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América Latina
y el Caribe11
Una contribución esencial
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Este capítulo está basado en el trabajo de Soledad Parada, Consultora de FAO.
12
Vigésima Séptima Sesión de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, informe del Relator Especial sobre Derecho a la
Alimentación, presentada por el Sr. Jean Seigler, de acuerdo con la Resolución 2000/10 de la Comision sobre Derechos Humanos.
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
Tabla 4.1
Pobreza y desnutrición en América Latina y el Caribe
Proporción de
desnutrición en la
población total
AMÉRICA LATINA 13 13 11
Y EL CARIBE
NORTE AMÉRICA 4 5 5
México[3] 8.0 4 5 5
AMÉRICA CENTRAL 20 17 20
Costa Rica[3] 6.9 8 6 5
El Salvador[3] 17 12 14
Guatemala[4] Si 16.0 18 14 25
Honduras[4] Si 23.8 31 23 21
Nicaragua[4] Si 82.3 26 30 29
Panamá[3] 7.6 21 19 18
EL CARIBE 20 26 25
Cuba[3] Si 4 5 13
República Dominicana[4] <2 25 27 26
Haití[5] Si 48 64 50
Jamaica[3] <2 10 14 9
Trinidad y Tobago[3] 12.4 6 13 12
SUDAMÉRICA 14 14 10
Argentina[1] - - -
Bolivia[4] Si 14.4 26 26 23
Brazil[3] 9.9 15 13 10
Chile[2] <2 7 8 4
Colombia[3] 14.4 22 17 13 NOTAS: la población desnutrida
Ecuador[3] Yes 20.2 11 8 5 en 1998-2000:
Guyana[3] <2 13 19 14 [1] <2.5 por ciento de desnutridos
[2] 2.5–4 por ciento de desnutridos
Paraguay[3] 19.5 13 18 14
[3] 5–19 por ciento de desnutridos
Perú[3] 15.5 28 40 11
[4] 20–34 por ciento de desnutridos
Suriname[3] 18 12 11
[5] 35 por ciento de desnutridos
Uruguay[2] <2 3 6 3 Una línea de pobreza es equivalente a:
Venezuela[4] 15.0 4 11 21 a) US$ 1.08 (1993 PPP US$); b) Los datos
se refieren a la información más reciente
disponible durante el período especificado.
Fuente: FAO, El Estado Mundial de Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2002.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
203
Una Contribución esencial
décadas, y hoy cerca de un cuarto de la población total vive en el área rural. Esta
proporción necesita incrementarse a fin de incluir a la población urbana de los centros
municipales, en áreas predominantemente rurales, cuya actividad está relacionada a la
agricultura y que están en las mismas condiciones y tienen los mismos problemas que
el resto de la población rural.
Figura 4.1
Porcentaje de la población rural en América Latina y el Caribe 1970–2000
45 42.6
38.6
40
34.7
35
31.8
29
30 26.7
25.1
25
20
15
10
0
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000
Migración
La migración continúa en la región y participan principalmente mujeres como parte
de una estrategia de subsistencia familiar y mujeres jóvenes como una estrategia
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
La población indígena
La amplia composición étnica de la población no siempre se considera cuando se
planifican políticas para superar la pobreza y fomentar la seguridad alimentaria. Unos
400 grupos étnicos viven en las áreas rurales y urbanas de América Latina y el Caribe,
cada uno con su propia cultura, lenguaje, organización social, visión mundial, sistema
económico y procedimientos productivos adaptados para este ecosistema. La
población indígena es particularmente numerosa en Bolivia, Ecuador, Guatemala,
México y Perú y personas de descendencia africana y afro-latinoamericana y afro-
caribeña constituyen cerca de un tercio de la población de la región, viviendo
principalmente en Brasil, Colombia y Venezuela y en los países del Caribe.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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Una Contribución esencial
Pobreza rural
Todos los países en la región tienen un rasgo común a pesar de su gran diversidad y
es que una vasta proporción de su población, especialmente rural, vive en pobreza.
Como se señala en la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial,
“la pobreza es una causa importante de la inseguridad alimentaria, y el progreso
sostenible en su erradicación es fundamental para mejorar el acceso a los alimentos.”
La declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el
Programa Mundial de Alimentos en la Conferencia sobre el Financiamiento para el
Desarrollo en Monterrey en el 2002 aún sostienen que la verdad, "si no se aumentan los
fondos destinados a combatir el hambre y la pobreza en el mundo, seguirán en pie los
obstáculos capitales para el desarrollo humano y económico.” (FAO/WFP/IFAD 2002).
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
FUENTE:
Recuadro 4.1 MÉTODO UTILIZADO PARA LA MEDICIÓN DE LA POBREZA
CEPAL, Panorama Social
de América Latina y el
No existe una definición universal o método para definir la pobreza, su medición comprende dos Caribe 2000-2001.
Santiago-Chile. 2001.
etapas: (i) identificación de los pobres y (ii) inclusión de la pobreza dentro de una medición sintética.
La primera etapa define un umbral, que se refiere a la línea de pobreza, la cual identifica la
población cuyo ingreso per cápita es menor que el costo de un canasto de bienes para satisfacer sus
necesidades básicas. Por su parte, la agregación se lleva a cabo seleccionando un indicador que
considere los déficit de ingreso de las personas con relación al valor de la línea de pobreza.
Las estimaciones de la magnitud de la pobreza utilizadas por la CEPAL se realizan por medio del
método del costo de las necesidades básicas, basado en el cálculo de líneas de pobreza. Estas líneas
dan cuenta del ingreso mínimo necesario para que los miembros de un hogar puedan satisfacer sus
necesidades esenciales. La línea de pobreza de cada país y zona geográfica se estima a partir del
costo de una canasta básica de alimentos que cubre las necesidades nutricionales de la población,
tomando en consideración sus hábitos de consumo, la disponibilidad efectiva de alimentos y sus
precios relativos. Al valor de esta canasta se suma luego una estimación de los recursos requeridos
por los hogares para satisfacer el conjunto de las necesidades básicas no alimentarias.
Respecto de las fuentes de información, los datos sobre el ingreso de las familias provienen de las
encuestas de hogares realizadas por los respectivos países. Estos datos son corregidos tanto por la
falta de respuesta a algunas preguntas sobre el valor de los ingresos –en el caso de los asalariados,
trabajadores independientes y jubilados– como los probables sesgos por sub-declaración. Esto
último se efectúa contrastando las partidas de ingreso de la encuesta con las provenientes de una
estimación de la cuenta de ingresos y gastos de los hogares del Sistema de Cuentas Nacionales
(SCN), elaborada para estos propósitos a partir de información oficial. El concepto de ingreso
utilizado es el constituido por los ingresos del trabajo asalariado (monetarios y en especie), del
trabajo independiente (incluidos el auto-suministro y el valor del consumo de productos producidos
por el hogar), las rentas de la propiedad, las jubilaciones y pensiones y otras transferencias recibidas
por los hogares. En la mayoría de los países, el ingreso de los hogares incluye, además, un valor o
imputación por concepto de arriendo de la vivienda cuando ésta es habitada por sus propietarios.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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Una Contribución esencial
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
Tabla 4.3
Acceso a la salud y medidas sanitarias en algunos países
que han sido seleccionados en América Latina y el Caribe
Países Sanamiento adecuado Agua potable Servicios de salud
(1990–1997)a/ (1995)b/ (1985–1995)c/
Urbano Rural Urbano Rural Urbano Rural
Bolivia 74 37 88 43 77 52
Brazil 80 30 80 28 n.a. n.a.
Chile 90 99 47 n.a. n.a.
Colombia 97 56 90 32 n.a. n.a.
Costa Rica 95 70 100 99 100 63
Ecuador 95 49 81 10 70 20
Guatemala 95 74 97 48 47 25
Honduras n.a. 57 91 66 80 56
Nicaragua 34 35 93 28 100 60
Panama n.a. n.a. 99 73 95 64
Paraguay 65 14 70 6 90 38
Perú 89 37 91 31 n.a. n.a.
República Dominicana 76 83 88 55 84 67
Trinidad y Tobago 99 98 100 88 100 99
Venezuela 64 30 79 79 n.a. n.a.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
La feminización de la pobreza
y estrategia de sobrevivencia de las mujeres rurales
No existe información estadística desagregada por género para diferenciar el ingreso de
hombres y mujeres, debido a que en las encuestas de hogares se toma en cuenta el ingreso
familiar total. Sin embargo algunas fuentes indican que la pobreza afecta principalmente a las
mujeres. Un estudio de Köbrich y Dirven identifica la falta de acceso a los activos y la
disparidad en el control de los mismos como factores críticos
asociados a la pobreza rural en América Latina.
