepan cada una que agradezco mucho y que entrego con
alegría y por completo-.

FIN

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