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América Latina y el Caribe

América Latina
y el Caribe11
Una contribución esencial

El Relator de Naciones Unidas se refiere a la “discriminación contra la mujer y


su impacto en la toma de conciencia del derecho a la alimentación”12, como una de las
más serias limitaciones para la seguridad alimentaria. Por muchas razones este
planteamiento puede considerarse factible para América Latina y el Caribe, donde las
mujeres rurales juegan un rol fundamental en la seguridad alimentaria en cada país, a
pesar de las dificultades que encuentran en muchas áreas. Aunque su trabajo
permanece invisible, las mujeres constituyen casi la mitad de la población rural y
proveen una contribución esencial a la producción de alimentos.
Tal como lo muestra la tabla 4.1., las mujeres pobres son las responsables de las
actividades reproductivas y de alimentar a sus familias de la mejor forma posible. Ellas
han sido afectadas por la liberalización y globalización del comercio; por el acelerado
crecimiento y por la marginalización del conocimiento y como ciudadanas, las mujeres
están incapacitadas para ejercer completamente sus derechos o desarrollar su potencial
humano. Más aún, la mujer rural de América Latina y el Caribe vive en un continente
heterogéneo con variados niveles de desarrollo económico y rural y en una diversidad
de culturas y razas donde las condiciones agro-ecológicas, las dimensiones territoriales
y las distancias a los centros urbanos varía dentro y entre los países.

11
Este capítulo está basado en el trabajo de Soledad Parada, Consultora de FAO.
12
Vigésima Séptima Sesión de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, informe del Relator Especial sobre Derecho a la
Alimentación, presentada por el Sr. Jean Seigler, de acuerdo con la Resolución 2000/10 de la Comision sobre Derechos Humanos.

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América Latina y el Caribe
capítulo 4

Tabla 4.1
Pobreza y desnutrición en América Latina y el Caribe

Proporción de
desnutrición en la
población total

Déficit de alimentos Proporción viviendo por 1979–1981 1990–1992 1998–2000


por país (2000) debajo 1 $ al día (1990–2001)

AMÉRICA LATINA 13 13 11
Y EL CARIBE
NORTE AMÉRICA 4 5 5
México[3] 8.0 4 5 5
AMÉRICA CENTRAL 20 17 20
Costa Rica[3] 6.9 8 6 5
El Salvador[3] 17 12 14
Guatemala[4] Si 16.0 18 14 25
Honduras[4] Si 23.8 31 23 21
Nicaragua[4] Si 82.3 26 30 29
Panamá[3] 7.6 21 19 18
EL CARIBE 20 26 25
Cuba[3] Si 4 5 13
República Dominicana[4] <2 25 27 26
Haití[5] Si 48 64 50
Jamaica[3] <2 10 14 9
Trinidad y Tobago[3] 12.4 6 13 12
SUDAMÉRICA 14 14 10
Argentina[1] - - -
Bolivia[4] Si 14.4 26 26 23
Brazil[3] 9.9 15 13 10
Chile[2] <2 7 8 4
Colombia[3] 14.4 22 17 13 NOTAS: la población desnutrida
Ecuador[3] Yes 20.2 11 8 5 en 1998-2000:
Guyana[3] <2 13 19 14 [1] <2.5 por ciento de desnutridos
[2] 2.5–4 por ciento de desnutridos
Paraguay[3] 19.5 13 18 14
[3] 5–19 por ciento de desnutridos
Perú[3] 15.5 28 40 11
[4] 20–34 por ciento de desnutridos
Suriname[3] 18 12 11
[5] 35 por ciento de desnutridos
Uruguay[2] <2 3 6 3 Una línea de pobreza es equivalente a:
Venezuela[4] 15.0 4 11 21 a) US$ 1.08 (1993 PPP US$); b) Los datos
se refieren a la información más reciente
disponible durante el período especificado.
Fuente: FAO, El Estado Mundial de Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2002.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

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Una Contribución esencial

Disminución de la población rural


La proporción de la población rural en esta región ha disminuído en las últimas

décadas, y hoy cerca de un cuarto de la población total vive en el área rural. Esta
proporción necesita incrementarse a fin de incluir a la población urbana de los centros
municipales, en áreas predominantemente rurales, cuya actividad está relacionada a la
agricultura y que están en las mismas condiciones y tienen los mismos problemas que
el resto de la población rural.

Figura 4.1
Porcentaje de la población rural en América Latina y el Caribe 1970–2000

45 42.6

38.6
40

34.7
35 
31.8
 29
30  26.7
 25.1
25 

20

15

10

0
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000

Fuente: CELADE. Boletín demográfico No. 63, 1999.

La disminución en la población rural está fuertemente influenciada por la migración,


debido a la inseguridad en las condiciones de vida en el sector rural y que afecta a
hombres, mujeres y jóvenes. Existe variación entre países en Costa Rica, Guatemala,
Haití y Honduras más de un 50 por ciento de la población vive en áreas rurales, y en
Argentina, Chile, Uruguay y Venezuela, menos de un 20 por ciento.

Migración
La migración continúa en la región y participan principalmente mujeres como parte
de una estrategia de subsistencia familiar y mujeres jóvenes como una estrategia

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América Latina y el Caribe
capítulo 4

personal. La migración rural-urbana y la emigración a otros países son estrategias


familiares utilizadas para salir de la pobreza rural en América Latina. La migración
es un medio para lograr una mejor educación para los jóvenes rurales de ambos sexos,
quienes están imposibilitados para encontrar una apertura para su progreso personal.

La población indígena
La amplia composición étnica de la población no siempre se considera cuando se
planifican políticas para superar la pobreza y fomentar la seguridad alimentaria. Unos
400 grupos étnicos viven en las áreas rurales y urbanas de América Latina y el Caribe,
cada uno con su propia cultura, lenguaje, organización social, visión mundial, sistema
económico y procedimientos productivos adaptados para este ecosistema. La
población indígena es particularmente numerosa en Bolivia, Ecuador, Guatemala,
México y Perú y personas de descendencia africana y afro-latinoamericana y afro-
caribeña constituyen cerca de un tercio de la población de la región, viviendo
principalmente en Brasil, Colombia y Venezuela y en los países del Caribe.

Mujeres como jefas de la Unidad Familiar


Varios estudios revelan un aumento en el número de mujeres rurales jefas de hogar,
particularmente en América Central. Por ejemplo El Salvador, Honduras y Panamá
han mostrado el aumento más alto, aunque las estadísticas subestiman el registro de
mujeres como jefas de hogar ya que patrones culturales atribuyen al hombre como jefe
de hogar. Esto se confirma por el hecho de que en los países que cuentan con esta
información, es sistemáticamente mayor la proporción de hogares en los cuales la
mujer es la principal proveedora de ingresos. En El Salvador esta proporción alcanzó
hacia fines de la última década a un 38 por ciento de los hogares rurales.
Este hecho es importante debido a que la mayoría de los programas rurales y las
políticas están dirigidas hacia hombres, mientras por otro lado existe evidencia que las
mujeres son a menudo responsables de mantener a sus familias o son las proveedoras
del principal ingreso.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

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Una Contribución esencial

Pobreza rural
Todos los países en la región tienen un rasgo común a pesar de su gran diversidad y
es que una vasta proporción de su población, especialmente rural, vive en pobreza.
Como se señala en la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial,
“la pobreza es una causa importante de la inseguridad alimentaria, y el progreso
sostenible en su erradicación es fundamental para mejorar el acceso a los alimentos.”
La declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el
Programa Mundial de Alimentos en la Conferencia sobre el Financiamiento para el
Desarrollo en Monterrey en el 2002 aún sostienen que la verdad, "si no se aumentan los
fondos destinados a combatir el hambre y la pobreza en el mundo, seguirán en pie los
obstáculos capitales para el desarrollo humano y económico.” (FAO/WFP/IFAD 2002).

Continúa la pobreza rural


Hacia fines del año 2000, más del 60 por ciento de la población rural en la región estaba
viviendo en la pobreza. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPALC), “en la región, la incidencia relativa de la pobreza rural sigue
superando ampliamente a la urbana (54% y 30% de los hogares, respectivamente), pese
a lo cual en 1999 los pobres urbanos
ascendían a cerca de 134 millones y los
Tabla 4.2
América Latina: nivel de pobreza en áreas rurales (a) rurales a 77 millones, debido a la

Pobreza (b) Indigencia (c)


proporción significativamente más alta
de población residente en las áreas
Millones Porcentaje Millones Porcentaje
1980 73.0 59.9 39.9 32.7 urbanas. Esta situación contrasta con la
1990 78.5 65.4 48.4 40.4
de la pobreza extrema, ya que la
1994 75.6 65.1 47.4 40.8
1997 78.2 63.0 46.6 37.6 población que vive en esa situación es
1999 77.2 63.7 46.4 38.3
levemente menor en el área urbana (43
millones), que en la rural (46 millones)
Fuente: CEPALC, Panorama Social de América Latina, 2000-2001. Santiago, 2001 lo que denota de paso la mayor
a) Estimaciones para 19 países en la región.
b) Porcentaje de personas en unidades familiares con ingresos bajo la línea de pobreza. severidad de la pobreza que prevalece en
Incluye unidades familiares bajo la línea de indigencia. esta última”(CEPAL, 2001).
c) Porcentaje de personas en unidades familiares con ingresos bajo la línea de indigencia.

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América Latina y el Caribe
capítulo 4

FUENTE:
Recuadro 4.1 MÉTODO UTILIZADO PARA LA MEDICIÓN DE LA POBREZA
CEPAL, Panorama Social
de América Latina y el
No existe una definición universal o método para definir la pobreza, su medición comprende dos Caribe 2000-2001.
Santiago-Chile. 2001.
etapas: (i) identificación de los pobres y (ii) inclusión de la pobreza dentro de una medición sintética.
La primera etapa define un umbral, que se refiere a la línea de pobreza, la cual identifica la
población cuyo ingreso per cápita es menor que el costo de un canasto de bienes para satisfacer sus
necesidades básicas. Por su parte, la agregación se lleva a cabo seleccionando un indicador que
considere los déficit de ingreso de las personas con relación al valor de la línea de pobreza.

Las estimaciones de la magnitud de la pobreza utilizadas por la CEPAL se realizan por medio del
método del costo de las necesidades básicas, basado en el cálculo de líneas de pobreza. Estas líneas
dan cuenta del ingreso mínimo necesario para que los miembros de un hogar puedan satisfacer sus
necesidades esenciales. La línea de pobreza de cada país y zona geográfica se estima a partir del
costo de una canasta básica de alimentos que cubre las necesidades nutricionales de la población,
tomando en consideración sus hábitos de consumo, la disponibilidad efectiva de alimentos y sus
precios relativos. Al valor de esta canasta se suma luego una estimación de los recursos requeridos
por los hogares para satisfacer el conjunto de las necesidades básicas no alimentarias.

La línea de indigencia corresponde al costo de la canasta alimentaria, entendiéndose por indigentes


(o extremadamente pobres) las personas que residen en hogares cuyos ingresos son tan bajos que,
aunque se destinaran íntegramente a la compra de alimentos, no permitirían satisfacer
adecuadamente las necesidades nutricionales de todos sus miembros. El valor de la línea de
pobreza se obtiene multiplicando el valor de la línea de indigencia por un factor constante que da
cuenta de los gastos básicos no alimentarios.

Respecto de las fuentes de información, los datos sobre el ingreso de las familias provienen de las
encuestas de hogares realizadas por los respectivos países. Estos datos son corregidos tanto por la
falta de respuesta a algunas preguntas sobre el valor de los ingresos –en el caso de los asalariados,
trabajadores independientes y jubilados– como los probables sesgos por sub-declaración. Esto
último se efectúa contrastando las partidas de ingreso de la encuesta con las provenientes de una
estimación de la cuenta de ingresos y gastos de los hogares del Sistema de Cuentas Nacionales
(SCN), elaborada para estos propósitos a partir de información oficial. El concepto de ingreso
utilizado es el constituido por los ingresos del trabajo asalariado (monetarios y en especie), del
trabajo independiente (incluidos el auto-suministro y el valor del consumo de productos producidos
por el hogar), las rentas de la propiedad, las jubilaciones y pensiones y otras transferencias recibidas
por los hogares. En la mayoría de los países, el ingreso de los hogares incluye, además, un valor o
imputación por concepto de arriendo de la vivienda cuando ésta es habitada por sus propietarios.

Los porcentajes de hogares y de población pobre e indigente se calculan comparando el valor


mensual per cápita de las respectivas líneas con el ingreso total de cada hogar, expresado también
en términos per cápita. A su vez, los índices nacionales de pobreza e indigencia se calculan como un
promedio ponderado de los índices correspondientes a cada área geográfica, por lo que no sólo
dependen de la incidencia de la pobreza en cada una de ellas, sino también del porcentaje que éstas
representan en la población total de cada país.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

207
Una Contribución esencial

Diferencias entre los países


Los niveles de pobreza e indigencia son diferentes según los países, pero ninguno ha
sido capaz de eliminar la pobreza y la indigencia rural. Aunque la pobreza y la
indigencia rural se han reducido en algunos países, los niveles son inaceptablemente
altos. En los años 90 se lograron reducciones significativas de pobreza e indigencia en
Brasil, Chile, Costa Rica, y Panamá. Aunque también se efectuaron reducciones en
Guatemala, Honduras y Nicaragua, donde más de las tres cuartas partes de la población
rural en esos países aún viven en condiciones de pobreza. En Colombia y El Salvador
los niveles de pobreza rural se mantuvieron estables (en niveles elevados), pero en este
último país aumentó la proporción de personas que vive en la indigencia. En otros
países como Bolivia, México y Venezuela, la pobreza y la indigencia rural aumentaron.

Diferencias dentro de los países


Los niveles de pobreza e indigencia difieren dentro y entre los países. El estudio de
Larrea, La Geografía de la Pobreza en El Ecuador, citado por Cuvi (2001), presenta las
peores condiciones en la región Amazónica: la falta de infraestructura que ha limita-
do el desarrollo y la productividad agrícola. Asimismo, la pobreza ha afectado con
mayor fuerza las zonas rurales altas que a las zonas rurales costeras, especialmente la
población indígena, debido a la escasez y erosión de la tierra, ausencia de riego, crédi-
to y asistencia técnica y a un inadecuado servicio de salud y educación.
Los niveles más altos de pobreza en la región lo sufren las mujeres indígenas y la
población afro-latina y afro-caribeña. Estas mujeres pertenecientes a esta población
después de siglos de soportar una doble exclusión y subordinación, en función de su
etnia y género, a principios de este nuevo milenio han tenido los peores indicadores
económicos y sociales, con un reconocimiento cultural limitado y un acceso
restringido en las instancias decisorias.(Hopenhayn Bello, 2001).
La pobreza afecta a muchos hogares rurales en América Latina debido a un
ingreso insuficiente, la falta de acceso al saneamiento básico de agua y salud. La
división urbana y rural se clarifica en la Tabla 4.3.

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América Latina y el Caribe
capítulo 4

Tabla 4.3
Acceso a la salud y medidas sanitarias en algunos países
que han sido seleccionados en América Latina y el Caribe
Países Sanamiento adecuado Agua potable Servicios de salud
(1990–1997)a/ (1995)b/ (1985–1995)c/
Urbano Rural Urbano Rural Urbano Rural
Bolivia 74 37 88 43 77 52
Brazil 80 30 80 28 n.a. n.a.
Chile 90 99 47 n.a. n.a.
Colombia 97 56 90 32 n.a. n.a.
Costa Rica 95 70 100 99 100 63
Ecuador 95 49 81 10 70 20
Guatemala 95 74 97 48 47 25
Honduras n.a. 57 91 66 80 56
Nicaragua 34 35 93 28 100 60
Panama n.a. n.a. 99 73 95 64
Paraguay 65 14 70 6 90 38
Perú 89 37 91 31 n.a. n.a.
República Dominicana 76 83 88 55 84 67
Trinidad y Tobago 99 98 100 88 100 99
Venezuela 64 30 79 79 n.a. n.a.

a/ UNICEF 1999. b/ Banco Mundial 1999 b. c/ UNICEF 1996.