Los autores indican que la disparidad en los activos y el control
se basa en estudios que revelan que la pobreza impacta
principalmente a las mujeres, a los jóvenes, a los ancianos y a las
comunidades étnicas - grupos que tienen por tradición un limitado
acceso para el control de la tierra y el capital. Otro factor es la
calidad o productividad de estos activos que determinan en gran
parte los beneficios que se obtienen de su uso. Estos activos han
sido clasificados como capital natural (tierra, suelo, clima, agua,
localización, etc.); capital físico (inversiones, infraestructura,
tecnología); capital financiero (recursos propios, créditos,
Mujer campesina subsidios); capital humano (educación, salud) y capital social
sembrando en el Valle
Mantaro, cerca de (confianza, cooperación, reciprocidad). El reconocimiento de estos activos implica que los
Huancayo.
(J. Van Acker, 1979) programas deben considerar las características de cada uno si desea atacar la pobreza con una
perspectiva integral. (Köbrich y Sirven, 2001)
A la luz de la extrema pobreza las mujeres rurales han desarrollado múltiples estrategias de
subsistencia para alimentar a sus familias. A nivel micro de sus hogares, las mujeres han ido
adquiriendo cada día más empleos asalariados. Existe una mayor cantidad de mujeres que se
incorporan al empleo rural no agrícola que hombres, cultivan huertos familiares, recolectan y
procesan alimentos y migran a áreas urbanas enviando remesas a sus hogares. Una de las estrategias
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
Las organizaciones campesinas actúan para afirmar el derecho de sus miembros en el ejercicio de
una ciudadanía plena. A fines de 1990, se establecieron nuevas organizaciones y aquellas existentes
se fortalecieron o se reestructuraron para tener una mayor independencia. Estas organizaciones
han expresado su opinión sobre la seguridad alimentaria poniendo énfasis en el concepto de
“soberanía alimentaria”, como lo ha reiterado la Alianza Latinoamericana de Organizaciones
Campesinas en el Foro Mundial de Seguridad Alimentaria, levado a cabo en La Habana, Cuba, 2001.
Los participantes declararon, “Nosotros definimos la soberanía alimentaria como el derecho de los
pueblos a definir sus propias políticas y estrategias para la producción sustentable, distribución y
consumo de alimentos para garantizar el derecho a alimentación para toda la población, con base
en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de modos
campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, comercialización y manejo de
áreas rurales en las cuales la mujer juega un papel importante.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
económica pero no son consideradas como la población económicamente activa (PEA). Esto incluye y se
refiere a las mujeres que trabajan en el hogar, cuidando los huertos familiares para alimentar a sus familias y
a aquellas mujeres cuyo trabajo no es considerado en las estadísticas oficiales. Estas mujeres están
involucradas en algunas etapas del ciclo productivo y llevan a cabo tareas invisibles como lo son la recolección
de alimentos, la cría y alimentación de animales menores en su hogar, la preparación de alimentos para otros
trabajadores empleados en sus campos, la venta de productos agrícolas frente a sus casas.
13
Más información sobre el Programa de Análisis Socio Económico y de Género (ASEG) de la FAO disponible en nuestro sitio:
http://www.fao.org/sd/SEAGA/index_es.htm
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
actividades correspondientes a hombres y mujeres en las áreas rurales. En varios proyectos de la FAO se han
incluido estudios para determinar los roles de género en actividades productivas, y éstos han confirmado que
todas las mujeres en edad de trabajar contribuyen efectivamente en la producción de alimentos.
Por ejemplo, estudios de actividades periódicas, más conocidos como calendarios estacionales y análisis
de rutina diaria de género, conducidos en diferentes contextos agro ecológicos en varios países han
mostrado que, en las situaciones más diversas, en que las mujeres estadísticamente son consideradas como
“inactivas”, las mismas están de hecho involucradas con la producción agrícola.
En el recuadro 4.3 se da una información más detallada del Proyecto Post Cosecha GCP/BOL/032/NET,
implementado por la FAO en Bolivia, enfocado específicamente en la diferenciación del trabajo de género
con vistas a confeccionar actividades de capacitación dirigidas a mujeres.
“En Arroyito, una comunidad quechua, el propietario de la tierra es el hombre jefe de la familia.
Pero no todos los chacos de la familia son responsabilidad del hombre. La mujer tiene sus
propios chacos, normalmente cerca de la casa, donde siembra lo que se necesita para el
autoconsumo: maíz y choclos para el hogar y sus gallinas, fréjol, yuca y hortalizas. El hombre
siembra en sus chacos los cultivos comerciales: caña, maíz y yuca."
“En Barrio Nuevo, una comunidad guaraní, los hombres aportan a la comunidad dinero para el
fondo comunal, y tienen derecho a un terreno que les asigna el capitán. Las mujeres no pagan el
aporte y no tienen derecho a un terreno de la comunidad. En la mayoría de las familias, el
hombre y los hijos mayores trabajan como jornaleros en otras comunidades. Las actividades
agrícolas son principalmente responsabilidad de la mujer y sus hijos, salvo la limpieza del
terreno que es responsabilidad del hombre. Los terrenos que cultivan son pequeños, en
promedio de 0,2 ha. En este terreno cultivan maíz y yuca para autoconsumo.“
“En Tundy, una comunidad camba, la mujer se dedica a las tareas domésticas y no trabaja en los
chacos, que son responsabilidad de su esposo. Ella y sus hijas a partir de 6 años tejen sombreros
de saó, que es su principal fuente de ingresos. Estos ingresos, la mujer los destina a cubrir las
necesidades diarias de la familia.”
En tres regiones de Nicaragua donde la FAO tiene proyectos en curso, se examinó el compromiso de
las mujeres en las actividades productivas y conclusiones similares alcanzaron a aquellas de Bolivia
(Recuadro 4.3) (Dévé, 1997). A través de análisis globales con enfoque de género se identificaron diferentes
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
mujeres en la exportación frutícola, en uno de los países más dinámicos y en uno de los sectores
más exitosos. Casi las tres cuartas partes de las mujeres viven bajo la línea de pobreza y no tienen
seguridad social y por lo tanto no están protegidas en el caso de un accidente laboral o derechos
a una pensión cuando ya no estén aptas para trabajar.
En varios países de la región han sido documentadas las diferencias salariales existentes ente
hombres y mujeres en casi todos los sectores y en especial en el trabajo agrícola. Aunque el
porcentaje del sueldo de la mujer sobre el del varón varíe entre los países, desde el 12 por ciento en
el Perú hasta los 92 por ciento en Costa Rica, el promedio sigue siendo alrededor del 50% para la
Región (FLACSO, 1994).
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
las mujeres ganan salarios más bajos en el empleo no agrícola; (2) las mujeres tienden a concentrarse
en el sector de servicios y en un autoempleo pequeño con remuneraciones bajas en la manufactura;
(3) las mujeres tienden en menor medida a las actividades múltiples.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
“Tales barreras están presentes en las prácticas del Instituto Nacional de Colonización y de
Reforma Agraria (INCRA) y en otras instituciones gubernamentales incluidas en el proceso de
la reforma agraria, y con las sindicatos, movimientos y asociaciones de trabajadores rurales”. El
estudio señala que como el acceso de las mujeres a la ciudadanía es relativamente reciente, ellas
aún están fuertemente afectadas por la discriminación social y por el fracaso de ellas para que sus
derechos sean reconocidos. La situación es aún más difícil para las mujeres trabajadoras rurales
debido a su rol en la actividad reproductiva y cuidados domésticos ya que ello encubre su
contribución activa al proceso de desarrollo. Más aún, las mujeres no han logrado un mejor
acceso a la tierra a través del mercado de la tierra. Un estudio en Colombia muestra que las
mujeres solo han accedido al 11 por ciento de las posesiones agrícolas a través del mercado de la
tierra o a través de asignaciones de tierra por parte del Estado. En República Dominicana la Ley
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
de Reforma Agraria promulgada en 1962, no considera a las mujeres como beneficiarias directas,
sino como herederas de sus cónyuges en caso de muerte o abandono. Esto limita su acceso a la
tierra debido a la alta proporción de uniones libres en las áreas rurales. Actualmente, el nombre
de la esposa se incluye junto con el del esposo en el Certificado de Asignación Provisional,
mediante el cual se les asigna la tierra dentro de los asentamientos agrarios que realiza el Estado.
