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AGUA Y TERRITORIO, NÚM. 9, pp.

11-21, ENERO-JUNIO 2017, UNIVERSIDAD DE JAÉN, JAÉN, ESPAÑA ISSN 2340-8472 ISSNe 2340-7743 DOI 10.17561/at.v0i9.3473

water and landscape

AGUA y TERRITORIO
La red social del abasto urbano: aguadores y fiadores
en Zacatecas, México (siglo XIX)
The Social Network of Urban Water Supply: Water Carriers
and Guarantors in Zacatecas, Mexico (XIX Century)
Evelyn Alfaro-Rodríguez
Universidad Autónoma de Zacatecas. Zacatecas, México. seven952000@hotmail.com

Resumen — Este artículo tiene el objetivo de estudiar a un grupo de individuos (en su mayoría hombres) que, desde el periodo fundacional del espacio minero zaca-
tecano, se dedicaron a llevar agua a las viviendas de los habitantes que tenían solvencia económica para pagar el costo por el acarreo del líquido. Esta
acción no era sencilla, la accidentada topografía del enclave minero y la distancia de los pozos, manantiales y arroyos que rodeaban el poblado dificulta-
ban la labor. Aunque no se cuenta con un registro de aguadores que date de 1546 (fundación del Real de Minas de Nuestra Señora de Zacatecas), se tienen
datos que reflejan su prolongada existencia desde finales del XVIII hasta terminar el siglo XIX. En este periodo, los denominados aguadores tuvieron que
realizar vínculos políticos y económicos no solo con la institución que los registraba, regulaba y organizaba: el Ayuntamiento; también se relacionaron con
un grupo denominado fiadores que otorgaban avales para que pudieran desempeñar su oficio. En este sentido, se pretende establecer una red social entre
ambos actores sociales.

Abstract — This article seeks to study a group of individuals (mostly men) during the early years of the Zacatecan mining era who supplied water to the dwellings of
the inhabitants able to pay them for such service. Given the rugged topography of the mining enclave and the distance of the wells, springs and streams
that surrounded the town, their work was no easy task. Although there is no record of water carriers dating to 1546 (when the Real de Minas de Nuestra
Señora de Zacatecas was founded), we have data from the late eighteenth century to the end of the 19th that suggests their long participation in the
trade. In this period, water carriers had to establish political and economic ties not only with the City Council that registered, regulated and organized
them; they also had to contend with the fiadores (guarantors) that bonded workers who performed this occupation. In this sense, the article aims to
show the development of a social network between both social actors.

Palabras clave: aguadores, fiadores, redes sociales, abasto urbano


Keywords: water carriers, guarantors, social networks, urban water supply
Información Artículo: Recibido: 5 septiembre 2016 Revisado: 6 febrero 2017 Aceptado: 17 abril 2017

© Universidad de Jaén / Seminario Permanente Agua, Territorio y Medio Ambiente (CSIC)

