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BUENA NOTICIA

Una palabra que se usa comúnmente, y que de hecho es cien por ciento Bíblica
es: “Evangelio”. Este término se usa particularmente para llamar así a los libros
de Mateo, Marcos, Lucas Y Juan que están en la Biblia; y que en conjunto se
denominan los cuatro evangelios; sin embargo no existen cuatro evangelios,
existe un solo evangelio; el evangelio de Jesucristo, que en otras palabras es
“La Buena Noticia acerca de Jesucristo”; ya que el término “evangelio” significa
literalmente “Buena Noticia”; y en definitiva, no solo Mateo, Marcos, Lucas y
Juan nos hablan de esta “Buena Noticia”, realmente toda la Biblia nos habla de
esto. Todo el Antiguo Testamento contiene la Buena Noticia de que en su
momento un Salvador vendría al mundo; ahora en el Nuevo Testamento,
Mateo, Marcos, Lucas y Juan nos cuentan la Buena Noticia de que el Salvador
ya vino y se llama Jesucristo, el libro de los Hechos nos dice que el Salvador
ahora está presente con los suyos por medio de su Espíritu, ¡que Buena
Noticia!, las cartas en la Biblia nos enseñan cómo viven aquellos que han
aceptado esta Buena Noticia, y finalmente el libro de Apocalipsis nos da la Gran
Buena Noticia de que el Salvador, Cristo Jesús regresa por su Iglesia para
conducirla a la Gloria Eterna. Este Evangelio se proclama de principio a fin en
la Biblia, y es a su vez proclamado por la Iglesia de Cristo en el mundo entero.
Tal como dijo el apóstol Pablo en Romanos 1:16 “no me avergüenzo del
evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen”. Y
esta es entonces la labor de la Iglesia. Así es, la Iglesia sigue en este mundo
solo con un propósito en mente: Proclamar el evangelio, proclamar por toda
la tierra la Buena Noticia de Cristo el Salvador. Porque bien podría Dios salvar
a los suyos e inmediatamente llevarlos a su presencia para que ya no sufran
las inclemencias de este mundo; pero no es lo que sucede, Dios salva a los
suyos y los deja aún un poco de tiempo en esta tierra para que ellos vallan y
cumplan con el encargo más glorioso de todos, a lo que precisamente en la
Biblia se denomina: “La gran comisión”, ir al mundo entero y llevar este
Evangelio. ¡Y hoy más que nunca esto se hace urgente! Y es que como vemos
ahora en Apocalipsis capítulo 8 los Ángeles con las siete trompetas que traen
juicio ya están listos, dice el versículo 7 que “Tocó el primero su trompeta, y
fueron arrojados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Y se
quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la
hierba verde.”
Definitivamente el mundo día tras día está siendo sacudido, no solo por la
violencia y maldad de los hombres sino por los desastres naturales; esto es lo
que proclaman por todas partes los medios de comunicación, pero esto es algo
que siempre ha proclamado la Palabra de Dios, realmente no es nada nuevo,
es algo de esperarse y que seguirá en aumento y mayor aun cuando más se
acerca el regreso de Jesucristo. Las trompetas en la Biblia son usadas
comúnmente para hacer un llamado de advertencia; las referencias a esto son
innumerables, pero basta solo con mencionar una y es lo que el apóstol Pablo
dice en 1 Corintios 14:8 “Y, si la trompeta no da un toque claro, ¿quién se va a
preparar para la batalla?”. Y es precisamente la proclamación del evangelio la
mayor de todas las trompetas, pero no la única que suena. Porque para
quienes se niegan a escuchar la Buena Noticia de Cristo, tambien hay otras
trompetas, y aquí como dice claramente Apocalipsis, esta primera trompeta
no solo trae una fuerte advertencia, sino una devastación gigantesca. Así que
cuando el primer ángel tocó su trompeta: “fueron arrojados sobre la tierra
granizo y fuego mezclados con sangre”. Esto es terrible, la tierra es incendiada
y devastada, estos juicios afectan el medio amiente, las cosechas, esto toca
todos los rincones de la tierra, y ¿acaso no es esto lo que se escucha por todas
partes? Y precisamente cuando estas cosas llegan, vienen “mezclados con
sangre”, esto tras su paso trae muerte, una devastación tal que no solo toca a
las especies animales sino aún al mismo hombre. Pero quizá comencemos a
preguntarnos ¿por qué Dios hace esto? Y la pregunta es válida, pero la
respuesta debe ser precisa; porque estos juicios, aunque son terribles, están
llenos de amor, misericordia, bondad y gracia de parte de Dios. Allí está claro,
dice que cuando esto sucede “se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera
parte de los árboles y toda la hierba verde.” La tercera parte, esto es
demasiado podría pensar alguien, pero más bien esto es muy poco. Dios podría
enviar este desastre no sobre la tercera parte de la tierra sino sobre toda la
tierra. O ¿acaso no fue lo que aconteció en el pasado? Cuando Dios envió el
diluvio no lo envió sobre la tercera parte de la tierra; sino que la maldad del
hombre era tan grande que el juicio cayó sobre toda la tierra; ahora estamos
viviendo un tiempo donde la maldad del ser humano es mayor que la del
tiempo de Noe, entonces deberíamos preguntarnos ¿Por qué Dios en vez de
enviar un castigo a la tercera parte mejor no acaba con toda la maldad
completa? Pero recordemos, esta es una trompeta, este, aunque es un juicio
de Dios, a su vez es una advertencia, es un anuncio; por esto no acaba con toda
la tierra, sino con la tercera parte. Y claro que hoy podemos ver esta gran
verdad en el mundo. Las tormentas, los incendios forestales, la devastación de
la naturaleza siempre han hecho estragos, pero en los últimos años ha habido
un incremento de esta actividad en el mundo, y sin lugar a dudas aumentará,
a tal punto que la tercera parte de la tierra será destruida. Esto nos dice una
vez más que se hace necesario predicar el evangelio a la humanidad. Esta
verdad debe ser proclamada antes del final, no es tiempo de callar, la Iglesia
de Cristo aún está en la tierra, el mansaje de salvación sigue vigente, aún hay
esperanza, la Iglesia hoy más que nunca debe proclamar con pasión y fidelidad
la “BUENA NOTICIA”.

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