La Ley 555-77, reforma la Ley de Reforma Agraria y deja de lado todas las formas de restricción
para las mujeres, otorgándoles igual acceso a la tenencia de la tierra, capacitación y asistencia
técnica que propicia el Instituto Dominicano para la Agricultura (Tejada de Walter, 2000).
En El Salvador sólo el 8.5 por ciento de las mujeres están comprometidas con las
actividades agrícolas. Aún está pendiente una enmienda al Código de Tierra, con las siguientes
tres medidas que favorecen a las mujeres:
El contrato para la tierra agrícola se aplica a todo el
grupo familiar, independientemente que en él pueda
figurar un solo nombre.
Cuando se celebre un contrato para la adjudicación
de tierra, el título debería incluir los nombres de
ambos cónyugues o compañeros o de la persona
responsable del mantenimiento de la familia.
En el caso de abandono o anulación de los vínculos
maritales por la persona designada como titular del
contrato, los derechos otorgados al resto de los miembros
de la familia no serán revocados. (Estas medidas ya
existen en Colombia, Costa Rica y Nicaragua).
La situación en Perú es paradojal (Cacassi León, 1998).
Masaya. Los familiares La Ley de Reforma Agraria estipula que en cuanto a la muerte de un beneficiario que no haya pagado
de los niños que asisten
a la guardería diurna la totalidad de la tierra asignada, la tierra en cuestión es transferida libre de cargo a su “cónyugue o
Gaspar Garcia Laviana
cultivan en el huerto del compañero”, reconociendo el derecho del concubinato. Sin embargo si la tierra ha sido totalmente
centro productos que
luego son consumidos pagada, se excluye a la concubina y no tiene ningún derecho reconocido, esto excluye a la mayoría de
durante el almuerzo.
(L. Dematteis, 1997)
las mujeres de la tenencia de tierra ya que la mayoría de las parejas viven en concubinato. En Costa
Rica la distribución de la tierra en uniones libres debe estar a nombre de ambos compañeros.
México fue el primer país en establecer los derechos de igualdad de género para la tenencia
de la tierra (1971). Pero, las mujeres rurales sufrieron un retroceso en el año 1990 cuando se
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
grupo familiar, reduce la migración al exterior, estimula nuevas fuentes de trabajo y la educación
de los hijos. Al mismo tiempo, las mujeres beneficiarias informan que sus esposos o compañeros
las respetan más y se prepararon para otorgarles menos concesiones. Más aún, disfrutan de un
hogar seguro para ellas y sus hijos.
222
América Latina y el Caribe
capítulo 4
región la principal fuente de suministro de agua de riego son los recursos hídricos superficiales. (Las únicas
excepciones son Nicaragua y Cuba donde las aguas subterráneas abastecen el 77 y 50 por ciento de la
superficie bajo riego, respectivamente).
Se requiere una diferenciación de las necesidades que incluya el enfoque de género a fin de establecer
si la irrigación es de desviación directa de agua de superficie, de embalses de aguas superficiales, o de
bombeo de una napa freática (aguas subterráneas), éste último es importante en Cuba, México y Nicaragua.
La consideración de género y riego es importante para un manejo efectivo de los esquemas de riego
desarrollado por los gobiernos y para apoyar el riego privado a pequeña escala ya sea en capital, equipo,
capacitación, extensión o asistencia técnica.
No se ha prestado suficiente importancia al rol que juegan las mujeres en el manejo de los recursos de
agua de la región. Existen pocos estudios que se refieren al tema en Latinoamérica comparado con Africa
donde estudios muestran que la no consideración de los aspectos de género puede tener efectos adversos
sobre las políticas y proyectos de riego. En el norte de Ecuador, en un estudio en la provincia de Carchi,
cerca de la frontera con Colombia, analizó el acceso de las mujeres a dos proyectos de riego y demostró que
los roles sociales tradicionales impidieron la participación activa de las mujeres en las asociaciones de riego,
lo cual limita sus derechos al agua (Bastidas, 2000).
Magdalena León hace referencia a que los conflictos de agua se manifiestan por género, ya que el agua
se adjudica a la persona y se fija por la tenencia de la tierra.
“En Pungal, en la Provincia de Chimborazo, en Ecuador, una cuadra (más o menos 0.7 has) da
derecho a un caudal de 10lts/segundo, durante 7.5 horas, una vez a la semana. Se obtienen los
derechos de agua por haber participado en todas las mingas y en el mantenimiento del canal, en las
reuniones y pagando las tarifas anuales. Los nuevos socios deben igualar las faltas en las mingas y
reuniones, pagando una entrada que se revisa cada año. En la lista de socios aparece siempre el jefe
de familia, que generalmente es el hombre. Solamente las viudas y algunas solteras figuran como
socias directas, el resto sólo tiene derecho al agua a través del socio directo.”
Fuente: Deere D, M. León, E. García y JC Trujillo. Género y derechos de la mujer a la tierra en Ecuador.
CONAMU, Quito, Ecuador, 1999. En Guía conceptual y metodológica de Género en poscosecha.
Chile reviste particular importancia (ver recuadro 4.5) ya que la Comisión Nacional de Riego está
promoviendo acciones de transversalizacion con enfoque de género en los programas y proyectos de apoyo
al riego.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
En este Programa se ha establecido que existe una población total de 1.315 mujeres y el Punto Focal
de la Comisión Asesora de Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Agricultura ha realizado las
propuestas de acciones para que en el desarrollo del programa se consideren las necesidades de
las mujeres. Asimismo se ha planteado la transversalización con el enfoque de género en los
siguientes programas:
Programa del desarrollo del riego en comunas con problemas de desempleo y pobreza.
Programa de aplicación tecnológica en sistema de riego y cultivos en laja y Diguillin.
Proyecto de transferencia de tecnologías de riego y protección de recursos naturales en la
comuna de Ninhue y Portezuelo, Chile.
Fuente: Comisión de Irrigación Nacional. Comité de mujeres rurales en Chile. Santiago. 2002.
224
América Latina y el Caribe
capítulo 4
Figura 4.3
Colombia, Prestamos a pequeños campesinos; junio 1999 – mayo 2000
Fuente: FAO, basada en cifras proporcionadas por el Banco Agrícola de Colombia, IICA.
Los datos sobre Colombia – que se refieren al número de préstamos - ilustran una situación en que los
porcentajes de préstamos corresponden aproximadamente a la proporción de explotaciones en manos de
mujeres. Según un estudio del Ministerio de Agricultura y el IICA, sólo el 16 por ciento del valor de los
desembolsos de crédito fue para mujeres. En 1999-2000, la mayoría de los créditos se utilizaron para
actividades de ganado (54 por ciento) y un 21 por ciento para cultivos de autoconsumo. En otros países las
cifras pueden ser más desventajosas tal como lo muestra un estudio de Magdalena León y C.G. Deere en
Ecuador (deere, León, García Trujillo, 1999). Un total de 353 encuestas en las provincias de Chimborazo,
Manabí, Guayas, Cañar, Los Ríos y Pastaza indicaron que solamente el 7.2 por ciento de las mujeres habían
solicitado crédito. La documentación que normalmente solicitan las agencias de préstamo es una cédula de
identidad, una escritura de propiedad y/o certificado del Registro de Tierra y certificación de agricultor; el
item más costoso corresponde al registro de propiedad.
Instituciones de micro fianza juegan un rol cada vez más importante en el sector financiero de
América Latina, ofreciendo instrumentos financieros a grupos de la población con bajos ingresos en zonas
rurales y urbano marginales. Es significativa la alta proporción de clientela femenina en estas instituciones.