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Evelyn Alfaro-Rodríguez

INTRODUCCIÓN otorgado la posibilidad de establecer vínculos de dependencia, de


afectividad o de tributación entre vendedor y comprador.
El objetivo de este texto es estudiar a un grupo de indivi-
Lo anterior también se observa en el hecho de que el dueño
duos que contribuyeron al abastecimiento de agua de la ciudad
de la casa conocía el nombre del aguador “Trinidad”, quien lo
de Zacatecas, México, desde su periodo fundacional hasta muy
llamaba su “merced” o “amo” y a quien manifestó no tener inte-
entrado el siglo XX: los aguadores.
rés en ser objeto de ningún relato, artículo, pintura o fotografía,
A pesar de la importancia de este oficio, la historiografía, pues argumentaba que su función en la sociedad era tan común y
tanto la orientada al análisis de los gremios como la enfocada en poco relevante: “tan ansina que hasta es gana”7.
los usos sociales del agua y los sistemas de abasto y distribución,
El aguador se entendía a sí mismo como un elemento más
han abordado someramente a estos personajes. Se les ha otor-
gado un papel de poca relevancia y se ha dejado un vacío que de la sociedad que, a través de su trabajo diario, sobrevivía y
dificulta seguir sus huellas como actores sociales. Tuvieron una contribuía a mantener a su familia: “toda la mañana trabajo, en
participación activa no solo en los procesos de distribución del la tardecita acabo lo que no pude cumplir, y en la noche, con mi
líquido, sino también en su propia conformación, organización, muger y mis hijos, nos pasamos bien el rato”8. ¿Cómo era visto
vinculación con la sociedad y con el Ayuntamiento; y con los su- por el “amo”?
jetos que al finalizar el siglo XIX fueron los encargados de otorgar Para Frías Soto, el aguador era una persona acomedida, en-
avales para el ejercicio del oficio: los fiadores. tregada al trabajo, por lo regular buen compadre y no tan mal
La presencia de aguadores se remonta a tiempos antiquí- esposo; un individuo que pasaba la mitad de su existencia con el
simos. Durante la Edad Media el Cabildo fue la institución que chochocol a la espalda, como si fuese un símbolo de las penalida-
permitió la venta ambulante de agua a través de ellos. Utilizaban des de la vida. La otra mitad estaba semi-ebrio, pero sin “zozo-
carretones abotargados con cántaros para distribuir el líquido por bras” y accidentes. Un hombre que hacía de su miseria un escudo
las diferentes calles de los vecindarios y barrios. Los aguadores a sus necesidades, que eran tan pocas, igual que sus exigencias9.
obtenían el recurso de ríos, arroyos, manantiales, acueductos, Hacia 1880, Manuel Rivera Cambas realizó un retrato del
fuentes, pilas y pozos; agua que tomaban con cántaros y era aguador en México pintoresco, artístico y monumental10. Lo ubi-
transportada a hombros o caballerías1. có en el antiguo barrio de Santa Ana de la ciudad de México y
Matés Barco argumenta que en España esta actividad fue des- lo identificó como uno de los sujetos más característicos de ese
empeñada por individuos de baja clase social y pertenecientes a lugar “tan populoso” y donde constantemente faltaba el agua.
grupos marginales2. En México, a finales del siglo XIX su presencia Santa Ana era considerado como el barrio que albergaba los vicios
resultaba pintoresca dado que portaban un uniforme caracteri- y miserias de la capital y el personaje era visto como un individuo
zado por un delantal de cuero, gorra del mismo material estilo primitivo que tenía amistad con las cocineras, criadas y conocía
jockey y, sobre su espalda, con la ayuda de un mecapal, cargaban los secretos de cada casa pues su oficio le permitía introducirse
un cántaro redondo llamado chochocol. Para balancear el peso, en las cocinas, patios y “gabinetes de dormir” para dejar el agua
al frente, atado a otro mecapal, llevaban un cántaro de menores del baño: esto daba la posibilidad de testificar escenas privadas
proporciones con el que medían el agua que entregaban a los de familias11.
compradores3. Para el fotógrafo americano Henry William Jackson, el agua-
A la mirada de viajeros, esta apariencia resultó impactante, dor fue uno de los personajes que captó su total atención, no solo
la describieron sobre papel y representaron a través de fotogra- por lo pintoresco de su vestimenta, sino por la impresión que ge-
fías y pinturas4. En el capítulo “El aguador” del libro Los mexica- neraba en él su presencia en un periodo donde en otras naciones,
nos pintados por sí mismos5, hacia 1854 Hilarión Frías Soto ofrecía la distribución de agua se realizaba con grandes máquinas de va-
uno de los primeros relatos donde el protagonista central es este por, réservés y entubación perfecta por donde circulaban las aguas
personaje. De él menciona vaciar el agua en la azotehuela y co- potables12. Mientras, en centros urbanos como Guanajuato (Mé-
brar por el trabajo de ocho días colorines o patoles, granos que xico), la existencia de aguadores era una constante ante la falta
se pagaban como una especie de bonos y que, según el autor, de un adecuado sistema de abastecimiento de corte moderno13.
“su” aguador recibía con “una delicadeza no común, sin discusión En Zacatecas encontramos la figura del aguador desde tiem-
alguna y contemplándolos mil veces más legales que las libranzas pos inmemoriales: eran los individuos que acarreaban el agua has-
de un comerciante”6. ta las casas ante la falta de un sistema de distribución efectivo.
Este relato invita a reflexionar sobre las formas de conviven-
7 Idem.
cia que estos personajes desarrollaron a través de su oficio, pues 8 Idem.
es probable que sus cualidades laborales y personales les hayan 9 Ibidem, 3.
10 Rivera, 1883.
1 Matés Barco, 1999, 134. Matés Barco, 2015. 11 Ibidem, tomo II, 90.
2 Matés Barco, 1999, 135. Matés Barco, 2016. 12 De Cuéllar, 1941, 204.
3 Aréchiga, 2013, 94. 13 De acuerdo con Matés, el Sistema Moderno de Agua Potable se define como
4 Arroniz, 1858. García, 1950. un conjunto de elementos que se disponen para remediar los problemas de abas-
5 Frías y Soto, 1946, 3-6. tecimiento en las ciudades y que incluye innovaciones de carácter técnico, finan-
6 Ibidem, 2. ciero y organizativo originadas en la industrialización (Matés Barco, 2009, 33).

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La red social del abasto urbano: aguadores y fiadores en Zacatecas, México (siglo XIX)