Fuente: FIDA, Informe de Pobreza Rural 2001

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

209
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

La feminización de la pobreza
y estrategia de sobrevivencia de las mujeres rurales
No existe información estadística desagregada por género para diferenciar el ingreso de

hombres y mujeres, debido a que en las encuestas de hogares se toma en cuenta el ingreso
familiar total. Sin embargo algunas fuentes indican que la pobreza afecta principalmente a las
mujeres. Un estudio de Köbrich y Dirven identifica la falta de acceso a los activos y la
disparidad en el control de los mismos como factores críticos
asociados a la pobreza rural en América Latina.
Los autores indican que la disparidad en los activos y el control
se basa en estudios que revelan que la pobreza impacta
principalmente a las mujeres, a los jóvenes, a los ancianos y a las
comunidades étnicas - grupos que tienen por tradición un limitado
acceso para el control de la tierra y el capital. Otro factor es la
calidad o productividad de estos activos que determinan en gran
parte los beneficios que se obtienen de su uso. Estos activos han
sido clasificados como capital natural (tierra, suelo, clima, agua,
localización, etc.); capital físico (inversiones, infraestructura,
tecnología); capital financiero (recursos propios, créditos,
Mujer campesina subsidios); capital humano (educación, salud) y capital social
sembrando en el Valle
Mantaro, cerca de (confianza, cooperación, reciprocidad). El reconocimiento de estos activos implica que los
Huancayo.
(J. Van Acker, 1979) programas deben considerar las características de cada uno si desea atacar la pobreza con una
perspectiva integral. (Köbrich y Sirven, 2001)
A la luz de la extrema pobreza las mujeres rurales han desarrollado múltiples estrategias de
subsistencia para alimentar a sus familias. A nivel micro de sus hogares, las mujeres han ido
adquiriendo cada día más empleos asalariados. Existe una mayor cantidad de mujeres que se
incorporan al empleo rural no agrícola que hombres, cultivan huertos familiares, recolectan y
procesan alimentos y migran a áreas urbanas enviando remesas a sus hogares. Una de las estrategias

210
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Recuadro 4.2 ORGANIZACIONES CAMPESINAS Y SOBERANÍA ALIMENTARIA

Las organizaciones campesinas actúan para afirmar el derecho de sus miembros en el ejercicio de
una ciudadanía plena. A fines de 1990, se establecieron nuevas organizaciones y aquellas existentes
se fortalecieron o se reestructuraron para tener una mayor independencia. Estas organizaciones
han expresado su opinión sobre la seguridad alimentaria poniendo énfasis en el concepto de
“soberanía alimentaria”, como lo ha reiterado la Alianza Latinoamericana de Organizaciones
Campesinas en el Foro Mundial de Seguridad Alimentaria, levado a cabo en La Habana, Cuba, 2001.

Los participantes declararon, “Nosotros definimos la soberanía alimentaria como el derecho de los
pueblos a definir sus propias políticas y estrategias para la producción sustentable, distribución y
consumo de alimentos para garantizar el derecho a alimentación para toda la población, con base
en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de modos
campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, comercialización y manejo de
áreas rurales en las cuales la mujer juega un papel importante.

La participación de las mujeres rurales


en actividades productivas
Las agencias internacionales informan que las mujeres asumen el mayor peso y el costo social

de los principales cambios que ocurren inmediatamente después de la globalización de la economía.


El empobrecimiento de varios lugares de la región, marginados debido a la intensa competencia
económica internacional y a un ajuste estructural riguroso habría sido más severo, si las mujeres no
hubiesen aumentado sus esfuerzos productivos en el sector agrícola y en el sector económico
informal.
Durante los últimos 20 años la participación de la mujer en la fuerza de trabajo ha aumentado en
todos los países de la región. Los cambios revelan una feminización en la fuerza de trabajo y en el
empleo, aunque, tal como se informó más arriba, la calidad del empleo de la mujer es pobre. Se han
desarrollado varias formas de ocupación: jornada diaria de tiempo parcial, trabajo ocasional
(temporeras), trabajo subcontratado o trabajo doméstico – todos empleos precarios; con remuneración
deficiente y con limitadas oportunidades de formación. Más aún, el trabajo de las mujeres escasamente
está cubierto por derechos legales, acuerdos laborales colectivos o seguridad social.
A fin de ver la contribución de la mujer en la agricultura, debemos mirar más allá de las
estadísticas oficiales e incluir a la mayoría de las mujeres, que las estadísticas de empleo clasifica
dentro de la población económicamente inactiva.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

211
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

Las mujeres – productoras invisibles


Todas las mujeres en edad de trabajar, incluyendo las niñas y las ancianas, contribuyen a la actividad

económica pero no son consideradas como la población económicamente activa (PEA). Esto incluye y se
refiere a las mujeres que trabajan en el hogar, cuidando los huertos familiares para alimentar a sus familias y
a aquellas mujeres cuyo trabajo no es considerado en las estadísticas oficiales. Estas mujeres están
involucradas en algunas etapas del ciclo productivo y llevan a cabo tareas invisibles como lo son la recolección
de alimentos, la cría y alimentación de animales menores en su hogar, la preparación de alimentos para otros
trabajadores empleados en sus campos, la venta de productos agrícolas frente a sus casas.

Datos estadísticos sobre el PEA (Población Económicamente Activa)


femenino en áreas rurales
Los datos de 1999 indicaron que existen alrededor de 37 millones de mujeres en edad de trabajar en el
área rural de América Latina; cerca de 13 millones son consideradas como parte del PEA, los 24 millones
restantes conforman el grupo de trabajadoras invisibles. El subregistro de las actividades económicamente
productivas de las mujeres rurales se origina a partir del criterio utilizado en las encuestas y de la propia
percepción que tienen las mujeres de su propio trabajo. (FAO, basado en CEPAL, 2001)

Datos cualitativos sobre la labor de las mujeres en las áreas rurales


Para entender la real contribución de las mujeres a la actividad productiva, la FAO desarrolló el
Programa de Análisis Socio Económico y de Género (ASEG) para promover un criterio socio
económico y de género en los proyectos de desarrollo, en políticas y programas y para facilitar acciones
de desarrollo a fin de orientar las prioridades y necesidades en las diferencias y disparidades entre los
sexos. El ASEG centra el análisis de genero en los factores socio culturales, económicos, demográficos,
políticos y factores de medio ambiente, su interacción y la influencia de éstos en los resultados de las
iniciativas de desarrollo. El Programa de análisis opera en tres niveles: macro (programas y políticas),
intermedio (instituciones) y campo (comunidades, hogares e individuos).13
Con el programa ASEG se han desarrollado actividades de análisis participativo con altos funcionarios
de los ministerios de agricultura, con responsables de Proyectos de Cooperación Técnica de la FAO y con
personal de campo de estas entidades. La metodología ASEG se ha aplicado a fin de identificar las

13
Más información sobre el Programa de Análisis Socio Económico y de Género (ASEG) de la FAO disponible en nuestro sitio:
http://www.fao.org/sd/SEAGA/index_es.htm

212
América Latina y el Caribe
capítulo 4

actividades correspondientes a hombres y mujeres en las áreas rurales. En varios proyectos de la FAO se han
incluido estudios para determinar los roles de género en actividades productivas, y éstos han confirmado que
todas las mujeres en edad de trabajar contribuyen efectivamente en la producción de alimentos.
Por ejemplo, estudios de actividades periódicas, más conocidos como calendarios estacionales y análisis
de rutina diaria de género, conducidos en diferentes contextos agro ecológicos en varios países han
mostrado que, en las situaciones más diversas, en que las mujeres estadísticamente son consideradas como
“inactivas”, las mismas están de hecho involucradas con la producción agrícola.
En el recuadro 4.3 se da una información más detallada del Proyecto Post Cosecha GCP/BOL/032/NET,
implementado por la FAO en Bolivia, enfocado específicamente en la diferenciación del trabajo de género
con vistas a confeccionar actividades de capacitación dirigidas a mujeres.

Recuadro 4.3 LA DIVISIÓN DEL TRABAJO ENTRE HOMBRES Y MUJERES

“En Arroyito, una comunidad quechua, el propietario de la tierra es el hombre jefe de la familia.
Pero no todos los chacos de la familia son responsabilidad del hombre. La mujer tiene sus
propios chacos, normalmente cerca de la casa, donde siembra lo que se necesita para el
autoconsumo: maíz y choclos para el hogar y sus gallinas, fréjol, yuca y hortalizas. El hombre
siembra en sus chacos los cultivos comerciales: caña, maíz y yuca."

“En Barrio Nuevo, una comunidad guaraní, los hombres aportan a la comunidad dinero para el
fondo comunal, y tienen derecho a un terreno que les asigna el capitán. Las mujeres no pagan el
aporte y no tienen derecho a un terreno de la comunidad. En la mayoría de las familias, el
hombre y los hijos mayores trabajan como jornaleros en otras comunidades. Las actividades
agrícolas son principalmente responsabilidad de la mujer y sus hijos, salvo la limpieza del
terreno que es responsabilidad del hombre. Los terrenos que cultivan son pequeños, en
promedio de 0,2 ha. En este terreno cultivan maíz y yuca para autoconsumo.“

“En Tundy, una comunidad camba, la mujer se dedica a las tareas domésticas y no trabaja en los
chacos, que son responsabilidad de su esposo. Ella y sus hijas a partir de 6 años tejen sombreros
de saó, que es su principal fuente de ingresos. Estos ingresos, la mujer los destina a cubrir las
necesidades diarias de la familia.”

Fuente: Proyecto de Poscosecha GCP/BOL/032/NET. Bolivia, 2001.

En tres regiones de Nicaragua donde la FAO tiene proyectos en curso, se examinó el compromiso de
las mujeres en las actividades productivas y conclusiones similares alcanzaron a aquellas de Bolivia
(Recuadro 4.3) (Dévé, 1997). A través de análisis globales con enfoque de género se identificaron diferentes

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

213
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

roles de género en la producción. Se examinaron las unidades de producción familiar, enfocadas


en la división del trabajo y los respectivos roles de género en la producción. Estos estudios
participativos indicaron que en hogares mixtos (hombre jefe de hogar y esposa), la participación
de la mujer es variable y aumenta generalmente dependiendo del grado de pobreza, hasta llegar
a veces a más del 50 por ciento del trabajo. Otro estudio en Nicaragua mostró que las mujeres
participan en todas las etapas de la producción, excepto en la preparación de la tierra y en la
aplicación de agro-químicos.
En Bolivia, la división del trabajo de género en el cultivo de maíz fue estudiado en la
comunidad quechua de Arroyito (Maijer, 1997). Se encontró que hombres y mujeres trabajaban
juntos en el campo, pero las faenas del hogar las hacían principalmente las mujeres, ayudadas por
su familia. Los hombres ayudan en las actividades más laboriosas, como el desgrane. La mayoría de
las actividades de post-cosecha en el hogar para la subsistencia y los cultivos comerciales lo realizan
las mujeres. La misma situación se aplica a otras comunidades de diferentes grupos étnicos.
Se observó que las mujeres generalmente realizan tareas simultáneas, ajustando sus horarios
de trabajo conforme a la demandas de actividades de la estación. De esta forma ellas realizan la
mayoría de las actividades dentro o cerca del hogar, requiriendo un limitado esfuerzo físico pero
que toman mucho tiempo y que se pueden intercambiar con otro trabajo.

Actividades de las mujeres que son consideradas


como trabajo doméstico y no productivo
A pesar que las mujeres hacen una contribución real a la agricultura, muchas de sus actividades son
consideradas domésticas y no como actividades económicas. Sin embargo muchos estudios han
demostrado que las mujeres juegan un rol principal en la agricultura y en la seguridad alimentaria
y su tienen una participación activa en todo el ciclo de la producción: en la siembra, cosecha, post
cosecha y comercialización y en el cuidado de los huertos familiares. Ellas tienen gran participación
en actividades ganaderas, trabajando a la par con el hombre en el cuidado de ganadería mayor y
menor pero teniendo mayor responsabilidad en la producción de animales menores.

El empleo rural remunerado de las mujeres y la reducción de la pobreza rural


Como se señaló al principio, la participación de las mujeres en las actividades económicas, como
lo definen las estadísticas de empleo, han aumentado en las últimas décadas. Sin embargo el
empleo de las mujeres es precario y el ingreso es menor que el de los hombres, resultando en una

214
América Latina y el Caribe
capítulo 4

menor seguridad laboral. Un rasgo notable es el aumento en la participación de las mujeres en


las actividades agrícolas y en el empleo rural no agrícola. El aumento de la integración de las
mujeres en las actividades remuneradas ha mitigado en forma significativa los niveles de pobreza
en la región. Un estudio de la FAO en Chile muestra las diferencias en el empleo de las mujeres
sobre y bajo la línea de pobreza. (Parada, 2001). Este estudio mostró que en 1998 en la VI
Región de Chile, más del 10 por ciento de las mujeres que estaban sobre la línea de pobreza
estaban empleadas, a lo contrario de aquellas mujeres que estaban bajo la línea de pobreza.

Las mujeres en el empleo rural agrícola


Las estadísticas muestran un aumento en el empleo de las mujeres rurales en 1990 de un 15.1
por ciento a un 20.1 por ciento en 1999. Esto lleva a
algunos observadores a hablar de la feminización de
este sector. Sin embargo, como se mencionó Figura 4.2
Participación de las mujeres
anteriormente el trabajo de las mujeres es temporal y en la fuerza de trabajo agrícola
sin derechos laborales.
25
El aumento en la participación de las mujeres en 
20 
las actividades agrícolas tanto en las de subsistencia 15  

 
como en aquellas de comercio agrícola, donde ha 10 

habido una alta inserción de mujeres en el sector de 5

exportación de granos, notablemente arrojó un 0


1990 1994 1997 1999
crecimiento frutícola en Chile y Ecuador. Igualmente,  Urban 10.2 22.5 19.1 19.2

 Rural 15.1 20 19.2 20.1


la producción más alta de hortalizas y otros cultivos no
tradicionales en las tierras altas de Guatemala, no
Fuente: FAO, de cifras
habrían sido posibles sin el trabajo de las mujeres. En aparecidas en
este caso la agro-exportación o sociedades mercantiles compran los productos agrícolas a pequeños Panorama Social de
América Latina,
agricultores en el área. De la misma forma, las grandes fincas de café, caña de azúcar y banana 2000–2001.
ECLAC, 2001.
emplean gran cantidad de mujeres (Oficina Nacional para las Mujeres, UNICEF, 1998).
Las condiciones de empleo de las mujeres son precarias. Un estudio patrocinado por la FAO
por el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) señaló el trabajo de las mujeres como peligroso
para la salud debido a los productos químicos que se utilizan, situación que incluye al resto de
las mujeres de Latinoamérica que trabajan en la agro industria (SERNAM, FAO, 2001). Este
estudio sobre Chile, confirmó la falta de derechos laborales para el trabajo que realizan las

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

215
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

mujeres en la exportación frutícola, en uno de los países más dinámicos y en uno de los sectores
más exitosos. Casi las tres cuartas partes de las mujeres viven bajo la línea de pobreza y no tienen
seguridad social y por lo tanto no están protegidas en el caso de un accidente laboral o derechos
a una pensión cuando ya no estén aptas para trabajar.
En varios países de la región han sido documentadas las diferencias salariales existentes ente
hombres y mujeres en casi todos los sectores y en especial en el trabajo agrícola. Aunque el
porcentaje del sueldo de la mujer sobre el del varón varíe entre los países, desde el 12 por ciento en
el Perú hasta los 92 por ciento en Costa Rica, el promedio sigue siendo alrededor del 50% para la
Región (FLACSO, 1994).

Las mujeres en el empleo rural no agrícola


Un estudio de la FAO sobre las mujeres en Chile,
señala la importancia del trabajo rural no agrícola
como medio de superación de la pobreza (Parada,
2001). El estudio examinó el trabajo de las mujeres
haciendo distinción entre aquellas que viven en
hogares bajo la línea de pobreza y aquellas que viven
sobre la línea de pobreza, destacando que aquellas que
viven bajo la línea de pobreza están empleadas en gran
proporción en actividades agrícolas; que aquellas que
están sobre la línea de pobreza están empleadas
Locutora grabando la
banda sonora de una principalmente en servicios y comercio, y que una gran proporción de estas mujeres están
producción video en el
proyecto de Tamuim. empleadas en servicios domésticos. Existe una mayor cantidad de mujeres que de hombres que
(L. Dematteis, 1993)
trabajan en el empleo rural no agrícola, el cual es mejor pagado que el trabajo agrícola, y provee
un mayor ingreso para el hogar. Información del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural
de Colombia indica que existe una mayor cantidad de mujeres en el empleo rural no agrícola.
En un estudio de Reardon y Berdegué sobre empleo rural no agrícola e ingreso en América
Latina, sañala que las mujeres son relativamente dependientes de las actividades no agrícolas,
actividades que son de fácil acceso pero bajas ganancias, como el comercio menor (Reardon,
Berdegué, 1999). Muchos estudios investigan los ingresos relativos y los tipos de actividades de las
mujeres (ver Séller, 1994, para América Central; Berdegué et al., 1999, para Chile; Lanjouw, 1999,
para Ecuador y otros). Los resultados para Ecuador (Lanjow, 1999) parecen ser representativos: (1)

216
América Latina y el Caribe
capítulo 4

las mujeres ganan salarios más bajos en el empleo no agrícola; (2) las mujeres tienden a concentrarse
en el sector de servicios y en un autoempleo pequeño con remuneraciones bajas en la manufactura;
(3) las mujeres tienden en menor medida a las actividades múltiples.