Estas ayudan a las mujeres a cumplir con su responsabilidad en la seguridad alimentaria, ayudándolas a
desarrollar la producción más allá de un sustento diario ofreciéndoles servicios de ahorros útiles y
aumentando las facilidades de micro seguros. (Ver tabla 4.4)
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
225
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
Educación
Desigualdades y deficiencias
El bajo nivel de educación en la región impide la superación de la pobreza, la seguridad alimentaria,
el ejercicio de la ciudadanía y el desarrollo pleno del potencial humano. Aunque en los últimos diez
años se ha logrado un progreso importante en la ampliación de la cobertura en la educación, el impacto
de la crisis de los años 80 hizo sentir sutilmente una reducción del gasto público en la educación. Otra
observación importante es la globalización que requiere grandes agrupaciones de trabajadores
especializados, mientras las áreas rurales continúan teniendo bajos niveles de educación, a veces con
diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Figura 4.4 muestra el avance en la educación – insuficiente aún- de hombres y mujeres en países
seleccionados de la región y en la equidad de género en la educación. El promedio de años de estudio de
hombres y mujeres entre los 15 – 24 es significativamente más alto que la población entre los 25 y 29 años
de edad, el gráfico revela insuficiencias. La información de los países indica que mujeres rurales jóvenes
de Chile y Panamá han alcanzado los mayores niveles de educación (9.8 años y 8.4 años de estudio
respectivamente), y con niveles superiores a los de los jóvenes rurales.
226
América Latina y el Caribe
capítulo 4
En Guatemala, el tiempo promedio de estudio de las mujeres rurales jóvenes entre los 15 y 24 años de edad es
solamente de 3.1 años, por debajo del promedio de 4.1 años de los hombres rurales jóvenes. En 11 de los 14 países,
las mujeres jóvenes entre los 15 y 24 años de edad han tenido niveles educacionales más altos que los hombres rurales
con excepción de Bolivia, Guatemala y México. Debido a una mayor discriminación en el pasado, en 10 de los 14
países, las mujeres entre los
Figura 4.4
25 y 59 años tienen niveles Población entre los 25 y 39 años de edad con 10+ años de educación
más bajos de educación que en países seleccionados de América Latina.
años de estudio en 20
10
Guatemala.
0
Bolivia
Brasil
Colombia
Costa Rica
Chile
El Salvador
Honduras
México
Panamá
Paraguay
República
Dominicana
Urbano
Rural
Figura 4.5
América Latina, 2000. Promedio de años de estudio en la población rural.
10
9
8
7
Años de estudio
6
5
4
3
2
1
0
Guatemala
Nicaragua
Honduras
Brasil (1999)
El Salvador
Bolivia
Venezuela
Paraguay
República
Dominicana
Colombia
Costa Rica
México
Panamá
Chile
Hombres (15 – 24 años) Hombres (25 – 59 años) Mujeres (15 – 24 años) Mujeres (25 – 59 años)
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
227
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
Figura 4.6
Porcentaje de mujeres rurales entre los 25 y los 59 años
que tienen entre 0 a 5 años de estudio
Bolivia (1999)
Brasil (1999)
El Salvador (1999)
Colombia (1999)
Honduras (1999)
República Dominicana (1997)
Paraguay (1999)
Venezuela (1994)
México (1998)
Chile (2000)
Costa Rica (1999)
Panamá (1999)
228
América Latina y el Caribe
capítulo 4
Al mismo tiempo existe un serio desfase en los programas y metodologías escolares con una
realidad rural, especialmente donde habitan mujeres indígenas, lo que impide la integración y su
inserción y permanencia en los programas de educación formal e informal. En Guatemala por ejemplo,
la principal restricción para el desarrollo de las mujeres indígenas es ser monolingües y los programas
de educación y los curricula son inadecuados, persistiendo la existencia de desigualdades (Ministerio
de Agricultura, Ganadería y Alimentación, 2000). En el área rural de Guatemala, las niñas entre los
14 y 18 años pertenecientes a familias rurales no indígenas han estudiado en un promedio de 4.1 años
comparado con 2.8 años de estudio de las niñas entre los 14 y 18 años pertenecientes a familias rurales
indígenas. La misma situación prevalece en otros países que tienen un alto porcentaje de población
rural indígena donde el nivel de pobreza puede alcanzar proporciones alarmantes.
Figura 4.7
Guatemala – promedio de años de estudios
para jovenes hombres y mujeres entre los 14 y los 18 años, 1999
Muchachos urbanos
7.0
5.4
Muchachas
7.6
urbanas
5.6
2.8
Muchachas 4.1
rurales
3.5
4.6
Muchachos rurales
No-indígenas Indígenas
Fuente: ENIGFAM, 1988–1999, en Austrias, et. al., Hogar, familia y exclusión en Guatemala.
Sistema de las Naciones Unidas, Guatemala, 2001.
A pesar que las mujeres rurales han tenido pocas oportunidades para acceder a la educación, son
ellas las grandes promotoras en la educación de sus hijos. Un estudio realizado en Perú revela que existe
consenso entre las mujeres rurales; tanto las niñas como los niños deben estudiar y por eso mandan a
ambos a la escuela. Las entrevistas realizadas confirman que no obstante existe un discurso de equidad,
aún se advierte un sesgo cultural que persiste: las niñas permanecen en el hogar para ayudar con las
tareas y luego se casan y los niños van a la escuela. Este sesgo se está debilitando entre los padres
jóvenes (padres y madres) que creen que la situación necesita de un cambio (PROMUDEH, 2001).
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
229
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
Cuando las entrevistaron, expresaron preocupación acerca de la violencia y las grandes distancias en
que se encuentran ubicadas las escuelas y su falta de confianza en la calidad de la educación. Para citar
lo que dicen las madres: “la calidad de la educación se acaba donde termina el camino”.
Organizaciones no gubernamentales
Las organizaciones no gubernamentales y la cooperación internacional han ofrecido cooperación
para compensar la falta de programas de capacitación de los gobiernos para las mujeres. Sin
embargo, las actividades de las ONG han fracasado en priorizar el desarrollo rural. Un estudio en
Ecuador informó que sólo el 17 por ciento de la capacitación de las ONG estaba dirigido al
desarrollo rural y al medio ambiente (Ordóñez, 2001).
Figura 4.8
Tipos de capacitación en Ecuador, 2000.
7%
23% Derechos y violencia
Desarrollo local
17%
Participación política
Universidades
19% Otro
17%
17%
230
América Latina y el Caribe
capítulo 4
14
Chile 2001, Bolivia 2002.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
231
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
Derechos reproductivos
Aunque ha habido un considerable progreso en términos de derechos reproductivos, las mujeres
rurales no tienen el derecho de escoger el número de hijos que ellas desean tener. Existe una
brecha entre la sensibilización y el empleo del control de natalidad tanto en áreas rurales como en
las urbanas. Un estudio en Ecuador de 1998, indicó que el 64 por ciento de las mujeres rurales
entre 15 y 49 años de edad estaban conscientes de los métodos anticonceptivos, aumentando a un
88 por ciento en las áreas urbanas (CONAMU, INEC, 2000), efectivamente sólo utilizan los
métodos anticonceptivos el 23.4 por ciento de las mujeres rurales y el 35.6 por ciento de las
urbanas. Sin embargo, este aumento en la sensibilización de métodos anticonceptivos redujo el
número promedio de niños por mujer rural.
En Colombia, un estudio en 1995 indicó una tasa de fertilidad de 4.4 niños en áreas rurales
y 2.6 en áreas urbanas (ENDS, 1995, en IICA, 2000). En Argentina el Banco Mundial condujo
un estudio en tres provincias rurales del noreste y noroeste para examinar el vínculo entre salud
reproductiva y pobreza y el impacto de género y roles asociados a la salud reproductiva (Banco
Mundial, 2001). El perfil de la salud reproductiva se identificó como una de las causas que
ameritan preocupación, especialmente en las áreas rurales, debido a factores económicos,
sociales, culturales e institucionales específicos. Entre ellos se menciona especialmente el bajo
status social de las mujeres; la división social del trabajo y los menores salarios de las mujeres; la
falta de servicios de salud reproductiva, incluyendo planificación familiar y la falta de cobertura
de salud entre otros.”
El estudio concluye que el 94 por ciento de los hogares con más de dos hijos/as se
encontraban dentro de los dos quintiles más pobres. El estudio reveló que sólo el 25 por ciento
de la población encuestada tenía cobertura médica. Los dos tercios de estas personas que estaban
bajo cobertura médica no la utilizaban debido a que no podían pagar las contribuciones o
donaciones por el servicio médico, la falta de transporte o porque no podían pagar la tarifa.