El aguador zacatecano no solo tenía que lidiar con la constante de un sistema de corte clásico a uno moderno. En este sentido,
escasez del recurso, también debía asumir los estragos físicos que nuestro estudio está orientado a analizar los vínculos entre ac-
causaba la accidentada topografía y la lejanía de los puntos de tores que no estaban directamente relacionados o unidos por un
suministro del líquido. mismo atributo cultural, económico, social o político.
El término fiador se localiza en 1891, cuando la jefatura Para abordar este planteamiento, el texto se estructura en
política dispuso que todo individuo que tuviera la intención de tres partes. La primera desarrolla el proceso de asentamiento,
dedicarse al oficio de aguador o que ya lo desempeñara, debía abasto de agua y la presencia de aguadores; el segundo muestra
otorgar una fianza suscrita por dos personas honradas y convenci- la transición del sistema de corte clásico al moderno y la per-
das a satisfacción de la propia institución14. Esta persona tenía la manencia de los aguadores; el tercero, aborda el papel de los
obligación de dar fianza al aguador, mostrar conocerlo y destacar fiadores y el tipo de interacción social entre ambos sujetos; y,
sus cualidades físicas y morales pues debía referirse a él como finalmente, proporcionaremos algunas conclusiones.
una persona honrada y con un modo honesto de vivir.
El Reglamento de Aguadores del Distrito Federal de 1884, en DESCUBRIMIENTO, ASENTAMIENTO, ABASTO DE AGUA Y AGUADORES
su artículo 1.º señalaba que
La ciudad minera de Zacatecas fue fundada en 1546 a ins-
“Todo individuo que quiera dedicarse al servicio de aguador al ser- tancias de Cristóbal de Oñate (antiguo gobernador de la provin-
vicio del público, ocurrirá a la Secretaría del Gobierno del Distrito cia). Oñate encomendó a Juan de Tolosa explorar, descubrir y
presentando un papel de abono expedido por el dueño o encargado
conquistar espacios que no solo fueran abundantes en riquezas
de alguna casa de comercio o por alguna otra persona conocida y
acreditada de la ciudad, en que manifieste el tiempo que lleva de
minerales, sino que también contaran con áreas aledañas des-
conocer al interesado y cuál haya sido su conducta”15. tinadas a la agricultura y a la crianza de ganado, generando un
sistema simbiótico que consolidara los asentamientos y favore-
Aunque en el reglamento no se menciona como tal la figura ciera a los emisarios españoles en las cruentas batallas gestadas
del fiador o del individuo que otorgaba fianza a los encargados de con los aguerridos indígenas de la región (entre los que destacó el
realizar el oficio, queda claro que sus funciones tanto para el caso grupo chichimeca) que obstaculizaban el proceso de pacificación
zacatecano como para la ciudad de México eran las mismas: co- y colonización.
nocer al individuo, aseverar su honradez y buena conducta en un Los sujetos que conocían mejor el paisaje y el territorio eran
periodo donde la seguridad social y la buena policía se mostraron los propios indígenas y, en ese sentido, los peninsulares tenían
como prioridades de los gobiernos porfiristas. El aval de personas desventajas. Aunque no se debe olvidar que desde 1524 iniciaron
de conducta intachable era de suma relevancia para otorgar per- las inspecciones territoriales septentrionales de la Nueva España
miso, lo que mostraba orden y responsabilidad ante las acciones con el fin de indagar “los secretos” de aquellos lugares descono-
(buenas o malas) de estos personajes. cidos y localizar un “reino sumamente rico” que denominaron
¿Cómo establecer relaciones o interacciones con personas Amazonas. Después de un tiempo, y sin haber obtenido los resul-
de honradez que pudieran expedir una carta de conocimiento de tados esperados, los españoles tuvieron la única certeza de abrir
un individuo que quizás contaba con una distinta condición social? la “puerta de entrada hacia el misterioso y pretendidamente rico
Si —como mencionan Matés Barco e Iracheta— la actividad del septentrión”18.
aguador siempre estuvo desempeñada por individuos de baja cla- En 1529, el presidente de la Nueva Audiencia, Nuño Beltrán
se social16 que abastecían a los sectores marginados17, ¿a quién de Guzmán realizó una expedición de conquista al mando de 300
recurrir para conseguir el documento que avalara su conducta y españoles montados y armados, un centenar de españoles de “a
persona? Sobre estos planteamientos, se comprende que entre pie” y un contingente de indios auxiliares de lengua náhuatl que
un sujeto social y otro se tuvo que establecer o debió existir un sumaban entre ocho y doce mil hombres; esto dio por resultado
conocimiento previo que permitiera avalar u otorgar fianza para la conquista definitiva de las provincias de “Xalisco” y “Tepique”
desempeñar el trabajo. para después continuar por toda la costa rumbo al norte hasta
Las interrogantes se plantean en función de intentar desta- llegar a Culiacán19. Guzmán organizó una provincia que recibió el
car la importancia de las relaciones informales e interpersonales nombre de Nueva Galicia20.
de aguadores y fiadores, quienes tenían un rol específico en el Hacia 1541, un ejército comandado por el virrey Antonio de
marco normativo y social del proceso de abastecimiento de agua Mendoza, sofocó la rebelión indígena conocida como la Guerra
en la ciudad de Zacatecas de finales del siglo XIX, periodo que del Mixtón, hecho que pacificó y permitió la ocupación española
responde a la recopilación de fuentes documentales que permi- de la zona. En 1548 la provincia fue regida bajo el mando de una
tieron observar la permanencia de ambos sujetos en el tránsito Audiencia y la ciudad de Guadalajara adquirió la connotación de
ser el poblado neogallego más importante.
14 Archivo Histórico del Estado de Zacatecas (en adelante AHEZ), Jefatura
Política, Correspondencia general, Abasto de agua, 1891.
15 Archivo Histórico de la Ciudad de México (en adelante AHCM), Policía,
reglamentos y bandos, 1884, 1. 18 Álvarez, 2001, 241.
16 Matés Barco, 1999, 135. 19 Ibidem, 242.
17 Iracheta, 2001, 112. 20 Idem.