Acceso a los recursos productivos


Un estudio de la FAO en Chile utilizando información de la encuesta de Características
Económicas y Sociales (CASEN) y del VIII Censo Agrícola Nacional, arrojó una clasificación
de las explotaciones agrícolas (Parada 2001). El estudio reveló que esas explotaciones eran de
insuficiente rendimiento para superar la pobreza contaban con una mayor proporción de mujeres
productoras. La conclusión, desde la perspectiva de género, fue que las mujeres productoras
tenían sistemáticamente menos acceso a la mayor parte de los activos, lo cual determinó en forma
significativa la producción de sus explotaciones. Las cifras mostraron que las explotaciones de
las mujeres eran menores en promedio, disponían de menor riego y usaban menos maquinaria
agrícola. El estudio concluyó que la pobreza rural sería peor si los hogares rurales dependieran
solamente de la producción agrícola.
Esta falta de acceso a los recursos productivos tales como la tierra, el agua, el crédito y la
capacitación, agudizan la condición de pobreza en la que viven más de la mitad de las mujeres
de América Latina y el Caribe. Al mismo tiempo, la falta de acceso de las mujeres a estos
recursos limita su autonomía y participación en los poderes de decisión en el hogar, en las
comunidades y en la sociedad. La mayoría de las mujeres de la región no poseen tierras lo que
limita su acceso a todos los recursos productivos.
La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, que se llevó a cabo en Beijing en 1995,
señaló que la pobreza de las mujeres está directamente relacionada con la ausencia de
oportunidades económicas y de autonomía. Esto incluye la falta de acceso de las mujeres a los
recursos económicos, incluyendo crédito, la propiedad de la tierra y el derecho de herencia, la
falta de acceso a la educación y a los servicios de apoyo y con una mínima participación en los
procesos decisorios. (Plataforma de Acción).

El acceso de las mujeres a la tierra


Estudios pioneros en la región efectuados por Magdalena León y Carmen G. Deere, examinaron
extensamente la relación entre la propiedad de la tierra de las mujeres, su empoderamiento y
autonomía (León, Deere, 2000). Ellos revelaron que ni la reforma agraria ni el acceso al mercado

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

217
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

de la tierra se han realizado en un contexto de enfoque de género. Los estudios documentan


ampliamente los obstáculos que enfrentan las mujeres en la búsqueda de acceso a la propiedad
de la tierra.
América Latina tiene la mayor concentración de propiedad de tierra y las mujeres tienden
al acceso a la tierra a través de la herencia, como beneficiarias de los programas de reforma
agraria o a través del mercado de tierras. En la última década las mujeres accedieron a la tierra
a través de programas de títulos de tierra como una forma de activar el mercado de tierras. Los
estudios muestran las limitantes de los modelos culturales predominantes en la distribución de
las mujeres en cada uno de estos mecanismos. La mayoría de las mujeres tienen pequeñas
explotaciones agrícolas de no más de 5há.
La Ley agraria, la legislación civil y la ley consuetudinaria condicionan el acceso de las
mujeres a la tierra y los principales beneficiarios de la reforma agraria han sido los varones. La
mayoría de los programas de reforma agraria o legislación, directa o indirectamente relacionados
al acceso a la tierra, han explícita o implícitamente excluido a las mujeres o no han hecho ningún
esfuerzo para garantizar su acceso.
La FAO revisó el marco legal del acceso a la tierra en Cuba, República Dominicana,
Honduras y Nicaragua (Galán, 1998) conforme a lo determinado en sus constituciones, códigos
civiles, códigos familiares y leyes agrarias. El estudio de FAO concluyó que algunas leyes agrarias
y códigos civiles contenían disposiciones que eran discriminatorias para las mujeres. Por ejemplo,
la Ley de Reforma Agraria de la República Dominicana identifica al hombre como el beneficiario
inmediato de la reforma agraria. El código civil del país restringe el empoderamiento de las
mujeres indicando que es el hombre el jefe de hogar y el administrador de todos los fondos.
La Ley agraria en Honduras y Nicaragua reconoce el derecho de las mujeres como
beneficiarias inmediatas de la reforma agraria pero aún existen medidas discriminatorias en sus
códigos civiles o en sus códigos de la familia que condicionan el acceso de las mujeres a la tierra.
En Cuba, la ley agraria y la legislación civil, reconoce la igualdad total de los derechos de ambos
géneros, sin embargo, muchos más hombres son dueños de la tierra y miembros de cooperativas
y administradores.
En el estado civil, la ley agraria en Cuba, Honduras y Nicaragua reconoce el derecho de las
mujeres a una unión libre para ser beneficiarias de la reforma agraria; esta unión necesita ser
reconocida por una autoridad competente, requerimiento que restringe el acceso de las mujeres
a la tierra. La República Dominicana no reconoce la unión libre.

218
América Latina y el Caribe
capítulo 4

La legislación de Cuba y Honduras regula la herencia de la tierra adquirida a través de la


reforma agraria asignándole el derecho a la esposa del beneficiario. En las leyes en República
Dominicana y en Nicaragua no existen medidas en este respecto. El asunto lo trata el código civil
y éste no reconoce a la esposa como un heredero obligatorio.
En Ecuador, desde el año 1982, las parejas que viven en una unión libre han tenido los
mismos derechos legales que aquellas parejas casadas, lo cual depende de tres condiciones: (i) dos
años de cohabitación probada; (ii) evidencia de no tener otros
lazos matrimoniales; y (iii) reconocimiento legal de un juez.
Esta última condición es incluso más costosa que un
matrimonio formal (Deere, León, García, Trujillo, 1999)
En países que garantizan el derecho de herencia de la mujer,
aún rigen patrones culturales que dificultan el ejercicio de este
derecho. A las mujeres rurales en Brasil se les otorgó derechos de
igualdad sobre los bienes desde la reforma agraria en 1988, en la
práctica ellas no tienen los mismos accesos. Un estudio del
Ministerio de Agricultura y Desarrollo del Instituto de Reforma
Agraria, bajo el Proyecto de Cooperación Técnica para la
Integración de la Reforma Agraria con Perspectiva de Género, de
Estas terrazas, construídas
la FAO, (TCP/BRA/8922) (Lindares, 2002), señaló que a pesar de que la legislación reconoce la por mujeres, rinden un
70% más de papas por
igualdad de género, patrones culturales en Brasil como en el resto del continente, aún constituyen serios hectárea que los cultivos
de terrenos en pendiente.
obstáculos para que las mujeres rurales puedan ejercer completamente sus derechos de ciudadanía. (I. Velez, 1985)

“Tales barreras están presentes en las prácticas del Instituto Nacional de Colonización y de
Reforma Agraria (INCRA) y en otras instituciones gubernamentales incluidas en el proceso de
la reforma agraria, y con las sindicatos, movimientos y asociaciones de trabajadores rurales”. El
estudio señala que como el acceso de las mujeres a la ciudadanía es relativamente reciente, ellas
aún están fuertemente afectadas por la discriminación social y por el fracaso de ellas para que sus
derechos sean reconocidos. La situación es aún más difícil para las mujeres trabajadoras rurales
debido a su rol en la actividad reproductiva y cuidados domésticos ya que ello encubre su
contribución activa al proceso de desarrollo. Más aún, las mujeres no han logrado un mejor
acceso a la tierra a través del mercado de la tierra. Un estudio en Colombia muestra que las
mujeres solo han accedido al 11 por ciento de las posesiones agrícolas a través del mercado de la
tierra o a través de asignaciones de tierra por parte del Estado. En República Dominicana la Ley

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

219
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

de Reforma Agraria promulgada en 1962, no considera a las mujeres como beneficiarias directas,
sino como herederas de sus cónyuges en caso de muerte o abandono. Esto limita su acceso a la
tierra debido a la alta proporción de uniones libres en las áreas rurales. Actualmente, el nombre
de la esposa se incluye junto con el del esposo en el Certificado de Asignación Provisional,
mediante el cual se les asigna la tierra dentro de los asentamientos agrarios que realiza el Estado.
La Ley 555-77, reforma la Ley de Reforma Agraria y deja de lado todas las formas de restricción
para las mujeres, otorgándoles igual acceso a la tenencia de la tierra, capacitación y asistencia
técnica que propicia el Instituto Dominicano para la Agricultura (Tejada de Walter, 2000).
En El Salvador sólo el 8.5 por ciento de las mujeres están comprometidas con las
actividades agrícolas. Aún está pendiente una enmienda al Código de Tierra, con las siguientes
tres medidas que favorecen a las mujeres:
 El contrato para la tierra agrícola se aplica a todo el
grupo familiar, independientemente que en él pueda
figurar un solo nombre.
 Cuando se celebre un contrato para la adjudicación
de tierra, el título debería incluir los nombres de
ambos cónyugues o compañeros o de la persona
responsable del mantenimiento de la familia.
 En el caso de abandono o anulación de los vínculos
maritales por la persona designada como titular del
contrato, los derechos otorgados al resto de los miembros
de la familia no serán revocados. (Estas medidas ya
existen en Colombia, Costa Rica y Nicaragua).
La situación en Perú es paradojal (Cacassi León, 1998).
Masaya. Los familiares La Ley de Reforma Agraria estipula que en cuanto a la muerte de un beneficiario que no haya pagado
de los niños que asisten
a la guardería diurna la totalidad de la tierra asignada, la tierra en cuestión es transferida libre de cargo a su “cónyugue o
Gaspar Garcia Laviana
cultivan en el huerto del compañero”, reconociendo el derecho del concubinato. Sin embargo si la tierra ha sido totalmente
centro productos que
luego son consumidos pagada, se excluye a la concubina y no tiene ningún derecho reconocido, esto excluye a la mayoría de
durante el almuerzo.
(L. Dematteis, 1997)
las mujeres de la tenencia de tierra ya que la mayoría de las parejas viven en concubinato. En Costa
Rica la distribución de la tierra en uniones libres debe estar a nombre de ambos compañeros.
México fue el primer país en establecer los derechos de igualdad de género para la tenencia
de la tierra (1971). Pero, las mujeres rurales sufrieron un retroceso en el año 1990 cuando se

220
América Latina y el Caribe
capítulo 4

corrigió el Artículo 27 de la Constitución Mexicana. Esta reforma ya no garantiza más la


sucesión de las mujeres en la tierra familiar en caso de muerte del esposo. (Deere, León, 1997).
En Paraguay, el Acuerdo sobre los Estatutos Agrarios (L854) identifica explícitamente
como beneficiarios de los programas de tenencia de la tierra a todos los adultos sobre los 18 años
que estén dedicados o que sean formalmente propuestos para dedicarse a los trabajos agrícolas
sin distinción de sexo o nacionalidad. (Molinas, 1999)
En Guatemala, el acceso de las mujeres a los programas públicos o privados de reforma
agraria han sido limitados por una combinación de restricciones legales, institucionales o socio
culturales. El código civil califica al hombre como el jefe de familia y administrador de los bienes
del grupo familiar. Sin embargo, los programas establecidos por el Fondo de Tierra Nacional
(FONATIERRA 1988-1999) han registrado un aumento en el número de mujeres que han
adquirido acceso a la tierra a través de los grupos agrícolas campesinos. ( JC. Fénix, 1999)

Programas de titulación de tierras


En la década pasada se llevaron a cabo en América Latina programas masivos para regular la tenencia
de tierras, otorgando títulos de propiedad a la gente de escasos recursos. Esto se hizo con el fin de
aliviar la pobreza; un título de dominio es una herramienta social útil para estos sectores de la
población ya que otorga acceso a subsidios de casas estatales y privados, créditos, tecnología, asesoría
y financiamiento agrícola. Los programas de otorgamiento de títulos de propiedad se crearon para
reducir la tenencia irregular y facilitar el adecuado funcionamiento del mercado de la tierra.
Se realizaron estudios sobre la reciente regularización de títulos de propiedad en países de
la región. En Chile, el Ministerio de Bienes Nacionales evaluó su programa de regularización
para el período 1994-2000. Después de esta evaluación en 1996, se encontró que el 75 por ciento
de los beneficiarios vivían bajo la línea de pobreza, de estos el 39 por ciento eran mujeres y su
situación irregular se debió a irregularidades en los procedimientos de herencia y en las
adquisiciones/compras. (Ministerio de Bienes Nacionales, 1999)
La evaluación mostró que las mujeres más que los hombres, tendían a mantener y ocupar
permanentemente su propiedad. Reveló que el título de dominio no ha facilitado particularmente
el acceso a incrementar los recursos para una mejor calidad de vida, sin embargo ha moderado la
desigualdad en los grupos familiares. Las mujeres beneficiarias tienden a tomar decisiones para el
bienestar de sus familias. Tener un título de dominio a su nombre, les ha permitido a las mujeres
tener una mayor participación en las decisiones que se relacionan con la tenencia de la tierra y el

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

221
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

grupo familiar, reduce la migración al exterior, estimula nuevas fuentes de trabajo y la educación
de los hijos. Al mismo tiempo, las mujeres beneficiarias informan que sus esposos o compañeros
las respetan más y se prepararon para otorgarles menos concesiones. Más aún, disfrutan de un
hogar seguro para ellas y sus hijos.

Acceso de las mujeres al agua


En la mayoría de los países de la región, el riego es un medio importante para aumentar la
productividad, fomentar la diversidad y la intensidad de los cultivos.
El acceso al agua y al riego están ligados a la presencia de agua y al desarrollo tecnológico.
Sin embargo la clave del criterio que se aplica para tener este acceso es la tenencia de la tierra;
por lo tanto las mujeres se encuentran en desventaja en relación al acceso al agua y al riego.
Existen escasos estudios en la región sobre la disponibilidad de recursos de agua
superficiales y subterráneos o para su uso en diferentes tipos de riego. Prácticamente no existen
estudios económicos, sociales o consideraciones
de medio ambiente que permitan examinar
esta situación desde una perspectiva de género.
Particularmente en Argentina, Bolivia,
El Salvador y Venezuela el limitado potencial
de riego se debe al área de superficie total.
En Bolivia, las razones son las condiciones
climáticas, la topografía accidentada y la falta
de agua en la mayor parte del país. El
problema principal en Argentina, El Salvador
y Venezuela es la falta de agua en las áreas

Mujer dando más apropiadas para el riego. Las condiciones


de comer a los
pesces en una
húmedas de la mayor parte de Costa Rica y Panamá significan que allí existen pocas necesidades
piscifactoría. y sin embargo alto potencial de riego.
(G. Bizzarri, 1995)

A partir de 1950, la mayoría de los países desarrolló el riego en forma considerable,


especialmente el de superficie que es la técnica más común. Chile es la única referencia que se
encontró para esta publicación, y señala que las mujeres jefas de hogar tienen un menor acceso a
cualquier tipo de riego, y un 66.3 por ciento de las mujeres jefas de unidades familiares agrícolas
no tienen riego en comparación a un 58.9 por ciento para el caso de productores hombres. En la

222
América Latina y el Caribe
capítulo 4

región la principal fuente de suministro de agua de riego son los recursos hídricos superficiales. (Las únicas
excepciones son Nicaragua y Cuba donde las aguas subterráneas abastecen el 77 y 50 por ciento de la
superficie bajo riego, respectivamente).
Se requiere una diferenciación de las necesidades que incluya el enfoque de género a fin de establecer
si la irrigación es de desviación directa de agua de superficie, de embalses de aguas superficiales, o de
bombeo de una napa freática (aguas subterráneas), éste último es importante en Cuba, México y Nicaragua.
La consideración de género y riego es importante para un manejo efectivo de los esquemas de riego
desarrollado por los gobiernos y para apoyar el riego privado a pequeña escala ya sea en capital, equipo,
capacitación, extensión o asistencia técnica.
No se ha prestado suficiente importancia al rol que juegan las mujeres en el manejo de los recursos de
agua de la región. Existen pocos estudios que se refieren al tema en Latinoamérica comparado con Africa
donde estudios muestran que la no consideración de los aspectos de género puede tener efectos adversos
sobre las políticas y proyectos de riego. En el norte de Ecuador, en un estudio en la provincia de Carchi,
cerca de la frontera con Colombia, analizó el acceso de las mujeres a dos proyectos de riego y demostró que
los roles sociales tradicionales impidieron la participación activa de las mujeres en las asociaciones de riego,
lo cual limita sus derechos al agua (Bastidas, 2000).
Magdalena León hace referencia a que los conflictos de agua se manifiestan por género, ya que el agua
se adjudica a la persona y se fija por la tenencia de la tierra.