232
América Latina y el Caribe
capítulo 4
“El rasgo de temporalidad del trabajo de las mujeres en la fruticultura crea condiciones que lo convierten en
una pesada carga: largas jornadas diarias de trabajo que puede no tener límite de horario en las plantas
embaladoras, intensos ritmos dados por la perecibilidad del producto y por el predominio del pago a trato, y
escaso tiempo de descanso durante la jornada. El horario habitual de las mujeres que trabajan en el
"packing" se concentra entre 10 y 14 horas diarias (horario del 53% de las trabajadoras) e incluso puede
llegar hasta 16 horas diarias e implicar trabajo los sábados y domingos. En el huerto las jornadas son algo
más reducidas, concentrándose entre las 8 y 10 horas diarias. Los datos revelan una relación muy
significativa entre “extensión de la jornada de trabajo” en el "packing" y el “nivel de agotamiento” y la
manifestación de algunas de las enfermedades de stress: neurosis, úlcera o gastritis”.
Fuente: Díaz, X y J. Medel. Mujer, trabajo y salud. Los daños ocultos. En Mujeres en Riesgo. Trabajo y
Salud. Red de Salud de las mujeres latinoamericanas y del Caribe. Santiago, 1997.
Tabla 4.5
Utilización de pesticidas en America Latina y el Caribe
Año
Plaguicidas (comercio)
405 736 666 740 1 238 316 1 630 423 1 707 524
Importación – Valor (US$1 000)
Uso de la tierra
716 842 749 542 772 651 781 137 784 205
Área agrícola (1 000 ha)
Fuente: FAOSTAT
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
233
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
Aunque generalmente son los hombres los que aplican los plaguicidas, el efecto se extiende al gran
número de mujeres que trabajan en los huertos y plantas empacadoras. En los períodos de “abstención” después
de la aplicación de los plaguicidas, éstos son a menudo ignorados y las mujeres tienen menos cobertura social
que los hombres. Igualmente preocupante es la estructura reguladora nacional, la dispersión de las unidades de
inspección, y las diversas entidades de gobierno que establecen normas respecto de este tema.
Un estudio de SERNAM (2001) en Chile examinó una selección de literatura sobre la exposición a
plaguicidas y problemas reproductivos que mostraron que producen defectos de nacimiento desde daños
genéticos causados antes de la concepción o directamente al embrión o feto. El estudio mostró un aumento
en la incidencia de bebés con malformaciones que alcanzó el 41.2 /1000 durante el período de observación.
También mostró que la actividad agrícola de los padres y la exposición del hogar a los plaguicidas estaban
fuertemente asociadas a las malformaciones. Una situación similar ocurrió en el sector de flores de
exportación en Ecuador.
“En la empresa “X” laboran 140 personas, de las cuales el 46% corresponde a mujeres. El trabajo
se realiza empleando plaguicidas de mediana toxicidad para el sistema nervioso, psicológico, piel y
sistema respiratorio – según la permisiva escala internacional. El personal de fumigación siempre
usa la misma ropa y mascarilla del turno anterior, lo que constituye un problema por falta de
higiene, limpieza de los tóxicos y contaminación respiratoria.
Las trabajadoras que se embarazan son despedidas unilateralmente aduciendo cualquier excusa
como bajo rendimiento o apoyándose en que no están afiliadas a seguridad social. No disfrutan de
seguridad social porque se establece un período de prueba de 3 meses, luego del cual muchas salen.
Fuente: Mujeres en la floricultura. Violación del derecho a la salud. Jaime Breith. En: Mujeres en Riesgo.
Trabajo y Salud. Red de Salud de las mujeres latinoamericanas y del Caribe. Santiago-Chile, 1997.
En Guatemala, las grandes haciendas productoras de café, azúcar de caña y banano emplean gran
cantidad de mujeres indígenas y ladinas, cuyas condiciones de trabajo son precarias peligrando su salud
por el uso de los químicos. (Oficina Nacional de Mujeres, UNICEF, 1998).
234
América Latina y el Caribe
capítulo 4
15
FAO/ONUSIDA/FAO: La epidemia del virus VIH y del SIDA se desplaza de las ciudades a las zonas rurales. es necesario un replanteamiento
de la política agrícola. Comunicado de Prensa. Roma/Ginebra, 22 de junio de 2002.
16
La estimación de defunciones por causa de SIDA en América Latina y el Caribe corresponde a 100 mil personas, según ONUSIDA.
17
Intervención del Ministro de Desarrollo Social de Barbados a la XXIII Sesión en la Asamblea General de las Naciones Unidas “Mujeres
2000: Equidad de género, desarrollo y paz para el Siglo XXI”. Nueva York, 2000.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
235
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria
el hogar como a nivel nacional. Hasta hace poco existía la percepción cultural de que la mujer era
afectada solamente por la muerte de su hijo o esposo. Sin embargo el conflicto armado parece afectar
directamente a los hombres adultos, mujeres y niños/as, debido a que las mujeres participan en grupos
de protesta y son víctimas de la represión, masacre y persecución por parte de grupos armados, muchas
actúan como líderes campesinas (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Social, IICA. 2000). La
interrupción en el ciclo productivo, el desplazamiento de la población y pérdida de la mano de obra para
aumentar el trabajo agrícola, socavan la producción, la seguridad alimentaria y el ingreso.
La violencia está presente en el área rural de Colombia, pero los efectos de un pasado de conflicto
armado en América Central y en Perú es aún mucho más evidente.
El Plan de Igualdad de Oportunidades para la Mujer Rural de Colombia señala: “entre los principales
obstáculos estructurales para la equidad de género se puede mencionar la violencia social y política,
hoy traducida en conflicto armado que afecta a las mujeres no sólo por la pérdida de sus hijos y maridos,
y los profundos traumas que esta tragedia implica (por muerte o desplazamiento forzado), sino por las
violaciones y maltratos que sufren, hasta su propio secuestro, desaparición o muerte. Además implica
el desmembramiento y desaparición de las organizaciones comunitarias, el aumento de la jefatura
femenina, la imposibilidad de la ejecución de programas estatales en las zonas de conflicto, pérdida de
sus propiedades, desarraigo, desplazamiento y el acelerado proceso de empobrecimiento.”
Fuente: Plan Para la Igualdad de Oportunidades de las Mujeres Rurales de Colombia. Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural. IICA. Bogotá 2000
El impacto de la globalización
No existe una definición universal de globalización pero su principal característica modela el
236
América Latina y el Caribe
capítulo 4
grupo abrumador de pequeñas productoras o habitantes rurales sin tierra. Un estudio de CEPAL
confirma que el sistema de comercio internacional, globalización y liberalización son desafíos
básicos que enfrentan todas las naciones. La globalización impacta a los países más pequeños,
más vulnerables y con menos capacidad de adaptación como es el caso de una isla pequeña en
desarrollo, lo que en ningún caso es satisfactorio. Barbados y otras naciones en desarrollo
enfrentan una serie de desafíos y están permanentemente en riesgo, colocando a sus ciudadanos
y en especial a mujeres y niños en un status de “grupo vulnerable”. (Thorin, 2001).
La entrada de los productos agrícolas de la región a los mercados internacionales detuvo las
restricciones impuestas por los países desarrollados. En la mayoría de los países de América
Latina y el Caribe la promoción de las políticas de modernización agrícola beneficiaron al sector
exportador. Estas políticas buscan levantar la producción y la productividad de los cultivos de
exportación y diversificar la economía promoviendo nuevos cultivos para el mercado
internacional.
Esta re-orientación del sector productivo ha causado cambios en los patrones laborales de
los/as pequeños/as productores/as. Esto ha desplazado el trabajo de las mujeres de la agricultura
de subsistencia hacia nuevas actividades de empleo en la exportación y ha acelerado la migración
a centros urbanos más importantes. Desde el punto de vista de los recursos productivos, ha dado
prioridad a actividades de exportación dando facilidades de crédito y un mayor apoyo
institucional que lo que pueden dar el resto de las actividades agrícolas.
Las actividades de subsistencia continúan con baja productividad y un bajo valor de estos
productos en el mercado. La baja productividad se estanca en técnicas de producción de pequeña
escala, baja calificación de la mano de obra y falta de infraestructura de producción básica, alto
costo de capital y falta de claridad en los derechos de propiedad de la tierra. Todos estos rasgos
indican las condiciones de producción de muchas mujeres rurales.