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Evelyn Alfaro-Rodríguez

En este contexto, el descubrimiento y conquista de Zaca- En Zacatecas, el abasto de agua fue un problema prioritario
tecas fue una de las grandes empresas españolas. De sus ricos para las autoridades debido a que el poblado constantemente pa-
yacimientos minerales se obtuvieron recursos que sufragaban los decía su escasez. La demanda de los pobladores sobre el recurso
gastos de la Corona. se subsanaba a través del sistema clásico que implicaba acarrear
En un primer momento, los peninsulares pensaron que el ha- el agua de los lugares más cercanos como el arroyo de Tlacuitla-
llazgo no tenía la posibilidad de establecer un emplazamiento pan, Chepinque, Montalvo y la Bufa; así como de los abundantes
sólido, su mentalidad se limitaba a “explotar” y “obtener la ma- escurrimientos que existían debajo de las tierras y que se junta-
yor cantidad de plata” sin permanecer en el sitio de forma defini- ban en las laderas o en el fondo de las barrancas y que brotaban
tiva21. Sin embargo, después de varias exploraciones, se observó en ojos de agua cristalina ubicados en el cerro de la Bufa, el Ver-
que los yacimientos mineros eran ricos y abundantes y decidieron gel, los Pocitos, la Cebada, los Santiagos y el Pedregoso25.
asentarse y comenzar un proceso de poblamiento rápido que qui- De estos puntos de suministro, el agua se llevaba y ofrecía en
zá no habría sido posible sin la experiencia adquirida de aquellos las fuentes públicas y se acarreaba a las viviendas por medio de
hombres que participaron en esta misión.
aguadores; además, en algunos hogares se almacenaba el agua de
Entre los primeros pobladores del real destacó la presencia pozos y se captaba el agua de lluvia en aljibes.
de lo más selecto de la sociedad neogallega: Cristóbal de Oña-
La accidentada topografía del centro minero hizo que el
te, Juan de Saldivar, Diego y Miguel de Ibarra, Baltasar Temiño
abasto y la distribución de agua fueran complicados, originando
de Bañuelos, Hernán Martel, Diego Fernández Proaño, Juan de
un alto costo en la inversión de obras de infraestructura hidráuli-
Tolosa, Francisco Pilo y Juan Díaz, encomenderos o parientes de
encomenderos que llevaron con ellos gente, indios de servicio y ca que hicieran eficiente el proceso, costos que el Ayuntamiento
recursos necesarios para poblar el lugar, lo que demuestra que no pudo solventar ante la falta de fondos públicos26.
este poblamiento no fue obra de pequeños aventureros, sino el En este panorama, la cobertura del agua fue la misma: uso
fruto de personajes que tenían la riqueza más destacada de todas de aguadores que acarreaban el líquido desde los citados puntos
en ese contexto: hombres para poblar22. de suministro para repartirlo por los distintos barrios.
La fama de la riqueza del real fue tan contundente que en Al finalizar el siglo XVIII el poblado alcanzaba un total de
1550 existían 34 mineros explotando minerales de sus propias ha- 24.972 habitantes27 distribuidos por los ochos cuarteles menores
ciendas; más de cien españoles allegados a estos; 80 ingenios de que integraban el espacio urbano. Para abastecerse del vital lí-
metales; 235 casas destinadas a esclavos indios y varias iglesias. quido, recurrían a las distintas fuentes y pilas instaladas en di-
Para 1554, el vecindario contaba con 300 jefes de casa, 1.500 ferentes puntos y, además, justo en ese momento, se edificó un
indios de servicio y una población flotante de españoles, indios acueducto (imagen 1) que iniciaba su recorrido en el sur, en el
y castas23. manantial y tiro de aguas copiosas llamado El Cubo y llegaba has-
¿Cómo entender el emplazamiento de un lugar cuyo único ta la fuente de la plaza de Villarreal (ahora jardín Independen-
discurso justificativo era la gran riqueza minera que albergaba en cia), considerada por los habitantes como el artificio que tenía el
sus entrañas? ¿de dónde se obtenían los productos que sostenían y agua más pura para beber28.
alimentaban a la población? ¿cómo tenían el agua necesaria para
beber y realizar las actividades cotidianas? Imagen 1. Acueducto de Zacatecas, ca. 1890
Durante siglos, en distintas partes del orbe, el abastecimien-
to de agua estuvo supeditado a un sistema de tipo clásico que
contaba con varios rasgos centrales: un consumo per cápita de 5
a 10 litros por persona al día (ahora lo equivalente a dos botellas
de agua para beber en presentación de 2,5 litros o dos garrafo-
nes de 6 litros); la presencia de suministros de agua colectivos
(acequias, acueductos) o individuales (pozos, aljibes); la carac-
terística lineal del sistema y la imposibilidad de cubrir todas las
fincas urbanas; escaso o nulo control de la calidad del líquido, y la
utilización del recurso en procesos de corte agrícola24.
Respecto a la cuestión técnica, el sistema tenía como base
la captación de agua sustentada en pozos, pilas, fuentes y el
aprovechamiento de las aguas pluviales; desde estos artificios, Fuente: Infante, 2007, 74.
el líquido se distribuía y transportaba por acueductos, acequias,
animales y aguadores.
21 De la Mota, 1966, 64. 25 Sescosse, 1991, 3-4.
22 Álvarez, 1990, 111. 26 Hurtado, 2011, 65-70.
23 Álvarez, 2001, 243. 27 AHEZ, Intendencia, gobierno, 1793.
24 Matés Barco, 1999, 37-41. 28 Vidal, 1959. Sescosse, 1991, 28.

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La red social del abasto urbano: aguadores y fiadores en Zacatecas, México (siglo XIX)

Esta fuente era bastante concurrida por los pobladores y DEL SISTEMA CLÁSICO AL MODERNO.
aguadores que, de acuerdo con el padrón de donativos de 178129, LA PERMANENCIA DE LOS TRADICIONALES AGUADORES
conformaban uno de los 11 gremios de la ciudad y estaba integra-
do por 49 personas de las cuales 23 eran mestizos, 13 indios, 10 Una de las principales dificultades para el abasto de agua en
españoles y tres mulatos30. territorio zacatecano fue la ubicación de los puntos de suminis-
tro. Los distintos proyectos que se realizaron para identificar la
A pesar de los planes de abastecimiento de agua que pro-
presencia del líquido refieren que este se localizaba a una distan-
pusieron los distintos gobiernos postindependientes, los aguado-
res permanecieron como uno de los gremios más importantes de cia considerable del centro urbano o “por debajo de la tierra” en
la sociedad. Hacia 1830, durante la administración de Francisco las minas aledañas.
García Salinas, se proyectó la edificación de obras hidráulicas con Ambas circunstancias implicaban la construcción de un sis-
capacidad de acaparar agua suficiente para combatir sequías, en- tema hidráulico que garantizara una adecuada distribución del
fermedades y el atraso económico; se mencionaba la existencia recurso y la inversión de considerables sumas monetarias que el
de aguas subterráneas abundantes que podían extraerse con má- Ayuntamiento no podía solventar.
quinas novedosas y el líquido sería conducido por distintos soca- El sistema más adecuado para abastecer de líquido a las po-
vones31. El proyecto se vislumbraba como algo novedoso y costos blaciones era el moderno, caracterizado por: 1) un elevado con-
elevados, circunstancia que imposibilitó su concreción. sumo per cápita que llegó a alcanzar cotas inigualables hasta ese
En 1834, Carl de Berghes mencionaba que la serranía de momento, superando en ocasiones los 250-300 litros por habitan-
Zacatecas resentía la escasez de agua, por lo que los habitantes te y día; 2) predominio de redes de uso colectivo; 3) nueva tec-
debían surtirse de los desagües de las minas que eran conduci- nología: redes de agua, servicios generalizados a la totalidad del
dos por acueductos que desembocaban en la fuente de la plaza término municipal, calidad controlada y rasgos novedosos como
principal (imagen 2), de los aljibes y cisternas que había en varias el “agua a presión”; 4) la variable organizativa; y 5) la especiali-
casas donde se recogía el agua de lluvia, así como de norias y tiros zación en el suministro de agua34.
de minas donde los aguadores recogían el líquido para conducirlo En Zacatecas, la proyección de un servicio de corte moderno
a las viviendas32. se vislumbró a mediados del siglo XIX, cuando distintas empre-
Con la recurrente falta del recurso, la práctica de los agua- sas privadas pretendieron realizar los trabajos hidráulicos que el
dores se hizo cada vez más necesaria y a mediados del siglo XIX Ayuntamiento no podía solventar. De 1884 a 1910 se presenta-
se detentaban como un grupo consolidado, lo que se aprecia en ron ocho iniciativas que querían la concesión del ramo de aguas
el hecho de haberse emplazado en un callejón denominado de y en cuyos contratos ofertaban poner en marcha el sistema de
los “Aguadores”, localizado al nor-este del poblado y punto de distribución moderno a través de reformas hidráulicas de gran
referencia para delimitar la novena sección del cuartel tres y la envergadura35.
onceava del cuartel cuatro del municipio33.
Entre un sistema y otro hubo una transición que evidenció
Imagen 2. Fuente de la plaza principal y tianguis de Zacatecas, ca. 1834 las carencias organizativas y económicas de las instituciones en-
cargadas del abasto de agua, lo que conminó a la coexistencia
de aguadores, fuentes públicas, pozos, aljibes y agua pluvial con
tomas de agua en las viviendas.
Como en varias ciudades del orbe, en Zacatecas los agua-
dores fueron regidos por el órgano municipal, institución que en
1872 mandó “abrir” este oficio y en 1891 reformó algunas medidas
del primer estatuto que les otorgaba organización normativa36.
Con la finalidad de establecer medidas preventivas que evi-
taran los abusos cometidos por los aguadores, se dispuso que todo
individuo dedicado a este oficio otorgara una fianza suscrita por
dos personas “honradas” y “convincentes” a satisfacción de la je-
fatura y exhibiera dos fotografías de su persona, una de ellas per-
manecería en el archivo y otra sería adherida a la matrícula del
Fuente: Nebel, 1963. interesado, que debía portar de forma obligatoria y presentarla a
toda persona que lo solicitara37. El documento era la licencia ofi-
29 Este padrón se levantó por órdenes de Carlos III con la finalidad de re- cial que permitía ejercer el oficio de manera regular, instrumento
cabar donativos para solventar la guerra contra Inglaterra. En él se muestra la
división de la ciudad y es uno de los pocos documentos del periodo que registran que garantizaba su persona y trabajo y ayudaba a mantener el
los gremios de artesanos (AHEZ, Ayuntamiento, padrones y censos, 1, 1781). Este control del grupo.
documento ha sido analizado por Olmedo, 2009.
30 Olmedo, 2009, 64. 34 Matés Barco, 1999, 42.
31 Candelas, 2010, 937-953. 35 Alfaro, 2013.
32 AHEZ, Biblioteca, 1834. 36 AHEZ, Jefatura Política, Correspondencia general, Abasto de agua, 1891.
33 AHEZ, Ayuntamiento, estadísticas, 1, 1850. 37 Idem.