Recuadro 4.4 DERECHOS DE AGUA EN ECUADOR

“En Pungal, en la Provincia de Chimborazo, en Ecuador, una cuadra (más o menos 0.7 has) da
derecho a un caudal de 10lts/segundo, durante 7.5 horas, una vez a la semana. Se obtienen los
derechos de agua por haber participado en todas las mingas y en el mantenimiento del canal, en las
reuniones y pagando las tarifas anuales. Los nuevos socios deben igualar las faltas en las mingas y
reuniones, pagando una entrada que se revisa cada año. En la lista de socios aparece siempre el jefe
de familia, que generalmente es el hombre. Solamente las viudas y algunas solteras figuran como
socias directas, el resto sólo tiene derecho al agua a través del socio directo.”

Fuente: Deere D, M. León, E. García y JC Trujillo. Género y derechos de la mujer a la tierra en Ecuador.
CONAMU, Quito, Ecuador, 1999. En Guía conceptual y metodológica de Género en poscosecha.

Chile reviste particular importancia (ver recuadro 4.5) ya que la Comisión Nacional de Riego está
promoviendo acciones de transversalizacion con enfoque de género en los programas y proyectos de apoyo
al riego.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

223
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

Recuadro 4.5 PROGRAMA DE TECNOLOGÍA DE RIEGO APLICADA


A LA AGRICULTURA EN SAN PEDRO DE ATACAMA
Objetivos:
 Mejorar los sistemas de riego, solucionando problemas de acumulación, conducción,
distribución y tecnificación predial, mediante la elaboración de proyectos INTA y extrapredial,
vía Ley de Fomento u otras fuentes.
 Mejorar los sistemas productivos con capacitación tecnológica en el quehacer agropecuario.
 Fortalecimiento de las Organizaciones de Regantes en la administración de los recursos hídricos.

En este Programa se ha establecido que existe una población total de 1.315 mujeres y el Punto Focal
de la Comisión Asesora de Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Agricultura ha realizado las
propuestas de acciones para que en el desarrollo del programa se consideren las necesidades de
las mujeres. Asimismo se ha planteado la transversalización con el enfoque de género en los
siguientes programas:
 Programa del desarrollo del riego en comunas con problemas de desempleo y pobreza.
 Programa de aplicación tecnológica en sistema de riego y cultivos en laja y Diguillin.
 Proyecto de transferencia de tecnologías de riego y protección de recursos naturales en la
comuna de Ninhue y Portezuelo, Chile.

Fondos Totales involucrados: aproximadamente US$ 3 millones

Fuente: Comisión de Irrigación Nacional. Comité de mujeres rurales en Chile. Santiago. 2002.

El acceso de las mujeres al crédito


Las mujeres rurales están limitadas cuando solicitan un crédito debido a que ellas al no ser
propietarias de la tierra carecen de garantías. Muchas de ellas desconocen las reglas del mercado y/o
recurren a formas no tradicionales de ahorro, guardan en su propia casa el dinero en efectivo o ahorran
en especies (en grano y/o animales). La forma más común de ahorro es tener animales menores que
se venden en épocas de apremio. A menudo las mujeres son presa fácil de créditos ilegales de tasas
altas de intereses pero acuden debido a la oportunidad y los requisitos limitados. También es
importante considerar que a las mujeres les produce temor sacar un crédito; un estudio en Ecuador
reveló que las mujeres no solicitan créditos debido a que “les atemoriza solicitarlo a un banco”
(especialmente las mujeres iletradas). Esto se debe a que no pueden cumplir con los requisitos de
garantía que les pide el banco o debido al exceso de tiempo que toma un préstamo para ser otorgado.
También temen no ser capaces de cumplir con plan de pago. (Deere, Lerón, García, Rrujillo, 1999).
Las cifras para Colombia se refieren al número de préstamos (Ver gráfico 4.3). Estas describen
una situación en que la proporción de préstamos refleja aproximadamente la proporción de mujeres.

224
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Figura 4.3
Colombia, Prestamos a pequeños campesinos; junio 1999 – mayo 2000

Bogotá 81% 19%


Hombres
Antioquia 86% 14%
Mujeres
Cafetera 82% 18%

Costa 84% 16%

Oriente 80% 20%

Occidente 80% 20%

Nordoriente 81% 19%

0% 20% 40% 60% 80% 100%

Fuente: FAO, basada en cifras proporcionadas por el Banco Agrícola de Colombia, IICA.

Los datos sobre Colombia – que se refieren al número de préstamos - ilustran una situación en que los
porcentajes de préstamos corresponden aproximadamente a la proporción de explotaciones en manos de
mujeres. Según un estudio del Ministerio de Agricultura y el IICA, sólo el 16 por ciento del valor de los
desembolsos de crédito fue para mujeres. En 1999-2000, la mayoría de los créditos se utilizaron para
actividades de ganado (54 por ciento) y un 21 por ciento para cultivos de autoconsumo. En otros países las
cifras pueden ser más desventajosas tal como lo muestra un estudio de Magdalena León y C.G. Deere en
Ecuador (deere, León, García Trujillo, 1999). Un total de 353 encuestas en las provincias de Chimborazo,
Manabí, Guayas, Cañar, Los Ríos y Pastaza indicaron que solamente el 7.2 por ciento de las mujeres habían
solicitado crédito. La documentación que normalmente solicitan las agencias de préstamo es una cédula de
identidad, una escritura de propiedad y/o certificado del Registro de Tierra y certificación de agricultor; el
item más costoso corresponde al registro de propiedad.
Instituciones de micro fianza juegan un rol cada vez más importante en el sector financiero de
América Latina, ofreciendo instrumentos financieros a grupos de la población con bajos ingresos en zonas
rurales y urbano marginales. Es significativa la alta proporción de clientela femenina en estas instituciones.
Estas ayudan a las mujeres a cumplir con su responsabilidad en la seguridad alimentaria, ayudándolas a
desarrollar la producción más allá de un sustento diario ofreciéndoles servicios de ahorros útiles y
aumentando las facilidades de micro seguros. (Ver tabla 4.4)

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

225
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

TABLA 4.4 CARTERA ACTIVA DE CLIENTAS MUJERES


EN INSTITUCIONES DE MICROFIANZA SELECCIONADAS.
País Institución de Portafolio activo Porcentaje
microfianza (US$) de clientas

México FINCA 2 151 938 96


Financiera Compartamos* 43 031 000 98
Guatemala FINCA 500 947 88
Génesis Empresarial* 17 336 000 59
Haití FINCA 212 559 98
Sogesol* 2 667 000 62
Honduras FINCA 3 155 203 92
FinSol* 6 408 000 53
Nicaragua FINCA 2 717 804 100
FAMA* 8 775 000 72
Ecuador FINCA 5 760 764 89
Banco Solidario* 53 068 000 45
Perú FINCA 794 532 95
MiBanco* 92 294 000 57
Bolivia Bancosol* 80 917 000 60

*Programa asociado de ACCION Internacional.


Información de FINCA al 05/2003; Información financiera de Acción al 31 de diciembre de 2002, porcentaje de mujeres para el 2001

Educación
Desigualdades y deficiencias
El bajo nivel de educación en la región impide la superación de la pobreza, la seguridad alimentaria,
el ejercicio de la ciudadanía y el desarrollo pleno del potencial humano. Aunque en los últimos diez
años se ha logrado un progreso importante en la ampliación de la cobertura en la educación, el impacto
de la crisis de los años 80 hizo sentir sutilmente una reducción del gasto público en la educación. Otra
observación importante es la globalización que requiere grandes agrupaciones de trabajadores
especializados, mientras las áreas rurales continúan teniendo bajos niveles de educación, a veces con
diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Figura 4.4 muestra el avance en la educación – insuficiente aún- de hombres y mujeres en países
seleccionados de la región y en la equidad de género en la educación. El promedio de años de estudio de
hombres y mujeres entre los 15 – 24 es significativamente más alto que la población entre los 25 y 29 años
de edad, el gráfico revela insuficiencias. La información de los países indica que mujeres rurales jóvenes
de Chile y Panamá han alcanzado los mayores niveles de educación (9.8 años y 8.4 años de estudio
respectivamente), y con niveles superiores a los de los jóvenes rurales.

226
América Latina y el Caribe
capítulo 4

En Guatemala, el tiempo promedio de estudio de las mujeres rurales jóvenes entre los 15 y 24 años de edad es
solamente de 3.1 años, por debajo del promedio de 4.1 años de los hombres rurales jóvenes. En 11 de los 14 países,
las mujeres jóvenes entre los 15 y 24 años de edad han tenido niveles educacionales más altos que los hombres rurales
con excepción de Bolivia, Guatemala y México. Debido a una mayor discriminación en el pasado, en 10 de los 14
países, las mujeres entre los
Figura 4.4
25 y 59 años tienen niveles Población entre los 25 y 39 años de edad con 10+ años de educación
más bajos de educación que en países seleccionados de América Latina.

sus contrapartes hombres, 60

quienes tienen un máximo 50

de 7.1 años de estudio en 40

Chile pero escasamente 1.4 % 30

años de estudio en 20

10
Guatemala.
0
Bolivia

Brasil

Colombia

Costa Rica

Chile

El Salvador

Honduras

México

Panamá

Paraguay

República
Dominicana
Urbano
Rural

Fuente: PRIE de ECLAC, Panorama social de América Latina 1999–2000,


basado en tabulados de encuestas en los hogares.

Figura 4.5
América Latina, 2000. Promedio de años de estudio en la población rural.

10 

9
 
8 

7   
 
 

Años de estudio

 
  
6  

 
  
5  
   
  
 
  
 
4  


  
3   
 
2

1
0
Guatemala

Nicaragua

Honduras

Brasil (1999)

El Salvador

Bolivia

Venezuela

Paraguay

República
Dominicana

Colombia

Costa Rica

México

Panamá

Chile

 Hombres (15 – 24 años)  Hombres (25 – 59 años)  Mujeres (15 – 24 años)  Mujeres (25 – 59 años)

Fuente: ECLAC, Panorama social de América Latina 2000–2001, Santiago, 2001.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

227
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

Insuficiencias educacionales y género en áreas rurales


Las cifras totales son promedios que ocultan diferencias existentes en la región. El progreso no ha sido
uniforme entre los países y al interior de los ellos; a menudo existe una disparidad significativa entre las áreas
rurales y urbanas y dentro de las mismas áreas rurales. Un estudio efectuado en la zona rural de Cajamarca,
en Perú, muestra que un 84.5 por ciento de los niños entre los 6 y 15 años asisten a la escuela, la cifra
desciende a un 75.7 por ciento para las niñas entre los 6 y 15 años. Mientras el 34.1 por ciento de los jóvenes
adolescentes entre los 16 y 20 años asisten a la escuela, sólo el 11.9 por ciento de las mujeres adolescentes
entre los 16 y 20 años lo hacen. En grupos cuyas edades fluctúan entre los 21 y 24 años de edad, el 6.7 por
ciento de los hombres asisten a instituciones educacionales comparado con un escaso 2 por ciento de mujeres.
La crisis de los años 80 y la reducción de los ingresos en prácticamente todos los países se refleja en el
hecho de que en la mayoría de los países las mujeres entre los 25 y 59 años de edad tienen muy bajo nivel de
educación. En Bolivia y Brasil, cerca del 80 por ciento de las mujeres rurales que están dentro de este grupo
de edad, tienen de 0 a 5 años de estudio, por sobre un 60 por ciento en Colombia, República Dominicana,
El Salvador, Honduras y Paraguay, y sobre un 40 por ciento en México y Venezuela. Sólo Chile, Costa Rica
y Panamá tienen una menor proporción de mujeres entre 25 y 59 años de edad con 0 a 5 años de estudio.

Figura 4.6
Porcentaje de mujeres rurales entre los 25 y los 59 años
que tienen entre 0 a 5 años de estudio

Bolivia (1999)
Brasil (1999)
El Salvador (1999)
Colombia (1999)
Honduras (1999)
República Dominicana (1997)
Paraguay (1999)
Venezuela (1994)
México (1998)
Chile (2000)
Costa Rica (1999)
Panamá (1999)

0% 20% 40% 60% 80% 100%


Fuente: ECLAC, Panorama social Con 0 a 5 años de estudio Con más de 5 años de estudio
2000-2004. Santiago, Chile, 2001

228
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Al mismo tiempo existe un serio desfase en los programas y metodologías escolares con una
realidad rural, especialmente donde habitan mujeres indígenas, lo que impide la integración y su
inserción y permanencia en los programas de educación formal e informal. En Guatemala por ejemplo,
la principal restricción para el desarrollo de las mujeres indígenas es ser monolingües y los programas
de educación y los curricula son inadecuados, persistiendo la existencia de desigualdades (Ministerio
de Agricultura, Ganadería y Alimentación, 2000). En el área rural de Guatemala, las niñas entre los
14 y 18 años pertenecientes a familias rurales no indígenas han estudiado en un promedio de 4.1 años
comparado con 2.8 años de estudio de las niñas entre los 14 y 18 años pertenecientes a familias rurales
indígenas. La misma situación prevalece en otros países que tienen un alto porcentaje de población
rural indígena donde el nivel de pobreza puede alcanzar proporciones alarmantes.

Figura 4.7
Guatemala – promedio de años de estudios
para jovenes hombres y mujeres entre los 14 y los 18 años, 1999
Muchachos urbanos

7.0

5.4

Muchachas
7.6
urbanas
5.6
2.8
Muchachas 4.1
rurales
3.5

4.6

Muchachos rurales
No-indígenas Indígenas

Fuente: ENIGFAM, 1988–1999, en Austrias, et. al., Hogar, familia y exclusión en Guatemala.
Sistema de las Naciones Unidas, Guatemala, 2001.

A pesar que las mujeres rurales han tenido pocas oportunidades para acceder a la educación, son
ellas las grandes promotoras en la educación de sus hijos. Un estudio realizado en Perú revela que existe
consenso entre las mujeres rurales; tanto las niñas como los niños deben estudiar y por eso mandan a
ambos a la escuela. Las entrevistas realizadas confirman que no obstante existe un discurso de equidad,
aún se advierte un sesgo cultural que persiste: las niñas permanecen en el hogar para ayudar con las
tareas y luego se casan y los niños van a la escuela. Este sesgo se está debilitando entre los padres
jóvenes (padres y madres) que creen que la situación necesita de un cambio (PROMUDEH, 2001).

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

229
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

Cuando las entrevistaron, expresaron preocupación acerca de la violencia y las grandes distancias en
que se encuentran ubicadas las escuelas y su falta de confianza en la calidad de la educación. Para citar
lo que dicen las madres: “la calidad de la educación se acaba donde termina el camino”.

Capacitación para las mujeres rurales


A menudo la brecha de oportunidad de acceso a la educación para las mujeres rurales se suple con
la extensión agrícola, la transferencia tecnológica y la capacitación, aunque estas estén parcialmente
limitadas debido al fracaso para ser reconocidas en su rol de productoras. En la mayoría de los países
ha habido esfuerzos importantes para la capacitación, generalmente en actividades piloto para
desarrollar metodologías pero debido a la falta de recursos y a la renovación de la política de estado,
estas actividades no han llegado a la mayoría de los beneficiarios potenciales.

Organizaciones no gubernamentales
Las organizaciones no gubernamentales y la cooperación internacional han ofrecido cooperación
para compensar la falta de programas de capacitación de los gobiernos para las mujeres. Sin
embargo, las actividades de las ONG han fracasado en priorizar el desarrollo rural. Un estudio en
Ecuador informó que sólo el 17 por ciento de la capacitación de las ONG estaba dirigido al
desarrollo rural y al medio ambiente (Ordóñez, 2001).

Figura 4.8
Tipos de capacitación en Ecuador, 2000.

7%
23% Derechos y violencia
Desarrollo local
17%
Participación política

Universidades

Desarrollo rural y medio ambiente

19% Otro

17%

17%

Fuente: Ordóñez, M. Sistematización sobre offerta y demanda de capacitación y formación en género


en Ecuador. 2001

230
América Latina y el Caribe
capítulo 4

El financiamiento para la capacitación en género proviene principalmente de la cooperación


internacional y de las agencias de Naciones Unidas. El mayor apoyo financiero está dirigido a la
capacitación en derechos, violencia y desarrollo local, seguido por la participación en la
determinación de políticas.
Las ONGs han desarrollado actividades en todos los países y han producido manuales de
capacitación y otros materiales didácticos, por ejemplo Manual de Capacitación para las mujeres
Rurales de la Comunidad Andina Equidad de Género en la Agricultura Sustentable, producido por el
Centro de Mujeres Peruanas Flora Tristán. Las actividades de capacitación se han enfocado hacia áreas
temáticas directamente relacionadas con la producción y la capacitación de liderazgo, construcción de
autoestima y otras materias de vital importancia para el empoderamiento de las mujeres rurales.