Estos sectores necesitan revitalizarse a través de mecanismos que fomenten la integración
de los pequeños productores, especialmente las mujeres a fin de guiarlos hacia un proceso de
modernización, de tal modo que levanten su productividad. Esto facilitaría su acceso a los
recursos productivos (tierra, maquinaria y equipo, crédito, capacitación, información de mercado
y tecnología) y elevaría su compromiso en la toma de decisiones que afectan a su sector.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
237
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural
El espacio rural ha perdido importancia en la región. El desarrollo rural no se Desarrollo Rural, IICA, 2000).
encuentra entre las prioridades de los gobiernos, y siguen prevaleciendo los En algunos países, este progreso
principales obstáculos en el nivel internacional, nacional y local para el
ha tomado la forma de Planes con
desarrollo rural sostenible. Varios Planes de Igualdad de Oportunidades para
las mujeres rurales han destacado la necesidad estratégica de reactivar el Igualdad de Oportunidades para las
campo, como espacio territorial y recuperar el agro como elemento clave para mujeres rurales y propuestas de
la reactivación económica de los países y la disminución de la pobreza.
Además se refieren a las restricciones existentes actualmente, así por ejemplo transversalizacion de género en las
en Colombia, se señala explícitamente que esa tarea será imposible de lograr políticas de los ministerios de
“sin la eliminación de barreras arancelarias, subsidios y demás instrumentos
agricultura y desarrollo rural. Varios
de protección a la producción y con una mayor productividad a menores costos
y la calificación e integración de la mano de obra tanto masculina como ministerios de agricultura han
femenina en el campo.” establecido mecanismos especiales
Fuente: Plan Para la Igualdad de Oportunidades de las Mujeres Rurales de Colombia. para vigilar el proceso.
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. IICA. Bogotá 2000
Es importante considerar tanto
los avances como los defectos en el más amplio contexto de las deficiencias nacionales. En los puntos débiles
se incluye: la ausencia de políticas integradas para dirigir el desarrollo rural más allá de los aspectos sectoriales,
limitaciones que la macroeconomía impone a las políticas de desarrollo rural, escaso progreso en la
descentralización y formulación de políticas territoriales, y el fracaso de las políticas para superar la pobreza.
238
América Latina y el Caribe
capítulo 4
los Planes Generales de Igualdad de Oportunidades para reflejar las condiciones de la mujer rural en
el desarrollo. Tal como lo indica el Cuadro 4.10, los Planes de Igualdad de Oportunidades existen en
la mayoría de los países y facilitan la incorporación de género en las políticas públicas pero no todos
ellos se refieren explícitamente a las mujeres rurales.
Ejemplos seleccionados de estos Planes de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres
Rurales se describen a continuación:
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
239
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural
Chile
Las Propuestas de Políticas de Igualdad de Oportunidades para la Mujer Rural en Chile, es un
Colombia
Colombia fue uno de los primeros países que formuló políticas para la mujer rural. En 1984
aprobó una Política para las Mujeres Rurales e Indígenas y en 1993 se incorporó una nueva Política
para la Mujer Rural en la Política de Igualdad y Participación para las Mujeres Rurales, aprobada
en 1994.
El propósito estratégico del Plan de Igualdad de Oportunidades para la Mujer Rural en
Colombia es para ayudar a reducir los obstáculos políticos, socio-económicos y culturales que
impiden que las mujeres rurales disfruten de la igualdad de oportunidades y para que se dediquen
de lleno al crecimiento económico, al desarrollo social y al ejercicio de sus derechos como
ciudadanas. (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, IICA, 2006).
240
América Latina y el Caribe
capítulo 4
El Plan identifica como uno de los principales obstáculos para la igualdad de oportunidades al modelo
macro-económico existente y a la crisis económica que lo acompaña; medidas que supuestamente eran
neutrales han tenido una clara muestra de discriminación e inequidad a nivel meso y micro económico,
especialmente la excesiva sobre carga de trabajo y responsabilidades que tienen las mujeres en sus hogares.
El Plan enfatiza la necesidad de que las entidades gubernamentales amplíen la producción de
estadísticas con indicadores de género e instrumentos en relación al sector rural.
En Colombia existe un proyecto de ley con miras hacia el mejoramiento de la calidad de vida de las
mujeres rurales especialmente aquellas con bajos ingresos. Se aplicarán medidas especiales para acelerar la
equidad entre las mujeres y los hombres del sector rural. Dicha ley contiene disposiciones relativas a: i) la
participación equitativa de las mujeres rurales en los fondos de financiamiento del sector rural; ii) el régimen
de seguridad social de las mujeres rurales; iii) normas relacionadas con la educación, capacitación y
recreación de las mujeres rurales; iv) con la participación de las mujeres rurales en los órganos de decisión;
v) con la reforma agraria; otras suposiciones varias.
Carencias
Una investigación realizada en Ecuador muestra el fracaso de las políticas agrícolas y macro
económicas para tomar en cuenta las necesidades de las mujeres rurales y la incorporación de género en
los programas nacionales para superar la pobreza ha sido débil. Algunos programas básicos para superar
la pobreza tales como el Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE), el Bono Solidario y el Bono
de Emergencia, no han incluido el criterio para reconocer la equidad de género y no han visualizado las
medidas preactivas que beneficien a las mujeres (Cuvi, 2001).
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
241
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural
Barbados
En la sesión vigésimo tercera de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre las Mujeres
2000: Equidad de género, desarrollo y paz para el siglo XXI, que se llevó a cabo en junio del año
2000, el Ministerio de Desarrollo Social en Barbados informó sobre el establecimiento de
mecanismos institucionales para la transversalizacion con enfoque de género en todas las esferas
de desarrollo y se han creado puntos focales en todos los ministerios y departamentos para
asegurar la transversalizacion de género en todos los programas.
Brasil
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo del Brasil introdujo una serie de iniciativas para
estructurar la forma de corregir las desigualdades de género. A través del Decreto N° 33 del 8 de
marzo del 2001 se estableció formalmente el Programa de Acciones Afirmativas para la Promoción
de la Igualdad de Oportunidades y Trato para Hombres y Mujeres, para que fuese iniciado por el
Ministerio de Agricultura y Desarrollo y el Instituto de dicho Ministerio y el Instituto Nacional de
Colonización y Reforma Agraria (INCRA) y para los beneficiarios y beneficiarias.
Se adoptaron medidas que incluían cambios en las reglas de selección para facilitar el acceso
de las mujeres a la reforma agraria, reemplazando el término “ama de casa” por el de “trabajadora
rural” a fin de asegurar la seguridad social de las mujeres y los derechos laborales; la modificación
de las normas de titulación de la tierra con el acto de propiedad o contrato de concesión ahora
242
América Latina y el Caribe
capítulo 4
extendido a la pareja, cubre uniones libres reconocidas. Existe una campaña para que las mujeres ocupen
el 30 por ciento de los cargos directivos entregando capacitación gerencial diferenciada y procesos
especiales de tutoría para las nuevas mujeres reclutas. Hay una línea de crédito específico para mujeres,
con un 30 por ciento de fondos asignados para mujeres rurales y un porcentaje similar para capacitación
y asistencia técnica. La re-estructuración del Instituto Nacional de Colonización y reforma Agraria,
INCRA, se logró con la designación de hombres y mujeres para el cargo de administrador regional del
Programa de Acción Afirmativa, supervisada por la Superintendencia de Desarrollo Agrario.
A partir de este marco institucional fijado por el Ministerio de Agricultura más los estudios y
documentos producidos por el Proyecto INCRA/FAO/TCP/BRA/8922(a), se llegó a la formulación de
una Propuesta Estratégica para la Integración de Género, Raza, Etnia y Perspectiva Generacional en los
Programas y Proyectos de Agricultura Campesina y Reforma Agraria.
La propuesta incluye estrategias a nivel institucional y macro (que debería alcanzar el nivel micro a
través de acciones institucionales). La propuesta aspira asegurar que los proyectos y programas de
agricultura campesina y reforma agraria sean transversalizados por género. Cada una de las Estrategias
tiene asociada un conjunto de acciones.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
243
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural
Chile
En Chile, la Comisión Consultiva sobre Igualdad de Oportunidades del Ministerio de
Costa Rica
En Costa Rica, el Centro Nacional para el Desarrollo de las Mujeres y la Familia, con la
18
Proyecto FAO TCP/COS/4552 MAG/FAO/Género, con la participación de la consultora
experta en Género y Políticas Públicas Patricia Bifani.