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Evelyn Alfaro-Rodríguez

Tabla 1. Aguadores y fiadores, 1887


Número Número
de Aguador Fiadores de Aguador Fiadores
fianza fianza
1 Jacinto Muro Agustín Chávez y Pascual Martínez 61 Herculano Ramírez
2 Agustín Macías Prisciliano Ávila y Fernando Ortiz 62 Severiano Arellano
3 Vicente Hernández Vicente López y Nazario Espinoza 63 Guadalupe Ruiz
4 Quirino Hernández Guillermo Garibay y Lucio Lezama 64 Remigio Hernández
5 Agustín Núñez Ireneo Berches y Bernardo Moreno 65 Miguel Tristán
6 Procopio Torres Margarito Salas y Pedro Aguilera 66 Blas Alamillo
7 Margarito Núñez Ireneo Vilchiz y Bernardo Moreno 67 Onofre Torres
8 Maximino Zamarripa Rafael Márquez y Bernardo López 68 Juan Medina
9 Luis Flores Donaciano Hurtado y Bernardo Belmontes 69 León Reyes
10 Cenovio de Ávila Refugio Ortega y Gregorio López 70 Miguel Escobedo
11 Gabriel Gallegos Guilevaldo L. del Castillo y Atanacio Reyes 71 Carmen Ramírez
12 Pablo Rodríguez Lino Almeida y Margarito García 72 Blas Bermúdez
13 Cecilio Díaz Miguel Oqueda y Valeriano Zesati 73 Vicente Castañeda
14 Margarito Hernández Máximo Navarro y Santos Martínez 74 Merced Vega
15 Miguel Muñoz Narciso Flores y José Mª Gómez 75 Julián Castro
16 José Mª Pinedo Pilar Arroyo y Juan Villalpando 76 Apolonio Hernández
17 Pascual Sánchez Miguel Macías y Cayetano Basurto 77 Feliciano Velásquez
18 Sebastián Robles Jesús Gallegos y Gregorio Herrera 78 Faustino Ramírez
19 Herculiano Trejo Esteban Martínez y Prajedio Campos 79 Francisco Macías
20 Julián Ovalle Francisco Carvajal y Francisco Acosta 80 Pablo Torres
21 Luz García Bonifacio Cabral y Domingo Carlos 81 Gerónimo Rivas
22 Diego Sosa Esteban Martínez y E. Valdez 82 Pedro Hernández
23 Lino Velázquez Bernardo Moreno y N. Flores 83 Florentino Lozano
24 Dolores Rodríguez Bernardo Moreno y Félix Silva 84 Pedro Rodríguez
25 Victoriano de León Jesús Ramírez y J. Zamora 85 Macario Hernández
26 Francisco Sosa Esteban Martínez y Espiridión Valadez. 86 Jesús Villegas
27 Felipe Marmolejo Mel. Ortiz y Mel. Preciado 87 Anastacio Espinoza
28 J. Isabel Torres Mel. Torres y M. Aguirre 88 Valentín del Haro
29 Cleofás Trejo Agapito García y J. Ramírez 89 José Mª Ortiz
30 J. Manuel Barragán Rafael Sandoval y Miguel Carreón 90 Francisco Macías
31 Julián Martínez Dr. Iesi y Elías Amador 91 Rafael Rivas
32 Jesús Ramírez Antonio Domínguez y Miguel Nava 92 Tomás Ibarra
33 Tranquilino Moreno 93 Miguel Pérez
34 Manuel Gutiérrez 94 Manuel González
35 Feliciano Mejía 95 Tiburcio Serna
36 Ramón Chávez 96 Marcos Loera
37 Isidoro Acevedo 97 José Muñoz
38 Sotero Macías 98 Pánfilo Hernández
39 Sabás Ramírez 99 Ascensión Esparza
40 José Mª Flores 100 Juan Berumen
41 Germán Rincón 101 Carlos Díaz de la Rosa
42 Miguel Sustaita 102 Tomás Torres
43 Eugenio Romero 103 Mauro Hernández
44 Marcelo Ávila 104 Juan de Ávila
45 Domingo Montoya 105 Magdaleno Rincón
46 Marcial Álvarez 106 Margarito Márquez
47 Casildo de Ávila 107 Ref. Baldoví
48 Severo Gámez 108 Anselmo Hernández
49 Faustino López 109 Marcelino González
50 Ventura Romero 110 Marcos Ortiz
51 Domingo Bernales 111 Ascensión de Ávila
52 José García 112 Juan Bautista Ramírez
53 Teodosio González 113 Plutarco Alva
54 Felipe de la Rosa 114 Antonio Herrera
55 Concepción Hernández 115 Vicente Loera
56 Bonifacio Burgos 116 Anastacio Olague
57 Victoriano Quirós 117 Miguel Olague
58 Nicanor Camarillo 118 José Marmolejo
59 Igno. García 119 Rafael Vázquez
60 Leonardo Padrón 120 Valentín Gallegos
Fuente: AHEZ, Jefatura Política, Fianzas, 1887.