La sensibilización sobre el enfoque de género


y la capacitación en los proyectos de la FAO
Como parte del Plan de Acción sobre Género y Desarrollo (2002-2007), la Oficina Regional de la
FAO para América Latina y el Caribe , ha realizado cursos de capacitación sobre sensibilización y
talleres sobre la incorporación de género en los programas y proyectos de la FAO, los cuales ahora
incluyen género en sus componentes de capacitación14.
Los Proyectos de Cooperación Técnica de la FAO ayudaron a integrar el enfoque de género en
la transferencia de tecnología, permitiendo así el acceso de las mujeres a la capacitación. Por ejemplo,
la Guía Conceptual y Metodológica sobre género en las actividades de post-cosecha, desarrollada por el
Proyecto Post-Cosecha de la FAO en Ecuador GCO/ECU/069/NET, constituyó una herramienta
metodológica útil con enfoque de género en la post cosecha, comercialización y crédito con
transferencia tecnológica. Sirvió para diseñar y aplicar criterios y conceptos con enfoque de género
en la entrega de capacitación y transferencia tecnológica en el marco experto/a- productor/a
agrícola. Las herramientas metodológicas se entregan tanto para la recolección, resguardo y análisis
de información y para el uso apropiado de esta información en los procesos de planificación.
También contribuyeron los módulos de capacitación desarrollados por el Proyecto de Post-
Cosecha de la FAO en Bolivia (GCP/BOL/032/NET). Estos módulos forman parte de la estrategia
de género de dicho proyecto y sirve para ayudar a las mujeres rurales a manejar problemas de rutina
relacionados a actividades de post-cosecha, por ejemplo la trilla de grano y el uso de silos.

14
Chile 2001, Bolivia 2002.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

231
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

Las mujeres rurales y la salud


Mortalidad materna
Aún existe una brecha entre el acceso de las mujeres rurales a los servicios de salud y aquel de las
mujeres urbanas. El acceso a los centros de salud está generalmente restringido y las áreas rurales
continúan teniendo altos los principales indicadores de salud: maternidad y mortalidad infantil.

Derechos reproductivos
Aunque ha habido un considerable progreso en términos de derechos reproductivos, las mujeres
rurales no tienen el derecho de escoger el número de hijos que ellas desean tener. Existe una
brecha entre la sensibilización y el empleo del control de natalidad tanto en áreas rurales como en
las urbanas. Un estudio en Ecuador de 1998, indicó que el 64 por ciento de las mujeres rurales
entre 15 y 49 años de edad estaban conscientes de los métodos anticonceptivos, aumentando a un
88 por ciento en las áreas urbanas (CONAMU, INEC, 2000), efectivamente sólo utilizan los
métodos anticonceptivos el 23.4 por ciento de las mujeres rurales y el 35.6 por ciento de las
urbanas. Sin embargo, este aumento en la sensibilización de métodos anticonceptivos redujo el
número promedio de niños por mujer rural.
En Colombia, un estudio en 1995 indicó una tasa de fertilidad de 4.4 niños en áreas rurales
y 2.6 en áreas urbanas (ENDS, 1995, en IICA, 2000). En Argentina el Banco Mundial condujo
un estudio en tres provincias rurales del noreste y noroeste para examinar el vínculo entre salud
reproductiva y pobreza y el impacto de género y roles asociados a la salud reproductiva (Banco
Mundial, 2001). El perfil de la salud reproductiva se identificó como una de las causas que
ameritan preocupación, especialmente en las áreas rurales, debido a factores económicos,
sociales, culturales e institucionales específicos. Entre ellos se menciona especialmente el bajo
status social de las mujeres; la división social del trabajo y los menores salarios de las mujeres; la
falta de servicios de salud reproductiva, incluyendo planificación familiar y la falta de cobertura
de salud entre otros.”
El estudio concluye que el 94 por ciento de los hogares con más de dos hijos/as se
encontraban dentro de los dos quintiles más pobres. El estudio reveló que sólo el 25 por ciento
de la población encuestada tenía cobertura médica. Los dos tercios de estas personas que estaban
bajo cobertura médica no la utilizaban debido a que no podían pagar las contribuciones o
donaciones por el servicio médico, la falta de transporte o porque no podían pagar la tarifa.

232
América Latina y el Caribe
capítulo 4

La salud de las mujeres trabajadoras rurales


Las mujeres asalariadas trabajan largas jornadas y a menudo desarrollan trabajos sin ninguna protección lo
que las hace vulnerables al uso de pesticida. Un estudio sobre el sector frutícola de Chile señala:

Recuadro 4.6 CONDICIONES DE TRABAJO DE LAS MUJERES EN LA FRUTICULTURA

“El rasgo de temporalidad del trabajo de las mujeres en la fruticultura crea condiciones que lo convierten en
una pesada carga: largas jornadas diarias de trabajo que puede no tener límite de horario en las plantas
embaladoras, intensos ritmos dados por la perecibilidad del producto y por el predominio del pago a trato, y
escaso tiempo de descanso durante la jornada. El horario habitual de las mujeres que trabajan en el
"packing" se concentra entre 10 y 14 horas diarias (horario del 53% de las trabajadoras) e incluso puede
llegar hasta 16 horas diarias e implicar trabajo los sábados y domingos. En el huerto las jornadas son algo
más reducidas, concentrándose entre las 8 y 10 horas diarias. Los datos revelan una relación muy
significativa entre “extensión de la jornada de trabajo” en el "packing" y el “nivel de agotamiento” y la
manifestación de algunas de las enfermedades de stress: neurosis, úlcera o gastritis”.

Fuente: Díaz, X y J. Medel. Mujer, trabajo y salud. Los daños ocultos. En Mujeres en Riesgo. Trabajo y
Salud. Red de Salud de las mujeres latinoamericanas y del Caribe. Santiago, 1997.

Las mujeres rurales y los plaguicidas


El valor monetario de las importaciones de plaguicidas hacia América Latina y el Caribe se ha triplicado
en los últimos diez años, con el correspondiente aumento en lo que concierne a la salud humana
específicamente asociada con la reproducción y a la inocuidad de los alimentos. Un estudio en Chile
llamó la atención sobre este peligro, refiriéndose a las condiciones en que se realiza el trabajo de
temporada en la fruticultura de exportación, donde el uso de plaguicidas ha aumentado más rápidamente
que la expansión de la superficie con frutales (SERNAM, FAO, 2001).

Tabla 4.5
Utilización de pesticidas en America Latina y el Caribe

Año

1980 1990 1995 2000 2001

Plaguicidas (comercio)
405 736 666 740 1 238 316 1 630 423 1 707 524
Importación – Valor (US$1 000)

Uso de la tierra
716 842 749 542 772 651 781 137 784 205
Área agrícola (1 000 ha)

Fuente: FAOSTAT

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

233
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

Aunque generalmente son los hombres los que aplican los plaguicidas, el efecto se extiende al gran
número de mujeres que trabajan en los huertos y plantas empacadoras. En los períodos de “abstención” después
de la aplicación de los plaguicidas, éstos son a menudo ignorados y las mujeres tienen menos cobertura social
que los hombres. Igualmente preocupante es la estructura reguladora nacional, la dispersión de las unidades de
inspección, y las diversas entidades de gobierno que establecen normas respecto de este tema.
Un estudio de SERNAM (2001) en Chile examinó una selección de literatura sobre la exposición a
plaguicidas y problemas reproductivos que mostraron que producen defectos de nacimiento desde daños
genéticos causados antes de la concepción o directamente al embrión o feto. El estudio mostró un aumento
en la incidencia de bebés con malformaciones que alcanzó el 41.2 /1000 durante el período de observación.
También mostró que la actividad agrícola de los padres y la exposición del hogar a los plaguicidas estaban
fuertemente asociadas a las malformaciones. Una situación similar ocurrió en el sector de flores de
exportación en Ecuador.

Recuadro 4.7 CONDICIONES DE TRABAJO EN LA FLORICULTURA

“En la empresa “X” laboran 140 personas, de las cuales el 46% corresponde a mujeres. El trabajo
se realiza empleando plaguicidas de mediana toxicidad para el sistema nervioso, psicológico, piel y
sistema respiratorio – según la permisiva escala internacional. El personal de fumigación siempre
usa la misma ropa y mascarilla del turno anterior, lo que constituye un problema por falta de
higiene, limpieza de los tóxicos y contaminación respiratoria.

Las trabajadoras que se embarazan son despedidas unilateralmente aduciendo cualquier excusa
como bajo rendimiento o apoyándose en que no están afiliadas a seguridad social. No disfrutan de
seguridad social porque se establece un período de prueba de 3 meses, luego del cual muchas salen.

No se conceden permisos de salud, salvo en casos de gravedad extrema. En estas condiciones un


30% de las trabajadoras tiene manifiestos trastornos de salud de tipo neuropsicológico, dérmico y
respiratorios, principalmente. Las trabajadoras que tienen un padecimiento prolongado tienden a
ser cesadas”.

Fuente: Mujeres en la floricultura. Violación del derecho a la salud. Jaime Breith. En: Mujeres en Riesgo.
Trabajo y Salud. Red de Salud de las mujeres latinoamericanas y del Caribe. Santiago-Chile, 1997.

En Guatemala, las grandes haciendas productoras de café, azúcar de caña y banano emplean gran
cantidad de mujeres indígenas y ladinas, cuyas condiciones de trabajo son precarias peligrando su salud
por el uso de los químicos. (Oficina Nacional de Mujeres, UNICEF, 1998).

234
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Mujeres rurales y el VIH/SIDA


Desde la aparición de esta enfermedad a comienzo de la década de los ochenta y entre el año 2000,
36 millones de personas fueron diagnosticadas con VIH positivo y 5.3 millones infestados con el
virus. Conforme a la OIT, se estima (1999) que la epidemia afecta principalmente a personas en
edad productiva (15-49 años) y que tiene un impacto directo en el mundo del trabajo. Hasta hace
poco la epidemia era considerada principalmente un problema urbano. Sin embargo la FAO y el
Programa de Naciones Unidas para el SIDA indicó que en algunos países, la diferencia entre las
cifras de infección VIH en las áreas urbanas y en las rurales se está acortando. Existen muchas
personas en los países en desarrollo que viven en áreas rurales por lo tanto el número absoluto de
víctimas es muy alto15. En la publicación Agricultura Sostenible/desarrollo rural y vulnerabilidad de la
epidemia de VIH/SIDA, FAO y ONUSIDA pidieron a los gobiernos adoptar el control de SIDA
como uno de los objetivos de su desarrollo rural.
A fines del 2001, se estimó que alrededor de 1 920 000 adultos y niños eran portadores del virus
VIH/Sida en América Latina y el Caribe. De ellas 210 mil contrajeron el virus sólo en el 2002
(UNAIDS , 2002).
Es de considerar que por cada defunción provocada por el SIDA, queda un número de niños
huérfanos por causa de la epidemia. En América Latina y el Caribe viven unos 580.000 huérfanos
por causa del SIDA, de los cuales 130 mil viven en Brasil y 200 mil en Haití16. En las zonas rurales
del Caribe la prevalencia del VIH/SIDA constituye un problema mayor.
Estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica al Caribe como la
segunda región del mundo donde prevalece el SIDA. Un tercio de los VIH positivos adultas/os son
mujeres, el grupo con la tasa de infección más alta junto con los segmentos pobres de la población.
Las mujeres cuyos esposos son trabajadores migrantes son especialmente vulnerables al VIH/SIDA
y la migración es importante en áreas rurales.
Como las mujeres son las principales responsables de la salud de las familias, el gobierno de
Barbados ha introducido una dimensión de género en sus servicios de salud. 17

15
FAO/ONUSIDA/FAO: La epidemia del virus VIH y del SIDA se desplaza de las ciudades a las zonas rurales. es necesario un replanteamiento
de la política agrícola. Comunicado de Prensa. Roma/Ginebra, 22 de junio de 2002.
16
La estimación de defunciones por causa de SIDA en América Latina y el Caribe corresponde a 100 mil personas, según ONUSIDA.
17
Intervención del Ministro de Desarrollo Social de Barbados a la XXIII Sesión en la Asamblea General de las Naciones Unidas “Mujeres
2000: Equidad de género, desarrollo y paz para el Siglo XXI”. Nueva York, 2000.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

235
La situación de las mujeres
y la seguridad alimentaria

Violencia y seguridad alimentaria


La violencia inhibe la igualdad de oportunidades y la seguridad alimentaria tanto a nivel micro en

el hogar como a nivel nacional. Hasta hace poco existía la percepción cultural de que la mujer era
afectada solamente por la muerte de su hijo o esposo. Sin embargo el conflicto armado parece afectar
directamente a los hombres adultos, mujeres y niños/as, debido a que las mujeres participan en grupos
de protesta y son víctimas de la represión, masacre y persecución por parte de grupos armados, muchas
actúan como líderes campesinas (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Social, IICA. 2000). La
interrupción en el ciclo productivo, el desplazamiento de la población y pérdida de la mano de obra para
aumentar el trabajo agrícola, socavan la producción, la seguridad alimentaria y el ingreso.
La violencia está presente en el área rural de Colombia, pero los efectos de un pasado de conflicto
armado en América Central y en Perú es aún mucho más evidente.

Recuadro 4.8 VIOLENCIA SOCIAL Y POLÍTICA E IMPACTO SOBRE LAS MUJERES

El Plan de Igualdad de Oportunidades para la Mujer Rural de Colombia señala: “entre los principales
obstáculos estructurales para la equidad de género se puede mencionar la violencia social y política,
hoy traducida en conflicto armado que afecta a las mujeres no sólo por la pérdida de sus hijos y maridos,
y los profundos traumas que esta tragedia implica (por muerte o desplazamiento forzado), sino por las
violaciones y maltratos que sufren, hasta su propio secuestro, desaparición o muerte. Además implica
el desmembramiento y desaparición de las organizaciones comunitarias, el aumento de la jefatura
femenina, la imposibilidad de la ejecución de programas estatales en las zonas de conflicto, pérdida de
sus propiedades, desarraigo, desplazamiento y el acelerado proceso de empobrecimiento.”

Fuente: Plan Para la Igualdad de Oportunidades de las Mujeres Rurales de Colombia. Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural. IICA. Bogotá 2000

El impacto de la globalización
No existe una definición universal de globalización pero su principal característica modela el

presente orden económico mundial. La expansión de la inversión agrícola privada en el extranjero,


el procesamiento y mercado de alimentos es amplio pero no está exclusivamente en manos de las
corporaciones transnacionales y el aumento en el comercio internacional de alimentos se facilita por
una reducción en las barreras arancelarias. (FAO 2003).
Se ha señalado que la globalización afecta negativamente a la mayoría de los habitantes rurales.
En particular las mujeres han sido marginadas del proceso en la medida que ellas constituyen un

236
América Latina y el Caribe
capítulo 4

grupo abrumador de pequeñas productoras o habitantes rurales sin tierra. Un estudio de CEPAL
confirma que el sistema de comercio internacional, globalización y liberalización son desafíos
básicos que enfrentan todas las naciones. La globalización impacta a los países más pequeños,
más vulnerables y con menos capacidad de adaptación como es el caso de una isla pequeña en
desarrollo, lo que en ningún caso es satisfactorio. Barbados y otras naciones en desarrollo
enfrentan una serie de desafíos y están permanentemente en riesgo, colocando a sus ciudadanos
y en especial a mujeres y niños en un status de “grupo vulnerable”. (Thorin, 2001).
La entrada de los productos agrícolas de la región a los mercados internacionales detuvo las
restricciones impuestas por los países desarrollados. En la mayoría de los países de América
Latina y el Caribe la promoción de las políticas de modernización agrícola beneficiaron al sector
exportador. Estas políticas buscan levantar la producción y la productividad de los cultivos de
exportación y diversificar la economía promoviendo nuevos cultivos para el mercado
internacional.
Esta re-orientación del sector productivo ha causado cambios en los patrones laborales de
los/as pequeños/as productores/as. Esto ha desplazado el trabajo de las mujeres de la agricultura
de subsistencia hacia nuevas actividades de empleo en la exportación y ha acelerado la migración
a centros urbanos más importantes. Desde el punto de vista de los recursos productivos, ha dado
prioridad a actividades de exportación dando facilidades de crédito y un mayor apoyo
institucional que lo que pueden dar el resto de las actividades agrícolas.
Las actividades de subsistencia continúan con baja productividad y un bajo valor de estos
productos en el mercado. La baja productividad se estanca en técnicas de producción de pequeña
escala, baja calificación de la mano de obra y falta de infraestructura de producción básica, alto
costo de capital y falta de claridad en los derechos de propiedad de la tierra. Todos estos rasgos
indican las condiciones de producción de muchas mujeres rurales.
Estos sectores necesitan revitalizarse a través de mecanismos que fomenten la integración
de los pequeños productores, especialmente las mujeres a fin de guiarlos hacia un proceso de
modernización, de tal modo que levanten su productividad. Esto facilitaría su acceso a los
recursos productivos (tierra, maquinaria y equipo, crédito, capacitación, información de mercado
y tecnología) y elevaría su compromiso en la toma de decisiones que afectan a su sector.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