244
América Latina y el Caribe
capítulo 4
Recuadro 4.12 A COSTA RICA EL ADDENDUM DE LA AGRICULTURA Y DEL MEDIO AMBIENTE DEL
PLAN DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA HOMBRES Y MUJERES, (1997-2001)
Fuente: Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia. Addendum de los sectores agropecuario y del ambiente al
Plan de Igualdad de Oportunidades 1997-2001. Colección Documentos N° 17. San José, Costa Rica. 1997.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
245
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural
Guatemala
Hacia fines del año 2000, el Ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación de
Guatemala, emitió un decreto que establece una unidad ejecutiva ministerial especial,
la Unidad de Género, Mujeres y Juventud Rural (Decreto Ministerial N° 1595).
Esta unidad ejecutiva especial está encargada de: asegurar la incorporación de
género en las políticas, programas y proyectos del Ministerio; formular acciones
afirmativas que ayudarán a eliminar las desigualdades de género y edad; fomentar las
condiciones de igualdad para el acceso de mujeres y jóvenes a la propiedad de la tierra
y resolver discusiones de socios; promover la capacitación, organización y
consolidación de las agrupaciones de mujeres; asegurar el cumplimiento de
compromisos internacionales que hace el gobierno de Guatemala y los compromisos
de Acuerdos de Paz en lo que respecta a género, mujer y juventud rural.
Guatemala aprobó una Política para la Participación de las Mujeres Rurales
2000-2004 que tiene como objetivo integrar a las mujeres rurales al desarrollo de
actividades productivas, habilitando su acceso a la propiedad de la tierra y otros
recursos productivos y su capacidad para formar asociaciones y organizaciones, de tal
manera que puedan mejorar su economía y condición social. Una propuesta específica
es la de verificar que las políticas rurales sobre el acceso a la tierra, asuntos financieros
y otros recursos, demuestren la inclusión de la mujer. (Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Alimentación, 2000).
246
América Latina y el Caribe
capítulo 4
Temas
emergentes
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
247
Temas
emergentes
248
América Latina y el Caribe
capítulo 4
agrícola. Existen escasos estudios con indicadores de género para este tipo de empleo, aún cuando
existen estadísticas que señalan su importancia para las mujeres.
Los formuladores de políticas necesitan tomar en consideración la contribución que hacen
las mujeres a la seguridad alimentaria a través del ingreso rural no agrícola. Esta realidad necesita
ser dirigida a través de políticas de educación, de tal forma que las mujeres puedan aprender
habilidades en las áreas ocupacionales actuales y escaparse de depender exclusivamente del
servicio doméstico y otros sectores subordinados de la economía.
de los mecanismos nacionales para promover la equidad de género. Las políticas adaptadas para
lograr la equidad de género en las áreas rurales serán mejor formuladas si las instituciones para
los asuntos de la mujer examinan el desarrollo rural y buscan la transversalización de género en
las agencias responsables del desarrollo rural.
El género sólo puede ser expresado integralmente y en todo el sistema, por lo tanto es
importante pasar rápidamente del nivel sectorial hacia las políticas nacionales e integrar todas las
instituciones públicas y privadas que estén relacionadas con el desarrollo rural. La
descentralización requiere de un mayor estudio de tal forma de intensificar la perspectiva de
género y progresar.
Finalmente, el debate sobre género recién ha comenzado en los mecanismos de gobierno y en
el manejo de finanzas públicas y en la asignación de recursos; esta es un área que requiere un examen
más amplio.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
249
Temas
emergentes
desigualdad de género con grandes carencias en sus condiciones de vida si se compara con los
avances en otros lugares del mundo. Los habitantes rurales están comprometidos con la
actividad agrícola la que continúa siendo principal para su existencia pero también lo están
comprometidos en un espectro cada vez más amplio de la actividad económica. Las diversas
visiones mundiales existentes en la dimensión rural necesitan acomodarse para que el desarrollo
rural beneficie a todos.
250
América Latina y el Caribe
capítulo 4
Lecciones del
Siglo XXI
La integración con perspectiva de género en las políticas de desarrollo agrícola, programas y proyectos
está gradualmente ganando terreno. En este punto, FAO está promoviendo un acercamiento al Análisis Socio
Económico y de Género (ASEG) en un gran número de proyectos, permitiendo un conocimiento más
profundo de las necesidades de género, potencialidades y limitaciones existentes en la vida rural.
Los proyectos incluyen Proyectos Especiales para la Seguridad Alimentaria, Proyectos de Post-
Cosecha, Proyectos Agroforestales y los Proyectos y Programas Propuestos para el Desarrollo en Zonas de
Montañas entre otros.
Todas estas actividades han permitido una retroalimentación para la incorporación de género en las
políticas públicas y en las actividades de las organizaciones no gubernamentales.
A continuación en el Recuadro 4.13 se da un breve resumen de experiencias en América Latina y el
Caribe, el cual ilustra la transversalización de género y ofrece un aporte metodológico.
El proyecto "Desarrollo Forestal Comunal en el Altiplano Boliviano" inició sus acciones a partir de 1991, con la
finalidad de "contribuir a elevar el nivel de vida de los campesinos del altiplano boliviano, mediante la
integración, dentro de su sistema productivo, de actividades forestales autosostenidas que les permitan
satisfacer sus necesidades de productos forestales, aumentar su producción agropecuaria y conservar sus
recursos naturales".
Actualmente el Proyecto Q'omer Jallp'a FAO/ Holanda-Prefectura de Potosí tiene como área de cobertura un
total de 98 comunidades ubicadas en 13 Secciones Municipales de 9 Provincias del departamento de Potosí. El
proyecto se ha desarrollado en dos fases: la primera, en que prevalece el enfoque de Desarrollo Forestal
Comunal, que comprende las actividades realizadas entre 1991 y 1996, y la segunda fase en que se da un viraje
hacia el enfoque de Desarrollo Integral de Espacios Productivos, que se aplica entre 1997 y 2001.
El proyecto se desarrolla en una zona en que los recursos naturales eran escasamente aprovechados debido al
desconocimiento del manejo tecnológico en la producción agrícola y frutícola; así mismo había una alta
exposición a los factores climáticos (bajas temperaturas y lluvias irregulares) principalmente en comunidades
ubicadas en puna. En los últimos años se observa una modificación significativa del ecosistema en estas
comunidades, gracias a la habilitación y recuperación de tierras para el cultivo, la introducción de nuevas
especies forestales, frutícolas y agrícolas, acompañado de la construcción de infraestructura productiva, lo que
posibilitó un mejor aprovechamiento de los recursos existentes.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
251
Lecciones del
Siglo XXI
Recuadro 4.13
Durante la primera fase del proyecto, se brindó apoyo al fortalecimiento de las organizaciones productivas, identificando
necesidades y demandas solamente a nivel familiar, sin considerar las demandas diferenciadas de hombres y mujeres
al interior de la misma; lo cual de alguna manera mejoró las condiciones de vida familiar y de las mujeres.
En la segunda etapa se consideró el enfoque de desarrollo rural con equidad de género, (Gormatz, 1994), basado
metodológicamente en el "Análisis Socioeconómico de Género" (ASEG), que aborda la problemática de género en el
desarrollo comunitario desde una perspectiva integral; no se busca únicamente la necesidad de hacer participar a las
mujeres, sino establecer una relación de responsabilidad compartida entre hombres y mujeres en el desarrollo de la
comunidad. Sobre esta base se sostiene la propuesta estratégica de acción dentro del proyecto agroforestal, aplicando
el enfoque planteado. De esta manera nos permite pensar en un desarrollo humano sostenible, donde haya beneficios
dirigidos a toda la población, aprovechando las capacidades de los individuos, hombres y mujeres; sobre la base de los
recursos, estrategias y alternativas que desarrollan estas comunidades rurales.
Este enfoque actualiza el enfoque de género bajo las crecientes transformaciones que se dan en la sociedad, basados
principalmente en los aspectos socioeconómicos. Esta es la razón para cambiar el anterior planteamiento asistencialista
de Mujeres en Desarrollo (MED) que se aplicaba en el proyecto, el cual sólo enfatizaba el desarrollo de la población
femenina, por el de Desarrollo Rural con Equidad de Género.
De acuerdo con la metodología ASEG se plantearon 3 ámbitos de análisis que ordenaron el trabajo en sus distintos niveles:
DINAMICA DEL CONTEXTO DE DESARROLLO
• Permitió comprender los factores económicos, sociales, demográficos, culturales, ambientales y políticos, así como
las distintas interrelaciones de los mismos, tanto en el pasado como en el presente y futuro.