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La red social del abasto urbano: aguadores y fiadores en Zacatecas, México (siglo XIX)

La policía municipal estaba encargada de mantener el orden, Imagen 3. Constancia de aguador, 1891
prevenir delitos y aprehender a los individuos que los cometieran.
En el caso de los aguadores, si estos no mostraban su matrícula
a los gendarmes, quedaban expuestos a que se les detuviera e
impusiera una multa. Bajo el discurso político de resguardar el
orden y prevenir los delitos cometidos por el gremio, la autoridad
municipal llevaba un registro de todos aquellos que se dedica-
ran a acarrear las aguas a las viviendas, lo que indica que estos
hombres debían pagar un tipo de “impuesto” para ser aguadores
oficiales.
En este contexto, hubo quienes mostraron su resistencia a
registrarse y a portar matrícula, obligando a la autoridad muni-
cipal a “prohibir que las personas que ocuparan esta clase de sir-
vientes, exigieran sus documentos y denunciaran ante los agentes
a todos aquellos que no las portaran”. Además, se recomendaba
recurrir a los que sí las tuvieran pues solo así se les garantizaría
la correcta entrega del recurso38.
Para 1887, estaban registrados 120 aguadores, de los cuales
solo 32 contaban con sus dos fiadores como se establecía y 78
quedaban en incumplimiento (tabla 1). Fuente: AHEZ, Jefatura Política, Fianzas, 1891

Las modificaciones realizadas al ejercicio de aguador en ficación en caso de que los fiados (aguadores) cometieran actos
1891 estaban orientadas a establecer el control del oficio e im- ilícitos como cobros excesivos del acarreo del líquido, faltas a la
plementar su correcto funcionamiento. Sin embargo, no se hacía moral, falta de limpieza e higiene tanto de su persona como de
ninguna referencia a la calidad del producto entregado a domici- sus instrumentos de trabajo, y la ausencia de lavado de las fuen-
lio; esto es de destacarse ya que estamos hablando de un periodo tes de donde tomaban el líquido42. Aunado a estas indicaciones,
donde los descubrimientos bacteriológicos indicaban que la con- los aguadores, para obtener el derecho a repartir el agua por
taminación e impureza de las aguas eran las principales causas los distintos barrios de la ciudad, debían pagar una cuota por su
de padecimientos. Al respecto, las tasas de mortalidad que se registro, aunque no se especifica si era en una sola exhibición,
presentaron en la capital zacatecana se vincularon con la ingesta mensual o anual.
de líquido: diarreas y enteritis39.
Para el “correcto” desempeño de su oficio, los aguadores
Además del aval de los fiadores, la matrícula o constancia se sujetaron a una serie de ordenanzas municipales que si bien
de los aguadores debía tener datos específicos que señalaran los estaban encaminadas a salvaguardar las garantías del público,
rasgos físicos de los individuos: estatura, edad, color, ojos, barba, también indicaban que obtener el permiso era una de las formas
boca, nariz, señas particulares, una fotografía que lo identificara que instituyó el Ayuntamiento para recaudar fondos monetarios.
y el sello de la Jefatura Política que legitimaba su práctica (imá- En tal sentido, la institución municipal, para tener el control de
genes 3 y 4)40. ese oficio, estableció como mecanismo de coerción que ninguna
Tales cuestiones también se encuentran en la ciudad de persona comprara el líquido a los individuos que no tuvieran dos
Oaxaca, donde el Reglamento de Aguadores de 1903 enunciaba en fiadores y mostraran su aval43.
su primera página los elementos que debía contener la patente Si bien se popularizó la idea de que algunos aguadores “te-
otorgada por el H. Ayuntamiento:
nían la osadía de estornudar sobre las fuentes y escupir sobre
“Aguador, patente número; C… que viven en…lo abonó el C… con
los cántaros, meter sus manos sucias en las pilas, fuentes, po-
certificado de conducta, siendo su fiador el C… que vive en… Oaxa- zos, manantiales y arroyos, dañando la salud de la población”44,
ca de Juárez…; filiación; patria; lugar de nacimiento; edad; estado es cierto que no todos los individuos tenían la orientación y el
civil; ojos; nariz; boca; pelo; barba; estatura; color; señas parti- conocimiento claro acerca de que sus prácticas comunes contri-
culares…”41 buían a contaminar las aguas que acarreaban. No obstante, con
estos argumentos, la autoridad municipal introdujo el mito del
Las autoridades municipales, bajo el discurso de “prestar al aguador como un personaje sucio que con su trabajo acarreaba
público las garantías necesarias” en el oficio de aguador, dicta- enfermedades, motivo por el cual, la población debía comprar el
minaron establecer los rasgos físicos como elementos de identi- líquido a todos aquellos que contaran con el aval de personas de
38 Idem. calidad moral y de la propia institución municipal, lo que lleva a
39 Martínez, 2011, 177.
40 AHEZ, Jefatura Política, Fianzas, 14 de agosto de 1891.
41 Reglamento a que se sujetan los que se dediquen al ejercicio de aguadores 42 AHEZ, Jefatura Política, Fianzas, 1896.
en esta capital, acordado por el H. Ayuntamiento de la misma y aprobado por el 43 AHEZ, Jefatura Política, Correspondencia general, Abasto de agua, 1891.
Superior Gobierno del Estado, 1903, 2-3. 44 AHEZ, Ayuntamiento, Actas de cabildo, 22, 1880-1886.