237
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural

Mujeres rurales, seguridad alimentaria y formulación de políticas


Es ampliamente reconocido que el progreso hacia seguridad alimentaria para superar la pobreza y la

indigencia, requieren de la implementación de políticas sociales sensibles a género que reconozcan en su


totalidad el potencial y las limitaciones de cada género tal como lo determinan los respectivos roles en la
sociedad. El progreso se ha hecho incorporando el enfoque de género en las políticas públicas que afectan
el diario vivir de las mujeres rurales.
Es allí donde se ha producido un cambio de mentalidad, pasando desde una mentalidad orientada hacia la
“ayuda benevolente” hacia un enfoque de equidad de género. Gradualmente el proceso ha avanzado desde acciones
ad-hoc o pequeños proyectos orientados hacia las mujeres, a la integración de género con planes de equidad de
oportunidades y políticas de desarrollo
Recuadro 4.9 REVALORIZACIÓN DEL ESPACIO RURAL
rural (Ministerio de Agricultura y

El espacio rural ha perdido importancia en la región. El desarrollo rural no se Desarrollo Rural, IICA, 2000).
encuentra entre las prioridades de los gobiernos, y siguen prevaleciendo los En algunos países, este progreso
principales obstáculos en el nivel internacional, nacional y local para el
ha tomado la forma de Planes con
desarrollo rural sostenible. Varios Planes de Igualdad de Oportunidades para
las mujeres rurales han destacado la necesidad estratégica de reactivar el Igualdad de Oportunidades para las
campo, como espacio territorial y recuperar el agro como elemento clave para mujeres rurales y propuestas de
la reactivación económica de los países y la disminución de la pobreza.
Además se refieren a las restricciones existentes actualmente, así por ejemplo transversalizacion de género en las
en Colombia, se señala explícitamente que esa tarea será imposible de lograr políticas de los ministerios de
“sin la eliminación de barreras arancelarias, subsidios y demás instrumentos
agricultura y desarrollo rural. Varios
de protección a la producción y con una mayor productividad a menores costos
y la calificación e integración de la mano de obra tanto masculina como ministerios de agricultura han
femenina en el campo.” establecido mecanismos especiales
Fuente: Plan Para la Igualdad de Oportunidades de las Mujeres Rurales de Colombia. para vigilar el proceso.
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. IICA. Bogotá 2000
Es importante considerar tanto
los avances como los defectos en el más amplio contexto de las deficiencias nacionales. En los puntos débiles
se incluye: la ausencia de políticas integradas para dirigir el desarrollo rural más allá de los aspectos sectoriales,
limitaciones que la macroeconomía impone a las políticas de desarrollo rural, escaso progreso en la
descentralización y formulación de políticas territoriales, y el fracaso de las políticas para superar la pobreza.

238
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Planes de igualdad de oportunidades


para las mujeres rurales
Los planes de igualdad de oportunidades para las mujeres rurales han resultado del fracaso de

los Planes Generales de Igualdad de Oportunidades para reflejar las condiciones de la mujer rural en
el desarrollo. Tal como lo indica el Cuadro 4.10, los Planes de Igualdad de Oportunidades existen en
la mayoría de los países y facilitan la incorporación de género en las políticas públicas pero no todos
ellos se refieren explícitamente a las mujeres rurales.
Ejemplos seleccionados de estos Planes de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres
Rurales se describen a continuación:

Recuadro 4.10 PLAN DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Argentina Plan de Igualdad de Oportunidades 1995-1999


Belice Plan Estratégico de Equidad e Igualdad: Facilitando la implementación
de un sistema nacional de género. Septiembre 1998
Bolivia Plan Nacional de Seguimiento a las Recomendaciones de la
Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing, 1995
Brasil Estrategias para la Igualdad: Plataforma de Acción para la implementación
de los compromisos asumidos por Brasil en la IV Conferencia de la Mujer
Chile Plan de Igualdad de Oportunidades para Hombres y Mujeres 2000-2006
Colombia Revisión Después de la Conferencia de Beijing – Implementando el Contrato
con las Mujeres del Mundo: De las Palabras a la Acción. 1996
Costa Rica Plan de Igualdad de Oportunidades
Cuba Plan de Acción Nacional de la República de Cuba de Seguimiento
a la IV Conferencia de la ONU sobre la Mujer. 1997
Ecuador Plan de Igualdad de Oportunidades 1996-2000 Plan Operativo Anual
de la Dirección Nacional de la Mujer 1997
El Salvador Política Nacional de la Mujer. 1997
Haití Plan de Acción Post-Beijing .1997
Jamaica Plan Nacional de Acción para la Implementación de la Plataforma de Beijing. s/f
Panamá Plan Nacional Mujer y Desarrollo: 1996-2001
Paraguay Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres 1997-2001

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

239
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural

Chile
Las Propuestas de Políticas de Igualdad de Oportunidades para la Mujer Rural en Chile, es un

documento complementario al Plan de Igualdad de Oportunidades. El documento destaca la


diversidad y variedad cultural, las situaciones sociales y económicas en las cuales las mujeres rurales
viven y proponen medidas para ayudar a construir sus capacidades y habilidades. (SERNAM,1999).
Este Plan fue elaborado en 1997 por la Mesa de Trabajo de la Mujer Rural, una plataforma de
cooperación y diálogo para las agencias gubernamentales, no gubernamentales e internacionales y
para asociaciones campesinas e indígenas.
Las propuestas incluyen medidas para abordar la pobreza de las mujeres rurales, mejorar sus
condiciones de vivienda, salud y educación y en particular apartar la discriminación en sus
actividades productivas con un enfoque especial hacia la agricultura, pesca y silvicultura. Estas
medidas existen para apartar la discriminación de las mujeres en su diario vivir en cuanto a sus
labores domésticas y reproductivas.
Las principales líneas de acción para facilitar el acceso y mejorar el status de las mujeres en el
empleo y mercados de productos básicos; promover las oportunidades de educación que faciliten la
integración de la mujer rural en la sociedad; proveer una atención de salud para las mujeres rurales que
mejore la protección de la salud laboral de las mujeres; fortalecer la participación política y social de las
mujeres rurales y su acceso a las instancias decisorias; fortalecer las estructuras institucionales públicas
para la implementación, monitoreo y evaluación de las políticas de igualdad de oportunidades de las
mujeres rurales.

Colombia
Colombia fue uno de los primeros países que formuló políticas para la mujer rural. En 1984

aprobó una Política para las Mujeres Rurales e Indígenas y en 1993 se incorporó una nueva Política
para la Mujer Rural en la Política de Igualdad y Participación para las Mujeres Rurales, aprobada
en 1994.
El propósito estratégico del Plan de Igualdad de Oportunidades para la Mujer Rural en
Colombia es para ayudar a reducir los obstáculos políticos, socio-económicos y culturales que
impiden que las mujeres rurales disfruten de la igualdad de oportunidades y para que se dediquen
de lleno al crecimiento económico, al desarrollo social y al ejercicio de sus derechos como
ciudadanas. (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, IICA, 2006).

240
América Latina y el Caribe
capítulo 4

El Plan tiene cinco objetivos estratégicos:


 Eliminar obstáculos para el acceso de las mujeres rurales a actividades que generen ingresos.
 Otorgar a las mujeres rurales un mayor acceso a servicios sociales de mejor calidad a fin de elevar la
calidad de vida de ellas y de sus familias.
 Consolidar la ciudadanía de las mujeres rurales y participación en la toma de decisiones.
 Promover el reconocimiento y respeto a la diversidad en las características culturales y de género del
área rural, y de mujeres indígenas y afro-colombianas, eliminando así todas las formas de
discriminación permitiéndoles que se reafirmen o recuperen su identidad.
 Facilitar la incorporación de la perspectiva de género en la institucionalidad, políticas y medidas que
regulen el sector rural y su apoyo a las instituciones.

El Plan identifica como uno de los principales obstáculos para la igualdad de oportunidades al modelo
macro-económico existente y a la crisis económica que lo acompaña; medidas que supuestamente eran
neutrales han tenido una clara muestra de discriminación e inequidad a nivel meso y micro económico,
especialmente la excesiva sobre carga de trabajo y responsabilidades que tienen las mujeres en sus hogares.
El Plan enfatiza la necesidad de que las entidades gubernamentales amplíen la producción de
estadísticas con indicadores de género e instrumentos en relación al sector rural.
En Colombia existe un proyecto de ley con miras hacia el mejoramiento de la calidad de vida de las
mujeres rurales especialmente aquellas con bajos ingresos. Se aplicarán medidas especiales para acelerar la
equidad entre las mujeres y los hombres del sector rural. Dicha ley contiene disposiciones relativas a: i) la
participación equitativa de las mujeres rurales en los fondos de financiamiento del sector rural; ii) el régimen
de seguridad social de las mujeres rurales; iii) normas relacionadas con la educación, capacitación y
recreación de las mujeres rurales; iv) con la participación de las mujeres rurales en los órganos de decisión;
v) con la reforma agraria; otras suposiciones varias.

Carencias
Una investigación realizada en Ecuador muestra el fracaso de las políticas agrícolas y macro
económicas para tomar en cuenta las necesidades de las mujeres rurales y la incorporación de género en
los programas nacionales para superar la pobreza ha sido débil. Algunos programas básicos para superar
la pobreza tales como el Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE), el Bono Solidario y el Bono
de Emergencia, no han incluido el criterio para reconocer la equidad de género y no han visualizado las
medidas preactivas que beneficien a las mujeres (Cuvi, 2001).

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

241
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural

Un obstáculo que se señaló para la integración de género en los programas es la falta de


mujeres profesionales (y profesionales hombres) que conozcan los planes de desarrollo rural con
enfoque de género y el uso limitado de herramientas de género en la programación. El estudio
menciona los problemas que tienen las beneficiarias de programas para el acceso al crédito y
señala el desconocimiento de sus derechos.

Transversalización de género en las políticas agropecuarias


y de desarrollo rural
Los esfuerzos para la transversalización de género en las políticas públicas ha avanzado

paralelamente con la creación de mecanismos ministeriales dedicados al logro de la misma. La


acción conjunta de organizaciones internacionales y ministerios de agricultura y desarrollo rural
han sido útiles en cuanto a la entrega de una capacitación de género.

Barbados
En la sesión vigésimo tercera de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre las Mujeres

2000: Equidad de género, desarrollo y paz para el siglo XXI, que se llevó a cabo en junio del año
2000, el Ministerio de Desarrollo Social en Barbados informó sobre el establecimiento de
mecanismos institucionales para la transversalizacion con enfoque de género en todas las esferas
de desarrollo y se han creado puntos focales en todos los ministerios y departamentos para
asegurar la transversalizacion de género en todos los programas.

Brasil
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo del Brasil introdujo una serie de iniciativas para

estructurar la forma de corregir las desigualdades de género. A través del Decreto N° 33 del 8 de
marzo del 2001 se estableció formalmente el Programa de Acciones Afirmativas para la Promoción
de la Igualdad de Oportunidades y Trato para Hombres y Mujeres, para que fuese iniciado por el
Ministerio de Agricultura y Desarrollo y el Instituto de dicho Ministerio y el Instituto Nacional de
Colonización y Reforma Agraria (INCRA) y para los beneficiarios y beneficiarias.
Se adoptaron medidas que incluían cambios en las reglas de selección para facilitar el acceso
de las mujeres a la reforma agraria, reemplazando el término “ama de casa” por el de “trabajadora
rural” a fin de asegurar la seguridad social de las mujeres y los derechos laborales; la modificación
de las normas de titulación de la tierra con el acto de propiedad o contrato de concesión ahora

242
América Latina y el Caribe
capítulo 4

extendido a la pareja, cubre uniones libres reconocidas. Existe una campaña para que las mujeres ocupen
el 30 por ciento de los cargos directivos entregando capacitación gerencial diferenciada y procesos
especiales de tutoría para las nuevas mujeres reclutas. Hay una línea de crédito específico para mujeres,
con un 30 por ciento de fondos asignados para mujeres rurales y un porcentaje similar para capacitación
y asistencia técnica. La re-estructuración del Instituto Nacional de Colonización y reforma Agraria,
INCRA, se logró con la designación de hombres y mujeres para el cargo de administrador regional del
Programa de Acción Afirmativa, supervisada por la Superintendencia de Desarrollo Agrario.
A partir de este marco institucional fijado por el Ministerio de Agricultura más los estudios y
documentos producidos por el Proyecto INCRA/FAO/TCP/BRA/8922(a), se llegó a la formulación de
una Propuesta Estratégica para la Integración de Género, Raza, Etnia y Perspectiva Generacional en los
Programas y Proyectos de Agricultura Campesina y Reforma Agraria.
La propuesta incluye estrategias a nivel institucional y macro (que debería alcanzar el nivel micro a
través de acciones institucionales). La propuesta aspira asegurar que los proyectos y programas de
agricultura campesina y reforma agraria sean transversalizados por género. Cada una de las Estrategias
tiene asociada un conjunto de acciones.

Recuadro 4.11 PROPUESTAS ESTRATÉGICAS PARA LA INTEGRACIÓN DE GÉNERO, RAZA, ETNIA Y


PERSPECTIVA DE GENERACIÓN EN LA REFORMA AGRARIA Y EN LOS PROGRAMAS DE
AGRICULTURA CAMPESINA EN BRASIL

En el nivel Macro En el nivel institucional todas las Superintendencias Regionales y


1 Crear un órgano específico en la 1 Hacer efectivo el funcionamiento del órgano demás órganos del Ministerio de
estructura organizacional como forma de específico, de acuerdo al punto 1. del nivel Desarrollo Agrario, con vistas a definir los
consolidar el Programa de Acciones macro con asignación de recursos procedimientos para ampliar el acceso de
Afirmativas del MDA/INCRA, vinculado al humanos, presupuestarios y financieros mujeres a los cargos de dirección,
Gabinete, a la Presidencia del INCRA y, en propios, con atribuciones generales para buscando alcanzar la meta de un mínimo
los Estados al Gabinete de la movilizar, supervisar y monitorear la de 30% de cargos ocupados por mujeres
Superintendencia Regional, con acciones a ser desarrolladas. hasta el año 2003, de acuerdo con el
asignación de recursos humanos, Decreto Nº 120 del 22 de mayo del 2001.
2 Desarrollar indicadores para medir los
presupuestarios y financieros propios, avances, resultados e impactos de las 6 Desarrollar acciones de carácter
garantizando la sustentabilidad y la actividades desarrolladas por el informativo para el público objetivo de la
transversalidad del enfoque de género, Programa de Acciones Afirmativas. Reforma Agraria, democratizando el
raza, etnia y generación en los programas acceso a la información, como un paso
y proyectos de Reforma Agraria y de 3 Promover la sensibilización y capacitación fundamental para la construcción de la
Agricultura Familiar. para dirigentes, servidores y servidoras ciudadanía.
del MDA/INCRA y agricultores y
2 Incluir en el Estatuto de la Tierra y en las agricultoras familiares. 7 Incluir las categorías de género, raza,
leyes posteriores los vocablos mujeres y etnia y generación en los estudios e
hombres, en lugar del genérico 4 Reformular normas e instrumentos de investigaciones a ser desarrollados en el
masculino, lo que significa la eliminación manera que permitan identificar y visualizar ámbito del MDA y del INCRA.
de las concepciones que consideran sólo los aportes de las mujeres y jóvenes a la
Reforma Agraria y a la Agricultura Familiar, 8 Desarrollar actividades para estimular la
al hombre como jefe de familia. organización de las mujeres y fortalecer
garantizando su mayor inclusión en los
procesos de ejecución de catastros, las ya existentes, contribuyendo para su
selección y titulación. empoderamiento y para el ejercicio
5 Generar un proceso de discusión interna efectivo de la ciudadanía.
amplia y democrática incorporando a

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

243
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural

Chile
En Chile, la Comisión Consultiva sobre Igualdad de Oportunidades del Ministerio de

Agricultura fue establecido por Decreto N° 180 de la Oficina de la Contraloría General de


la República en 1999. A solicitud del Ministro de Agricultura, la Comisión examinó el Plan
de Igualdad de Oportunidades para Hombres y Mujeres 2000-2010 e identificó
vinculaciones o áreas de acción importantes para la Política Agrícola Nacional, determinando
áreas donde cada servicio ministerial podría específicamente presentar un proyecto de
igualdad de oportunidades. Posteriormente, el 8 de marzo del 2001, el Ministro de
Agricultura emitió un compromiso ministerial para la equidad de género.

