demostración a los alumnos (utilizando un láser, un espejo y humo de cigarro). A partir de esta demostración, pidió tareas específicas. En la otra, los alumnos llevaron a cabo un experimento para medir los distintos ángulos con que se desvían los rayos. En este caso, el profesor pidió a los estudiantes plantear sus propios problemas; posteriormente, indagó las ideas y predicciones que hacen los alumnos y les solicitó efectuar mediciones durante la actividad; al final, en discusión grupal, establecieron vínculos con la vida cotidiana, todo ello sin el uso de la tecnología disponible.