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Imagen 4. Aguador, 1895 finalizando en 1916. Para el primer año, se tienen un total de
106 fianzas de aguadores; en 1906 se presentaron 224, a las que
se agregaron 202 que abarcan del año 1907 a 1914, es decir, que
para el último año se contaba con 426 fianzas del oficio; mientras
que en 1916 se tiene el registro de 8146.
De acuerdo con el censo del estado de Zacatecas de 1895, la
ciudad tenía una población de 39.912 habitantes47, de los que 86
se dedicaban al oficio de aguador: 84 hombres y dos mujeres48:
estamos hablando del 0,2% de individuos dedicados a acarrear
agua a las viviendas, algo que permitiría pensar que el abaste-
cimiento de agua en el centro minero se desarrollaba de mane-
ra regular y estaba basado en un sistema de corte moderno. Sin
embargo, esto podría no ser así si tomamos en cuenta los datos
anteriores y la frecuencia con que los habitantes recurrían a las
distintas pilas y fuentes establecidas en diferentes puntos de la
ciudad y al propio hecho de que muchas viviendas contaban con
pozo o aljibe para almacenar las aguas.
Siguiendo con los datos oficiales y tratando de mostrar un
México en cifras, el censo de 1900 arrojó un total de 34.438 ha-
bitantes en la capital zacatecana de los que 90 se identificaron
como aguadores: 81 hombres y 9 mujeres49 (imagen 5), es decir,
el 0,26% de la población estaba dedicado a este oficio. Una cir-
cunstancia que difiere de los datos registrados por la corporación
municipal, algo que podría suponer que las estadísticas oficiales
estaban orientadas a presentar un México próspero, moderno y a
la vanguardia, alterando los datos, en este caso, del número de
aguadores.
En 1895, la Jefatura Política proyectó remover la antigua
fuente de Villarreal para ampliar y embellecer el jardín que la
modernidad demandaba. Ante el hecho, las aguadoras interpusie-
ron un ocurso en el ayuntamiento bajo la organización denomina-
da María Refugio de Ávila y socias. En su texto, las mujeres ma-
nifestaban que remover la fuente perjudicaría el servicio público
y a su propio oficio, quitándoles la posibilidad de ofertar agua
de buena calidad y ganar unos centavos. El dictamen estableció
conservar la fuente para el abastecimiento de agua potable y
Fuente: AHEZ, Jefatura Política, Fianzas, 1895. aumentar el número de llaves que se tenían hasta ese momento
con la finalidad de establecer una mejor organización entre los
establecer el cuestionamiento: ¿control sanitario y garantías para aguadores y mayor rapidez en el llenado de sus recipientes50.
la población o control social y económico?
En 1899 se llevó a cabo el padrón de la municipalidad de
Al respecto, las recomendaciones de los estatutos de 1872 y Zacatecas, que manejaba las siguientes variables: nombre, edad,
las reformas de 1891 dictaron órdenes y exigencias de obediencia estado civil, oficio o profesión, si sabe o no leer y el cuartel donde
que trazaron ejes de lo permitido y lo prohibido45 desde la auto- habitaba cada persona. A pesar de que este padrón tiene hojas
ridad municipal. Por su parte, los registros de aguadores fueron ilegibles, se pudieron rastrear 59 individuos dedicados al oficio
los instrumentos fundamentales para controlar las prácticas en de aguador, de los cuales nueve oscilaban entre los 16 y 30 años;
el acarreo de las aguas y de las personas que realizaban este 20 entre 31 y 40; 15 entre 41 y 50; 11 entre los 51 y 60; y cuatro
oficio, oficio que se fue regularizando de manera paulatina, pues entre los 61 y 70. De esta muestra de aguadores, 38 eran casados,
no debió ser sencillo encontrar a dos fiadores que no solo avala- 12 solteros y nueve viudos51.
ran el trabajo sino que se responsabilizaran de las acciones y del
comportamiento individuales del fiado (el aguador). 46 AHEZ, Ayuntamiento, Padrones y censos, 1899.
47 Peñafiel, 1899.
Uno de los documentos que cuenta con información comple- 48 Ibidem, 49.
ta sobre aguadores y fiadores es el Registro de Aguadores de 1899, 49 Peñafiel, 1902, 16.
el cual presenta un salto cronológico de este año hasta 1906, 50 AHEZ, Ayuntamiento, Actas de Cabildo, 25, 1895.
51 Archivo Histórico Municipal de Zacatecas (en adelante AHMZ), Ayunta-
45 González, 1995, 436. miento, Padrones y censos, 1899.

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La red social del abasto urbano: aguadores y fiadores en Zacatecas, México (siglo XIX)

Imagen 5. Aguadoras alrededor de la fuente de Villarreal, ca. 1890 Imagen 6. Aguador con botes de hojalata, 1895

Fuente: Infante, 2007, 33. Mujeres aguadoras organizadas con sus cántaros ro-
deando la fuente para tomar el líquido, vigiladas por un pilero que se encargaba
de resguardar el orden y que en algunas ocasiones cometía abusos injustificables
contra ellas pues las trataba a “chicotazos” como si fueran bestias de carga52.