Costa Rica
En Costa Rica, el Centro Nacional para el Desarrollo de las Mujeres y la Familia, con la

ayuda de FAO, confeccionó un borrador de proyecto sobre el Addendum del Sector


Agropecuario y del Medio Ambiente del Plan de Igualdad de Oportunidades para Mujeres
y Hombres 1997-200118. Este addendum comprende los lineamientos para integrar una
perspectiva de género en la agricultura y el medio ambiente. El mismo fue el resultado de una
evaluación crítica del status y condiciones de la participación de las mujeres en la agricultura
y la agroforestería dinámica del país. Se hicieron consultas con instituciones del sector y se
redactó un documento con la participación de personal técnico.
Luego se consultó con autoridades de cuatro instituciones, lo que dio origen a un
documento final que fue presentado por el Ministro de Agricultura y Ganadería, el Ministro
de Medio Ambiente y Energía, y el Director Ejecutivo del Centro Nacional para el
Desarrollo de las Mujeres y la Familia, órgano coordinador de las políticas públicas para la
equidad de género en Costa Rica.

18
Proyecto FAO TCP/COS/4552 MAG/FAO/Género, con la participación de la consultora
experta en Género y Políticas Públicas Patricia Bifani.

244
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Recuadro 4.12 A COSTA RICA EL ADDENDUM DE LA AGRICULTURA Y DEL MEDIO AMBIENTE DEL
PLAN DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA HOMBRES Y MUJERES, (1997-2001)

La consideración de la dimensión de género en los lineamientos políticos del sector agropecuario


y del ambiente, tiene como objetivos globales:
1 Mejorar los mecanismos institucionales para garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a los
servicios que ofrecen los sectores agropecuario y del ambiente y fortalecer los mecanismos que permiten la
apropiación de los frutos de su trabajo productivo.
2 Reconocer y valorar el papel de las mujeres campesinas en la producción agropecuaria, en la reproducción de
la fuerza de trabajo en el agro y en su rol comunitario.
3 Fortalecer la competitividad de la actividad de pequeñas productores y productoras, mediante el mejoramiento
de su productividad y eficiencia en el trabajo agrícola, el incremento de su participación y representatividad en
la toma de decisiones.
4 Favorecer la inserción de las mujeres campesinas en aquellas actividades que contribuyan a garantizar la
seguridad alimentaria y a generar un mayor valor agregado.
5 Coadyuvar al empoderamiento de las mujeres como agentes dinamizadoras del desarrollo, mediante la apertura
de espacios para el control de los factores de producción como tierra, trabajo, capital, ingresos, mercados y otros.

Recuadro 4.12 B (CONTINUACIÓN): EJES ESTRATÉGICOS DEL PLAN DE IGUALDAD DE


OPORTUNIDADES PARA MUJERES Y HOMBRES: CRITERIO DE DEFINICIÓN

Este instrumento estratégico de Ejes Estratégicos (considerando el 6 Igualdad de oportunidades en la


políticas de género se estructura en proceso productivo como un sistema que gestión empresarial (mercadeo y
torno a seis ejes interrelacionados, y se enfatiza el fortalecimiento de productoras agroindustria).
entiende el proceso de transformación y productores, se establecen los Interrelacionados con estos ejes se
productiva como un sistema compuesto siguientes ejes estratégicos): proponen tres componentes:
de diversas etapas que van desde el 1 Igualdad de oportunidades en el La participación como actividad
suministro de insumos hasta que el acceso y control de la tierra. permanente y presente en cada
producto final llega a manos del
2 Igualdad de acceso y control de los proceso decisorio.
consumidor.
recursos naturales y sostenibilidad de La información como recurso esencial
La visión sistémica de la realidad desde su gestión. dentro de la globalización mundial y
la perspectiva de género ha sido ya
3 Igualdad de oportunidades en el del nuevo escenario productivo.
utilizada por el enfoque ASEG (Análisis
acceso al financiamiento rural. La organización, requisito esencial
Socioeconómico de Género), propuesto
por la FAO para abordar el desarrollo 4 Igualdad de oportunidades en el dentro de la reconversión productiva
rural. Esta orientación materializa los acceso y control a los servicios de del sector.
objetivos de cambios explícitos en la transferencia tecnológica y
reconversión articulándolos con los capacitación.
propósitos del ASEG. Es por esto que la 5 Acceso equitativo a los mercados
dimensión de género es relevante en laborales y al empleo agrícola y no
cada una de las etapas e interrelaciones agrícola y visibilización de
que componen este sistema." productoras y productores.

Fuente: Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia. Addendum de los sectores agropecuario y del ambiente al
Plan de Igualdad de Oportunidades 1997-2001. Colección Documentos N° 17. San José, Costa Rica. 1997.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

245
El enfoque de género
en las políticas de desarrollo rural

Guatemala
Hacia fines del año 2000, el Ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación de
Guatemala, emitió un decreto que establece una unidad ejecutiva ministerial especial,
la Unidad de Género, Mujeres y Juventud Rural (Decreto Ministerial N° 1595).
Esta unidad ejecutiva especial está encargada de: asegurar la incorporación de
género en las políticas, programas y proyectos del Ministerio; formular acciones
afirmativas que ayudarán a eliminar las desigualdades de género y edad; fomentar las
condiciones de igualdad para el acceso de mujeres y jóvenes a la propiedad de la tierra
y resolver discusiones de socios; promover la capacitación, organización y
consolidación de las agrupaciones de mujeres; asegurar el cumplimiento de
compromisos internacionales que hace el gobierno de Guatemala y los compromisos
de Acuerdos de Paz en lo que respecta a género, mujer y juventud rural.
Guatemala aprobó una Política para la Participación de las Mujeres Rurales
2000-2004 que tiene como objetivo integrar a las mujeres rurales al desarrollo de
actividades productivas, habilitando su acceso a la propiedad de la tierra y otros
recursos productivos y su capacidad para formar asociaciones y organizaciones, de tal
manera que puedan mejorar su economía y condición social. Una propuesta específica
es la de verificar que las políticas rurales sobre el acceso a la tierra, asuntos financieros
y otros recursos, demuestren la inclusión de la mujer. (Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Alimentación, 2000).

246
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Temas
emergentes

Migración de las mujeres rurales


Continúa la migración rural-urbana
La nivelación de cifras absolutas de la población rural indica una continua migración rural-urbana. Las
consecuencias de esta migración en los grandes sectores de pobreza de la población rural y su seguridad
alimentaria son contradictorias. De acuerdo a Taylor, las investigaciones muestran que la migración y como
resultado su pérdida de las actividades domésticas, tiene un impacto negativo en la producción agrícola, al
menos a corto plazo. Agrega que las remesas de los migrantes pueden ayudar directa o indirectamente a
reducir la pobreza siempre que: i) la pérdida de la mano de obra familiar como resultado de la migración,
no impacte significativamente las actividades de producción en los hogares pobres; ii) las remesas sean
enviadas masivamente a los hogares pobres; iii) las remesas sean dirigidas para aliviar las restricciones de
producción de los hogares pobres; y iv) las remesas y la producción provoquen un efecto multiplicador
considerable en los ingresos locales para los beneficios primordiales de los pobres. (Taylor, 2001).

¿Feminización o masculinización del campo?


No existe información pero varios estudios indican que las mujeres emigran más que los hombres. Un
estudio en Colombia evidencia que la migración rural-urbana es predominantemente femenina. El
empleo agrícola y el acceso a la tierra son escasos para ambos sexos, en especial para las mujeres; las
mujeres rurales sin oficio tienen acceso al servicio doméstico en las áreas urbanas que es trabajo que más
emprenden. Las mujeres son más proclives a emigrar debido a razones familiares, ya sea debido a
desalojamiento familiar o como una estrategia para salir adelante a través del envío de remesas a la
familia. El estudio concluye que los factores que influyen en la migración interna se relacionan a la
deficiencia de la reforma agraria para generar empleo rural o para resolver los problemas de carencia de
tierra, la desigualdad de género y la violencia política.
El Plan de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres Rurales en Colombia señaló una gran
migración de las mujeres jóvenes a las áreas urbanas donde ingresan a la economía informal o al empleo
doméstico; también son víctimas de la prostitución y al comercio forzado de sexo. (Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural, IICA, 2000b).

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

247
Temas
emergentes

La migración es un fenómeno extremadamente complejo que tiene múltiples facetas en los


diferentes contextos socio–económicos y agro-ecológicos. La norma parece tener una proporción
más alta de mujeres migrantes mientras en otras áreas los migrantes son en su mayoría hombres,
especialmente temporeros. Un estudio en Bolivia (Villanueva, 2002) basado en datos de
comunidades seleccionadas de Potosí, muestran una mayor proporción de mujeres (52.5 por
ciento) que de hombres (47.4 por ciento), y las diferencias son mayores con la emigración
temporal de los hombres. De esta forma desde noviembre a enero y desde abril a octubre, es
común ver más mujeres y niños en edad escolar en las comunidades rurales.
En algunos países las mujeres rurales emigran al extranjero, por ejemplo en la República
Dominicana, que es uno de los países de la región con mayores niveles de emigración.

La necesidad de mayores estudios


La complejidad del tema requiere hacer nuevos estudios en los patrones generales de la
migración rural-urbana y los factores asociados, y de sus consecuencias en los puntos de partida
y destino. Los estudios realizados con perspectiva de género iluminarán muchos aspectos
interesantes.
La migración rural-urbana se estudió en forma extensa en la década de los setenta y se
enfocó en el impacto de los migrantes en las áreas urbanas receptoras; se produjo un amplio
aumento documentado en la pobreza y la marginalización alrededor de las grandes ciudades. Al
mismo tiempo, Taylor indica que los estudios sobre el impacto rural enfocado hacia la forma en
que os mercados de empleo rural se adaptan a la pérdida de mano de obra y capital.
El censo de población que se efectuó en muchos países el año 2000, es una buena base y
oportunidad para estudios posteriores.

El envejecimiento del campo


La migración de los hombres rurales jóvenes y las mujeres hacia las áreas urbanas y la declinación
relativa de la fertilidad ha causado un envejecimiento progresivo de la población rural. Esto
coloca nuevos desafíos en la búsqueda de mecanismos para retener a los hombres jóvenes y
mujeres en el campo, especialmente ya que la generación actual tiene un mayor nivel de
educación que en el pasado. Se necesita un medio rural que pueda encontrar las expectativas de
esta generación y que pueda permitir la transferencia en vida de la propiedad de los ancianos a
los jóvenes.

248
América Latina y el Caribe
capítulo 4

La población de más edad, especialmente las mujeres ancianas, quienes normalmente


sobreviven a sus esposos accediendo de esta forma a la propiedad de la tierra, pueden jugar un
papel importante en la formación de acuerdos legales con los jóvenes para el beneficio de ambas
generaciones.

Empleo rural no agrícola de las mujeres rurales


Desde la perspectiva de género cobra importancia la tendencia ascendente del empleo rural no

agrícola. Existen escasos estudios con indicadores de género para este tipo de empleo, aún cuando
existen estadísticas que señalan su importancia para las mujeres.
Los formuladores de políticas necesitan tomar en consideración la contribución que hacen
las mujeres a la seguridad alimentaria a través del ingreso rural no agrícola. Esta realidad necesita
ser dirigida a través de políticas de educación, de tal forma que las mujeres puedan aprender
habilidades en las áreas ocupacionales actuales y escaparse de depender exclusivamente del
servicio doméstico y otros sectores subordinados de la economía.

La reforma del Estado, la nueva institucionalidad


y el enfoque de género
La reforma del Estado y la modernización de la región da una oportunidad para discutir el rol

de los mecanismos nacionales para promover la equidad de género. Las políticas adaptadas para
lograr la equidad de género en las áreas rurales serán mejor formuladas si las instituciones para
los asuntos de la mujer examinan el desarrollo rural y buscan la transversalización de género en
las agencias responsables del desarrollo rural.
El género sólo puede ser expresado integralmente y en todo el sistema, por lo tanto es
importante pasar rápidamente del nivel sectorial hacia las políticas nacionales e integrar todas las
instituciones públicas y privadas que estén relacionadas con el desarrollo rural. La
descentralización requiere de un mayor estudio de tal forma de intensificar la perspectiva de
género y progresar.
Finalmente, el debate sobre género recién ha comenzado en los mecanismos de gobierno y en
el manejo de finanzas públicas y en la asignación de recursos; esta es un área que requiere un examen
más amplio.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

249
Temas
emergentes

Las mujeres y los recursos genéticos


Renovada importancia se agrega al valor de los recursos genéticos. La región es

especialmente rica en biodiversidad y es la fuente de origen de muchos alimentos básicos de la


humanidad. El germoplasma de estos cultivos alimentarios y su diversidad genética son cruciales
para abordar el tema del cambio medioambiental (clima, suelo, vegetación, especies asociadas y
predadoras) y cambios sociales (hábitos alimenticios, técnicas de cultivo, tipos de agricultura) que
afectan la agricultura.
La Revolución Verde ha hecho avances importantes con variedades mejoradas,
biotecnología y plantas transgénicas; estos beneficios llevan consigo el riesgo de perder la
biodiversidad a menos que se adopte una adecuada protección. En este sentido existe una
necesidad para destacar el rol que han jugado las mujeres en la conservación de la diversidad
genética. Existen escasos estudios del rol de la cultura humana, de los cambios en la evolución
de especies, muy poco se ha considerado el rol de la sociedad y menos aún al de las mujeres.
La FAO en Guatemala estudió el rol de las mujeres en la conservación de recursos genéticos
del maíz (FAO, IPGRI, 2001) documentando el rol decisivo de las mujeres, especialmente en
actividades de post cosecha y en selección de semillas tanto para la siembra como por sus
cualidades culinarias. Las actividades de las mujeres han resultado en la conservación de
variedades indígenas de maíz, que es tanto el alimento básico local y está presente en el corazón
de la visión mundial de la cultura Maya.
Estudios similares se requieren en otros países a fin de abrir nuevas avenidas para apoyar la
contribución de las mujeres a la administración de la biodiversidad, especialmente recursos fito-
genéticos.

Hacia una nueva concepción del espacio rural


Es necesaria una nueva percepción del espacio rural; hombres y mujeres aún viven en

desigualdad de género con grandes carencias en sus condiciones de vida si se compara con los
avances en otros lugares del mundo. Los habitantes rurales están comprometidos con la
actividad agrícola la que continúa siendo principal para su existencia pero también lo están
comprometidos en un espectro cada vez más amplio de la actividad económica. Las diversas
visiones mundiales existentes en la dimensión rural necesitan acomodarse para que el desarrollo
rural beneficie a todos.

250
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Lecciones del
Siglo XXI

La integración con perspectiva de género en las políticas de desarrollo agrícola, programas y proyectos
está gradualmente ganando terreno. En este punto, FAO está promoviendo un acercamiento al Análisis Socio
Económico y de Género (ASEG) en un gran número de proyectos, permitiendo un conocimiento más
profundo de las necesidades de género, potencialidades y limitaciones existentes en la vida rural.
Los proyectos incluyen Proyectos Especiales para la Seguridad Alimentaria, Proyectos de Post-
Cosecha, Proyectos Agroforestales y los Proyectos y Programas Propuestos para el Desarrollo en Zonas de
Montañas entre otros.
Todas estas actividades han permitido una retroalimentación para la incorporación de género en las
políticas públicas y en las actividades de las organizaciones no gubernamentales.
A continuación en el Recuadro 4.13 se da un breve resumen de experiencias en América Latina y el
Caribe, el cual ilustra la transversalización de género y ofrece un aporte metodológico.

Recuadro 4.13 INCORPORANDO EL ENFOQUE DE GÉNERO EN EL


DESARROLLO AGROFORESTAL COMUNAL EN BOLIVIA

El proyecto "Desarrollo Forestal Comunal en el Altiplano Boliviano" inició sus acciones a partir de 1991, con la
finalidad de "contribuir a elevar el nivel de vida de los campesinos del altiplano boliviano, mediante la
integración, dentro de su sistema productivo, de actividades forestales autosostenidas que les permitan
satisfacer sus necesidades de productos forestales, aumentar su producción agropecuaria y conservar sus
recursos naturales".

Actualmente el Proyecto Q'omer Jallp'a FAO/ Holanda-Prefectura de Potosí tiene como área de cobertura un
total de 98 comunidades ubicadas en 13 Secciones Municipales de 9 Provincias del departamento de Potosí. El
proyecto se ha desarrollado en dos fases: la primera, en que prevalece el enfoque de Desarrollo Forestal
Comunal, que comprende las actividades realizadas entre 1991 y 1996, y la segunda fase en que se da un viraje
hacia el enfoque de Desarrollo Integral de Espacios Productivos, que se aplica entre 1997 y 2001.