ANALISIS DE LA DINAMICA DE LAS FUENTES DE SUBSISTENCIA FAMILIAR
• Posibilitó entender las necesidades básicas que tienen ambos géneros, las oportunidades y limitaciones que poseen
respecto al alcance de sus objetivos de desarrollo.
PRIORIDADES DE LOS AGENTES INTERESADOS EN LAS ACCEIONES DE DESARROLLO
La información de este ámbito permitió planificar el desarrollo basado en las prioridades de las mujeres y los hombres
de una comunidad en base a sus recursos y demanda de mercado.
La sistematización de las experiencias en la incorporación de la temática de género en los procesos de desarrollo
apoyados por el proyecto permitió:
Cotejar estas experiencias con las pautas esenciales del diagnóstico situacional para plantear líneas de acción
más pertinentes en la incorporación del enfoque de género en el proyecto
Conocer las distintas estrategias de manejo de recursos naturales y económicos que utilizan los pobladores,
hombres y mujeres, de las comunidades.
Identificar los roles productivos de hombres y mujeres dentro el sistema y los subsistemas de producción
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
Recuadro 4.13
Obtener un consenso de prioridades y planes de acción de desarrollo con enfoque de género, con beneficiarios/as
y autoridades locales.
EVALUACIÓN DEL ENFOQUE GÉNERO EN LA SEGUNDA FASE:
En la mayoría de las comunidades se tiene una participación hasta cierto punto funcional, pero también
concentrada en la realización de actividades, sin acceder a otros espacios.
Prácticamente los ámbitos de planificación, dirección, toma de decisiones, representación, quedan aún fuera
del alcance de las mujeres, en la mayoría de las comunidades.
En las organizaciones productivas, las mujeres han logrado alcanzar un grado de desarrollo mayor,
conformadas mayormente por mujeres, éstas tienen acceso a los niveles mencionados.
En las comunidades que fueron intervenidas por técnicas mujeres, este hecho ha sido determinante para el tipo
de desarrollo y la participación de mujeres en la segunda fase. En otros términos, el terreno ya estaba abonado
para continuar con otros procesos.
Como producto de varias experiencias, los proyectos aplicados en la región utilizan una perspectiva integral y
participativa. Esto se traduce en que no sólo se abocan a los aspectos técnicos forestales, de cuenca, agrícolas, sino
que también se presta atención a los aspectos socioeconómicos de las familias (salud, vivienda, educación). Si bien en
zonas montañosas de la región se están implementando varios proyectos y se desarrollan actividades públicas en
apoyo a las mujeres rurales se verifican algunos vacíos importantes entre los objetivos de las políticas y las realidades
locales. Se ha reconocido que, tanto las instituciones como el personal que trabaja en los proyectos, consideran al
tema género como sinónimo de mujer y tienden a desarrollar actividades dirigidas sólo a mujeres, dejando de lado el
proceso de análisis de género y la integración de éste enfoque en todas las actividades del proyecto. Otro problema es
la falta de integración del tema de género en el ciclo del proyecto y por ende la identificación de indicadores género. A
estas dificultades se le suman el exiguo financiamiento que se otorga al apoyo del tema de género, que muchas veces
se traducen en poco más que la expresión de una intención anotada en los documentos y en las políticas.
Teniendo en cuenta esta situación, los proyectos impulsados por la FAO en las áreas montañosas incluyen una
componente de capacitación en análisis socioeconómico y de género dirigida especialmente a las instituciones y su
personal de campo y usuarios/as de los proyectos, como también un aspecto de apoyo a la organización y capacitación
para el liderazgo de manera de poder apoyar una participación mas equitativa en las actividades que se realizan.
(Sobre la base de las experiencias de los proyecto FAO/SEARPI, (Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización
del Río Piraí – Bolivia (GCP/INT/542/ITA-Bolivia); Desarrollo Forestal Campesino de los Andes del Ecuador
(GCP/ECU/070/NET); Proyecto de Apoyo a la Dirección y Coordinación del Plan de Acción Forestal para Guatemala
(GCP/GUA/008/NET); Mujeres y árboles en los países andinos promovidos por el Programa Bosques, Árboles y
Comunidades Rurales (FAO-FTPP)).
Fuente: Marcela Ballara, Oficial Principal Género y Desarrollo, FAO, Oficina Regional de América Latina y el Caribe. Análisis socioeconómico de Género
en zonas de las montañas. Presentación a la Mesa Redonda “Comunidades Ancestrales: cultura, género y tecnologías en el desarrollo de las montañas”.
Santiago, Chile, 2001.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
253
Conclusiones
y recomendaciones
19
Para mayor detalle ver FAO. Servicio de Género y Desarrollo de la Oficina Regional de América Latina y el Caribe. INFORME DE
ACTIVIDADES Trigésima cuarta reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
Santiago de Chile , 5 y 6 de septiembre 2002. www.fao.org/mujer
254
América Latina y el Caribe
capítulo 4
Las siguientes recomendaciones están siendo efectivas bajo cuatro prioridades de la FAO
conforme a lo que determina la XXV Conferencia Regional que se realizó en las Bahamas en 1998:
lograr la seguridad alimentaria a nivel individual, familiar y nacional; obtener un adecuado
comercio internacional de alimentos y de agricultura como un elemento fundamental para el logro
de la seguridad alimentaria, el crecimiento económico de los países, una distribución de recursos y
un sistema económico global eficiente; asegurar el manejo sustentable de los recursos naturales –
manejo apropiado de bosques, agua y suelo – teniendo en mente el vínculo que existe entre la
humanidad y el medio ambiente y promover las prácticas de producción sustentable para garantizar
la calidad e inocuidad de los alimentos para mejorar las condiciones de salud de la población; y
apoyar a las instituciones rurales en el proceso actual de reforma institucional de tal forma que ellas
promuevan el desarrollo de un nuevo paradigma de agricultura dirigido hacia las habilidades de las
partes interesadas en el desarrollo agrícola.
Se han identificado las siguientes conclusiones y recomendaciones para avanzar en la equidad
de género como una condición para la seguridad alimentaria y para lograr los objetivos de prioridad
en la región.
Enfoque de género en las políticas. La transferencia de acciones ad-hoc orientadas hacia las mujeres
rurales deberían dirigirse hacia la incorporación del enfoque de género en todas las políticas sectoriales
de desarrollo rural y en aquellas políticas que luchen por la pobreza en la región. Ampliar la comprensión
y la capacitación en el Análisis Socio Económico y de Género de la FAO (ASEG) contribuirá
efectivamente a la trasversalización de género conforme a los principios normativos de ASEG, que
sirven como un instrumento de cambio en el desarrollo humano sustentable, al cual el sector rural le da
un mayor valor y en el que los aspectos de la equidad de género son un elemento fundamental.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
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Conclusiones
y recomendaciones
que impiden el acceso equitativo de género a los recursos productivos incluyendo: la tierra, el riego,
el crédito y los mercados.
Las políticas públicas con enfoque de género deberían identificar estos obstáculos y determinar
acciones adecuadas para removerlos. Un análisis con enfoque de género de las políticas de acceso a
los recursos productivos destacaría las fortalezas y limitaciones de estas políticas y facilitaría el logro
de sus objetivos.
Promoción del empleo productivo. La promoción del empleo productivo debería comenzar
con el reconocimiento de la contribución de las mujeres rurales a la actividad económica. La
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América Latina y el Caribe
capítulo 4
promoción del empleo debería considerar todas las habilidades que poseen y exhiben las mujeres
rurales en sus estrategias para salir adelante desplegadas bajo condiciones de extrema pobreza.
Es necesario adoptar medidas especiales que promuevan la agricultura y el empleo productivo
agrícola y no agrícola prestando atención a las condiciones de seguridad social y protección
laboral.
Salud. El logro de la igualdad social y de género en la salud es un objetivo para todos los
mecanismos de igualdad de oportunidades para los hombres y mujeres rurales. El acceso
igualitario a los servicios de salud debería incluir el reconocimiento al conocimiento que tienen
las mujeres sobre la medicina tradicional. Muchos Planes de Igualdad de Oportunidades para las
Mujeres Rurales enfatizan la necesidad de dar un seguimiento a la salud ocupacional de las
mujeres trabajadoras rurales, específicamente en relación a su exposición a los plaguicidas.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura
257
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