Por las edades que detentaban, podemos observar que su


condición física aún les daba la posibilidad de acarrear las aguas
por las distintas calles y callejones del poblado, subir y bajar
cuestas y adaptar formas de carga acordes con la modernidad
del momento, pues pasaron del cántaro de barro a los botes de
hojalata, uno en cada lado y amarrados a un palo para equilibrar
el peso (imagen 6).
El Archivo Histórico del Estado de Zacatecas cuenta con una Fuente: AHEZ, Jefatura Política, Fianzas, 1895.
subserie documental denominada “Fianzas” que alberga expe-
En mayor o menor medida, la constante presencia de agua-
dientes que manifiestan el número de aguadores y sus respectivos
fiadores. Aunque es posible que los documentos se encuentren dores en el entorno urbano zacatecano indica que la puesta en
incompletos y no exista una continuidad en los años, se pudieron marcha del sistema de distribución de agua de tipo moderno no
obtener los datos presentados en la tabla 2. fue inmediata. De acuerdo con Eugenio del Hoyo, entre 1920 y
1940 no había servicio de agua entubada en todas las casas y
cuando no se prestaba un servicio eficiente, los pobladores se ser-
Tabla 2. Aguadores y fiadores, finales del siglo XIX
vían de los ancestrales aguadores, quienes —a su vez— se surtían
Año Aguadores Fiadores de los veneros ubicados alrededor de la ciudad53.
1888 74 148
1891 167 334 FIADORES Y RED SOCIAL DEL ABASTECIMIENTO URBANO DE AGUA
1895 80 160
A mediados del siglo XIX, una de las principales preocupa-
1897 58 116
ciones de los órganos municipales fue establecer una normativa
1899 53 106
que controlara la práctica de distintos oficios, entre ellos, el del
Fuente: AHEZ, Jefatura Política, Fianzas, 1888-1900. aguador. Con la finalidad de evitar que estos personajes abusaran
de los compradores del líquido o cometieran algún acto ilícito que
Durante los años registrados, todos los aguadores presenta-
fuera en contra de la moral, se dictaminó que para desarrollar
ron a sus fiadores. Además, la mayor parte de los documentos
este ejercicio, cada aguador debía contar con el respaldo de dos
indican los rasgos físicos de los fiados en cumplimiento con las
personas de “honradez” y “convincentes” ante la autoridad.
ordenanzas establecidas por el órgano municipal, que mantenía
un estricto control de la práctica del oficio. La figura jurídica del fiador garantizaba el buen comporta-
miento y las obligaciones de los aguadores y quedaba obligado a
52 Hemeroteca Pública Mauricio Magdaleno (en adelante HPMM), El observa-
dor zacatecano. Semanario político, de literatura y variedades, 1897, 3. 53 Del Hoyo,1996, 3.

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responder por las faltas de cualquier clase que cometiera el fiado su posición fue central, pues sin su apoyo los aguadores no podían
al realizar su oficio. realizar el oficio. Aunque cabe recordar que hubo quienes estu-
El fiador ejercía una fianza de tipo civil, por lo que se regía vieron fuera de las disposiciones municipales y lo ejercieron. En
bajo el Código Civil y tenía el beneficio de excusión. Dicho bene- este sentido, vale la pena cuestionar ¿quiénes ocupaban una posi-
ficio indicaba que el fiador, si se presentaba el caso, no podía ser ción central y una posición periférica en la red del abasto urbano?
embargado mientras el aguador tuviera bienes suficientes para Como hemos visto, los aguadores estuvieron presentes desde
garantizar el pago. Sin embargo, en los documentos estudiados, el periodo fundacional del centro minero; el oficio fue fundamen-
los fiadores expresaron su renuncia al beneficio de excusión que tal tanto en el sistema de abastecimiento clásico como moderno,
otorgaba el artículo 1841 del Código Civil, lo que indicaba que en pudiendo comprobarse con su permanencia. A partir de la dispo-
caso de incumplimiento del fiado, se comprometía a pagar por sición municipal de regular el oficio a través de dos fiadores, los
él sin que se procediera primero contra los bienes del aguador. aguadores dependían de la voluntad y, en ocasiones, del dinero
A partir de 1888, los fiadores respondían por los aguadores hasta de sus responsables para realizar su trabajo, lo que posibilitó la
una suma monetaria fijada. Hubo quienes expresaron la cantidad construcción de una red de abasto urbano del agua.
de 20, 25, 40, 45 y 50 pesos.
Si bien la totalidad de los expedientes no arroja datos com-
pletos sobre la profesión u ocupación de los fiadores, se observa CONCLUSIONES
que contaban con la solvencia económica para respaldar a sus
En este texto se estudió a dos grupos de actores que a me-
fiados. En este sentido, vale la pena preguntarse ¿qué beneficios
diados del siglo XIX conformaron una red social del abasto urbano
se adquirían al responsabilizarse de las acciones de los aguadores?
del agua: aguadores y fiadores. Su red social estuvo conectada
Entre los fiadores encontramos comerciantes, maiceros, car- entre sí por un interés común: el abasto y distribución del agua
niceros, curtidores, lecheros, silleros, carpinteros, talabarteros, en contextos donde prevaleció la escasez del recurso debido a
personas encargadas de llevar a cabo otros oficios comunes en el la falta de un sistema adecuado que facilitara la distribución del
centro urbano y cuya práctica requería de agua constante para líquido en el poblado.
desarrollar sus actividades comerciales; abasto de líquido que
confiaban a los aguadores y no a los proyectos de corte moderno Este artículo es una ventana abierta para los interesados
que fueron puestos en marcha hasta entrado el siglo XX. en estudiar a los miembros que integraron el oficio de aguador,
gremio que, a pesar de su importancia en el abasto de agua ur-
Por su parte, agricultores, abogados, propietarios, militares,
bano, ha sido dejado de lado, lo que sin duda puede atribuirse
profesores, empleados públicos, particulares y federales también
a la escasa documentación que dé cuenta de ellos. Sin embargo,
fueron fiadores de aguadores y, en varias ocasiones, tenían más
resulta pertinente que se reconstruyan las relaciones concretas y
de un fiado, lo que garantizaba el abasto continuo del líquido en
específicas encaminadas a proveer de agua los poblados.
sus viviendas y distintas propiedades urbanas. Tal es el caso del
militar Vicente Urista, quien a finales del siglo XIX era uno de los
principales arrendatarios de la ciudad54. BIBLIOGRAFÍA
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