El proyecto se desarrolla en una zona en que los recursos naturales eran escasamente aprovechados debido al
desconocimiento del manejo tecnológico en la producción agrícola y frutícola; así mismo había una alta
exposición a los factores climáticos (bajas temperaturas y lluvias irregulares) principalmente en comunidades
ubicadas en puna. En los últimos años se observa una modificación significativa del ecosistema en estas
comunidades, gracias a la habilitación y recuperación de tierras para el cultivo, la introducción de nuevas
especies forestales, frutícolas y agrícolas, acompañado de la construcción de infraestructura productiva, lo que
posibilitó un mejor aprovechamiento de los recursos existentes.

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

251
Lecciones del
Siglo XXI

Recuadro 4.13

Durante la primera fase del proyecto, se brindó apoyo al fortalecimiento de las organizaciones productivas, identificando
necesidades y demandas solamente a nivel familiar, sin considerar las demandas diferenciadas de hombres y mujeres
al interior de la misma; lo cual de alguna manera mejoró las condiciones de vida familiar y de las mujeres.

En la segunda etapa se consideró el enfoque de desarrollo rural con equidad de género, (Gormatz, 1994), basado
metodológicamente en el "Análisis Socioeconómico de Género" (ASEG), que aborda la problemática de género en el
desarrollo comunitario desde una perspectiva integral; no se busca únicamente la necesidad de hacer participar a las
mujeres, sino establecer una relación de responsabilidad compartida entre hombres y mujeres en el desarrollo de la
comunidad. Sobre esta base se sostiene la propuesta estratégica de acción dentro del proyecto agroforestal, aplicando
el enfoque planteado. De esta manera nos permite pensar en un desarrollo humano sostenible, donde haya beneficios
dirigidos a toda la población, aprovechando las capacidades de los individuos, hombres y mujeres; sobre la base de los
recursos, estrategias y alternativas que desarrollan estas comunidades rurales.

Este enfoque actualiza el enfoque de género bajo las crecientes transformaciones que se dan en la sociedad, basados
principalmente en los aspectos socioeconómicos. Esta es la razón para cambiar el anterior planteamiento asistencialista
de Mujeres en Desarrollo (MED) que se aplicaba en el proyecto, el cual sólo enfatizaba el desarrollo de la población
femenina, por el de Desarrollo Rural con Equidad de Género.

Lineamientos del enfoque utilizado


Sobre la base del enfoque de Desarrollo Rural con Equidad de Género y la propuesta operativa enmarcada en el Análisis
Socioeconómico de Género (ASEG), se plantean los siguientes lineamientos que complementan el enfoque de género
propuesto para el proyecto:
 Transversalidad del componente género.
 Promover el desarrollo agroforestal, productivo y social con enfoque de género.
 Contribuir a superar las relaciones actuales de desigualdad de género entre hombres y mujeres.
 Contribuir a valorar el carácter económico del trabajo reproductivo.
 Apoyar la inserción de las mujeres en ámbitos de la vida pública.

De acuerdo con la metodología ASEG se plantearon 3 ámbitos de análisis que ordenaron el trabajo en sus distintos niveles:
DINAMICA DEL CONTEXTO DE DESARROLLO
• Permitió comprender los factores económicos, sociales, demográficos, culturales, ambientales y políticos, así como
las distintas interrelaciones de los mismos, tanto en el pasado como en el presente y futuro.
ANALISIS DE LA DINAMICA DE LAS FUENTES DE SUBSISTENCIA FAMILIAR
• Posibilitó entender las necesidades básicas que tienen ambos géneros, las oportunidades y limitaciones que poseen
respecto al alcance de sus objetivos de desarrollo.
PRIORIDADES DE LOS AGENTES INTERESADOS EN LAS ACCEIONES DE DESARROLLO
La información de este ámbito permitió planificar el desarrollo basado en las prioridades de las mujeres y los hombres
de una comunidad en base a sus recursos y demanda de mercado.
La sistematización de las experiencias en la incorporación de la temática de género en los procesos de desarrollo
apoyados por el proyecto permitió:
 Cotejar estas experiencias con las pautas esenciales del diagnóstico situacional para plantear líneas de acción
más pertinentes en la incorporación del enfoque de género en el proyecto
 Conocer las distintas estrategias de manejo de recursos naturales y económicos que utilizan los pobladores,
hombres y mujeres, de las comunidades.
 Identificar los roles productivos de hombres y mujeres dentro el sistema y los subsistemas de producción


252
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Recuadro 4.13

 Obtener un consenso de prioridades y planes de acción de desarrollo con enfoque de género, con beneficiarios/as
y autoridades locales.
EVALUACIÓN DEL ENFOQUE GÉNERO EN LA SEGUNDA FASE:
 En la mayoría de las comunidades se tiene una participación hasta cierto punto funcional, pero también
concentrada en la realización de actividades, sin acceder a otros espacios.
 Prácticamente los ámbitos de planificación, dirección, toma de decisiones, representación, quedan aún fuera
del alcance de las mujeres, en la mayoría de las comunidades.
 En las organizaciones productivas, las mujeres han logrado alcanzar un grado de desarrollo mayor,
conformadas mayormente por mujeres, éstas tienen acceso a los niveles mencionados.

En las comunidades que fueron intervenidas por técnicas mujeres, este hecho ha sido determinante para el tipo
de desarrollo y la participación de mujeres en la segunda fase. En otros términos, el terreno ya estaba abonado
para continuar con otros procesos.

Fuente: Villanueva, 2001

Recuadro 4.14 ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO DE GÉNERO EN ZONAS DE LAS MONTAÑAS;


PROYECTOS Y PROGRAMAS PARA EL DESARROLLO EN ZONAS DE MONTAÑAS

Como producto de varias experiencias, los proyectos aplicados en la región utilizan una perspectiva integral y
participativa. Esto se traduce en que no sólo se abocan a los aspectos técnicos forestales, de cuenca, agrícolas, sino
que también se presta atención a los aspectos socioeconómicos de las familias (salud, vivienda, educación). Si bien en
zonas montañosas de la región se están implementando varios proyectos y se desarrollan actividades públicas en
apoyo a las mujeres rurales se verifican algunos vacíos importantes entre los objetivos de las políticas y las realidades
locales. Se ha reconocido que, tanto las instituciones como el personal que trabaja en los proyectos, consideran al
tema género como sinónimo de mujer y tienden a desarrollar actividades dirigidas sólo a mujeres, dejando de lado el
proceso de análisis de género y la integración de éste enfoque en todas las actividades del proyecto. Otro problema es
la falta de integración del tema de género en el ciclo del proyecto y por ende la identificación de indicadores género. A
estas dificultades se le suman el exiguo financiamiento que se otorga al apoyo del tema de género, que muchas veces
se traducen en poco más que la expresión de una intención anotada en los documentos y en las políticas.

Teniendo en cuenta esta situación, los proyectos impulsados por la FAO en las áreas montañosas incluyen una
componente de capacitación en análisis socioeconómico y de género dirigida especialmente a las instituciones y su
personal de campo y usuarios/as de los proyectos, como también un aspecto de apoyo a la organización y capacitación
para el liderazgo de manera de poder apoyar una participación mas equitativa en las actividades que se realizan.

(Sobre la base de las experiencias de los proyecto FAO/SEARPI, (Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización
del Río Piraí – Bolivia (GCP/INT/542/ITA-Bolivia); Desarrollo Forestal Campesino de los Andes del Ecuador
(GCP/ECU/070/NET); Proyecto de Apoyo a la Dirección y Coordinación del Plan de Acción Forestal para Guatemala
(GCP/GUA/008/NET); Mujeres y árboles en los países andinos promovidos por el Programa Bosques, Árboles y
Comunidades Rurales (FAO-FTPP)).

Fuente: Marcela Ballara, Oficial Principal Género y Desarrollo, FAO, Oficina Regional de América Latina y el Caribe. Análisis socioeconómico de Género
en zonas de las montañas. Presentación a la Mesa Redonda “Comunidades Ancestrales: cultura, género y tecnologías en el desarrollo de las montañas”.
Santiago, Chile, 2001.
Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

253
Conclusiones
y recomendaciones

El Plan de Acción de Género y Desarrollo (2002-2007) constituye el marco de la FAO y es


considerado como un requisito para alcanzar la seguridad alimentaria y la implementación de la
Plataforma de Acción establecida en la Cuarta Conferencia Mundial para la Mujer, que se llevó a cabo
en Beijing en 1995.
El Plan de Acción 2002-2007, tiene como prioridad incorporar el tema género en los diversos
planes y programas que promueve la FAO. La intención es crear un marco institucional para la equidad
de género en el desarrollo agrícola sostenible, en la Organización y en las instituciones nacionales. La
Unidad de Género y Desarrollo de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe ya
ha tomado acción en este sentido. 19:

Capacitación en Análisis Socioeconómico y de Género (ASEG) para el personal de las unidades


técnicas en las instituciones del agro, programas de campo y proyectos y para los expertos en desarrollo
rural en los países miembros.

Apoyo de acciones que permitan la incorporación de la perspectiva de género en la política


pública y planes de desarrollo para mejorar el acceso de las mujeres, uso y control de los recursos
productivos; para fomentar la igualdad en la participación en los procesos decisorios; y promover
acciones para aumentar las oportunidades para un trabajo remunerado y generación de ingreso. La FAO
está promoviendo asistencia técnica en la región para la incorporación del enfoque de género en los
censos agropecuarios. Esto permitirá la recopilación de información en unidades de producción con
actividades desagregadas por género, generación y grupo étnico.

Asistencia técnica y transversalizacion de género en los proyectos de campo se realiza a través de


actividades que beneficien a las familias rurales o a proyectos específicos orientados hacia las mujeres
rurales que comprometan su organización y liderazgo, la transferencia de tecnología, métodos de
educación y post cosecha, comercio y otras áreas útiles para la seguridad alimentaria y las familias rurales.

19
Para mayor detalle ver FAO. Servicio de Género y Desarrollo de la Oficina Regional de América Latina y el Caribe. INFORME DE
ACTIVIDADES Trigésima cuarta reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
Santiago de Chile , 5 y 6 de septiembre 2002. www.fao.org/mujer

254
América Latina y el Caribe
capítulo 4

Las siguientes recomendaciones están siendo efectivas bajo cuatro prioridades de la FAO
conforme a lo que determina la XXV Conferencia Regional que se realizó en las Bahamas en 1998:
lograr la seguridad alimentaria a nivel individual, familiar y nacional; obtener un adecuado
comercio internacional de alimentos y de agricultura como un elemento fundamental para el logro
de la seguridad alimentaria, el crecimiento económico de los países, una distribución de recursos y
un sistema económico global eficiente; asegurar el manejo sustentable de los recursos naturales –
manejo apropiado de bosques, agua y suelo – teniendo en mente el vínculo que existe entre la
humanidad y el medio ambiente y promover las prácticas de producción sustentable para garantizar
la calidad e inocuidad de los alimentos para mejorar las condiciones de salud de la población; y
apoyar a las instituciones rurales en el proceso actual de reforma institucional de tal forma que ellas
promuevan el desarrollo de un nuevo paradigma de agricultura dirigido hacia las habilidades de las
partes interesadas en el desarrollo agrícola.
Se han identificado las siguientes conclusiones y recomendaciones para avanzar en la equidad
de género como una condición para la seguridad alimentaria y para lograr los objetivos de prioridad
en la región.

Enfoque de género en las políticas. La transferencia de acciones ad-hoc orientadas hacia las mujeres
rurales deberían dirigirse hacia la incorporación del enfoque de género en todas las políticas sectoriales
de desarrollo rural y en aquellas políticas que luchen por la pobreza en la región. Ampliar la comprensión
y la capacitación en el Análisis Socio Económico y de Género de la FAO (ASEG) contribuirá
efectivamente a la trasversalización de género conforme a los principios normativos de ASEG, que
sirven como un instrumento de cambio en el desarrollo humano sustentable, al cual el sector rural le da
un mayor valor y en el que los aspectos de la equidad de género son un elemento fundamental.

Prioridades macro-económicas. Varios Planes de Igualdad de Oportunidades en la región confirman


la necesidad de incorporar el enfoque de género en las políticas macro económicas que deberían
considerar las opciones más adecuadas para el desarrollo rural sustentable. Éstas deberían facilitar la
creación de condiciones favorables para la agricultura y asegurar los recursos financieros para un
desarrollo integrado de políticas sociales proactivas para superar la pobreza y asegurar la equidad de
género.

Producción alimentaria sustentable: acceso a la tierra, irrigación, créditos y mercados. Para


promover la seguridad alimentaria es necesario remover los obstáculos económicos, culturales y otros

Abriendo brechas:
perspectivas actuales y futuras para las mujeres rurales en la agricultura

255
Conclusiones
y recomendaciones

que impiden el acceso equitativo de género a los recursos productivos incluyendo: la tierra, el riego,
el crédito y los mercados.
Las políticas públicas con enfoque de género deberían identificar estos obstáculos y determinar
acciones adecuadas para removerlos. Un análisis con enfoque de género de las políticas de acceso a
los recursos productivos destacaría las fortalezas y limitaciones de estas políticas y facilitaría el logro
de sus objetivos.

Biodiversidad. La seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe descansa en la


abundancia de sus recursos fitogenéticos. Debería considerarse la importancia del rol que juegan
las mujeres en la conservación de los recursos genéticos a través de la protección de las variedades
de cultivos tradicionales nativos, para la alimentación de la población, especialmente las
comunidades más pobres.
El conocimiento tradicional de las mujeres debería facilitar el desarrollo de su rol en la
conservación in situ de variedades silvestres afines a las plantas cultivadas y de las plantas silvestres
comestibles; en la conservación y uso sustentable de variedades locales o variedades de cultivos
tradicionales en hogares campesinos o huertas y, redactar un inventario de estas variedades.
Resumiendo, un análisis con enfoque de género de los roles en las áreas rurales de América
Latina podría contribuir en forma efectiva para lograr una agricultura, pesca, bosques y desarrollo
rural sustentable que garanticen la seguridad alimentaria.

Recursos naturales y desertificación. La consideración de género en las políticas públicas para la


protección de los recursos naturales determinará el logro de los objetivos del Programa de Acción
para el Desarrollo Sustentable (Agenda 21) de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), Río de Janeiro, 1992, en la Declaración y Plan de Acción de
Kyoto sobre la Contribución Sostenible de la Pesca a la Seguridad Alimentaria (Declaración y Plan
de Acción de Kioto), de 1995, y en la Declaración de Leipzig y el Plan de Acción Mundial para la
conservación y utilización de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura
(Declaración y Plan de Acción Mundial de Leipzig), de 1996. El enfoque de género contribuirá
también al logro de los objetivos de la Convención sobre la Desertificación.

Promoción del empleo productivo. La promoción del empleo productivo debería comenzar
con el reconocimiento de la contribución de las mujeres rurales a la actividad económica. La

256
América Latina y el Caribe
capítulo 4

promoción del empleo debería considerar todas las habilidades que poseen y exhiben las mujeres
rurales en sus estrategias para salir adelante desplegadas bajo condiciones de extrema pobreza.
Es necesario adoptar medidas especiales que promuevan la agricultura y el empleo productivo
agrícola y no agrícola prestando atención a las condiciones de seguridad social y protección
laboral.

Educación. Se debería ampliar la cobertura de la educación en las áreas rurales y acortar la


brecha existente con las áreas urbanas. La educación debería promover la igualdad social y de
género, construir habilidades acordes a las demandas de la globalización. Al mismo tiempo es
importante proteger a los grupos individuales; respetar las diferencias culturales y destacar el
bilingüismo. Como un proceso educacional la extensión agrícola debería incorporar en forma
urgente estas consideraciones y ajustar sus modalidades para conducir el proceso educativo en
igualdad de condiciones para mujeres, hombres y jóvenes.

Salud. El logro de la igualdad social y de género en la salud es un objetivo para todos los
mecanismos de igualdad de oportunidades para los hombres y mujeres rurales. El acceso
igualitario a los servicios de salud debería incluir el reconocimiento al conocimiento que tienen
las mujeres sobre la medicina tradicional. Muchos Planes de Igualdad de Oportunidades para las
Mujeres Rurales enfatizan la necesidad de dar un seguimiento a la salud ocupacional de las
mujeres trabajadoras rurales, específicamente en relación a su exposición a los plaguicidas.

Desarrollo de la ciudadanía. El logro de la seguridad alimentaria en la región y otros objetivos


prioritarios para superar la pobreza y la lograr la equidad de género requiere que las mujeres
rurales participen activamente en las políticas decisorias del desarrollo rural. Fortaleciendo sus
organizaciones representativas reforzarán sus habilidades para negociar el futuro que desea la
región.

Abriendo brechas:
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